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- rdf:value = " El señor GÓMEZ.-
Señor Presidente:
Hace unos días, en la cuenta que dio Su Excelencia el Presidente de la República acerca de la labor realizada en su primer año de gobierno, anunció la entrega de las obras de canalización del río San Pedro, en la región de San Pedro de Atacama.
La obra realizada es extraordinariamente importante. Llevará el riego a una superficie de 1.700 hectáreas situadas en medio del desierto, allá donde comienza a erguirse el macizo andino, en la sección que atalaya con su mirada serena el Licancaur.
Por fin la República se hace presente en esos apartados confines de leyenda y arqueología. La raza vernacular puso en sus confines el dintorno maravilloso de viejas culturas que afloran de los soterrados pukaras y las tumbas de indios sentados; la Corona, la Iglesia de líneas andaluzas y el trazado recto de las calles; pero la República hasta ayer no había realizado nada, salvo destruir el Cabildo e ignorar a los habitantes cordilleranos, extraña y hermosa mezcla de indio y español. Podemos decir ahora, al entregarse los trabajos de riego recién realizados, que la República incorpora a San Pedro de Atacama y a una vasta región del altiplano chileno.
No puedo ocultar mi alegría frente al hecho señalado. Los labriegos podrán aprovechar ahora todo el caudal del río San Pedro. Las tres cuartas partes de ese caudal ya no se perderán como antes en dunas y arenales. Así, habrá más productos alimenticios para las poblaciones del desierto, mayor bienestar y una vida más digna para los esforzados trabajadores de los ayllus. Solor, Quitor, Conde, Duque, Larache, Checar, Yaye, Séquitor, Solcor, Coyo, Cúcuter, Poconche, Beter, Tulor, Catarpe, Tambillo, Guachar y Suchor se pondrán más verdes y florecerán sobre su gleba salina los famosos frutales atácamenos. El agua afianzará la vida y la civilización en esa región de inconfundible belleza, transitada por el asno salvaje, la alpaca, la llama, la vicuña, el guanaco y el ñandú.
Las obras a que me estoy refiriendo fueron comenzadas en marzo de 1963 y el término de la construcción gruesa, por así llamarla, ocurrió en agosto de 1965. Falta ahora construir toda una red de pequeños canales en el interior de cada uno de los ayllus mencionados, a fin de alcanzar el pleno y más racional aprovechamiento de todo el caudal.
El costo de las obras se puede estimar en Eº 3.000.000 y la tasa de riego en 0,95 metros cúbicos por segundo y hectárea, vale decir, 30.000 metros cúbicos por hectárea al año.
Las aguas captadas provienen de los ríos Atacama o San Pedro y Vilama y representan en total un gasto medio mensual de 1,45 metros cúbicos por segundo, pero en algunas oportunidades se originan crecidas que pueden alcanzar los 100 metros cúbicos por segundo. Dichas aguas son salobres, pero aptas para la agricultura en esa región.
El río San Pedro es el más caudaloso. Se forma de la confluencia de los ríos Putaña y Jauna en la alta cordillera y recibe en su curso medio los afluentes Salado y Machuca. Muere en la cabecera del Salar de Atacama. El río Vilama se forma en las vertientes termales de Puritama, y en Guatín recibe los refuerzos de un riachuelo: el Puripica.
Las obras realizadas representan una red de canales de 50 kilómetros de longitud total y mediante ella se espera elevar el regadío, de 450, a 1.700 hectáreas. Tienen las obras 680 metros de sección abovedada, en acueducto, 2.060 metros de sección rectangular, 45.110 metros de sección trapecial y 2.370 metros de sección circular, en acueducto. Para su realización fue necesario excavar más de 4.000 metros cúbicos de roca y remover cerca de 150.000 metros cúbicos de material común y construir terraplenes y rellenos cercanos a los 20.000 metros cúbicos. Consta el sistema de 4 bocatomas, 32 marcos partidores, 5 sifones, 2 estanques de almacenamiento nocturno y 84 obras de arte menores.
El mérito de esta obra, cuya importancia para el desarrollo de una apartada región del país es sencillamente extraordinaria, corresponde a la administración del señor Jorge Alessandri y, en especial, a los desvelos de dos hombres: el MinistroErnesto Pinto Lagarrigue y el ingeniero jefe del Departamento de Riego, don Raúl Matus.
