REPUBLICA DE CHILE CAMARA DE DIPUTADOS LEGISLATURA EXTRAORDINARIA Sesión 62ª, en miércoles 9 de febrero de 1966 (Especial: de 19.45 a 0.57 horas del jueves 10) PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES BALLESTEROS E ISLA SECRETARIO, EL SEÑOR CAÑAS IBAÑEZ PROSECRETARIO, EL SEÑOR KAEMPFE INDICE GENERAL DE LA SESION I.- SUMARIO DEL DEBATE II.- SUMARIO DE DOCUMENTOS III.- ACTAS DE LAS SESIONES ANTERIORES IV.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA V.- TEXTO DEL DEBATE I.- SUMARLO DEL DEBATE 1.- Continúa el debate sobre la acusación constitucional al Ministro de Minería, señor Eduardo Simián Gallet, y queda pendiente el debate 2.- Se suspende la sesión por una hora 3.- Continúa el debate sobre la acusación constitucional al Ministro de Minería, señor Eduardo Simián Gallet, y es rechazada II.- SUMARIO DE DOCUMENTOS No hubo Cuenta. III.- ACTAS DE LAS SESIONES ANTERIORES No se adoptó acuerdo al respecto. IV.- DOCUMENTOS DE LA CUENTA No hubo Cuenta. V.- TEXTO DEL DEBATE -Se abrió la sesión a las 19 horas 45 minutos. Se va a dar lectura a la Cuenta. El señor BALLESTEROS (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesión. -No hubo cuenta. 1.- ACUSACION CONSTITUCIONAL AL SEÑOR MINISTRO DE MINERIA DON EDUARDO SIMIAN GALLET El señor BALLESTEROS (Presidente).- Solicito el asentimiento unánime de la Sala a fin de considerar para el solo efecto del artículo 173 del Reglamento, como si esta sesión tuviera Hora de Incidentes. Acordado. Corresponde continuar el debate sobre la acusación constitucional contra el señor Ministro de Minería, don Eduardo Simián Gallet. Estaba con la palabra el Honorable señor Sotomayor. Puede continuar Su Señoría. El señor SOTOMAYOR.- Señor Presidente, como decía denantes, me voy a referir a la improcedencia de esta acusación constitucional, por cuanto la negociación que ha dado motivo para ella aún no se ha finiquitado, lo que, desde luego, desvirtúa todos los cargos hechos contra el señor Ministro de Minería. Pero sí quiero analizar si esta negociación es buena o mala para los intereses del país, que es lo que importa a la opinión pública en general. En la Comisión, al fundar mi voto contrario a la acusación, dije, textualmente: En consecuencia, solamente cabe aclarar "si esta negociación fue buena o mala y si Chile perdió los 7 millones 200 mil dólares de diferencia de precio. En todo caso, esta cifra se reduce en 3 millones 520 mil dólares debido al mayor aporte de las compañías, los que sumados a los 240 mil dólares de economía en la comercialización, alcanzan a la cantidad de 3 millones 760 mil dólares. También sería interesante averiguar si el resto, es decir, los 3 millones 440 mil dólares se recuperan para el Gobierno o no". De lo que aquí ha dicho el señor Diputado informante se desprende que el Gobierno no sólo recuperará esos 3 millones 440 mil dólares, sino que obtendrá una cifra aún mayor. En efecto, entre el interés del préstamo que se otorgaría a Chile y el de los que concede el "Eximbank" hay una diferencia de 4,5%, la cual, en el plazo de 40 años, significa una economía de 4 millones 750 dólares. Si tomamos en cuenta el aumento de la producción, las nuevas entradas aduaneras, etcétera, que originará el préstamo de 10 millones de dólares, fácilmente deduciremos que el Gobierno no sólo recuperará esa suma, sino que obtendría, además, otro tanto como ella. Con esto, queda totalmente desvirtuado el cargo de que el fisco perderá si realiza esta negociación. Quiero referirme también a algo que tocó denantes el señor Rioseco. Se trata de que, durante los Gobiernos radicales, el cobre se vendió a 11 centavos de dólar la libra, cuando su precio fluctuaba alrededor de los 40 centavos en los mercados mundiales y tenía otros compradores, como Inglaterra y Francia. La verdad es que ni el Honorable colega ni el Partido Radical han rectificado en ningún momento el editorial de "El Mercurio" del jueves 3 de febrero, en el cual se afirmó que, durante la Segunda Guerra Mundial, por una desgraciada negociación impuesta al Gobierno radical de entonces, el país dejó de percibir 800 millones de dólares, con los cuales habría podido pagar totalmente su deuda externa. Si los personeros radicales que han subscrito este libelo acusatorio tuvieran la certeza de que esto no es efectivo, deberían haber enviado una rectificación a ''El Mercurio". No lo han hecho. Me consta, porque he leído el diario todos los días. Por eso, lisa y llanamente, me quedo con la afirmación del editorial. El señor RIOSECO.- Hoy lo acabo de rectificar aquí, en esta sala. El señor SOTOMAYOR.- No ha aparecido ninguna rectificación... El señor RIOSECO.- Lo he rectificado aquí. No tengo por qué enviar rectificaciones al mismo diario. El señor SOTOMAYOR.- ¿Qué dijo en la Comisión el señor Picó Cañas, ex Ministro de Hacienda, encargado de las negociaciones del cobre en el Gobierno del señor Gabriel González Videla? Expresó: "...hemos tenido siempre alzas y bajas. Muchas veces nos ha tocado golpear las puertas de los compradores para alzarles el precio, porque lo considerábamos justo, y otras veces hemos tenido que ir a pedirles todo lo contrario, que nos compren stocks que abarrotaban nuestros puertos y que no tenían mercado en ninguna parte y en que los precios habían caído como consecuencia de esa misma falta de interés". Como lo reconoce el señor Germán Picó Cañas, cuando el Gobierno del señor González Videla puso al cobre un precio superior al del mercado mundial, Chile quedó abarrotado con 100 mil toneladas, que después las tuvo que vender a Estados Unidos a un precio muy inferior. Esto demuestra que 25 años después, el Partido Radical todavía no entiende cómo se comercia el cobre. El señor Picó Cañas explicó que, en esa época, el cobre se podía vender a 35 centavos de dólar por libra. Agregó que el Gobierno del señor González Videla mandó a Estados Unidos una Comisión, formada por el entonces Senador Radomiro Tomic y los señores Walter Müller y Horacio Walker, que consiguió subir el precio de 24 a 27 centavos de dólar por libra. Si se podía vender a 35 centavos ¿por qué no lo hicieron así en esa época? Las cosas son bien claras. Más adelante, el señor Picó Cañas afirmó: "Chile se está preparando para producir un millón de toneladas. Entonces, es interesante tener buenas relaciones. Estados Unidos es el principal consumidor de cobre del mundo y el cobre lo paga en moneda que nosotros, que el país, puede disponer libremente. Lo que no sucede con otros países". Entonces, lo lógico es que Chile trate de conservar estos mercados. Así se cumple lo que ordena la ley del cobre. El señor RIOSECO.- ¿Cómo lo conserva Canadá? El señor SOTOMAYOR.- Se sabe que, de los 4 millones de toneladas de cobre que se producen en el mundo, Estados Unidos consume 2 millones de toneladas, o sea, el 50% de la producción mundial. Reafirmando esto el señor Picó Cañas dijo: "Estados Unidos es potencialmente un gran comprador. Siempre para mí ha sido un mercado que hay que cuidar fundamentalmente. A Europa hay que irla observando con mucho cuidado, porque está el problema del Mercado Común". Como ya se dijo, éste se abastece, en gran parte, del cobre del Congo, a través de Bélgica. Todo esto deja bien en claro que el Partido Radical ha carecido de fundamentos no sólo jurídicos, sino también comerciales y morales para plantear esta acusación, porque cuando fue gobierno hizo precisamente todo lo contrario de lo que ahora sostiene. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede continuar el Honorable señor Aylwin. Restan dos minutos al Comité Demócrata Cristiano. El señor AYLWIN (don Andrés).- Renunciamos a ellos. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Ha terminado el tiempo destinado a impugnar la acusación. Tiene la palabra el Honorable señor Rosales, en el tiempo del Comité Comunista. El señor ROSALES.- Señor Presidente, los parlamentarios comunistas (lucremos comenzar por decir que compartimos plenamente la opinión del señor Ministro de Minería, en el sentido de que esta acusación constitucional será útil. Lo será, porque sus debates traerán, una vez más, al primer plano de la discusión pública, por una parte, el enjuiciamiento de la conducta del imperialismo norteamericano, y, por otra, la actitud vacilante y conciliadora del Gobierno democratacristiano para enfrentarse al principal enemigo de nuestro pueblo. En menos de año y medio en materia de política cuprera, el actual Gobierno ha dado muestras de carecer por completo de una posición auténticamente nacional que cautele debidamente los intereses de Chile. Primero, fueron los convenios del cobre, calificados como la "viga maestra" de su política económica por el Presidente de la República e impuestos al país por una confabulación de fuerzas retrógradas, apoyadas en una ofensiva propagandística sin precedentes. En virtud de ellos, se han otorgado a las empresas norteamericanas de la gran minería, por el plazo de 20 años, nuevos privilegios, que les permitirán aumentar el saqueo de nuestra principal riqueza, en desmedro de la economía nacional y en perjuicio directo de la inmensa mayoría de los chilenos. Hoy nos encontramos frente a una negociación que, como la anterior, lleva el sello y la marca del imperialismo, ya que, en el fondo, representa, para nuestro país, una nueva imposición, un nuevo atropello, una nueva humillación. Con justificada razón, enjuiciando este acuerdo, en su declaración pública de fecha 30 de enero, la Comisión Política de nuestro partido dijo al país: "El Gobierno de Chile se compromete a destinar al mercado de Estados Unidos, durante el año 1966, 90 mil toneladas métricas de cobre "blister" en barras al precio de 36 centavos la libra establecido por el Gobierno norteamericano, rebajando el precio actual de 42 centavos de dólar, lo que significa una reducción de 6 centavos por libra de cobre, mientras el Gobierno norteamericano se niega a suprimir definitivamente el impuesto de 1,7 centavos por libra a la importación de cobre chileno a ese país". El señor Ministro de Minería nos ha leído un cable por medio del cual se comunica la decisión del Gobierno norteamericano de derogar este impuesto. El señor IRURETA.- ¡Ese impuesto no lo paga Chile, sino las compañías norteamericanas! El señor ROSALES.- Los Diputados comunistas creemos que ésta es la primera consecuencia de la acusación constitucional. En la declaración, se expresa, en seguida : "La rebaja del precio del cobre representa un regalo de Chile a los Estados Unidos de más de 7 millones de dólares, regalo que tiende a aumentar debido a la tendencia al alza del valor del cobre en el mercado internacional. "A fin de ocultar el perjuicio que esta medida antinacional causará a Chile y paliar los efectos negativos que ella tendrá en la opinión popular, se establecen medidas supuestamente compensatorias. "Por una parte, el Gobierno norteamericano "ha manifestado su acuerdo y su propósito" de que la Agencia Internacional de Desarrollo otorgue al Banco Central de Chile un préstamo por la suma de 10 millones de dólares; y por otra, la empresa Anaconda deberá abonar a Chile 3 millones 520 mil dólares, que según se dice "serían para compensar substancialmente la participación fiscal correspondiente a la diferencia de precio"." "Las explicaciones que el Gobierno chileno ha dado para tratar de justificar esta negociación no resisten el menor análisis. "Estados Unidos, al imponer a Chile el precio rebajado de 36 centavos, busca, por una parte, apuntalar su economía que hace frente a la espiral inflacionista, y por otra parte, robustecer el esfuerzo bélico que realiza para aplastar la heroica lucha de liberación del pueblo vietnamista". "Una vez más, se comprueba que los intereses norteamericanos son contrapuestos a los de Chile. Es inaceptable que nuestro país contribuya a beneficiar la economía norteamericana al precio de aumentar el proceso inflacionista en Chile, lo que significa mayor miseria para el pueblo. Esto ocurre en los instantes en que el Gobierno impone nuevos sacrificios a la masa trabajadora a través de la fijación de un reajuste enano a los sueldos y salarios". En otro párrafo de esta misma declaración se dice; "Mucho menos tolerable es que se nos haga cómplices de la 'guerra sucia que ha desencadenado el imperialismo en contra do Vietnam. El Gobierno norteamericano nuevamente dicta el precio del cobre según sus propias conveniencias y objetivos políticos y militares, como lo hizo durante la Segunda Guerra Mundial. La funesta experiencia de esos años no ha sido considerada por el Gobierno. Más adelante se afirma: "Las compensaciones no son tales. El préstamo de la Agencia Internacional de Desarrollo deberá ser pagado, con sus intereses, por nuestro país, postergando la satisfacción de necesidades esenciales; significa aumentar el endeudamiento externo y, además, se otorga en condiciones destinadas a favorecer la economía norteamericana desde el momento en que es una obligación para Chile adquirir productos manufacturados en Estados Unidos, sin que le sea posible invertir libremente el préstamo". "Además, es un vejamen que este préstamo se haya ligado a la condición de la rebaja del precio del cobre, exigencia típicamente neocolonial del imperialismo norteamericano". Luego de otras consideraciones, en la declaración que citamos se deja constancia de que "las compañías norteamericanas acaban de imponer a Chile convenios que incrementan fabulosamente sus utilidades y disminuyen su tributación"; que "han burlado desde hace años las leyes chilenas -todavía adeudan al Fisco alrededor de 23 millones de dólares por concepto de la aplicación de la ley Nº 14.171; no han mejorado los campamentos, a pesar de las resoluciones del Departamento del Cobre- ni las condiciones de vida y de trabajo de sus obreros y empleados. "Han resistido la mayor tributación; han arrastrado a sus trabajadores a movimientos huelguísticos" como el que ahora mismo están librando los siete mil trabajadores en los dominios de la Braden Copper y que, por consiguiente, no hay ninguna razón para suponer que aportarán una mayor tributación. También en esta declaración se deja constancia de que "al tratar con Estados Unidos, el Gobierno chileno no estaba obligado a aceptar el chantaje", porque, si bien es cierto el mercado norteamericano es importante, no es, sin embargo, el único, ni es tampoco el más importante; y que "una política realista y patriótica, que realmente vele por el superior interés de Chile, debe orientarse a romper con el monopolio que Estados Unidos ejerce sobre nuestro comercio exterior", para abrirlo a todos los mercados sin someterse a la extorsión imperialista. Se expresa también que, "según pudo comprobar la misión parlamentaria chilena que visitó la Unión Soviétita, existe en ese país un gran interés por comerciar con Chile y adquirir cobre. Así lo expresó en forma clara y tajante el Primer 'Ministro Kosigyn. Lo propio ocurre con los demás países socialistas que, por el impetuoso desarrollo de sus economías, son mercados seguros para nuestra producción exportable". Después de estas consideraciones, la Comisión Política del Partido Comunista estima "que el acuerdo adoptado entre gallos y medianoche por el Gobierno Democratacristiano lesiona profundamente el interés nacional y pone en evidencia el verdadero carácter de la llamada "chilenización del cobre" que, en el fondo, significa una mayor "norteamericanización" de nuestra más valiosa riqueza". Advierte nuestro partido que "Chile debe imperiosamente realizar una política cuprera auténticamente nacional, que le permita aprovechar en favor de su pueblo esta inmensa riqueza, llevar adelante una amplia política de ventas, liberada de las trabas fijadas por un puñado de monopolios que fijan precios según sus conveniencias". Termina la declaración de la Comisión Política en la siguiente forma: "La rebaja del precio del cobre demuestra a dónde conduce la política de conciliación con el imperialismo. Las consecuencias las tendrán que pagar todos los chilenos, que verán reducido aún más su precario nivel de vida. El Partido Comunista llama a la clase obrera, a los trabajadores, a las mujeres, al pueblo todo, a luchar con decisión y energía en defensa de la dignidad y la soberanía nacionales mancilladas por la conciliación del Gobierno". Por nuestra parte, y después de haber concurrido a los debates de la Comisión que estudió latamente la acusación constitucional, podemos manifestar que todo lo afirmado en la declaración de la Comisión Política del Partido Comunista ha quedado fehaciente y definitivamente comprobado, por los antecedentes que se aportaron, y estamos en condiciones de expresar que esta negociación no sólo constituye un hecho lesivo y vergonzoso para nuestro país, sino que tiene todas las características de una imposición y, más que eso, de una degradante humillación. Una breve síntesis de su gestación permitirá a los señores Diputados comprobar lo que acabamos de decir. Desde luego, en la Comisión quedó comprobado que los negociadores que tramitaron este acuerdo fueron los mismos que intervinieron en los convenios del cobre, vale decir, los señores Raúl Sáez, Javier Lagarrigue y Radomiro Tomic. Esta vez, el principal fue el señor Javier Lagarrigue, conocido y viejo negociador de estas materias, autor principal de la ley Nº 11.828, persona de confianza en los altos círculos imperialistas, vinculado a las altas finanzas internacionales, actual Vicepresidente de la Corporación del Cobre y hombre clave en los trajines que precedieron a los convenios con las compañías norteamericanas. Antes de continuar, estimamos útil advertir que este negociador realizó, durante 1965, varios viajes a los Estados Unidos y que, después de una visita a Zambia, propuso elevar, en octubre del año pasado, el precio del cobre de 36 a 38 centavos, y el 4 de enero, de 38 a 42 centavos, con el voto en contra de la "Braden Copper" y con la abstención de la "Anaconda". Estas alzas fueron el fruto de la presión de la opinión pública. La reacción del Departamento de Estado y norteamericano fue tan violenta, que el señor Lagarrigue se vio obligado a viajar por avión dos días después, para ir a tomar conocimiento de lo que el Gobierno de los Estados Unidos había resuelto con relación al precio de nuestro cobre, decisión que consistió en imponer una rebaja de 6 centavos por libra, para volverlo al precio anterior a octubre, a cambio de una especie de propina, que comprendía un préstamo de la Agencia Internacional de Desarrollo y un abono que entregaría la "Anaconda". Conviene recordar también que el Gobierno norteamericano había resuelto esto con mucha anterioridad, ya que lo hizo presente por la vía diplomática, con motivo de la visita a nuestro país de los inspectores del Departamento de Estado señores Harriman y Solomon. Se ha dicho que estas compensaciones fueron acordadas y solicitadas por Chile. Sin embargo, en los debates de la Comisión de Acusación quedó plenamente establecido que estas compensaciones fueron dictadas e impuestas por el Gobierno norteamericano, lo cual se comprueba con los hechos que paso a referir. El negociador señor Lagarrigue no supo explicar a qué título se entregará el abono de la "Anaconda" ni la forma como será ingresado al sistema tributario chileno. Tampoco supo aclarar en qué forma se negociará el préstamo de la AID, limitándose a decir que esto estaba en la etapa de las negociaciones. Por otra parte, si el señor Lagarrigue hubiera tenido conocimiento de estas compensaciones antes de partir de Chile, habría consultarlo con el Banco Central lo relacionado con el préstamo y con el Servicio de Impuestos Internos lo concerniente al aporte de "Anaconda". Los jefes de estas dos instituciones declararon en la Comisión que ellos no habían sido consultados, ni tenían conocimiento de estas cosas. Pero hay algo más grave todavía. El señor Lagarrigue, en su apuro por concurrir al llamado del Gobierno norteamericano, olvidó consultar al Departamento del Cobre, hoy Corporación del Cobre, como era su deber, ya que es éste el organismo encargado, por mandato de la ley, de "intervenir en el comercio internacional del cobre y de sus subproductos, en la regulación de sus precios, en el mantenimiento o ampliación de sus mercados, en la mejor distribución de ellos, o pera evitar o contrarrestar cualquiera acción que tienda a controlarlos o restringirlos, unilateralmente". Y olvidó algo más: que Chile tenía un compromiso de honor con el Gobierno de Zambia. Se ha faltado gravemente al compromiso de honor en virtud del cual Chile se obligaba a intercambiar informaciones y experiencias prácticas relacionadas con la comercialización, producción y precio del cobre, con Zambia. Como una prueba fehaciente de la seriedad de que hizo gala nuestro Gobierno en esa ocasión, está el viaje del señor Lagarrigue a Zambia para iniciar conversaciones sobre esta materia, las mismas que posteriormente, con motivo de la visita de los señores Ministros de Relaciones Exteriores y Minería de ese país, sirvieron de base para llegar a un acuerdo a nivel de gobiernos. En efecto, con la firma de los Ministros de Relaciones Exteriores y de Minería de ambos países, se dio a la publicidad dicho acuerdo, cuya parte resolutiva, referente a la industria del cobre, expresa lo siguiente: "a) A intercambiar permanentemente informaciones y experiencias prácticas relacionadas con ella, en general y a nivel de gobierno: "b) A un sistema de consultas en lo relativo a la producción, comercialización del cobre e inversiones de capital; "c) El ofrecimiento por parte del Gobierno de Chile y el Gobierno de Zambia de becas a instituciones que permitan a los zambieses el perfeccionamiento de sus estudios a nivel profesional; "d) El Gobierno de Chile ha prometido cooperar con el pueblo de Zambia en cualquiera otra forma que sea posible; "e) Ambos Gobiernos han decidido acreditar representantes diplomáticos en los respectivos países tan pronto como les sea posible". Sin embargo, el Canciller chileno niega ahora que este compromiso tenga validez y señala que para tenerla precisaría de la ratificación de los respectivos Parlamentos. Incluso se permite acotar que, hasta estos instantes, el Gobierno de Zambia no ha reclamado ni ha hecho presente su desagrado. Si bien esto último es efectivo, no cabe la menor duda de que con ello el joven Estado africano da a Chile un ejemplo de responsabilidad gubernativa y, al mismo tiempo, al negarse a rebajar el precio de su cobre a cambio de una propina, está dando una verdadera lección de dignidad y entereza