-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/597019/seccion/akn597019-ds70-ds71
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/597019/seccion/akn597019-ds70
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/597019
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3465
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2346
- bcnres:tieneAutor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3465
- bcnres:tieneAutor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2346
- rdf:value = " El señor GOMEZ.-
Recorrí hace unos días el departamento de El Loa. Lo hice en la grata compañía de un hombre de esos pagos, el regidor y dirigente obrero Eduardo Delfín. Acompañados a nuestra vez por Armando Olivares, el gran baqueano y dirigente de esos contornos, estuvimos en Socaire, lugar enclavado casi en la alta cordillera, donde casi se tocan las cimas y los volcanes, donde el Licancaur, el Tatio, el San Pedro, el San Pablo, el Putana, el Echado y el Toconce se observan de perfil, en sus distintos planos, superpuestos los unos a los otros, y de frente el Mocho, el Láscar y el Llullaillaco, configurando entre todos un paisaje impresionante y sobrecogedor en su grandeza cósmica.
El viento arreciaba por entre los cordones montañosos, se metía por los cajones cordilleranos y azotaba el rostro de Socaire. Silbaba el viento entre los vanos que dejaron los arquitectos -una especie de arquitectos de la "nueva ola"- entre el armazón de fierro y los rellenos de madera de las paredes de la escuela recién construida. Silbaba el viento por entre las rendijas de la escuela. Dentro de ella, 52 socaireños y socaireñas, reunidos gentilmente por el profesor Zapata, conversan sobre sus problemas y sus tragedias con el Senador nortino y el regidor de Cala-ma, mi correligionario Eduardo Delfín
"Señor" -nos dice un hombre atezado, cenceño, amojamado-, "¡cómo han podido construir aquí esta escuela, este galpón de emergencia, en plena cordillera! No ve cómo silba el viento; no ve que los niños no pueden estudiar aquí; no ve que si los metemos aquí en invierno se van a escarchar y los vamos a sacar con pulmonía! ¡Para qué fueron a traer madera si aquí hay piedras para construir casas y escuelas! La madera pudieron emplearla mejor en los pisos para suavizar los rigores del frío; pero hicieron de cemento los pisos y mire, señor, cómo están, todos rotos ya porque los hicieron de una mezcla miserable. ¡Qué manera de botar el dinero, señor! Haga usted algo por nosotros, explíquele al Gobierno, a quien sea, que en la cordillera no se pueden construir galpones de madera y mucho menos bajo las directivas de unos jovencitos que no entienden nada de nada y que pasan por aquí llenos de ínfulas, sin siquiera hablar con nosotros, y bien provistos de cocinas portálites y cervezas en tarro. Nosotros casi no conocemos la cerveza y ellos la toman especial e importada, de una que viene en tarros muy elegantes, señor. Esta promoción popular que están haciendo nosotros no la queremos".
Y por allá saltó otro socaireño, un labriego calzado con ojotas, quien dijo: "Aquí, señor, las gentes del lugar no hablan de la promoción popular; aquí se habla de la "prostitución popular".
El hombre cenceño, prosiguió: "El pueblo también necesita agua potable y más agua de riego". Y otro habló de campos deportivos.
Estuve en el lugar con los MinistrosPinto Lagarrigue y Phillipi unos meses antes de advenir el actual Gobierno y sé, a ciencia cabal, que dejaron planes completos y fondos para construir una escuela adecuada y para utilizar mejor las aguas de riego mediante trabajos de canalización semejantes a los que se hicieron en San Pedro de Atacama y Toconao por iniciativa del Senador que habla. Pero el tiempo ha ido pasando y de regadíos, nada. Y de escuela, bueno, ya hemos visto lo que pasó.
Nada está más lejos de mi ánimo que criticar al Gobierno. Narro lo que vi y oí y lo expongo aquí en el Senado, a fin de que sea puesto ello en el conocimiento del Gobierno por intermedio de un hombre a quien estimo y respeto, el antofagastino Ministro de Obras PúblicasEdmundo Pérez Zujovic, seguro de que él se esforzará por poner coto a los errores señalados, a los vacíos y desenfrenos que acusa la "Promoción Popular", y seguro también que quitará de sobre los proyectos existentes las telarañas acumuladas, a fin de hacer algo, desde su Cartera, por los sufridos y esforzados hijos de Socaire.
En la misma reunión, otro socaireño se refirió, con amargura, a la falta de luz. "El actual Municipio no manda petróleo para hacer andar el motor, señor", nos dijo nuestro amigo. "Cuando usted fue alcalde, señor Delfín, se instaló el motor y había motorista y nunca faltó petróleo; ni siquiera faltó cuando usted estuvo en la cárcel por realizar obras positivas a favor del pueblo. Pero ahora pasamos sin luz, señor. Y cuando vamos a Calama, el alcalde no nos recibe. El otro día fui a verlo al hospital" -es médico el alcalde de Calama-" y me mandó a hablar con el secretario. ¡ Por favor, señor Delfín, preocúpese usted de estos problemas y hable con el alcalde, a ver si la Municipalidad nos vuelve a tratar como lo hacía antes, cuando usted era alcalde!".
Y estuvimos en Toconao al caer la tarde del mismo día. Y nos detuvimos en la plaza, y nos pusimos muy tristes frente al campanario. El viejo monumento de piedra sillar que nos legaron los españoles y que ha desafiado los siglos, lo estucaron y pintaron de azul y le pusieron cornizas. Nuestro campanario de Toco-nao, ése con que el buen fraile Le Paige llama a misa cuando llega a hacerla, en Toconao, desfigurado, sometido a los cambios del ignaro, acornisado torpemente. ¡Qué aberración!
Debió de pasar mucho tiempo sin que Le Paige hiciera misa en Toconao. No hay dada de que esta barbaridad la cometieron sin que él lo supiera. Por eso no recibí su aviso y reclamo oportunos. Disculpemos a Le Paige de lo ocurrido. Ahora mismo está en Buenos Aires en un congreso de arqueología.
Está bien que todo tenga que cambiar. Pero, ¡respétennos nuestra cultura; déjennos nuestros monumentos en su originalidad primigenia; déjennos con nuestra historia y nuestro pasado tal como fueron!
Por favor, señor Presidente, oficie usted, en nombre del Senado, a quien corresponda para que saquen ese estuco bárbaro y esa pintura idiota del campanario de Toconao, para que nos restituyan ese monumento a su forma original. Y pídales también que todos nuestros monumentos sean respetados, que saquen de los servicios que tengan que ver con la cultura y con la historia a esos jovenzuelos ignorantes, y los entreguen a quien sea, aunque no sean del partido de Gobierno, sólo a condición de que sepan lo que hacen y sientan amor y respeto por las reliquias nacionales.
En Toconao nos volvieron a hablar del viejo problema: el agua potable. La cañería ya está puesta en la calle principal y sólo falta pavimentar esa calle, como parte del camino a Huaytiquina, conforme a los compromisos existentes entre el Ministerio de Obras Públicas y el pueblo de Toconao. Ahora hay que encarar la construcción del resto de las obras de agua potable. Ahora hay que completar la aducción y hacer las extensiones y arranques domiciliarios.
Quiero que se oficie al señor Ministro de Obras Públicas para solicitar que ponga su interés y su deseo de realizar cosas, reconocido por los hombres del norte, en la obra señalada.
En San Pedro nos plantearon probleblas de riego. Nos dijeron que las obras de canalización realizadas adolecen de algunos defectos, que en algunas partes sigue cayendo arena y que en otras ha reventado el canal. Asimismo expresaron que ya no admite más demora la construcción de los canales prediales, aquellos que permitirán el aprovechamiento integral y real del mayor caudal obtenido con las obras realizadas, las que llevarán el agua a las ayllas y las chacras, a la gleba que debe fecundarse para que el pueblo atacameño obtenga mayores cosechas.
Solicito oficiar al señor Ministro de Obras Públicas informándole de estas inquietudes atacameñas, a fin de que ese excelente funcionario que es Raúl Matus, Director de Riego, disponga las soluciones más adecuadas.
