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- rdf:value = " 4.-FONDOS PARA LA EJECUCION DE OBRAS PÚBLICAS EN LA PROVINCIA DE VALPARAISOEl señor BALLESTEROS (Presidente).-
En la Tabla de Fácil Despacho, corresponde continuar debatiendo el proyecto que consulta fondos para la ejecución de obras públicas en la provincia de Valparaíso.
Diputado informante de la Comisión de Gobierno Interior es el Honorable señor Santibáñez; y de la Comisión de Hacienda, el Honorable señor Giannini.
El proyecto de ley está impreso en los boletines Nºs. 10.444 y 10.444A.
Estaba con la palabra el Honorable señor Giannini.
Puede continuar Su Señoría.
El señor GUASTAVINO.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
A continuación, señor Diputado.
El señor GIANNINI.-
Señor Presidente, es motivo de profunda satisfacción para mí informar, ante esta Honorable Cámara, el presente proyecto de ley, que destina recursos especiales a la provincia de Valparaíso, para la realización de determinadas obras públicas, en directo beneficio de sus poblaciones, y que tuvo su origen en la moción de varios señores Diputados de dicha provincia.
Me es especialmente grato el cumplimiento de la misión que me ha encomendado vuestra Comisión de Hacienda, pues siendo Diputado por la provincia atendida en este proyecto, comparto el regocijo de los miles de modestos pobladores, que ven en esta iniciativa el aporte a la solución de sus dramáticos problemas. Por eso, en nombre de ellos, agradezco a los miembros de las Comisiones de Gobierno Interior y de Hacienda, que conscientes de la justicia y procedencia de las medidas que se proponen, facilitaron el rápido despacho de este proyecto de ley, que mereció el respaldo unánime de los señores Diputados miembros de tales Comisiones.
Inspira este proyecto la más responsable y clara convicción de que algunas de las necesidades vitales de la provincia de Valparaíso, surgidas como consecuencia principalmente de su muy particular configuración, deben ser afrontadas en forma especial con la urgencia que el dramatismo de tales necesidades impone.
El terremoto de marzo del año pasado causó muchos daños, que naturalmente repercutieron con mayor dureza en los más modestos.
Pero tuvo otro efecto, a la postre benéfico: descorrió el velo de la indiferencia y mostró el horrible drama que no se había querido o no se había tenido oportunidad de mirar.
Pero hay más: como si la naturaleza hubiera querido golpear más aun la conciencia de la indiferencia al drama, a la miseria de nuestro modesto pueblo, vinieron, cuando todavía la tierra de nuestra provincia vibraba, los temporales, los peores de que se tenga recuerdo desde hace cincuenta años, como alguien dijo. Si algún problema hubiera quedado oculto bajo los escombros del terremoto, las lluvias torrenciales se encargaron de sacarlo a la superficie, para que todo el mundo lo viera. Ríos de barro por los cerros, raudos en su carrera, implacables con la pobreza, arrasaban las viviendas o, por lo menos, las hacían inhabitables. Cuando en una choza, como lo hemos visto, desde hace tiempo, viven doce personas en tres camas y hasta ellas llega el barro, impregnando sus colchones, sólo una palabra puede tener sentido para esos chilenos, que miran, mudos e imponentes, su miseria: solución.
Pues bien, dando muestras de un valor extraordinario para sobreponerse a la adversidad y luchar por el bien de la patria, que para muchos sólo ha sido un símbolo, los pobladores de Valparaíso se unieron, y en un trabajo sin precedentes, se lograron resultados significativos. Pero tal esfuerzo, aunque extraordinario y magnífico, porque con él se levanta al país, no basta. Sin medios económicos suficientes, no podrán efectuarse aquellas obras que, por respeto a los chilenos cuyo único delito es haber nacido pobres y sin posibilidades, no pueden esperar. Abovedamiento de quebradas, muros de contención, pavimentación y vías de acceso son obras cuya ejecución no puede retardarse, sin peligro de que cada lluvia signifique un nuevo drama para los chilenos que viven en Valparaíso, mirando al mar, pero sometidos a las condiciones más inaceptables.
