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- rdf:value = " El señor GUASTAVINO.-
Señor Presidente, debo lamentar profundamente que ya se haya votado en contra del artículo 2º, que fue suprimido.
En verdad, me parece que éste es un veto remiso y exangüe de la vitalidad contenida en la promesa y el planteamiento que se desplegó a través de todo Chile durante la última contienda presidencial, cuando justamente estos problemas sustantivos y cardinales de la habitación en Chile, de la vivienda, que interesa a amplísimos sectores, fueron analizados en función de terminar con el odioso sistema de la reajustabilidad, que en la práctica hace imposible que el hombre adscrito a este sistema deje de tener sobre sí esa tremenda espada de no saber, finalmente, cuánto le va a costar su vivienda ni en qué forma afrontar el dividendo pertinente.
Ahora se planteaba un poco de justicia a través de este proyecto de ley ya despachado por el Parlamento Nacional; y nos encontramos con un veto cuyo contenido de fondo es preciso poner de relieve para analizar la forma en que se está llevando a cabo el sistema habitacional por parte de este Gobierno.
Señor Presidente, con estos problemas nos encontramos en todas y cada una de las poblaciones a que vamos en nuestro país, y no solamente tienen relación con el Servicio de Seguro Social sino también con el resto de las cajas de previsión y con las casas construidas y administradas por la CORVI. Por lo tanto, además de las razones que ha entregado el DiputadoJuan Acevedo, abundadas por la intervención de nuestra colega Laura Allende, es bueno insistir, a cuatro años de la práctica continuista del sistema que en Chile puso en vigencia el Gobierno derechista de Alessandri, en que no se ha resuelto el problema de acuerdo a lo que los técnicos de la Democracia Cristiana establecieron como el sistema correcto que se debía aplicar, liquidando los dividendos reajustables y estableciendo un sistema de compraventa de casas que diera certeza y seguridad presupuestaria a quienes se incorporaron a él.
De nuevo queda de relieve que, mientras en Chile no se ponga atajo a este desenfreno multiplicador de reajustabilidades, inserto, además, en una economía inflacionista, no va a ser posible llevar algún alivio y alguna tranquilidad a miles de familias que están entrampadas hoy en este sistema verdaderamente increíble.
Nosotros creemos a propósito de estos vetos, que hemos resuelto rechazar terminantemente, que tenemos el deber moral de decir, de nuevo, que cuando un gobierno niega la posibilidad de establecer un precio fijo para una vivienda, ese gobierno está declarando, enfáticamente, al adoptar esa actitud, que no tiene fe, ni tiene confianza en su capacidad para resolver el carácter inflacionario de la sociedad capitalista en que se vive.
Y yo recuerdo que aquí, en este país, se lanzó una estridente "guerra contra la inflación", y se dijo que se iba a producir una estabilización de valores y de precios que permitiría que cosas como ésta, por ejemplo, de la odiosa reajustabilidad de los dividendos, se eliminarán. Así, mucha más gente habría podido legítimamente y con tranquilidad, participar y gozar de un sistema verdaderamente democrático y verdaderamente popular en materia de vivienda. "¡Guerra contra la inflación!" ¡Guerra contra la inflación", en la cual el propio Presidente de la República se transformaba en el generalísimo de esta batalla! Esto estaba acorde con los folletos, que fueron ya una vez presentados en esta Cámara y que decían, a todo color: "El Gobierno de Chile comienza con Frei" y "No más dividendos reajustables".
Estas no son cosas que nos esté creando la imaginación de algún vate o de un poeta que surja en el último tiempo. No es producto de la invención, ni de la imaginación fértil de nadie, que ahora se esté tratando de poner en boca de quienes recorrieron la geografía humana y política del país, prometiendo la liquidación de la reajustabilidad de los dividendos; que se quiera "colgar" a una determinada campaña presidencial. ¡No! Estos folletos, estas declaraciones fueron profusamente dados a conocer en Chile durante la última campaña presidencial y constituyeron parte de la plataforma que esa campaña presidencial puso ante la conciencia y el corazón de quienes tenían que decidir en este país el destino presidencial del sexenio siguiente: 1964-1970.
Pues bien, señor Presidente, yo digo que si el Gobierno hubiera tenido alguna confianza en "su" guerra contra la inflación; si hubiera existido alguna dosis de autocreencia de parte de los que lanzaban esta propaganda en que les iba a ser posible detener la inflación, no habrían tenido ningún empacho ni habrían vacilado en establecer el sistema deseable del precio fijo de la vivienda y del carácter reajustable de los dividendos, que es lo que propician los técnicos de la Izquierda, y que es lo que se aconseja como lo más serio y lo que resguarda, en cualquier caso, tanto al instituto previsional y a los fondos fiscales, cuanto al propio beneficiario o al adjudicatario de la vivienda: el precio fijo y el dividendo reajustable. Porque, si va a estar estabilizada la economía y no va a haber inflación, no hay ningún problema en que este sistema se ponga en práctica, debido a que se van a mantener los mismos cánones y los mismos valores. Y no va a haber dificultades de financiamiento, por cuanto se va a entregar lo que se pague efectivamente. O sea, se va a cancelar efectivamente lo que se recibió. En buenas cuentas, si hay inflación, si efectivamente no tiene capacidad gubernativa el equipo de turno para detener la inflación, si le fallan sus cálculos, si efectivamente no estaban esos cálculos afincados en un cimiento sólido y científico para regular el proceso económico del país; entonces, siendo de todas maneras fijo el valor de la vivienda, la reajustabilidad anual de los dividendos en el ciento por ciento del alza del costo de la vida va a lograr que esa casa, en vez de pagarse en los treinta años en que estaba presupuestado que se percibiría su pago, se pague en 25, en 20, en 18, en 9 ó en 5 años, de acuerdo con el ritmo de crecimiento de ese proceso inflacionario. Es decir, el instituto previsional, el Gobierno va a recibir antes la plata que estaba siendo esperada en treinta años. Este es, pues, el sistema correcto, el sistema justo, el sistema al cual el Ministro de la Vivienda de aquel entonces, el señor Modesto Collado, primer Secretario de esa Cartera que hubo en el Gobierno del señor Frei, reconoció en presencia de los Diputados señores Giannini, Santibáñez y Cardemil, y no recuerdo bien si también el DiputadoSepúlveda, ante un amplia delegación de adquirentes de "EMPART", de Valparaíso. Matemáticamente, él nos demostró que el actual sistema significa que una casa que se adquirió en 38 mil escudos, a los treinta años iba a costar 700 mil escudos. Ahora, si es que se procede con absoluta visión, el actual sistema, que se prometió derogar y que es una de las cosas por las cuales fue barrido de este país el Gobierno derechista del señor Alessandri.
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