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- rdf:value = " El señor ALVARADO.-
Señor Presidente, soy miembro de la Comisión de Agricultura y Colonización y sé que las indicaciones del Ejecutivo llegaron a última hora y tuvimos que aprobarlas en un plazo breve. Pero después de esto han transcurrido quince días y hemos tenido tiempo para conocerlas a fondo.
-Hablan varios señores Diputados o. la vez.
El señor ALVARADO.-
Por lo tanto, ahora, en la discusión particular del proyecto, las votaré a conciencia, porque ninguno de los artículos perjudicará a los funcionarios del Ministerio de Agricultura.
Estas disposiciones suprimen las irregularidades que había en el sector agrario. Porque el proceso de reforma agraria no sólo tiene como enemigos a los "momios'', que se oponen a ella, sino que también está en contra de ella la dualidad de organismos técnicos, administrativos y de crédito qué no prestan un servicio adecuado a los campesinos. Con ésas herramientas no puede haber reforma agraria.
Por esa razón, estimo que este proyecto llena una necesidad. Si adolece de algunas deficiencias, el Senado tendrá tiempo suficiente para corregirlas. Como no he intervenido antes en la discusión de esta iniciativa, aprovecho esta oportunidad para dar a conocer algunas ideas frente a ella.
Desde que vio la luz pública este proyecto de reforma agraria, hasta este trámite legislativo, diferentes sectores de la opinión pública lo han mirado según el cristal de sus particulares intereses o doctrinas.
En cambio, ese inmenso contingente de personas que viven en el campo, tiene conciencia clara de su contenido y sabe que significará un cambio vital en su existencia. Por esto, los une un claro objetivo: participar responsablemente en este proceso de reforma agraria y, más aún, defenderlo a cualquier precio.
¿Por qué esta seguridad y firmeza de posiciones en un sector tradicionalmente postergado? Porque estamos en las postrimerías del siglo XX y el campesino chileno ha despertado del letargo en que lo ha tenido sumido un sector minoritario, dueño de la tierra, el cual ha usado en su favor no sólo lo que el agro produce, sino también el poder político, obteniendo los mayores beneficios y postergando las justas y legítimas aspiraciones sociales del campesinado.
Muchos pueden catalogarme de resentido social, por emitir estos conceptos. Nada de eso; soy de origen campesino y vivo junto a los trabajadores del campo.
Sin apartarme un instante de los ideales del grupo al cual pertenezco y salvando muchos obstáculos, he llegado a ocupar este honroso cargo, desde el cual trato de interpretarlo en la forma más fiel posible.
Desde adolescente milito en la Democracia Cristiana. Ingresé a este partido en forma consciente, porque sus postulados satisfacían, al igual que ahora, mis aspiraciones.
Muchos de ellos están contenidos en este proyecto de reforma agraria, el que representa para el campesinado dejar atrás siglos de injusticias, para incorporarse plenamente al mundo actual y estar representado, en justa proporción, en los medios donde se toman las grandes decisiones.
Por lo anterior, resulta reconfortante haber participado, desde un comienzo, en la discusión y compaginación de este cúmulo de ideas que, a medida que siguen su tramitación legislativa, van tomando forma. Finalmente, se convertirán en el estatuto legal que regirá la tenencia y explotación de la tierra.
En esta corta intervención, no pretendo analizar en forma separada cada una de las disposiciones que contiene este proyecto de reforma agraria, sino expresar mi satisfacción por lo que representa en su conjunto y destacar su repercusión en la vida nacional, al cimentar las bases para un nuevo orden económico y social.
Estoy consciente de que aquí no termina nuestra participación ni nuestra responsabilidad. Esta trascendental empresa necesita de todos los recursos humanos y técnicos para su logro.
La creación de factores técnicos, escasos en el país, deberá fomentarse a medida que lo permita el desarrollo económico. La organización del pueblo como herramienta eficaz para acallar las voces interesadas en desvirtuar las disposiciones de la reforma agraria, deberá llevarse adelante con más ahinco, como único medio de vencer los obstáculos que se interpongan en su realización.
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