Al día siguiente visitamos Lasana, todo el valle, todo el curso del río en el trayecto en que el desierto revienta en verdura. Visitamos también el Pucará, la ciudad silente y desierta de los incas, la ciudad-fortaleza que domina desde la altura la región, y atalaya a un lado el curso del río,
y al otro, las rugosidades y arenales de nuestro desierto.
Delfín es nuestro cicerone y hábil conductor de la vieja camioneta Ford en que viajamos. Va con nosotros Plácido Riquelme, fino, atento e interesado en su labor funcionaría de INDAP. El río corre en un impresionante cajón montañoso. La ruta ha sido construida prácticamente en una de las paredes de ese cajón. A la derecha, el acantilado se yergue sobre nosotros. A la izquierda, los manchones verdes. Hay unos poquísimos tablones bien trabajados. El resto es verdura silvestre, inculta, maleza agreste que el noble y salobre caz hace reventar por todas partes.
Nos detenemos en las casonas de Buenaventura Velásquez. Don Buenaventura nos explica su saber sobre Lasana.
-¿Cuántas tierras trabaja usted, don Buenaventura?
-Una hectárea y media.
-¿Y por qué no trabaja más?
-Muchas veces quise ampliar mis plantaciones, pero nadie ha querido venderme tierras. Todas estas tierras de Lasana están repartidas entre empleados de Chuquicamata, pero así las tienen, como usted las ve; nadie las trabaja. Aquí se podría producir mucho; yo mismo podría dar trabajo a mucha gente; pero estoy cansado; no cansado de trabajar, sino de conseguir que alguien me oiga, me atienda y me ayude en esto que es lógico y que consiste en que me permitan trabajar más tierras y me ayuden con algunos elementos indispensables, como ser semillas, tractor y herramientas.
-¿Y usted puede vivir, don Buenaventura, con sólo una hectárea y media?
-Sí, Senador; usted ve como está de bien trabajada mi tierra. Ella me da para mi sustento. Y ha habido veces en que he tenido hasta cinco obreros. Ahora, si se nos pagara el precio justo por nuestros productos, si se nos diera un puesto en el mercado de Calama para vender directamente, estaríamos mucho mejor. Hoy nos explotan, y el COOPENOR y la ECA, dos organismos del Estado, no han hecho nada por comercializar como corresponde lo que nosotros producimos.
-¿Cuántas hectáreas están trabajadas en todo el valle, don Buenaventura?
-No más de veinte, Senador.
-¿Y cuántas se podrían trabajar?
-Mire, Senador, antiguamente se trabajaban noventa y seis hectáreas; pero se puede llegar fácilmente a las ciento treinta con la misma agua que hay ahora.
¡Qué país más divino es el nuestro! En pleno desierto hay ciento treinta hectáreas agrícolas sin aprovechar. Nos rompemos la cabeza para crear pequeñas áreas verdes en lugares de la costa, como es el caso de Antofagasta, y hacemos cuantiosas inversiones -que están bien hechas, por cierto-, pero no hacemos pequeñas inversiones, no ponemos nuestra preocupación, para recuperar grandes extensiones, como es el caso de Lasana.
¿Y qué ha hecho usted, como parlamentario, para aprovechar esas tierras? Es la pregunta que tiene derecho a formularse cualquier Senador de Gobierno.
Pues hay todo un plan agrícola -respondo-, que se formuló por el Senador que habla, cuando Orlando Sandoval fue Ministro de Agricultura, para poner en marcha toda la zona de Chiu Chiu, Lasana, Ayquina y Calama. Ese plan se inició en el Gobierno anterior; tenía sus etapas de desarrollo perfectamente claras. Comprendía la construcción de los tranques de Conchi y Ayquina y la expropiación de las grandes extensiones de tierra incultivada de Calama. En la elaboración de ese plan intervinieron muchos funcionarios y celebramos numerosas reuniones, a las que asistieron, a más del Senador que habla, los Ministros Sandoval y Pinto Lagarrigue, el señor Raúl Matus, Director de Riego, el Vicepresidente de la Caja de Colonización Agrícola -aún no nacían la CORA ni el INDAP- y numerosos funcionarios de cuyos nombres no rae acuerdo.
¿Y dónde está ese plan? Está sepultado bajo la turbamulta de reformas que vino al poco tiempo. Todo hay que cambiarlo, todo hay que ponerlo en marcha: esas son las consignas de ahora. Pero en el caso que nos preocupa, las consignas, los cambios, las estridencias y los buenos deseos han paralizado lo que se hallaba en marcha ... y allí están los terribles resultados: están contenidos en la queja de don Buenaventura Velásquez.
Deseo, señor Presidente, que se oficie a los señores Ministros de Obras Públicas y Agricultura, para que tengan a bien concederme una entrevista en conjunto -y también con sus funcionarios- con el objeto de reflotar el plan iniciado y a fin de que no se pierda el trabajo ya hecho.
Para que el país, en especial los habitantes del departamento de El Loa, tengan conocimiento del plan, solicito que sean incorporados a la versión de mi discurso el plan mencionado y las notas que sobre él me dirigió, en su oportunidad, el Ministro Sandoval. Pongo tales documentos a disposición de la Mesa.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Se enviarán, de conformidad al Reglamento, los referidos oficios.
En lo que se refiere a las inserciones solicitadas, hago presente a Su Señoría que no hay quórum para adoptar el acuerdo respectivo, pero recabaré el asentimiento de la Sala cuando haya número suficiente.
-Los documentos mencionados, cuya inserción se acordó con posterioridad, son del tenor siguiente:
"Informe sobre el anteproyecto de regadío de Calama y Chiu Chiu.
Octubre de 1962.
1.- El así llamado anteproyecto de Regadío de Calama y Chiu-Chiu abunda en problemas ajenos al riego mismo, como bien lo han comprendido las autoridades que los conocen, y es así que atañe en forma directa a los Ministerios de Agricultura, Tierras y Colonización y de Obras Públicas.
Si bien correspondió a la Dirección de Riego abordar el problema en su comienzo su solución completa dependerá de esos tres Ministerios, a través de la Dirección de Agricultura, de la Caja de Colonización Agrícola y de la Dirección de Riego.
2.- Las Instituciones nombradas trabajarán separadamente en las labores específicas que les sean propias, pero como el trabajo debe ser coordinado desde su iniciación hasta el final es necesario crear un mecanismo para este objeto preciso.
3.- El anteproyecto de la Dirección de Riego estudia y plantea el problema en su integridad, aunque con medios limitados en lo referente al problema agrológico.
Incluye un calicateo de los suelos, que le permite delimitar el área regable; considera una rotación de cultivo basada en la explotación actual; considera el comercio y el mercado de estos productos; avanza en la determinación de la tasa de riego con. la observación de atmómetros, en un período que recién termina; contempla la tasa de lavado para desalar, basándose en experiencias foráneas (en Chile no las hay) y en recomendaciones de técnicos nacionales y extranjeros. . Mas, el proyecto definitivo necesita de una complementación en el plano agrológico y de un perfeccionamiento del estudio económico - agrícola con ayuda de experimentación. Los resultados que vaya entregando esta investigación en forma paulatina serán básicos para perfeccionar el proyecto de las obras propias de riego y drenaje.
Además la dirección de riego con este anteproyecto concluido se encontró en la encrucijada de ofrecerle a los regentes (de acuerdo a la Ley 14.536) y de entregarlo de hecho al arbitraje de dos personas, o de hacerlo para el estado y, por ende, ofrecérselo a la Caja de Colonización Agrícola, única entidad facultada para expropiar los terrenos y sus aguas. Con criterio que esta Comisión comparte, buscó esta última solución.
4.- La labor de la Dirección de Agricultura debe comenzar de inmediato en todos sus aspectos y aprovechar la temporada de cultivo que recién se inicia. Concretamente debe consistir en los siguientes trabajos :
Reconocimiento detallado de los suelos de Calama y Chiu-Chiu y Lasana para clasificarlos posteriormente en clases de capacidad de uso y clases de riego.
Estudio económico - agrícola de los terrenos susceptibles de regarse, que comprenderá:
-Cultivos susceptibles de producirse y rotación.
