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- rdf:value = " El señor PRADO.-
Sé que Su Señoría las estima positivas, pero ha puesto el acento en el tono empleado por el Honorable señor Palma y lo ha calificado de jactancioso. Al respecto, considero que un Senador como el Honorable señor Palma o cualquiera de nosotros, tiene que sentirse satisfecho de que, sin haber obtenido el Gobierno las leyes fundamentales para el desarrollo económico del país y sobre la base de las cuales se harán las realizaciones más importantes, podamos resolver problemas de la trascendencia social de que trata este proyecto.
Estamos impulsando esas medidas de beneficio colectivo pese a no contar todavía con las leyes que consideramos básicas, ya que, antes de repartir la economía del país, es preciso rehacerla, como bien sabe Su Señoría.
En conversaciones privadas y de pa- sillos, he oído muchas veces a Senadores de las bancas de Su Señoría criticar al actual Gobierno por el exceso de proyectos de ley de contenido social que ha patrocinado antes de construir la economía. Pero esto no lo lograremos mientras no obtengamos la aprobación, no sólo de los convenios del cobre, sino de muchas otras iniciativas.
Respecto de dichos convenios, ellos serán debatidos la próxima semana en esta Sala, por lo cual no vale la pena anticiparse. Pero permítannos, por lo menos, la satisfacción en el tono, para decir que en estos primeros meses se han efectuado cosas positivas.
La jactancia que Su Señoría atribuye al Honorable señor Palma constituye, en cierto modo, una respuesta a la que hemos oído a los Senadores de esas bancas cuando afirman, sesión tras sesión, que no hay nada nuevo ni positivo en lo realizado por este Gobierno. En toda oportunidad han desvirtuado nuestras iniciativas, haciéndolas aparecer como proposiciones negativas y retrógradas.
Por ejemplo, el Gobierno se inició con el reajuste de sueldos y salarios en un ciento por ciento, medida que por primera vez se adopta en el país. Sin embargo, a juicio de Sus Señorías, ella no ha redundado en favor de los intereses del pueblo. Parecen olvidar que tal reajuste se fundó en los mismos índices utilizados por todos los gobiernos, pero, por ser éste democratacristiano, no sirve, no es suficiente.
El Gobierno programó la nivelación de la asignación familiar de los obreros con la de los empleados, en un plazo de tres años. Ya se cumplió la primera etapa. Medidas similares, de positivo beneficio social, se han adoptado respecto del sector campesino, que Sus Señorías, al igual que nosotros, defienden. Pero tampoco les parece suficiente, y sostienen que debería haberse hecho mucho más : haberse distribuido la tierra.
Debo recordar las 27 mil viviendas construidas por el actual Gobierno. Esa obra constituye gasto y no es parte de la reconstrucción económica del país. Pero el Ejecutivo la llevó a cabo por estimar que, no obstante representar un fuerte impacto de carácter social, era una obligación ineludible. Sin embargo, para Sus Señorías tampoco ello significa algo positivo.
Los señores Senadores reciben las quejas de los comités con los cuales mantienen contacto en distintos puntos del país, relativas a falta de vivienda.; pero no expresan una palabra de reconocimiento respecto de los propósitos del Gobierno de obtener la aprobación de sus proyectos básicos de carácter económico para afrontar el compromiso contraído con el pueblo.
El presidente del Banco del Estado expresó en la Comisión que sin esperar el despacho de iniciativa de ley alguna -a ello se refirió el Honorable señor Contreras Labarca- ya esa institución había aumentado en más del doble los créditos concedidos a los beneficiarios de cuentas de ahorro. Ocurría el hecho insólito de que los titulares de las 633.000 cuentas de ahorro, gente modesta, representan las dos terceras partes de los ahorrantes, y apenas seis por ciento de sus depósitos les era revertido en créditos en su favor.
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