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El señor GARCIA (Presidente).-
Siete, señor Senador.
Puede hacer uso de la palabra Su Señoría .
El señor ALLENDE.-
Señor Presidente, en dos o tres oportunidades he levantado mi voz, como Senador de las provincias de Valparaíso y Aconcagua, para señalar la situación dramática creada en ellas por el sismo último. Me he referido, asimismo, en forma amplia, a la visita que realicé a la zona horas después de ocurrida la catástrofe, y he detallado la tragedia de lo acaecido en "El Cobre" y el drama -repito intencionadamente esta palabra- de las 160 o más personas que fueron ahogadas por el alud.
Hicimos presente en esas ocasiones que nosotros teníamos profundo interés en que los problemas ocasionados por el terremoto fueran resueltos en la forma más rápida posible y, pasando de las palabras a los hechos, presentamos una iniciativa de ley.
Destaqué que ese proyecto, iniciado en moción de los compañeros Senadores Raúl Ampuero y Aniceto Rodríguez y del que habla, es muy similar al que entregamos a conocimiento del Congreso con motivo del terremoto de 1960.
El concepto esencial de nuestro planteamiento era la necesidad de una planificación, con el objeto no sólo de reconstruir, sino también de dar vida y posibilidades de desarrollo económico a las zonas afectadas, estructurando los organismos pertinentes. En esta ocasión insistimos en ello.
Además, esclarecimos que, a nuestro juicio, había una diferencia fundamental, también señalada por nosotros a raíz del sismo anterior, en lo relativo a la posibilidad de dotar al país, por medio de disposiciones legales, de instrumentos permanentes, a fin de que este tipo de catástrofe no nos sorprendiera en actitud de improvisación constante. Señalamos, de la misma manera, la necesidad de un financiamiento que no pesara drástricamente sobre los consumidores y la mayoría del país.
He oído las palabras del Honorable señor Tomás Chadwick, nuestro representante en una de las Comisiones unidas, y puedo manifestar mi complacencia por el enfoque que hizo en torno de las ventajas extraordinarias de las compañías del cobre en comparación con los nuevos gravámenes que deberán soportar cientos de nuestros compatriotas.
Por último, señor Presidente, en la iniciativa que comento, propusimos sancionar con multa, por una sola vez, a la compañía responsable del accidente a que me referí al comienzo de mis palabras.
Ante la imposibilidad de disponer de más tiempo -en virtud del acuerdo de los Comités-, quiero señalar que aprovecharemos la vía de la indicación para insistir en algunas de nuestras ideas esenciales y, al mismo tiempo, que participaremos activamente en la discusión particular.
Desde luego, me interesa señalar que presentaré indicaciones para permitir el aprovechamiento del mayor caudal de agua en la provincia de Aconcagua y hacer posible, así, el regadío de dos mil pequeñas propiedades cuya tragedia se repite anualmente. Además, junto con precisar algunos aspectos relativos a la provincia de Valparaíso, presentaré un proyecto integral destinado a resolver sus problemas de salubridad y atención médica.
Sé que hasta ahora el Gobierno ha sido renuente a aceptar indicaciones que, a su juicio, pudieran modificar la concepción que, sin planificar, ha dado a esta iniciativa; pero sostengo, con las cifras que daré -estoy cierto de que encontraré apoyo en el Senado-, que la situación en Valparaíso en cuanto a atención médica, defensa y reparación de la salud es tan extraordinariamente grave, que ésta es la mejor oportunidad para que el Congreso y el Ejecutivo acepten encarar definitivamente el problema de la atención y la defensa de la salud de los que viven en la segunda provincia de Chile y en la provincia agrícola de Aconcagua.
Finalmente, reitero que presentaremos varias indicaciones y que en la discusión particular insistiremos en nuestros puntos de vista.
Termino aquí, frente al fallo implacable del tiempo.
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