-Comercio y mercado de los productos.
c) Experimentación agrícola en 10 hectáreas de Calama y 10 de Chiu-Chiu, que comprenderá:
-Experiencias con distintas especies y variedades de plantas de valor económico.
-Determinación de tasas de riego, incluyendo la tasa de lavado para desalar el suelo.
-Estudio de fertilizantes.
d) Experimentación ganadera en 10 hectáreas de Calama.
Las necesidades de personal, tiempo y equipo que requiere la ejecución de estos trabajos se estiman en Eº 150,000 para 3 años y son las siguientes:
EQUIPOS DE TRABAJO
5.- La Caja de Colonización Agrícola tiene un importantísimo papel que desarrollar en este proyecto.
No solo por disposición expresa de la Ley de Dirección de Riego debe procurar la habilitación y regadío de las Vegas de Calama, sino, porque no hay otros terrenos dentro de la hoya del río Loa aparte de los Valles de Calama, Chiu-Chiu, Lasana y Quillagua, donde pueden utilizarse los recursos de agua de este río para aumentar la superficie regada.
Pero los recursos de agua, casi en su totalidad están dados en concesión, a más de haber una desafortunada distribución de ellos; y para ejecutar el proyecto es esencial el aprovechamiento integral y racional del agua, la que debe pasar por lo tanto al dominio (temporal) de la entidad que lo va a realizar, o sea, al Estado, con excepción de las mercedes para bebida y usos industriales.
La tierra aprovechable de Calama, Chiu-Chiu y Lasana está en manos de numerosos pequeños propietarios, pero el 50% de ella pertenece sólo a dos. Para utilizar el suelo en la forma racional que el proyecto establece, con el máximo rendimiento agrícola y económico, debe redistribuirse la tierra en parcelas que constituyan unidades económicas.
Para disponer del agua y de la tierra, al Estado no le queda otro recurso que el de expropiación.
La expropiación debe incluir aún las áreas que en los estudios por practicar queden clasificadas como no regables; su valor de expropiación no podría pesar en el costo total de ésta, puesto que serán terrenos inaprovechables -tengan o no concesión de agua para riego. (La Comisión entiende que un terreno no regable, con una concesión de agua, tiene el precio de un terreno no agrícola). Estas áreas no regables serán incorporadas a las parcelas circunvecinas, forestales si es posible. Se exceptuarán aquellas que presentan características de rehabilitación dudosa, que se las reservará la Caja mientras se estudia y resuelve este problema técnico.
Se excluye expresamente el valle de Quilagua, por ahora. Está situado 150 m. aguas abajo de Calama, y 80 Km. aguas abajo de la confluencia del río San Salvador con El Loa; se riegan 120 hectáreas con agua mucho más salobre que la de Calama y no presenta posibilidades de aumentar el área regable en más de 50 hectáreas. Sus disponibilidades de agla son muy variables por encontrarse casi al final del largo del recorrido del río Loa.
La Ley de la Caja de Colonización Agrícola autoriza a ésta para hacer las expropiaciones. La futura ley de Reforma Agraria le podría permitir hacerlas aún en mejores condiciones.
En ambos casos la Caja está facultada para resolver el problema social de reubicación de los actuales propietarios. La actual Fundación de Viviendas y Asistencia Social, permitirá la construcción y venta de casas a las personas que fueran trasladadas a huertos agrícolas o villorrios ya que el número de parcelas forzosamente será inferior al de propietarios actuales -adquisición que se hace a 30 años plazo con 2% de interés anual.
La Caja de Colonización Agrícola aplicará las leyes vigentes sobre colonización, labor que fundamentalmente se reduce a lo siguiente:
Expropiación total de los terrenos de los valles de Calama, Chiu-Chiu y La-sana, con anterioridad a la iniciación de cualquiera obra de este proyecto. En una primera etapa, se expropiará Chiu-Chiu y Lasana y en seguida, se expropiará el resto.
Construcción de villorrios, huertos y parcelas en número suficiente para evitar éxodo de población con motivo del Proyecto.
Para gastos inherentes al Proyecto, la Caja necesitará las siguientes inversiones:
INVERSIONES
6.- La tarea de La Dirección de Riego puede resumir así:
Recalculadas por la Dirección de Agricultura la tasa de riego y la superficie susceptibles de regarse, la Dirección de Riego deberá comparar las necesidades de riego con los recursos de agua, y de allí, si fuera necesario, proyectar un embalse, y calcular también con esto, la superficie que efectivamente podrá regarse con el total de los recursos.
En las áreas susceptibles de regarse, tanto por condiciones agrológicas como por disponibilidades de agua, pero que tengan mal drenaje natural, deberán rediseñarse los drenes que sean necesarios.
El trazado definitivo de los canales matrices y secundarios se proyectará, lógicamente, cando se disponga del estudio definitivo de calificación de suelos.
las obras de puesta en riego, principalmente en lo referente a la altura de los pretiles de las eras consultadas en el ante-
proyecto, estarán supeditadas a la altura de agua que se necesita aplicar en cada riego, e incluirán acequias y pretiles. La puesta en riego comprende también el lavado de suelos con alto contenido salino. El plan de inversiones en Obras de Riego sería el siguiente:
INVERSIONES EN OBRAS DE RIEGO
7.- Este proyecto debe hacerse por etapas sucesivas que se elaborarán de acuerdo a los resultados de las precedentes.
A esta conclusión se llega porque falta información básica para crear un proyecto absolutamente definitivo para toda el área comprendida.
Para demostrarlo, basta recordar que el valor de la tasa de riego limita la superficie regable y determina la capacidad de las obras hidráulicas y de los drenes; que la tasa de riego se obtiene con observaciones directas en los cultivos cuyas especies y variedades están por experimentarse, para no aceptar con negligente ligereza sólo el legado ancestral de la agricultura existente; que los cultivos nuevos o actuales, con una producción que puede llegar a ser el triple de la actual, deben ser rentables y tener mercado.
Es decir, hay una labor previa a realizar tan fundamental en este proyecto, que resta, necesariamente, velocidad al impulso basado sólo en entusiasmo realizador y frena racionalmente la natural impaciencia de aquellos que están esperando La ayuda estatal a esta región.
8.- La comisión recomienda como etapa inicial la habilitación y regadío de Chiu-Chiu y Lasana, que tienen entre 700 y 800 hectáreas regables y cultiva en la actualidad 180.
El clima es similar al de Calama.
La calidad del agua, en cambio, es mucho menos salobre que aguas abajo, lo que ha permitido una mayor diversificación de' cultivos que en Calama. Sin embargo, los resultados que se obtengan de la experimentación en Calama, puede señalar la posibilidad de diversificar los cultivos actuales.
Los distintos cultivos de Chiu-Chiu proporcionan, precisamente, esa información básica aludida en el párrafo 7; aunque ésta sea incompleta, Chiu-Chiu es la zona que la tiene en mayor grado y no habrá gran problema ni posibilidad de serio error en calcular la tasa de riego para ella, luego de hacer los trabajos previos señalados en a) y b) del párrafo 4.
La diversidad de cultivos y la relativa pequeñez del área son factores de seguridad para el éxito de la habilitación de Chiu-Chiu y Lasana.
Esta Zona haría de Colonia experimental para el desarrollo posterior de Calama.
El resultado económico-agrícola (y social) de esta colonia, que se obtendría en mayo de 1965, permitiría determinar con mejores antecedentes, la conveniencia o inconveniencia económica de regar una parte de Calama exclusivamente con el agua del río Loa captada en Chiu-Chiu, y llevada por un canal hasta Calama, o sea, con exclusión del río Salado, que continuaría solo su escurrimiento por el cauce del Loa. El resultado probable perseguido sería producir todos los cultivos que se pueden dar en Chiu-Chiu, o sea, una agricultura de mayor rendimiento económico, en una área limitada de Calama.
Sin perjuicio de lo anterior, el agua del río Salado, con los pequeños aumentos que recibe el cauce entre Chiu-Chiu y Calama, además de las recuperaciones que se presentan al término de la actual zona regada de Calama y sumada al agua artesina que aflora en Las Vegas, darían un apreciable caudal, aunque bastante salobre, que podría permitir el riego de una determinada superficie en Calama, para producir por lo menos los mismos productos de hoy en día.
