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El señor PALESTRO.-
Señor Presidente, al someter este proyecto a la consideración del Congreso Nacional, lo hice en el buen entendido que correspondía al pensamiento de la Municipalidad de San Miguel, de la que formé parte hasta el año pasado, y, al mismo tiempo, de acuerdo con los informes técnicos que también entregaron las respectivas oficinas de esa Corporación edilicia.
En los dos trámites constitucionales, tanto la Cámara de Diputados como el Senado, aprobaron por unanimidad este proyecto, porque tiende a solucionar una serie de problemas que afectan a la populosa comuna de San Miguel. Dicha comuna, como todos sabemos, ocupa el segundo lugar en Chile, en cuanto al número de sus habitantes, y es, quizás, la más densamente poblada en el país. Por lo demás, es una de las que aporta mayores recursos al erario, ya que cuenta con gran número de industrias, y constituye un núcleo industrial de primerísima importancia, dentro de las actividades nacionales.
Señor Presidente, todos sabemos, especialmente los que hemos sido Alcaldes o Regidores, que las Municipalidades no pueden realizar obras de envergadura si no se les conceden recursos extraordinarios. Por ese motivo, los parlamentarios de todos los distritos del país nos vemos en la necesidad de someter, frecuentemente, proyectos de esta clase a la consideración del Parlamento, a fin de concurrir en ayuda de estos organismos, que son efectiva y verdaderamente democráticos, ya que es justamente dentro de las Municipalidades, en las comunas, donde existe la mayor correspondencia entre vecinos y sus representantes.
Por eso, con profunda extrañeza, hemos visto que el Ejecutivo, a nuestro juicio, sin estudios ni mayores conocimientos, y en forma frívola, a la ligera, ha procedido a vetar el artículo 3º de este proyecto.
Muchos personeros del partido de Gobierno, de la Democracia Cristiana, han manifestado que la suma de dos millones de escudos destinada a la construcción de un barrio cívico, que comprenda el edificio consistorial y un teatro municipal en San Miguel, es exagerada. Pues bien, Su Excelencia el Presidente de la República, accediendo, seguramente, a las peticiones de los dirigentes de la Democracia Cristiana de la comuna, ha procedido a rebajar la suma que, con tal objeto, se contempla en el número primero del artículo 39 del proyecto aprobado por el Congreso Nacional.
Quienes conocen más que el Diputado que habla el problema que representa, en la actualidad, el valor de la construcción, lo que significa edificar en este instante, saben perfectamente que con estos mil millones de pesos, la Municipalidad de San Miguel no alcanzará, ni siquiera, a construir los cimientos del edificio municipal.
El señor OSORIO.-
¡Para dos "mediaguas!
El señor PALESTRO.-
Todos sabemos que, el año pasado, el metro cuadrado de construcción costaba $ 200.000.
La Municipalidad ha gastado varios millones de pesos para que un grupo de ingenieros y arquitectos elaborara los planos y especificaciones correspondientes, a fin de dotar a San Miguel de un edificio municipal que, efectivamente, esté de acuerdo con la importancia de esa comuna. Y ahora resulta que el Gobierno estima que con Eº 1.000.000 basta y sobra para realizar una obra de tanta trascendencia.
Los señores Diputados, especialmente los que representan las provincias de sur y pasan continuamente por la Gran Avenida, se habrán dado cuenta de que es imposible seguir atendiendo al medio millón de habitantes, que constituye la población de la comuna, en esa verdadera "mediagua" que es el actual edificio de la Municipalidad de San Miguel.
Tal vez valga la pena extenderse en consideraciones sobre la observación del número lº del artículo 3º de este proyecto, porque la comuna de San Miguel ha sido blanco de éste, y prácticamente de todos los Gobiernos, por su condición de comuna izquierdista y por su manera especial de enfrentar los problemas. Para nadie es desconocido que ella ha sido muchas veces atacada y vilipendiada, pese a ser una de las comunas más progresistas, no sólo de Santiago, sino que de Chile entero.
