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- rdf:value = " El señor GUASTAVINO.-
Señor Presidente, en representación de los Diputados del Partido Comunista, nos corresponde expresar nuestra profunda satisfacción y alegría por el triunfo que el domingo recién pasado obtuviera, en la quinta circunscripción senatorial, la candidata del Frente de Acción Popular y del Partido Radical, doctora María Elena Carrera.
Con el DiputadoGalvarino Meló, nos correspondió^ en representación del Partido Comunista, estar desde el comienzo de la campaña en la provincia dé Colchagua. Nuestro compañero Carlos Rosales cubrió esta tarea en la provincia de O'Higgins. Posteriormente, todos nuestros camaradas Diputados se incorporaron a este trabajo en las dos provincias.
No puado sino destacar que el haber trabajado en esta campaña, junto con el resultado político que conlleva, tiene para nosotros un significado muy hondo, en cuanto nos permitió conocer mucho mejor las consecuencias que, particularmente, en la provincia de Colchagua, ha producido el predominio, la preeminencia de las fuerzas sociales y económicas que han detentado el poder por tantos años. Eso dio más impulso a nuestro trabajo: el deseo de derrotar las expresiones políticas de esas fuerzas socio-económicas.
En forma muy breve y somera, debo decir que es realmente espantoso y lamentable el cuadro que presenta la provincia de Colchagua, donde el reinado del latifundio ha sido característica durante tantos decenios. La cesantía, que hace que deambulen dramáticamente, por todos los caminos, hombres que buscan un lugar donde trabajar, para poder llevar un poco de dignidad material a su casa, para alimentar a su mujer y a sus hijos; la situación en que se encuentra el campesinado; la carencia de escuelas, de locales escolares; la ausencia de construcción de viviendas, cuyo déficit es abismante en la ciudad de San Fernando y el conjunto de la provincia, por ejemplo; todo ello configura el cuadro realmente terrible de que antes hablé. Todo eso es la resultante de lo que ha sido hasta ahora la gestión gubernativa, en la vida política, económica y social de Chile, de estas fuerzas retrógradas que de manera secular han estrangulado las perspectivas de desarrollo y destiño de la provincia de Colchagua y de nuestro país.
Pero esta situación continúa y nosotros, en el recorrido por cada una de las comunas de esa provincia, pudimos apreciar -y esto lo han tenido que reconocer los propios colegas de la Democracia Cristiana- que del Gobierno de revolución en libertad la provincia, de Colchagua no ha obtenido absolutamente ni- un solo beneficio. Ta! como tuvimos oportunidad de denunciarlo públicamente, incluso aquellas glosas, aquellos dineros que habían quedado incrustados en el último proyecto de ley de presupuestos, aprobado por esta Cámara y por el Senado de la República, como, por ejemplo, los cuarenta millones de pesos para la construcción de un desembarcadero, largamente anhelado por los pescadores de Pichilemu, fueron vetados por el Gobierno del señor Frei. Los trescientos millones de pesos para la electrificación de partes importantísimas de la provincia de Colchagua, particularmente de San Fernando, fueron vetados por el Gobierno del señor Frei. Los dineros para construir el frigorífico de San Fernando, tan anhelado por los pequeños propietarios y productores, que quieren poner ahí sus manzanas, sus peras, sus frutas, a fin de que resistan !a acción del tiempo, simplemente, fueron vetados por el Gobierno del señor Frei.
En consecuencia, si se suma y resta, lo cierto es que no podía sino producirse, en esta elección, una ratificación concreta y rotunda de lo que ya el pueblo de Chile expresara el reciente 2 de abril.
Nosotros estamos satisfechos y contentos de que esta campaña haya tenido el contenido profundamente antimperialista y antioligárquico que significaron las banderas de la doctora María Elena Carrera. O'Higgins y Colchagua son una especie de resumen de lo que es la vida económica. y social del país: en O'Higgins, la presencia del imperialismo norteamericano; en Colchagua, la presencia del latifundio estrangulador. Mientras estos dos fuerzas negras y oscuras no sean derrotadas de verdad, mientras no haya, un Gobierno que tenga la valentía patriótica de enfrentar, sin vacilación alguna, a estas fuerzas, no habrá perspectivas ni posibilidades de dar solución a los problemas de la nación y del pueblo de Chile. Esto es axiomático, científico. La elección del reciente 11 de junio viene a ratificar de nuevo que nuestro pueblo va abriendo día a día el surco de su conciencia política para ir entendiendo estas banderas, este programa, esta, filosofía.
Los comunistas tenemos que expresar, además, nuestra profunda satisfacción porque esta elección sirvió para rubricar y estrechar más aún la unidad socialista- comunista, bsae del movimiento antimperialista y antifeudal de nuestra patria, base del movimiento revolucionario de nuestra nación. Socialistas y comunistas trabajamos mancomunada y fraternalmente. Esto es un nuevo hito, una nueva etapa en este proceso de más y más comprensión de este fenómeno fundamental para la vida política de Chile.
