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- rdf:value = " El señor SOTA.-
En realidad, yo agradezco la deferencia del Honorable colega, pero estos cuadros son extraordinariamente extensos y no creo que pueda abusar del escuálido presupuesto del Parlamento para pedir la inserción de estos documentos que, en realidad, son demasiado voluminosos.
Por tal motivo, me permití extraer los datos más representativos para darlos a conocer a la Cámara, sin perjuicio de dejar estos documentos a disposición de mis Honorables colegas.
Para el período 1966- 1975, o sea, en los próximos diez años, las cifras debieran ser 31.000 y 98.226, respectivamente.
¿Y cómo lograrlo? Para expresar gráficamente el monto de las inversiones requeridas me referiré solamente a las necesidades expuestas, en reciente declaración pública, por el señor Rector de la Universidad de Chile, en la que se llega a las siguientes conclusiones: La proyección de matrículas de esa Universidad, que es de 20.000 alumnos, llegará en 1972 a 40.000 y, en 1975, a 52.000 estudiantes.
Los recursos en ese lapso según mis cálculos, aplicados a las cifras entregadas por la Rectoría deberían sumar 2.466 millones de escudos en diez años, aproximadamente 600 millones de dolares; vale decir, lo que cuesta la construcción y equipamiento de un ferrocarril metropolitano de sesenta kilómetros de longitud, con el que se resolverían todos los problemas de tránsito de la ciudad de Santiago.
Cifras de este volumen se explican cuando uno se pregunta cuánto invierte la Universidad en la formación de sus profesionales. Sólo por vía de ejemplo, quiero entregar a la Corporación los datos que revela el análisis presupuestario de la Universidad de Chile en los años 1961, 1962 y 1963. El costo por egresado año, en escudos de 1963, reajustados de acuerdo con el índice de precios al consumidor, arrojan, en escudos de 1966, valores como los que señalo a continuación.
Un egresado de Química y Farmacia le ha significado a la Universidad de Chile, en Santiago, un gasto de 52.800 escudos; uno de medicina, también en la capital, 51.427 escudos; uno de arquitectura, de Santiago, 35.310 escudos; uno de la Escuela Dental, de la capital, 33.785 escudos; uno de Agronomía, de Santiago, 31.847 escudos.
Así se explica que el señor Rector, con toda razón, a mi juicio, señale el adecuado financiamiento de la Universidad de Chile como un problema de Estado. Lo es. Y en la medida en que a nosotros los parlamentarios atañe, es nuestro ineludible deber enfrentar tal responsabilidad.
Pero igualmente dramática es la visión del señor Ministro de Educación Pública. Su punto de vista es que se está destinando el 35% de los gastos totales de la educación del país a la enseñanza universitaria, la cual sólo absorbe un 1,8% de la población escolar del país, vale decir, 32.169 universitarios, según la matrícula de 1964. En cambio, para los gastos de educación primaria, secundaria y técnica profesional, que abarcan una población escolar de aproximadamente dos millones de niños, se destina el 65% del presupuesto de ese Ministerio.
Hay que plantear, pues, no sólo la provisión de los recursos, sino la distribución equitativa de ellos. Y a este particular, aunque sea sólo a título personal, llamo la atención sobre la alta proporción 30% del total con que concurre el presupuesto fiscal de educación a los gastos de las Universidades particulares. Este año, de un total de Eº 239,1 millones, el aporte para ellas asciende a Eº 83,6 millones. Espero volver a referirme, en otra oportunidad, a esta materia que merece detenida consideración, especialmente en el aspecto global del financiamiento de la educación nacional.
No es la relativa a los recursos la menor de las consideraciones que ha producido general acuerdo para plantear la formación de un Consejo Nacional de Educación Superior. Ese organismo deberá abordar dándoles la importancia que se merecen, el estudio y planificación de la educación superior desde el punto de vista de los recursos humanos del país.
En tal forma y por medio de una adecuada programación de la enseñanza general, combinada con una conveniente orientación y selección, con un eficiente servicio de información y colocación, todo coordinado con un plan de desarrollo económico orientado hacia una mayor productividad, efectivamente adaptado a las limitaciones de los mismos recursos humanos, se obtendrá un equilibrio entre las necesidades y las posibilidades de formación de los profesionales de cualquier nivel y especialidad.
Señor Presidente, he dejado planteado un esbozo de las relaciones entre Universidad y Desarrollo, como tema "lateral", pero absolutamente conectado con el proyecto que nos preocupa. Al hacerlo, no puedo sino agregar una consideración doctrinaria: un miembro del Partido Demócrata Cristiano debe enfocar tales relaciones sin perder de vista lo que nosotros llamamos "la espiritualidad del desarrollo", especialmente si se conecta la Universidad a este proceso.
Universidad quiere decir universo. Valgan a este respecto las consideraciones de un eminente ideólogo que conduce todo el movimiento de nuestra época. Teilhard de Chardin dice que resulta maravilloso, considerando la grandeza del universo, mirar cómo las algas, seres vegetales muy primarios, pueden resumir en su sencilla pero tremenda complejidad molecular todas las vibraciones de los océanos. Hace algunas consideraciones respecto de la complejidad del universo, fijándose exclusivamente en la aparente sencillez del producto del colmenar de las abejas, y culmina sus reflexiones sobre esta maravilla del universo enfocando la complejidad del hombre. Dice que toda la complejidad del universo viene a resumirse en esa maravillosa realidad que es el ser humano.
Al terminar estas observaciones sobre Universidad y Desarrollo, y pensando que Universidad Universo Hombre son realidades extraordinariamente dependientes unas de otras, no puedo sino decir que mi intervención aun cuando se relaciona sólo con algunos aspectos de la enseñanza universitaria, como es la supresión del bachillerato ha pretendido dar un enfoque más amplio del problema, a fin de que sirva de cabeza de proceso al debate, ya nacional, que se ha originado, como decía en un comienzo, en esta Corporación. Y esa discusión impostergable se refiere a la trascendencia de la reforma educacional.
He dicho.
"
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