El progreso que en ella se observa -pavimentación, alcantarillado, alumbrado público y agua potable- por lo general ha sido el fruto exclusivo del esfuerzo de sus vecinos. Muchas de las obras que con orgullo exhiben los sanmiguelinos se han conseguido después de peleas, mítines y luchas callejeras. Jamás se ha encontrado comprensión ante lo que legítimamente solicitan los vecinos de la comuna, a pesar de que tanto aportan al erario.
Para la aprobación de este proyecto se consiguió el asentimiento unánime de Senadores y Diputados de todos los partidos, los cuales entienden perfectamente la magnitud e importancia de la obra por iniciar. Por eso, le prestaron su aprobación en los dos trámites constitucionales.
Como un alcance a las observaciones que vienen a continuación, en particular al número 7, donde se desconoce totalmente la realidad de la comuna, diré que San Miguel, con los fondos normales consultados en el Presupuesto Nacional, que pagan los propios vecinos, estará en 1966, o a principios de 1967, complemente pavimentada.
La comuna de San Miguel no tiene problemas de alcantarillado, salvo en muy pequeños sectores, los cuales podrán ser dotados de este servicio, como se está haciendo, con los fondos ordinarios del presupuesto municipal. Tampoco sufre grandes problemas de agua potable, y las pocas deficiencias que se observan son inherentes a toda la provincia de Santiago. Del mismo modo, no presenta problemas de alumbrado público, porque incluso, cuando el Diputado que habla fue Alcalde de la comuna, depositó más de cien millones de pesos en la Compañía Chilena de Electricidad, para ir reemplazando, gradualmente, el alumbrado filamento por el de mercurio.
El señor FERNANDEZ.-
No tiene ningún problema, entonces.
El señor PALESTRO.-
Tiene muchos problemas, pero su solución es de resorte fiscal. Su Señoría no conoce la comuna, porque muy pocas veces la visita.
Por estas razones, estimamos que esta poda, este recorte radical del cincuenta por ciento de los fondos destinados a la construcción del edificio municipal de la comuna, constituye una burla. Los mismos arquitectos de la Dirección de Obras Municipales de San Miguel nos han manifestado que los mil millones de pesos no alcanzarán ni para los cimientos. Sabemos que el metro cuadrado de construcción vale, en la actualidad, 250 mil pesos.
Como conocemos la magnitud de este proyecto, abundaremos un poco más en la materia. Cuando solicitamos esos dos mil millones de pesos, existía el propósito de financiar las expropiaciones necesarias para construir un verdadero barrio cívico, donde se agruparían todas las oficinas públicas de la comuna, de modo que los vecinos pudieran efectuar todas sus diligencias y tramitaciones en el mismo edificio, en un par de cuadras a la redonda, sin tener para ello que andar de arriba a abajo, en micros.
Por lo tanto, si existiera equidad y consecuencia con lo resuelto en los diversos trámites constitucionales, es decir, cuando se aprobó por unanimidad este proyecto, creo que la Honorable Cámara debería rechazar el veto del Ejecutivo. Por desgracia, sabemos de antemano cuál será el resultado de la votación.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ha terminado el tiempo del primer discurso de Su Señoría. Puede continuar en el tiempo de su segundo discurso.
El señor PALESTRO.-
Sabemos positivamente que la representación democratacristiana, y es natural que lo haga, a pesar de no estar en la Sala el Honorable señor Alfredo Lorca, aprobará la observación formulada por el Ejecutivo al número 1 del artículo 3º. Pero los Diputados socialistas, por estimar que ella no favorece, ni con mucho, a la Municipalidad de San Miguel, nos abstendremos.
Consideramos que, en este veto, no se soluciona el gravísimo problema que está afrontando esa Municipalidad, en cuanto a capacidad de sus locales, y a las condiciones de comodidad y limpieza que debe reunir para que trabajen sus funcionarios, y atender como corresponde al gran número de habitantes de la comuna de San Miguel.
Por estas razones, en caso de que los Honorables Diputados de la Democracia Cristiana no nos acompañen en esta posición, los parlamentarios socialistas nos abstendremos de votar esta observación del Ejecutivo.
Eso es todo.
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