-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/600862/seccion/akn600862-ds8-po1-ds27-ds35
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1964
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/323
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/854
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1944
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1964
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/600862/seccion/akn600862-ds8-po1-ds27
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/600862
- rdf:value = " El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Señor Presidente, la supresión del bachillerato y la derogación de los artículos 43 y 75 del decreto con fuerza de ley Nº 280, de mayo de 1931, corresponden a un sentido afán por perfeccionar el sistema de selección para la enseñanza superior. De ninguna manera y esto se ha repetido con insistencia la eliminación de esa prueba va a solucionar de raíz el conflicto de dar cabida a todos los licenciados secundarios en las carreras superiores de su elección.
El señor PHILLIPS.-
¿Cómo así?
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Dije que no resuelve el problema relacionado con la admisión de los estudiantes en las carreras universitarias.
El señor PHILLIPS.-
Dijo que no va a solucionar de raíz el problema.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
¿ Si me permite, Honorable colega?
El señor SIVORI (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados evitar los diálogos y dirigirse a la Mesa.
El señor RUIZ-ESQUIDE.-
Muy bien, señor Presidente.
Decía que, eliminado el bachillerato, la Universidad recibe, desde hoy mismo, una gran responsabilidad: la de satisfacer las demandas de un contingente cada vez mayor de juventudes ansiosas de superarse. Por ello, deseo, en esta oportunidad, señalar algunos conceptos generales sobre la misión de la educación superior en Chile y, en especial, referirme a la Universidad de Concepción, plantel en el que formé parte de su cuerpo docente, en la provincia a la cual represento en esta Cámara.
La preocupación por esta materia, tanto del Ministro de Educación Pública por la enseñanza superior, como del Rector de la Universidad de Chile y de la Federación de Estudiantes de la misma Universidad, ha puesto en evidencia las grandes fallas y perspectivas de las Casas de estudios chilenos. Se ha dicho que la educación superior está estagnada, porque no hay un incremento violento de nuevas plazas para mayor número de estudiantes por año. Se le ha criticado una falta de diversificación liada áreas nuevas del saber, y un apego cada vez mayor a las disciplinas tradicionales. En fin, se ha señalado que todo es producto de una ausencia de planificación, coordinación y presupuesto, y que es a este nivel donde deben buscarse las soluciones al conflicto
La unánime respuesta que se le pide al Gobierno es que otorgue un presupuesto cada vez mayor, a todas las universidades, sean estatales o particulares. Es natural que así sea. Pero también es propio que el Gobierno, al acordar mayores recursos a los planteles, les señale taxativamente cuáles son las prioridades profesionales que necesita el país, para atender a su crecimiento económico y social.
Se trata, en suma, de aprobar presupuestos y otorgar subvenciones, no con la rutina hasta aquí acostumbrada, sino teniendo como antecedente que América Latina afianza cada día más su tendencia a la integración, y que nuestra sociedad en desarrollo debe prepararse para atender con prontitud tanto ese anhelo común de todos los pueblos, como el propio reto del país, que crece y busca nuevos horizontes.
Los criterios que he señalado corresponden al sentir de las grandes mayorías y acaban de ser ratificados por la reunión de Expertos sobre Enseñanza Superior y Desarrollo en América Latina, celebrada en San José de Costa Rica del 15 al 24 de marzo pasado. Bajo el patrocinio de la UNESCO y del Banco Interamericano de Desarrollo, esta reunión ha acordado que las Universidades deben tender a concentrar su acción en ciertas áreas, en forma tal, que actúen como polos de desarrollo en las materias elegidas.
Lo anterior significa que, en vez de duplicar o multiplicar los esfuerzos docentes e investigativos en cada área de gran población en el país, es preciso convenir con las Universidades, con el Consejo de Rectores y con el Gobierno, la forma de impulsar determinadas disciplinas en planteles bien precisos, y ayudar con los mayores capitales a la expansión de estas áreas pilotos o "polos de desarrollo regionales"
Es natural que, si se piensa en un plan como el señalado, todo presupuesto se haría escaso. Pero mayor es el problema que hay que vencer aún, con un principio muy vapuleado el de la autonomía universitaria y que puede servir de freno al espíritu de servicio con que el Gobierno quiere actuar frente a las Universidades particulares.
Una de las Universidades particulares del país que recibe mayor número de estudiantes en primer año es la de Concepción. A pesar de haber obtenido, hace poco tiempo, un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por 1.200.000 dólares para su desarrollo, y de aportar el Estado más del 70% de su presupuesto anual, la Universidad está limitada a seguir entregando las mismas promociones de egresados, a no ser que se modifiquen radicalmente sus tareas docentes e investigativas.