Con Raúl Matus traté la realización de la obra; con él y sus asesores discutí la conveniencia de hacer los estudios y realizar la obra; con él encaramos los entorpecimientos burocráticos y derribamos los escollos que oponía la organización unitaria y centralista. Y luego, con inteligencia y tesón, ese funcionario ejemplar impulsó la realización de los estudios y organizó, cuando se destinaron los fondos necesarios en la ley de Presupuestos, la ejecución de las faenas.
Muchas veces he criticado a la burocracia y he llegado a emplear frases encendidas ante la indignación que me produce el ver como, innecesariamente, se porterga el desarrollo del país y se maltrata a nuestro pueblo. Hoy quiero emplear el lenguaje grato de la felicitación y pedir se envíe un oficio, en nombre del Partido Radical, al ingeniero Raúl Matus para expresarle nuestra complacencia por su actuación y su comportamiento en la realización de las obras de regadío en San Pedro de Atacama, y a Ernesto Pinto -ex Ministro en la cartera de Obras Públicas- que recorrió la zona y tomó resoluciones acertadas y oportunas en el terreno mismo.
A los desvelos de Ernesto Pinto deben, además, el norte y el país, la terminación de la ruta longitudinal, vale decir, la obra más gigantesca realizada en la República.
Dije que Su Excelencia el Presidente de la República, en su cuenta ofrecida al país con ocasión de haber cumplido un año en el poder, puso en la cuenta de la¿ realizaciones de este Gobierno las obras de San Pedro de Atacama. Así fue difundido por periódicos y radios a lo largo de todo el país. Es probable que ahora algunos Diputados de la Democracia Cristiana digan que son autores de las indicaciones iniciales para la ejecución de las obras, tal como ocurrió con nuestra iniciativa sobre el Instituto CORFO del Norte, cuya paternidad se la adjudicaron sin más ni más. Por eso creo conveniente expresar, además, para conocimiento del país y como "téngase presente" frente a un Ejecutivo aficionado a adjudicárselo todo, que la iniciativa nació en la sesión 9º, de la legislatura extraordinaria de la Cámara de Diputados, el 9 de abril de 1958. Los planteamientos sobre la necesidad de realizar las obras los hizo el Diputado de la época Jonás Gómez, y a petición de él te enviaron los oficios del caso al señor Ministro de Obras Públicas.
Para que el país y, en especial, la administración pública, tengan noción de los sinsabores que hube de sufrir para que se iniciaran los estudios, citaré lo que dije en la sesión 19º. de la legislatura extraordinaria de la Cámara de Diputados, el 19 de diciembre de 1959.
Leo textualmente: "Subsiste en el pueblo" -me refería a San Pedro de Atacama- "el problema de las aguas de su río. Para mejorar la situación nada práctico se ha hecho, y hasta hoy el principal escollo ha consistido en los celos, la pugna de dignidades, el alejamiento abismal que existe entre unos organismos del Estado y otros, como si se tratara de seculares e irreconciliables enemigos. El Departamento de Riego del Ministerio de Obras Públicas, teniendo fondos, no ha hecho nada porque la CORFO se había "adueñado" de la región, por así decirlo; y ésta, a su vez, no hacía obras por carecer de fondos. Toda su labor quedó reducida a un pre-estudio que costó un mundo hacerlo llegar al conocimiento del Departamento de Riego del Ministerio de Obras Públicas. El Diputado que habla tuvo que intervenir; y, tras violentos encuentros con algunos de esos reyezuelos que son algunos Jefes de sección, logró que la CORFO permitiera al Departamento de Riego del Ministerio de Obras Públicas actuar en San Pedro de Atacama.
"Hoy deseo, señor Presidente, que se oficie al Ministerio de Obras Públicas, para que completen los estudios, a la mayor brevedad y se inicien, tan pronto como sea posible, los trabajos de mejoramiento de las aguas del río San Pedro. Con ello se quintuplicará la producción del valle, a lo menos, se llevará bienestar y felicidad a un grupo de chilenos arrinconados en las montañas y se aliviará, en alguna medida, el gravísimo problema alimenticio del Norte Grande."
Hasta ahí la cita de mi intervención en la Cámara de Diputados.
Apreciarán Sus Señorías que no todo !o positivo que se hace en este país corresponde al Poder Ejecutivo; apreciarán que el Parlamento también trabaja y se preocupa del progreso de la colectividad; apreciarán también que la administración fiscal no es idónea y que el estancamiento en nuestro desarrollo no se debe, como lo ha afirmado con tanta majadería el Poder Ejecutivo durante los últimos 13 años, a que no se despachan con prontitud las leyes, sino al desquiciamiento del aparato fiscal, a esa crisis profunda e irremediable del sistema de administración unitario y centralista.