moral. Porque han de saber los señores Diputados que Zambia sigue vendiendo su cobre en el mercado norteamericano a 42 centavos. Se hace todavía más inconfortable la situación planteada si tenemos en cuenta que, para negar este compromiso, se ha recurrido a argumentos tan pueriles corno el que no existe la ratificación parlamentaria de ambos países, en circunstancias que tampoco el acuerdo adoptado para la baja del precio del cobre cuenta con la ratificación del organismo competente. Sin embargo, denunciamos ante esta Honorable Cámara que, no obstante esto último, se ha puesto en vigencia dicho acuerdo y, en la actualidad, se están haciendo embarques, sin previa factura, con cargo al precio de venta de 86 centavos. En este momento, se está mandando cobre a Estados Unidos sin ninguna factura. Esto significa, en buen romance, que la palabra empeñada por el Gobierno chileno sólo tiene validez cuando se trata de gobiernos poderosos, como el de Estados Unidos, y un valor muy relativo e inestable cuando se ha comprometido con estados pequeños, como Zambia. El traspiés dado por el Gobierno democratacristiano gravitará, indudablemente, en contra del prestigio exterior de Chile, y alterará, en alguna medida, el rostro, hasta cierto punto independiente y digno, que algunas actuaciones del Gobierno han logrado dar a su política exterior. Se ha dicho que esta negociación tiene por objeto mantener y asegurar el mercado norteamericano. Pero, como lo expresa la declaración de la Comisión Política de nuestro partido, ese mercado no es el único, ni es el más estable, ni es el más importante. Quiero aprovechar la oportunidad para decir que, en ese mercado, el cobre chileno no tiene ningún competidor, como lo aseguró aquí, esta mañana, el señor Ministro de Minería. Yo le solicité una interrupción para aclarar este asunto, porque es muy extraño y muy grave que un Ministro de Minería no sepa que el cobre chileno que se vende en Estados Unidos es el de la "Anaconda", que se comercia a través de empresas de la "Anaconda" y que se vende a filiales de esta misma compañía. ¿Dónde está la competencia, señor Ministro de Minería? Lo que ocurre es que el mercado norteamericano conviene a la "Anaconda", que es la empresa más interesada en la negociación, porque, como lo comprobó la Comisión, "Anaconda" es una empresa productora, vendedora y elaboradora. Sus filiales en Chile venden el cobre a las filiales norteamericanas, a través de otras filiales, encargadas de la comercialización y de recibir las comisiones que se obtienen por las ventas. Como se puede apreciar, todo se hace dentro del gigantesco monopolio. ¡Todo queda en poder de este gran pulpo del imperialismo norteamericano! A la Braden Copper le interesa más el mercado europeo, porque allí comercializa toda su producción; pero le conviene que el precio sea bajo en el mercado norteamericano, porque allá refina gran parte del cobre que se lleva de Chile. Esto lo hace en una planta, que debió haber construido en la ciudad de Rancagua, de acuerdo con los compromisos adquiridos cuando se dictó la ley Nº 11.828; pero que, en cambio, levantó en Baltimore, haciendo uso de su prepotencia y haciendo gala de su desprecio por nuestro país. Sus representantes manifestaron, con toda desvergüenza, que, a partir de marzo próximo, parte del cobre que produce será refinado en Las Ventanas, aprovechándose de las cláusulas que se establecen en los "convenios del cobre". Es decir, una empresa imperialista poderosa se aprovechará del esfuerzo de todos los chilenos para utilizar una planta, que fue proyectada para ayudar a los pequeños y medianos mineros de nuestro país. Por otra parte, en la Comisión quedó establecido que Chile puede prescindir incluso, del mercado norteamericano, y que las 90.000 toneladas que se venderán a vil precio al Gobierno de los Estados Unidos pudieron haber sido colocadas en el mercado europeo, a precios convenientes para la economía nacional, o bien, haberse vendido, en gran parte, en los mercados del mundo socialista, donde existen grandes posibilidades de realizar venia-josas negociaciones. No cabe duda de que Chile podría ampliar sus mercados, con evidente beneficio para los intereses nacionales. Por tanto, es falso, como se ha dicho, que no exista interés en esos países por comprar nuestro cobre. La realidad es, justamente, todo lo contrario. Lo que ocurre es que no se advierte en el Gobierno propósito de abrir esos mercados; existe, más bien, la tendencia a crear y poner dificultades. Así quedó demostrado a través de las declaraciones que formulara el señor Javier Lagarrigue en la Comisión de Acusación, al manifestar que, en estos mismos momentos, se estudia la posibilidad de que no haya una negociación con Yugoslavia, pretextando que este país habría adquirido una cantidad de cobre superior a las necesidades de su consumo, declaraciones que, junto a las formuladas por el Diputado señor Maira, en el mismo sentido, fueron dignamente contestadas por el señor Boris Romano, Embajador de Yugoslavia, quien, en "El Mercurio" de ayer declara: "Esta Embajada, en nombre del Gobierno que representa, ha tenido la oportunidad de poner en conocimiento, oficialmente, de los organismos chilenos correspondientes, que el cobre adquirido en Chile no se revende, sino que en su totalidad se elabora en las fábricas yugoslavas". Esta conducta la reiteró el Embajador frente a las declaraciones de los personeros del Gobierno. Conviene detenernos, además, en las condiciones en que se entregará el préstamo de 10 millones de dólares. Primero, debo decir que en la Comisión se comprobó que esta negociación no tiene precedentes en la historia del país. Jamás se le había exigido a Chile una rebaja del precio de su cobre a cambio de lo que hemos venido denominando vulgares propinas. Con relación al préstamo, es preciso tener en cuenta que Chile no recibirá un solo dólar del préstamo en moneda dura; todo será en acreditivos, con la obligación, por parte de nuestro país, de adquirir en el mercado norteamericano maquinarias y otros elementos, muchos de ellos elaborados con nuestro propio cobre. Y tendremos que pagar, a precio de oro, elementos y máquinas que incluso deberán transportarse al país en barcos norteamericanos, y asegurados en compañías norteamericanas. Este vejamen a nuestra soberanía, es muchísimo más grave, si se toma en consideración el hecho de que se nos impone la obligación de adquirir maquinarias de inferior calidad y a mucho mayor precio que las que Chile podría adquirir en los mercados europeos y en los países del mundo socialista, como también quedó suficientemente comprobado por los técnicos que concurrieron a las audiencias de la Comisión. Se ha dicho que este préstamo tiene, como principal finalidad, auxiliar a la pequeña y mediana minería; pero nadie ha podido explicar en qué porcentaje y con qué elementos se ayudará a este sector tan importante de la industria cuprera. Por otra parte, resulta extraño y sospechoso este interés de última hora por la pequeña y mediana minería, si se toma en cuenta que de las disposiciones de los leoninos convenios del cobre, fueron eliminadas aquéllas que la beneficiaban, como les consta a los señores Diputados que representan en esta Corporación a las provincias donde se encuentran y se explotan esos yacimientos y, de manera muy especial, a los parlamentarios como el Honorable señor Barrionuevo, el Honorable señor Arturo Valdés y el Honorable señor Penna. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor ROSALES.- Los comunistas hemos estado y estamos por la defensa consecuente de los intereses de los pequeños y medianos mineros, porque ellos realizan sus faenas en condiciones extremadamente difíciles; y, sin embargo, son los que más contribuyen, proporcionalmente, al presupuesto de divisas. En la Comisión se pudo establecer que la pequeña y mediana minería, con una producción de cien mil toneladas, aporta al presupuesto de divisas un retorno de 150 millones de dólares. En cambio la gran minería, vale decir, los grandes pulpos imperialistas, con una producción superior al medio millón de toneladas, sólo aportan un retorno de 260 millones de dólares, en circunstancias que, proporcionalmente, debieran aportar un retorno de 750 millones de dólares. Uno de los aspectos más ofensivos para el pueblo de Chile, en la lamentable negociación que llevó a la rebaja del cobre, es el que se nos haya embarcado en el carro de la agresión norteamericana a Vietnam. Chile aparece ayudando a Estados Unidos a rebajar los costos de la sanguinaria guerra que mantiene en aquel país, lo que no puede sino llenar de vergüenza a todo chileno. El mundo entero condena la acción del imperialismo yanqui en Vietnam, país en donde nada tiene que hacer. Como se sabe, los acuerdos de Ginebra de 1954 garantizaron la neutralidad de los Estados indochinos y regularon la forma en que, a dos años plazo, se materializaría la unificación de Vietnam. Desde ese mismo año, los yanquis, siguiendo su política de agresión contra el campo socialista, maniobraron para que no se cumplieran los acuerdos. Estados Unidos ha ocupado con sus bases el país, y son prácticamente los yanquis los que ejercen el poder en las zonas no liberadas por los guerrilleros. El gobierno títere, que ha cambiado diez veces en menos de dos años, se limita a secundar los crímenes yanquis. Los casi 200.000 norteamericanos que ocupan esas zonas han transformado las ciudades en campos de concentración; destruyen aldeas y campos, dejándolos reducidos a desiertos de cenizas por medio de los bombardeos con napalm; se utilizan los gases tóxicos en gran escala; se bombardea, día a día, un país sin declaración de guerra alguna, sin hacer distinción de objetivos, arrasando por igual pueblos, sembrados, fábricas, hospitales, escuelas. Secundados sólo por un ínfimo grupo de peleles, los "marines" yanquis, armados hasta los dientes, asesinan y torturan histéricamente, sitiados en sus bases y fortalezas por el pueblo entero, que combate con heroísmo ilimitado. Y a esa orgía de sangre y destrucción desatada por el imperialismo norteamericano, se ha arrastrado también a Chile, por medio de la imposición de la baja del precio de nuestro cobre. Con esa rebaja, los yanquis nos están imponiendo cooperar con ellos en el genocidio del pueblo vietnamita, a través del abaratamiento de sus costos de guerra. Esto va en contra de los sentimientos del pueblo chileno, que ha demostrado, en las más variadas formas, su repulsa a la criminal agresión a Vietnam. Las matanzas yanquis en Vietnam merecen la condenación más enérgica de todo nuestro pueblo. Y nada puede ser más triste, que esta nueva manifestación de debilidad del gobierno frente a la prepotencia yanqui, incida, justamente, en una colaboración de nuestro país con la locura bélica del imperialismo. En los debates de la Comisión quedó plenamente demostrado que ese es uno de los aspectos de fondo de la presión yanqui. Doloroso resulta comprobar que de los países que abastecen a Estados unidos, ha sido Chile aquél cuyo gobierno ha resultado más débil y ha cedido, tratando de justificarse con lamentables "compensaciones", que, con más propiedad, deberíamos llamar "limosnas". Seguimos, pues, en el campo de la defensa y manejo de nuestras riquezas básicas, la tradicional política de debilidad y entreguismo; la política de andar pidiendo limosna a quienes nos han robado y nos roban lo mejor del patrimonio nacional. Seguimos celebrando con fanfarria los nuevos préstamos. Primero fueron los convenios del Cobre, preparados con el objeto de hacer más fácil y más rápido el saqueo total de la riqueza cuprera, a cambio, por supuesto, de algunas nuevas entradas que, en términos absolutos, pudieron parecer halagadoras. Ahora, después de haber sido impuestos esos convenios, el Gobierno nos ha deparado una nueva sorpresa al bajar el precio del cobre a veinte días de haberlo alzado. El objeto de esta singular operación es clara para los yanquis: abaratar sus costos de guerra. Pero los chilenos, que nada tenemos que ver con esa agresión, no podemos visualizar objetivo alguno, como no sea el cooperar a la fuerza con los crímenes imperialistas. Esto, claro, está, no lo declara el Gobierno; pero, en el fondo, reconoce el chantaje yanqui cuando luce como una de las ventajas del acuerdo el hecho de "conservar el importante mercado norteamericano". Hay también otros aspectos del acuerdo que destacan su carácter lesivo para el país. No hay en él una sola disposición tendiente a derogar el impuesto discriminatorio que mantiene Estados Unidos sobre el cobre chileno o, por lo menos, encaminada a neutralizar o atenuar sus efectos. Tampoco existe cláusula alguna que obligue a las empresas norteamericanas a devolver los 23 millones de dólares que ganaron en forma extraordinaria por efecto del alza del dólar a fines de 1958. Como es de público conocimiento, las compañías no cumplieron el "compromiso de caballeros" en que confió el Gobierno del señor Alessandri. Más tarde tampoco obedecieron la orden clara y terminante del artículo 48 de la ley Nº 14.171, aprobada en esta Honorable Cámara por unanimidad, cuando el entonces Diputado señor Volodia Teitelboim representó al Presidente de la República, a comienzos de 1964, esta burla de la ley. El Gobierno se limitó a hacer oídos sordos y a tratar de justificar a las empresas extranjeras. Tampoco tuvieron efecto en el Ejecutivo los requerimientos hechos en el Honorable Senado por el señor Contreras Labarca y en la Cámara por el Diputado señor Julio Silva Solar. Finalmente, las compañías y el Gobierno tampoco han considerado el dictamen de la Contraloría Nº 72.229, sobre esta materia, del 5 de octubre de 1965. Podría haber sido esta la ocasión para que el Gobierno hubiera impuesto el cumplimiento de la ley a las empresas yanquis. ¡Vanas esperanzas! Nuestros gobernantes se han limitado a otorgar una nueva facilidad a los extranjeros, sin exigir siquiera a las compañías lo que se exige a todo ciudadano chileno: el cumplimiento de ¡as normas legales. Como antecedente, deseamos recordar que poco antes de imponer a Chile el nuevo "acuerdo" sobre rebaja del precio, el Gobierno de Estados Unidos había realizado un lucrativo negocio con la venta de 200 mil toneladas de cobre de sus reservas estratégicas que colocó en el mercado interno. Se trataba de un metal de baja calidad, que debía ser refinado y que, sin embargo, vendió a precios que se desconocen. Pero, por los antecedentes que se dieron, se vendió a un precio superior a las 36 centavos de dólar por libra. Es verdaderamente alarmante la realidad que quedó evidenciada en la Comisión, en cuanto a la falta absoluta de control de Chile sobre las actividades que desarrollan las empresas norteamericanas, en lo que se refiere a producción y en lo tocante a la comercialización del cobre que extraen de nuestro país. El Departamento del Cobre -hoy Corporación- sigue desempeñando un papel de tímido observador, que compila datos, recibe informaciones, sistematiza antecedentes, pero no posee control efectivo alguno sobre los rubros que inciden directamente en el manejo de nuestra riqueza básica y que continúa actuando con un criterio básicamente débil y entreguista frente al imperialismo norteamericano. No se ve un interés real por ampliar los mercados en el mundo socialista; el Primer Ministro Soviético incluso nos ha ofrecido maquinarias e instalaciones para elaborar aquí en Chile nuestro cobre, en pago de cobre y otros productos que les venderíamos. Se han evidenciado en esta materia toda ciase de dificultades y problemas, a tal punto que, en estos mismos momentos, el Departamento del Cobre pretende anular la negociación con Yugoslavia a que hice referencia. Pocas dudas pueden caber de que se trata de un zarpazo que pretende dar el imperialismo norteamericano. El carácter de debilidad con que de antemano se muestra el criterio de quienes manejan y negocian nuestro cobre queda de manifiesto en las declaraciones del señor Sáez en la Comisión y que no pueden menos que causar alarma en todos los chilenos. El expresó que, con el cuadro actual, habría que operar hacia el futuro, y dio a entender que la rebaja del precio del cobre tendrá un carácter permanente e incluso que podría haber otras más adelante. De manera que la vergonzosa colaboración que se nos ha impuesto en la agresión yanqui al pueblo vietnamita podrá alargarse e incluso acentuarse nuestra cuota de participación en ella. El carácter de la presión yanqui sobre el Gobierno chileno quedó de manifiesto en la Comisión, al comprobarse que las "negociaciones" las iniciaron en nuestro país los señores Harriman y Solomon, cuando nos visitaron, no hace mucho, como fue de hecho anunciado por diarios y revistas norteamericanos, entre ellos, por el "Washington Post". Otro de los objetivos de la gestión norteamericana para obtener la rebaja del precio del cobre es contribuir a las medidas de prevención del peligro inflacionario que está tomando su gobierno. Esto quiere decir que Chile, país subdesarrollado, de economía afectada por una inflación grave, entra a ayudar a la gran potencia industrial, imponiendo a su pueblo una cuota de sacrificio en favor de quienes se benefician con sus riquezas básicas. Tal cosa es, sin duda, injustificable. Los norteamericanos son dueños, naturalmente, de utilizar los expedientes que crean necesarios para frenar las tensiones inflacionarias que amenazan la estabilidad de su economía; pero es absurdo pretender que Chile deba perjudicar su propio desarrollo para cooperar con los esfuerzos internos del gobierno norteamericano. Se trata de un sacrificio que nuestro país no puede imponerse ni tiene obligación alguna de hacerlo. Señor Presidente, los antecedentes aportados nos permiten concluir que la acusación está plenamente justificada y que debería ser aprobada por la Cámara. Es evidente que esta negociación es altamente lesiva para los intereses de nuestro país; que sienta un precedente funesto, el cual puede significar, el día de mañana, nuevas entregas del patrimonio nacional, a cambio de supuestas compensaciones, que se ha pactado en territorio extranjero y en condiciones verdad humillantes bajo la presión y el chantaje; que se ha faltado a las leyes que rigen sobre estas materias; que se ha comprometido el honor nacional al dejar sin cumplir un acuerdo pactado con un país que sufre también en carne propia la explotación imperialista y que se ha comprometido la dignidad de nuestra patria al aceptar una negociación que nos obliga a dejar sin efecto una resolución de un organismo del Estado. Señalamos, al mismo tiempo, que la conducta del señor Ministro de Minería, bajo cuya responsabilidad se encuentran las actuaciones de los funcionarios de la Corporación del Cobre, y en especial, la labor del Vicepresidente de ese organismo, refleja la política conciliadora y vacilante del Gobierno, el cual, por su estructura de clase, en la que chocan tendencias reaccionarias y progresistas, cede ante las presiones de los monopolios norteamericanos y no es capaz de iniciar una política auténticamente nacional que abra paso a la recuperación efectiva de nuestra más valiosa materia prima, a través de la nacionalización, o siquiera que venga a alterar en términos favorables para Chile la actual relación existente entre el Estado y las compañías yanquis. Por el contrario, el Gobierno mantiene una línea de sometimiento; es sumiso a los dictados de las empresas y les otorga mayores privilegios; abandona el mercado mundial al arbitrio del grupo de grandes consorcios que lo controlan. Se resiste a entablar relaciones comerciales con los países del mundo socialista y acepta rebajar los precios del metal según las conveniencias de los norteamericanos. Junto con anunciar nuestros votos favorables a la acusación, queremos hacer un alcance -a nuestro juicio- importante. Ella ha sido patrocinada por el Partido Radical, colectividad que, cuando en su seno han predominado los sectores reaccionarios, ha impulsado o tolerado iniciativas que comprometieron también el interés del país. Esta comprobación no impide, sin embargo, que apoyemos la acusación presentada en contra del señor Ministro de Minería, ya que ella responde a una situación objetiva; se basa en hechos que han sido establecidos plenamente en la Comisión Especial de Acusación y responde al interés nacional. Los Diputados comunistas manifestamos que, al votar favorablemente esta acusación, deseamos ratificar una vez más, públicamente, nuestro patriótico anhelo de continuar la lucha junto a nuestro pueblo para recuperar definitivamente la riqueza del cobre e incorporarla realmente al patrimonio nacional, en beneficio de todos los chilenos. La mayoría ocasional del partido de Gobierno, en esta Cámara, no podrá salvar al Ministro de Minería de la sanción moral a que se ha hecho acreedor ante el país entero, al dar su asentimiento a este nuevo atentado en contra de la dignidad de Chile. Nada más. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¿Ha terminado Su Señoría? El sentir ROSALES.- Me reservo el resto del tiempo, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Advierto a Su Señoría que debe hacer uso de su tiempo en forma inmediata. El señor TEJEDA.- Pido la palabra, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. Restan diez minutos a su Comité. El señor TEJEDA.- Los precisos. El señor BALLESTEROS (Presidente).- La Mesa conoce la capacidad de síntesis de Su Señoría. El señor TEJEDA.