Todas estas ventajas, unidas a la sencillez de las obras de riego y drenaje las presenta la zona en Chiu-Chiu para iniciar allí la ejecución del proyecto.
La segunda etapa comprendería, el área-de Calama situada al oriente de la línea ferroviaria hasta Yalquincha, que tiene cerca de 1.000 hectáreas, 650 de las cuales se riegan en la actualidad. Podría admitirse a priori, que es una zona de suelos adecuados desde todo punto de vista, ya que concentra en ella el 65% de la superficie regada en toda Calama.
La última etapa, que convendría hacer en forma escalonada para ir probando el funcionamiento de los drenes, abarcaría el resto de superficie que los recursos de agua permitan regar.
9.- Enumeradas ya las labores específicas de cada institución y señaladas las distintas etapas del proyecto, se indica a continuación el plan metódico y adecuado que debe seguir la confección del proyecto y la Construcción de las Obras.
10.- Se indica como una posibilidad, la participación de la empresa minera de Chile Exploration Co., de Chuquicamata en el financiamiento de la Construcción de los villorrios, para empleados y obreros que trabajan en esa Compañía, y que son actuales propietarios en Calama y Chiu-Chiu.
11.- Por tratarse a) de un plan orgánico que propende al desarrollo integral de una zona agrícola, la más extensa de la mayor de nuestras provincias y la más representativa de la agricultura entre los paralelos 21 y 27; b) de un plan para elevar el nivel de vida de esta extensa zona agrícola que comprende una ciudad y un pueblo, de antiquísima civilización, y c) de una reforma agraria auténtica en terrenos marginados en su mayor parte de la producción. La Comisión cree que este proyecto podría procurar financiarse con crédito externo.
PLAN DE DESARROLLO I
PLAN DE DESARROLLO II
12.- La Comisión considera útil destacar algunas particularidades económicas que singularizan a este proyecto.
'a) El costo total del proyecto de regadíos y parcelación llegará a Eº 7.500.000, sí se resta la inversión en villorrios y huertos que no intervendrán en el proceso productivo, salvo indirectamente, por mejoramiento de vivienda, salubridad, etc.
El precio tope de una parcela de la Caja es en la actualidad Eº 30.000, (puede modificarlo el Presidente de la República todos los años, pero no como para variar sustancialmente el resultado) y el número de parcelas, a razón de unas 35 Há. en promedio, resultará muy cerca de 100. Es decir, que la Caja podría recuperar unos Eº 3.000.000 de los Eº 7.500.000 invertidos por el Estado.
Estos costos y este resultado corresponden a los estudios preliminares que en materia de tasas de riego y de economía agraria se hicieron en el Anteproyecto de la Dirección de Riego.
b) Observaciones objetivas hechas en el terreno últimamente por la Dirección de
Riego en materia de rendimientos agropecuarios, han evidenciado el pesimismo involuntario de algunos cálculos económicos del anteproyecto (informaciones interesadas y dispares de los agricultores).
Por otra parte y principalmente, debido a la experimentación propuesta, se debe suponer que los resultados de éste tenderán a confirmar que existe real y potencialmente en estos terrenos una productividad mayor que la supuesta.
Sin embargo, es prudente seguir considerando que una buena parte de la inversión en este proyecto no será recuperable, al menos por la directa.
No obstante lo anterior, sigue en pie el cálculo que se hizo en el anteproyecto del rendimiento económico bruto de la inversión estatal, que sería del orden del 10%.
Este rendimiento es relativamente muy bajo si se le compara con el de un proyecto de regadío en la zona central.
En favor del proyecto puede decirse que
duplicaría el área cultivada en la provincia, y por la clase de cultivos que se le conoce, aumentaría notablemente la producción de alimentos básicos, como carne, leche y sus derivados; además cumpliría en lo político y social, satisfaciendo anhelos ya antiguos de los agricultores locales y de sus habitantes en general; diversificaría la actividad laboral, al formar 100 agricultores donde hay escasamente media docena y al crear servicios de comunicación y transporte que hoy día son escasos o inexistentes y, completaría el desarrollo agrícola de la comuna de Calama cuyo comienzo lo marcará la construcción del proyecto de regadío de San Pedro de Atacama a iniciarse en breve.
13.- La Comisión estima conveniente recalcar que la realización de este plan requiere de parte del Estado una oportuna provisión de fondos para las inversiones que debe hacer cada Institución. En el cuadro siguiente se resumen las cantidades estimadas necesarias y se indican los años en que deben invertirse.
PROVISIÓN DE FONDOS POR PARTE DEL ESTADO
"Sobre aplicación del Plan Calama y Programa de Crédito supervisados en Departamento de El Loa"
Nº 739.- Santiago, 30 de abril de 1963.
Tengo el agrado de acusar recibo de su atenta nota 3/819, de 14 de marzo último, por la cual SS. se refiere al entorpecimiento que en su aplicación y desarrollo habrían sufrido el "Plan Calama" y el programa de créditos supervisados puestos en marcha por los Ministerios de Agricultura, Obras Públicas y Tierras y Colonización en el Departamento de El Loa.
Dando respuesta a su nota referida, me permito acompañar a SS., el oficio Nº 1063, de 20 de abril último, de la Dirección de Agricultura y Pesca, que contiene una amplia información sobre las dificultades con que ha tropezado el Plan Calama y la forma en que se está organizando la oficina que tendrá a su cargo la atención del programa de créditos supervisados.
Finalmente, el oficio que se acompaña contiene una relación del programa de créditos que se realizará en Calama el año en curso, que alcanza a la suma de 56.100 escudos.
Saluda atentamente a SS.
(Fdo.) : Orlando Sandoval V., Ministro de Agricultura.".
Presente.
Señor Ministro:
En relación a su Providencia Nº 929 de marzo ppdo., que se refiere a una nota enviada por el H. Senador señor Jonás Gómez Gallo, a raíz de una presentación que le hicieron personeros de Calama del Departamento de El Loa sobre aplicación del "Plan Calama", y programa de crédito supervisado para dicha zona, me es grato informar a Ud. lo que sigue:
Plan Calama.- La nota de los persone-ros de Calama, especifica que el Ministerio de Agricultura debía disponer de 9 mil escudos en 1962 y 47.000 escudos en 1963, para la creación de una Estación Experimental en Calama y otra en Chiu-Chiu, fondos que hasta el momento no han sido destinados para cumplir estos objetivos. Lamentablemente esa información es en parte errónea, ya que si bien es cierto se mencionaron dichas cantidades en el informe preliminar del anteproyecto de regadío de Calama y Chiu-Chiu, que la Comisión Coordinadora de dicho proyecto presentara a fines de octubre de 1962 a la consideración de los señores Ministros de Agricultura y Obras Públicas y al Vicepresidente Ejecutivo de la Corporación de Reforma Agraria (Caja de Colonización en esa fecha), su destinación era más amplia, ya que comprendía fondos para realizar un reconocimiento detallado de suelos del área susceptibles de ser regados, un estudio económico-agrícola y la instalación de subestaciones o campos de experimentación en Calama y Chiu-Chiu.
Ahora bien, estos fondos no iban a estar consignados en una partida especial del presupuesto del Ministerio, sino que formarían parte del presupuesto ordinario de los Departamentos de esta Dirección que tuvieran atinencia con los estudios correspondientes: Investigación Agrícola, Economía Agraria y Conservación y Asistencia Técnica. Los fondos necesarios estarían representados por gastos de sueldos y salarios del personal técnico y obreros, viáticos, movilización, bencina, etc., que fueran necesarios para desarrollar el programa establecido en el informe de octubre de 1962.
Sin embargo, como se establece en los informes Nºs 1 y 2, de diciembre de 1962 y febrero de 1963, respectivamente, de la Comisión Coordinadora del proyecto de riego de Calama y Chiu-Chiu, el Ministerio de Agricultura no ha podido iniciar todavía su participación activa en este proyecto, debido a las siguientes causas:
a)Aprobación del proyecto a fines de 1962, lo que impidió iniciar siembras experimentales por estar fuera de época;
b)Dificultades de orden administrativo en la contratación inmediata de personal técnico;
c)Falta de profesionales especializados en reconocimiento de suelos, por estar todos ellos asignados al proyecto aerofotogramétrico OEA-Chile, al cual el Gobierno había otorgado prioridad sobre otros programas;
d)Dificultades en la obtención de adelanto de viáticos;
e) Terminación del convenio con el Departamento Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola (DTICA), etc.
