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El señor FIGUEROA (Secretario).-
En el Orden del Dia, corresponde ocuparse, en primer lugar, en un informe de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, suscrito por los Honorables señores Contreras Tapia (Presidente), Allende, Foncea y Jaramillo, recaído en el proyecto de la Cámara de Diputados que otorga beneficios a los obreros de la Administración Local del puerto de Valparaíso que se encuentran en situación de jubilar y que cesaron en sus funciones el 1° de julio de 1965.
-El proyecto figura en los Anexos de la sesión 47^, en 14 de septiembre de 1965, documento 12, página 3915 y el informe, en los de esta sesión, documento 3 página 164.
-Se aprueba en general el proyecto.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Los Comités acordaron dar un tratamiento especial a este proyecto, en el sentido de votar todas las enmiendas propuestas por la Comisión de Trabajo y Previsión Social en su informe.
Corresponde, en consecuencia, votar primeramente la modificación propuesta al artículo 1°, que consiste en suprimir la palabra "supremo".
-Se aprueba el artículo en la forma propuesta por la Comisión.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
En el artículo 2°, la Comisión propone intercalar, después de la palabra "integrarán", lo siguiente: "en el plazo máximo de cinco años", y una coma después del vocablo "Social".
-Se aprueba el artículo en la forma propuesta por la Comisión.
El señor FIGUEROA (Secretario) -
La Comisión propone sustituir el artículo 4° por el siguiente:
"El personal que jubile antes de haberse confeccionado los escalafones y plantas de los obreros de la Empresa y que impetre el derecho a la jubilación, entre el 1° de julio y el 31 de diciembre de 1965, tendrá derecho a que su pensión sea rejustada, en todo momento, como si estuviere en actividad".
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
En discusión.
El señor GUMUCIO.-
Los parlamentarios de estas bancas pensábamos formular algunas indicaciones a este proyecto, pero en homenaje a la rapidez de su despacho, debido a las circunstancias en que se encuentran los obreros a quienes afecta esta iniciativa, hemos acordado no presentarlas.
El artículo 4° concede una pensión llamada vulgarmente "perseguidora", o sea, equivalente al sueldo en actividad.
En realidad, al darse esta situación de privilegio a un grupo, en cierta medida se comete una injusticia con relación a los obreros de puertos que han jubilado en el pasado con más de 30 años de servicio, y que no tuvieron ese tratamiento.
Lo ideal habría sido estudiar una legislación aplicable por igual a todos los obréros que han prestado sus servicios, por muchos aiios, en la Empresa.
Esa objeción nos merece, desde luego, el artículo en debate. Además, en cuanto al cálculo de las pensiones, se ve que la Comisión no tuvo posibilidades de hacer un estudio más acucioso.
El señor ALLENDE.-
La Comisión de Trabajo y Previsión Social entró a estudiar el proyecto despachado por la Cámara y enviado por el Ejecutivo después de haberse escuchado en esta sala, en reiteradas oportunidades, de Senadores de todas las bancas, una dura crítica a los métodos y procedimientos usados por la Dirección de la Empresa Portuaria de Chile y por el propio Gobierno frente a lo que se llamó el conflicto portuario y que nosotros siempre definimos como una arbitrariedad expresa- sada en un "lockout" de la Empresa, que impidió a los obreros desempeñar sus trabajos habituales.
Me parece necesario destacar que Senadores liberales, radicales, independientes, comunistas y socialistas, coincidieron en la crítica a los métodos y procedimientos empleados .
Deseo recordar al Senado que el 10 de junio, los Senadores Luis Fernando Luengo, Víctor Contreras, Carlos Contreras, Jonás Gómez, Luis Bossay, Exequiel González Madariaga y los seis Senadores socialistas que estábamos en la sala, acordamos solicitar el envío de un oficio al Contralor para que estableciera las responsabilidades que, a nuestro juicio, recaían sobre el Director y Subdirector de la Empresa. Deseo hacer presente, al mismo tiempo, que con posterioridad a ese oficio, el 10 de agosto, se envió, en nombre los Senadores; Socialistas, independientes y radicales, un nuevo oficio a la Contraloría, con más antecedentes, a fin de que ese organismo obtuviera los documentos que le permitieran establecer los hechos denunciados reiteradamente.
¿Por qué expongo estos antecedentes? Porque hemos sostenido que la solución dada a este conflicto no puede ni debe generalizarse. Hemos afirmado que, lamentablemente, se buscó este arreglo, y que él lesiona seriamente a los organismos pre- visionales.
Solicité de la Superintendencia de Seguridad Social un informe, que tengo a la mano, en el cual el señor Superintendente establece el déficit potencial que se produciría en la Caja como consecuencia de este éxodo obligado de 500 trabajadores. Destaco ante el Senado que ésta es la primera vez en la historia de Chile que se produce una salida masiva de trabajadores, que debe pesar en forma muy fuerte respecto de los cálculos actuariales de la institución previsional respectiva.
En el mismo oficio, se deja constancia de que el fondo de desahucio, que, como todos sabemos, está formado por el aporte de los empleados públicos, tendrá un egreso cercano a 10 mil millones de pesos.
El oficio de la Superintendencia de Seguridad Social avalúa el déficit de la Caja en 35 mil millones de pesos. La Superintendencia no dispuso de los datos necesarios para calcular la repercusión que aquello tendría con relación a la continuidad de la previsión.
Dejo constancia de estos hechos, pues alguien podría pensar que hay una actitud contradictoria de nuestra parte, y fundamentalmente del Senador que habla, quien ha combatido dura y tenazmente la actuación del Gobierno y de los funcionarios a cargo de la Empresa y la solución dada al conflicto. Pero, provocado dicho arreglo, los Senadores que firmamos el informe de la Comisión estuvimos de acuerdo en señalar que es injusto hacer recaer sobre los obreros, sobre su futuro, las consecuencias de una actitud arbitraria de un funcionario público amparado por el Gobierno, de una política de tipo social y sindical funesta. Por eso, tenemos extraordinario empeño.en esclarecer ante la conciencia del país los métodos y procedimientos utilizados.
Jamás en la historia de Chile, desde que actúo en la vida pública -y ocupo este mismo sillón hace ya 20 años-, había presenciado una intervención más indecorosa, destinada a quebrar una organización sindical normal y a crear artificialmente otra al servicio de la dirección de la Empresa y de la política sindical de un partido. Los Senadores democratacristianos podrán rebatir tal afirmación. Dirán que no es así. Pero hay un hecho categórico: en este recinto, sólo los Senadores democratacristianos han tenido una posisión discrepante; vale decir, el resto de los partidos aquí representados han censurado esta actitud y este procedimiento que, en caso de generalizarse, significaría el más grave atentado contra los derechos sindicales y representaría solucionar la apetencia burocrática de un partido a expensas de la economía nacional.
No deseo insistir extensamente sobre cifras y datos proporcionados por el Senador que habla, que no han sido refutados. En una oportunidad, incluso di a conocer lo que decía un artículo del diario "El Mercurio", que avaluaba en más de 40 mil millones de pesos la pérdida provocada por lo que él llamaba la huelga portuaria, de la cual culpaba, como era lógico en ese diario, a los obreros. Pero quienes sabemos que ello fue un "lock-out", tenemos claro concepto de que la responsabilidad de este movimiento, que tuvo tan extraordinaria repercusión para la economía nacional, compete en forma exclusiva al Gobierno y a los funcionarios a cargo de la Empresa. Efectivamente, los Honorables señores Jaramillo Lyon y Víctor Contreras y el Senador que habla formulamos indicación para que los obreros jubilen con el sueldo de actividad. ¿Por qué lo hicimos? Los delegados de esos trabajadores participaron en toda la discusión de esta iniciativa, a indicación mía. Sin embargo, a esas reuniones sólo asistieron el Subsecretario de Transpoi'tes y el Director de la Empresa. Debo declarar que en ellas estuvo siempre ausente el Ministro del ramo, circunstancia que deploro, pues él o el de Economía debieron haber participado en ellas, dada la significación del proyecto. En este momento dicho Secretario de Estado tampoco se encuentra presente en la Sala, lo que me parece inaceptable. No obstante la trascendencia de esta iniciativa, conviene recalcar que el Gobierno se hizo representar sólo ocasionalmente, y durante algunas horas, únicamente por el Subsecretario del Trabajo, pese a haber reclamado nosotros la presencia del Ministro. Pero hay más, en la primera reunión de la Comisión no participó ningún funcionario del Gobierno, ni siquiera el Director de la Empresa. Esto indujo a los Honorables señores Jaramillo Lyon y Víctor Contreras y al que habla, a requerir la presencia del Ministro y del funcionario responsable de la entidad afectada.
Reitero, pues, que deploro la ausencia del Ministro del Trabajo y Previsión Social en esta oportunidad. El tenía la obligación de concurrir al Senado para explicar al país las razones por las cuales se propuso este proyecto y las consecuencias que traerá, para lo futuro, el hecho de convertir en norma este procedimiento para crear posibilidades de trabajo para los partidarios de la Democracia Cristiana.
Además, formulamos esta indicación, porque los representantes de los obreros nos exhibieron el acta -un borrador inicial de ella- en la cual quedó consignado que sólo por una vez se haría este ajuste de las jubilaciones, lo cual desvirtúa ¡a idea del Honorable señor Gumucio sobre la llamada jubilación "perseguidora". Los representantes de los obreros dijeron que no habrían aceptado que en dicho documento se consignara la frase "por una sola vez". El director de la empresa refutó esa afirmación, pero uno de los trabajadores formuló el siguiente razonamiento: "¿Cómo iba a aceptar yo que sólo por una vez se nos jubilara de acuerdo con el sueldo de actividad, en circunstancias de que me faltan cinco años para llegar a la jerarquía 'superior en el escalafón de la empresa? Aceptarlo me impide legalmente acogerme a la pensión "perseguidora". Yo acepte" -agregó- "firmar el convenio en la convicción de que no se incluía la frase "por una sola vez"."
De hecho, se colegía que para aquellos trabajadores impulsados, presionados, obligados a jubilar, existiría la posibilidad permanente de hacerlo de conformidad con su sueldo de actividad.
Frente a esta prueba irrefutable -allí .está el acta de la sesión-; frente a los antecedentes entregados en esa oportunidad y al silencio del Director de la Empresa y del Subsecretario del Trabajo, formulamos la indicación a que me refiero y que fue aprobada con el voto en contra del Senador democratacristiano en la Comisión.
Por eso, por haber repudiado el procedimiento, los métodos y la forma de resolver el conflicto, los cuales estimamos lesivos para el interés nacional, hemos querido, en todo momento, defender a estos trabajadores que -óigalo bien el Senado-, como nunca antes ha ocurrido en Chile, han sido humillados y vejados en virtud de un conflicto provocado artificialmente por el director de la Empresa.
Tengo a la mano un informe de la Con- traloría, que pedí en su oportunidad, sobre todos los avisos publicados por ese director, en los cuales promete el oro y el moro y anuncia enviar, en fecha que declara próxima, un proyecto de ley para resolver esta situación, materia en la cual no le cabe ninguna autoridad ni competencia. En esos avisos, como una manera de presionar a los obreros, el Director de la Empresa llegó a la desvergüenza de decir que los trabajadores interesados deberían inscribirse en las distintas Comisarías de Valparaíso; o sea, se pretendió que acudieran a ese recinto los obreros chilenos que estuvieran dispuestos a traicionar un movimiento reconocidamente justo.
Este hecho justifica la expresión de repudio que merecieron los métodos utilizados por el director de la' Empresa en contra de los trabajadores. Nunca, ni en los peores Gobiernes, ni aun en el de González Videla durante la vigencia de la ley de Defensa de la Democracia, se recurrió a! procedimiento de contratar "krumiros" por intermedio de las Comisarías para reemplazar a obreros declarados en huelga en defensa de sus legítimos derechos y que, como en este caso, fueron víctomas del "lock out".
Por las consideraciones anteriores, aprobaremos esta indicación. Ella representa el pensamiento de la mayoría de los trabajadores.
He dicho.
El señor FONCEA.-
Indirectamente, he sido aludido por el Honorable señor Allende al sostener que esta indicación, patrocinada por Su Señoría y por el Honorable señor Víctor Contreras, tendiente a otorgar la llamada jubilación "perseguidora" a los obreros que han dejado de pertenecer a la Empresa Portuaria, habría contado con el voto contrarío del representante democratacristiano.
Si nos atenemos al informe, la situación es diferente, por cuanto en él consta que yo me abstuve de votarla.
El señor ALLENDE.-
Está bien: reconozco mi error.
El señor FONCEA.-
Además, me abstuve en cumplimiento de un compromiso contraído con los representantes de los obreros de la Empresa Portuaria. Estos, una delegación muy numerosa de ellos, me visitaron con anterioridad a la discusión de esta iniciativa en la Comisión, para pedirme que, dentro de lo posible, contribuyera a su aprobación en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados, por considerar que en esa forma se acogían plenamente las aspiraciones del gremio.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
Pido la palabra.
El señor FONCEA.-
Asimismo, me abstuve de votarlo, porque el planteamiento de los Senadores del FRAP, al cual se sumó el Honorable señor Jaramillo. . .
El señor JARAMILLO LYON.-
No me sumé; compartí ese criterio. Es muy distinto.
El señor FONCEA.-
He dicho que Su Señoría se sumó, porque hizo suya la indicación formulada por los Honorables señores Allende y Víctor Contreras. Eso, a mi juicio, se llama sumarse a algo y no compartirlo. En todo caso, no tiene mayor importancia.
El señor JARAMILLO LYON.-
Por lo demás, esa posición -si no me equivoco- la planteé con anterioridad a la indicación del Honorable señor Allende.
El señor FONCEA.-
El hecho es que al comenzarse a discutir la iniciativa en la Comisión, se señaló que la Empresa Portuaria estaba en situación de falencia sumamente grave. El Director de esa repartición explicó las fuertes obligaciones que pesaban sobre ella y agregó que se venían arrastrando a lo largo de muchos años. Señaló que correspondían a una serie de circunstancias derivadas de exceso de persona] y de un sistema privilegiado. Se expresó que más de 90% del total de los ingresos que percibía la Empresa se destinaba a remuneraciones,' y sólo un cuatro y tanto por ciento -en todo caso, no llegaba siquiera a cinco por ciento-, a mejorar la maquinaria' y a ampliar las obras del puerto. Se subrayó, en consecuencia, la contradicción, por lo menos aparente, que existía entre las indicaciones presentadas por los Senadores de oposición y el criterio expresado por el representante de los obreros portuarios. Estos, como dije, me visitaron para expresarme su deseo de que despacháramos el proyecto en los términos propuestos por el Ejecutivo y ratificados por la Cámara.
En la Comisión, la iniciativa fue objeto de varias indicaciones. Una de ellas, referente al artículo anterior, establece el pago diferido de las diferencias que correspondan a la jubilación de los obreros en condiciones de acogerse a este beneficio. En efecto, dicho personal debe completar en la Caja de Empleados Públicos y Periodistas las imposiciones que le falten. El artículo, tal como lo propuso en su mensaje el Ejecutivo, dispone que el pago de tal diferencia debe hacerse de contado, para jubilar con el sueldo de actividad. A este respecto se dieron antecedentes que no creo necesario repetir en esta oportunidad. Debo, sí, recordar que en la Comisión se estableció que estos trabajadores recibirían, como término medio, una pensión de 900 escudos mensuales y 23 mil escudos por concepto de desahucio. No obstante, para alcanzar ese beneficio deben completar las imposiciones que les falten, lo cual les representará desembolsar entre cinco mil y siete mil escudos. O sea, descontado este aporte, recibirán un desahucio líquido de 17 mil ó 18 mil escudos, suma que, por cierto no es insignificante. Debo recordar que el Honorable señor Prado expresó en la Comisión que, después de haber servido él durante veinte años en la Empresa Portuaria, primero como empleado y luego como abogado, había obtenido un desahucio de 10 mil escudos. En este caso, los obreros recibirán el desahucio cuyo monto he señalado, más una pensión de 900 escudos mensuales, a partir del 19 de julio de este año.
Por lo demás, este conflicto fue discutido en muchas sesiones en esta Corporación, lo cual permitió imponernos de todos sus pormenores incluso a Senadores que no teníamos mayor interés por el problema. Y bien, ¿qué solicitaron los diferentes sectores de Oposición? Que el Gobierno diera una solución justa a este conflicto, tan inconveniente para la economía nacional. Lo recuerdo, porque en el largo debate suscitado a este respecto se dieron antecedentes relativos a lo que significaba la paralización de los puertos. Si mi memoria no me es infiel, se afirmó que cada barco paralizado representaba cinco mil dólares diarios de pérdida. Este y otros antecedentes indujeron a todos los sectores a exigir al Gobierno dar solución al conflicto, criterio que nosotros compartimos y, desde luego, también lo compartieron el Ejecutivo y el Director de la Empresa. Finalmente, se ha llegado a un arreglo que no puede calificarse de precipitado. Como se dijo en la Comisión -se lo recuerdo al Honorable señor Allende-, fue materia de lata discusión y análisis en reuniones habidas entre la empresa y los representantes de los obreros durante muchos días. Se averiguó incluso, ante una consulta que formulé, si los obreros habían estado privados de asesoría jurídica, y se dijo que habían contado con muy buenos asesores.
Finalmente, se llegó a esta acta de avenimiento, que ahora ha sido modificada sustancialmente por medio de una serie de indicaciones que la mayoría de la Comisión aprobó.
Quiero preguntar hasta dónde eran sinceras las expresiones vertidas en el Senado en orden a que se quería efectivamente resolver el problema, pues ahora, cuando esta solución se ha logrado, nacen numerosas críticas al Gobierno, porque, según se ha dicho, postergó la solución del conflicto o no lo resolvió en forma adecuada, o porque la fórmula propuesta afectará a la economía del país. Sin embargo, al término de una de las sesiones en que se discutió el problema portuario, el Senador radical Honorable señor Bossay, a quien cupo destacada intervención en el debate, señaló la conveniencia de acoger a jubilación a los obreros que estuvieran en condiciones de optar a ese beneficio, idea que auspiciaban, además, los mismos obreros en conflicto.
Ahora se dice que lo anterior no significará economía alguna, porque, si bien es cierto que se retirarán 500 obreros, la Empresa ya contrató otros 500 durante el conflicto, todos los cuales, por cierto, serían democratacristianos, a juicio de los impugnadores. Los obreros contratados durante el conflicto se inscribieron, según se ha expresado, en las tenencias de Carabineros, lugares donde dudo que haya podido efectuarse una selección partidista. En todo caso, nadie, hasta la fecha, se ha atrevido a insinuarlo.
En la Comisión, sostuve que el retiro de esos 500 obreros redundaría en economía para ia Empresa Portuaria, pues ellos estaban regidos por un sistema de trabajo -de él nos impusimos en el debate- que consagra vicios tales como las llamadas horas de espera y la inamovilidad. Sobre las horas de espera, repetiré antecedentes proporcionados por el Ministro del Interior subrogante, señor Carmona, quien destacó que el año pasado, solamente en el puerto de Valparaíso, se pagaron 648 mil horas de espera, con un costo de más de un millón ochocientos mil escudos. Además, se proporcionaron otros datos, que quiero recordar para que se haga luz en este asunto. Así, en el puerto de Valparaíso, se movilizan anualmente alrededor de 500 mil toneladas de carga, mientras en el resto de los puertos del país este movimiento es del orden de un millón de toneladas. Sin embargo, en el puerto de Valparaíso hay mucho más personal y se pagan remuneraciones muy superiores a las que perciben los obreros de todos los demás puertos, considerados en conjunto. Como miembro de la Comisión, estimo de mi deber destacar estos hechos.
Se hizo hincapié en que debe establecerse el beneficio de las jubilaciones perseguidoras. Ya se refirió a eso el Honorable señor Gumucio. Otra de las críticas formuladas al proyecto es que permite a muchos de estos obreros jubilar en forma prematura. Esas críticas provienen de sectores muy conocidos del Parlamento, que han alentado ese tipo de jubilaciones. Reconozco que ellas se producirán.
En cuanto a las observaciones del Honorable señor Allende, debo manifestar que el Gobierno ha llegado a una solución con los obreros portuarios y ha superado un conflicto sumamente grave para la economía nacional. Si bien nunca en la historia del país se han otorgado beneficios tan amplios, ello se debe, seguramente, a que el actual Gobierno tiene mayor sensibilidad social y amplitud de criterio. De ahí que el proyecto significará un fuerte desembolso para la Empresa y, en definitiva, para todos nosotros. Pero esto, lejos de ser criticado, debiera merecer aplauso, pues demuestra que, por primera vez, un Gobierno tiene tan amplio criterio sobre la materia. Nosotros, desde luego, lo compartimos plenamente.
Por lo expuesto, en la Comisión no me opuse a esta indicación, pese a estimarla violatoria del convenio celebrado entre las partes. Aquí se ha querido ser más papista que el Papa, pues^ cuando los interesados han pedido cinco, la Oposición les quiere dar diez. Tal es el fondo del problema.
Se ha dicho que los obreros concurrieron a la Comisión. En verdad, sólo asistieron a ella dos de sus representantes, y no toda la delegación. Pese a que no soy parlamentario de la zona, tuve ocasión de conversar con ellos y pude cerciorarme de que muchos eran partidarios del proyecto primitivo.
Concedo una interrupción al Honorable señor Prado.
El señor PRADO.-
Seré muy breve, pues, al parecer, con motivo de la discusión de uno de los artículos del proyecto, se ha abierto debate en general sobre esta iniciativa, discusión que, de hecho, había sido evitada. El país conoce los antecedentes del conflicto y no procede repetir las argumentaciones que hicimos durante un debate que se prolongó por muchas horas. Las causas del conflicto no son tan simples ni pueden calificarse en forma tan ligera como se está haciendo nuevamente. No emplearé ese mismo lenguaje, pues tuvimos oportunidad suficiente para debatir con profundidad y seriedad sobre ja materia, con datos, cifras concretas y con las leyes pertinentes a la vista, para analizar la situación tanto de los obreros como de la Empresa. El propio Senador Allende sabe que el verdadero origen del conflicto no radica en un deseo de persecución por parte del Gobierno. Este conflicto se ha ido complicando poco a poco, como suele suceder en algunos casos; el conflicto empieza de cierta manera, pero por el camino se va agrandando como una bola de nieve, hasta desvirtuarse totalmente. El mismo señor Senador, no sólo ante las autoridades de Valparaíso, sino delante de los obreros -lo dijo en una de las siete u ocho concentraciones autorizadas por el Intendente de la provincia-, sostuvo que estaba con los trabajadores, pero no aprobaba determinados vicios de procedimiento que sólo existían en el puerto de Valparaíso y deberían terminar.
Para que no lo olvidemos, repito que un conflicto tan serio como fue éste y cuyas consecuencias pudieron ser de extraordinaria gravedad para los obreros y sus familias, no empezó porque sí. No se originan en esa forma los conflictos en nuestro país, al menos durante un Gobierno democrático como el actual. Sólo quiero destacar una inconsecuencia que advierto en la posición adoptada frente al proyecto en debate. Fundamentalmente, la posición del Honorable señor Allende, que ha intervenido en este problema, ha sido contradictoria en dos aspectos. Ha sostenido que hubo enorme presión política para que los obreros aceptaran el proyecto. No la hubo. Lo que sí hubo fue un largo debate, con amplia participación de los obreros portuarios, quienes no son ignorantes ni borregos: constituyen un gremio poderoso, con dirigentes capaces y asesores legales eficientes; de manera que cuando discuten sus problemas saben de lo que hablan. Pues bien, los obreros portuarios tuvieron extensos debates con autoridades del Gobierno. Yo intervine en forma extraoficial, con el fin de ayudar a resolver el problema, como lo hicieron muchos otros parlamentarios.
A raíz de las discusiones, se elaboraron dos documentos. Uno de ellos, totalmente informal -probablemente a ése se refiere el Honorable señor Allende-, quedó sujeto a la ratificación del Gobierno, la que no se produjo, pues tal documento fue modificado. En el documento así enmendado, que fue aceptado por los obreros, quedaron consignadas las cláusulas fundamentales que han pasado a constituir el proyecto de ley en debate. Este -repito- cuenta con la aprobación de los obreros. No nos escandalicemos, pues, de que per- soneros y parlamentarios del Gobierno permitan a los trabajadores impulsar !a aprobación de esta ley. La historia de nuestra legislación ofrece muchos ejemplos similares. Ya otras veces ha habido buena voluntad para aceptar determinadas soluciones con el fin de evitar males mayores. No nos escandalicemos sin motivo, ni hagamos razonamientos para llegar a conclusiones que no existen.
Insisto en que los obreros portuarios lo han sido víctimas de presión política. En el propio informe de la Comisión se deja constancia de que "la nómina de personas que van a jubilar es voluntaria". Así lo reconocieron los dirigentes obreros, lo que revela que los trabajadores sacaron sus cuentas y llegaron a la conclusión -porque son personas inteligentes- de que así les convenía.
Otro de los argumentos dados en la sala con visos de escándalo, al anunciarse el proyecto, consistió en que la iniciativa en debate repercutiría gravemente en las cajas de previsión correspondientes y -esto lo dijo textualmente el Honorable señor Allende- se trata de un proyecto que otorga privilegios incalificables, con los cuales el Gobierno pagaba un conflicto provocado por él mismo.
El señor ALLENDE.-
Lo mantengo y lo voy a demostrar.
El señor PRADO.-
Varias veces hemos oído ese argumento a Su Señoría.
El señor ALLENDE.-
Y lo seguiré sosteniendo.
El señor PRADO.-
Sólo quiero señalar que este proyecto, el cual, según algunos, otorga privilegios incalificables, distintos de aquellos de que gozan los demás trabajadores chilenos, sólo agrega el derecho a integrar las imposiciones en cinco año. El señor Superintendente de Seguridad Social, invocado varias veces en cuanto habría sostenido que los beneficios establecidos en el proyecto son extraordinarios, también afirmó, coincidiendo en ello con el Gobierno, que si ya se abonabavi cinco años de servicios a los trabajadores portuarios, lógico era pagar con el desahucio las imposiciones correspondientes a ese lapso. Previendo el caso de obreros que recibieron escaso desahucio o no tuvieran dinero con que pagar las imposiciones, procuramos mejorar el proyecto en este punto; pero la indicación correspondiente fue rechazada.
En cuanto al beneficio de la jubilación reajustable, concedido por el proyecto, so lo critica por su repercusión en las finanzas de las cajas previsionales. Se hacen críticas por un lado y por otro.
El proyecto, además, amplía en 180 días el plazo para acogerse a la continuidad de la previsión, y, lo que puede ser más importante, autoriza al director de la Empresa para pagar, a los obreros que jubilaron entre los meses de julio y septiembre de este año, un anticipo en calidad de préstamo mientras duran los trámites de la jubilación. Dichas sumas pasarán a ser una indemnización, la que, por lo tanto, no deberá ser reintegrada por los obreros. Vale decir, se pagarán Eº 1.600.000 por este solo concepto.
Reitero estas observaciones, una vez más, para reafirmar que estoy en favor del movimiento sindical responsable y fuerte y no de un movimiento sindical de privilegios. Conozco desde hace tiempo, porque nací en Valparaíso, a los obreros y dirigentes portuarios. En la intimidad de las conversaciones con ellos, pude comprobar que dichos obreros estaban conscientes de que no podían seguir sosteniendo un sistema irracional que haría quebrar a la Empresa, y que era económicamente insostenible, lesivo para la Marina Mercante y para la política de transportes del Gobierno. Por eso, sin embargo, no hemos formulado ninguna indicación en este momento y no objetaremos ninguna de estas disposiciones, a fin de que el proyecto pueda continuar de inmediato su tramitación. En esta forma creemos ayudar a la solución de este problema.
Quería formular estas observaciones, sin volver en forma demasiado lata sobre el tema, para que vaya quedando constantancia de las verdaderas razones que se han tenido en consideración para proceder en la forma propuesta.
Estaba con la palabra el Honorable señor Foncea, a quien le agradezco la interrupción que se sirvió concederme.
El señor FONCEA.-
He cedido una interrupción al Honorable señor Gumucio.
El señor GUMUCIO.-
No es mi propósito entrar a pronunciarme sobre lo que ha manifestado el Honorable señor Prado, ni respecto de todos los antecedentes que rodearon el conflicto, porque yo estaba ausente de Chile cuando ellos se generaron. Deseo sólo referirme al artículo 4°, en discusión.
En realidad, yo entendí que las palabras "por una sola vez" jugaban para que no tuvieran aplicación los promedios de años y los obreros pudieran jubilar con el último sueldo. Si se dejan las palabras "en todo momento", evidentemente se está consagrando el sistema de jubilación llamado "de la perseguidora". No me opongo a que un grupo pueda tener esta ventaja, pero advierto la grave situación que se crea si dentro de un mismo personal hay trabajadores con más años de servicio que quedan sin ese privilegio. Este es el aspecto que he querido hacer presente. Espero que en una legislación futura pueda rectificarse, porque no es justo dar beneficios a grupos, en perjuicio del resto. Me interesa precisar ese aspecto. En mi calidad de Senador por Santiago, han conversado conmigo obreros portuarios de San Antonio, para representarme esta anomalía. El Honorable señor Allende me permitirá que no coincida en su apreciación respecto de este procedimiento que persigue compensar a determinado grupo de posibles perjuicios, sobre la base de un esfuerzo que recaerá también sobre los demás que no gozarán de igual piivilegio.
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
Está con la palabra el Honorable señor Foncea.
El señor FONCEA.-
He terminado, señor Presidente.
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
Puede usar de la palabra el Honorable señor Contreras Tapia.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
No deseo entrar a analizar los orígenes del conflicto que afectó a los obreros portuarios del país, pues ya lo hicimos en numerosas sesiones, en las cuales Senadores del FRAP entregamos antecedentes que demostraron la justicia de ese movimiento. También en esas sesiones hubo señores Senadores que se expresaron, no en forma despectiva, sino violenta, en contra de los trabajadores en huelga en esa oportunidad.
La observación formulada por el Honorable señor Gumucio respecto de que el beneficio consagrado en el artículo 49 del proyecto no alcanza a la totalidad de los obreros jubilados de la empresa, sino sólo a los 600 que en esta oportunidad han dejado de pertenecer a ella, es efectiva, pero deriva de circunstancias especiales que hemos debido tomar en consideración. Primeramente, se trata de trabajadores que se ven obligados a acogerse a jubilación en forma prematura.
El señor CHADWICK.-
Forzada.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
A jubilación forzada, como anota el Honorable señor Chadwick. Es efectivo que los obreros firmaron un acta de avenimiento, pero los señores Senadores no podrán desconocer que ello ocurrió después de permanecer 40 días en conflicto, transcurridos los cuales se vieron en la necesidad de buscar solución al problema. Esta no era otra que volver al trabajo, para poder obtener lo indispensable para subsistir ellos y sus familias. La Empresa, por su parte, puso como condición que renunciaran 600 obreros. Como la mayoría de los obreros forzados a jubilar no tenía el tiempo suficiente para acogerse a este beneficio, con el propósito de mejorarles la pensión de jubilación, se les reconoció un año de servicio por cada cinco trabajados.
El Honorable señor Foncea ha manifestado que durante el desarrollo del conflicto nosotros criticamos el estado financiero de la empresa. En efecto, así lo dijimos y lo sostenemos en este momento; la Empresa está en dificilísima situación económica, y no vemos cómo podrá salir de ella si después de atribuir la causa del mal a los altos emolumentos que perciben obreros y empleados, reemplaza por otros a los 600 trabajadores que deben retirarse.
El señor PRADO.-
En condiciones distintas.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
¿De qué manera?
El señor PRADO.-
De varias maneras. Si me permite una interrupción, podría precisarlas con mayor detenimiento.
En primer lugar, nadie puede negar que la contratación de aproximadamente 500 obreros fue inevitable para la Empresa, porque si no se contrataban trabajadores parí mover el puerto -y en esto quisiera ser honrado en el razonamiento-, terminaba prácticamente para ella toda posibilidad de mantenerse, porque habría tenido dos sectores en contra: el gremio de los trabajadores en huelga y el de las empresas navieras, a las cuales habría dejado de prestar utilidad. Haber mantenido la inactividad del puerto, en consecuencia, habría significado un suicidio. De allí que se inició la contratación muy paulatina y lentamente; pero la prolongación del conflicto la hizo llegar hasta 500 trabajadores.
Ahora, contestando derechamente la pregunta del señor Senador, todos los obreros que han ingresado saben perfectamente que entran a un sistema de trabajo que, en lo fundamental, tiende a suprimir determinadas características de la labor portuaria que involucraban cierta inamovilidad: horas de espera que significaban percibir jornales sin trabajar; empleo de mayor número de obreros, debido a que los asignados a un sitio se negaban a trabajar en otros, etcétera. Todo ello conformaba un presupuesto que absorbía el 90% de los ingresos de la Empresa.
Los señores Senadores del FRAP han defendido la posición de los obreros; yo también lo he hecho, pero con argumentos distintos. Personalmente, no creo que la Empresa esté totalmente reorganizada. El Honorable señor Contreras debe recordar, como Presidente de la Comisión de Trabajo, que yo manifesté la necesidad de que en un futuro próximo nos abocáramos al estudio de una legislación más completa, que entregue las herramientas adecuadas para organizar en forma total las faenas portuarias.
Mientras tanto, deseo dejar establecido que los 500 trabajadores contratados entraron ganando sueldos promedios que no guardan ninguna relación con los que obtendrán los que se retiran.
El señor CONTRERAS (don Víctor).-
Sería- una discusión extremadamente larga la que se provocaría si analizáramos el problema de las horas de espera y el de la movilidad de los obreros a diferentes sitios de trabajo. Como existe el propósito de despachar ahora este proyecto, no será posible entrar en esta oportunidad al estudio de esa materia. Me parece que si la Empresa hubiera deseado realmente mejorar su situación financiera, de acuerdo con los antecedentes entregados por el Honorable señor Prado, pudo perfectamente contratar a los trabajadores transitoriamente, mientras se normalizaban las actividades del puerto, y en seguida haber consultado a los trabajadores que querían jubilar voluntariamente. Así la Empresa habría logrado reducir su personal en 600 obreros, y, en la actualidad, en vez de tener dos mil en Valparaíso, habría tenido sólo 1.400, con una economía considerable.
No entraré a analizar otras disposiciones. Como lo han manifestado otros Honorables colegas, el reintegro establecido en el artículo 3^ ya está aprobado, y no quiero volver a insistir sobre la solución que dio a ese efecto la Comisión. Quiero sólo manifestar que, a mi juicio, la disposición es justa. Como se ha dicho, se trata de una jubilación prematura, y los señores Senadores tendrán que convenir conmigo en que aún cuando estos obreros no tienen treinta años servidos, son trabajadores que entraron muy jóvenes a desempeñarse en ésta clase de labores y se especializaron sólo en movilizar mercaderías. Por eso, ahora, al retirarse, no Ies será fácil encontrar otra ocupación. En atención a estas razones, la Comisión estimó justo reconocerles el sistema de la jubilación "perseguidora", para que puedan atender a sus necesidades esenciales
Finalmente, quiero rogar a los señores Senadores que, en lo posible, tratemos de evitar una discusión muy amplia. Ya hice presente este propósito en la Comisión de Trabajo y con igual finalidad solicité al señor Presidente de la Corporación que ia tramitación de esta materia fuera objeto de acuerdo de parte de los Comités. Como consecuencia de ello, todos los Partidos acordaron no presentar indicaciones, a fin de despachar el proyecto en general y particular y convertirlo en ley a la brevedad. Así los beneficiados, que están esperando y escuchándonos en este momento, podrán aliviar su situación económica después de un conflicto de tan larga duración.
Daremos nuestros votos favorables a este artículo, porque es producto de amplia discusión y sereno análisis, y porque lo consideramos de toda justicia, aun cuando reconocemos que igual beneficio debió haberse concedido a todos los obreros jubilados de la Empresa Portuaria de Chile; pero, por una situación especialísíma, ese beneficio alcanzó sólo a la gente que, por circunstancias ajenas a su voluntad, ha debido dejar la Empresa.
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
Hago presente a los señores Senadores que los Comités acordaron votar este proyecto en la sesión de hoy. Sin embargo, en el debate de sólo dos artículos se han ocupado cerca de 45 minutos y quedan todavía otras ocho disposiciones sobre las cuales se requiere pronunciamiento. Por ello, la Mesa se permite insinuar a los señores Senadores abreviar las observaciones, de conformidad con la petición que acaba de formular el Honorable señor Víctor Contreras.
El señor ALLENDE.-
Comparto el criterio general del Senado en cuanto a despachar este proyecto en la sesión de hoy, pero no concuerdo con ¡a opinión de no profundizar sobre algunos aspectos que deben ser esclarecidos.
Debo recordar que se pretendió despachar este proyecto el 15 de septiembre, casi sin discusión y entre gallos y medianoche. Me opuse terminantemente a ello, porque, a mi juicio -así lo sostuve-, los obreros habían sido tramitados y engañados.
Los Honorables señores Foncea y Prado han pretendido colocarme en una posición contradictoria.
El Honorable señor Prado, que tiene una memoria de Pico de la Mirandola exagerada, ha citado frases textuales mías, creyendo que mi posición es un poco difícil. Pero no lo es. Dije -y lo reitero- que la actitud del Gobierno fue incalificables; que nunca en la historia de Chile se buscó para un conflicto gremial una solución q ue significaba la salida de 500 trabajadores.
No pude decir que los beneficios eran excesivos, porque este Gobierno, que es revolucionario en libertad pero se asocia con el imperialismo -éste es un problema doctrinario que algún día vamos a profundizar-, no concede a los trabajadores portuarios, con esta solución, garantías extraordinarias. En efecto, el reaccionario Gobierno del señor Alessandri ya las había otorgado parecidas a otros trabajadores. Y esto es conveniente que lo sepa el Honorable señor Foncea: en el artículo 203 de la ley 13.305, sobre facultades extraordinarias al Presidente de la República, se establece una indemnización de un año para los funcionarios que jubilen, y la ley 13.306 concede indemnización extraordinaria a los obreros de los talleres de mueblería, sastrería y zapatería de la Casa Nacional del Niño, dependiente del Servicio Nacional de Salud. Es decir, esos cuerpos legales consagran una indemnización que este proyecto no contenia.
Los Honorables señores Víctor Contreras y Jaramillo y el Senador que habla patrocinamos un artículo que fue aprobado por la Comisión y que seguramente lo será también por los Senadores democratacristianos -saben por qué lo aprueban: porque políticamente deben hacerlo-, por el cual se establece una indemnización de un año de sueldo íntegro. Así, pues, este Gobierno, de la tan cacareada Democracia Cristiana y la revolución en libertad, no ha sido más pródigo. Ha sido, sí, bastante injusto en sus métodos y procedimientos, muy vejatorios para los trabajadores portuarios. El Gobierno del señor Alessandri jamás intentó quebrar las organizaciones sindicales; tampoco lo hizo el del señor Carlos Ibáñez, ni aun el de GabrialGonzález. A este último le bastó con la dictación de la Ley de Defensa de la Democracia, lo que ya era demasiado. Esas Administraciones no se dedicaron a quebrar la organización gremial. Este Gobierno lo ha hecho. Lo prueba la presencia del ciudadano Presidente de la República en una reunión del 1^ de mayo último en la cual participaban parciales de la Democracia Cristiana. Sin embargo, no dirigió ni siquiera un mensaje a los trabajadores que se reúnen tradicionalmente en esa fecha con sus organizaciones gremiales y la Central Unica de Trabajadores. ¡Claro, una vez que han comprobado la imposibilidad de quebrar la Central Unica de Trabajadores, aceptan la posibilidad de introducirse en ella!
Declaro y sostengo que el procedimiento es incalificable. La solución no beneficia a los trabajadores. He demostrado que mediante esas dos leyes dictadas bajo un régimen tan reaccionario como el del señor Alessandri, se dio más beneficios a quienes debieron abandonar la Administración Pública. Me refiero a la ley de facultades extraordinarias y a le ley especial para los servidores de distintas reparticiones del Servicio Nacional de Salud. Estos son hechos irrefutables.
He dicho que los obreros portuarios fueron presionados de dos maneras; la primera, creando el espejismo de beneficios extraordinarios y, posteriormente, mediante la actitud del Director de la Empresa Portuaria de Chile. Espero que dicho funcionario vaya a la cárcel, porque, a mi juicio, ha malversado fondos públicos y ha permitido la usurpación de funciones públicas. No se trata de un odio personal. Como médico, me doy cuenta de las características sicológicas del Director de la Empresa y, por lo tanto, soy benevolente al hablar de él.
Basta recordar un solo hecho para demostrar que los trabajadores fueron engañados. No lo han olvidado ni el Honorable señor Foncea ni el Honorable señor Prado. Este último, en el momento de las gestiones, estuvo presente; el Director de la Empresa Portuaria de Chile tuvo la ingenuidad o la osadía de decir que esos abonos por años de servicios también se aplicaban al fondo de desahucio. Es éste un hecho muy grave, y esa aseveración carece en absoluto de seriedad. En ese momento, no estaban los obreros en la Comisión. Solicitamos su presencia y, por cierto, no escogimos a los que debían entrar. A la reunión asistieron dos trabajadores de ellos, designados por ellos mismos, y lo hicieron en representación del comité de obreros que estaban por jubilar. Cosa curiosa; al preguntarles su filiación política, resultaron ser radicales. En la tarde acudió un tercero, que era comunista. No fue ningún socialista, pero todos los trabajadores estuvieron de acuerdo con la indicación que nosotros formulamos. El día anterior me había reunido con 14 representantes de los obreros que jubilarían.
Pues bien, en presencia de los obreros, repetí la pregunta al Director de la Empresa y, en seguida, al Superintendente de Seguridad Social. Este último dijo que lo afirmado por dicho Director, respecto de los abonos por años de servicios con relación al desahucio, era una monstruosidad, y que no podría caber en cabeza humana la idea de que pudiera aplicarse al fondo de desahucio, el abono de un año por cada cinco trabajados. Quedó claramente establecido, entonces, que el propio Director de la Empresa -que es ingeniero- deducía de ese compromiso un beneficio ilusorio, una gran mentira.
Pero todavía hay más; sostengo que este debate es útil, porque se trata de un problema de moral, de procedimiento, de moral social si se quiere. El director de la Empresa lanzó un cebo. Empleo este término intencionadamente, porque hay que darse cuenta de lo que significa para obreros en huelga encontrarse con un "lock out"; al día siguiente, con un aviso en que se dice que habrá nuevas condiciones de contrato; al subsiguiente, contratos en las comisarías, y, después, con ofrecimientos como éstos, que no están consignados en el acta y que fueron parte de ese cebo; "Indemnización legal especial para los obreros que no estén en condiciones de obtener el beneficio de la jubilación, al margen de su desahucio, y que en forma voluntaria no se reincorporen al servicio. Esta indemnización será de 12 sueldos vitales del departamento de Santiago." "Indemnización de 10 sueldos vitales mensuales del departamento de Santiago al personal que, por razones de buen servicio, acuerde desahuciar una Comisión formada por la Dirección y el Consejo Local Portuario".
Yo no me escandalizo cuando se promete el envío de proyectos de ley. Anoto el procedimiento anormal y reclamo por el hecho de que ese ofrecimiento debió haber sido formulado por el Gobierno o por el partido de Gobierno, no por un funcionario público, a menos de tener éste la representación de la Democracia Cristiana y ser ejecutor de la voluntad del Ejecutivo.
En nuestra actitud, fuimos tan honestos, tan seriamente honestos, que golpeamos las puertas del Ministerio del Interior, primero; después solicitamos audiencia al Vicepresidente de la República. Por primera vez en los años que llevo en el Senado, fui a La Moneda a plantear un problema sindical, juntamente con los Honorables señores Bossay y Víctor Contreras. Nos encontramos con un Vicepresidente de la República impermeable a todo, que nos dijo; "Nosotros respaldamos al funcionario responsable"; o sea, al Director de la Empresa, al irresponsable.
Di a conocer la proposición de arreglo que formulé a las 48 horas de producido el conflicto, en presencia del Subsecretario del Trabajo, del Intendente de Valparaíso y del Subsecretario de Transporte.
Es efectivo lo dicho por el Honorable señor Prado. Jamás me he prestado ni me prestaré para amparar vicios en el trabajo. Pero, señor Presidente, culpar a los obreros y decir que ellos son responsables del déficit de la Empresa y sostener que los trabajadores fueron quienes impidieron que se cambiara el sistema de trabajo, es una arbitrariedad, una injusticia y una torpeza. Escojan el calificativo que quieran los Senadores que deseen ponerse el sayo. Ya di antes a conocer las leyes que obligaban a designar una comisión con representantes de los obreros y la Dirección de la Empresa. Leí un acta firmada nada menos que por el actual Presidente de la Cámara de Diputados. Con un año y medio de anticipación a la llegada dei funesto personaje que hoy día es Director de la Empresa, existía una ley de la República que determinaba cambiar el sistsma de trabajo. ¿Por qué no se cumplió el precepto legal? Porque el anterior Director de la Empresa no se preocupó de nombrar la comisión y el actual, el señor De la Fuente, tampoco. Había vencido el plazo; se pidió prorrogarlo; se dictó otra ley, pero ésta tampoco se cumplió. Sin embargo, de la noche a la mañana se produjo el "lock out".
El señor Ministro de Defensa, que actuaba en la cartera del Interior como subrogante, sostuvo en el Senado que existía una razón fundamental: disminuir personal, y dijo que se eliminarían numerosos obreros. Pero, ¡ cómo se iban a eliminar 500 "patriotas" si hubo parlamentarios democratacristianos que declararon que renunciarían a su cargo si quedaba '..m solo "patriota" fuera de la empresa! En la jerga tradicional de los trabajadores, este tipo de "patriotas" se denomina "krumiios".
No pongo pasión personal en mis palabras, pero tengo la obligación de advertir al país que, de quedar en la impunidad, estos métodos también podrían aplicarse en la Empresa de Transportes, en los Ferrocarriles del Estado, en la CAP con cualquier otro organismo. ¡Y eso es funesto, y jamás lo permitiremos! Por eso hemos recurrido a la Contraloría General de la República.
En muchos aspectos, el país se ha maleado bastante. Tengo la esperanza, sin embargo, de que el Contralor General de la República y los funcionarios de esa institución tengan la honestidad administrativa suficiente para sancionar los delitos cometidos por la Dirección de la Empresa Portuaria de Chile. De la propia acta que tengo a la mano, se deduce que en la Comisión de Trabajo, el Director de la Empresa tuvo que reconocer que malversó fondos públicos y usurpó funciones públicas, lo cual está penado por la ley. Aquí demostré hasta la saciedad que el señor Kúsulas, fotografiado como Subdirector de la Empresa en cinco o seis oportunidades, no tenía tal cargo. Y esto se llama usurpación de cargos públicos.
El señor FONCEA.-
El director usó fondos para pagar salarios.
El señor ALLENDE.-
Si Su Señoría me pide una interrupción, se la concederá.
El señor FONCEA.-
No necesito hacer uso de una interrupción para acotar que los fondos se usaron para pagar salarios; de manera que no hubo malversación y ese cargo carece de validez.
El señor ALLENDE.-
Supongamos que Su Señoría me pidió la interrupción.
El señor Senador ha afirmado algo que a mí me chocó. Sostuvo que tanto se ha discutido este proyecto que hasta él, que no se interesaba por el problema, tuvo que documentarse. Pienso que un Senador de un partido revolucionario debe interesarse por un conflicto que afectaba a la economía nacional y a uno de los gremios más importantes de Chile. Me equivoqué. Por eso, no me extraña que también se equivoque el señor Senador, ' porque no conoce el problema. No he acusado al Director de la Empresa por haber pagado sus salarios a los obreros que entraron a reemplazar a los que despidió.
Yo lo he acusado, porque contrató, encontravención a disposiciones legales perentorias y claras, a personal que no trabajó en el puerto, sino que fue destinado a lo largo del litoral, en comisión de servicios, para quebrar la organización de los trabajadores e inventar un consejo nacional portuario al amaño de ese director.
Estas son cosas absolutamente claras. Tanto lo son, que el director, con torpeza infinita, dejó constancia del hecho en un documento que he leído aquí, en el que afirma que los trabajadores que se reincorporen o recontraten percibirán remuneraciones de acuerdo con la dirección de la empresa y el consejo nacional portuario. Y cuando le pregunté qué era ese consejo, me dio una explicación que a mí me produjo vergüenza. ¡Me produjo vergüenza! No he visto nunca a un funcionario público argumentar en la forma como él lo hizo, i En realidad, ese ciudadano podría ser el padre espiritual y material de Cantinflas . . .! Tengo a la mano esa acta. No la leo, por respeto al Senado.
Así, pues, las cosas claras. He mantenido y mantendré siempre una posición. No porque los trabajadores laboren o desempeñen determinadas funciones, siempre tienen la razón. Desde estas bancas, hemos sido muy duros para destacar -por cierto, ellos son excepcionales- algunos vicios que es menester corregir. Pero otra cosa es la tolerancia con métodos y procedimientos que, de generalizarse, quebrarán todo un pensamiento y una doctrina sindicales, situación que ni nosotros ni los trabajadores aceptaremos ni toleraremos.
Por eso han tenido que tascar el freno ante esos procedimientos, batirse en retirada y aprobar todo esto. Porque saben perfectamente bien cuál es la responsabilidad política que tienen.
Frente a estos hechos, he oído que existe el propósito de aprobar "como por un tubo" todas las indicaciones que nosotros hicimos y que los señores Senadores rechazaron a medias en la Comisión. Antes habían ya pretendido que no se formularan esas indicaciones, y para ello dijeron a los trabajadores que no se les pagaría septiembre. Conmigo vinieron a hablar cuatro o cinco de esos obreros. Todavía más, me acusaron en Valparaíso. El otro día, mientras estaba en el puerto, oí un comentario anónimo, como siempre, por Radio Portales, en el cual se decía que todas estas indicaciones eran producto del despecho del Senador Allende. Es decir, lo que, junto con los Honorables señores Jaramillo y Víctor Contreras, hemos dicho durante meses, es despecho. ¿De qué?
Yo sé que los trabajadores portuarios estuvieron ilusionados y firmaron un acta, a las cinco de la mañana, impelidos porque el Ejecutivo rechazó el borrador de proyecto que mencionó el Honorable señor Prado. Sé que estaban desesperados, porque el movimiento sindical estaba por quebrarse; y lo estaba, porque la base de solidez de los movimientos portuarios se afinca también en la solidaridad de los obreros marítimos. Y lamentablemente, en Chile, éstos están dirigidos por un hombre que tiene un prontuario internacional al servicio de la reacción y del sector patronal: el señor Moreno, que es, además, un aventurero político que ahora, como ya lo dije en el Senado, ha ido a "carenarse" a la Democracia Cristiana, después de haber sido radical y una serie de cosas más.