Sus Señorías han apreciado cuánto hube de luchar para que se hicieran los trabajos de San Pedro de Atacama.
Frente al Poder Ejecutivo, para la realización de lo mínimo, hay que hacer antesalas, pasar malos ratos y echarse enemigos encima. De lo contrario, nada se mueve, nada se hace y los fondos previstos allí quedan, sobrantes en el presupuesto de la nación. Aquí nos afanamos para que se consignen fondos para tales y cuales obras y luego vemos, con profunda pena, como las obras no se ejecutan.
Así es como lo realizado en San Pedro se hizo a "punta de picana", por emplear una expresión chilena y popular, y gracias a que estaba de nuestro lado un funcionario extraordinario: don Raúl Matus ligarte.
El mismo empeño que gasté en la realización de las obras de regadío, lo empleé para que se construyera la escuela granja y la posta de auxilios hospitalarios, en el mismo San Pedro de Atacama. Pero debo confesar que he fracasado. Mis empeños no encontraron recibo cordial en las autoridades respectivas y, transcurridos 7 años, y más, desde la formulación de la iniciativa, pese a que en variadas oportunidades se destinaron los fondos correspondientes, nos hallamos todavía en el punto de partida.
En la misma sesión del 19 de diciembre de 1959, expresé textualmente en la Cámara de Diputados:
"Estas medidas que hemos ido esbozando no serían completas, si no hiciera presente la necesidad que existe de construir, en la región, una Escuela Granja Modelo. Hoy los niños se van a estudiar a Co-piapó, y ya no regresan. La escuela ya fue creada por decreto del Ministerio de Educación, pero carece de local, profesores, implementos. Solicito que se oficie a los Ministerios de Educación y de Obras Públicas para que se realice lo que haya que hacer y actúen frente a esta iniciativa con la unidad de acción y de criterio que son necesarias al éxito y al progreso."
Hasta ahí la cita de mi intervención en la Cámara de Diputados.
En verdad, si el Estado resolvía hacer obras de regadío por valor de Eº 3.000.000, lo más lógico era que se preocupara, al mismo tiempo de la formación de los trabajadores agrícolas de la zona. ¡Pero qué pretensión la muestra: pedirle lógica al Estado!
Dejemos mejor que sobre esto se explaye el PadreLe Paige. He aquí una carta que acabo de recibir de él, en la que expresa sus inquietudes. Veamos lo que dice nuestro amigo:
"Estimado amigo Jonás Gómez:
"¿Cómo agradecerle de haber sido el único en venir a ver nuestra obra del regadío de San Pedro. Empezada gracias a Ud., don Julio Philippi y don Ernesto Pinto. Espero que los informes entregados le permitirán explicar a la Honorable Corporación lo hecho, su utilidad y lo que nos quedó que realizar a través del Departamento del Riego que ya tiene a cargo la obra para dos años.
"Pero si le escribo hoy es para decir que casi todo eso no sirve si por fin no realizan la Escuela Granja o Vocacional Granja que pedimos; nos prometieron, nos aseguraron que existen los planos, que hay plata, etc. ¿por qué no nos entregan la plata gastada por tantas comisiones que vienen estudiar, reestudiar y estudiar de nuevo el problema? Si todo está listo, ¿porqué nos dejan? Ud. lo ha visto, estamos todavía en San Pedro con la vieja escuela ¡de dos locales para seis cursos! Ahora prestamos (no arrendamos), prestamos un local de la parroquia para que funcionen los 3º y 4º cursos. Otro Club de S. P. presta su local para el 1er. curso.
"Cuantas veces nos dicen: ¡ Sí, empezamos este año! ¿ A que sirve haber invertido $ 3.000.000.000 en la obra del regadío si no podemos cambiar la mentalidad del joven agricultor? ¿Si no podemos inculcarle los cambios de métodos, el cambio de plantación de árboles frutales, etc? ¿Por qué no nos ayuda otra vez más? Su intervención nos ha salvado los chañares. Ya 3 meses 1/2 que tengo una trampa "oficial" "reglamentaria" en mi huerto para cazar la "mosca azul"; hoy mismo pasó para controlarla el Ingeniero Agrónomo Provincial, señor Carlos Rodríguez Papic: nada. ¡Ni una mosca azul! ¡Ahora será el caso de nuestra escuela! ¿Conocen los funcionarios de la burocracia central nuestros problemas después de tantas comisiones? Si no, que nos escuchen por favor: no pedimos una limosna, pedimos el reconocimiento de nuestras aspiraciones, de nuestros derechos! Para vivir honestamente, necesita a los niños y niñas la posibilidad de estudiar más adelante que la escuela primaria, necesita renovar nuestra agricultura. No estoy pidiendo una cosa "confesional" pues esta escuela será fiscal.
"También cuándo escucharán nuestra petición de una posta sanitaria decente. ¿Me necesitaría recurrir al Gobierno Belga para construirlo? No deseo hacer concurrencia a Calama y Toconao, ¿pero quien se preocupa de la 50% de mi población muriendo de tuberculosis por subalimentación ?
"Todo eso ¿no es un solo y único programa : regadío, escuela granja y hospital?
"Gracias en adelante de su ayuda y también a todos que por su intervención nos escucharán y ayudarán.
"Saludo a Ud. muy atte. y cordialmente su amigo G. Le Paige".
¿Ven Sus Señorías cuál es la realidad? Al Gobierno actual, antes que contabilizar en su haber cosas que no ha hecho, más le hubiera valido construir en San Pedro de Atacama la escuela granja y la posta hospitalaria.
Otras de las cosas que vengo solicitando desde la Cámara de Diputados, son la pavimentación del camino de Calama a San Pedro y el mejoramiento y construcción del camino de San Pedro a Toconao y desde Toconao a Huaytiquina.
El ex Ministro Pinto se comprometió a pavimentar la calle central de Toconao con los fondos del camino, pues éste pasa por dicha calle y hay compromiso, además, para dotar de agua potable a Toco-nao y San Pedro. Todas estas obras no significan grandes sumas de dinero, sino simplemente un paco de buena voluntad.
También existió el compromiso de terminar la escuela de Peine, construir las de Socaire, Ollagüe y Ayquina, y ampliar la de Tonocao, pero permanece incumplido el compromiso, pese a que en variadas oportunidades se consignaron fondos en la ley de Presupuestos.
Además, se hicieron estudios para mejorar los regadíos de Socaire. Con los ex Ministros Pinto y Philippi estuvimos una vez allí y vimos la absoluta conveniencia de aumentar las áreas regadas de la zona. Los estudios se iniciaron, pero las obras no se realizan.
Solicito se oficie a los Ministros correspondientes, acerca de todos los trabajos que he dejado enunciados, a fin de que se realicen sus estudios e inicien las obras a la brevedad.
Asimismo, solicito se oficie al señor secretario ejecutivo de la Comisión Coordinadora de la Zona Norte, para que coordine todo ese complejo de acción pública que he señalado en la precordillera del Departamento de El Loa.
¿Ven Sus Señorías como mis expresiones, a veces un poco fuertes, sobre nuestra administración pública están basadas en hechos concretos? Las experiencias que he recogido me hacen afirmar que el sistema de administración centralista y unitario ha hecho crisis y que debemos buscar fórmulas que signifiquen una mayor conciencia, una mayor eficacia y una mayor prontitud en la acción del Estado. Creo que al respecto debemos encarar reformas estructurales. Los políticos, que somos un tanto presumidos, creemos que el problema se resuelve llevándonos a nosotros al poder. Todos, sin excepción, pensamos lo mismo y decimos al pueblo: "cuando lleguemos al Poder esto se resolverá". He visto pasar a todos por el Poder y las cosas han seguido igual. Evidentemente, existen fallas en los hombres, pero el sistema también es malo. No es posible manejarlo todo desde Santiago. La capital no tiene una visión unitaria de los problemas y el caso de San Pedro de Ata-cama es un ejemplo típico. No hay forma de poner de acuerdo a tantos organismos y de allí la gran frustración nacional. Mucho mejor sería actuar por intermedio de organismos regionales descentralizados y autónomos. Ellos podrían tener muchas fallas, pero darán a la acción del Estado una visión unitaria, una eficacia y una prontitud de que carecen los organismos responsables del actual sistema.
La experiencia recogida me permite afirmar que no podrá haber progreso real mientras no reformemos al Estado y, puesto a elegir entre el sistema federal y el unitario centralista que hoy nos rige, me quedo con el sistema federal.
Debemos abocarnos a buscar la fórmula. Siento mucho que en las reformas propuestas a la Constitución no se diga nada al respecto.
El señor REYES (Presidente).-
De conformidad con el Reglamento, se enviarán los oficios solicitados por Su Señoría.
"
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