Fuera de estas dificultades, la Comisión Coordinadora acordó postergar por un año la iniciación de las actividades correspondientes al Ministerio de Agricultura, lo que consta en el informe Nº 2, de febrero ppdo. Su iniciación comenzaría con el reconocimiento detallado de los suelos del área del proyecto, para lo cual ya se cuenta con el asentimiento de la Dirección de Riego de Obras Públicas en lo relativo al traspaso de fondos de la Ley del Cobre, artículo 28, que permitirá iniciar dichos estudios a la brevedad posible.
Una vez obtenidos los antecedentes relativos a las características físico-químicas de los suelos, podrá iniciarse la segunda etapa de investigación agrícola que es esencial como aporte de antecedentes para el éxito de este proyecto de regadío que presenta en el momento actual una serie de interrogantes sobre la capacidad de uso de los suelos debido tanto a su naturaleza salina como al elevado contenido de sales de las aguas de riego provenientes del río Loa.
Debido a los antecedentes expuestos, sería un error desarrollar precipitadamente el proyecto de riego de Calama cuando hay de por medio la inversión de una cantidad apreciable de fondos fiscales que en su mayor parte no serán recuperables debido al elevado costo por hectárea de terreno agrícola saneado, regado y habilitado-para la producción agropecuaria.
Crédito supervisado: Como el programa de crédito supervisado es muy vasto, ya que abarca todo el país, ha sufrido por ello tropiezos para su puesta en marcha, pero en breve se superará esta situación.
En relación a los puntos enumerados por ios personeros de Calama en la presentación hecha al Honorable Senador señor Gómez Gallo, para el buen funcionamiento de la oficina de dicha localidad, instalada por ahora en el edificio de la Gobernación, a continuación se hace una suscinta reseña de ellos.
Movilización: A mediados de noviembre de 1962 se hizo entrega al funcionario destacado en ésa de una Citroneta, vehículo que, debido al poco cuidado con que fue tratado, debe haber sido ya reemplazada por un Station Scout International, de acuerdo a instrucciones impartidas por la Dirección de la Primera Zona al Inspector Provincial del Departamento de Defensa Agrícola de Antofagasta.
Gastos de operación: Se ha presupuestado la cantidad de Eº 9.350 para gastos de operación de esa oficina, fondos que se entregarán a medida de las necesidades: ya se hizo entrega de Eº 600.
Dotación de muebles y útiles de oficina: En principio se pensó dotarla de muebles metálicos, pero en vista que esto demoraría se ordenó la confección de ellos en
Antofagasta, elementos que actualmente están prestando servicios en la oficina citada.
Fondos para gastos de viáticos: En breve quedará solucionado este punto, el que está siendo estudiado personalmente por el señor Vicepresidente del Instituto de Desarrollo Agropecuario.
Viviendas para funcionarios: Como el anterior será resuelto a corto plazo.
Personal administrativo y de servicio: El ingeniero agrónomo a cargo del programa en Calama, fue autorizado para que contratara los servicios del señor Plácido Riquelme. Además, luego se designará para esa zona una educadora del hogar y tres prácticos agrícolas, uno para San Pedro de Atacama y dos para Calama.
Finalmente, se anota el programa de créditos que se ha estudiado realizar en Calama durante el año en curso, en el cual se estima se invertirán las sumas que se indican:
PROGRAMA DE CREDITOS PARA CALAMA
El programa anotado se espera desarrollarlo en tda su magnitud, dependiendo ello de las circunstancias que se presenten durante su ejecución.
Es todo cuanto puedo informar al señor Ministro sobre el particular.
Saluda atentamente a Ud.
Raúl León León, Director de Agricultura y Pesca".
El señor GOMEZ.-
En cuanto se refiere a Peine y Socaire, solicito insertar al final de esta intervención el discurso que pronuncié sobre la materia el 30 de abril de 1963, en sesión 55ª de la legislatura extraordinaria, y los comentarios que acerca de mis peticiones hizo el señor Ministro de Agricultura. Pongo estos documentos a disposición de la Mesa.
El señor GARCIA (Vicepresidente).-
Como no hay quórum para tomar acuerdos, la petición de Su Señoría quedará pendiente para ser resuelta durante el Tiempo de Votaciones.
El señor GOMEZ.-
Como podrán apreciar los señores Senadores que defienden al régimen actual, desde las bancas opositoras radicales se hace crítica constructiva y se ofrece al Gobierno una colaboración patriótica para que el país camine y progrese.
Bueno, ¿pero no estábamos en los predios de Velásquez? Así es. Nos despedimos de don Buenaventura y continuamos nuestra ruta por el cajón de El Loa. La vegetación es agreste y agresiva; hay grandes espacios de arenal punteado de mechones verdes. No muy lejos, en el paredón de enfrente, se alza una hermosa casa blanca de techos rojos, con hermosos jardines y plantaciones. Esa casa la construyó míster Wymann, según nos recuerda Eduardo Delfín. Míster Wyman es un gringo excelente que llegó a gerente general de Chuquicamata y que se iba a pasar sus ratos de ocio junto al Loa, en el valle de Lasana. Míster Wymann era un gringo enamorado de Chile. Cuarenta años vivió entre nosotros. Con su ejemplo nos mostró cómo podemos sacarle partido a nuestra naturaleza. Allí quedó su casa, enclavada en el acantilado sobre el verdor de Lasana, perpetuando los gratos recuerdos que dejó entre nosotros al partir.
Más allá se alza el Pucará. Está construido sobre los roqueríos del cerro más alto que se yergue sobre los bordes mismos del acantilado. Las paredes surgen de los trozos más salientes de la roca. En partes salen como de una repisa. La ciudad-fortaleza está construida de piedra unida por no sé qué sustancia, una especie de argamasa. La forma de la ciudad, el sitio en que ha sido construida, nos recuerdan a Machu Picchu. La calidad de la construcción es distinta. Aquí aparecen las piedras sin trabajar, unidas con esa especie de argamasa. En Machu Picchu y Sacsahuanán, las piedras están trabajadas, son enormes y están unidas las más de las veces las unas a las otras simplemente por gravedad.
La ciudadela ya no tiene techos. Se conservan sólo las callejuelas, los andenes de combate y los contornos de muchas viviendas a tres cuartos de pared. Al igual que Machu Picchu, parece una prolongación del cerro y la roca. Su colorido ensambla con el de la roca. Es una ciudadela mimetizada. Para nosotros constituye un legado de los incas que tenemos la obligación de preservar.
Ojalá que a esos de la Dirección de Monumentos Nacionales no se les ocurra estucar y pintar la ciudadela. Para preservarla, señor Presidente, ideemos mejor un sistema distinto del oficial. Propongamos, por ejemplo, que se le entreguen al profesor del lugar unos recursos extraordinarios para que cuide de ella.
Regresamos de nuestra excursión por la meseta. Al ganar la altura del acantilado, observamos de frente y en fila, como en un mismo plano, los mismos volcanes que en Socaire habíamos visto de perfil y diseminados en planos distintos. Allí, casi juntos a ellos, comienza a erguirse la Cordillera de Domeyko. Y detrás de ella el Licancaur mostraba esa tarde su cono superior envuelto en nubes. ¡Qué paisaje!
Penetramos en Chiu-Chiu. El pueblo está en el medio de un oasis amarillento y reseco. Nos acoge en su casa don Eloy Cortés. Al brindarnos su hospitalidad, hace bromas, como buen nortino, y nos habla de los eternos problemas: el tractor que la Municipalidad no manda, porque no tiene quien lo maneje; el agua potable; la luz eléctrica.
Nos dice:
-Andamos cojeando de luz; en tiempos del AlcaldeDelfín nunca falló la luz, pero ahora no mandan petróleo y esto "anda como la mona".
