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- rdf:value = " El señor CARDEMIL.-
Señor Presidente, indudablemente, esta sesión tiene una gran trascendencia; en primer lugar, porque con la exposición del señor Ministro la opinión pública podrá compenetrarse aún más de la inmensa tragedia que vive el país con esta sequía, que afecta a provincias de una importancia agrícola que todos les reconocemos, como son las de Coquimbo, Aconcagua y Valparaíso. Yo creo que nosotros tenemos en estos instantes una gran responsabilidad en cuanto a que la trascendencia de esta sesión debe proyectarse también hacia el futuro. No sólo debemos conformarnos con las medidas que se están adoptando en estos instantes, porque más adelante también habrá épocas de sequía, y si desde ahora no se planifica el abastecimiento de agua o no se adoptan medidas tendientes a evitar futuras tragedias, quiere decir que no estamos cumpliendo con nuestra función. Lo digo como Diputado de la provincia de Valparaíso, nacido en el departamento de Quillota, la zona agrícola más importante de dicha provincia. Recuerdo que, hace 40 años, hubo la misma aflicción que en la actualidad ante una sequía, aunque no fue de la trascendencia ni la intensidad de ésta; y recuerdo también como deben recordarlo los Diputados de la provincia de Aconcagua, cómo aumentaba considerablemente el caudal del río Aconcagua durante los años lluviosos. Sin embargo, todo ese caudal pasaba y se vaciaba en el mar. Posteriormente, en la época de verano, debido a los deshielos, teníamos que enfrentar el problema de que la enorme riqueza que significaba esa agua, arrasa-
ba las poblaciones; pero nunca se adoptaron las medidas tendientes a regularizar el curso de las aguas del río Aconcagua mediante la construcción de tranques, a fin de aprovechar ese exceso de agua producido, tanto en el invierno, a causa de las lluvias, como en el verano, por los deshielos acumulando esas aguas para utilizarlas en la regularización del río Aconcagua.
Pediría que, paralelamente a todas las atinadas medidas que se están tomando para paliar los efectos de esta tragedia nacional que significa la sequía, se haga también un estudio para que los futuros parlamentarios no tengan que celebrar sesiones especiales para tratar problemas de esta clase, porque este Congreso, en esta oportunidad y en esta legislatura, pedimos la adopción de las medidas correspondientes y solicitamos que se construyeran tranques para embalses de regadío, a fin de que las aguas de los ríos se regularicen definitivamente; y para que la riqueza que significa la existencia de años lluviosos y las aguas provenientes del deshielo durante el verano sean almacenadas a fin de que, más adelante, nadie tenga que sufrir, sobre todo los que explotan las tierras regables, los daños que actualmente se están sufriendo por esta sequía.
Yo hablo en nombre de los agricultores del departamento de Quillota. Como muy bien lo señalaba el señor Ministro, en la zona comprendida entre el pueblo de La Cruz y Quillota, existen pequeños agricultores, pero muy pequeños, y yo diría, modestos habitantes, que disponen sólo de lonjas insignificantes de terreno, que viven únicamente de lo que producen cuatro paltos y cinco chirimoyos y que, actualmente están perdiendo su producción, o ya la han perdido totalmente, por haberse caído la flor de estos árboles. Esa gente, que no sabe lo que es un aval o un Banco, debe tener ayuda y merece un trato especial. No se trata de pequeños agricultores que poseen una parcela con
dos o cuatro peones a su servicio. Se trata de pequeños propietarios qué trabajan personalmente su pequeña extensión de terreno. Ellos deben tener un trato especial. No saben nada de bancos ni tampoco tienen quién los pueda avalar o responsabilizarse por ellos. En este caso, yo entiendo que es el Estado el que tiene que responsabilizarse de los habitantes modestos de esta zona y de las del interior de Limache, donde viven del producto de su ganado que muchas veces son sólo manadas de cabras. Esa gente también debe recibir ayuda.
Yo, señor Presidente, quiero referirme -y hacer mucho hincapié- a la proyección futura de nuestra misión y nuestra labor. Desde luego, nuestra responsabilidad en este instante es afrontar la emergencia actual, pero también debemos afrontar el futuro. Esto significa que, desde este momento, hay que planificar totalmente la regularización de las aguas del Aconcagua, que es el río que riega la zona tal vez más valiosa de Chile.
Esto es todo, Presidente.
"
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