. . . . . . . " El se\u00F1or CONTRERAS LABARCA.- \n \n -Nos complace escuchar las palabras del presidente del Partido Dem\u00F3crata Cristiano. Nos parec\u00EDa realmente asombroso que un hombre responsable de la direcci\u00F3n de una colectividad pol\u00EDtica que tiene participaci\u00F3n en el Gobierno del pa\u00EDs, hubiese pronunciado palabras que significan agresi\u00F3n ins\u00F3lita, publicadas en el diario oficial \"La Naci\u00F3n\", respecto de la conducta que hemos observado los representantes del movimiento popular. \nNo procedimos de mala fe al adoptar la conducta que el Senado y el pa\u00EDs conocen; nos alientan objetivos de orden superior, y la preocupaci\u00F3n nuestra ha sido siempre servir en la mejor forma los intereses del pa\u00EDs. \nCon todo, a pesar del desmentido del Honorable se\u00F1or Aylwin, no podemos dejar de subrayar que ha existido en los \u00FAltimos tiempos, desde que el Gobierno envi\u00F3 al Congreso el proyecto que en estos momentos discutimos, una propaganda extraordinaria -dir\u00EDamos, desenfrenada- en contra de los partidos y grupos que, por la posici\u00F3n pol\u00EDtica que hemos adoptado en \u00E9ste y otros problemas, hemos resuelto, por razones de principio, oponernos a la aprobaci\u00F3n de los convenios concertados por el Ejecutivo con las compa\u00F1\u00EDas de la gran miner\u00EDa del cobre. \nEsa propaganda, a nuestro parecer, orquestada debidamente con la experiencia recogida en el curso de la \u00FAltima campa\u00F1a presidencial, no ha respetado l\u00EDmites ni en lo relativo a la consideraci\u00F3n que se debe a los hombres y partidos que discrepan de la posici\u00F3n oficial, sino que, incluso, a los principios del m\u00E1s esencial respeto a la verdad y, sobre todo, a los hechos. \nSe ha pretendido acusarnos de que en esta Corporaci\u00F3n hemos prolongado indebidamente, desde hace mucho tiempo, el debate y resoluci\u00F3n del problema que ahora nos preocupa. Es evidente que quienes as\u00ED argumentan no tienen raz\u00F3n, pues todos sabemos que despu\u00E9s de la discusi\u00F3n en la C\u00E1mara de Diputados, en la cual la mayor\u00EDa no fue al fondo de las cuestiones planteadas por el proyecto, era absolutamente necesario que el Senado de la Rep\u00FAblica abundara en el examen y conocimiento de los problemas fundamentales en lo atinente a nuestra pol\u00EDtica minera del cobre. \nPor desgracia, los hombres del movimiento popular no hemos tenido acceso llore y amplio a los medios de informaci\u00F3n y hemos estado, entonces, en situaci\u00F3n de desigualdad irritante con relaci\u00F3n a los partidos que apoyan al Gobierno, en uno de los asuntos que nos preocupa: se afirma o difunde la idea de que los problemas relacionados con nuestra pol\u00EDtica cuprera son tan extraordinariamente complejos que s\u00F3lo pueden estar al alcance de los especialistas o los organismos del Estado que corrientemente los atienden. No pretendemos, de manera alguna, atribuirnos la condici\u00F3n de t\u00E9cnicos. Sin embargo, creemos estar en aptitud de contribuir a disipar ante el pa\u00EDs lo que podr\u00EDamos llamar \"el misterio del cobre\", que ha servido a las empresas de la gran miner\u00EDa, durante largo tiempo, para lograr, a espaldas de la opini\u00F3n p\u00FAblica chilena, privilegios que le fueron otorgados en el pasado y que hoy buscan con tanta tenacidad y astucia. \nEl problema del cobre no es exclusivamente t\u00E9cnico. Lo afirmamos de manera categ\u00F3rica. Esencialmente afecta al Estado, a la naci\u00F3n, a toda la vida del pa\u00EDs; es un asunto