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- rdf:value = " 2.-REFORMA AGRARIAEl señor ISLA (Vicepresidente).-
Continúa la discusión particular del proyecto de ley de reforma agraria.
Estaba con el uso de la palabra el Honorable señor Garcés.
Puede continuar Su Señoría.
El señor GARCES.-
Señor Presidente, decía, en la sesión anterior, que, desgraciadamente, los agrónomos y prácticos agrícolas han sido y siguen siendo subestimados por algunos colegas de la Corporación y también, en parte, por la opinión pública. Es necesario que muchos de estos funcionarios trabajen a la vez, en dos o más organismos de carácter agrario, porque no hay en el país suficientes técnicos y, sobre todo gente especializada en ciertos asuntos agrícolas, que puedan satisfacer las necesidades de los diversos organismos estatales en esta materia.
Quisiera aprovechar esto para refutar las imputaciones que se ha pretendido hacer al señor Emilio Santis, por no conocer bien, seguramente, a esta persona. El colega Emilio Santis es un profesional que ha trabajado durante muchos años en el Ministerio de Agricultura. Y es, se puede decir con orgullo, una de las pocas personas en el país, quizás la única, versada en problemas de deshidratación y conservación de fruta. El ha estado personalmente a cargo del Departamento Técnico del Ministerio de Agricultura; y, en diversas ocasiones, ha asesorado y ha sido consultado respecto de problemas, no sólo de nuestro país, sino de la Repúblicas vecinas.
También deseo refutar algunas afirmaciones hechas por el Honorable señor Ochagavía, en el sentido de que esta reforma agraria va a traer miseria y hambruna a los próximos adquirentes de tierras. Sin duda, si la agricultura chilena sigue operando en la misma forma en que se ha desarrollado desde hace 30 años a esta parte, lógicamente tendrá que producirse miseria, hambruna y desmoralización entre los adquirentes de tierras. Pero nosotros queremos hacer una reforma agraria que comprenda también la adecuada programación de la explotación agrícola, con el objeto de realizar no sólo una agricultura extensiva, sino también una agricultura seria, intensiva, intensiva e industrializada, cosa que, hasta ahora, no se ha hecho. De esto, hoy día la ciudadanía puede ver un ejemplo, como es la diversificación de la producción de carnes en el país. En suma, en la medida en que nosotros tengamos fe en los programas de desarrollo agrícola que tiene el país en este momento, y en la medida en que nosotros confiemos en la capacidad de los nuevos adquirentes de la tierra, en esa misma medida la reforma agraria chilena va a tener éxito. Nosotros, como partido de Gobierno, estamos conscientes, como lo está la mayoría de la Cámara, de que el campesino es una persona capaz y que sólo le falta la oportunidad, que nunca la ha tenido, para desarrollar su inteligencia y demostrar que, cuando se le dan las herramientas necesarias y las posibilidades, sabe aprovecharlas y puede producir más, no sólo para su familia, sino también para la economía nacional.
A la vez, quiero desvirtuar el cargo, formulado esta mañana, de que los que están realizando la reforma agraria son todos unos teóricos, lo mismo que los que están dirigiendo la agricultura. Sin embargo, nosotros vemos que los aplausos para estos técnicos vienen de todas partes del mundo. Y aunque les parezca mal a los colegas del Partido Nacional, el Ministro de Agricultura es un hombre que tiene reputación internacional, un hombre que ha figurado en diversos organismos internacionales y que ha dirigido y asesorado la agricultura de muchos países americanos. También, entre los personeros de la Corporación de la Reforma Agraria y del INDAP, hay personalidades de gran prestigio internacional en materias agrícolas. Por consiguiente, creo que no se puede decir, así al pasar, que con estos técnicos va a fracasar la reforma, porque los que la dirigen no tienen experiencia.
Los técnicos que están realizando los asentamientos de parceleros, lo están haciendo bien. Lógicamente, en gran parte, el éxito se deberá al esfuerzo de los propios campesinos; pero también, en gran parte, estará determinado por la dirección y el asesoramiento técnico que le han dado los personeros del INDAP y de la CORA.
Por eso, es justo que levantemos esos cargos que se han hecho, en forma bastante injusta, a las personas que dirigen la CORA o el INDAP y, sobre todo, a los funcionarios que trabajan en esas instituciones.
Quisiera contestar, en forma muy breve, porque a todos nos interesa que se despache pronto este proyecto, que ojalá sea ley a la brevedad posible, con el objeto de favorecer a quienes esperan de él grandes beneficios, al Honorable señor Osorio, con todo el respeto que me merece su persona. Debo decirle a Su Señoría que, efectivamente, en este sexenio, nosotros nos hemos propuesto hacer 100.000 nuevos propietarios. No queremos decir, con eso, que el día de mañana, por el éxito que seguramente tendrá la reforma agraria, no puedan ser más los nuevos propietarios. No nos vamos a limitar a ese solo número. Pero nosotros nos hemos propuesto hacer cien mil nuevos propietarios. Lo dijimos desde un principio, en la campaña electoral; desde que se hicieron los estudios técnicos, económicos y sociales; desde que se empezó a discutir este proyecto en la Comisión de Agricultura.
Y anunciamos a la opinión pública lo que en este sexenio seremos capaces de hacer.
No vamos a decir cosas que, en el día de mañana, no vamos a cumplir.
Este proyecto establece un sistema de trabajo en cooperativas. De modo que si un día los adquirentes de tierras no pueden trabajar su predio, existe la posibilidad de que ese predio sea explotado en forma de cooperativa, para obtener, así, el máximo de rendimiento de la tierra, en beneficio de los que la trabajan...
El señor OSORIO.-
El Gobierno dice otra cosa, Honorable colega.
El señor GARCES.-
Por eso, este proceso de reforma agraria debe conducir -y la realidad y el curso del tiempo lo van a decir- a un proceso de desarrollo industrial que, lógicamente, va a desplazar mucha gente del campo hacia la industria. Hoy día hay 600 mil campesinos que aspiran a ser adquirentes de la tierra; pero, a medida de que se vaya produciendo el proceso de la reforma agraria y se vayan viendo sus resultados y aumente el poder adquisitivo de la masa campesina, lógicamente, la industria y el comercio se tendrán que desarrollar en forma más rápida y ágil que hasta ahora.
Y mucha gente que se ha ofrecido para la mano de obra agraria que se siente desplazada en el campo, porque han buscado trabajo allí personas que, no disponiendo de trabajo en la ciudad, han ido a solicitarlo al campo y se sienten postergadas e insatisfechas, seguramente volverán a la ciudad, cuando vea las nuevas fuentes de trabajo en la industria.
No se puede decir que en la redacción del proyecto de reforma agraria, nosotros vamos a desplazar o a desoír a los demás campesinos. Hemos fijado estos límites, porque creemos, honradamente, que durante este sexenio podremos cumplir estas metas, ya que no sacaríamos nada con prometer cosas que podrían constituir para nosotros un pie forzado.
Por último, deseo expresar al Honorable señor Osorio que tanto él como las ideas que propicia -en cuanto al colectivismo de la tierra- son, muy respetables; pero nosotros -el Gobierno y sus organismos oficiales así lo han dicho desde el instante en que se presentó al país el programa de la Democracia Cristiana- no deseamos un sistema de colectivismo de la tierra. Queremos establecer un sistema de propiedad comunitaria, de propiedad individual, a fin de que cada uno pueda satisfacer sus aspiraciones.
Nada más, señor Presidente.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Honorable señor Aylwin.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Señor Presidente, me referiré en forma muy breve a algunas objeciones formuladas en relación con el proyecto en debate.
Cada vez que se presenta en esta Honorable Cámara una iniciativa legal importante, siempre surgen las voces de crítica de algunos Honorables colegas que demuestran, como en este caso, que no quieren ver lo trascendental, importante y fundamental que existe en estos proyectos y se detienen a considerar, más bien, ciertos detalles o siembran dudas en relación con su contenido. Yo creo, en definitiva...
El señor OSORIO.-
Seríamos democratacristianos, si creyéramos todo lo que Sus Señorías dicen.
El señor AYLWIN (don Andrés.-
Honorable colega, yo le escuché tranquilamente esta mañana. Espero que Su Señoría haga lo mismo.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Ruego al Honorable señor Osorio no interrumpir y al Honorable señor Aylwin dirigirse a la Mesa.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Esta actitud, señor Presidente, ya la hemos visto en la discusión de muchos proyectos despachados anteriormente; por ejemplo, hace algunos días, durante el debate del proyecto de ley que concede franquicias para el desarrollo de los recursos forestales y, más recientemente aún, durante la discusión del que otorga personalidad jurídica a las Juntas de Vecinos.
Yo creo, desde luego, que se puede hacer cualquier crítica legítima al proyecto en debate, pero no me parece recomendable que se haya insistido única y exclusivamente en lo que puede ser negativo y no en lo trascendental que el proyecto contiene.
Por desgracia, hoy día hemos visto exactamente la misma actitud de parte de algunos Honorables colegas del Partido Socialista, durante la discusión del proyecto sobre reforma agraria.
No extraño las críticas de los partidos de Derecha, porque comprendo perfectamente que ellos deben ser contrarios a la idea de realizar una reforma agraria.
La señora LAZO.-
¿Me permite una interrupción, Honorable colega?
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Su Señoría no me concedió la que le solicité en la mañana. ¿Por qué no me deja terminar, para concedérsela después?