Tenemos que expresar que nos hemos sentido verdaderamente agradados y satisfechos con la participación radical. No se ha cumplido nada de lo que dijeron los "plumarios" y corifeos que ya ha mencionado el Diputado don Carlos Morales, en cuanto a que el Partido Radical iba a desertar, en cuanto a que no le correspondía estar apoyando al marxismo internacional, en cuanto a todas las monsergas que pretenden presentar como el cuadro apocalíptico de lo que ocurriría en este país si el Partido Radical continuara apoyando al FRAP y trabajando con él. Hemos estado en las asambleas radicales. Les consta a nuestros colegas de los bancos radicales que viejos militantes de la tienda de Valentín Letelier y de Pedro Aguirre Cerda llegaron, después de años, al Partido Radical, contentos y felices de ver cómo esta colectividad retomaba el camino del maestro que dijo "gobernar es educar", y marchaba con socialistas, con comunistas, con el Frente de Acción Popular, en un proceso que no podemos vaticinar ni profetizar lo que producirá mañana, ya que la vida se encargará de eso, pero que sí podemos decir constituye una perspectiva, probablemente fecunda, de ampliación de la base del movimiento de unidad' de la Izquierda en nuestro país.
El triunfo de la doctora María Elena Carrera seguramente podrá inscribirse en los anales de la historia política de Chile como una circunstancia que tal vez produzca hechos y acontecimientos incuestionablemente valiosos, como una experiencia susceptible de proyectarse en la vida nacional.
Esta ratificación de que el pueblo de O'Higgins y. Colchagua hizo gala en relación con lo que ya había ocurrido el 2 de abril se produce, simplemente, como una respuesta a un hecho que también es incuestionable: la Democracia Cristiana ^y no lo decimos de manera admonitoria., ni paternal, sino, simplemente, como ciudadanos que verifican una realidad- ha perfeccionado métodos de cohecho existentes secularmente en nuestro país. Esto, por muchas cosas que se digan, lo he visto con mis propios ojos. Lo he conversado con el Intendente de Colchagua y con el Subsecretario del Interior. Podrá haber apreciaciones distintas. Para unos, podrá ser moral, lo que para nosotros es inmoral; para algunos, podrá ser procedimiento correcto lo que para nosotros es incorrecto. Pero queda en pie el hecho de que, con el objeto de obtener apoyo para un candidato determinado y para un partido político determinado, se entregan dádivas, bienes materiales. Ayer y todavía hoy, los de Víctor García, entregaban billetes, simplemente billetes. Eso era lo que le entregaban al pueblo en sus choclones inmorales y corrompidos. Hoy, la Democracia Cristiana entrega máquinas de coser, tocuyo, enaguas, zapatos, frazadas. Lo he visto con mis propios ojos. He visto, en la puerta de la Intendencia de Colchagua, una camioneta sin patente -su chofer me dijo que era de la Dirección de Aprovisionamiento del Estado y el Intendente me dijo que era del Ministerio del Interior; el chofer me dijo que él era de Carabineros y posteriormente se dijo, por parte del Intendente, que era auxiliar de la Intendencia- y junto a ella tres mujeres, a las que trasladaba a sus viviendas y a las que les sacamos fotografías, con grandes paquetes, como cuerpos del delito. Ellas estaban comprando a un menor precio. Vender en diez mil pesos un par ¿8 zapatos, ¿puede ser una operación normal? ¿Puede serlo vender, en 1a. Intendencia de Colchagua, un género que no se encuentra en el comercio de San Fernando? Transformar la Intendencia en un emporio o almacén, ¿es hacer política sana? ¿Es contribuir a que nuestro pueblo realmente se sacuda de cualquier perspectiva o posibilidad de una conciencia o psicología mendicante? ¿Es levantar a nuestro pueblo de la indignidad del choclón antiguo?
"¡Todo tiene que cambiar!". Esa no es frase nuestra. Pero no creíamos que también pudiera aplicarse a lo que está ocurriendo con la compra de conciencias. Esto no ayuda a la Democracia Cristiana. Es una economía mal entendida. Están pagando las consecuencias y continuarán pagándolas a corto plazo. A sólo sesenta días del 2 de abril, se producen cifras que marcan, por Una parte, el descalabro de !a Derecha y, por otra, un proceso de acentuación del crecimiento de las fuerzas populares, de la unidad de la Izquierda, y la comprobación de que día a día va ganando la conciencia popular el programa y el planteamiento de la Izquierda chilena.
Dejo establecido este hecho irredargüible y digo, simplemente, como ciudadano chileno, que esto debiera realmente conmovernos a todos.
Se está aplicando un método malo, que no corresponde. Vale la pena tomar en cuenta que en dos años y medio no se ha resuelto el problema habitacional de nuestro pueblo, ni el problema de la cesantía. El drama socio-económico de Chile continúa. Vale la pena entender esto, simplemente, como algo que pertenece al museo de las cosas anacrónicas...
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