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- rdf:value = " El señor ROSALES.-
Señor Presidente, del largo debate que se efectuó en la sesión de ayer, quedó bien en claro un asunto con respecto a este artículo 11º.
De ese debate se desprende que esta disposición tiene un nombre y ese nombre es FIAT. Porque con este artículo se trata de solucionar un problema de producción y de venta que tiene la empresa FIAT en su armaduría de Rancagua. Este es un hecho que no se puede ocultar, porque está a la vista. Toda persona que viaje a lo largo de la Carretera Panamericana y pase frente al edificio de COR-FIAT en Rancagua, podrá percatarse de que los patios de esa empresa están abarrotados de vehículos que no tienen salida ni venta; y ya no sólo se están acumulando en los patios, sino también a la orilla del camino. De manera que éste es el fondo del problema; y sabemos muy bien que detrás de la FIAT está la Ford Motor Company.
Ahora bien, en mi condición de Diputado por O'Higgins, quiero decir esta tarde, y en relación con esta materia, que durante muchos años la ciudad de Rancagua y toda la provincia de O'Higgins lucharon por la instalación de una industria que significara, desde luego, trabajo para absorber la cesantía existente en la zona, así como adelanto y progreso para la provincia y para la región.
Esta fue una lucha muy larga, que comenzó hace ya más de una década. Y, con el propósito de satisfacer esas demandas durante el Gobierno del señor Ibáñez, se construyó en Rancagua un edificio, cuya realización fue el fruto de un convenio a que llegó la CORFO con la FIAT. Siempre se dijo que ésa debía ser una industria destinada a fabricar elementos para la agricultura, especialmente tractores, camiones, arados, rastras, etcétera, tomando en consideración el hecho de que se iba a iniciar en el país un proceso de reforma agraria.
Entonces, estaba plenamente justificada la petición de la ciudadanía de O'Higgins en el sentido de que en ese edificio, construido a gran costo con dineros provenientes de la Ley del Cobre, se instalara una industria de este carácter. No se logró esto durante el Gobierno del señor Ibáñez ni se consiguió tampoco en la Administración del señor Alessandri; pero la lucha continuó, y el actual Gobierno de la República se comprometió ante la ciudadanía a instalar allí una industria como la señalada. Pero las esperanzas de la ciudadanía de O'Higgins fueron defraudadas, porque no se instaló allí ninguna industria nueva, sino que, simplemente, el Gobierno del Presidente Frei creyó cumplir con la palabra empeñada trasladando una industria que funcionaba en Arica a la ciudad de Rancagua.
El señor ARANCIBIA.-
Pero era nueva para Rancagua….
El señor ROSALES.-
Es decir, no se trataba de crear una industria nueva, sino de permitir que una armaduría que funcionaba en Arica lo hiciera ahora en Rancagua.
En primer lugar, no se cumplió con aquello de dar trabajo, porque siempre se habló de que en esta nueva industria podrían encontrar ocupación 4 mil obreros. En la armaduría que funciona en Rancagua trabajan, en estos momentos, 200 personas. Hay bastante diferencia de 200 personas a 4 mil trabajadores.
En segundo lugar, no se fabrican elementos para la agricultura, o sea, para impulsar el proceso de la reforma agraria, como tractores, camiones, rastras, arados, etcétera. Sólo se arman allí automóviles, con partes y piezas fabricadas en otros países.
En resumen, ni la ciudad de Rancagua, ni la provincia de O'Higgins, ni la zona, est��n recibiendo ningún beneficio de esta industria; absolutamente ninguno, aparte de la patente que paga la FIAT, entiendo que en la Municipalidad de Rancagua, si es que paga patente.
Pero hay un hecho sobre el cual quiero llamar la atención. La FIAT recibió una serie de beneficios extraordinarios. Se le pagaron hasta las ganas para que trasladara su armaduría desde Arica a Rancagua. Se le entregó un flamante edificio, construido especialmente para el funcionamiento de una industria nueva, de un costo superior a los 10 mil millones de pesos, a los 10 millones de escudos, por sólo 500 mil escudos. ¡Y con facilidades de pago!
El señor CLAVEL.-
Es un robo.
El señor ROSALES.-
Se comprometió, con esto, el patrimonio de la provincia de O'Higgins, porque ese edificio fue construido y levantado con fondos pertenecientes a ella.
De manera que la decisión del Gobierno, en el sentido de enajenar este edificio por una suma ridícula, representa un atentado a los intereses de la provincia y de la zona.
¿Qué queda en Rancagua o qué queda en la provincia donde funciona esta armaduría? Como he dicho, no queda nada, aparte de los salarios miserables que paga la FIAT en Rancagua; salarios que son del orden de los diez y doce escudos para personal calificado, para técnicos especializados.
Además, la FIAT trasladó desde Arica a Rancagua a personal técnico con promesa de darle habitación y una bonificación especial, lo que tampoco ha cumplido.
Quiero aprovechar esta oportunidad para denunciar, aquí, esta tarde, que el artículo en discusión no tiene otro objeto que el de arreglar la situación que se le ha creado a la FIAT con su armaduría, lo que no habría ocurrido si en Rancagua se hubiese instalado una industria, como la que reclamó durante tantos años la ciudadanía de esa provincia y que exigimos con insistencia los parlamentarios populares. Nosotros denunciamos, en más de una ocasión, las maniobras que se tejieron para desnaturalizar la intención de que se instalara allí una industria nueva, que significara progreso, que significara trabajo, que significara avance social, que significara avance técnico, que representara una expectativa para los muchachos que estudian, por ejemplo, en la Escuela Industrial de Rancagua, y que una vez que egresan de ese establecimiento no tienen donde laborar.
Deseo que mis palabras representen una denuncia en contra de la política que se ha seguido allí, con la armaduría que trasladó desde Arica la empresa FIAT. Insisto en que detrás de la FIAT están los capitales poderosos de la Fort Motor. De manera que con este artículo se está legislando en favor de estos poderosos monopolios internacionales.
El colega señor Acevedo me ha pedido una interrupción que se la concedo.
"