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Puede continuar el Honorable señor Aylwin.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Se pueden formular, desde luego, muchas objeciones a este proyecto de ley, porque estamos en una democracia.
Se pueden criticar algunos aspectos de esta iniciativa, pero por sobre todas esas palabras de crítica hay algo que para nosotros, los democratacristianos, es evidente: este proyecto contiene normas extraordinariamente positivas, hecho que ningún sector de la opinión pública, especialmente los sectores populares, pueden honestamente desconocer.
Durante los últimos años de la historia chilena, no ha habido jamás político alguno, perteneciente a los partidos populares, que, desde una tribuna, no se haya referido al latifundio. Naturalmente, no podría haber dejado de hacerlo, porque considero que ese sistema de tenencia de la tierra constituye la lacra social más grande que ha existido en nuestro país y que todavía subsiste en nuestro territorio.
Como Diputado por la provincia de Santiago, puedo expresar que a pocos kilómetros del lugar donde funciona el Congreso Nacional hay grandes extensiones de terrenos insuficientemente cultivados, donde los campesinos son explotados, ya que se les pagan jornales miserables y donde muchas veces se les niegan los derechos más elementales.
Pues bien, este proyecto, a mi juicio, toca a fondo en lo referente a la supresión del latifundio. Para llegar a esta conclusión basta leer algunas de sus disposiciones, como, por ejemplo, el artículo tercero, que establece la posibilidad de expropiar todos los predios de superficie mayor a las ochenta hectáreas de riego básicas y todos los terrenos mal explotados.
El señor ACEVEDO.-
Menos las viñas ...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Honorable señor Acevedo, llamo al orden a Su Señoría.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
También podemos señalar, como ejemplos, los artículos 42 y 43, uno de los cuales determina incluso que tales expropiaciones pueden pagarse con sólo el 1% del precio al contado, en ciertos y determinados casos; concretamente, cuando se trata de fundos abandonados.
Yo considero que el solo hecho de que esta ley signifique un golpe de muerte para el latifundio es ya algo profundamente positivo, que deben ver con ilusión y esperanzas las masas campesinas de nuestro país.
Por eso, no creo que sea conveniente ni serio empezar hoy día la discusión en particular de este proyecto diciendo que esta reforma significará una nueva frustración para los campesinos. A mi juicio, este proyecto significa, clara y definitivamente, algo positivo.
Yo puedo señalar que todos los partidos políticos chilenos, desde el Conservador al Comunista, se han preocupado del problema del latifundio. Además, ningún candidato a Presidente de la República ha dejado de establecer en su programa el exterminio de esa lacra social. Pese a lo anteriormente dicho, todos sabemos que el hecho real y concreto es que actualmente, en 1966, el latifundio sigue existiendo, incluso en la propia provincia de Santiago.
La señora LAZO.-
Su Señoría se sorprende porque no entiende que, como decía Lenín, las etapas económicas no se saltan por decreto.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Otra objeción que se ha hecho a este proyecto de ley es la de que contribuirá a hacer propietarios de la tierra que trabajan a sólo una parte de los campesinos. Y como no todos tendrán acceso a la propiedad, quedarán 200 ó 250.000 campesinos que no podrán cumplir esta aspiración fundamental de todo hombre de campo; la de poseer un terreno en el cual poder desarrollar sus aptitudes creadoras.
Yo comprendo perfectamente, en todo su valor, esta objeción. Aun cuando ello fuera efectivo, incluso en el caso de que este proyecto de ley signifique que una parte importante del campesinado siga siendo asalariado, yo pregunto: ¿es diferente para un hombre ser asalariado de un pequeño propietario que, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 66 debe explotar personalmente su predio, que conoce el trabajo agrícola, que vive permanentemente en el campo y quiere a la tierra, que serlo, como hoy día -no siempre, pero muchas veces- de un hombre que tal vez sólo visita el fundo los fines de semana, que generalmente no siente cariño por la tierra ni tiene respeto por el campesino?
Nosotros hemos hablado de hacer cien mil nuevos propietarios y -como lo expresó ya con tanta claridad nuestro Honorable colega señor Garcés- esto no obsta para algo más importante que impulsar la explotación de la tierra a través de cooperativas, de acuerdo con lo que establece el artículo 78 del proyecto.
En todo caso, nosotros tenemos plena conciencia de que esta ley no podrá ser definitiva. Creemos que ningún proceso histórico se detiene y a lo mejor en 4, 5 ó 6 años deberán modificarse muchas disposiciones de esta ley.
Pero yo insisto en que no es serio expresar en esta Cámara que este proyecto de ley no significa un avance importante; y lamento, repito, que se inicie la discusión particular de él hablando nuevamente de una frustración de los campesinos, en circunstancias que todos ellos están profundamente esperanzados con esta ley. A nuestro juicio, esta esperanza es muy legítima, sobre todo si se considera que el deber fundamental de nosotros, los políticos, es dar esperanzas, fe e ilusión a la gente que trabaja, y no infundirles el pesimismo y hablarles de posiciones negativas y de frustración.
Es cuanto deseaba manifestar.
La señora LAZO.-
Pido la palabra.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra Su Señoría.
La señora LAZO.-
Señor Presidente, el Honorable colega señor Aylwin ha afirmado aquí que no le causa asombro la oposición de los parlamentarios de extrema Derecha a este proyecto, porque la esperaba y suponía; pero sí le extrañan las aprensiones que hemos manifestado los socialistas.
Pues bien, debo decirle al Honorable colega que, en la correlación de fuerzas políticas de nuestro país, la Derecha defiende sus puntos de vista y prerrogativas y el Partido Socialista defiende lo que podríamos llamar "la voz de una auténtica revolución". Si el Honorable señor Aylwin fuera consecuente con un postulado de su partido, cual es el de la libertad, debería esperar que no todos concuerden con el pensamiento expresado por la Democracia Cristiana.
La Democracia Cristiana es una fuerza de Centro que cree posible realizar una reforma agraria conversando con la Sociedad Nacional de Agricultura y declarando que los fundos de los patrones buenos serán respetados y, en cambio, los de los patrones malos serán expropiados. Eso está bien para democratacristianos; pero no para quienes pensamos que sólo se puede lograr un cambio estructural con una auténtica revolución.
Por eso, yo digo al Honorable señor Aylwin que no debe extrañarse porque manifestemos nuestras aprensiones, pues el campesinado no puede esperar una verdadera reforma agraria de un Gobierno que contrata con sueldos millonarios a funcionarios sólo para que recorran los campos. La economía agraria de nuestro país no da para hacer el despliegue de técnicos, asesores y burócratas que se está efectuando en este momento. Si esto se llama "Revolución en Libretad" o revolución de cualquier otro nombre, nosotros no podemos suscribir esa forma de ser revolucionario.
Por eso, contra la opinión de los Honorables colegas, contra sus muy respetables anhelos y contra la creencia angelical que tienen muchos de ellos de que esta reforma agraria va a satisfacer las necesidades auténticas de los campesinos -aun cuando votaremos favorablemente esta ley- nosotros tenemos el derecho, ante el juicio histórico, de dejar establecido que sabemos que esta ley no dará solución a los problemas de la producción agropecuaria, ni mucho menos a las necesidades de las masas campesinas.
Por estos motivos, yo digo al Honorable colega señor Aylwin que votaremos favorablemente este proyecto de ley, pero nos reservamos el derecho de señalar nuestro juicio frente a la actuación de los funcionarios de la Corporación de la Reforma Agraria y del Instituto de Desarrollo Agropecuario en los campos de nuestro país.
El señor OSORIO.-
Pido la palabra.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental.-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor OSORIO.-
Señor Presidente, ya en la mañana me referí a este problema que han tocado los Honorables colegas señores Garcés y Aylwin y lo hice precisamente, para demostrar la falacia de algunas afirmaciones hechas en esta Cámara por los Diputados democratacristianos frente al proyecto en debate.
Así leí algunas declaraciones de funcionarios de Gobierno y algunos editoriales del diario "La Nación". No es que nosotros tengamos ciertas aprensiones en esta materia porque sí, o que digamos que el campesinado sufrirá una nueva frustración, simplemente por hablar. ¡No, señor Presidente! Debemos manifestar a los Honorables colegas de la Democracia Cristiana que, en líneas generales, creemos que este proyecto es positivo; ya lo dijo nuestro compañero de bancos, el Honorable señor Andrés Aravena durante su discusión general. Tampoco escatimamos nuestros aplausos en el momento de ser aprobado en general. Pero ello no significa que los Honorables colegas democratacristianos nos vengan a pedir que "a fardo cerrado", votemos cada uno de los artículos que ellos por mayoría, aprobaron en la Comisión de Agricultura y Colonización, primero, y, posteriormente, en la de Hacienda; que sabemos, positivamente, perjudican a los campesinos y benefician a los terratenientes.
El día que se aprobó en general el proyecto, decíamos al Honorable señor Ballesteros, Presidente de esta Honorable Cámara, y al señor Ministro de Agricultura, don Hugo Trivelli: "Cómo nos habría gustado que hubiesen estado los campesinos de Chile, aquí, en el Congreso Nacional, para escuchar los planteamientos de los diferentes sectores políticos de esta Cámara y así pudieran saber, a ciencia cierta, quiénes estaban diciendo la verdad y defendiendo efectivamente sus intereses, y quiénes no.