También se refirió a la comercialización de los productos agrícolas y coincidió con don Buenaventura Velásquez al pedirle a mi amigo Delfín un puesto en el Mercado para todos los agricultores de Lasana, Ay-quina y Chiu-Chiu.
Al enfilar hacia Calama, fulgían en el fondo oscuro de la noche las luces de Chuquicamata y, en nuestro espíritu, la confianza en el porvenir de nuestra tierra.
He dicho.
-Los documentos que el señor Gómez pidió incorporar al final de su discurso y cuya inserción se acordó posteriormente, son del tenor siguiente:
"NECESIDADES DE LOS PUEBLOS DE PEINE Y SOCAIRE, EN ANTOFAGASTA.- VIAJE DE LOS MINISTROS DE OBRAS PUBLICAS Y DE TIERRAS Y COLONIZACION.
"El señor GOMEZ.- Quiero hablar esta tarde de dos pequeños pueblos cordilleranos: Peine y Socaire. Se hallan muy cerca el uno del otro. Los dos son muy hermosos y se encuentran inscrustados en los contrafuertes andinos del departamento de El Loa. Sus gentes viven, con mucho esfuerzo, de la agricultura de los oasis; son alegres y resignadas, y tienen un alto sentido de solidaridad social.
"Llegamos a Peine, no hace mucho, una tarde muy calurosa del último estío. El MinistroJulio Philippi, conducido por el arqueólogo Gustavo Le Paige, ya había estado allí y hacía sólo un par de cuartos de hora que se había marchado. El pueblo estaba alborozado. ¡Un Ministro por esos pagos! Era algo increíble. ¿Cómo se le podía ocurrir a un Ministro, en pantalón de pana, mangas de camisa y faja de campesino, subir a la cordillera a estrechar manos callosas de labriegos, a preguntar por necesidades, a tratar de ser útil? Parecía mentira. . .
"Por entre cosas de rústica belleza, subimos la espinada callejuela de piedra, como labrada en la misma roca, mientras Darío Lara, el profesor, nos fue contando sus quejas. Los profesores realizan en la cordillera una labor patriótica y civilizadora, digna de toda la comprensión y ayuda del Estado y la nación.
"Llegamos al espacioso local de la junta de vecinos. Mientras observábamos su arquitectura -envigado de troncos que sostienen costillares sobre los cuales descansan las "fonolitas" de la techumbre; las paredes enjalbegadas de cal-, oímos a quien parecía un joven patriarca, Guillermo Chayle, la cuenta de las cuitas del pueblo; los canales y los tranques se hallan en mal estado; es preciso recubrirlos para que no se pierdan las aguas. Quieren, además, que se estudien técnicamente las posibilidades agrícolas del sector de Algarrobilla; que se saneen de una vez sus títulos de dominio y que se haga un plano catastral del sector de Tilomonte. El camino que viene desde Toconao está en muy malas condiciones y hay que afirmarlo y rellenarlo en los sectores de dunas. Hay, además, un problema sanitario motivado por la infección de moscas y vinchucas, y carencia de locales escolares. Desean también establecer pequeñas industrias de apicultura y avicultura. Cuentan con dos equipos deportivos, el Peine y el Almirante Latorre, y demandan sendas subvenciones del Estado.
"Nos retiramos muy satisfechos. Al trasponor un ribazo, vimos que salía de una de las últimas alquerías, como para despedirnos, un brazo retorcido de madera. Del brazo colgaba un letrero en que se leía: "Posada El Olvido". Enseñándome el letrero, un viejo peineño me dijo: "Comprovinciano, ahora que por primera vez vino un Ministro, vamos a cambiarle el nombre a la posada; ahora se va a llamar "Posada La Esperanza"." Y agregó: "Pudiera ser que dentro de cincuenta años más fuera posible llamarla "Posada Las Realizaciones"." Sonreímos frente a frente, con profunda sonrisa de comprensión, el viejo labriego y el joven Senador. Los demás' rieron sonoramente, subrayando la salida ingeniosa. Yo no pude reír. La observación era como un latigazo y, de los latigazos, aunque los reciban los funcionarios y "tramitadores" centralistas, yo no me río.
"Mi homenaje al pueblo de Peine consiste, esta tarde, en solicitar a la Mesa que tenga la amabilidad de oficiar, en nombre del Senador que habla y del Comité Radical, a los señores Ministros de Tierras y Colonización, Obras Públicas, Agricultura, Educación Pública y Hacienda, para transmitirles, según corresponda, las aspiraciones puntualizadas en esta exposición. Y a la Comisión Coordinadora de la Zona Norte, para imponerla de la filosofía del labriego, aparte el detalle de todas las ponencias, a fin de que se vaya preocupado de notificar a los funcionarios del Estado, empezando por los propios, que también tienen deberes que cumplir en favor de los habitantes de la cordillera notina.
-"De conformidad con el Reglamento, se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador y el Comité Radical.
"El señor GOMEZ.- La " coctelera" - por esos caminos de Dios hasta el recio Mercedes Benz del Honorable señor Zepeda no sería más que una "coctelera"- nos condujo luego a Socaire, otro pueble-cito de ensueño, verdadera tarjeta postal recortada contra la montaña. Atravesamos las terrazas sembradas y los trigales suspendidos como en descomunales maceteros salientes del murallón cordillerano; vimos los escalones de labranza cargados de maíz, girasol y otras verduras, y entramos al poblado.
Todo el pueblo estaba en la calle. Las banderas al viento. Los niños con delantales blancos. Allí nos reunimos Pinto Lagarrigue, Ministro de Obras Públicas; Gustavo Le Paige, Julio Philippi, Ministro de Tierras y Colonización; el regidor Rubén Soto y el Senador nortino. Era una tarde indescriptible. Hablaron Silvestre Varas, el patriarca de Socaire, y Olivares Ortega, el "negro Olivares", de Toconao. Entre ambos expusieron problemas y aspiraciones. Estos son: las aguas de regadío son escasas, especialmente por el mal estado de los canales, que deben ser reparados; el pueblo carece de agua potable y se usa la misma del regadío, cuya calidad no es buena. Bastaría con extender una cañería hasta la parte superior del cauce y tomar allí aguas sin contaminar. Los caminos están en mal estado y se hace necesario un mayor esfuerzo de conservación. El local de la escuela se halla en pésimas condiciones y la lógica más elementales indica que debe construirse uno nuevo. Los "sembríos" están contaminados y se hace necesaria una labor de fumigación por parte de los servicios de sanidad vegetal. Los propietarios carecen de títulos de dominio y hay conveniencia y urgencia en regularizar la situación. En la alta cordillera existen dos lagunas, las de Miscante y Menique, con aguas aptas para el cultivo, y los dirigentes del pueblo estiman que el Ministerio de Obras Públicas debería desarrollar un proyecto tendiente a su aprovechamiento. También debería construirse un camino para hacer relativamente expedito el acceso a dichas lagunas. El pueblo carece de posta de primeros auxilios y se solicita la instalación de una.
"Respecto de títulos de dominio, Philippi expresó que, gracias a disposiciones aprobadas en la ley de Reforma Agraria, despachada con el concurso valioso de los "Senadores rebeldes", el Ministerio a su cargo estaba tomando todas las providencias del caso y que, a muy corto plazo, todo propietario de cada uno de los oasis del norte tendría sus títulos en orden.
"Sobre lo demás, los Ministros tomaron nota y expresaron su deseo de estudiar en el terreno la solución de algunos de los problemas expuestos. Es así como en el acto salimos a ver la escuela: un caserón cuajado de rendijas por las que se calaba el viento; las ventanas sin vidrios; el piso de tierra. Por lo que yo he visto, jamás el saber se vio peor alojado. El MinistroPinto, huincha en mano, salió a buscar un terreno. Luego impartió instrucciones y todos quedamos en la certeza de que pronto surgirá en Socaire un local digno de la educación chilena.