- Señor Presidente, esta acusación no es otra cosa que un episodio más de la lucha de los pueblos en desarrollo por la defensa de sus economías nacionales. Y en el caso de nuestro país es, evidentemente, una manifestación del repudio del pueblo de Chile hacia la política entreguista seguida por los distintos Gobiernos en favor de los monopolios norteamericanos, como lo acaba de expresar nuestro Honorable colega señor Rosales, al exponer el pensamiento de nuestro partido. Enfocado así el problema, es indudable que, más que la persona del señor Ministro de Minería, está enjuiciada la política que, respecto a la principal de nuestras riquezas básicas, ha seguido el Gobierno del señor Frei. Apreciado el problema en esta enorme magnitud, es evidente también que los aspectos exclusivamente jurídicos aparecen como subalternos; y detenerse en ellos en exceso es desvirtuar en parte el alto sentido nacional y político de esta acusación. No obstante, se han esgrimido en esta Sala argumentos de carácter estrictamente legal, destinados a llevar el debate más por el camino de los trucos procesales que del análisis profundo del saqueo de nuestras riquezas naturales. Esto nos obliga, un poco a nuestro pesar, a esclarecer algunos de estos aspectos legales, porque se ha querido dar la impresión de que estamos discutiendo una acusación al margen de la ritualidad procesal o del derecho político, lo que no es efectivo. Conviene destacar, desde luego, que a esta Honorable Cámara no le corresponde condenar o absolver al Ministro acusado, sino tan sólo declarar si admite o no la acusación. Quien juzga, quien condena o absuelve, quien actúa como jurado, es el Senado de la República. A esta Cámara le corresponde, por decirlo así, dar el pase para que el Senado, como jurado, resuelva en definitiva. La ley no ha señalado los requisitos que son necesarios para declarar admisible la acusación, pero es obvio que esto no puede ser un simple juego de mayorías o minorías y que, en un asunto de tanta trascendencia como la que es materia de la acusación, no pueden esgrimirse argucias legalistas para evitar que se haga plena luz sobre esta cuestión de la baja del precio del cobre, resuella bajo la responsabilidad del Gobierno. Ya el señor Ministro de Minería, en su defensa, dijo que la estabilidad del precio del cobre significa la estabilidad del propio país, y señalo que "es útil que se haya presentado esta acusación". Discrepamos, por eso, del señor Ministro, cuando más adelante, incurriendo en abierta contradicción, expresa que se ha hecho "mal uso de los instrumentos jurídicos" al acusarlo, y que este mal uso desprestigia al Parlamento. Se ha sostenido en esta Sala que, para configurar la responsabilidad política del Ministro, es necesario que haya un delito común, dándole a la expresión "delito" que señala la Constitución Política del Estado un alcance diverso del que en realidad tiene, el cual no es otro que el de responsabilizar, en juicio político, a los Ministros de Estado por los delitos políticos en que incurran. El Honorable señor Marra, en su brillante diatriba -así me atrevo a calificarla-invocó las opiniones de don Alcibiades Roldan, a quien mencionó si no me equivoco como "un clásico del Derecho". Pero este señor Roldán carece de toda autoridad moral. Siendo Profesor de Derecho Constitucional, aceptó ser Ministro de la Junta de Gobierno Militar que derrocó al Presidente Alessandri, aventó al Congreso Nacional, pisoteó la Carta Fundamental, violó todas las leyes de la República y encarceló a los estudiantes que luchábamos por la libertad de la República .. . -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor TEJEDA.- ¡Experimenté en carne propia la falta de moral de este "campeón" del Derecho; de este "clásico" del Derecho Constitucional! ¡No nos vengan con cuentos! Se ha dicho también, y así lo sostiene el informe de la Comisión, que no se compromete la seguridad de la Nación sino cuando está comprometida la integridad territorial, y se ha llegado a sostener que nuestras leyes o los tratadistas no han definido lo que se entiende por seguridad. Pero lo cierto es que el concepto de seguridad aparece claramente definido en toda su amplitud en nuestra legislación positiva, y así, en la ley Nº 12.297 sobre Seguridad Interior del Estado, los delitos contra la seguridad aparecen clasificados en cuatro grupos: delitos contra la seguridad exterior del Estado; delitos contra la seguridad interior; delitos contra el orden público y delitos contra la normalidad de las actividades nacionales. La Ley de Seguridad Interior del Estado menciona como autores de delito a quienes, por cualquier medio, envíen al exterior noticias o informaciones tendenciosas destinadas a perturbar el régimen económico o monetario, la normalidad de los precios, la estabilidad de los valores y efectos públicos. Si quien se limita a propagar o a perturbar por simples informaciones el régimen monetario o económico o la normalidad de los precios o la estabilidad de los valores incurre en delito, es obvio que, con mayor razón, incurren en él quienes de hecho producen esas alteraciones, sobre todo cuando la estabilidad del precio del cobre significa, como lo ha dicho textualmente el señor Ministro, la estabilidad del propio país. Se ha dicho también, por el señor Ministro, que comprometer el honor nacional es como decir traidor, la que jurídicamente es inaceptable, porque la ley, de manera expresa, ha señalado como capítulos distintos de acusación, la traición y el comprometer el honor nacional. Es conveniente también dejar claramente señalado que estas figuras delictivas, que reclamaba el Honorable señor Maira, están expresamente establecidas en la ley. En efecto, el artículo 4º de la ley Nº 12.927, sobre Seguridad Interior del Estado, castiga como delincuentes a los "que propaguen de palabra o por escrito o por cualquier otro medio en el interior, o envíen al exterior noticias o informaciones tendenciosas o falsas destinadas a destruir el régimen republicano y democrático de Gobierno, o a perturbar el orden constitucional, la seguridad del país, el régimen económico o monetario, la normalidad de los precios, la estabilidad de los valores y efectos públicos y el abastecimiento de las poblaciones ...". La misma Ley de Seguridad Interior del Estado sanciona, en su artículo 1º, letra a), a los que "de hecho ofendieren gravemente el sentimiento patrio o el de independencia política de la Nación". A través del propio informe surge nítidamente que, en la baja del precio del cobre, se procedió de acuerdo con las llamadas "exigencias del mercado interno de los Estados Unidos", que no es otra cosa que un eufemismo para expresar que carecemos de toda independencia para fijar nuestros precios a tono con las necesidades del mercado mundial. Nuestra estabilidad depende, como lo reconoció el señor Ministro, de la estabilidad del precio del cobre. Si quebramos esa estabilidad, bajando en forma lesiva para Chile el precio de esta riqueza básica de nuestra economía, se hiere nuestro sentimiento patrio y ello constituye, precisamente, la causa de comprometer el honor nacional. Quiero también refutar una afirmación del Honorable señor Aylwin, quien ha manifestado que, como requisito constitucional para acusar a un Ministro de Estado, se exige que éste hubiera trasgredido abiertamente las leyes; sólo así podría ser objeto de una acusación. Pero la Constitución Política distingue entre el Presidente de la República y los Ministros de Estado. Sólo cuando se trata del Primer Mandatario, se exige la transgresión abierta de la ley; cuando se trata de un Ministro no se exige tal cosa; basta la simple trasgresión para incurrir en causal de acusación. Asi lo reconoce también el otro "clásico" del Derecho citado por el Honorable señor Maira, don Mario Bernaschina, cuyo texto, desgraciadamente no tengo a mano. Nosotros pensamos que si, como lo dijo el señor Ministro de Minería, es útil esclarecer hasta en sus menores detalles el problema de la baja del precio del cobre, lo natural es que el partido de Gobierno - que dispone en la Honorable Cámara de los votos suficientes para echar tierra a la acusación, impidiendo llevarla adelante para que el Senado entre a juzgarla, sea consecuente con lo expresado por el señor Ministro y le dé paso a esta acusación para que de ella conozca también el Senado de la República. Además, es de manifiesta utilidad que los monopolios norteamericanos, y el Departamento de Estado norteamericano, se den claramente cuenta, a través de esta acusación, de que el pueblo de Chile repudia el saqueo de sus riquezas naturales y que no está dispuesto a permitir que continúe esta política que hiere nuestra independencia nacional, desde que carecemos de la libertad necesaria para fijar nuestros propios precios de acuerdo a los que existen en los mercados internacionales. No es valedero sostener que los precios en Estados Unidos son tales o cuales, porque esos precios se fijan unilateralmente por el Gobierno de ese país, el cual los impone dentro y fuera de su territorio. La circunstancia... El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¿Me permite, Honorable Diputado? Ha terminado el tiempo del Comité de Su Señoría. El señor OLIVARES.- Pido la palabra. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor OLIVARES.- Señor Presidente, concedo una interrupción al Honorable señor Tejeda. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede hacer uso de la palabra el Honorable señor Tejeda. El señor TEJEDA.- Señor Presidente, la circunstancia de que nuestro principal comprador de cobre sea Estados Unidos de Norteamérica es una razón más para que defendamos allí nuestros mejores precios He querido decir estas pocas palabras para dejar en claro que esta acusación es legítima, que no hay un mal uso de nuestras facultades, como lo afirmó el señor Ministro, sino el ejercicio legítimo de una atribución constitucional de la cual no pensamos desprendernos. Nada más, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente)-Puede continuar el Honorable señor Olivares. El señor OLIVARES.- Señor Presidente, el Partido Socialista ha sostenido invariablemente una posición antimperialista y antifeudal, porque cree fundamentadamente que son éstas, precisamente, las lacras que impiden nuestro desarrollo y prosperidad y son ellas también las que lesionan nuestra dignidad y nuestra independencia. Por eso, el Partido Socialista ha preconizado, en interés de Chile, la nacionalización de nuestros recursos básicos y, desde luego, la nacionalización de la gran minería del cobre que produce la mayor parte de nuestro presupuesto de divisas. Se sostuvo, por nuestros adversarios, que nuestro propósito era irrealizable y contrario a los intereses del país. Sin embargo, ahora, frente a esta acusación constitucional, queda demostrado que la llamada política de "chilenización" del cobre, que se esgrimió en contra de la nuestra, es la del entreguismo de los intereses nacionales a los del imperialismo norteamericano. No se puede ser soberano si, antes de adoptar una resolución, es necesario mirar la cara y atisbar el gesto del norteamericano. No se puede ser soberano cuando, adoptada una resolución que disgusta al coloso del norte, debe recurrirse a toda clase de maniobras oscuras para dejar sin efecto una medida que lesiona sus intereses. No seremos nunca soberanos mientras no nacionalicemos nuestro cobre y dejemos de lado las frases ambiguas que encubren nuestra falta de virilidad para hacer primar los intereses de Chile sobre los del imperialismo norteamericano. La acusación constitucional deducida en contra del Ministro de Minería, señor Eduardo Simián, no sólo se basa en el atropellamiento de las leyes y en el hecho de haberlas dejado sin ejecución, lo que ha causado un grave daño a la economía del país, sino también en haber comprometido gravemente la seguridad y el honor de la Nación, menoscabando la dignidad y soberanía nacional, puesto que se aceptaron sumisamente las imposiciones de Estados Unidos y se pasó por encima de compromisos internacionales contraídos por el Gobierno de Chile. El Partido Socialista, una vez más, fundamenta su actitud antimperialista en hechos y realidades. Hace algunos meses, los Gobiernos de Chile y Zambia, entre otros acuerdos adoptados y comunicados a la opinión pública, en relación con la industria del cobre, decían: "Intercambiar permanentemente informaciones y experiencias prácticas relacionadas con ella". "Se establece un sistema de consultas en lo relativo a la producción, comercialización del cobre e inversiones de capital". Además, debemos dejar constancia de que al decidirse, con abierto sentido antinacional, bajar el precio de nuestra principal riqueza, ni siquiera fue consultada la Confederación Nacional de Trabajadores del Cobre, repitiéndose lo sucedido con los convenios de asociación con las empresas del cobre y confirmándose, de nuevo, lo que, como dirigentes gremiales, siempre hemos denunciado: que el Gobierno vulnera los compromisos contraídos con los trabajadores del cobre. Pero también se pasa por encima de acuerdos adoptados con la república amiga de Zambia, vulnerándose así los compromisos de orden internacional contraídos recientemente y comprometiéndose gravemente el honor de la Nación. Ahora, al tener presente que estos países ocupan el segundo y tercer lugar como productores de cobre en el mundo y que son los dos primeros exportadores del metal rojo, más aún, teniéndose presente que en estos últimos dos años y medio se han registrado los precios más altos de la historia del comercio del cobre, y lejos de aprovecharse inteligente y racionalmente estos elementos, se decide y actúa en contra del país, no cabe duda de que hay razones económicas para encontrar culpable a quien se juzga. Todos sabemos que el Gobierno de Estados Unidos, lanzó, de sus reservas estratégicas, 200 mil toneladas de cobre al mercado, al precio de 36 centavos de dólar la libra. Evidentemente, al fijar este precio artificialmente bajo, no se ocultó la clara intención de crear el "dumping", pues se intervenía el mercado al actuar unilateral y artificialmente, para restringirlo y actuar sobre el precio mediante el expediente de las mayores ofertas; todo ello con el objeto preciso de quebrarnos la mano, frente a la decisión de nuestro país de subir el precio del cobre a 42 centavos la libra. Pues bien ante este hecho, el Ministro de Minería, lejos de impedir o rechazar esta actitud oficial del Gobierno norteamericano y cumplir con la reciente ley Nº 16.425, su hija predilecta, ex ley Nº 11.828; lejos de intervenir, de acuerdo con los artículos 15 y 15-A, en el comercio internacional del cobre y, más aún, insistir ante el Presidente de la República para que éste decretare el monopolio del comercio del cobre chileno -puesto que esta situación compromete el interés nacional- colaboró con esta medida de los Estados Unidos al patrocinar, en el seno de la Corporación del Cobre, que preside, la entrega de 90 mil toneladas de cobre al precio de 36 centavos, fijados por aquel país, en la operación mencionada. Esto es, sencillamente, reemplazar parte de la reserva del Gobierno norteamericano, que había disminuido en 200 mil toneladas; es actuar en favor de los Estados Unidos y en contra de Chile, ya que los intereses se dañan así gravemente. La maniobra norteamericana no tuvo éxito; no logró hacer bajar el precio del cobre; pero, sí, en su fracaso hace participar a Chile al imponer el mismo absurdo precio de 36 centavos de dólar la libra para 90 mil toneladas. El país por concepto de menor tributación, al bajar el precio de la libra de cobre en seis centavos de dólar para la venta de esas 90 mil toneladas, pierde 7 millones 200 mil dólares, siempre y cuando el precio real fuese de 42 centavos de dólar la libra. Aceptemos, por un momento, que fuese así. En esta operación, la "buena" Anaconda compensaría parte de esta pérdida, entregando al Gobierno la suma de 3 millones 520 mil dólares con cargo a sus utilidades. Con todo, Chile pierde 3 millones 680 mil dólares en esta operación, aun cuando se aceptare, como he dicho, el absurdo precio de 42 centavos de dólar por libra como real. Al respecto, caben algunas preguntas. ¿Por qué sólo la Anaconda compensa a Chile y no la Kennecott? Es útil recordar que el 4 de enero de 1966, al recomendarse el alza del precio de la libra de 38 a 42 centavos, todos los Consejeros del Departamento del Cobre, entre ellos los representantes de los trabajadores, votaron a favor; en cambio, la Anaconda se abstuvo de hacerlo, y la Braden, que es filial de la Kennecott, votó en contra. ¿Debemos concluir que el precio ideal para la Braden es de 38 centavos y para la Anaconda es de 36 centavos y que, en ambos casos, les perjudicaría el de 42 centavos o más? ¿Acaso con esta operación se oculta una forma de sacar más dólares y utilidades del país, puesto que, lisa y llanamente, se trata de una venta de Anaconda de Chile a Anaconda de los Estados Unidos, beneficiándose ampliamente este comercio? ¿ Estos son los primeros frutos de los convenios del cobre para dar cumplimiento a compromisos no revelados? ¿No es esta venta una ayuda de Chile al Gobierno norteamericano? ¿Por qué se beneficia entonces el consorcio Anaconda? ¿Se justifica esta subvención de Chile a aquél país, que mantiene como presupuesto de defensa y agresión para el año 1966, la suma de 58 mil millones de dólares, cantidad que equivale a unas cinco o seis veces el valor de todas las riquezas de Chile entero? ¿Qué son los 3 millones 520 mil dólares: tributación, donación, subvención de los "buenos socios"? Si aún no se sabe cómo ingresará estos dólares en las arcas fiscales, ¿debemos deducir que lo pactado es tan oscuro para el Gobierno de Chile, que, por una parte, es torpe y mentiroso, al afirmar que con ello gana el país; y, por otra, que ha sido tal la presión foránea, que ni siquiera se conocen los términos exactos de esta "operación tan beneficiosa para el país."? Solicito que la Honorable Cámara envíe oficios, a través de los Ministerios correspondientes, para que se exija a la Dirección de Impuestos Internos y a la Corporación del Cobre, den respuesta a estas interrogantes, en lo posible, con urgencia para conocer las consecuencias de esta negociación. También dejamos constancia que en esta desgraciada y primera decisión de importancia de la Corporación del Cobre, la Anaconda conviene el precio a 36 centavos de dólar en circunstancias que en Londres la libra de cobre se cotiza a 82,812 centavos, precio conveniente para Chile y cualquier productor de materia prima. En consecuencia, al no vender a 82,812 centavos de dólar y aceptar la venta de 90 mil toneladas a 36 centavos, el país pierde 92,9 millones de dólares. Pretender hacer creer que el precio justo es el de 42 centavos, y más aún, que vendiendo a 36 centavos el país gana más, es ridículo e infantil; corresponde a una actitud demencial sumamente peligrosa para Chile. A los que verdaderamente se beneficia esa la Anaconda, a los monopolios industriales de nuestro cobre y a los Estados Unidos, Gobierno belicista por excelencia. Si esta política de bajar el precio y luchar contra la inflación en el cobre es un beneficio, ¿por qué no se generaliza con todos los monopolios y, especialmente, con el comercio nacional ganando ellos y favoreciendo grandemente a la clase trabajadora? Resulta sencillamente paradójico y ridículo entregarse atado de pies y manos al socio del norte y pretender, al mismo tiempo, presentarse como íntegro e inteligente, al no reconocer culpabilidad o incapacidad, pretendiendo vanamente hacer creer al país que estamos mejor vendiendo el cobre más barato. Nosotros, los socialistas, denunciamos la mentira organizada, rechazamos que se empleen recursos de todos los chilenos para engañar a todos los chilenos. En efecto, se ha informado sistemáticamente y en forma majadera que el precio de Londres es especulativo y no significativo; desde hace más de 30 meses que el precio de este mercado es altamente superior al que Chile recibe, inclusive el precio de los intermediarios norteamericanos, que es similar al precio de la Bolsa de Metales de Londres. También se ha dicho que allí se transa muy poco. A pesar de ello, el mismo Departamento del Cobre reconoce en el memorándum número tres del informe solicitado por la Comisión de Minería del Senado, de fecha 1º de febrero de 1966, que en el total de transacciones el 20% opera con la cotización de la Bolsa de Metales. Aun el propio señor Lagarrigue ha reconocido, ante preguntas del ex Senador señor Roberto Wachholtz, que esta cotización es de gran influencia. ¿Puede hablarse de un precio especulativo que se ha mantenido en alza por cerca de treinta y cuatro meses? ¿Acaso la Bolsa de Metales de Londres no es un barómetro y de la pauta del precio del cobre? Aquí en Chile, en la Bolsa de Comercio, se transan menos de! 10% de las acciones de las sociedades de capital, pero la transacción directa entre un vendedor y comprador de acciones, evidentemente está influida y dirigida por las transacciones de la Bolsa de Comercio. Lo mismo sucede con Londres. Caricaturizando esta cuestión, podemos expresarla así: si yo deseo vender acciones y les saco mejor precio en la Bolsa de Comercio que al venderlas directamente, no cabe duda de que realizo allí la operación, porque tengo mejores posibilidades si poseo mayor número de acciones. Si yo le puedo sacar mejor precio a mi cobre vendiéndolo en Londres, y, más aún, sabiéndome uno de los dos más importantes exportadores, es lógico que allí venderé, o, a lo menos, mantendré ese precio. Ahora, si sé que allí hay escasas transacciones y el precio un día sube mucho y mi conveniencia es la estabilidad del precio, voy y coloco 100.000 ó 200.000 toneladas y reviento a los especuladores, y así estabilizo el precio a un nivel real. Pero para el Gobierno es más fácil y cómodo afirmar que en el mercado de Londres el precio es especulativo, inestable, que se transa poco; no hacer nada y perjudicar al país, porque ello es bueno para Estados Unidos. Nosotros, junto con denunciar estos hechos y exigir la verdad, manifestamos que las ventajas del mejor precio de Londres se mantendrán por mucho tiempo y que lo de especulativo, transitorio, inestable, no ha sido válido en los últimos treinta y cuatro meses, ni lo será a corto plazo. Lo real y concreto es que el precio del cobre sube y ha subido porque las necesidades del consumo han superado grandemente a la oferta, situación difícil de corregir a corto plazo y más aún con posibilidades de agravarse. Chile sencillamente ha perdido cientos de millones de dólares por aceptar la intervención unilateral de Estados Unidos Para el interés norteamericano rige el precio bajo para las materias primas y el precio alto para las manufacturas; a ello no escapa la manufactura bélica. Estados Unidos figura, y muy cerca del Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Irlanda, etcétera), como el segundo importador de cobre, materia prima; y por eso interviene y no acepta alzas. Las producciones de Chile y del mundo, lejos de aumentar para satisfacer los ya altamente superiores consumos han disminuido y por ello sube más el precio. La producción en 1964, en Chile, fue de 613 mil toneladas, y en 1965, de 580 mil, es decir, 33 mil toneladas menos. La producción mundial de 5 millones 45 mil toneladas en 1964, bajó, en 1965 a 4 millones 890 mil toneladas; o sea, hubo una menor producción de 155 mil toneladas. Estados Unidos lanzó de sus "stocks" estratégicos 200 mil toneladas al mercado, con el afán de bajar el precio; naturalmente