Señor Presidente, tengo en mis manos una revista de las ediciones "Punto Final", que se titula "El fin de una casta". Y al comienzo de la revista se afirma que, en un foro, un campesino dijo lo siguiente: "Es una lástima que ahora todos sean partidarios ardientes de la Reforma Agraria. Lo hemos escuchado de todos los sectores, desde la extrema Derecha hasta la extrema Izquierda". Y continúa el campesino: "Cuando nosotros la defendíamos hace diez u ocho años, se nos decía que éramos comunistas, revolucionarios, agitadores, -elementos peligrosos. Incluso se nos expulsaba con carabineros de los fundos en que trabajábamos. En cambio, a los patrones les bajó una tremenda sensibilidad social que nunca les habíamos visto. Al revés de lo que pudiera pensarse, esto no nos alegra, sino que nos hace temer. Porque si hacen la Reforma como a ellos les gusta, no va a ser una Reforma verdadera".
Este folleto de ediciones "Punto Final", fue escrito por un periodista demócrata-cristiano.
Reafirmando lo que dijo el campesino en el foro mencionado, también queremos decir nosotros que,' si la reforma agraria la hacen estos sectores, no será verdadera. No quería creer que muchas veces aquí se habría tratado de defender los intereses de ciertos latifundistas, que pertenecen al partido de Gobierno, pero, por desgracia, así ha sido.
En el editorial del diario "La Nación", se expresa categóricamente: "No va a haber reforma agraria en los fundos bien explotados". Es lo que se señala, citando fielmente las palabras del Vicepresidente de la Corporación de la Reforma Agraria. Esto reafirma que no habrá reforma agraria en estos fundos, y que el funcionario que tiene que aplicar la ley así lo manifiesta y en forma categórica.
Ahora, para refrescarle la memoria al Honorable señor Aylwin, le leeré una parte de esa publicación. El podrá comprobar que nuestras aprensiones son totalmente justas y fundadas y que, de acuerdo con lo que dice este editorial del diario de Gobierno, no desmentido aún, los campesinos chilenos sufrirán una nueva frustración.
Y esto lo estamos diciendo ahora, en el momento oportuno. No lo diremos de aquí a tres o cuatro años más, cuando, por desgracia, nuestras aprensiones de ahora se vean ratificadas por la realidad.
El Honorable señor Aylwin también tiene aprensiones, igual que nosotros los socialistas, cuando dice que la futura ley no puede ser definitiva. Lo dijo categóricamente: "De aquí a cinco años más podemos modificarla".
Señor Presidente, los campesinos se han movilizado a lo largo del país; los dirigentes políticos también; y los asesores a sueldo están diciendo a los trabajadores del campo que habrá reforma agraria y que la tierra será para el que la trabaje.
Pues bien, el Honorable señor Aylwin dice: "Bien, hay que dar esperanzas, ilusiones". Nosotros, los socialistas, decimos, no. El campesino no está viviendo, en este momento, de esperanzas ni de ilusiones. El campesino quiere realidades. El campesino quiere la tierra. Y esto es lo que nosotros tenemos la obligación de entregarle mediante este proyecto que la Cámara discute. Tenemos el deber de darle la posibilidad de que haya una verdadera reforma agraria, que cambie la estructura total de la tenencia de la tierra, se termine definitivamente con el régimen de asalariados en el campo, entregando en forma colectiva la tierra para el trabajo de los campesinos. Esta es la única manera de incorporar definitivamente a todos los campesinos a la tierra y no a cien mil como quiere el Gobierno, dejando a más de quinientos mil al margen de ella.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor OSORIO.-
Señor Presidente, algunos Honorables colegas me dicen que estamos equivocados. No es así y para ello remitámonos al editorial de "La Nación" de fecha 15 ó 16 de junio, titulado "Primeras experiencias de Reforma Agraria'"', Dice en una de sus partes: "Hay otro aspecto de las declaraciones del Vicepresidente de la CORA que constituyen una necesaria clarificación de muchas afirmaciones que se han formulado con el objeto de sembrar desconfianza o desaliento entre los agricultores". No habla de campesinos, sino de "agricultores", lo que equivale a "terratenientes". Sigue el párrafo: "En realidad, del análisis de las expropiaciones efectuadas se desprende que ellas han afectado sólo a aquellos predios abandonados o notoriamente mal explotados y en proporción menor, a los pertenecientes a sociedades que no los trabajan directamente o a aquellos que voluntariamente fueron ofrecidos a la CORA para ser expropiados".
El señor SILVA (don Julio).-
Porque, legalmente, no puede hacer otra cosa.
El señor OSORIO.-
Parece que mi Honorable colega no lee "La Nación". Hay mucha gente, en este país, que no quiere hacerlo, y entre ellos parece que está el Honorable colega Silva Solar.
Sin embargo, más abajo este editorial del diario de Gobierno, dice lo siguiente, que es lo que provoca nuestras inquietudes y aprensiones y por lo cual decimos que va a haber una nueva frustración para los campesinos: "El Vicepresidente ha reiterado que -esto entre comillas- "esta norma de acción va a ser continuada". ¿Cuál norma de acción va a ser continuada? La que ha existido hasta esta fecha, o sea, lo que está reiterando este editorial de "La Nación", a través de las palabras del Vicepresidente de la CORA.
Dice más adelante: "... lo que viene a reafirmar lo que tantas veces ha expresado el Presidente Frei respecto a los agricultores que explotan debidamente sus predios, en el sentido de que ellos no serán afectados por la reforma."
Bien ¿hay necesidad de tener aprensiones o no? ¿Es justo o no lo que hemos venido planteando, no tan sólo ahora, sino también en la discusión general de este proyecto, como lo hacemos, en la discusión particular, en estos instantes? Es indudable que seguramente, detrás de esto está la "madre del cordero".
Represento a una provincia, la de Aconcagua, donde hay grandes latifundistas democratacristianos. Pues bien, ellos hablan, políticamente, de que van a hacer la reforma agraria, seguramente en otros pueblos. ¿Cuál es el latifundista democratacristiano que ha ofrecido vender sus tierras a la CORA, o regalárselas a los campesinos? Es aquí donde está la "madre del cordero", cuando el propio Vicepresidente de la Corporación de la Reforma Agraria y el editorial del diario "La
Nación" dicen que son las palabras del propio Presidente de la República las que reafirman que no serán expropiados aquellos predios bien explotados.
Por eso reitero, en nombre de los Diputados socialistas, que creemos que este proyecto va a ser una nueva frustración para cientos de miles de campesinos, que hoy día están esperando esta reforma agraria y que, de acuerdo a las declaraciones del Gobierno, no tendrán derecho a la tierra.
El señor SILVA (don Julio).-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
¿Su Señoría solicita la palabra en su calidad de Diputado informante? De no ser así, está inscrito para hacer uso de la palabra el Honorable se��or Valen-zuela, don Ricardo, antes que Su Señoría. Pero, como Diputado informante, indudablemente, tiene preferencia.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Honorable señor Valenzuela, don Ricardo.
¿Concede una interrupción al Honorable señor Silva Solar, Su Señoría?
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Como Diputado informante, mi Honorable colega tiene prioridad en el uso de la palabra, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Eso es lo que deseaba aclarar la Mesa, Honorable Diputado.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Puede hacer uso de la palabra el Honorable señor Silva Solar.
El señor SILVA (don Julio).-
Señor Presidente, quiero referirme, en mi calidad de Diputado informante, a las observaciones del Honorable señor Osorio.
Me parece que lo que estamos debatiendo es el proyecto sobre reforma agraria. Considero que debemos tratarlo al tenor de su articulado, y no al de las declaraciones o editoriales del diario "La Nación". Porque esos editoriales serán muy respetables, pero no constituyen, precisamente, la legislación que estamos discutiendo en estos instantes...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SILVA (don Julio).-
No extraño que el señor Vicepresidente de la Corporación de la Reforma Agraria haya dicho que, hasta el momento, sólo se han expropiado predios mal explotados o abandonados, porque, de acuerdo con la ley en vigencia, sólo se podían expropiar aquéllos que he mencionado. Ahora bien, es evidente que, de acuerdo con la nueva ley, se podrían expropiar aquellos predios de una cabida superior a 80 hectáreas básicas de riego.
Se ha dicho que esto no va a afectar a los latifundistas, pero, de acuerdo con el texto de este proyecto, resulta que la superficie de terrenos excluida de la expropiación, o sea, que el latifundista podrá mantener en su poder, no podrá exceder de 320 hectáreas de riego básicas. Por lo tanto, no se puede sostener que, de acuerdo con el articulado de este proyecto, el latifundista quedará indemne, ya que se están entregando los instrumentos legales necesarios para expropiar el latifundio y, el máximo que se podrá conservar ascenderá a 320 hectáreas básicas de riego.
Me parece que esto es más positivo, preciso y concreto que las especulaciones de los editoriales del diario "La Nación" o de cualquier otro...
El señor OSORIO.-
¡Hemos repetido las propias expresiones del Presidente de la República!
El señor PHILLIPS (Presidente accidental.-
¡ Honorable señor Osorio!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
¡Ruego a los señores Diputados se sirvan guardar silencio!
Tiene la palabra el Honorable señor Valenzuela, don Ricardo.
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Señor Presidente, no extraño que los Honorables colegas socialistas tengan tantas aprensiones en esta materia. Sin embargo, ellas tienden a debilitar el concepto fundamental de la reforma agraria entre la clase trabajadora, porque a mi juicio, ése es el problema central, cuando se pretende deformar un proyecto de avanzada social indiscutible, como es el de reforma agraria.