"A la hora de la cena, don Silvestre me dijo muy extrañado: "¡Qué raros son estos Ministros; mire cómo andan vestidos: uno parece huaso y otro no sé qué parece con su gorrita de chofer! Yo entendía que los Ministros usaban levita, cuello alto almidonado, tongo y medallas en el' pecho, y mire cómo se presentan éstos. ¿Nó se tratará de una tomadura de pelo?". "No, don Silvestre" -hube de intervenir-, "no sea desconfiado. Los señores son efectivamente los Ministros. ¿No ha visto usted cómo han estado trabajando...? ¿O creía usted que ningún Ministro trabajaba?".
"Esa noche dormimos como pudimos en la casona de don Silvestre y a la mañana salimos para la alta cordillera a investigar lo de las lagunas. Los recios vehículos treparon riscos y vencieron arenales, mientras la montaña venía lentamente hacia nosotros, hasta que nos vimos de pronto sobre sus faldas. Habíamos cruzado la estepa andina y visto sobre ella varios miles de ovejas diseminadas en diferentes rebaños, unos muy blancos, otros salpicados de ovejas negras, como si fueran grupos humanos. Por allá iba un rebaño sin pastor y, sin embargo, avanzaba con relativo orden por los terrenos más escarpados. Con todo, era el rebaño más numeroso. Al salir de las estepas cayó nuestro "jeep" en una "churulera" y cruzó sobre nuestras cabezas una hermosa bandada de catas verdes de la montaña.
Muy pronto, habríamos de continuar a pie hasta la laguna de Miscante. Allí nos recibió con alegres rebuznos un asno salvaje y al instante surgió la resonancia de otros rebuznos que venían del horizonte: a lo lejos corría una manada. Las aguas del lago eran tranquilas y frías. Sobre ellas flotaban gruesos terrones de hielo, como miniaturas de témpanos. De una costa a la otra mediarían unos 15 kilómetros. ¡Millones de metros cúbicos de aguas aptas para la agricultura encerradas en una taza inmensa y profunda formada en el sistema cordillerano! El espectáculo tenía dimensiones cósmicas. El sol brillaba sobre los hielos flotantes y las nieves que ya comenzaban a depositarse en las cimas aledañas. Allí estaban, imponentes, el cerro Miscante, el Tumiza y el Mocho. Más allá el "cerro que habla", el Licancaur de leyenda. El Mocho tiene mucho del Licancaur, sólo que le falta el cono, la parte superior. De ahí su nombre. Si el erario no anduviera tan a mal traer, yo habría pensado en hacer una indicación en la ley de Presupuestos, para que el Ministerio de Obras Públicas agregue al monte la parte que le falta, a fin de completar la obra que la naturaleza, según parece, dejó inconclusa..
"Nos dirigimos luego, caminando, a la laguna Menique, situada un poco al sur de su inmensa hermana mayor. Las dimensiones de ésta son reducidas, como su nombre parece insinuarlo, y sus aguas también se hallan encerradas en una taza muy honda.
"Emprendimos el regreso con una duda despejada. Por el momento, no pueden aprovecharse las aguas de las lagunas de Menique y Miscante, porque se encuentran a mucha profundidad, y las obras de ingeniería que habría que realizar para lanzarlas montaña abajo, serían de un costo tan subido que no guardarían relación con los recursos del Estado ni con nuestra economía del presente. Allá habrán de quedar, encerradas en las montañas, como reserva para lo futuro. Nuestros nietos, tal vez, acometan la empresa un día. Pollo pronto, quede aquí constancia del afán de dos buenos Ministros, quienes, junto al PadreGustavo Le Paige y el Senador que habla, son unos de los escasos chilenos que han logrado llegar hasta esas altas soledades pobladas de prehistoria.
"El MinistroPhilippi, con mucho sentido práctico, quiso, tal vez, aprovechar el esfuerzo dedicándose un poco a la arqueología. Así, de paso, fue recogiendo culturas atacameñas, y llegó hasta los vehículos cargado da piedras. El Padre Le Paige lo volvió a la realidad, diciéndole: "No, Ministro, éstas no son piezas arqueológicas; son simples piedras volcánicas...". Iniciamos el regreso a Socaire.
"El cura hizo más llevadera la ruta disertando, en su media lengua castellana, del "desalloro" de la cultura atacameña y de los "milenes" de edad que tenían unas puntas de flechas que él,- más ducho, había recogido en otro sector.
"Respiramos con tranquilidad al divisar a Socaire desde lo alto. Los vehículos habían vencido las estepas y las rocosidades; los arenales y esos hoyos profundos, de superficie cubierta, que hacen los ratones de la montaña, las "churuleras" en que se hunden ruedas y piernas; y nuestra aventura terminaba sin contratiempo. A nuestra izquierda, serpenteaba el agua de Socaire por un hermoso caz, cuyos bordes cubiertos de musgo le daban, a la distancia, el aspecto de estar forrado en terciopelo. Pinto Lagarrigue examinó el canal y dictaminó: "Debe ser revestido para que no se pierda, como actualmente, una gran parte del caudal; debe construirse una pequeña planta hidroeléctrica, aprovechando las caídas, para las necesidades del pueblo; y debe tenderse una cañería para obtener agua potable del curso superior del canal, evitando así que el pueblo siga bebiendo aguas contaminadas." Los pobladores de Socaire habían tenido razón: sus peticiones sobre el particular habían sido justas.
Almorzamos a la sombra de un chañar.
Los Ministros, el cura y el Senador cambiaron chistes con los socaireños. Phillip-pi estaba muy apenado por la derrota que, por el Campeonato Nacional de Fútbol, había sufrido la noche anterior la U. C. frente a la escuadra del "chucho", y el cura trataba de consolarlo, diciéndole -en broma, por supuesto- que no debía inquietarle la derrota, porque era natural que la "razón" se hubiera impuesto sobre la "fe".
"Salimos hacia Toconao ya entrada la tarde. Al acercarnos al caserío observamos, del convexo, la curva inmensa que hace el camino de Huaytiquina al internarse, por Talabre, en la montaña: aparecía como un impresionante arco de ballesta. "Allí está ese arco, dijo a los Ministros, esperando que un noble ballestero dispare en él las flechas del progreso". El Ministro Pinto, luego de como hacer además de echar mano a un imaginario carcaj, replicó: "Aquí hay 100 millones para afirmar el camino internacional de Huaytiquina, conforme a la indicación que Ud. y el Senador Wachholtz hicieron en el Senado". El Ministro confirmó más tarde, en grabación en cinta magnetofónica en Radio Calama, esta decisión del Gobierno.
"Así había quedado superada -de esta manera tan sencilla- la dificultad de que di cuenta en el Senado, en mi discurso de la sesión 47ª del 15 de enero del presente año. El Ministro había aceptado nuestras razones y rectificado su anterior criterio. El Norte y el país habían ganado una pequeña batalla en su lucha por el progreso.
"Ruego oficiar al señor Ministro de Obras Públicas para expresarle mi satisfacción por su actitud rectificadora y para preguntarle, en forma oficial la fecha de iniciación de los trabajos en el camino de Huaytiquina que deben comenzar, como también quedó acordado, por la pavimentación de la calle larga de Toconao, de la cual arranca el camino.
"Deseo también que se oficie a los Ministerios que corresponda y a la Comisión Coordinadora del Norte, suponiendo que ésta aún exista, para comunicarle todas y cada una las ponencias de Socaire, que señalé en el curso de esta intervención.
"El señor CORREA (Presidente).- Se enviarán los oficios solicitados por el señor Senador.
El señor GOMEZ.-
Quiero destacar, al finalizar esta exposición, la conducta ejemplar de los Ministros señores Ernesto Pinto Pagarrigue y Julio Phillippi. Su actitud de ver y recorrer las provincias, de discutir los problemas y las ideas sobre el terreno, mano a mano con el pueblo, a la vez que enaltecerlos, dará al país -estoy seguro- resultados muy fructíferos. Lo que ellos hacen salva, en parte, al actual Gobierno, pues su conducta contrasta con la de algunos dedicados al "bla bla bla" de la propaganda barata y de los discursos rebuscados, para justificar lo que no tiene justificación: la maraña económica, por ejemplo. Contrasta la sencillez inteligente y activa de estos dos Ministros con la prepotencia teorizante y destructiva de algunos carcamanes buscadores de aplausos y tal vez de algo más que no acierto aún a saber qué es, que hablan y hablan, sin decir nada, como si hubiesen estudiado en las academias de Cantinflas. Ojalá que a Su Excelencia el Presidente de la República se le ocurriera "congelar" a los charlatanes y dar mayores responsabilidades a hombres modestos y capaces que, como lo hacen Pinto y Philippi, se dediquen, sin aspavientos a trabajar por el engrandecimiento de la patria".