Hace más de un lustro, la UNESCO preparó y aprobó un proyecto de reforma docenteadministrativa para este plantel, y hace un año se inició un nuevo plan continuación del anterior destinado a dar mayor información cultural y orientación profesional a los nuevos alumnos. Junto a ello, la Universidad ha desarrollado, con bastante éxito, el estudio de la biología, química y física del mar chileno, participando como única representante en torneos científicos de este tipo y en expediciones oceanógraficas relativas al tema. Su prestigio está avalado por el trabajo de profesores, investigadores y alumnos dedicados exclusivamente al estudio del océano, de sus riquezas y sus posibilidades para el futuro del país. Tales estudios son realizados en el Instituto Central de Biología, el que podría contar con la cooperación del Instituto Tenológico, del Departamento de Bromatología, del Instituto de Química y de otras reparticiones, para una total atención a todo lo que hay por hacer cuando se inicia el estudio de las aguas oceánicas
Pensando sólo en este reducido aspecto, sin restar a otras áreas sus posibilidades de expansión integral, estimo que éste puede ser uno de los "polos de desarrollo" con que podría iniciarse la nueva estructura universitaria que se procura, en el ámbito de la región geoeconómica del BíoBío. A este respecto, la Universidad Austral de Valdivia ya hizo algo similar cuando se creó su Instituto de Arquitectura, destinado a la investigación de los problemas de la vivienda en la zona sur. ¿Por qué no podemos adelantar aquí que las Universidades de Concepción y de Valdivia, pueden convertirse pronto, por ejemplo, en los focos más importantes del estudio forestal, botánico, fitopatológico y agrario del país?
Para fomentar esta necesaria polarización disciplinaria, debe entregar su aporte el Estado. Sin embargo, las estructuras universitarias muchas veces se muestran reacias a recibir esta "imposición" estatal, haciendo valer su autonomía.
Respecto de esta materia, la Conferencia de Educación de Costa Rica ha declarado que "la autonomía no puede estar reñida con el interés nacional y que hay que considerarla en una dimensión social y no estrechamente institucional". Agrega que siendo la autonomía un derecho de las Universidades, bien podrían, en uso de este mismo, orientarla en un sentido colectivo, cuya aplicación se garantizará por el Consejo de Rectores".
El término autonomía, usado por primera vez por Kant, expresa en su sentido prístino el principio de que la razón moral, o conciencia, no puede reconocer como valedera ninguna ley que, en lugar de asentarse en la propia razón moral, venga impuesta por móviles externos y esté sometida por el estímulo de motivos no morales o interesados. Lo contrario sería le heteronomía, es decir, la ley o mandato impuesto por una autoridad extraña.
El término fue luego adoptado por la jerarquía universitaria para justificar programas propios, títulos profesionales sin otro tutelaje que sus requisitos internos, nombramiento de personal a su mejor agrado, etcétera. Pero esta situación global de independencia, de isla frente a los problemas de la sociedad, conduce a la Universidad, de la autonomía a la autarquía, o sea, a la condición o calidad de quien no necesita de otro para su propia subsistencia.
Creemos sinceramente que, tanto en el campo económico como en el cultural o científico, ninguna Universidad del mundo, ni menos las chilenas, están en condiciones de seguir esta variante. Muy por el contrario, los planteles fiscales y, en especial, los particulares, deben estudiar las prioridades de su desarrollo interdisciplinario, de acuerdo con lo que su propia visión y la del Estado señalan como urgentes para atender la explosión demográfica e industrial de Chile.
La planificación a nivel universitario no puede estar reñida con la autonomía. Planificación y autonomía son conceptos que se complementan, toda vez que tiendan o coadyuven a un servicio comunitario sin concular la libertad propia de cada instituto superior de estudios.
Es en este aspecto en el que quiero insistir, porque hay directivos universitarios que piensan apegados, por épocas, al Estado Docente y luego a la libertad de enseñanza que aceptar una imposición tal de! Gobierno, significa, lisa y llanamente, vulnerar el principio de la autonomía universitaria. ¡Craso error! Nosotros defendemos a ultranza la autonomía universitaria, pero la supeditamos al supremo deber del Estado, en la medida que el bien común lo establezca. Y cuando se trata de asegurar un desarrollo armónico de la investigación científica, de una expansión efectiva, en calidad y cantidad, de las matrículas, y de nuevas disciplinas que se abren al estudio en servicio de la sociedad, entonces estaremos siempre sustentando este criterio de un beneficio económico dirigido y controlado de acuerdo con las posibilidades de cada Universidad.
En forma paralela, las Universidades deben tender a buscar un financiamiento propio que les permita solventar, en el futuro, sus particulares presupuestos, tanto en lo docenteadministrativo como en la expansión e investigación.
He querido señalar ante esta Honorable Cámara, que con tanta dedicación ha estudiado siempre los problemas educacionales, algunos criterios básicos en torno al desarrollo futuro de nuestras Universidades. Es hora de que, para lograr una colaboración efectiva de parte de los claustros de estudios, se rompan prejuicios mal fundados y se asegure una acción común que el Gobierno está decidido a intensificar, al único precio de obtener el respaldo profesional que Chile requiere para acrecentar su desarrollo.
He dicho.
"