Nunca los Diputados de la Democracia Cristiana, ni el Partido Demócrata Cristiano, hemos pretendido que existe unanimidad en esta materia, porque comprendemos -por nuestra propia filosofía- que debe existir el pluralismo en una democracia. Somos auténticos demócratas, y por ello aceptamos que exista ese pluralismo, tanto en el campo de las ideas como en el de las actuaciones de los seres humanos.
Por eso entendemos, como lo expresara muy claramente nuestro colega y camarada Andrés Aylwin, que de los bancos del Partido Nacional salgan voces en contra de la reforma agraria, porque es natural que defiendan una posición que han tenido durante siglos en Chile y en América Latina, pero no comprendemos que ella sea compartida por los parlamentarios del Partido Socialista, que han expresado un punto de vista que, a mi juicio, no se compadece con el criterio revolucionario que tiene o debe tener ese partido.
El señor OSORIO.-
Su Señoría sabe que no es así.
El señor VALENZUELA (don Ricardo.-
Hace un momento, nuestra distinguida colega Carmen Lazo, en una interrupción del colega Aylwin, decía que los procesos sociales y económicos se debían realizar por etapas. Inmediatamente después el Honorable señor Osorio contradecía a la Honorable colega Lazo, pues manifestaba que estos procesos tenían que hacerse en forma total, porque, de otra manera, no significarían la realización de la reforma agraria. Sabemos positivamente, y en esto estamos de acuerdo con la Honorable señora Lazo, que los procesos sociales y económicos, en todas las épocas de la historia, se han efectuado por etapas. Por eso no podemos comprender la falta de concordancia, en puntos de vista fundamentales, que hay entre dos distinguidos parlamentarios del Partido Socialista. Pero la cosa es muy clara y precisa, porque la cuestión radica en las actitudes que tienen los Gobiernos y en las ideas representadas por los individuos que actuamos en política.
Desde los tiempos de Pedro Aguirre Cerda, con el triunfo del Frente Popular, se inició en Chile lo que se llamó la colonización agrícola. Pues bien, pasó el Gobierno del Frente Popular, pasaron los gobiernos radicales; después el de la Derecha, y nunca al inquilino, al hombre de ojotas, al hombre que muchas veces tiene que firmar su contrato de trabajo con el dedo, porque no sabe leer ni escribir, se le dio una parcela o la posibilidad de ser propietario de la tierra en Chile. ¿Cuándo se les dio un pedazo de tierra? Nunca en los Gobiernos que nos han precedido. Ha sido el Gobierno de la Democracia Cristiana el único en Chile y en América, el que le ha dado al inquilino, al hombre que no sabe leer ni escribir, la posibilidad de ser propietario de la tierra de su país.
O sea, es un problema de confianza. Nosotros tenemos confianza en el pueblo y la absoluta seguridad y certeza de que el campesino de Chile será un hombre de trabajo que hará producir la tierra.
Y los ejemplos de la reforma agraria, como lo ha señalado el Honorable señor Silva Solar, están en los asentamientos.
¿Acaso se ha ido a preguntar la ideología política o religiosa que sustentaban o profesaban los inquilinos de los fundos en que se han hecho los asentamientos?
¡Nadie puede decir lo contrario, porque sería absolutamente falso que así se dijera!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor VALENZUELA (don Ricardo.-
A los inquilinos, sea cual fuera su ideología, se les ha dado la posibilidad de ser propietarios de la tierra.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Por eso, el sistema de asentamiento es rechazado violentamente por la Derecha, porque saben que es la posibilidad que se le da al campesino de Chile para demostrar, real y positivamente, que es capaz de hacer producir la tierra. Y esto es lo importante: demostrar ante la conciencia nacional la capacidad real y efectiva de hacer producir la tierra en mejores condiciones que cuando el fundo estaba gobernado o dirigido por un patrón.
¡Estas son las cosas profundas de una revolución! ¡Esto es lo que significa hacer una revolución social, cuando se tiene confianza en, el pueblo y se le da la posibilidad de ser el sujeto activo de las realizaciones que significarán la revolución!
El señor OCHAGAVIA.-
¿Me concede una interrupción?
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Cuando termine, con el mayor agrado.
Se ha dicho también que hay una pléyade de técnicos. Pero, ¿dónde estamos? En la Cámara de Diputados de Chile, donde no es posible decir que no son indispensables los técnicos y profesionales para dirigir los problemas científicos y técnicos del país. ¿Cómo se va a hacer la reforma agraria sin profesionales de la agricultura?
¿Acaso en otros países, de otras tendencias, en nuestra América Latina, no han sido los técnicos los que han hecho la reforma agraria? ¿Acaso en Cuba la reforma agraria no la están dirigiendo los técnicos y profesionales? ¿Acaso los técnicos y profesionales son mal pagados allá? Son bien pagados, porque así tiene que ser, ya que de otra manera no se podría organizar un proceso revolucionario, por cuanto significaría que se estaría realizando una mascarada.
Para eso no estamos. Ni el pueblo de Chile ni nadie puede estar dispuesto a soportarlo y a seguir adelante en una posición que no signifique una realización precisa.
Soy Diputado por una provincia de campesinos. Por eso, cuando se dice que hay desconfianza en los técnicos, en los" que dirigen la Corporación de la Reforma Agraria, en los profesionales y asesores que están trabajando para servir a los campesinos y organizarlos en los asesores del INDAP y, frente a estos hechos, vemos cómo les están diciendo a los campesinos que presenten los pliegos de peticiones para que obtengan mejores condiciones de vida; cuando los asesores de este gobierno popular están sirviendo verdaderamente al campesinado de Chile ¿no podemos deducir que es vital para los intereses del país la ejecución de estas obras? Yo, como Diputado por la provincia de O'Higgins, tengo que decir estas cosas. Por ejemplo, ayer se ha dado orden de detención en contra de un latifundista de la zona, de don Iván Correa Larraín, por infringir la Ley de Seguridad Interino del Estado. ¿Por qué? Porque el Gobierno quiere que se cumpla con lo que nosotros estamos diciendo y con lo que ha dicho el Presidente Frei respecto a las etapas en que necesitamos hacer la reforma agraria.
Naturalmente que si un fundo está bien explotado sería insensato comenzar el proceso de la reforma agraria en ese fundo. Pero eso no significa que no puedan quedar afectos a ese proceso cualquiera que sea la forma de explotación y la reserva respectiva.
Nosotros queremos que todos los chilenos asumamos la responsabilidad que nos corresponde para realizar la reforma agraria, por ser vital para el progreso de Chile y para elevar a la clase trabajadora campesina a condiciones de vida que sean compatibles con la dignidad de un ser humano, pues en realidad nuestros campesinos no la han tenido nunca en su forma de vida. ¿Acaso no lo sabemos? ¿No hemos visto en todas partes del país, en todos los fundos de las zonas que representamos, la manera como viven los campesinos y la forma como han subsistido hasta ahora? Pues bien, el Gobierno actual está realizando estos planes para elevar las condiciones de vida del campesinado.
¿No sabemos acaso que debemos gastar miles de millones de escudos en importar alimentos que Chile no produce, no porque la agricultura nacional no sea capaz de producirlos, sino porque las tierras son mal explotadas? Hace un rato, se hizo presente que los gobiernos de Derecha habían sostenido que con algunas importaciones se trataba de favorecer a la agricultura. ¿En qué forma? El Honorable señor Irureta hizo en días pasados, algunas observaciones sobre el problema de la importación de vientres, con el objeto de mejorar y aumentar la producción de ganado. ¿Cómo se ha favorecido al agricultor de épocas pasadas? Dándole grandes créditos. El Honorable colega señor Rosales, representante de mi provincia, aquí presente, denunció en la legislatura pasada los créditos brujos que se dieron a muchos agricultores y que no fueron utilizados para el fomento de la agricultura, para lo cual todos los partidos populares estamos de acuerdo en otorgar toda clase de facilidades, porque es la manera real y precisa de obtener el beneficio que toda la población del país necesita.
Por eso he estimado necesario dejar bien establecidas estas cosas, con el objeto de que no quede la impresión de que no tuvieron respuesta. Esta es la posición que no puedo comprender de parte de los
Honorables colegas del Partido Socialista.
El señor OSORIO.-
¡Cómo es eso!
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Concedo una interrupción al Honorable colega señor Aylwin.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Con la venia de Su Señoría tiene la palabra el Honorable señor Aylwin.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Señor Presidente, quiero agregar algo muy breve en relación con los artículos editoriales aparecidos en el diario "La Nación", leídos por el Honorable señor Osorio.
El señor OSORIO.-
Son efectivos.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Desde luego, son efectivos, como también lo son los otros datos y referencias que voy a citar inmediatamente.
El hecho de que sigamos hablando de política agraria, de que nuestra idea es ir realizando gradualmente un proceso, no autoriza a nadie para pensar que la intención de la Democracia Cristiana es frustrar las espectativas de los campesinos.
No solamente nosotros decimos lo que aparece en los artículos del diario "Na Nación"; también lo expresan los teóricos socialistas en los libros que escriben. Incluso lo expresan los políticos e ideólogos en las propias constituciones Políticas de los Estados.
Sé que la Honorable colega señora Carmen Lazo es una gran admiradora de la República Popular China. Pues bien, tengo aquí en mis manos la Constitución Política china que, al hablar sobre la propiedad, dice lo siguiente: "El Estado, en virtud de la ley, protege el derecho de los capitalistas a la propiedad de los medios de producción y de otro tipo de capital. Con respecto a la industria y al comercio capitalistas, el Estado adopta una política de utilización, de limitación y de transformación". Y agrega: "Por medio del control ejercido por los órganos administrativos del Estado, de las directrices dadas por el sector estatal de la economía y del control que ejercen las masas obreras, el Estado utiliza los factores positivos de la industria y el comercio capitalistas que benefician a la prosperidad nacional y al bienestar del pueblo...".
Pero hay más. El artículo 8º se refiere expresamente a la propiedad de la tierra, y en su parte pertinente dice: "El Estado, en virtud de la ley, protege el derecho de los campesinos a la propiedad de la tierra y de los otros medios de producción".
Y más adelante agrega textualmente: "La política del Estado con relación a la economía de los campesinos ricos -no habla de los campesinos pobres o medianos, porque reconoce el derecho de éstos a ser propietarios- es una política de limitación y eliminación gradual".
Esto es lo que se hace en un país socialista. Sin embargo, cuando nosotros pretendemos establecer principios parecidos, aunque diferentes en muchos aspectos - lo sé-, se nos dice que estamos frustrando las expectativas de los campesinos.
Nada más.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Puede continuar el Honorable señor Ricardo Valenzuela.
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
El Honorable señor Ochagavía me había solicitado una interrupción. Se la concedo con cargo a su tiempo.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene que ser con cargo al tiempo del Comité de Su Señoría, Honorable Diputado.
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Lo lamento; entonces no puedo concedérsela.
El señor OCHAGAVÍA.-
Hubo acuerdo para que las interrupciones fueran con cargo al tiempo del Comité que la solicitaba.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
No hubo acuerdo, Honorable Diputado.
A continuación, está inscrito el Honorable señor Guajardo.
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor GUAJARDO (don Ernesto).-
Señor Presidente, seré bastante breve. Los colegas de la Democracia Cristiana pretenden que nosotros compartamos totalmente el criterio que ellos tienen frente a la inexpropiabilidad. En esta oportunidad debo dejar establecido que no la compartimos, y menos cuando se trata de favorecer a uno de los latifundios más grandes de América Latina, como es el de la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego de Magallanes. Frente a las grandes compañías ganaderas tenemos una sola posición: somos intransigentes.
Comprendo perfectamente que el Partido Demócrata Cristiano dé ciertos privilegios a la Sociedad Explotadora Tierra del Fuego, que por más de medio siglo ha explotado las tierras de Magallanes y que tiene en invierno a los trabajadores campesinos con salarios distintos de los de verano, como si éstos tuvieran estómagos de goma, que se encogen en invierno y se estiran en verano. La Democracia Cristiana tiene perfecta razón para apoyar a las compañías ganaderas, porque éstas harta propaganda les hicieron, en forma gratuita, a través de la radio y de los diarios. De manera que en este instante, no hacen otra cosa que devolverles la mano.
El señor SILVA ULLOA.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor SILVA ULLOA.-
Señor Presidente, la verdad es que con las intervenciones que hemos tenido oportunidad de escuchar en la mañana y en la tarde de hoy, prácticamente se ha prolongado el debate en general del proyecto de reforma agraria, tema que ya está agotado hace varias semanas. No quiero decir que nosotros no hayamos incurrido en este error. También hemos incurrido en él, pero es conveniente decir una última palabra.
Le consta al país que nosotros, los Diputados socialistas, hemos estado apoyando la iniciativa de legislar en materia de reforma agraria, sin ningún compromiso. El proyecto en debate contiene disposiciones que son aceptables y otras, como aquéllas a que se ha referido el Honorable señor Guajardo, que nosotros repudiamos. Pero no desconocemos que sus resultados van a depender, en lo sustancial, de quienes lo apliquen. Si quienes lo aplican van a tener el criterio que comentó el Honorable colega señor Osorio, en relación con el editorial de La Nación leído aquí, indudablemente, constituirá una frustración para el pueblo. Así lo entendemos nosotros. De tal manera que nuestra política, en esta materia, la podemos reasumir en una frase: "no queremos tierra sin campesinos, ni campesinos sin tierra". Creemos que el proyecto, en lo sustancial, en su línea gruesa, no resguarda totalmente este principio, y por eso, a pesar de apoyarlo, formulamos nuestras salvedades. Con esto, no hacemos otra cosa que cumplir honestamente con nuestro mandato de representantes de los sectores populares.
Termino esta intervención, en general, sobre el proyecto, para pedir, concretamente, que se cumpla con la letra d) del Nº 2 de los acuerdos por los cuales debe regirse esta sesión, que establece que cada Comité dispondrá de hasta tres horas para referirse, indistintamente, a cualquiera de las disposiciones sometidas a debate o de las indicaciones que sean admitidas a discusión.
Si se sigue gastando el tiempo de que dispone cada Comité en una discusión general, va a llegar el instante en que va a cerrarse el debate y se va a votar el saldo del proyecto sin discusión, sin que quede, en la historia de la ley, ningún antecedente fidedigno sobre disposiciones que son muy importantes.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
La Mesa le hace presente, señor Diputado, que el empleo de los tiempos depende de cada Comité o de cada señor parlamentario que interviene en el debate.
El señor SILVA ULLOA.-
Reconozco que hemos incurrido en el mismo error. La Mesa no podría limitar su tiempo a ningún señor Diputado, siempre que se estuviera refiriendo al artículo o a la indicación sometida a debate.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
El acuerdo dice "indistintamente". En consecuencia, la Mesa no puede coartar el derecho de ningún señor parlamentario.
El señor SILVA ULLOA.-
Eso se refiere a las disposiciones sometidas a debate; pero aquí se está hablando "del mundo".
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Las definiciones del artículo 1º se refieren, en general, a todo el proyecto.
El señor SILVA ULLOA.-
¡ Se está legislando "para el mundo"!
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el Honorable señor Canales.
El señor CANALES.-
Señor Presidente, me voy a referir, concretamente, a la letra i) del artículo 1°, que contiene la definición de "campesino". Dice que es "el obrero o empleado cuyo trabajo habitual y continuo se realiza en el campo, así como el ocupante, mediero, arrendatario, tenedor o dueño de tierras, siempre que lo sean respecto de una superficie no superior a la de la unidad agrícola familiar".
La verdad es que, de acuerdo con esta definición, sólo los campesinos van a poder ser asignatarios de tierras. De una vez por todas, van a ser los campesinos los que van a tener esta posibilidad real, no como sucedía antes, cuando quedaban siendo simplemente espectadores del proceso de colonización.
Por eso, doy mi plena aprobación a la letra i) del artículo 1°.
Nada más, señor Presidente.
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
Señor Presidente, se ha sostenido que las transformaciones, en un país, deben hacerse por etapas. Pero se han formulado, a los Gobiernos anteriores, cargos que no se compadecen con esta afirmación categórica hecha por Honorables Diputados de los bancos de la Democracia Cristiana.
El Gobierno del Frente Popular, que triunfó en 1938, se vio imposibilitado para hacer reformas fundamentales, porque no obtuvo las mayorías necesarias, especialmente del Partido Radical, al cual pertenecía el PresidentePedro Aguirre Cerda. No dispuso de una mayoría parlamentaria como la que tiene actualmente la Democracia Cristiana. No obstante, se legisló en cuanto a colonización, con los medios que la época permitía.
Pero no están ajenos a esta responsabilidad los demás partidos políticos, y entre ellos la Democracia Cristiana, que participó en los Gobiernos radicales, a través de personeros suyos, como Su Excelencia el Presidente de la República, don Eduardo Frei Montalva, que fue Ministro de Estado,...
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Ministro de Obras Públicas
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
... Ministro de Estado, en la cartera de Obras Públicas,...
La señora CORREA.-
Bastante bueno.
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
...como don Bernardo Leighton, que fue Ministro de Educación, como don Ignacio Palma, que fue Ministro de Tierras y Colonización.
-Hablan varios señores Diputados a la, vez.
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
¿Cómo estos altos personeros de la Democracia Cristiana no presentaron un proyecto de reforma agraria, cómo no aportaron estas luces con que hoy pretenden deslumbrar al país?
Esto viene a demostrar que las afirmaciones categóricas hechas por don Ricardo Valenzuela, en cuanto a los Gobiernos anteriores, no son tan exactas, porque también los democratacristianos tienen responsabilidad.
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Presentamos proyectos.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Honorable señor Valenzuela ruego a Su Señoría...
El señor VALENZUELA (don Ricardo).-
Muy bien, señor Presidente.
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
La ley Nº 15.020, de reforma agraria, porque así se llama, fue dictada en el Gobierno del señor Alessandri, con los votos del Partido Radical. Y esa ley, ¿es derogada con esta reforma de la Democracia Cristiana? No, señor Presidente. Sólo se derogan 24 artículos, que están expresamente señalados en el artículo 165 de este proyecto.
Luego, ¿es tan mala esa ley, a la cual no aportaron nada? Si mal no recuerdo, incluso no prestaron su aprobación al proyecto en general, o sea, se negaron a legislar sobre la materia. ¿Cómo, entonces, vienen a decir ahora que ésta es la primera vez que hay una reforma agraria?
Yo reconozco que la ley Nº 15.020 adolece de muchos defectos. Debo decir que el espíritu nuestro hubiese sido más amplio, pero esa combinación de gobierno no lo permitió. En cambio, ahora es distinto.
En tercer lugar, el Honorable colega señor Valenzuela nos ha hablado de la enorme confianza de la Democracia Cristiana en el pueblo, de esa confianza que siempre les oímos mencionar, pero que, cuando se trata de legislar, parece que se olvidaran de ella. Ya vimos, en la última ley de reajustes, cómo se limitó el derecho de huelga, cómo se estableció, según el Ministro, a fin de rectificar un error, un tribunal arbitral para poner fin a los conflictos cuando haya reanudación de faenas.
En la ley de sindicación campesina, despues de un amplio debate, se reconoció el derecho de huelga a los trabajadores del campo.
¡Gran confianza en los trabajadores! ¡ Gran confianza en los obreros agrícolas ! ¿Y qué se establece en este proyecto, qué se dice en el artículo 157. Lo siguiente:
"En caso de que por cualquier motivo se paralizaren las faenas de explotación de un predio rústico, el Presidente de la República podrá decretar la reanudación de ellas, con intervención de las autoridades civiles, las que podrán requerir el auxilio de la Fuerza Pública.
"El interventor tendrá todas las facultades que sean necesarias para continuar la explotación del predio y tomará a su cargo las gestiones para dar solución al conflicto." Con esto, vuelven a demostrar, en forma muy clara, su poca confianza en los trabajadores, ya que, de nuevo, recurren a una disposición represiva, insisten en coartar el legítimo derecho de los trabajadores para luchar por sus reivindicaciones sociales.
Aquí ya no se establece el arbitraje, ya no se establece, como en la legislación antigua, un medio para solucionar la huelga. Ahora sólo se le dan facultades al interventor. ¿Podrá éste resolver los problemas de los trabajadores? No, señor Presidente. Aquí no se pretende resolver los problemas de los trabajadores, sino los problemas de los dueños de los predios en los cuales se planteen los conflictos. Este está en contradicción con las palabras del Honorable señor Ricardo Valenzuela.
Los Diputados radicales queremos dejar claramente establecido que hemos estado apoyando, permanentemente, a medida de nuestra fuerzas, todos los proyectos que han ido realmente en beneficio de los trabajadores, del progreso y del desarrollo del país. En los Gobiernos nuestros, teniendo minoría, buscamos a las fuerzas afines, y algunas veces a las antagónicas, para formar combinaciones de gobierno e ir formando así, por etapas, la base de las modificaciones y reformas estructurales. El tiempo nos viene dando la razón.
Nada más, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Se ha pedido votación por letras. De acuerdo con el artículo 149 del Reglamento, se va a proceder en esta forma.
En votación la letra a) del artículo 1°, con su encabezamiento "Título preliminar".
-Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 58 votos.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Aprobada la letra a) con su encabezamiento.
En votación la letra b).
Si le parece a la Cámara, se aprobará con la misma votación.
El señor OCHAGAVIA.-
Con nuestra' abstención.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
La Mesa ha dicho con la misma votación.
Acordado.
En votación la letra c).
Si le parece a la Cámara, se aprobará con la misma votación.
El señor OCHAGAVIA.-
No hay acuerdo.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 56 votos; por la negativa, 5 votos.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Aprobada la letra c).
En votación la letra d).
-Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 50 votos.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Aprobada la letra d).
En votación la letra e).
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará, con la misma votación anterior.
Aprobada.
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
Que se vote, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Ya está aprobada, Honorable Diputado.
En votación la letra f).
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará, con la misma votación anterior.
El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
Que se vote, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
En votación.
-Efectuada la votación en forma, económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 55 votos.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Aprobada la letra f).
-Puestas en votación, sucesivamente, las letras g), h), i), j), l) y m) del artículo 1º, fueron aprobadas tácitamente con la misma votación anterior.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental.-
En votación la letra n).
Si le parece...
El señor ACEVEDO.-
¡Que se vote!
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 41 votos; por la negativa, 14 votos.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Aprobada la letra n).
En votación la letra o).
Si le parece a la Cámara, se aprobará.
El señor OCHAGAVIA.-
Con nuestra abstención.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Aprobada la letra o), con la abstención de los Diputados nacionales.
En votación la letra p).
Si le parece a la Cámara, se aprobará con la misma votación.
Aprobada.
En votación la letra q).
Si le parece a la Sala, se aprobará con la misma votación.
Aprobada.
En discusión el artículo 2º.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación.
-Durante la votación:
El señor OCHAGAVIA.-
En esta votación nos abstendremos, señor Presidente.
-Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 61 votos.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Aprobado el artículo 2º.
En discusión el artículo 3º.
El señor OCHAGAVIA.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, en el artículo 3º se establece que aquellas propiedades de más de 80 hectáreas de riego básicas serán expropiables conforme a la tabla de conversión indicada en el artículo 163.
En relación con este artículo, debemos decir, primero, que no estamos acordes con esta medida de 80 hectáreas de riego básicas, que será la máxima extensión inexpropiable, siempre y cuando no afecte al predio causal de mala explotación, que incluso hará expropiable una propiedad de menos de 80 hectáreas.
En un país como Chile, que tiene déficit especialmente de cultivos propios de la mediana y gran propiedades, tales como las producciones ganadera y de cereales, nos parece que esta cabida de 80 hectáreas, que se establece como cartabón máximo de inexpropiabilidad, limitará y significará un serio impacto a la producción, justamente, de estos rubros fundamentales de los cuales Chile es deficitario.
Nosotros tenemos un mercado limitado para producciones que son propias de la mediana y pequeña propiedades. Me refiero a los cultivos frutícolas y hortícolas, por ejemplo, limitados esencialmente a nuestro mercado interno e incluso a las necesidades estacionales, pues, si hay excedentes, éstos provocan la caída estrepitosa de los precios y crean la falta absoluta de comercialización, uno de los problemas más graves que tiene la pequeña propiedad.
Si pensamos que Chile es deficitario en trigo, en cereales como el maíz, en carne, en leche, y sabemos que ello corresponde esencialmente a la producción de la mediana y gran propiedades, llegamos a la conclusión de que esta cabida de 80 hectáreas no corresponde al concepto técnico adecuado para reducir el déficit de la producción agropecuaria chilena.
Hemos dado a conocer estudios técnicos a través de los cuales hemos demostrado que la eficiencia, concepto fundamental en el proceso de reforma agraria, no se obtiene en una propiedad de una cabida de 80 hectáreas de tierra. Es decir, la propiedad económicamente ideal en cuanto a costos de explotación, o sea, aquélla que produzca en términos económicos ideales, es una propiedad que, de acuerdo con el concepto medido en hectáreas de riego básico, tiene una cabida de 200 hectáreas.
Estos estudios los hemos planteado en la Comisión de Agricultura y Colonización. Hemos demostrado que la eficiencia estaba en la mecanización y en el costo de administración de una propiedad de 200 hectáreas de riego como mínimo. Incluso probamos que la propiedad que tenía mejores condiciones sociales, tanto en cuanto a rentabilidad como a viviendas, a condiciones sanitarias y educacionales, es decir, la que puede ofrecer al sector laboral una mayor participación, no es, desgraciadamente, ésta de 80 hectáreas.
Durante toda la discusión del proyecto no encontramos una respuesta sobre este planteamiento de parte de los técnicos del Gobierno ni de los Diputados democratacristianos. Ellos, que estudiaron con nosotros este proyecto en la Comisión, no pudieron probar que este concepto de 80 hectáreas era un concepto ideal. Se limitaron a señalar esta cifra como si fuera la verdadera premisa que teníamos que aceptar; aceptarla no se por qué razón, pues la explicación no la recibimos.
En seguida, el artículo 3º hace expropiabas aquellos predios rústicos de que sean propietarias dos o más personas en común.
Estimamos que la asociación de dos personas para trabajar en común un predio agrícola no sólo es una asociación legítima, sino conveniente para los efectos de bajar los costos de producción, porque hay coparticipación en la explotación del predio. Por ejemplo, uno dirige la empresa en su parte administrativa y el otro en la parte social, técnica o de comercialización.
Nos parece, dentro del sistema occidental, que la asociación de esfuerzos, de personas, de capitales, es conveniente para los efectos de obtener una mejor rentabilidad y de bajar los costos. Creemos qu mantener esto va en beneficio directo de la productividad.
Los Diputados nacionales vamos a votar en contra del artículo 3º, porque la cabida de 80 hectáreas como máximo no corresponde a nuestra realidad agrícola, ni al concepto técnico de mayor eficiencia, y además porque este artículo suprime la posibilidad de que, en una asociación entre dos o más personas que posean individualmente terrenos con una superficie superior a las 80 hectáreas permitidas para cada propietario, puedan sumarse las extensiones de cada socio para una explotación en común.
Eso es todo lo que quería decir.
El señor ROSALES.-
Pido la palabra.
El señor PHILLIPS (Presidente accidental).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ROSALES.-
Las disposiciones contempladas en el artículo 3° fueron extensamente debatidas, tanto en la Comisión de Agricultura y Colonización, como en la de Hacienda, y la verdad es que allí se barajaron diversas fórmulas y se dieron a conocer planteamientos distintos.
Nosotros hemos sostenido que una cabida de 80 hectáreas es una extensión demasiado grande para una sola familia, si tomamos en consideración que la unidad familiar para los campesinos va a tener entre 10 y 12 hectáreas. No es posible, entonces, dejarle al terrateniente expropiado una cabida tan grande, de 80 hectáreas.
Además, no es efectivo que ésta sea la cabida máxima. El artículo 17 del proyecto contempla una reserva de 320 hectáreas, y los señores Diputados tienen que comprender lo que significa tal superficie en un país como el nuestro en el que hay poca tierra disponible para la reforma agraria, como lo han hecho presente los personeros del Gobierno y, especialmente, el señor Ministro de Agricultura.