"Da respuesta a observaciones formuladas por el Honorable Senador señor Jonás Gómez, sobre problemas agrícolas de Peine y Socaire, Departamento El Loa.
Santiago.
Al señor Presidente del Honorable Senado.
Presente.
Por oficio Nº 5.204, de 3 de mayo último, ese Honorable Senado ha transmitido a este Ministerio las observaciones formuladas por el Honorable Senador señor Jonás Gómez Gallo, acerca de los problemas agrícolas que afectan a las zonas de Peine y Socaire, en el Departamento El Loa, Provincia de Antofagasta.
Las" observaciones referidas, fueron sometidas a la consideración de la Dirección de Agricultura y Pesca, servicio que, por oficio Nº 2.477, de 17 de agosto en curso, ha evacuado el informe correspondiente.
De acuerdo con dicho informe, me permito manifestar a Su Señoría lo siguiente:
Sector de Peine. -El sector de Peine se encuentra ubicado al Sur de la Comuna de Calama, a 72 kilómetros del pueblo de Toconao y con una altitud de 2.401 metros sobre el nivel del mar.
En esta región no existen antecedentes pluviométricos, ya que llueve en raras ocasiones y las precipitaciones habidas durante el año son mínimas. Es interesante observar que tampoco se presentan camanchacas ni neblinas, por ser un clima sumamente seco que impide la formación de estos fenómenos mateorológicos.
Los suelos de Peine corresponden, en general, a terrenos originados por arrastre de ríos primitivos, permeables al agua, con escasa capacidad de retención y muy pobres en materia orgánica.
Su vegetación natural está representada por Algarrobos y Chañares entre las especies arbóreas, Rica-Rica, Pingo-Pingo, etc., entre las arbustivas y las herbáceas presentan las Gramas, Espural, Cortadera, Tomatillo, Cepa de Caballo, entre sus más importantes especies.
Los cultivos principales que se practican son alfalfa y trigo y le siguen en menor importancia el maíz. Los rindes de estos cultivos son bajos por la mala preparación de los suelos, por la semilla de deficiente calidad, sistemas de riegos inapropiados, ausencia del uso de abonos, etc.
El agua que utilizan los agricultores para sus riegos proviene de vertientes. En el nacimiento de éstas se construyen pequeñas represas desde donde nacen. Los canales que conducen las aguas para el regadío. El riego lo hacen por sumersión o represa, para lo cual se detiene el agua en los suelos mediante pretiles o lomos de arenas.
De acuerdo a los antecedentes señalados, se recomienda para el sector Peine, poner en práctica un Programa de Asistencia Técnica tendiente a conseguir:
Diversidad de cultivos hasta donde lo permitan las condiciones del suelo, clima y agua.
Implantación de nuevos sistemas de riego, reemplazándose el regadío por sumersión por el riego de derrame y por surco que exige menor cantidad de agua.
Aumento de la superficie cultivada.
Uso de semillas de buena calidad, en lo posible certificadas.
Mejoramiento de los suelos con incorporación de materia orgánica y el uso racional de abonos.
Mejoramiento en la preparación de los suelos, a objeto de conseguir mejores rendimientos en los cultivos.
Mejoramiento del ganado ovejuno y caprino con incorporación de razas finas.
Complementando la asistencia técnica, se sugiere además la construcción de embalses o represas en el nacimiento de las vertientes, de materiales más sólidos, de albañilería, con el objeto de evitar los filtraciones y derrames de agua.
Igualmente se recomienda reforestar las vertientes con algarrobos y chañares como medida de defensa de estas vertientes.
Sector de Socaire.- El sector de Socaire se ubica al Sur-Este del pueblo de Toconao, a una altitud de 3.290 metros sobre el nivel del mar. Su clima se caracteriza por la carencia casi absoluta de lluvias, frecuentes heladas en invierno y una escasísima humedad relativa, predominando la sequedad del aire.
Sus suelos, al igual que los de Peine, corresponden a la formación alotígena, esto es, suelos originados por acarreo de aluvión. Son terrenos arenosos, permeables al agua, con escasa propiedad de absorción y muy pobres en materia orgánica.
La vegetación natural está representada por las mismas especies arbóreas y arbustivas del sector de Peine.
Los cultivos principales que se efectúan en Socaire son alfalfa, trigo, maíz y otras producciones de chacarería en menor escala. Sus rindes son en general bajos, motivados por la mala preparación de los suelos, mala calidad de la semilla empleada, deficientes prácticas culturales, métodos de siembras ínapropiados, escasa aplicación de abonos, etc.
El agua utilizada por este núcleo agrícola provienen del río Socaire, río cordillerano de aguas dulces. Su gasto aproximado es de 300 litros por segundo. Existen también algunas vertientes en la parte alta del sector con las que se complementa el regadío. El río sufre una disminución en su caudal entre los meses de noviembre a febrero, época en que escasea el agua, distanciándose por esto mismo los riegos.
El método de regadío empleado por los agricultores de Socaire es similar al usado en Peine, es decir, por sumersión, o por represa o embalse como se le conoce vulgarmente.
En el sector de Socaire se explotan en los huertos caseros algunos árboles frutales como higueras, manzanos y perales, cuya vida es muy precaria por los escasos cuidados que se les proporciona.
La población animal de Socaire está constituida por ovejunos, caprinos, asnales, mulares y vacunos que se desarrollan relativamente en buenas condiciones.
Para el sector de Socaire se recomienda igualmente desarrollar un Programa de Asistencia Técnica idéntico al sugerido para Peine, a objeto de lograr las mismas metas que solucionarían los problemas que significan las limitantes expuestas para el desenvolvimiento de la agricultura de esa región.
Conjuntamente con este programa habría que considerar el mejoramiento del ganado existente, que es en su totalidad rústico y criollo. Las condiciones favorables qu presenta esta explotación con sus vastas regiones de pastos naturales ubicados en los contrafuertes y quebradas cordilleranos, como también el cultivo de la alfalfa que ocupa un área apreciable, son factores que asegurarían el éxito de la explotación ganadera.
La mejora del ganado vacuno podría realizarse considerando el mejoramiento de la calidad de la carne y aumento de la producción lechera. El suizo sería quizás el más indicado para obtener este mejoramiento, pues es éste un animal que se adapta a las condiciones ambientales y de relieve cordillerano.
El ganado ovejuno, por su lado, podría recibir la influencia del Merino y Suffolk-Down, animales que han demostrado buenas condiciones de mejoramiento por cruce.
Previo a su implantación definitiva, sin embargo, sería necesario experimentar con las razas mejoradoras en estas zonas.
En el aspecto forestal de Socaire, sería interesante considerar la forestación de'la hoya del río Socaire y en las vertientes del lugar, con especies arbóreas y arbustivas típicas de la zona.
La arboricultura frutal también podría impulsarse. Para tal efecto se recomienda la plantación de frutales ambientados en esa región, como higueras, manzanos y perales, en los huertos caseros; debiendo instruirse a los agricultores sobre las prácticas de sanidad vegetal.
En lo referente al estudio técnico del agrícola de Algarrobilla, si la Dirección de Riego analizara la posibilidad de llevar a ese punto las aguas que actualmente riegan Socaire, se podría obtener una mejor producción que la actual, siempre y cuando los estudios de suelos no aconsejen otra cosa. En la actualidad, esos terrenos están entregados a la Corporación de Fomento de la Producción.
Casi la totalidad de las sugerencias recomendadas para los sectores de Peine y Socaire, podrían realizarse mediante el establecimiento, en esos lugares, de Programas de Crédito Supervisado.
Saluda atentamente a S. S."
"
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:IntervencionPeticionDeOficio
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/323
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3465
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2346
- rdf:type = bcnres:IntervencionPeticionDeOficio
- rdf:type = bcnres:PeticionDeOficio
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion