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- rdf:value = " CUENTA SOBRE LO TRATADO POR LA COMISION DE SALUD PUBLICA CON RELACION A LOS TEMPORALES.El señor ALLENDE.-
En la mañana de hoy, la Comisión de Salud Pública del Senado celebró una sesión extraordinaria, a la cual se invitó a los señores Ministro de Salud Pública, Director del Servicio Nacional de Salud, Director del Servicio Nacional de Empleados y al Presidente en ejercicio del Colegio Médico de Chile.
El señor Ministro de Salud Pública se excusó de asistir, por tener Consejo de Gabinete a la misma hora. Tuvo la deferencia de llamarme personalmente para darme dicha explicación.
Concurrieron a la sesión el doctor Francisco Mardones, el doctor Cárdenas, Director del Servicio Médico Nacional de Empleados, y el doctor Guillermo Velasco, Presidente en ejercicio del Colegio Médico de Chile.
En nombre de la Comisión de salud Pública del Senado, les hice presente nuestra inquietud por las consecuencias
que podrían traer a la población los temporales que, lamentablemente y en forma tan violenta, han azotado al país. Les hicimos ver que la Comisión deseaba, junto con imponerse de las medidas adoptadas por el Gobierno, conocer los medios de que disponen los servicios para enfrentar esta emergencia y, al mismo tiempo, dar a conocer nuestro pensamiento al respecto; señalar no sólo nuestra preocupación, sino sugerir también algunas medidas que estimamos complementarias de las que el Gobierno pueda adoptar. Es decir, dentro de una concepción superior de colaboración, frente a un drama que no tiene fronteras y que hiere brutalmente al país, quisimos dar un sentido nuevo a nuestro trabajo y expresar un pensamiento que era unánime en la Comisión.
Desde luego, tanto los funcionarios que representan al Gobierno como el Presidente del Colegio Médico y la Comisión estuvieron de acuerdo en que, sin duda, hay un problema que excede da la posibilidad de acción desde el punto de vista técnico-médico de los servicios y del propio Gobierno : el de la alimentación de la población y sus condiciones de vida, básicamente la vivienda.
Al respecto, hicimos presente que, a nuestro juicio, el problema de abastecimiento de la población iba a sufrir un impacto muy serio; que las consecuencias de los temporales sobre el proceso de la producción agrícola van más allá de lo que la gente imagina. Destacamos dicho aspecto, pues, como es sabido por todos, un grupo social subalimentado es más fácilmente azotado y con mayor violencia por cualquier epidemia. Hicimos presente estos hechos y conversamos con los funcionarios que representan al Gobierno para inquirir cuál es la realidad más grave en este instante. Así supimos, por ejemplo, que tanto él Director del Servicio Nacional de Salud como el Gobierno están preocupados por el déficit de leche rica en grasa, de la que en este instante carece
Chile para alimentar a la población infantil. Sobre el particular, nos dieron cifras, que no es del caso exponer, y, al mismo tiempo, nos señalaron que había preocupación por importar alimentos que pudieran ser entregados de acuerdo con disposiciones legales, a fin de dar una ayuda eficaz frente a la necesidad de defender mejor a nuestra población infantil. Por desgracia, la producción lechera chilena está retrasada y perjudicada en sus posibilidades de alcanzar niveles satisfactorios; de modo que sólo cabe importar este producto en la forma más rápida posible, por avión, pues los déficit son muy grandes.
Igualmente, el señor Director del Servicio nos informó que la disponibilidad de antibióticos y vacunas permitirá encarar en este instante la demanda nacional en ciertos rubros esenciales, aunque no en algunos tipos de antibióticos, como las tetraciclinas, cuyo déficit obligará al Gobierno a hacer una importación en la forma más rápida posible.
Demás está señalar que hicimos presente al señor Director del Servicio Nacional de Salud -aspecto en que concordó con nosotros-, que debe autorizarse a los directores de hospitales, frente a la carencia de estos fármacos, para adquirir antibióticos en el mercado local.
También señalamos que así como el Gobierno ha decretado, de acuerdo con la ley de reconstrucción, el estanco de los materiales , de construcción, bien puede, si la gravedad del problema también lo exige, tomar una medida similar con los medicamentos, cuya alza desmedida está afectando extraordinariamente a la población y cuya demanda en este momento tiene plena justificación debido a las distintas epidemias y enfermedades que golpean con mucha intensidad en especial a la población infantil del país. Es sabido, por ejemplo, que hay una fuerte epidemia de escarlatina en algunos sectores populares de Santiago, y que hay también una epidemia de alfombrilla, cuyas consecuencias son sumamente graves para el posterior desarrollo de nuestros niños.
Concordamos en que no basta ejercer una acción preventiva y que debe hacerse la vacunación masiva de la población respecto de las enfermedades más factibles de constituirse en epidemias. Al respecto, señalamos la necesidad de innovar en la práctica del Servicio Nacional de Salud de vacunar sólo a la gente que concurre a las policlínicas y demás consultorios externos, y movilizarse en equipos especiales para que tanto médicos como auxiliares concurran a las poblaciones. Todavía más: ejercer una acción no sólo concordante con el Servicio Nacional de Salud, sino con el servicio médico de las Fuerzas Armadas y aun con el propio Servicio Médico Nacional da Empleados, organismo que aunque no presta, por imperativo de la ley, medicina curativa, puede y debe, en determinadas circunstancias, encarar estas situaciones. De allí que la Comisión también resolvió, por indicación del Honorable señor Gormaz, que sus integrantes concurramos a conversar con el señor Ministro de Defensa Nacional, quien tiene a su cargo, por designación del Gobierno, la responsabilidad de coordinar la labor de las Fuerzas Armadas con la que deben desarrollar los organismos médicos, frente a esta dura emergencia por que atraviesa el país.
Al mismo tiempo, se señaló concretamente la necesidad de hacer un inventario de las poblaciones que carecen de atención médica o la tienen en forma deficiente. El señor Director del Servicio Nacional de Salud quedó de entregarnos un estudio completo sobre la materia. Nos preocupa sobremanera el hecho de que los habitantes de algunas localidades que podían recibir atención médica en otros sectores donde la hay, en la actualidad no pueden tenerla por las dificultades materiales de contacto. El señor Director del Servicio quedó en informarnos mañana -él tiene la posibilidad de recoger esos antecedentes por medio de un servicio de comunicaciones radiales vertebrado en escala nacional- sobre la realidad existente y, al mismo tiempo, tomar las medidas para que equipos móviles de médicos y enfermeras puadan llegar a esos sitios y para hacer frente a la demanda de atención creada por las circunstancias actuales.
Dentro de nuestra conversación, se dijo también que el Servicio Nacional de Salud, junto con el Servicio Nacional de Empleados, podía encarar una acción preventiva, e incluso este último, una acción curativa, destinada básicamente a atender a los empleados y a sus hijos, con relación a problemas agudos.
En lo fundamental, se estimó que la atención en las poblaciones no puede estar circunscrita tan sólo a la que prestan los consultorios externos, sino que, además, debe enviarse, como dije, equipos móviles que lleven atención médica a las poblaciones mismas.
Es nuestra obligación destacar ante el Senado la gravedad que implica el hacinamiento brutal en algunos sectores de nuestros conciudadanos. Ello puede traer como consecuencia no sólo enfermedades de tipo epidémico, frecuentes en la población infantil o aun adulta, sino incluso determinar brotes de epidemias ya erradicadas del país hace veinte años o más. Estamos, por ejemplo, frente a la amenaza de que pueda reaparecer el tifus exantemático, por suerte desaparecido en Chile hace más de veinte años.
Con nuestra actitud hemos querido señalar que el país está abocado a una situación de emergencia de extraordinaria gravedad. Expusimos al Presidente del Colegio Médico la conveniencia de plantear a los profesionales médicos, -sabemos que recibiremos de parte de ellos una justa comprensión- o su aporte generoso a un esfuerzo nacional, en cuanto a contribuir con trabajo extraordinario para prestar la atención médica que está reclamando la población.
Doy este informe al Senado, pues la Comisión de Salud Pública, junto con los funcionarios de Gobierno y el Presidente del Colegio Médico, están demostrando un interés que sin duda requiere la atención de los poderes públicos, tendiente a afrontar una de las situaciones más difíciles por que ha atravesado el país. Nadie puede prever, con exactitud, la magnitud de las consecuencias que para la salud, su protección y su desarrollo pueden traer las epidemias que ya se están desatando.
Por Otra parte, debo señalar que las iniciativas legales de que se ha dado cuenta y que aparecen firmadas por el Senador que habla, han sido formuladas en representación del Partido Socialista, y una de ella, la referente a las víctimas del escampavía "Janequeo", fue suscrita también por el Honorable señor Ampuero.
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