que, en las actuales circunstancias del mercado mundial del cobre, fracasó. Chile mantuvo paralizada la producción de cobre de sus tres principales yacimientos, por 37 días en 1965. Y en 1966, hoy día, el mineral de El Teniente, la mina subterránea más grande del mundo, cumple una paralización de 37 días. La pérdida de producción alcanza a más de 40 millones de libras. Otros hechos, además, configuran estas diferencias entre oferta y demanda, de difícil solución a corto plazo. La guerra e intervención de Estados Unidos en Vietnam; la inestabilidad política del Congo, Rodesia y Zambia; las huelgas ya anotadas, junto a la del Perú en Toquepala, son hechos, son realidades. Todas las faltas, errores y actitudes antinacionales y antipatrióticas se pretenden justificar con la recepción de un préstamo de 10 millones de dólares, situación muy similar a la que tantas veces hemos denunciado y rechazado. Esto es como la compra de la cosecha en verde, a precios irrisorios, a que obligan a los pequeños campesinos. No es conveniente, al parecer, hacer gimnasia ni malabarismos matemáticos con estos 10 millones de dólares ante tan abrumadora y brutal realidad. A pesar de todo, sabemos que los 10 millones de dólares no son tal. En primer lugar, hemos visto la brutal pérdida, puesto que el precio real está evidentemente sobre los 42 centavos. Sin embargo, aceptando que la rebaja fuese de 6 centavos la libra, la pérdida sería de 10.800.000 dólares, puesto que Anaconda acepta el precio de 36 centavos y Chile podría vender a 42 centavos. Aunque aceptáramos esto como renta imponible, Chile debería recibir 7.200.000 dólares como tributación por estos 6 centavos en las 90.000 toneladas. Y como la Anaconda entregaría al país 3 millones 520 mil dólares, se pagarían ya 3 millones 680 mil dólares por ese teórico empréstito de 10 millones de dólares. En seguida, se obligaría a invertir en Estados Unidos esa cantidad de dólares, de manera que habría que pagar más por maquinaria de menor calidad. Y esto, como bien deben recordar los Honorables Diputados miembros de la Comisión que conoció de la acusación y todos los que asistieron a ella, fue reconocido por el propio Fiscal de la ENAMI, quien señaló cuál era la mercadería que más convenía porque era de mejor calidad y un 15% más barata que la que este préstamo obligaría a adquirir casi en su totalidad en Estados Unidos de Norteamérica. La verdad escueta y precisa es que la Corporación del Cobre, desde su nacimiento, ha mostrado claramente su identidad con el interés de Estados Unidos y su prolongación en Chile: los monopolios cupreros. En vez de ser el organismo contralor y cautelador de los intereses del país ante los consorcios norteamericanos que explotan el cobre en Chile, de hecho se transforma en agencia publicitaria y organismo servil intervenido por aquéllos. Esta medida, por la cual se acusa a un Ministro de Estado, además de ser altamente onerosa para el país, se traduce en grave lesión a la soberanía y dignidad nacionales, al no responder en absoluto al interés de Chile, sino que a presión e intereses foráneos. Jamás lo que interesa a Chile interesa a Estados Unidos o a las empresas del cobre. Kennecott, que explota el mineral de El Teniente, aumentó sus utilidades en 54,18% en 1965. Esto no guarda relación con la participación en la tributación de Chile. Es tan evidente este hecho, que calificamos esta acción como una verdadera subvención de Chile a los intereses belicistas norteamericanos. En este momento, debemos recordar que, durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos obligó a Chile a venderle nuestro cobre a un precio miserable, lo que significó una pérdida de más de 500 millones de dólares. La historia se repite. Durante ese conflicto, aunque esa política también fue inaceptable, quizás se justificaba cooperar, porque se defendía el mundo de la amenaza del totalitarismo nacifascista. Pero ahora, ¿qué tipo de amenaza significa para nosotros Vietnam? Ninguna. Es un pueblo que lucha por defender su soberanía. Durante el transcurso de la justa huelga nacional de los trabajadores del cobre, el Gobierno calificó a los obreros de "antipatriotas" y "traidores" y arrastró a los Tribunales a los dirigentes de la Confederación de Trabajadores del Cobre, acusándolos de sedición. A pesar de esas calumnias y falsedades, los trabajadores del cobre, espontáneamente, firmaron compromisos con las empresas para recuperar, durante el año 1966, toda la producción perdida, la que debe venderse a un precio superior a la del año pasado. Pero la venta de las 90 mil toneladas de cobre a Estados Unidos, a un precio de 36 centavos de dólar la libra, será una pérdida irreparable. ¿Por qué no se acusa de antipatriotas a los que pactaron este vergonzoso compromiso? La política del actual Gobierno frente al cobre ha sido y es vacilante. Lo prueba en forma irredargüible el hecho básico que sirve de fundamento a esta acusación: un día se fija el precio del cobre a 42 centavos; al día siguiente se le acuerda una "rebajita" a este menesteroso y necesitado comprador que es Estados Unidos de Norteamérica. El Presidente de la República afirmó, en un discurso pronunciado en Antofagasta a fines de 1965, que al Gobierno no le importaban las pérdidas en dólares que le acarreaba el conflicto huelguístico de los trabajadores de la Gran Minería del Cobre. Expresó que no le importaban los dólares que el país dejara de percibir con la prolongación de la huelga de los trabajadores del cobre y que no le torcerían la mano al Gobierno en cuanto a las peticiones de los trabajadores. Sus palabras las tenemos grabadas en cinta magnética. Pues bien, ahora el Presidente de la República nos envió un telegrama en el que nos pide la suspensión del paro de solidaridad acordado por Chuquicamata y Potrerillos, en apoyo de los trabajadores de Braden Copper, a fin de no retrasar los planes del Gobierno. Es interesante que la Honorable Cámara escuche el texto de este telegrama, cuyo tenor es el siguiente: "Acabo recibir su telegrama. Gobierno está realizando todos los esfuerzos necesarios para resolver conflictos y ha empleado todos los recursos legales que tiene a su alcance para obtener solución dentro naturalmente de su política general económica. Huelga solidaridad no ayudará resolver conflicto y causará nuevo daño no a empresarios sino a Nación entera. Reciente reunión en La Moneda ustedes me aseguraron deseo recuperar pérdida economía nacional debido anterior paro. Esta nueva e injustificada paralización de las faenas se contradice con ése propósito y, repito, sólo dañará al país y la clase trabajadora". Y a continuación agrega: "Mismo momento Gobierno está haciendo múltiples esfuerzos para mejorar vivienda y condiciones de vida de grandes sectores de la población que viven en condiciones infinitamente peor que ustedes y mismo instante se plantea una Reforma Agraria para mejorar el campesinado chileno, este tipo de huelga dificulta nuestra acción". "El Gobierno espera que ustedes comprendan esta situación y no contribuyan con estos actos a crear en el mundo internacional la inseguridad respecto al cobre chileno", etc. En otras palabras, aquí se nos pide que se suspenda esta huega que perjudica los intereses del país, porque reduce la producción Pero esta rebaja del precio de 42 a 36 centavos de dólar por libra, ¿acaso no afecta y retrasa los planes de vivienda y todo lo que se menciona en este telegrama? Un día se dice y afirma que es pésimo negocio endeudar al país, al siguiente, en vez de fijar un mayor precio a nuestro cobre, se recurre al expediente de rebajarlo y se opta por recibir, en cambio, un préstamo que aumenta nuestro endeudamiento con Estados Unidos. Por otro lado, la defensa escrita que entregó el señor Ministro de Minería a la Comisión que conoció de la acusación constitucional, se basa esencialmente en dos conceptos claves: primero, el temor de que la fijación del precio del cobre en 42 centavos de dólar la libra produjera un debilitamiento de la posición de la producción chilena en el mercado norteamericano; y, segundo, que siendo Estados Unidos el mayor consumidor de cobre del mundo, resulta evidente la conveniencia de que nuestro cobre conserve dicho mercado y abastezca sus necesidades en condiciones de plena competencia con las otras grandes producciones mineras. Se sostiene, asimismo, que la negociación efectuada con el Gobierno de Estados Unidos, lejos de ser lesiva para los intereses del país, sería beneficiosa. Estas argumentaciones son, en sí mismas, débiles y no tienen otra garantía de autenticidad que la simple apreciación del señor Ministro acusado. En efecto, ¿cómo puede afirmarse que el precio de 42 centavos de dólar la libra que estableció la propia Corporación del Cobre, debilita la posición del mental chileno en el mercado yanqui, cuando a pesar de que el Gobierno de Estados Unidos, para presionar sobre los productores del cobre que habían fijado dicho precio, no vaciló en vender 200.000 toneladas de sus reservas estratégicas en su propio mercado interno, a 36 centavos de dólar la libra, no logró debilitar nuestra posición? ¿Cómo puede formularse una apreciación tan ligera, cuando todos sabemos que Estados Unidos produce alrededor de 1.100.000 toneladas de cobre al año, y su consumo, en un mercado siempre creciente, supera a esa cifra en más de 700.000 toneladas que debe importar de los demás países productores de cobre? Precisamente, entre Chile y Zambia se producen más de 1.200.000 toneladas, a las que debe recurrir el mercado norteamericano para suplir su propio déficit, y el precio de 42 centavos fue fijado por acuerdo entre ambas Repúblicas. Por otra parte, el resto de los productores de cobre venden ese metal en Europa y a otros países consumidores, y muchos de ellos en el mercado de Londres. Nadie puede suponer que son tan torpes que van a preferir venderlo a 36 centavos a los norteamericanos, en vez de colocarlo a 70 ó más centavos en el mercado europeo. Se ve, pues, que esta apreciación del señor Ministro carece de toda consistencia. El señor Ministro basa su defensa también en la necesidad de conservar el mercado norteamericano, por ser el mayor consumidor del mundo y constituir un mercado permanente. Sabe el señor Ministro, y así deja constancia en su defensa, que las ventas de cobre chileno a Norteamérica alcanzan sólo a 90.000 toneladas anuales. Sabe el señor Ministro que nuestra producción sobrepasa las 600.000 toneladas. Sabe el señor Ministro que en consecuencia el mercado yanqui sólo compra alrededor del 12% de nuestra producción, y que el resto, el 88% de nuestra producción, es vendida a Europa, principalmente. ¿Por qué, entonces, el señor Ministro se preocupa tanto de hacerles rebajas y darles facilidades a los yanquis que compran el 12% de nuestra producción y no tiene igual trato para quienes nos compran el 88% de la misma? ¿Es buena política preferir al cliente chico y apretar al grande? El señor Ministro hace un verdadero juego de palabras. Afirma que el mercado norteamericano es el mayor del mundo y, entonces, hay que mantenerse en él. Pero, en su defensa, más adelante, expresa, que este mayor mercado del mundo se abastece fundamentalmente de su propia producción nacional, y no por cierto, de la nuestra. Nuevamente surge, entonces, la pregunta: ¿por qué tanta consideración con este mercado? Creemos que, si el Gobierno de Estados Unidos nos ayudara cuando el precio del cobre baja, tendría alguna justificación la argumentación del señor Ministro, pero ¿quién, en esta Sala, sabe de algún caso en que, a raíz de la disminución del precio del cobre, los Estados Unidos nos haya compensado nuestros menores ingresos? ¿No sabemos, acaso, que el Gobierno de Estados Unidos, lejos de ayudarnos, mantiene desde hace tiempo un impuesto especial de 1,75 centavos de dólar por libra para el cobre que importa de otros países -incluido, naturalmente, Chile- y que esto lo hace para proteger a los propios productores norteamericanos, en perjuicio nuestro? Si un gobierno desea -como el norteamericano- evitar la inflación, debe recurrir a sus propios recursos, a sus propias economías, pero no a las ajenas; menos aún cuando los demás países están tan lejos de su espectacular desarrollo. Norteamérica conoce nuestra inflación crónica. Sin embargo, ¿ha rebajado alguna vez el precio de sus maquinarias, herramientas, y demás artículos que nos vende, para contribuir a frenar nuestro proceso inflacionario? ¿Nos rebajaron, acaso, el precio de los pollos americanos o el Gobierno -muy por el contrario- tuvo que bonificar a los comerciantes chilenos? Las compañías que en Chile explotan la gran minería del cobre son norteamericanas. Entonces, ¿por qué nuestro país debe hacer este sacrificio en vez de imponérselo, en su totalidad, a estas empresas yanquis? ¿Por qué estas 90 mil toneladas no las venden las empresas a 36 centavos al Gobierno norteamericano y, para los efectos tributarios chilenos -y también para la participación en las utilidades de los trabajadores y sus remuneraciones- se consideran el precio oficial de 12 centavos por libra? El señor Ministro de Minería afirma que es buen negocio endeudar al país en otros 10 millones de dólares. Nosotros recordamos que, junto con los parlamentarios democratacristianos, atacamos fuerte y decididamente a todos los gobiernos que endeudaban al país. Mantenemos nuestra posición. En cambio, el partido de Gobierno hace tiempo que la abandonó y ahora, adora lo que antes quemó. No es raro. Antes, cuando nosotros sostuvimos la necesidad de crear en Chile un mercado de metales, ellos también nos apoyaron. Desde hace un año y medio, son gobierno. Sin embargo, cuando promovieron la reforma de la ley Nº 11.828, no se acordaron para nada de esta idea, que, ciertamente, habría contribuido a proveer al país de una herramienta fundamental para la comercialización de su principal riqueza minera. Por último, si, como afirma el señor Ministro, esta negociación es ampliamente beneficiosa para Chile, no entendemos por qué el Gobierno debe recurrir a arbitrios como pedir préstamos y recibir de las empresas un pago extraordinario de 3 millones 520 mil dólares, en lugar de vender el cobre, lisa y llanamente, a 42 centavos por libra. Ahora, no sabemos si el Gobierno de Chile quiere encubrir una maniobra del Gobierno de los Estados Unidos, o sea, si éste compra el cobre aparentemente a 86 centavos, para mantener su artificial precio interno, el que paga a sus propios productores y que, por cierto, perjudica los intereses de Chile. Si así fuera, nuestro Gobierno estaría actuando en contra de los propios intereses chilenos y a favor de los intereses norteamericanos, que desean mantener el precio en 36 centavos por libra, lo que parece más absurdo, si se considera que fue la Corporación del Cobre chilena la que lo fijó en 42 centavos. ¿Por qué cuando el señor Ministro de Minería, como Presidente de la Corporación del Cobre, alzó el precio de la libra a 42 centavos, no tomó en cuenta el posible debilitamiento de la colocación de nuestra producción en el mercado norteamericano? ¿O en la Corporación se toman estos acuerdos en forma desaprensiva y superficial? Esta negociación compromete todas nuestras ventas de cobre a Estados Unidos para el año 1966 y puede lesionar gravemente los intereses de ¡os trabajadores en dos órdenes de materias: en su derecho a la participación en las utilidades y a la gratificación legal y en la fijación de sus remuneraciones. El Gobierno no nos ha aclarado en ningún momento cuál será la situación a este respecto, pero es indudable que la prolongación de la huelga que afecta a los trabajadores de la "Braden Copper Company" algo tiene que ver con esta negociación, pues es inexplicable la actitud cerrada y obstinada con que esta empresa se niega a solucionar el conflicto y a celebrar el futuro convenio colectivo de trabajo. Ya antes, a raíz de la disminución de utilidades de alguna empresa, hemos tenido serias dificultades que, hace poco tiempo, nos arrastraron a huelgas, con el consiguiente perjuicio para los trabajadores y para el país. Señalamos al país quiénes son los responsables de las dificultades que surgirán en el futuro, con motivo de la disminución de utilidades que acarreará esta rebaja de precio y la imputación a los costos de los 3 millones 520 mil dólares que se entregarán al Fisco. No hay duda de que esta disminución repercutirá en los rubros ya mencionados, con evidente perjuicio para los trabajadores. Protestamos enérgicamente contra la celebración de este convenio y lo denunciamos ante el país como una nueva imposición norteamericana, profundamente lesiva para nuestra economía. Nadie puede ignorar que, en los mismos instantes en que el precio del cobre alcanza, en el mercado de Londres, a 88 centavos por libra, Chile se compromete a venderlo a los Estados Unidos a 36 centavos. Esto es una burla sangrienta para el interés nacional. Como si esto fuera poco, a la rebaja se suma el otorgamiento de un crédito. Será -¡oigan bien los Diputados de Gobierno!- el crédito más caro obtenido por Chile en su historia, puesto que, por 10 millones de dólares, dejaremos de percibir 3 millones 520 mil dólares, sin considerar los intereses propios del préstamo. Chile no está obligado moral, económica ni políticamente a subvencionar la criminal guerra imperialista norteamericana en Vietnam, ni mucho menos a mantener, con gravísimo perjuicio de su patrimonio, la estabilidad de precios en el mercado de los Estados Unidos. Con esta decisión antinacional, la Democracia Cristiana muestra su verdadero rostro y el exacto contenido de su política: ser una fuerza sostenedora de una caduca estructura capitalista, que tiene como principal apoyo al imperialismo extranjero, a cuyos intereses mezquinos se somete, cada vez más, el Gobierno del señor Frei. Esta política no será capaz de impulsar ningún cambio verdadero, ni mucho menos desarrollar una supuesta "revolución en libertad", de la que tanto se vanaglorian los personeros oficiales y los dirigentes de ese partido, y que los trabajadores del cobre conocemos como la "revolución en libertad bajo fianza". Como lo dice la acusación constitucional contra el señor Ministro de Minería el Partido Socialista afirma que se ha comprometido gravemente la seguridad de la nación, que no es sólo de naturaleza bélica y estratégica, porque también se la compromete cuando se impide preservar el progreso y la elevación del nivel de vida de sus habitantes, cuando se impide el normal desarrollo de la economía del país y, por consiguiente, la estabilidad institucional y el orden público. Por estas razones, los Diputados socialistas votaremos favorablemente la acusación. Señor Presidente, concedo una interrupción al Honorable señor Fuentealba. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede hacer uso de la interrupción el Honorable señor Fuentealba. El señor FUENTEALBA.- Señor Presidente, tanto los Diputados de mi partido que han intervenido en el debate como los Honorables señores Rosales y Olivares, han comprobado, con argumentos bien claros, que esta acusación contra el señor Ministro de Minería se justifica, ya que esta operación de venta ocasionó una lesión a los intereses económicos del país. No obstante, quiero reiterar que no dudamos de la buena fe del señor Ministro. La acusación se basa en el error comercial cometido. Deseo hacer algunas observaciones al margen del aspecto técnico, jurídico o legal, porque, aunque ya se han repetido algunos conceptos, es conveniente reiterarlos, para dejar bien establecido el principio mismo de la acusación. Voy a tocar, en forma simple y breve, el aspecto comercial. El comercio nacional e internacional se basa en ciertas prácticas y normas que no están contenidas en ningún código, ley, reglamento o disposición; pero, cuando no se las toma en cuenta, se falta a la ética y a la lealtad que se debe a los competidores. Estos principios, que son claros para algunos, son juzgados según su criterio por otros. En el proceso de comercialización de los bienes y mercaderías, en general, el vendedor siempre ejerce presión a fin de obtener un mejor precio para sus productos. Este principio lo vemos confirmado cada vez que compramos un producto extranjero. Un tractor, una maquinaria, un repuesto adquiridos a Estados Unidos, en 1950, por ejemplo, tenían un precio inferior al de hoy. En esta forma, los términos del intercambio han ido evolucionando de modo desfavorable para nuestro país. Por eso, una política inteligente de comercialización debe tender a sacar el mejor partido posible de las alternativas del mercado, a fin de ir consolidando un precio en una escala de aumento progresivo sobre todo cuando, como en el caso del cobre, se trata de una materia prima que, por su empleo, tiene importancia principal en el desarrollo de la vida industrial moderna. Cualquier alteración en el precio, por insignificante que sea, repercute en el mercado mundial del cobre. Chile, que es el tercer productor, recibe, consecuencialmente, el rebote de este efecto. La entrega de 90 mil toneladas a 36 centavos de dólar por libra marca un precio y en el futuro servirá como argumento a los compradores para ejercer presión a fin de mantenerlo o para resistirse a aumentarlo a 12 centavos. Por otra parte, un centavo de dólar por libra de diferencia en el precio del cobre significa para Chile 10 millones de dólares al año. Por lo tanto, aflojamos la presión que debemos ejercer para elevar el precio a 42 centavos y no nos es posible venderlo sino sólo a 36, perderemos, en 1966, 60 millones de dólares. Es indudable que los compradores norteamericanos buscarán, inteligentemente, todos los medios a su alcance, incluso la compensación con préstamos y bonificaciones extraordinarias, para pagarnos un menor precio. Pero nuestros representantes, los encargados de defender los intereses del país, no deben dejarse halagar por la concesión de estos préstamos y bonificaciones, que aun cuando parecen una ventaja, en el fondo no lo son de ninguna manera. Una operación comercial debe estar siempre sujeta al libre juego de la oferta y la demanda. Es un asunto totalmente ajeno a la concesión de un préstamo o de una bonificación extraordinaria. Se dice que Chile se beneficiará con esta negociación conjunta. Si hay un beneficiado, necesariamente tiene que haber un perjudicado. Cabe pensar: ¿Estados Unidos o las compañías norteamericanas aceptarán un negocio desventajoso para ellos? Si Chile necesita un préstamo por 10 millones de dólares, debe negociarlo en las condiciones más ventajosas posibles, pero en ningún caso puede aceptar imposiciones que dañan la dignidad comercial del país y, por lo tanto, de quienes realizan la operación. Respecto de la bonificación extraordinaria de 8 millones 520 mil dólares que deberán pagar las compañías, no vemos cómo podrán asentarla en sus libros sin que aparezcan, como se dice, "cocinando" su contabilidad. Ya se ha expresado esto en otra ocasión. El Gobierno de Chile, que siempre llama a cumplir con el pago de los impuestos sobre las ventas, acepta una bonificación extraordinaria y se presta liara que la transacción aparezca en el comercio mundial como realizada al precio de 36 centavos de dólar por libra. Esto se llama competencia desleal. El señor Maira trató de probar, con muchos argumentos, que el precio que rige en el mercado mundial es el de productores de los Estados Unidos, que ha sido fijado en 36 centavos de dólar por libra. Entonces, ¿por qué, el 4 de enero pasado, la Corporación del Cobre lo fijó en 42 centavos? En octubre de 1965, se dio a conocer al país que el precio del cobre había sido alzado de 36 a 38 centavos de dólar por libra. Fue una noticia que todos recibimos con agrado, ya que nos imaginamos que el Estado chileno percibiría un mayor ingreso de 20 millones de dólares anuales. En los primeros días de enero, las cadenas radiales obligatorias y la prensa, radiantes de satisfacción, volvieron a propagar la noticia de que el precio del cobre había subido, pero esta vez a 42 centavos. Sabíamos que Estados Unidos entregaría al mercado doscientas mil toneladas de cobre de su "stock" de reservas estratégicas, por la extraordinaria demanda que se había producido. Por otra parte, el aumento del consumo de cobre en el mundo es cada día más efectivo y la amenaza de los sustitutos de este metal no es más que un invento de los compradores, porque, a medida que se vayan desarrollando China, los países africanos y latinoamericanos, y los pueblos socialistas adquieran más cobre, la demanda de éste crecerá rápidamente. La noticia que nos ha dado el señor Ministro en el sentido de que el Gobierno de Estados Unidos ha enviado a la Cámara de Representantes un proyecto de ley para liberar del derecho de 1.7 centavos de dólar por libra al cobre que llegue a ese país, demuestra que el interés por este metal va en aumento. También teníamos razón para pensar en un mayor precio para nuestra producción y obtener ventajas por este conducto, sin dádivas ni concesiones especiales. Pero todo fue sólo una quimera. ¡Anuncios con bombos y platillos, por las cadenas radiales obligatorias, por la prensa y, al final, como todo lo que está haciendo el Gobierno democratacristiano, sólo voladores de luces! 2.- SUSPENSION DE LA SESION El señor BALLESTEROS (Presidente).- Solicito el asentimiento de la Sala para suspender la sesión por una hora. Acordado. Se suspende la sesión. -Se suspendió la sesión. 3.- ACUSACION CONSTITUCIONAL AL SEÑOR MINISTRO DE MINERIA, DON EDUARDO SIMIAN GALLET El señor ISLA (Vicepresidente).- Continúa la sesión. En el tiempo del Comité Independiente, tiene la palabra el Honorable señor Phillips. El señor PHILLIPS.- Señor Presidente, participo en este debate en nombre de los Partidos Liberal y Conservador. Estamos en presencia de una acusación constitucional, presentada por representantes del Partido Radical, en contra de un Ministro de Estado. Nosotros creemos que no se puede recurrir, en estos debates, a la prepotencia y a los insultos, porque no se está de acuerdo con la manera de actuar de un partido político. Entramos, pues, en el examen de esta acusación con la mayor calma, la que no tienen quienes sostienen que cualquiera negociación que se realice con aquel gran país de América del Norte, como es Estados Unidos, es dolosa, es mala y es inconveniente para los intereses de Chile. Se trata aquí fundamentalmente, de una negociación de venta de cobre de nuestro país, lisa y llanamente. Sabido es que el éxito de una buena negociación radica en el hecho de que ninguna de las partes se sienta burlada, perjudicada o explotada. Por lo tanto, el verdadero valor de un negocio estriba en que ambas partes hayan encontrado en ella solución para sus problemas, estímulo para sus proyectos y satisfacción para sus metas. Si esta negociación cumple estos requisitos, es indiscutible que significará un éxito para ambas partes. Pero, aparte de esta negociación, que debe ser analizada con tranquilidad, está en tela de juicio la actuación de un hombre que ha tenido una trayectoria brillante en el país. Por eso, nosotros entramos al debate de esta acusación con juicio sereno y con tranquilidad. En primer término, es necesario analizar la situación de las dos partes que convienen en este negocio, es decir, Chile y Estados Unidos. Si un país compra continuamente, en el exterior, más de lo que vende; invierte en otros países más de lo que éstos invierten en él; y suministra a otros más ayuda de la que recibe, esto trae como consecuencia que las cuentas no se compensan, su balanza de pagos arroja un déficit y se acumulan en el exterior excedentes de su moneda. Esto es lo que ha venido ocurriendo en Estados Unidos durante los últimos catorce años. En efecto, en virtud de su programa de ayuda al extranjero, ha suministrado más de 100 mil millones de dólares en préstamos de ayuda económica y militar a Europa, Asia y, luego, a Iberoamérica. Además, ha gastado millones de dólares, en el exterior, para el sostenimiento de sus fuerzas armadas, indispensables para su defensa. Hasta 1958, el déficit de su balanza de pagos era, por término medio, de 1.500 millones de dólares. Un año después, el alza de los precios de este país, debido a la competencia en el mercado mundial, justamente en los momentos en que Japón y Europa volvían a ser competidores formidables, produjo una relativa disminución de las exportaciones norteamericanas. Por otra parte, el resurgimiento económico de Europa empezó a atraer hacia ese continente, grandes cantidades de capital norteamericano, con la consiguiente multiplicación de dicho déficit, promedio que llegó a la cantidad de 4 mil millones de dólares anuales. Durante los últimos tres años del Gobierno de Eisenhower, fue de 4 mil millones; en la época de Kennedy, fue de 3.300 millones; y en los años de Gobierno del Presidente Johnson, este déficit en contra de la balanza de pagos es de 3 mil millones de dólares. En un discurso del 26 de enero del presente año, el Presidente Johnson manifestó que tendría que devaluar la moneda norteamericana, en el caso de que se produzca una serie de alzas dentro del mercado interno, lo cual acarrearía, dentro del mundo libre, la quiebra del sistema dólar, con grandes repercusiones en los países que viven en el área del dólar. Fundado en estas consideraciones, el Gobierno norteamericano ha hecho proposiciones a ciertos países para evitar mayores males en su economía interna. En seguida, y después de haber explicado someramente cuál es el problema norteamericano, quiero analizar el nuestro, que, como todos sabemos, depende básicamente del cobre. Para nosotros, son indispensables los ingresos provenientes del cobre. Son la vida del país las divisas que produce el metal rojo. Así lo entendió el Gobierno del Presidente Frei. Se tomaron medidas y se elevó el precio de la libra del cobre, primero de 36 a 38 centavos, en octubre de 1965; y, posteriormente, de 38 a 42 centavos de dólar la libra, el 4 de enero de 1966. El diario "La Nación", que más parece que estuviera a veces en contra de la política del Gobierno, porque la recargada propaganda que le hace produce efectos contrarios, ha "cacareado" a los cuatro vientos estas medidas. El pueblo de Chile aplaudió esta decisión del Gobierno, que concordaba con la política sustentada por los señores Frei y Tomic en el Congreso Nacional, durante su vida de parlamentarios. Pero, dos o tres días después, el señor Lagarrigue viaja a Estados Unidos con órdenes -entiendo que del Gobierno- para concertar una baja en el precio de nuestro cobre, sobre la base de ciertas compensaciones. De ahí, indiscutiblemente, nació el problema para nuestra economía. El Gobierno de Estados Unidos trata de acelerar la cadena de alzas que traería, dentro de su mercado, la compra en el extranjero del cobre a mayor precio. De ahí que tome medidas, como en este caso, para que esto no se produzca dentro de su mercado interno, mediante compensaciones a los que les compra. Naturalmente, esta política tiene secuelas para nuestro país. Nosotros creemos que estas proposiciones, que analizaré más adelante, no son del todo convenientes. Hace mucho tiempo que los gobernantes americanos han querido bajar el precio del metal rojo de Chile. Conviene recordar, esta noche, la entrevista sostenida por el Presidente Alessandri, en su viaje a Estados Unidos, con el difunto Presidente Kennedy. El Jefe de Estado norteamericano le manifestó, estando presente el Senador Faivovich y otros parlamentarios que iban en la delegación, que él quería aplicar una restricción en el precio de las materias primas básicas de América Latina, con el fin de sujetar los niveles de precios dentro de Estados Unidos. Nuestro Primer Mandatario de aquella época no aceptó esta idea y le manifestó, textualmente, al Presidente Kennedy, que era inconcebible que, después de todas las reuniones habidas y de lo que se había conversado con los países latinoamericanos, se tratara de fijarles precios a sus materias primas inferiores a los que debieran tener y que, mientras él fuera Presidente de Chile, eso no lo aceptaría. Es indiscutible que así fue. El país lo sabe. Pero no es menos cierto que el delegado de Estados Unidos, el señor Harriman, so pretexto de la última Conferencia de Cancilleres, vino a Chile a tratar diferentes materias, entre ellas, la referente al cobre. Y aquí manifestó que el Gobierno norteamericano ponía en conocimiento del Gobierno de Chile la venta de 200.000 toneladas de cobre de su "stock" estratégico a los consumidores habituales, dentro de Estados Unidos, al precio de 36 centavos la libra. El "Washington Post" comentó, en un editorial, que Harriman no había venido a Chile sólo a tratar problemas de la Conferencia de Cancilleres que iba a celebrarse en Río de Janeiro, sino a tratar la baja del precio del cobre. Esto fue desmentido, después, por el señor Harriman; pero quedó demostrado, en el Senado y en la Cámara, que algo habló de esto y que el problema le fue planteado al Gobierno de Chile. No queriendo el Gobierno norteamericano atentar contra la economía nuestra, ha propuesto una fórmula, que a mí, personalmente, no me agrada. Aunque no se haya finiquitado esta negociación, no es menos cierto que en ella está empeñada la palabra del Gobierno de Chile; en consecuencia, tendrá que llevarse adelante. Digo esto, porque mientras en los Estados Unidos se economizan divisas, se trata de estabilizar la balanza de pagos y se sujeta la inflación -problema que también lo tiene, aunque no en el grado de nuestro país, sino en un porcentaje de un 1,8% anual, lo cual alarma a los inversionistas norteamericanos- mi impresión es que el Gobierno de Chile deja de percibir dinero. Y esto está muy claro. Creo que no se necesita hacer grandes cálculos, sino sumar y restar. Perdemos 7.500.000 dólares. Nos corresponden -porque los entrega la ANACONDA, en virtud de no sé qué- 3.500.000 dólares. Nos restan 4.000.000 y nos dan un préstamo de compensación a través de un organismo que, desgraciadamente, es de ayuda, como la Agencia Internacional de Desarrollo, de 10.000.000 de dólares, y sobre el cual pagaremos un interés muy bajo. La verdad de las cosas es que, como quedó demostrado en la Comisión, los elementos que comprará Chile en Estados Unidos son un 15% más caros que en el mercado europeo. En consecuencia, el préstamo en buenas cuentas viene a ser de 4.500.000 dólares y no de 10.000.000, como aparentemente se cree. Y, por otra parte, sus intereses pagados corresponderán al doble de lo que se indica, pues, en realidad, sólo estamos recibiendo 4.500.000 dólares, y el resto lo debiéramos percibir de otra manera si esta negociación no se llevara adelante. Creo que la presente acusación del Partido Radical tiene el mérito de poner alerta al Gobierno de Chile frente a futuras negociaciones. En esta negociación típica hay un compromiso del Gobierno. Se está despachando el cobre; no sé con cuál autorización; no me interesa por el momento. Hay un compromiso que el país debe respetar. Sin embargo, el Gobierno debe estar consciente de que la nación no desea que vuelva a repetirse lo ocurrido en años anteriores, si bien en condiciones distintas, respecto de la demanda del mercado internacional del cobre. Chile debe obtener para el metal rojo el precio que le corresponde. No pretendemos decir que sean los 98 centavos de dólar del mercado de Londres, porque sería absurdo y de mala fe sostenerlo, pues tampoco podemos conseguir siempre el último precio que se transa; pero es indiscutible que debe haber un equilibrio dentro del mercado. No creo que la forma de compensar al país por esta operación sea la de otorgar un préstamo a través de la Agencia Internacional de Desarrollo. El Gobierno norteamericano, si quiere bajar los precios, puede bonificar a los consumidores internos de su país; pero no dar préstamos de ayuda. Si Chile recibió de la AID más de 70 millones de dólares el año antepasado, que fueron invertidos, con muy bajo interés y a muy largo plazo, porque es la finalidad de esa Agencia, que el Gobierno no use de pantalla este préstamo y nos "engatuse la perdiz" diciéndonos: "Señores, nos van a otorgar un crédito de 10.000.000 de dólares a través de la AID." En seguida, es conveniente que el país del norte se percate de que Chile necesita sus dólares, que no podemos regalarlos y que estamos obligados a vender nuestras materias primas a los precios reales de los mercados. Y sería oportuno que esta vez el Embajador de Estados Unidos informara a su Gobierno del malestar existente en Chile por este "regalito" que le estamos haciendo, en vez de dedicarse a comentar nuestras actividades internas. Creo que la política seguida después del 4 de enero es totalmente diferente de la sostenida antes de esa fecha. Sostengo que lo ocurrido posteriormente no concuerda con lo que sostuvieron el señor Frei y el señor Tomic en el Senado de la República. No son sus ideas ni sus principios en materia de cobre; y esto lo digo después de haber releído los discursos de estos dos ex Senadores. Ellos sostuvieron siempre lo contrario en esta materia. Por eso, creo que el Gobierno de los Estados Unidos le ha jugado una mala pasada al nuestro, porque es indiscutible que nosotros debemos aprovechar las circunstancias. Este es un negocio en el cual debemos estar en la buena y en la mala. Es indiscutible que el Gobierno debe tomar medidas para cubrirse en los años malos. Y, naturalmente, la política por seguir en el futuro es la que le interesa al país. De ahí viene la importancia que, para quien habla, presenta esta acusación constitucional, no en lo que se refiere al Ministro de Estado, sino en cuanto advierte al país del norte que, en el futuro, no aceptaremos esta clase de operaciones. Porque yo estoy convencido de que no es el espíritu del Gobierno, como tampoco el de ninguna persona presente en esta Corporación, seguir entregando a vil precio nuestro metal. En todo caso, nosotros, no vamos a devolver la mano por lo que pasó con nuestros Ministros de Estado en otras épocas. Creemos sinceramente, en conciencia, que la trayectoria de honestidad y capacidad del señor Ministro de Minería no está en tela de juicio. No podemos compartir los juicios vertidos en el sentido de que ha traicionado a su Patria o ha atentado en contra de los intereses de ella. Conocemos su espíritu y, en virtud de sus méritos, rechazamos la acusación. Esperamos, sí, que el Gobierno no acepte más este tipo de transacciones, por cuanto nos preocupa que el país maneje en el futuro la fijación del precio de su cobre en favor de sus propios intereses y no siga recibiendo limosnas del Gobierno americano, limosnas que no necesitamos. No podemos aplicar una política netamente liberal frente al cobre, dando veinte años de estabilidad y toda clase de franquicias a las reinversiones, cuando en el país queda poco del derecho de propiedad con las nuevas disposiciones legales. De impuestos, mejor no hablar, porque son múltiples en este último tiempo. Todas estas nuevas normas tienden a dar a los nacionales un trato distinto del que se da al capital extranjero, lo cual no puede aceptarse. Rechazamos esta acusación porque votamos en conciencia, sin odios ni rencores; y, porque no podemos colocar en la picota de la opinión pública a una persona que, ante su familia, sus hijos y su Patria, es un hombre y un caballero, que siempre se ha constituido en ejemplo donde ha actuado. He concedido una interrupción al Honorable señor Carlos Morales. El señor ISLA (Vicepresidente).- Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Carlos Morales. El señor MORALES (don Carlos).- Señor Presidente, no iba a intervenir esta noche, porque creí suficientes las expresiones vertidas, en nombre del Partido Radical, por los Honorables señores Jaque, Naudon, Poblete, Rioseco y Fuentealba, quienes, dentro del tema de la acusación constitucional, abordaron materias de orden jurídico, económico, tributario y comercial. Pero la débil defensa de algunos parlamentarios de la Democracia Cristiana me obliga a decir que tenemos nuestra conciencia tranquila, por cuanto la acusación constitucional deducida en contra del señor Ministro de Minería fue debidamente estudiada. La intervención del Honorable señor Aylwin, quien es habitualmente sereno, habría sido bastante buena sin no hubiera incurrido en impertinencias las cuales provocaron una justa reacción nuestra. En seguida, el Honorable señor Maira, joven estudiante de Derecho, con una actitud presuntuosa, con una expresión. . . El señor VALDES (don Arturo).- Parece que se "corrió" a la Derecha. El señor MORALES (don Carlos).- ...propia de otro señor Diputado... El señor VALDES (don Arturo).- Parece que Su Señoría se "corrió" a la Derecha. El señor ISLA (Vicepresidente).- Honorable señor Valdés Phillips, ruego a Su Señoría no interrumpir. El señor MORALES (don Carlos).- ... con tal suficiencia que parecía que la tierra le quedaba chica... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- ...que estaba alunizando, planteó en su intervención, en forma irreverente, una teoría de "Derecho constitucional" según la cual nunca más podríamos acusar a un Ministro, salvo el caso que lo pilláramos "in fraganti", incurriendo en delito de bigamia, de abigeato, de homicidio, etc. En ninguna otra circunstancia podríamos hacerlo, porque él habló del delito con dolo, del clásico concepto de delito definido en el Código Penal. Quiere que vayamos husmeando y husmeando hasta encontrar el dolo tras la actuación del señor Ministro. Sabe bien este novel estudiante de Derecho, porque ha estudiado en la Universidad, ha pasado por sus cursos, que el dolo es muy difícil de probar, que a veces requiere años poder establecerlo en los procesos criminales. Sin embargo, el Honorable colega quiere que traigamos aquí al Ministro sólo en el caso de que se compruebe el dolo. Sin éste, no lo admite en el hemiciclo. Se olvida de que, si así fuera, si estuviera probado el delito y el dolo, el señor Ministro no estaría aquí, sino en "General Mackenna"; no estaría actuando en su defensa ni sería parte en la acusación que se ha planteado. El Honorable señor Maira, en forma irreverente, ha citado a un tratadista de Derecho Constitucional que debe ser contemporáneo de algunos de los señores Ministros de Estado de este Gobierno, a quien ya no se cita ni estudia en la Universidad. Además, como bien decía el Honorable señor Tejeda, en forma tan característica, con talento, como habitualmente lo hace, ¿se podría citar como fundamento de una teoría de Derecho Constitucional la tesis de un hombre que, precisamente, participó en un movimiento de Estado para quebrar un régimen de juridicidad? El Honorable señor Maira, con irrespetuosidad, habló del texto constitucional, sin haber leído la Constitución. Planteó una tesis y basó sus argumentos en las teorías aprendidas "en un curso que realizó en Europa...". ¡Parece que a este Diputado Chile ya le queda chico! Nos señaló los cursos que efectuó en Europa y citó a algunos teóricos. ¡ Es muy fácil preparar un discurso así; traer libros de siete u ocho autores, leerlos, repetir algunas frases de memoria y aparecer como un sabio. Quiso aparentar ser un sabio para reemplazar a ese otro que tiene al señor Frei en este Gobierno. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor ISLA (Vicepresidente).- ¡Honorable señor Valenzuela Valderrama, ruego a Su Señoría respetar el derecho del orador! El señor MORALES (don Carlos).- Actúa más como candidato a Vicepresidente de la Corporación de Fomento de la Producción, pretendiendo reemplazar al otro sabio que allí está. Y habló con tanto libertad, con una falta de respecto al texto constitucional -debe de haberlo leído muy rápidamente cuando en el primer año de Derecho estudió esta materia-, que se olvidó de cosas elementales, ya no sólo de los tratadistas que citaba el señor Jaque, quien defendió una teoría constitucional en su condición no sólo de abogado, sino de profesor de Derecho de la Universidad de Concepción. Un señor DIPUTADO.- Harto mal que lo hace. El señor MORALES (don Carlos).- Lo hace mal, dice la Democracia Cristiana. Lo hace tan mal, digo yo, que ha enseñado a juventudes en Concepción; que ha llegado hasta acá, con mucho esfuerzo, a defender a su partido, a su pensamiento filosófico. El se ha basado en textos, como los que citaba, incluso en su Memoria -la cual aprobó con nota de distinción, entre otros, un sabio, como lo fue don José Guillermo Guerra-. En ella estableció que, para iniciar el juicio político, no es necesario que exista delito consumado, porque no son todos delitos los que señala el artículo 39, letra b, de la Constitución Política del Estado. Además de lo que dicen los tratadistas y las Memorias de prueba consultadas, también debe considerarse lo que nosotros oímos en la Universidad. Porque ocurre que este Diputado que modestamente interviene, pasó por la Universidad, dio sus exámenes y, antes de llegar a la Cámara, luchó en la vida para ver si podía conseguir un antecedente más; se recibió de abogado y aquí ha estado durante nueve años formando parte de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Señor Presidente, algo habré oído, algo habré aprendido en estos nueve años, entre leyes, códigos y estudios de tratadistas. ¡Son nueve años! Algo tiene que quedar, por muy torpe que haya sido. Y no debo serlo tanto, porque durante tres períodos el Primer Distrito de Santiago me ha honrado al entregarme este cargo, a pesar del vendaval democratacristiano, que trató tan mal a mí partido. Pues bien, todos los que se inscribieron en las listas democratacristianas llegaron a esta Honorable Cámara y ocurre que ahora son Diputados. Hubo algunos que se extrañaron de serlo, como sucedió en el caso de algunos Senadores que estaban durmiendo cuando se les llevó la noticia de su elección. Así ocurrió, por ejemplo, con el Honorable Senador señor García y su Honorable colega señor Gormaz, que resultó elegido con menos votos que los necesarios para ser Regidor. A muchos Honorables Diputados les ocurrió algo semejante. Pues bien, el Honorable colega señor Maira se saltó a pie juntillas y aun más, con garrocha olímpica, el texto constitucional, cuando planteó en esta Honorable Cámara su novísima teoría sobre los juicios políticos. El artículo 39 de la Constitución Política del Estado establece lo siguiente: "Son atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados: "a) Declarar si ha o no lugar las "acusaciones que diez a lo menos, de sus " miembros formularen en contra de los " siguientes funcionarios...: "b) De los Ministros de Estado, por los " delitos de traición, concusión, malversación de fondos públicos, soborno, infracción de la Constitución, atropellamiento de las leyes -causal invocada en la acusación, "por haberlas dejado sin ejecución" -con la causal también invocada- y por haber comprometido gravemente la seguridad o el honor de la Nación", lo que también se invoca en la acusación". Esto lo dice muy claramente la Constitución Política del Estado, y sirve de base al libelo acusatorio. Pero el señor Maira se quedó sólo aquí y no siguió leyendo en la página siguiente, porque de haberlo hecho así, se habría encontrado con una cosa elemental en Derecho. En efecto, el artículo 42 de la Constitución dice: , "Son atribuciones exclusivas del Senado: "1º.- Conocer de las acusaciones que la Cámara de Diputados entable con arreglo al artículo 39, previa audiencia del acusado. Si éste no asistiere a la sesión a que se le cite, o no enviare defensa escrita, podrá el Senado renovar la citación o proceder sin su defensa. "El Senado resolverá como jurado y se limitará a declarar si el acusado es o no culpable del delito o abuso de poder que se le imputa. "La declaración de culpabilidad deberá ser pronunciada por las dos terceras partes de los Senadores en ejercicio, cuando se trata de una acusación en contra del Presidente de la República, y por la mayoría de los Senadores en ejercicio, en los demás casos. "Por la declaración de culpabilidad", -aquí aparece la sanción de tipo político- "queda el acusado destituido de su cargo". Estos términos se refieren a nuestro régimen presidencial y no -como decía el Honorable señor Maira- a un régimen parlamentario, según él mismo podrá ratificarlo, si es que el Honorable colega ha estudiado en esos cursos que realizó lejos de su patria el problema de los regímenes parlamentarios y presidenciales. A continuación, el artículo 42 dispone lo siguiente: "El funcionario declarado culpable será juzgado con arreglo a las leyes por el Tribunal ordinario competente, tanto para la aplicación de la pena señalada al delito cometido, cuanto para hacer efectiva la responsabilidad civil por los daños y perjuicios causados a particulares". A propósito de esto, deseo agregar un hecho que ocurrió, no hace mucho tiempo, en el hemiciclo. Donde están sentados en este momento los Ministros señores Simián y Leighton, estaban sentados otros dos Secretarios de Estado, el señor Zúñiga Latorre y el señor Saint-Marie. Naturalmente que para ellos la suerte no fue igual a la del señor Ministro ahora acusado, porque, en el presente caso, ya se advierte una mayoría política que le es favorable. En la ocasión anterior, la Honorable Cámara discutió el problema, y los defensores de los acusados no nos exigieron probar que, dentro de sus "Carteras", los señores Ministros trajeran dolo, como lo quiere ahora el Honorable señor Maira. No fue así, señor Presidente. Aquí se planteó la acusación, se debatió el informe de la Comisión especial designada al efecto, se estudió el problema, y la Honorable Cámara, por mayoría de votos, estableció que dichos Ministros tenían responsabilidad. ¿Cuál había sido el hecho que originó el proceso político? La fuga de Kelly, es decir, un hecho ante el cual muchos se preguntaron qué responsabilidad podía caber a los Ministros acusados, si la responsabilidad de la fuga era de los que estaban a cargo del penal. Pero la Honorable Cámara estudió los antecedentes y los responsabilizó a ellos; y desde el instante mismo en que se dio lugar a la acusación, se prosiguió en el Senado, como lo indica la Constitución Política del Estado. También allí se le dio lugar y los antecedentes fueron enviados al Juzgado del Crimen. ¿Qué dictaminó dicho Tribunal? Que no había responsabilidad penal para estos Ministros, los cuales fueron destituidos de sus cargos. Esto es el ejemplo típico de una acusación constitucional, analizada en función de nuestros textos, y, además, la práctica, no sólo la realizada en la Escuela de Derecho, en el tribunal o en el consultorio profesional, sino la vivida en un proceso de esta naturaleza. A esta misma Sala llegaron los Ministros acusados, y por no existir dolo, según el Tribunal a que se refiere el artículo 42, y que los iba a juzgar, no hubo sanción de tipo penal para ellos, y sólo la hubo de tipo político, debiendo abandonar sus cargos, por haberse determinado así en la correspondiente acusación que aquí se siguió. De manera que la teoría constitucional del Honorable Diputado señor Maira, que tanto esgrimió y que usó como antecedente o estilete en contra de la acusación presentada por los Diputados radicales, no tiene valor alguno. Sólo lamento que el Honorable señor Maira se haya expresado en forma tan orgullosa, tan prepotente, tan presuntuosa. Al respecto, quiero, recordar lo que un día dijo a los parlamentarios democratacristianos la Honorable colega señora Inés Enríquez: "No hay que ser tan soberbios". Y les agregó: "Acuérdense de lo que le pasó al ángel Luzbel, quien, por ser tan soberbio, se transformó en demonio.". El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).- ¡Habló Zaratustra! -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Además, es un antecedente destinado a Sus Señorías, que sabemos son aficionados a citas de tipo bíblico. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Me estoy refiriendo a hechos políticos de la defensa. ¡Este es el juicio político, Honorable colega! El Honorable señor Maira decía lo siguiente: "Al compañero Simián nosotros lo defendemos", lo ensalzó, y agregó: "Nosotros no exigimos al compañero Simián que firmara los registros del Partido Demócrata Cristiano". Pero, cuando el Ministro señor Simián fue un gran funcionario de Gobiernos radicales, los cuales le entregaron una grave responsabilidad, que él cumplió muy bien en el sur de Chile, arañando la tierra para encontrar petróleo, ¿acaso se le exigió que firmara los registros del Partido Radical? Y cuando el señor Simián siguió siendo funcionario durante el Gobierno anterior, ¿se le ocurrió al Partido Liberal, al Partido Conservador o al Partido Radical, ya que éste también compartió responsabilidades en esa Administración, pedirle que firmara alguno de sus registros? De manera que no se hacía ningún elogio a este ex funcionario cuando se le exaltaba de esta manera, en la defensa que de él hizo el Honorable Diputado a que me estoy refiriendo. Por otra parte, ¿no sabemos que el señor Lagarrigue era un reconocido militante de la Democracia Cristiana? ¿Y desde cuándo es funcionario fiscal esta persona? Desde los tiempos del Gobierno del señor Ibáñez, y a ninguno de los Gobiernos anteriores al del Presidente Frei se le ocurrió tampoco exigirle que firmara los registros del partido que estaba gobernando. Con respecto al señor Raúl Sáez, actual Vicepresidente de la Corporación de Fomento de la Producción, ¿a alguien se le ocurrió que debía renunciar a su militancia, a su decisión política? ¿Y a los señores Marfán y Molina -actual Ministro de Hacienda este último- les exigió alguien que subscribieran los registros de un partido político? Entonces, ni nosotros ni Sus Señorías tenemos por qué formular cargos, y no se justifican esos conceptos en la defensa, tan brillante y tan fundamentada, que hacían los Honorables señores Aylwin y Maira. Ahora bien, si el señor Lagarrigue ha actuado en anteriores Gobiernos, resulta curioso que no se le haya ocurrido nunca, en esas Administraciones, realizar una operación económica de tan desastrosas consecuencias como la que ahora ha sido denunciada. ¿Por qué el señor Lagarrigue no efectuó esta operación en aquellos Gobiernos? Seguramente porque los Jefes de Estado, bajo los cuales servía esta persona, no le permitieron que adoptara una resolución de esa naturaleza, porque yo no creo que, para tomar una decisión de tanta trascendencia como la que significa rebajar el precio del cobre, desde 42 a 36 centavos por libra en 20 días, sólo la voluntad del señor Lagarrigue haya tenido participación esencial. Acusamos al señor Ministro, porque a él compete la responsabilidad de esta negociación ; y si antes, como decía el Honorable señor Phillips, el Presidente Alessandri defendió nuestras materias primas básicas, incluso frente al Presidente Kennedy, creo que en esta emergencia, en que se ha denunciado ante el país el hecho que provocó la acusación constitucional, el Presidente de la República está en la obligación, cuando lea las Actas de las sesiones de la Comisión Especial de Acusación y compruebe lo declarado por sus funcionarios públicos y por sus Ministros, de compartir su responsabilidad. Yo interrogué al señor Ministro de Justicia, que normalmente es sereno. Da la impresión de un buen patriarca, por su expresión física y el adorno que tiene en la cara. Da gusto estar junto a él, durante los debates de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. En ella trabajamos más o menos en armonía. Pero en esta Comisión Especial que conoció de la acusación constitucional deducida en contra del Ministro señor Simián, se puso un poco irascible. ¿Por qué? Porque le formulé una pregunta muy simple, en relación con el acuerdo adoptado con el Gobierno de Zambia. El señor RODRIGUEZ (Ministro de Justicia).- Señor Presidente, solicito una interrupción. ¡No fue por eso! El señor MORALES (don Carlos).- Dije lo siguiente al señor Ministro: "Una pregunta le quiero hacer al señor Ministro, bien concreta. ¿ Cree que la firma que él estampó en este documento -esto demuestra que yo tengo la razón y el señor Ministro está en un error- como Ministro subrogante de Relaciones Exteriores compromete al Gobierno de Chile jurídica y moralmente? ¿Y si no lo compromete jurídicamente, lo compromete moralmente? El señor Ministro arguyó: "La pregunta se me ha formulado dos veces. He expresado que esta declaración conjunta no manifiesta sino simplemente un conjunto de propósitos que no obliga ni jurídica ni moralmente. Está clara mi respuesta. Bastante clara". El señor RODRIGUEZ (Ministro de Justicia).- ¿Me permite una interrupción, Honorable Diputado? El señor MORALES (don Carlos).- Eso fue lo que yo pregunté y lo que el señor Ministro respondió. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Phillips, el señor Ministro le solicita una interrupción. El señor MORALES (don Carlos).- Voy a terminar mi argumento citando la declaración del Ministro de Relaciones Exteriores, señor Valdés. El señor RODRIGUEZ (Ministro de Justicia).- Insisto en que se me otorgue en este momento la interrupción, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Phillips, ¿Su Señoría desea conceder una interrupción al señor Ministro? El señor PHILLIPS.- Con todo agrado, y sin que él insista, concedo una interrupción al señor Ministro. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro. El señor RODRIGUEZ (Ministro de Justicia).- Señor Presidente, el Honorable Diputado señor Carlos Morales ha expresado que me puse irascible en la Comisión, como, en efecto ocurrió en razón de la pregunta que se me formulaba. Esto lo niego terminantemente. Me molesté porque, a raíz de mis palabras, el Honorable Diputado me atribuyó una afirmación totalmente diversa de la que yo había hecho. En consecuencia, lo rectifiqué y, ante su insistencia, le volví a manifestar categóricamente que me estaba imputando algo distinto de lo que había dicho. Tan efectivo es esto, que otros miembros de la Comisión lo corroboraron. Sólo después de este incidente, en el cual expresé mi desaprobación ante la conducta del Honorable señor Morales, se me formuló la pregunta que él ha mencionado, la que contesté. Por lo tanto, no me molesté por el hecho de habérseme formulado tal pregunta, que la respondí categóricamente. Nada más. El señor MORALES (don Carlos).- No aclaró nada. El señor RIOSECO.- Mala la respuesta. -Hablan varios señores Diputados a la, vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Ruego a los señores Diputados se sirvan guardar silencio. Con la venia del señor Phillips, puede continuar el Honorable señor Carlos Morales. El señor MORALES (don Carlos).- Decía, señor Presidente, que cuando el Jefe del Estado lea el Acta oficial de la sesión 8ª de la Comisión, y conozca lo expresado por el señor Ministro de Justicia, que en la fecha en que se firmó el acuerdo era Ministro de Relaciones Exteriores subrogante, y por el Ministro de Relaciones Exteriores señor Gabriel Valdés, en el sentido de que el convenio suscrito con Zambia no obliga ni siquiera moralmente; cuando lea lo manifestado por el Ministro de Minería señor Eduardo Simián en su defensa escrita, en la que dice: "Finalmente, cabe agregar que la negociación comercial no ha quebrantado "compromisos internacionales conducentes a consolidar el frente de defensa del comercio del cobre", puesto que, en cuanto esos compromisos son pertinentes, ellos fueron cumplidos oportunamente y en su integridad, dando a conocer a los productores y al Gobierno de Zambia tanto los nuevos precios fijados al cobre como esta negociación comercial"; y cuando, por último, lea lo sostenido aquí por el Honorable señor Giannini, quien, citando a algunos tratadistas, reconoció que ese documento producía efectos morales, encontrará grandes contradicciones entre dos Ministros de Estado. A mi juicio, esto es grave. Si la aseveración hecha por los Ministros de Justicia y de Relaciones Exteriores hubiera sido formulada por un Diputado, no habría compromiso de ninguna naturaleza, porque en las reyertas diarias de la política nacional cada uno defiende a su partido. Si la hubiera hecho algún funcionario, también sería perdonable. Pero que dos Ministros de Estado vengan a manifestar que una declaración firmada por ellos no tiene valor jurídico ni moral, significa que se ha pretendido engañar a los pueblos de Chile y Zambia. No otra cosa puede desprenderse de la negativa del señor Ministro, cuando dice que sus declaraciones, dadas a la publicidad en forma exhaustiva, por la prensa y la radio, no tienen para Chile ningún valor de orden jurídico ni moral, ni acarrean ningún tipo de compromisos. Yo creo que nunca antes en nuestra vida democrática y republicana, se aseveraron dislates tan extraordinarios como los de estos dos Ministros de Estado. Ahora, el propio señor Lagarrigue, cuando fue consultado sobre la negociación, que los Diputados radicales acusadores dieron en el libelo como totalmente finiquitada, declaró: "No, señor no lo está. Para que produzca los efectos jurídicos el convenio, que es una serie de acuerdos determinados, debe aprobarse; hay un acto que es un préstamo que va a recibir el Banco Central; hay otro acto que consiste en que la Corporación del Cobre debe autorizar la venta y los procedimientos necesarios para que el Fisco perciba de la compañía Anaconda la cantidad de 3 millones 520 mil dólares". Hasta aquí la respuesta del señor Lagarrigue. Este es el fondo del problema. No hay una autorización del Directorio del Banco Central para la negociación pactada por el señor Lagarrigue por 10 millones de dólares en condiciones desastrosas, como ya se ha analizado, ni hay nada concreto, como lo declararon los representantes de las compañías, respecto de los 3 millones 520 mil dólares, los que, según el Director de Impuestos Internos, habría que acomodar en los libros de contabilidad de esas compañías a título de impuesto, ya que no es posible hacerlos figurar como donación a las arcas fiscales. En seguida, no se perciben las utilidades que el señor Lagarrigue creyó convenir en su operación con el Gobierno de Estados Unidos. Todos estos hechos justifican esta acusación, que, como lo ha escuchado la Honorable Cámara, también ha contado con el respaldo de otros partidos políticos. Al entregar este libelo acusatorio, sabíamos la suerte que iba a correr, porque hay 82 Diputados de Gobierno. Varios señores DIPUTADOS.- Y desde marzo habrá 83. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Seguramente irán a ser 83, como dicen algunos Honorables señores Diputados, porque grande es la intervención electoral que ya se está efectuando en Valparaíso... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- ... a donde se ha trasladado todo el Gobierno. El Presidente, los Ministros y los Subsecretarios van allá a pasar el "weekend" entre amapolas y alcachofas. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Si nos hubiéramos unido todos los partidos de Oposición, tal vez la sorpresa sería la misma que se llevó un Diputado democratacristiano en la concentración realizada ayer por los empleados bancarios en el Teatro Caupolicán. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- ¡Caminen por Chile Sus Señorías y verán como están las cosas! Todo es muy diferente. Ahí está el problema del CONCI, del norte, de la Promoción Popular, de los expertos y asesores; los numerosos escándalos que ya están aflorando; el derecho de huelga limitado; el reajuste minimizado; la reforma agraria estancada. ¡Nada positivo! ¿Cuántas veces no han fracasado las sesiones de la Comisión de Agricultura por falta de quórum, a pesar de la inmensa mayoría democratacristiana? ¡Es que le tienen miedo a la reforma! -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Ya se están atascando Sus Señorías. En la próxima elección complementaria por Valparaíso podrán apreciar que ya no son tantos; que irán disminuyendo. Y en la próxima elección parlamentaria, tendrán que bajar en un 50%. La razón: loa tremendos errores que cada día están cometiendo en el país. ¡Ahora los salva el gran prestigio del Presidente de la República! Pero vamos viendo el resto, a Becker y a todos los promovidos; a los grupos de asesores y expertos. ¡Ahí están las escandalosas listas entregadas a la Contraloría con los enormes sueldos de los nuevos funcionarios! ¡Pero cómo estará ahora esta gente temblando después de la indicación presentada para restringir las altas remuneraciones de los hombres de la Patria Joven y la Patria Vieja! -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Estamos conscientes de la suerte que va a correr el libelo acusatorio. Pero no importa, porque cuando se ha logrado comprobar que hay un hecho dañino para el interés patrimonial y moral de Chile, no titubeamos en denunciarlo, pues nuestra obligación, como partido de Oposición, es hacerlo; y perseveraremos en el estudio de nuevos libelos acusatorios, si ello es necesario. No nos detendremos porque hacemos un bien al país cuando, a través de estos procesos que nos permite nuestra Carta Fundamental, se esclarecen los hechos. Sabemos que hay muchos otros. Hay que hacer luz no sólo sobre los delitos, sino también sobre la conducta y responsabilidad de los funcionarios de Gobierno. ¿Qué pasa, por ejemplo, con el señor Ministro del Trabajo y Previsión Social? El señor Valenzuela Valderrama nos decía ayer en el Caupolicán que ejercía un derecho al tomar sus vacaciones. Pero las toma justamente en los momentos en que hay dos grandes conflictos en Chile: el del cobre, y el de los bancarios que está por venir. Llega y parte a veranear a Viña u otro lugar. Pero nosotros, porque tenemos responsabilidad, sí que estamos "adscritos" a la Cámara y no podemos salir, porque estamos conscientes de nuestra obligación. En cambio, el señor Ministro, "olímpicamente", deja Santiago como si aquí nada hubiera pasado, y deja a cargo de los conflictos al señor Castillo, que no sabemos tenga competencia en materias laborales. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Y a cargo del Ministerio del Trabajo, queda el Subsecretario señor Caballero, que ha sido un completo fracaso como tal, porque no ha hecho nada ni ha resuelto problema alguno. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Señor Presidente, el Honorable colega señor Valdés, don Arturo, que de vez en cuando vocifera, ¿por qué no pide una interrupción para expresar sus opiniones y así darnos cuenta si en verdad piensa? Tengo interés en conocer su pensamiento, pero en la forma en que grita y vocifera, no se le entiende nada. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorables señores Isla y Clavel, ruego a Sus Señorías tomar asiento! -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Isla, ruego a Su Señoría tomar asiento! ¡Honorable señor Sanhueza! ¡Honorable señor Rodríguez! ¡Ruego a los señores Diputados volver a sus asientos! -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Pareto! ¡Honorable señor Valenzuela Valderrama! ¡Honorable señor Garay! -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Ruego a los señores Diputados que son médicos dejar las juntas para otra oportunidad. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Garay! Puede continuar el Honorable señor Carlos Morales. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Ruego a los señores Diputados tomar asiento y guardar silencio! La Mesa ya ha hecho una sugerencia a los señores Diputados médicos. Puede continuar el Honorable señor Carlos Morales. El señor MORALES (don Carlos).- Señor Presidente, lamento los incidentes que se han producido. Pero, en mi calidad de Presidente de la Sala de Diputados Radicales, debo declarar que habitualmente nos zahieren los Honorables colegas que se sientan a algunos metros de nosotros. No nos molestan sus opiniones, pero sí sus gritos estentóreos con que apoyan sus observaciones. Trataré en otra oportunidad de escuchar a mi Honorable colega, a fin de oírle decir alguna vez una frase coordinada dentro de la Cámara. Continúo, señor Presidente. En esta operación tan justamente criticada por diversos sectores de la Cámara, observo una línea contradictoria y zigzagueante en lo fundamental de la política internacional del Gobierno. Es cierto que casi toda la campaña del partido de Gobierno, tanto la presidencial corno la parlamentaria, se hizo en función de una crítica cada día más intensa, de la intervención del Gobierno de los Estados Unidos en nuestros asuntos. Incluso Diputados liberales se han pronunciado en contra de la desgraciada declaración del Embajador norteamericano. Y esta presión da vernos ahora en esta negociación. Cuando el Ministro de Relaciones Exteriores, señor Gabriel Valdés, vino a la Cámara a dar cuenta del viaje que Su Excelencia el Presidente de la República hizo por algunos países de Europa, recuerdo perfectamente bien que quienes intervinimos, expresamos que una de las cosas positivas de ese viaje era la apertura de una nueva ruta de este Gobierno en busca de mercados en Europa, para no depender tanto del Gobierno norteamericano. Y el señor Ministro de Relaciones asintió en que, efectivamente, el concepto emitido por estos Diputados era exacto. Sin embargo, ni con esos viajes a Europa, ni con la visita de algunas delegaciones a Asia -actualmente una está en la Unión Soviética- se ha logrado nada y seguimos dependiendo, simplemente, del Gobierno de Estados Unidos. Aquí se ha dicho que este acuerdo fue el resultado de una presión. Coincidimos con ello. Estas reflexiones fueron las que motivaron que los Diputados radicales presentáramos una acusación constitucional. Solicité la palabra -y agradezco la interrupción que me dio el Honorable señor Phillips- para contestar las expresiones que formularon en su oportunidad los Diputados democratacristianos que defendieron al señor Ministro acusado. Continuaremos, y con esto finalizo, manteniendo una conducta de tipo fiscalizador. No nos arredra ni el número, ni la pasión, ni la prepotencia de algún Diputado democratacristiano. Si alguna característica tiene el Partido Radical, es que nuestras mujeres son mujeres y los hombres son hombres. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Incluso somos hombres para pecar. No andamos pecando en forma hipócrita. Actuamos siempre con la cara al viento. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor ESCORZA.- ¿Me concede una interrupción? El señor MORALES (don Carlos).- Reiteramos esta conducta. Cada vez que sea necesario, observaremos esta actitud. Iniciaremos una investigación respecto de las actividades del CONCI, de la Patria Joven y de la Promoción Popular. Develaremos todos los escándalos que se puedan producir y, si es necesario, presentaremos nuevas acusaciones constitucionales. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor MORALES (don Carlos).- Lo haremos, porque pensamos que así estamos cumpliendo nuestro papel de Oposición y ejerciendo la función fiscalizadora que reconoce la Carta Fundamental. Nada más y muchas gracias. E señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede continuar el Honorable señor Phillips. Le quedan dos minutos al Comité Independiente. El señor PHILLIPS.- He concedido una interrupción al Honorable señor Parra. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Parra. El señor PARRA.- Señor Presidente, el Honorable señor Morales, en su reciente intervención, amplió sus observaciones y analizó la conducta del Gobierno y su labor. La Cámara le ha escuchado decir que el país entero está restándole el apoyo que le prestó anteriormente al Gobierno, que ya evidencia su derrota inevitable, que ha fracasado, que la ciudadanía se niega a acompañarlo. Luego de esta premisa, aventuró, indirectamente, la posibilidad que la Oposición se uniera para dar una batalla electoral y política en contra de la Democracia Cristiana y de este Gobierno "tambaleante y vacilante". La Oposición no se ha manifestado sobre el particular, y ella tendrá que recoger o desechar la invitación del Honorable señor Carlos Morales. Pero nosotros proponemos otra manera de resolver este problema. Si está tan vacilante el Gobierno, si está tan carente de apoyo, y de ello se derivan tantos problemas, ¿por qué no renuncian los señores Senadores elegidos antes del triunfo del señor Frei y afrontamos una gran contienda electoral? El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede continuar el Honorable señor Phillips. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor PHILLIPS.- Señor Presidente, nosotros aceptamos el reto que acaba de hacer el Honorable colega; pero, a la vez, proponemos que renuncie toda la Cámara y que se llame a una nueva elección. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).- ¿Por qué no reformamos luego la Constitución y vamos a un plebiscito? El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor González Maertens. El señor GONZALEZ MAERTENS.- He concedido una interrupción al Honorable señor Pareto. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el Honorable señor Pareto. El señor CLAVEL.- El Partido Radical acepta el desafío. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Ruego a los Honorables señores Diputados guardar silencio. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Clavel! -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Clavel, llamo al orden a Su Señoría. Tiene la palabra el Honorable señor Pareto. El señor PARETO,-Señor Presidente, quiero refutar, con el máximo de serenidad, algunos conceptos que ha planteado mi Honorable colega y amigo señor Carlos Morales. Su Señoría hizo un recuerdo de sus tres períodos parlamentarios. Yo también llevo tres períodos en esta Corporación. -Hablan vatios señores Diputados a la vez. El señor PARETO.- Y puedo decir al Honorable señor Martínez Camps, a quien derroté por más de! doble de votos en las últimas elecciones... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor PARETO.- ... que si ellos, que durante muchos años gobernaron este país, pretenden convertirse en vestales políticas, yo no les reconozco autoridad moral. . . -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor PARETO.- Es distinto el caso de los parlamentarios del Frente de Acción Popular, porque ellos han mantenido respecto del cobre una actitud permanente e intransigente, como la de esta noche, que yo, por supuesto, no comparto. Tenemos diferencias ideológicas con el Honorable señor Rosales, por ejemplo, pero hay que reconocer que el Honorable Diputado ha mantenido, durante toda su vida parlamentaria, una misma posición de crítica a la política del cobre que durante muchos años se ha aplicado en nuestro país. El señor CLAVEL.- ¿Me permite? El señor PARETO.- Pero quienes han estado vinculados y comprometidos en los negocios del cobre. . . -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Martínez Camps! El señor PARETO.- ...como son los personeros del Partido Radical... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Ruego a Su Señoría guardar silencio. El señor PARETO.- Quiero manifestar, en esta noche histórica para el Parlamento chileno, que ellos no tienen autoridad moral, para presentar una acusación constitucional, porque siempre han estado comprometidos en los negocios y los grandes compromisos del cobre. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Acuña, llamo al orden a Su Señoría. El señor PARETO.- A quienes dicen que el Diputado que habla tiene tantos micros, a quienes, con sus abogados, controlan la locomoción colectiva de Santiago y de Chile entero, debo decirles que, desde hace más de cuatro años, no soy propietario de ninguno de esos vehículos. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Clavel! El señor PARETO.- El Honorable señor Américo Acuña critica aquí al imperialismo norteamericano, y viene llegando de un viaje que hizo a Estados Unidos invitado por el Departamento de Estado. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Clavel, nuevamente llamo al orden a Su Señoría. El señor PARETO.- Al Honorable señor Carlos Morales, por quien tengo afecto y respeto, que se mofó de un joven y brillante parlamentario, debo decirle que, en cambio, nosotros, por encima de las banderías políticas, conservamos el recuerdo y la admiración por la capacidad de un ex Diputado de los bancos radicales, el señor Jacobo Schaulsohn. El señor MORALES (don Carlos).- Muchas gracias, colega. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor PARETO.- El Honorable señor Maira, joven y brillante Diputado, con menos de un año de vida parlamentaria, pronunció denantes una pieza oratoria magnífica y contundente. Así la consideraron todos los sectores políticos de la Cámara, excepto los Honorables colegas acusadores. La vida política no puede cegar a los hombres. El señor MORALES (don Carlos).- ¡Claro! El señor PARETO.- El Honorable señor Maira le ha dado clase, en esta Sala, a Honorables colegas que son profesores universitarios y a otros que llevan más de una década en el Parlamento. Yo no soy, no he sido ni seré jamás anticomunista profesional. Discrepo de los Honorables colegas comunistas en muchos aspectos, pero creo que no se les puede criticar porque enfocan los problemas en relación con los dos bloques que hoy día dividen al mundo. Están en su derecho. Los Honorables Diputados socialistas adoptan una actitud muy similar. Sin embargo, resulta inaceptable que los Honorables colegas radicales hagan un planteamiento semejante. Con la franqueza que me es característica debo decirles que considero su decisión de presentar esta acusación constitucional y sus amenazas de formalizar otras en el futuro, una actitud electorera destinada a impresionar a la ciudadanía que participará en los comicios del próximo domingo 6 de marzo en Valparaíso. Ya que tanto alarde hacen Sus Señorías de la persecución administrativa que realiza este Gobierno, quiero recordarles, en presencia del señor Ministro del Interior, que sería largo leer la lista de reconocidos radicales, honestos, naturalmente, -no pongo en duda la honra de nadie- que aún permanecen en sus cargos desempeñando delicadas funciones. Ta les el caso, entre otros, del Subdirector del Servicio de Investigaciones, cargo en el que se mantiene al señor Tulio Aguilera, uno de los principales dirigentes de la campaña del señor Julio Durán. El señor Ministro lo puede ratificar. También continúa en su cargo el señor Luis Moll, Director General de Educación Primaria. En consecuencia, no tienen razón de acusar al Gobierno de sectario... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor PARETO.- Denantes el Honorable señor Martínez Camps se paró frenético y me dijo que él había pertenecido sólo a un partido. Sabe mi Honorable colega que en cinco elecciones lo he derrotado en la Cuarta Comuna de Santiago. Sabe también, al igual que los Honorables Diputados del Frente de Acción Popular, que en la última elección presidencial mantuve una posición muy digna. De ello es testigo el Senador señor Allende, a quien personalmente le dije: "Señor Allende, respeto su persona, pero no apoyaré su candidatura sino la del señor Eduardo Frei, porque está más de acuerdo con mis convicciones doctrinarias y morales." Por lo tanto, tengo autoridad suficiente para intervenir en este debate y no me harán callar jamás antojadizas interpretaciones que pretenden menoscabar mi dignidad política. Como bien lo dijo el Honorable señor Carlos Morales, éste es un juicio político y yo diría también, para los políticos. Porque ha quedado demostrado hasta la saciedad que no se ha justificado ninguna causal para deducir esta acusación. Por eso mismo, creo que muchos Honorables colegas que se sientan en los bancos opositores, conscientemente, desde lo más profundo de su ser, serían partidarios de rechazarla, pero para ellos, desgraciadamente, es más fuerte, más violento, el deseo de aprovecharla con fines electorales. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor PARETO.- El Honorable señor Bosco Parra ya ha emplazado a la Oposición. Por mi parte, quiero pedirles a Sus Señorías, ya que están tan seguros del descrédito del actual Gobierno, que no se opongan, como lo han hecho hasta ahora, al plebiscito que se ha propuesto en la reforma constitucional. Con toda la fuerza de nuestro espíritu, afirmamos que acusar a Eduardo Simián es acusar a la patria misma. ¿Acaso no conocemos las tremendas diferencias que hay entre los acusadores? ¿No nos hemos impuesto de la carta del señor Durán a la juventud del Partido Radical? ¿No estamos asistiendo a la destrucción definitiva de esta colectividad política? Aunque duela, es necesario decir que, por tolerancia, el Gobierno tiene que respetar a quienes no observan ninguna norma de convivencia social, política y democrática. Por eso, no he podido callar ante los conceptos del Honorable señor Carlos Morales. El tiene experiencia, es jurisconsulto. Sin embargo, los que no hemos pasado por la Universidad, los que no somos abogados, entendemos, por intuición, el fondo de las cosas y no nos dejamos deslumbrar por las cábalas jurídicas con que muchas veces se pretende engañar a la opinión pública. Les damos las gracias a los Diputados radicales por haber acusado a Simián. Estamos felices de que lo hayan hecho, porque con esta acusación se abre un gran proceso ante la opinión pública, la cual les responderá a ellos el 6 de marzo en la provincia de Valparaíso. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede continuar el Honorable señor González. El señor GONZALEZ MAERTENS.- Concedo una interrupción al Honorable señor Maira. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede hacer uso de la interrupción el Honorable señor Maira. El señor MAIRA.- Señor Presidente, doy excusas a la Honorable Cámara por tener que tocar, en alguna medida, las palabras del señor Morales Abarzúa. No lo haría, si se tratara de un ataque personal. Desgraciadamente, no es así. En el fondo, él ha intentado descalificarme. . . El señor MORALES (don Carlos).- ¡No, señor! El señor MAIRA.- ... como vocero del pensamiento, la tesis y la orientación de mi Partido, y de la interpretación que nosotros damos al texto constitucional y al sistema jurídico chileno. Cuando ha pretendido lanzarme una ofensa. . . El señor MORALES (don Carlos).- ¡Ninguna ofensa! El señor MAIRA.- ... o ironizar, o descalificarme, diciendo que soy estudiante de derecho, en el fondo, sin quererlo, me ha hecho un elogio. Sin embargo, quizás sea conveniente que el señor Morales Abarzúa sepa que, si no he cumplido los requisitos marginales para obtener un título universitario -tal vez no lo haga nunca-, es porque el grado profesional no es esencial para alcanzar una preparación sistemática. Tengo, en cambio, la satisfacción, que ojalá tuviera el colega de haber terminado mi formación universitaria con sesenta y dos votos de distinción, de haber sido profesor-ayudante de cinco cátedras -Historia Constitucional de Chile, Política Económica, Economía Política, Derecho Romano e Historia del Derecho-, de haber integrado la delegación chilena a la Tercera Conferencia Latinoamericana de Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales y de haber recibido una invitación de la Universidad de La Sorbonne, de París, para cursar un doctorado en Ciencias Sociales y Derecho Económico. Por eso, no puedo aceptar que él pretenda desvirtuar mis opiniones, lanzando sombras sobre mi preparación científica. He planteado una posición que el señor Morales Abarzúa no ha sido capaz de rebatir. Se ha dado vueltas en las palabras, sin expresar ningún argumento, y, en definitiva, no ha podido refutar mi tesis. No pido al señor Morales Abarzúa ni a ningún parlamentario radical que comparta mi interpretación; pero no acepto que se me vengan a exigir requisitos sobrevinientes, porque tengo derecho a interpretar la Constitución de la manera que he planteado. Tampoco puede el señor Morales Abarzúa hacer consideraciones especiales en materia de representación popular. Porque, si se trata de los sufragios obtenidos por los democratacristianos, es bueno que recuerde que este Diputado, que postulaba por primera vez a un cargo parlamentario, lo superó por más de cuatro mil votos en el Primer Distrito de Santiago. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede continuar el Honorable señor González. El señor GONZALEZ MAERTENS.- Concedo una interrupción al Honorable señor Giannim. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Puede hacer uso de la interrupción el Honorable señor Giannini. El señor GIANNINI.- Señor Presidente, como Diputado informante de la Comisión que estudió la acusación, no puedo dejar de rectificar algunas afirmaciones que aquí se han hecho. Después del estudio serio y responsable realizado por la Comisión a través de seis días de intenso trabajo, resulta inadmisible que Diputados que asistieron a todas sus sesiones formulen aquí aseveraciones absoluta y totalmente falsas respecto de los hechos acreditados en ella. El señor LAEMMERMANN.- ¿Cuáles hechos? El señor GIANNINI.- Son muchos. En todo caso, me voy a referir a los principales, a los que se han mencionado con mayor insistencia. En primer lugar, el Honorable señor Rosales dijo que, en la Comisión, había quedado total y absolutamente establecido que no se habían cumplido los acuerdos concertados con el Gobierno de Zambia. Por otra parte, los Diputados radicales han insistido en que existe una contradicción entre lo expresado por el Diputado informante y lo afirmado por los Ministros. En mi informe, expresé que el documento suscrito con el Gobierno de Zambia es lo que, en Derecho Internacional, se llama un instrumento o pieza diplomática, y tiene valor técnico y moral. Lo que dije esta mañana lo confirmo en este momento, No hay contradicción alguna. Nadie tiene derecho a decir que en la Comisión afirmaron cosas diferentes. El señor Ministro de Relaciones Exteriores manifestó. . . El señor LAEMMERMANN.- ¿Cuál de ellos? El señor GIANNINI.- Don Gabriel Valdés. Después que se habían interpretado sus primeras palabras y se habían hecho reflexiones sobre ellas, el señor Ministro, según consta en la página 22 del Acta de la sesión 3ª, manifestó, textualmente: "Yo lamento que se me hayan extrapolado mis expresiones, hasta el término de decir que desconozco el verdadero valor moral de un documento suscrito. "Yo quisiera, si es necesario, repetir en una cinta magnética el alcance exacto de mis palabras. Estamos hablando de la obligación que tiene el Gobierno de Chile de consultar, como obligación, y porque se ha planteado que se consideraba un tratado...". La verdad es que el Ministro señor Valdés aclaró sus expresiones, afirmando que no había desconocido el valor moral del documento, lo cual está en concordancia con lo que yo he sostenido, como Diputado informante. Sin embargo, es necesario acotar que en la misma página 22 de la sesión 3ª... El señor LAEMMERMANN.- Pero, ¿qué dice el Ministro en la página 6? El señor GIANNINI.- Ya he dicho que en la página 22, el Ministro aclara sus expresiones. El señor CLAVEL.- ¡Lea la página 6! El señor GIANNINI.- No tengo necesidad de leer la página 6, porque sé a qué me estoy refiriendo. Al documento yo lo llamé "instrumento diplomático", porque creía que había sido suscrito. Pero, con posterioridad al trabajo de la Comisión, he sabido que no fue firmado por las partes, es decir, que no tiene sino el valor de una simple declaración de prensa. Sin embargo, ningún miembro de la Comisión, ninguno de los Diputados que asistieron a sus sesiones, tiene derecho a insistir en que Chile dejó de cumplir una obligación jurídica y moral respecto de Zambia. Voy a citar, textualmente, lo expresado por el señor Lagarrigue en la Comisión. Como consta en la página 20 del Acta de la sesión 3ª, dijo: "Además de eso, ha estado informado de todos los movimientos de precios chilenos y de todas las circunstancias de la política comercial del cobre chileno, el Alto Comisionado de Zambia en Londres, a través de mi persona, a fines de diciembre del año pasado, y el señor Embajador de Zambia en Washington -debe haber sido alrededor del 18 de enero pasado-, ha conocido las circunstancias en que Chile está decidiendo su política del cobre, y han conocido por qué Chile entiende que no ha roto su política de precios, al vender a Estados Unidos, según factura...", etcétera. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Señor Diputado, el Honorable señor González desea recuperar su derecho. El señor GIANNINI.- Quisiera terminar, Honorable colega. ¿Me concede dos minutos más? El señor GONZALEZ MAERTENS.- Con mucho gusto. El señor GIANNINI.- Como mi tiempo es muy limitado, pido a los Honorables colegas que tengan dudas sobre esta materia que lean las páginas 20 y 22 de la sesión 3ª, y 20 y 31 de la sesión 5ª. Nadie tiene derecho a hacer afirmaciones falsas, en abierta contradicción con los antecedentes acumulados por la Comisión. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Clavel, llamo al orden a Su Señoría. El señor GIANNINI.- El Gobierno de Chile mantuvo permanentemente informados al Gobierno y a los productores de Zambia sobre la alteración del precio. Las circunstanciadas declaraciones del señor Lagarrigue... El señor BALLESTEROS (Presidente).- Señor Diputado, el Honorable señor González desea recuperar su derecho. Puede usar de la palabra el Honorable señor González. El señor GONZALEZ MAERTENS.- Señor Presidente, la Honorable Cámara ha conocido el informe de la Comisión, que rechaza la acusación constitucional presentada contra el señor Ministro de Minería, y ha escuchado el vibrante debate sostenido por acusadores y defensores. Personalmente, y en nombre de mi partido, debe declarar que basta el mero enunciado de los hechos señalados en la acusación para rechazarla, por cuanto ha quedado clara y taxativamente establecido que ellos son infundados. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Acuña! ¡Honorable señor Escorza! El señor GONZALEZ MAERTENS.- Pero esto no es, a mi juicio, el fondo del problema, ni la razón de la acusación. Se ha buscado un pretexto para acusar políticamente al Gobierno a través de uno de sus Ministros. En esto hay que centrar el problema en debate. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Acuña, llamo al orden a Su Señoría. El señor GONZALEZ MAERTENS.- Mantengan la tranquilidad, Honorables colegas radicales. El Gobierno, siguiendo una política consecuente con los puntos de vista que ha planteado en torno de las perspectivas de la minería del cobre y manteniendo una extraordinaria prudencia... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Clavel, amonesto a Su Señoría. El señor GONZALEZ MAERTENS.- ... en las fijaciones del precio del metal ante los altibajos del mercado, ha procurado, por sobre todo, asegurar la estabilidad de los mercados compradores. -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor GONZALEZ MAERTENS.- Ruego a los Honorables colegas del Partido Radical se sirvan guardar silencio. Nosotros hemos escuchado con tranquilidad todas sus intervenciones. Este es el fondo del problema, y en esto, como digo, el Gobierno ha sido consecuente. Aparentemente es fácil negar validez a esta política en estos días en que una demanda anormal y deficiencias de producción han desequilibrado el mercado del cobre. Pero, para formular un juicio valedero, debo manifestar que, hace más o menos doce años, a principios del Gobierno del Presidente Ibáñez, otra situación anormal del mercado del cobre repercutía, violenta y dolorosamente, sobre nuestra economía. ¿No se recuerda que en esa época el Gobierno de Chile no pudo colocar "en ninguna parte" las ciento veinte mil toneladas de su "stock"? ¿Y por qué no recordar también que en ese entonces el Gobierno de Estados Unidos las adquirió para sus reservas estratégicas? En esa oportunidad no hubo críticas y los acusadores de hoy nada dijeron. Y cuando se habla de precios, ¿por qué no recordar la venta forzada, sin alternativa de precio y sin compensaciones de ninguna clase, de toda nuestra producción de cobre a los Estados Unidos, durante los años de la segunda guerra mundial? Los acusadores de hoy, que entonces integraban el Gobierno, tampoco consideraron atentatoria contra los intereses de Chile esa política. Estos hechos que he recordado en esta Honorable Corporación demuestran la inconsecuencia de muchos planteamientos de quienes, cuando fueron Gobierno, no encuadraron su acción. . . El señor CLAVEL.- ¡No hable de ayer, sino de hoy! El señor GONZALEZ MAERTENS.- ... en las normas que ahora pretenden fijar ante un problema que no encierra, de modo alguno, la gravedad que quiere atribuírsele. En cambio, olvidan, lamentablemente ... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Clavel, censuro a Su Señoría. El señor ARAVENA (don Jorge).- No se puede escuchar lo que está planteando el orador. El señor GONZALEZ MAERTENS.- En cambio, olvidan lamentablemente, antecedentes históricos que demuestran que, si en alguna oportunidad Chile no defendió con entereza sus derechos, fue cuando toda la producción de cobre de varios años se entregó a precio irrisorio y sin obtener compensación alguna. El Gobierno en esta ocasión, ha alcanzado acuerdos de trascendencia. No me refiero sólo a la compensación lograda, que permite mejorar el ingreso en divisas del país, en lo inmediato, sino fundamentalmente al contenido y alcance que para el desarrollo de la minería nacional tiene el préstamo de 10.000.000 de dólares. El señor CLAVEL.- ¡Lo que va de ayer a hoy! El señor GONZALEZ MAERTENS.- En efecto, detengámonos en estos instantes a meditar acerca de este hecho que, curiosamente, resulta ser un cargo para el Gobierno y, en especial, para el señor Ministro de Minería. Entiendo que ésta es la primera vez que la pequeña y mediana minerías contarán con un volumen de créditos de este monto para su desarrollo y progreso. Es decir, el Gobierno dará un impulso extraordinario a estas actividades que siempre han reclamado la atención de los Poderes Públicos, y es dable suponer que la inversión de estos recursos significará un fuerte incremento de la producción de cobre del país por mano de industriales chilenos. El señor CLAVEL.- ¡Esa es otra cosa! El señor GONZALEZ MAERTENS.- Vamos por partes, Honorable colega. Como verdadera paradoja, este hecho forma parte de la acusación constitucional al señor Ministro de Minería. De allí que, al emitir mi pensamiento y el de nuestro partido, rechacemos esta acusación constitucional, tanto por las razones que tuvo la Comisión para denegarla como por las que brevemente he expuesto. Señor Presidente, la jornada de hoy quedará registrada como un incidente más en los anales de nuestra Corporación, pero muy pronto, en los caminos de Chile, en las provincias del norte, lentamente se irán levantando las obras que la acción da Gobierno trazará con el préstamo de 10.000.000 de dólares para la pequeña y mediana minerías, y entonces sí será difícil para los críticos de hoy ... El señor CLAVEL.- ¡Ni una sola casa! ¡Ni siquiera una escuela! El señor BALLESTEROS (Presidente).- ¡Honorable señor Clavel! El señor CLAVEL.- No construirán nada! El señor GONZALEZ MAERTENS.- ... justificar una acusación... El señor BALLESTEROS (Presidente).- Honorable señor Clavel, ruego a Su Señoría guardar compostura. El señor GONZALEZ MAERTENS.- ... que no tiene otro fundamento que el ser un expediente político opositor más. He dicho, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- El señor González Maertens no desea conceder interrupciones. Deseo hacer presente al señor Ministro de Minería que, en conformidad con el Reglamento, dispone de 30 minutos para aclarar situaciones de hecho. Si desea hacer uso de este derecho, le ruego lo haga presente a la Mesa. El señor SIMIAN (Ministro de Minería).- Pido la palabra, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor SIMIAN (Ministro de Minería).- Señor Presidente, creo que debo ser breve en esta oportunidad, por lo cual no ocuparé los 30 minutos que me corresponden. Si en estos momentos debiera desvirtuar o refutar la inmensa cantidad de expresiones que se han vertido y que discrepan de la realidad de los hechos, creo que ni los 30 minutos del Reglamento, ni GO, ni 90 ni 180 minutos me serían suficientes. Por eso, no entraré en detalles. Además, las personas que quieran formarse un juicio propio sobre esta acusación podrán leer todo lo dicho aquí, pues, por fortuna, ha quedado registrado por escrito, así como también lo está todo lo declarado ante la Comisión Especial designada para conocer de la acusación constitucional. Podríamos seguir discutiendo esta materia por muchos días y estoy seguro de que los representantes de los Partidos Comunista y Socialista seguirían manteniendo la posición que hoy han manifestado, que yo respeto y que he podido observar desde hace más de un año, cuando iniciamos la tramitación de una nueva ley sobre política cuprera. Al mismo tiempo, estoy seguro de que los señores Diputados del Partido Radical, autores del libelo acusatorio, conservarían la actitud que han sostenido desde que lo presentaron, y estoy cierto que los Ministros de Estados a quienes nos ha correspondido intervenir en esta materia seguiríamos observando nuestra posición actual, tal como los Diputados de la Democracia Cristiana sostendrían los mismos puntos que han mantenido durante varios días y que han sido tan brillantemente expuestos durante el transcurso de este debate en la Sala. El señor CLAVEL.- Igual que los de la Oposición. El señor SIMIAN (Ministro de Minería).- Igual que los de la Oposición. De manera que no vale la pena continuar una discusión en la cual, en definitiva, nadie convence a nadie o nadie quiere reconocer lo que es la realidad de los hechos y la verdad. En consecuencia, repito, por fortuna, quienquiera que no pertenezca a esta alta Corporación y que desee formarse un juicio, tiene a su disposición tanto lo expresado en la Comisión Especial de Acusación como lo dicho en los discursos de los diversos parlamentarios aquí en la Sala. Sin embargo, y sin querer entrar en ningún detalle específico, no puedo dejar de referirme a una impresión que me he formado a través del debate y que agradezco a los miembros del Partido Radical. Ellos han manifestado que, en cierta medida, el Ministro no sería culpable de aquello, por lo cual se le acusa; porque habría sido inducido a error por sus asesores o incluso, como expresó un señor Diputado, porque el Ministro era infantil, o porque no conocía el texto de la ley. Pues bien, aunque yo podría tener motivos para agradecer esta aparente liberación de responsabilidades, quiero dejar claramente establecido que no eludo mi responsabilidad. Las autoridades del Departamento del Cobre, hoy Corporación del Cobre, han actuado por instrucciones precisas del Ministro que habla. El señor Lagarrigue no ha viajado porque se le ha antojado a Europa, en diciembre, y a Washington, en enero. Lo hizo, porque el Ministro de Minería lo decidió así y le proporcionó las indicaciones generales sobre las materias que debía tratar y del marco dentro del cual debía actuar. No quiero que quede siquiera la sombra de una duda con respecto a esta situación. Se ha criticado que el Vicepresidente Ejecutivo de la Corporación del Cobre habría viajado a Estados Unidos a concertar acuerdos sin consultar previamente al Directorio de la institución. ¡No tiene por qué consultarlo! Si al Vicepresidente se le encomienda una misión, basta con que el viaje del señor Lagarrigue sea autorizado por decreto supremo, como lo ha sido en cada oportunidad en que ha salido del país, indicando la permanencia en el extranjero y las razones de la misión. Para terminar, quiero agradecer, en forma muy especial y emocionada, las palabras, ciertamente demasiado generosas, que han vertido los parlamentarios de la Democracia Cristiana con respecto a mi persona, como así también el representante del Partido Liberal, Diputado don Patricio Phillips. Y quiero decir que estas expresiones, sumadas a las del señor Diputado del Partido Democrático Nacional, me comprometen en mayor forma para desempeñar, en la medida en que sea capaz, el alto cargo con que me ha distinguido Su Excelencia el Presidente de la República, de quien he recibido en todo momento el pleno respaldo, al igual que el del Partido Demócrata Cristiano, y muchas veces de otras entidades políticas, aunque yo no pertenezca a ningún partido. Desearía que no se hablara de que hay aquí una mayoría tan vasta que hace imposible que prospere una acusación constitucional. Creo que se han ventilado, tanto en esta Sala como en la Comisión Especial informante todos los hechos relativos a la materia en debate. Y se han dicho aquí cosas que, naturalmente, pueden mover a la opinión pública a error. Se ha dicho que la Corporación del Cobre fijó el precio del cobre, el 4 de enero, en 42 centavos de dólar la libra, para bajarlo posteriormente a 36 centavos. No es así, señor Presidente. El precio se fijó en 42 centavos, y se mantiene en 42 centavos, con excepción de las 90.000 toneladas, cosa que no se ha dicho por el Honorable Diputado señor Fuentealba, Su Señoría no se refirió al hecho de que, en esa excepción, se trata sólo de 90.000 toneladas. Intencionadamente o no -no lo sé, ni tengo derecho a calificarlo- silenció esto. Pero creo que es conveniente aclarar que hay otras 430.000 toneladas de cobre, que se están vendiendo a 42 centavos de dólar por libra. Pues bien, sabe ya la opinión pública, como lo saben los señores parlamentarios, que todos los estudios técnicos, realizados en este país y fuera de él, señalan como "precio de peligro" el de 38 centavos de dólar la libra para la propia supervivencia del cobre. En consecuencia, el alza de este precio a 42 centavos de dólar es un paso audaz. Este es el paso que ha dado la Corporación del Cobre, y esto es lo que aplaudió, en un momento determinado -según lo han reconocido algunos señores Diputados, hoy día- el país entero: el anuncio de haber subido el precio del cobre a 42 centavos de dólar la libra. El Honorable Diputado señor Olivares se preguntaba: ¿a qué precio se vende el cobre de la Kennecott y el cobre de la Braden, si el representante de esta última empresa, cuando la Corporación del Cobre -en ese tiempo, Departamento del Cobre- fijó el precio de 42 centavos, votó en contra de esta alza de 38 a 42 centavos la libra? Con esa pregunta, Su Señoría dejó abierta la puerta a una interpretación, maliciosamente, diría yo. Basta releer su discurso para ver que dio pie a la posibilidad de que se interpretara que, por el hecho de que el representante de esa empresa en el directorio o Comité Ejecutivo del Departamento del Cobre votó en contra del alza, el cobre de la Braden se estaría vendiendo a 38 centavos, y no a 42 centavos de dólar la libra. El señor OLIVARES.- No es eso lo que dije. El señor SIMIAN (Ministro de Minería).- Desde esta alta Tribuna, quiero decir a la opinión pública que voten a favor o en contra del alza el representante de la Braden o el de la Anaconda, las decisiones del Comité Ejecutivo del Departamento del Cobre y, de ahora en adelante, las del Directorio de la Corporación del Cobre son, como lo dispone la ley, obligatorias para las empresas. Eso es muy claro. De manera que vote o no el alza del precio el representante de la Braden, el cobre de esa empresa se vende a 42 centavos, porque la totalidad de la producción de la Braden se vende en los mercados de Europa. No quiero extenderme más, señor Presidente. Creo que hemos cumplido hoy una jornada, durante la cual esta Corporación ha dado muestras del interés que el problema del cobre despierta, con tan justa razón. Ha llegado el momento de que Sus Señorías decidan, de acuerdo con el Reglamento de la Cámara... El señor ZORRILLA.- Votaremos de acuerdo con nuestra conciencia, señor Ministro... El señor SIMIAN (Ministro de Minería).- ...lo que les corresponde hacer y lo que le toca afrontar al Ministro que habla, en los próximos días. Muchas gracias, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Cerrado el debate. En votación nominal la procedencia de acusación constitucional deducida en contra del señor Ministro de Minería. -Durante la votación: El señor MORALES (don Carlos).- Pido la palabra, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor MORALES (don Carlos).- Señor Presidente, en forma breve, quiero recoger las últimas expresiones del Ministro señor Simián, quien ha dicho que hemos realizado una larga jornada. Efectivamente, se trata del desarrollo de una jornada típica de un proceso político que reconoce nuestra Constitución. Los Honorables Diputados de Gobierno, en su derecho, han defendido al señor Ministro acusado. Nosotros, por nuestra parte, como Diputados de Oposición, fundamentamos el libelo acusatorio. Y. después de lo que comprobamos en la Comisión y de lo que hemos confirmado en el debate de esta Cámara, estamos más conscientes que nunca de la justeza de nuestra actitud. Creemos haberle hecho un bien al país, porque, a través del debate habido en esta Honorable Corporación, hemos dado ocasión para se esclarezcan ante la opinión pública todos estos hechos. Sólo me resta expresar, en nombre de los señores Diputados de mi partido, que estamos orgullosos de haber asumido esta responsabilidad, dentro de nuestra constitución democrática. Y, como estamos conscientes de que nuestra acusación es justa, estamos votándola afirmativamente. En consecuencia, voto que sí, señor Presidente. El señor OLIVARES.- Pido la palabra, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor OLIVARES.- Señor Presidente, lamento que el señor Ministro de Minería, por quien siento gran respeto y a quien siempre he visto muy sereno, haya "perdido los estribos" en el último minuto y haya incurrido en una contradicción. Mientras ha empezado por expresar que él respeta la opinión y las expresiones de la Oposición, ha terminado por suponer intenciones, al decir que yo, maliciosamente, he deslizado en mi intervención ciertas palabras. Debo precisar los hechos. Lo que he expresado en mi intervención es lo que piensa el Partido Socialista sobre la materia, en virtud de todos los antecedentes que obran en su poder. Además, constituye el criterio de nosotros, los dirigentes de los trabajadores del cobre. Esta opinión la he formado a lo largo de los años, pues como fui Consejero del Departamento del Cobre, a pesar de lo que se expresó en la Comisión, y de lo que se diga en la Sala, conozco personalmente cómo se han ventilado las cosas... -Hablan varios señores Diputados a la vez. El señor OLIVARES.- ...en esa institución, la cual jamás ha logrado imponer una norma de conducta a las empresas. De manera que lo expresado por mí en forma clara, es que la actitud de la Braden Copper Company -de oponerse a aumentar de 38 a 42 centavos el precio del cobre- podría interpretarse, acaso, como que a ella le era de conveniencia un precio de 38 centavos. Yo no he dicho en parte alguna de mi intervención que a esa empresa se le esté vendiendo cobre o que se le esté permitiendo venderlo a 38 centavos. Es muy distinto lo que expresamente he manifestado en mi intervención a través de la cual los parlamentarios socialistas hemos fundamentado nuestra posición. Hecha esta aclaración, voto que sí por la acusación, señor Presidente. El señor ROBLES.- Pido la palabra, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor ROBLES.- Señor Presidente, los parlamentarios comunistas, consecuentes con nuestra permanente actitud de defensa de la soberanía nacional y de defensa de nuestra riqueza fundamental, aprobamos la acusación constitucional deducida en contra del señor Ministro de Minería. La votamos favorablemente, porque la negociación que rebaja el precio del cobre de 42 a 36 centavos la libra de cobre vulnera la independencia económica de nuestro país y el interés de los trabajadores chilenos; y porque todo este negocio se ha realizado bajo la presión del enemigo fundamental de nuestro pueblo, el imperialismo norteamericano, el cual, además de lesionar la dignidad de nuestra patria, pretende convertirse en cómplices de su criminal política de agresión al heroico pueblo de Vietnam del Norte. Votamos en favor de la acusación reiterando una vez más nuestra lucha permanente y revolucionaria, que deberá culminar con el rescate definitivo para Chile de esta riqueza básica para nuestra economía, que es el cobre. Y tengo el honor de fundamentar el voto del Partido Comunista, porque, precisamente, represento una provincia en la que se sufre directamente la intromisión del imperialismo norteamericano, a través de la Anaconda Copper Mining, que explota a los sufridos trabajadores de las minas e impide el progreso y el desarrollo de nuestra patria. Voto que sí. El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).- Pido la palabra, señor Presidente. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).- Señor Presidente, quiero recordar esta noche la importancia de la contribución de Sócrates al sentido político de Atenas; su "plataforma", diríamos en el lenguaje de hoy, consistió en afirmar que la política externa e interna debe estar basada en principios éticos absolutos. "Aquello que es moral -dice- es político; aquello que no lo es, niega la política." En el curso de este largo debate ha quedado ya dicho casi todo; y digo casi todo, porque creo que falta una palabra: recordar que este juicio político, por lo mismo que es moral, constituye un juicio que debe ser emitido en conciencia. Por mandato constitucional, hemos asumido en esta ocasión la función de jueces. Para juzgar con honestidad debemos dejar de mano toda idea preconcebida sobre el asunto sometido a nuestra decisión, y, libres así de prejuicios, abrir nuestros espíritus a la consideración ecuánime e independiente de las razones dadas en el curso del debate y de las pruebas exhibidas en uno u otro sentido. Si en lugar de obrar así, permanecemos impermeables a los razonamientos, la decisión que adoptemos esta noche no será una decisión tomada en conciencia y, por ende, ella no estará dentro del ámbito de la moral. La lógica -esta amiga servicial, pero implacable- nos estaría indicando que, al alejarnos de la moral, nuestro juicio dejaría de ser político en la reata acepción de esta palabra. Estaríamos haciendo nada más que ese burdo y pequeño juego que vulgarmente se conoce como "politiquería". En consecuencia, porque queremos que el juicio que debemos emitir esta noche sea político en el limpio alcance de este concepto; porque creemos que el fundamento de la política es la moral, los Diputados de la Democracia Cristiana rechazamos en conciencia la acusación interpuesta por los diputados del Partido Radical en contra del señor Ministro de Minería, don Eduardo Simián Gallet. Al obrar así sabemos también que interpretamos la conciencia mayoritaria de los chilenos. Por ello, voto que no. -Efectuada la votación en forma nominal, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 34 votos; por la negativa, 62 votos. Hubo una abstención. -Votaron por la afirmativa los siguientes señores Diputados: Acevedo, Acuña, Agurto, Allende, doña Laura; Basso, Cabello, Camus, Cantero, Carvajal, Clavel, Fierro, Fuentealba, Fuentes, don Samuel; Godoy, Guajardo, Ibáñez, Jaque, Jarpa, Laemmermann, Maluenda, doña María; Martínez Camps, Melo, Morales, don Carlos; Naudon, Olave, Olivares, Poblete, Pontigo, Rioseco, Robles, Rodríguez, don Juan; Rosales, Silva Ulloa y Tejeda. -Votaron por la negativa los siguientes señores Diputados: Alvarado, Arancibia, Aravena, don Jorge; Astorga, Aylwin, Ballesteros, Barrionuevo, Buzeta, Cancino, Cerda, don Carlos; Corvalán, Daiber, Demarchi, Dip, doña Juana; Escorza, Fernández, Fuentes, don César Raúl; Fuenzalida, Garay, Garcés, Giannini, González, Hamuy, Hurtado, clon Rubén; Hurtado, don Patricio; Iglesias, Irureta, Isla, Koenig, Lorca, don Alfredo; Maira, Martín, Monares, Monckeberg, Mosquera, Muga, Paluz, doña Margarita; Pareto, Parra, Penna, Pereira, Phillips, Rodríguez, don Manuel; Rosselot, Ruiz-Esquide, Saavedra, doña Wilna; Sanhueza, Santibáñez, Sbarbaro, Silva, don Julio; Sota, Sotomayor, Suárez, Téllez, Torres, Urra, Valdés, don Arturo; Valenzuela, don Renato; Valenzuela, don Héctor; Werner, Zepeda y Zorrilla. Se abstuvo el señor Morales, don Raúl. El señor BALLESTEROS (Presidente).- La Cámara declara inadmisible la acusación deducida en contra del señor Ministro de Minería, don Eduardo Simián Gallet, de conformidad con el artículo 39 de la Constitución Política del Estado y, en consecuencia, no ha lugar a ella. -Aplausos en la Sala. El señor BALLESTEROS (Presidente).- Cumplido su objeto, se levanta la sesión. -Se levantó la sesión a la 0 hora 58 minutos del jueves 10 de febrero. Roberto Guerrero Guerrero, Subjefe de la Redacción de Sesiones.