Ahora bien, estas 80 hectáreas de riego básico del llano del río Maipo tienen sus equivalencias a lo largo de la zona agraria de Chile. Así, por ejemplo, en Ovalle, corresponden a 100 hectáreas; en algunas regiones de la provincia de Copiapó, a 250 hectáreas; en Los Andes, a 150 hectáreas; en Quilpué, a 100 hectáreas; en San José de Maipo, a 120; en Machalí, 150 hectáreas; en Graneros, a 80; en Las Cabras, a 100; en San Vicente, a 50; en Chimbarongo, a 90; en Paredones, a 120; en Colina, a 200; en Río Claro, a 200; en Curepto, a 150; en Chanco, a 200; en Quirihue, a 220; en Curanilahue, provincia de Arauco, a 300; en Vilcún, a 650; en Nueva Imperial, a 200; en Carahue, a 300 hectáreas, etcétera.
Entonces, no se puede decir que esta cabida no le permite a una familia trabajar, vivir y progresar.
Por lo demás, hay un argumento que es lapidario para aquéllos que sostienen esta teoría de que 80 hectáreas es muy poca tierra. En la Comisión de Agricultura y Colonización escuchamos el planteamiento que hizo el Colegio de Ingenieros Agrónomos, el cual, como entidad, dijo que estimaba demasiado grande esta cabida.
El señor OCHAGAVIA.-
¡ No es efectivo !
El señor ROSALES.-
Es decir, ellos se pronunciaban por una cabida menor. Pero, aparte de este argumento, que tenemos que respetar, porque traduce la opinión técnica de los ingenieros agrónomos, que son los que mejor conocen el agro chileno, hay otro. En el último tiempo, especialmente, se estuvieron dividiendo, parcelando, hijuelando y rematando fundos, en particular en la zona central, para burlar las disposiciones del proyecto de reforma agraria. El señor Ministro nos ha dicho en la Comisión que sólo en dos provincias, O'Higgins y Colchagua, se remataron más de 60 predios.
Seguramente los señores Diputados vieron los avisos que publicaron los diarios anunciando estos remates. En ellos se decía que las hijuelaciones habían sido hechas por técnicos competentes; y ¿cuál era la superficie de esas hijuelas? Ellas tenían 30, 35 ó 40 hectáreas. Esa es la verdad. En diversos diarios se publicaron avisos de estos remates. Entonces, si los técnicos estimaron que en esos fundos se podía hijuelar a base de esta extensión, ¿por qué se reclama mayor cantidad de tierra para los terratenientes? Por eso, sostenemos nosotros los Diputados comunistas que incluso estas 80 hectáreas, dadas las condiciones de nuestro país y el hecho de que se han rematado muchas tierras que no podrán ser utilizadas para la reforma agraria, constituyen una cabida demasiado grande frente a la que van a recibir los campesinos, de 10 ó 12 hectáreas. Por estas razones, vamos a votar favorablemente esta disposición.
El señor OCHAGAVIA.-
Pido la palabra.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, voy a contestar, en forma muy breve, la intervención del Honorable señor Rosales.
El expresó que el Diputado que habla había sostenido que la propiedad de 80 hectáreas sería insuficiente para dar cabida a un grupo familiar.
Me parece inconveniente que se confundan dos conceptos diferentes: uno, el de la propiedad para el grupo familiar, es decir, la propiedad familiar; y otro, el de la propiedad ideal. Son conceptos distintos. Una es la propiedad que permite a una familia vivir y prosperar; y la otra, aquélla que al país le conviene porque tiene un costo de producción más bajo y mayor productividad. Cuando el país encara un problema deficitario en la producción de alimentos, a nosotros nos preocupa que se confundan estos conceptos que deben considerarse en toda reforma agraria: el de transformar en propietarios de la tierra al mayor número de campesinos, y el de la productividad del suelo. O sea, no he sostenido que la cabida de 80 hectáreas sea insuficiente para sostener una familia. He afirmado que el predio de 80 hectáreas no es lo ideal para su trabajo, explotación y mecanización. Por lo tanto, no es ésta la propiedad que tiene costos ideales para competir en un mercado común que Chile no puede negarse a integrar, porque forma parte de las actuales condiciones del mundo.
En consecuencia, nosotros pensamos que este concepto de unidad mediana debe permitir superar la producción deficitaria, en nuestro país, de cereales, de ganado, que es propia de la propiedad mediana o grande.
En seguida, no me he referido a la disposición que establece la reserva de la propiedad de 320 hectáreas, porque los requisitos que se exigen en el artículo 18 son tales que, a juicio del Diputado que habla, solamente con la ayuda de los funcionarios podría un empresario lograr este tipo de reserva. Luego, queda en pie el planteamiento de fondo, cual es este concepto estatista del proyecto, que significa que prácticamente el empresario tenga que someterse a los designios del Estado.
Además, el Honorable señor Rosales se refirió a la tabla de equivalencias. El Diputado que habla no ha querido aludir a esta materia, lo que hará cuando se discuta el artículo 163, porque esa tabla, a juicio nuestro, no obedece a ningún estudio serio ni responsable. Desde luego, en el mismo proyecto de tasación hecho por la Dirección de Impuestos Internos, se consideró la existencia de más de 10 tipos de suelos distintos. En cambio, esta tabla, con un criterio simplista, establece sólo 4, lo que, naturalmente, consagra de hecho desigualdades enormes, como lo probaré más adelante, que permiten a un propietario conservar una propiedad con un avalúo fiscal de 40 mil escudos; y a otro, un predio avaluado en 240 mil escudos.
Estas cifras revelan la absoluta inconveniencia de mantener un sistema como la tabla de equivalencias del artículo 163.
Por último, el Honorable colega señor Rosales ha querido avalar toda su explicación con un juicio técnico del Presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos.
En primer lugar, el Presidente de ese Colegio dijo que hablaba sólo a título personal y no en representación de ese organismo. En consecuencia, estableció un concepto, el de producción, y dijo concretamente que el predio ideal para el Colegio de Ingenieros Agrónomos, por los estudios que ellos tenían, es una propiedad con una productividad de 3 mil quintales métricos de trigo para una cabida que, naturalmente, es distinta. O sea, ellos han analizado el problema mucho más a fondo y han considerado que la propiedad ideal es aquélla cuya productividad equivale a 3 mil quintales métricos de trigo. De acuerdo con esto, un predio de ochenta hectáreas, para obtener una rentabilidad equivalente a tres mil quintales métricos, debería ser capaz de producir el valor de casi cuarenta quintales por hectárea. Si pensamos que el país tiene un rendimiento medio de catorce quintales y fracción por hectárea, debemos llegar a la conclusión que la cabida que fija el proyecto está muy lejos de la que se necesita para producir el equivalente de 3.000 quintales.
He concedido una interrupción al Honorable señor Phillips, señor Presidente.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Puede usar de la interrupción el señor Diputado.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, como se ha dicho, este artículo está relacionado con el 163, que fija la tabla de equivalencias en las distintas zonas agrícolas del país. Nosotros sostuvimos que lo justo y ecuánime era que sobre la base del proyecto aerofotogramétrico, el número de hectáreas del valle de Maipo fuera reducido a dinero, y este equivalente se aplicara a lo largo del país. ¿Por qué? Porque lo consideramos equitativo.
No se puede desconocer la realidad y asignar, arbitrariamente, tal cabida en una zona; y otra, en una diferente, cuando sabemos que incluso dentro de una misma propiedad hay una inmensa variedad de terrenos. En consecuencia, lo justo habría sido aprobar lo que propusimos en la Comisión, pero ésta no quiso aceptar nuestra sugerencia.
Es más, señor Presidente. Respecto de las aguas de riego, se establecen limitaciones sólo para algunas zonas. ¿Quién hará esta clasificación? Naturalmente que los funcionarios. Considero que ésta materia es demasiado seria para que quede entregada al arbitrio de aquéllos.
Creo que habría sido más tranquilizador para el sector agrario, que la ley hubiera dicho, clara y derechamente, cuánta agua de riego corresponderá a cada predio, en vez de dejarlo a la decisión de una persona. Esta es nuestra objeción a este artículo.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Puede continuar el Honorable señor Ochagavía.
El señor OCHAGAVIA.-
Concluí, señor Presidente.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Diputado informante.
El señor SILVA (don Julio).-
Señor Presidente, quiero rectificar una observación del Honorable señor Ochagavía, respecto a las expresiones vertidas por el representante del Colegio de Ingenieros Agrónomos en la Comisión de Agricultura y Colonización.
En realidad, muchas veces se ha pretendido que esta cabida de 80 hectáreas básicas es arbitraria y no obedece a un criterio técnico desde el punto de vista de lo que el Honorable colega señor Ochagavía llamaba la propiedad agrícola ideal, o sea, una empresa económica y eficiente. Pero no es una superficie arbitraria. No sólo la han defendido los técnicos de Gobierno, sino también el ingeniero agrónomo señor Yul, que concurrió a la Comisión en representación del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile. Es cierto que este profesional sostuvo que la propiedad ideal, en términos de producción, como señalaba el Honorable señor Ochagavía, era aquélla que producía tres mil quintales métricos de trigo. Pero, en seguida, cuando se de preguntó al señor Yul la relación entre la propiedad ideal que produciría la cifra anotada, y la cabida de 80 hectáreas básicas, manifestó que eran equivalentes.
