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- rdf:value = " El señor FONCEA.-
El Comité de mi partido me encomendó hace algunos instantes, la misión de fijar nuestra posición frente a este proyecto de amnistía. Sin embargo, como no hemos dispuesto del tiempo necesario para hacer un planteamiento más extenso, me limitaré a señalar las razones que nos asisten para votar negativamente esta iniciativa legal.
Sabe la opinión pública que en estos instantes existen gestiones oficiales entre los dirigentes de los sindicatos de Barquito, Potrerillos y El Salvador y el Gobierno, para llegar a un arreglo definitivo y completo de las situaciones planteadas a raíz de la huelga ilegal promovida en esos minerales.
Además, quiero hacer hincapié en que este proyecto beneficia exclusivamente a los trabajadores de esos minerales y no, como aquí se ha señalado, a los trabajadores de la Gran Minería del Cobre. En efecto, la huelga de El Teniente duró mucho tiempo, pero se trató de un conflicto legal. Por eso no hay ningún dirigente procesado que pueda beneficiarse con esta iniciativa.
Si se iniciaron estas gestiones y los propios obreros concurrieron a una entrevista con el Presidente de la República, estimamos lógico esperar los resultados de esas conversaciones y de un eventual entendimiento definitivo e integral.
Votaremos negativamente el proyecto, fundados precisamente en las palabras que fluyen de este mismo debate y de los discursos que se pronunciaron a raíz de los lamentables sucesos de El Salvador.
Los partidos de Oposición han formulado, tanto al Gobierno como a nuestro partido, un gravísimo cargo: ser responsables de esos hechos, haber provocado este conflicto, haberlo dilatado e impedido una justa solución.
Tenemos la conciencia de que tanto el Gobierno como la Democracia Cristiana agotaron los medios para llegar a una justa solución. La opinión pública así lo sabe y lo ha reconocido. En todo caso, si se trata de hechos tan graves -pues no solamente dicen relación al perjuicio económico que sufrió el país, sino también a trágicos sucesos: la muerte de seis obreros y dos mujeres-, nosotros queremos -porque tenemos la conciencia muy tranquila- que se agoten totalmente las investigaciones.
Desde luego, no hay obreros presos. No hay ningún detenido. Todos están en libertad bajo fianza; de manera que perfectamente puede esperarse el término del proceso que establecerá cuál es la responsabilidad de estos dirigentes en el conflicto.
Porque queremos una aclaración definitiva, una investigación total de los hechos, estamos en contra del proyecto.
Por lo demás, sin pecar de suspicaz, debo señalar que en el momento mismo en que se iniciaron las conversaciones a que me referiré más adelante, y tan pronto como se conocieron éstas con inusitada rapidez se presentó esta iniciativa, la cual ha sido tramitada con mucha celeridad, y otra tendiente a indemnizar a las víctimas de El Salvador.
El señor CHADWICK.-
Antes del 21 de mayo no hay iniciativa parlamentaria.
El señor FONCEA.-
Además, durante el desarrollo del conflicto y los debates promovidos en el Congreso, el Honorable señor Musalem pronunció un discurso en que dio lectura a publicaciones del órgano oficial de la Confederación de Trabajadores del Cobre, que contienen toda clase de insultos y de injurias en contra de los parlamentarios de estas bancas.
No menciono esto por el aspecto personal de cada uno. Creo que la dignidad es de por sí respetable; pero tenemos una investidura que nos obliga a velar porque sea efectivamente respetada.
En la publicación a que me refiero, no hay expresión injuriosa que no se haya empleado en contra de los Senadores democratacristianos. Ahora bien, la amnistía constituye un perdón; por lo tanto, yo habría esperado que los dirigentes que se beneficiarán con esta iniciativa hubiesen tenido la hidalguía, por lo menos, de darnos alguna explicación, de justificar lo que expresaron en esos momentos de apasionamiento.
El señor AMPUERO.-
¿Qué más justificación que la que está dando Su Señoría?
El señor FONCEA.-
¿Qué dice, señor Senador?
El señor AMPUERO.-
Digo que lo mejor que he escuchado en favor del proyecto es lo expresado por Su Señoría.
El señor FONCEA.-
Eso, dentro de la petulancia del señor Senador, que cree ser el único capacitado para hablar en el Senado.
El señor AMPUERO.-
No es cuestión de capacidad, sino. . .
El señor FONCEA.-
¡No me venga a dar lecciones! ¡No sea prepotente!
El señor AMPUERO.-
No se trata de lecciones, sino de que Su Señoría tiene complejos inconfesables de culpa.
El señor FONCEA.-
Su Señoría es el acomplejado.
El señor BARROS.-
¡Escoba. . . !
El señor AMPUERO.-
La actitud del Honorable señor Foncea refleja sentimiento de culpabilidad.
El señor FONCEA.-
Lo expresado por el Honorable señor Ampuero es otro fundamento más para votar negativamente el proyecto, porque no estoy dispuesto a aceptar prepotencias de nadie.
"