El señor MIRANDA.-
Radical, no.
El señor ALLENDE.-
Pero las lacras que tiene el señor Moreno son tan profundas, que ni siquiera podrán "carenarlas" en la Democracia Cristiana. ¡Ni con el bálsamo de Santa Teresita ni con agua bendita borrarán las lacras morales de este dirigente!
¡Y ése fue el árbitro que buscó el Gobierno! ¡Ese fue -óiganlo bien los señores Senadores- el hombre que dictaminó! En un país donde hay Ministro del Trabajo, donde los Senadores habíamos hablado con el Vicepresidente de la República, buscan como árbitro a este sujeto. ¡Este es el espejo sindical donde debemos mirarnos! ¡Esta es la actitud de la Democracia Cristiana! ¡Jamás se habían visto métodos como éstos!
Por eso, aunque nos demoremos media hora o un día más, en el ejercicio legítimo de nuestro derecho, vamos a decir por qué hemos defendido a los trabajadores y por qué deberé usar un lenguaje con adjetivos, aunque no les guste a los Senadores de la Democracia Cristiana. Yo no estoy aquí por voluntad de ellos. Los adjetivos los aplico como se me ocurre. Eso, sí, me responsabilizo de cada uno de ellos, en este recinto y fuera de él.
¡Conmigo, las cosas bien claras, señores Senadores de la Democracia Cristiana!
El señor GUMUCIO.-
Nosotros respetamos más que nadie el derecho que tiene Su Señoría para opinar como lo estime conveniente y usar los adjetivos que también considere pertinentes. Pero me parece que el señor Senador se está extra- limitando un poco en las calificaciones que hace al usar los adjetivos.
Si, por una parte, Su Señoría considera que no se respeta la organización sindical de los trabajadores portuarios y, por otra, se está refiriendo con esos adjetivos al presidente legítimo de esos obreros, cualesquiera que sean los calificativos que éste merezca, hay contradicción evidente en sus palabras.
El señor CHADWICK.-
Está equivocado, Honorable Senador.
El señor ALLENDE.-
El Honorable señor Gumucio estaba en el extranjero. Por eso habla así. Comprendo que esté al margen de todo este problema. Su Señoría estaba en el limbo sindical.
Documéntese, Honorable Senador. Su Señoría sabe el afecto personal que le tengo; pero, por favor, no opine sobre lo que no conoce.
El presidente de la Federación Nacional Portuaria no sólo fue negado, sino que se le prohibió asistir a todas las reuniones. Y el director de la empresa había incubado un consejo nacional sobre la base de los diecisiete que se fueron de un congreso de más de noventa. Eso fue debatido hasta el cansancio
El Honorable señor Gumucio estaba en el extranjero cuidando su salud. Y me alegro de que haya llegado mejor. Pero el problema es que tenga tiempo para documentarse sobre estos asuntos.
El señor GUMUCIO.-
No es cuestión de tiempo. Por eso, estoy escuchando a Su Señoría.
El señor PRADO.-
¿Me permite una interrupción, Honorable Senador?
El señor ALLENDE.-
Con el mayor agrado.
El señor PRADO.-
Creo que por este camino no vamos a aprobar el proyecto,.. .
El señor ALLENDE.-
Muy bien, pues.
El señor PRADO.-
... porque el Honorable señor Allende insiste en volver, no sólo a la discusión general, sino al debate del conflicto mismo, que terminó hace ya algún tiempo.
Realmente, aunque me resisto a hacerme cargo de alguna de sus observaciones -unas veces, en tono jocoso y festivo, y otras, en tono dramático-, creo que Su Señoría está haciendo gala de las condiciones de oratoria que le reconocemos y alargando demasiado el examen de un articulado respecto del cual hemos fijado posición. Y ésta es muy clara: el Gobierno está cumpliendo un convenio, un acuerdo, al presentar el proyecto. Eso no obliga, por cierto, al Parlamento.
El proyecto ha sido modificado sustancialmente. Estas modificaciones no las votaremos favorablemente. No obstante lo dicho por el Honorable señor Allende, nos abstendremos, porque no sabemos cómo reaccionará el Gobierno. A lo mejor, el Ejecutivo veta esta disposición, porque está fuera de un acta firmada por autoridades del Gobierno y los trabajadores.
De manera que queremos ser consecuentes. No deseamos alargar esta discusión. Por eso, rogaría que no siguiéramos por esta vía de los adjetivos. Su Señoría, como cualquier otro señor Senador, tiene derecho a usarlos, pero acompañados de los sustantivos correspondientes. Y creo que en los sustantivos es donde fallamos. Vale decir, si se quiere seguir con este conflicto, vamos a contestar y el proyecto no será aprobado, pero no por nuestra voluntad.
El señor ALLENDE.-
Señor Presidente, con agrado he concedido una interrupción al Honorable s-eñor Prado. Su notificación no me alcanza ni me inquieta. El proyecto se aprobará, probablemente, esta tarde.
No obstante, debo puntualizar algunas cosas, y lo haré porque estoy en mi derecho y es necesario hacerlo.
No se trata de un conflicto cualquiera. A mi juicio, es el conflicto más grave ocurrido en el país en los últimos años. Y es ejemplarizado, para que los trabajadores entiendan bien cómo y de qué manera se utilizaron métodos y procedimientos. Primero, está el hecho de que he dejado constancia: las ofertas ilusorias; después, la presión. ¡Porque caramba que hubo presión!
Quiero, entonces, destacar que las indicaciones que formulamos están destinados a asegurar a los trabajadores algunas ventajas que eran ilusorias y a hacer efectivos otros beneficios.
¿ Qué se pretendía mediante el proyecto, concretamente? Se ha dicho que un obrero que tuviera una jubilación de 900 mil pesos -claro que trabajó durante 25 años- iba a sacar del fondo de indemnización, de sus fondos, 23 millones. Pero ¿cuántos son esos obreros y cuántos, los que están 4 ó 5 años en la Empresa Portuaria? ¿Acaso no saben los trabajadores que algunos de sus compañeros obtendrán, como indemnización total, 4 a: 6 millones, de los cuales deberán pagar, por lo menos, de dos a dos y medio millones? ¿Acaso en ese artículo que hicimos aprobar, con la modificación, no quedó de todas maneras establecido que la imposición patronal la pagan también los trabajadores, cosa que los obreros resistieron, pero que no aceptamos porque, indiscutiblemente, no había cómo gravar en tal sentido a la empresa? Los obreros deberán pagar su imposición y la patronal. ¿Y esto se considera que es beneficio excesivo?
Por eso, y reservándome para intervenir en cada artículo, cuando sea útil destacar la actuación del Gobierno, del director de la empresa y nuestra propia actuación, doy término a mis observaciones relacionadas con este precepto, en la esperanza de que él será aprobado. Al mismo tiempo, quiero dejar constancia de que, consultado el Superintendente de Seguridad Social respecto de la redacción del artículo del convenio, éste manifestó, perentoriamente, que no había pensión de jubilación perseguidora. Nosotros modificamos la redacción con el objeto de que ésta existiera.
Voto que sí.
-Se aprueba el artículo (11 votos por la afirmativa, 5 abstenciones y 3 pareos).
-Seguidamente, y sin debate, se aprueba el articulo 5°, en la forma propuesta por la Comisión.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Respecto del artículo 6°, la Comisión propone agregar el siguiente inciso final:
"Los pagos efectuados por la Empresa a estos obreros, entre el 1° de julio y el 30 de septiembre de 1965, tienen el carácter de indemnización y no serán descontados de sus pensiones de jubilación ni reembolsados por ellos.".
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
En discusión el artículo.
Ofrezco la palabra.
El señor GUMUCIO.-
Pido la palabra, señor Presidente.
Quiero hacer presente, respecto de este inciso tercero del artículo 6°, que es dudosa su constitucionalidad, porque, en realidad, establece un gasto que indudablemente no ha tenido iniciativa del Ejecutivo. Se da carácter de indemnización a fondos que estaban destinados por el presupuesto al pago de jornales.
Sólo quería hacer presente esta observación.
El señor FONCEA.-
Deseo agregar que, de acuerdo con el artículo 3°, estos obreros jubilarán a partir del 1° de julio; de manera que recibirán sus pensiones desde esa fecha. Por consiguiente, el inciso último del artículo 6° tampoco se justificaría, pues daría lugar a un doble pago.