Tengo aquí el acta de la respectiva Comisión, en que el señor Yul dice, textualmente, lo siguiente: "Respecto a la relación que puede haber entre los 3 mil quintales métricos y las 80 hectáreas, en realidad, es bastante estrecha. Naturalmente, es materia de opinión. No son hechos."
"80 hectáreas del Llano del Maipo, que no se pretende que sean las mejores tierras, sino que el tipo promedio, según se nos ha explicado en el foro especial, deben ser capaz de producir del orden de 40 quintales métricos por hectáreas, o sea, que las 80 darían 3.200 quintales, cifra que está bastante cerca de lo que hemos indicado."
Es decir, el concepto técnico expresado por los ingenieros agrónomos en la Comisión con respecto a este tipo ideal de cabida corresponde, de acuerdo con lo que ellos mismos han dicho, al concepto de las 80 hectáreas básicas.
El señor ROSALES.-
Así fue.
El señor PHILLIPS.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, me habría agradado que el señor Diputado informante hubiese contestado mi observación referente al problema que he planteado, porque las palabras últimamente expresadas por Su Señoría, confirman lo que sostengo. Si se aplica este mismo promedio de 80 hectáreas de la zona de Maipo a la de Angol o de cualquiera otra parte, en éstas jamás se producirá ni la mitad de lo que Sus Señorías han dicho, por el sistema de rotación que debe tener la tierra en la zona sur del país.
El señor SILVA (don Julio).-
Por eso hay una tabla de equivalencias.
El señor PHILLIPS.-
Pero esa tabla de equivalencias no guarda ninguna relación con la realidad. Y aquí está el punto que hice presente: que esta estimación se haga con arreglo al plano aerofotogramétrico o reducido a dinero, para que haya cierta equidad o equivalencia entre las distintas zonas del país y no existan comarcas privilegiadas, y menos, que esto quede entregado al arbitrio de un funcionario. Yo no sé cómo Sus Señorías se pueden oponer a una disposición de este tipo, cuando lo único que hace es darle seriedad al sistema del proyecto y evitar que se preste a malos manejos.
Nada más, señor Presidente.
El señor SILVA (don Julio).-
Pido la palabra.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Diputado informante de la Comisión de Agricultura y Colonización.
El señor SILVA (don Julio).-
Señor Presidente, sólo deseo decir que ahora la crítica ya no se refiere al concepto de las 80 hectáreas de riego básicas, sino al de la tabla de equivalencias. Como este problema no corresponde al artículo en debate, no me referiré a él. Oportunamente lo haré.
El señor PHILLIPS.-
¡ O sea, no tiene contestación!
El señor GARCES.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor GARCES.-
Señor Presidente, yo no concuerdo en absoluto con lo expresado por el Honorable señor Phillips. Si en la zona del valle del Maipo, las 80 hectáreas de riego básicas...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor GARCES.-
Déjenme ver la tabla de equivalencias.
Un señor DIPUTADO.-
¡ Se le perdió la tabla!
El señor GARCES.-
Si en el valle de Maipo, las 80 hectáreas de riego básicas, producen 3.000 quintales, en Malleco las 210 hectáreas producirán los mismos 3.000 quintales. Estoy de acuerdo en que el sur necesita la rotación...
El señor OCHAGAVIA.-
El centro también.
El señor MOMBERG.-
¿Me permite, Honorable colega?
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor GARCES.-
Si estos predios son bien trabajados y bien explotados, con la técnica, abono y semillas que se necesitan, esos productos que sustituyen al trigo en la rotación...
El señor PHILLIPS.-
¿Cuales son esos productos?
El señor GARCES.-
...darán una cosecha normal. O sea, en todo momento se mantiene la relación existente entre la productividad y el "hectareaje", sobre la base de las 80 hectáreas de riego básicas del Llano del Maipo. Y voy a ir más allá. Creo que nadie puede negar que 80 hectáreas de riego básicas del Llano del Maipo, que no son de primera, sino promedio, no pueden producir, en bruto, en cualquier cultivo, menos de Eº 200.000 ó Eº 240.000. Y si esta tabla de la misma productividad la llevamos, en las hectáreas correspondientes, a diversas partes del país, se va a mantener en forma muy similar, con muy pequeñas diferencias, esa misma productividad.
Eso es lo que quería decir, señor Presidente.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Phillips; a continuación, el Honorable señor Ochagavia.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, me habría gustado que el Honorable colega señor Garcés me explicara cuáles son los productos que en la provincia de Malleco van a ser sustitutivos del trigo en caso de rotación. No hay que olvidar que en la provincia de Malleco hay solamente monocultivo de trigo. Ella posee una escasa superficie aprovechable, en el valle de Angol, que tiene un clima distinto y que ha sido castigado en la tabla de equivalencias, porque tiene solamente 120 hectáreas de equivalencia. En consecuencia, el resto de la zona, Victoria, Collipulli, etc., son de monocultivo del trigo, salvo en algunos casos en que, por la humedad del suelo, se puede tener animales en empastados de cordillera. En el caso de la zona de Los Sauces y Traiguén, esto es imposible, porque ni siquiera el trébol subterráneo ha prendido. No veo cuáles podrían ser los productos que reemplacen al trigo de que ha hablado el Honorable colega.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ochagavía.
El señor OCHAGAVIA.-
A mí no me llama la atención que el Honorable colega, Diputado informante señor Julio Silva, haya sostenido aquí un planteamiento que, desde el punto de vista agrícola, considero insostenible, como es su idea de que el punto de productividad de un predio pudiera llegar a ser del orden de 40 quintales por hectárea, en los términos en que lo ha planteado el Honorable señor Phillips, esto es, que hubiese que prescindir de la rotación. Este rendimiento de 40 quintales métricos por hectárea en ningún caso podría estimarse ni siquiera como un promedio en el país, porque ese rendimiento de más de 60 quintales por cuadra realmente corresponde a predios excepcionales, en donde no hay producción de trigo, sino estaciones o campos de cultivos experimentales.
Quiero dar a los Honorables señores Silva y Garcés, en respuesta a la defensa que hicieron de la tabla de equivalencia, algunos datos que se proporcionaron en la Comisión por el representante de la Sociedad Agrícola de Linares, quien declaró, concretamente, que en su provincia había predios con un avalúo fiscal de 600 escudos por hectárea. Es decir, en esa zona, en la que la equivalencia permitida es de 100 hectáreas como cabida máxima, el empresario agrícola podía tener 40 mil escudos como propiedad inexpropiable. En el valle de Maipo, en Buin, con un avalúo de 3.200 escudos por hectárea, en un predio de primera categoría, 80 hectáreas significan más de 240 mil escudos. Entonces, ¿cómo puede defenderse una concepción que establece dos situaciones tan absolutamente injustas?
Considero muy inconveniente el camino que se ha elegido. Creo que éste es un sistema que se presta a las más tremendas injusticias. Cuando la ley es mala, pero, por lo menos, pareja, la aceptamos y acatamos, considerando que se ha debido a un concepto sí se quiere errado de apreciación. Pero no podemos aceptar una ley así, cuando ella hace diferencias, en una misma comuna, en predios cuyo avalúo corresponde a la cuarta o quinta categoría. Se ha conocido un caso concreto en la provincia de Santiago, de un predio al cual se fijó un avalúo fiscal de 600 escudos por hectárea, lo que significaría 48 mil escudos. Y ocurre que, en la misma comuna, habría predios con avalúos de 3.000 escudos por hectárea, lo que significa una cabida, permitida por la misma ley, de 240 mil escudos.
Resulta de estos conceptos, por su sola formulación, que no puede ser absuelta nuestra duda con las respuestas que se han dado. A mi parecer, todo aconseja ceñirse al estudio que se ha hecho en el levantamiento de plano aerofotogramétrico, que consideró todos los factores y tomó como base de estudio la potencialidad de los sueldos, el cual, en todo el país, ha servido de base para el cobro de ios tributos, o sea, es algo ya aceptado. Al hacerlo presente así, se me contestó que había algunos errores en ese plano. No negamos que puede haberlos; pero errores ten garrafales como los que estamos señalando en la aplicación de la tabla establecida en el artículo 163, me parece imposible que existan.
Esto, naturalmente, va a dar base para que se hagan críticas que irán en contra del Ejecutivo. Ya se dijo por un señor Diputado, en la propia Comisión, que esto significaba que se estaban "arreglando" algunas personas. Expresé que no creía que se trataba de eso, sino que se estaba tomando un camino equivocado. Y por el simplista medio de establecer tres categorías de suelos: de la precordillera, del valle central y de la cordillera de la costa, se ha creído que se podía hacer una tasación exacta de los predios. Sin embargo, la tasación del suelo es problema que tiene muchas facetas, pues, según el propio plano aerofotogramétrico, dentro de una misma zona del valle central, hay predios de primera hasta décima categoría. Negar esto me parece demasiado absurdo. Por eso, estimo que, en realidad, sería preferible que el señor Diputado informante y los Honorables Diputados de gobierno pensaran en modificar esta medida, a través de un procedimiento que permitiera al particular, e inclusive al Gobierno, reclamar de una tasación unilateral, aun cuando fuera hecha sobre la base del plano aerofotogramétrico, que, en todo caso, es un proceso que ha dado lugar a la determinación del pago de los tributos y que, por lo tanto, ya ha sido sometido a una especie de prueba.
Por todas estas razones, señor Presidente, nos parece absolutamente inconveniente mantener y seguir defendiendo la tabla de equivalencias.
Muchas gracias.
El señor SOTA.-
Quiero oír al señor Ministro.
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