intr\u00EDnsecamente pol\u00EDtico, es decir, tambi\u00E9n es de clases. Adem\u00E1s, la cuesti\u00F3n del cobre envuelve un aspecto moral que pone a prueba la reciedumbre de los partidos, grupos y hombres que deben afrontar las presiones desembozadas o encubiertas de los poderosos monopolios internacionales del metal rojo. \nAcci\u00F3n patri\u00F3tica del Partido Comunista. \nEn lo relativo a la actitud del Partido Comunista, debemos subrayar una vez m\u00E1s, con relaci\u00F3n a los convenios, que hemos adoptado esta actitud en raz\u00F3n de nuestros principios y programas. Esta actitud del Partido Comunista arraiga en su tradicional e hist\u00F3rica lucha, iniciada ya hace cuarenta a\u00F1os, en contra del imperialismo ingl\u00E9s, que se hab\u00EDa apropiado, en el norte chileno, de esa riqueza fabulosa que fue el salitre, la cual se desperdici\u00F3 miserablemente. \nNo obedecemos a consignas internacionales ni estamos guiados por orientaciones for\u00E1neas de ning\u00FAn orden, como calumniosamente se viene propalando con tanta insistencia, aunque con poco \u00E9xito. \nNos oponemos a los convenios, a los cuales negamos validez jur\u00EDdica, por estar absolutamente convencidos de que ellos significan un atentado grav\u00EDsimo contra el inter\u00E9s nacional, en, beneficio de las empresas imperialistas. Nuestra actitud obedece, pues, a la raz\u00F3n del m\u00E1s libre patriotismo y est\u00E1 respaldada por una l\u00EDnea invariable de defensa de los intereses de la naci\u00F3n chilena. Rechazamos los convenios, porque ellos amenazan la integridad de nuestra soberan\u00EDa y amarran a\u00FAn m\u00E1s firmemente a nuestra patria al carro de los gigantescos monopolios internacionales que manejan esta industria. \nC\u00F3mo se gestionaron los convenios. \n\u00BFC\u00F3mo se gestionaron los convenios del cobre, se\u00F1or Presidente? En primer t\u00E9rmino, debemos dejar sentada nuestra sorpresa por el sigilo con que se gestionaron. Ellos fueron concertados en conversaciones sostenidas entre los negociadores del Gobierno y las empresas extranjeras, de las cuales estuvieron excluidos los representantes de ampl\u00EDsimos sectores que representan las mayor\u00EDas del pa\u00EDs. En esas negociaciones, que decid\u00EDan el futuro de la industria fundamental de Chile y, en gran medida, la suerte de varias generaciones de chilenos, se lleg\u00F3 a acuerdos que parec\u00EDan muy dif\u00EDciles de lograr por la larga y obscura historia de nuestras relaciones con las compa\u00F1\u00EDas norteamericanas. Es extra\u00F1o que, en estas conversaciones, en su iniciaci\u00F3n y desarrollo, no hubiese consultado el Gobierno ni a\u00FAn a aquellos sectores como los obreros, empleados y t\u00E9cnicos de las empresas del cobre, a quienes oficialmente se habr\u00EDa prometido ser o\u00EDdos en el curso de la campa\u00F1a presidencial \u00FAltima, antes de emprender la ruta hacia la soluci\u00F3n del problema del cobre. Todos conocemos la carta que la Confederaci\u00F3n de Trabajadores del Cobre envi\u00F3 al Presidente Frei con relaci\u00F3n a estos asuntos, sobre la cual no vale la pena insistir. \n\u00BFCu\u00E1l era la situaci\u00F3n de nuestros representantes, los negociadores chilenos, en estas conferencias tan trascendentales que se realizaron en un pa\u00EDs exterior, probablemente en el seno del directorio de alguna empresa norteamericana en Nueva York? Nuestros representantes llegaron a esas conferencias, por desgracia, en situaci\u00F3n muy desmedrada. El Gobierno hab\u00EDa declarado de manera enf\u00E1tica... \n " . .