Nada más.
El señor ALLENDE.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El Gobierno anterior, calificado también desde las bancas de la Democracia Cristiana como reaccionario, en la ley 13.306, en su ai'tículo único, estableció lo siguiente:
"Concédese a los obreros de los Talleres de Mueblería, Sastrería y Zapatería de la Casa Nacional del Niño del Servicio Nacional de Salud, que hayan quedado o queden cesantes entre el l^" de junio y el 31 de diciembre de 1957, por supresión de esos talleres, una indemnización extraordinaria ascendente a un mes de salario por cada dos años que hayan prestado servicios en el citado establecimiento. A aquellos obreros que contaren con fracciones de servicios superiores a un año, les serán computados como dos años para los efectos de la presente indemnización.
"Esta indemnización se dará sin perjuicio de los derechos legales o contractuales que existan en las industrias.".
El señor GUMUCIO.-
¿Me permite una interrupción. Honorable Senador?
El problema es que había que agregar...
El señor ALLENDE.-
No he terminado, señor Presidente.
¿Desea una interrupción, Su Señoría?
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
El Honorable señor Allende no ha terminado, pero concede una interrupción al Honorable señor Gumucio.
El señor GUMUCIO.-
No sé si esta disposición contó con el patrocinio del Ejecutivo o no lo tuvo. En caso negativo, no habría duda de que su constitucionalidad también era discutible. En esta oportunidad, también sería dudoso, por no existir patrocinio del Ejecutivo para un gasto de este tipo.
El señor ALLENDE.-
He advertido que el Ejecutivo estuvo ahora ausente. Y tan ausente estuvo, que me permití calificar de arbitrario el artículo que viene en seguida, que establece que en el presupuesto de la nación se destinarán equis cantidades, sin precisarlas. Nosotros, con la ayuda del Superintendente de Seguridad Social, determinamos que la cifra e» de 3 mil millones de pesos.
El Honorable señor Gumucio, como una manera de postergar el despacho del proyecto, puede representar la inconstitucionalidad de este artículo y pedir el patrocinio del Ejecutivo. Pero como Su Señoría ha demostrado tener mucho interés en la rápida aprobación de esta iniciativa, creo que no insistirá en hacerlo.
Por mi parte, considero constitucional la indicación.
Pido que se vote, señor Presidente.
El señor GUMUCIO.-
No he hecho otra cosa que formular una observación y plantear una duda, para que quede constancia de ella en la historia de la ley y no sentar esta clase de precedentes. Nada más. No he pretendido, como expresaba Su Señoría, postergar el despacho de este proyecto.
El señor ALLENDE.-
Yo no he pretendido nada; me he limitado a decir que así ocurriría.
-Por 9 votos por la afirmativa, 6 abstenciones y 3 pareos, se aprueban los artículos 6", 1° y 8®, en la forma propuesta por la Comisión.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
En el artículo 9°, la Comisión propone sustituir el inciso primero por el siguiente:
"Se faculta al Director de la Empresa Portuaria de Chile para encasillar en una Planta Administrativa especial, sin sujeción a las exigencias del artículo 14 del DFL. Nº 338, de 1960, al personal de "operarios varios" qiie se desempeñaba en funciones de oficina al 4 de noviembre de 1964, creando los cargos que sean necesarios para asegurarle posibilidades de carrera dentro de la Empresa".
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
En discusión.
El señor GUMUCIO.-
Debido a que estuve ausente en la oportunidad respectiva -lo digo para que mi Honorable colega el señor Allende considere ese atenuante-, deseo preguntar por qué se fijó la fecha 4 de noviembre. De acuerdo con esta disposición, sólo será encasillado el personal que se desempeñaba en la Empresa hasta esa fecha y no el que haya ingresado con posterioridad a ella. Por eso, deseo saber por qué se eligió el 4 de noviembre.
El señor CHADWICK.-
¿No le suena esa fecha, señor Senador?
El señor ALLENDE.-
Si el Honorable señor Gumucio me hace la pregunta en forma directa, le contesto; si la hace al voleo, no.
La razón es muy sencilla. Consultado el Director de la Empresa, expresó no haber contratado a ninguna persona con cargo al ítem de remuneraciones de los trabajadores para desempeñar funciones de empleados. Por lo tanto, a él le era indiferente el plazo que se fijara. Nosotros estimamos como una buena fecha la del inicio del Gobierno del señor Frei, y por eso formulamos la indicación respectiva. Nada más.
El señor PRADO.-
El 4 de noviembre, como anotaba con toda razón un señor Senador, corresponde a los 60 días después del 4 de septiembre.
El señor ALLENDE.-
A la fecha de inicio de este Gobierno.
El señor PRADO.-
No somos partidarios de esa fecha, pues dejará marginado a un grupo importante de trabajadores, por razones que no vale la pena calificar en este momento.
Por lo expuesto, siguiendo la pauta que hemos trazado y por las posibles enmiendas que pueda sufrir, nos abstendremos en esta indicación.
El señor FONCEA.-
El Director de la Empresa manifestó, además, que si bien él no había hecho esta clase de contrataciones, los administradores de puerto las habían realizado con posterioridad al 4 de noviembre. En consecuencia, hay personal que ha sido contratado en estas condiciones. Por eso habíamos propuesto que la fecha fuera el 31 de diciembre; pero la mayoría de la Comisión aprobó el 4 de noviembre, como fecha simbólica, para establecer quiénes están bien contratados y quiénes no lo están.
Me parece evidente que este precepto no tiene ninguna justificación, máxime cuando el Director de la Empresa expresó que los administradores de puerto habían hecho con posterioridad esta clase de contratos.
-Se aprueba el artículo, en la forma propuesta por la Comisión (9 votos por la afirmativa, 6 abstenciones y 3 pareos).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
La Comisión propone agregar el siguiente artículo 10, nuevo:
"Los obreros contratados por la Empresa Portuaria de Chile antes del 24 de junio de 1965, tendrán preferencia para ocupar las vacantes que se produzcan en los grados superiores de la planta de este personal de acuerdo a las normas de capacidad, antigüedad y conducta.
"Los obreros denominados movilizado- res auxiliares "eventuales" contratados por la Empresa Portuaria de Chile después del 6 de abril de 1960 y que se encontraban en servicio al 24 de junio de 1965, mantendrán todos los derechos que establecen la ley N° 10.676 y el artículo 36 de la ley N^ 15.702.
"Dentro del plazo de 3 Odias, este personal pasará a integrar la planta permanente de los movilizadores manuales".
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
Quedan 4 artículos por discutir, y ya va a llegar el término del Orden del Día. En consecuencia, sería necesario prorrogar el tiempo hasta despachar totalmente el proyecto.
El señor GUMUCIO.-
En homenaje a la rapidez, renunciaré a mi derecho a usar de la palabra.
No obstante, debo hacer presente que con este precepto nuevamente se aplica un castigo desproporcionado, por cuanto se da preferencia para ascender únicamente a los obreros contratados antes de una fecha determinada.
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
Algunos señores Senadores piden que se prorrogue la hora para despachar todos los proyectos de la tabla.
Si le parece a la Sala, así se acordará.
El señor FONCEA.-
No hay acuerdo.
El señor PRADO.-
No hay acuerdo para tratar todos los proyectos.
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
Hay asentimiento sólo para prorrogar la hora hasta despachar el proyecto en debate. Por lo tanto, habría que votar la prórroga de la hora hasta el despacho de los demás asuntos en tabla. El propósito sería tratarlos todos hoy día y suspender la sesión de mañana.
El señor FONCEA.-
Los impresos acaban de ser entregados; de modo que no hemos tenido tiempo para leerlos. Por lo demás, mañana habrá sesión.
El señor ALLENDE.-
Hay acuerdo en prorrogar la hora para despachar este proyecto. Cuando terminemos su discusión, nos pronunciaremos sobre los demás asuntos de la tabla.
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
Si no hubiere oposición, así se acordaría.
Acordado.
-Por 9 votos por la afirmativa, 6 abstenciones y 3 pareos, se aprueban los artículos 10, 11, 12 y 13, nuevos, propuestos por la Comisión, y queda despachado el proyecto.
- (Aplausos en tribunas y galerías).
El señor ALLENDE.-
¿No ven Sus Señorías cómo se despachó el proyecto?
¿No ven como los obreros querían el proyecto de la Cámara de Diputados?
El señor ALESSANDRI, don Fernando (Presidente accidental).-
¿Hay acuerdo para prorrogar la hora hasta despachar los demás asuntos de la tabla?
Acordado.
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- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/598641
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/598641/seccion/akn598641-po1