Las obras contempladas en el artículo 1° de este proyecto son precisas. Son, tal como he dicho, abovedamiento de quebradas, vías de acceso, muros de contención. Quisiera señalar algunos datos al respecto.
La Municipalidad de Valparaíso ha hecho, desde hace tiempo, estudios sobre los costos y necesidades en cuanto a abovedamiento de quebradas. Tengo en mi poder la lista completa. Para no cansar a la Honorable Cámara, solicito que se me permita no leerla, pero que se incorpore a este informe.
-Un señor DIPUTADO.- No, señor Presidente.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
No hay acuerdo.
Puede continuar Su Señoría.
El señor GIANNINI.-
El valor total de las obras que se realizarán es de 5 millones 490 mil 500 escudos, que hay que ajustar aumentándolo en un 40%. Estas son las necesidades, en Valparaíso, acerca de abovedamiento de quebradas, que con los presupuestos ordinarios es imposible efectuar.
En materia de pavimentación, el Centro de Investigación de la Universidad de Chile ha realizado un estudio y ha determinado que son, en la comuna de Valparaíso, 400 kilómetros los que debieran ser pavimentados. Repito el dato: faltan, solamente en la comuna de Valparaíso, 400 kilómetros de pavimentación. Tomando como base un mínimo de 22 escudos por metro cuadrado de pavimentación, los 400 kilómetros, con un ancho de 7 metros, significarían la cantidad de 61 mil millones de pesos, es decir, tres veces todo el producido del empréstito que acaba de ser aprobado por el Congreso, que alcanza a cinco millones de dólares.
Por eso, ante la insuficiencia de los recursos extraordinarios que tienen las municipalidades para afrontar estas obras, decidimos presentar este proyecto, en que se consultan recursos extraordinarios.
Hemos creído que el sentido de solidaridad humana ante la desgracia de nuestros compatriotas puede servir en este momento para dar solución a tales problemas. Creemos que, en alguna medida, nuestro pueblo ha llegado a un estado de agotamiento o saturación tributaria. No podríamos pretender financiar las señaladas obras, aunque justas, con tributos a consumos esenciales, pues es bien clara la injusticia que ello constituiría.
El Estado grava las riquezas para que éstas contribuyan, en su medida, a financiar los gastos que él mismo debe efectuar para desarrollar su labor, encaminada al bien común. Grava también, por ello, los actos que, en alguna medida, representan riqueza o capacidad contributiva. ¿Qué actos o qué actividades no son más demostrativas, en este momento, de capacidad contributiva, que, precisamente, las que, se refieren a los juegos de azar? Por esto, el proyecto en estudio tiene su financiamiento en un impuesto especial de tres escudos a la entrada a la sala de juego del Casino. Se ha hecho mucho caudal en que ascendería a tres escudos este gravamen. Hay que ser preciso en esta materia e indicar que el proyecto dice, con toda claridad, que es un impuesto a la entrada a la sala de juego. También se establece un impuesto de 50 centésimos de escudo a la entrada al Sporting Club de Valparaíso.
Estas son las ideas generales sobre el proyecto. Termino aquí el informe de la Comisión de Hacienda, para dar las explicaciones que correspondan a cada disposición particular, en la medida en que los señores Diputados lo soliciten.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable Diputado señor Guastavino.
El señor GUASTAVINO.-
Señor Presidente, los Diputados comunistas hemos participado con muchísima acuciosidad en el estudio de este proyecto y entendemos que, en realidad, quien conozca !o que ocurre en la provincia de Valparaíso, particularmente en sus dos extremos, debe llegar a la conclusión de que ella merece, necesita, recaba imperiosamente una ley de excepción. Es este el caso de muchísimas provincias del país. Es así como ha ido obteniéndose, para otras provincias, este tipo de legislaciones excepcionales. Nosotros creemos que es bueno tener presente que las obras, no de progreso para Valparaíso, sino que impidan la hecatombe en Valparaíso, llegan a miles de millones de pesos, que, a modo de expresión concreta, deben materializarse, como lo ha dicho el Diputado informante y como hemos tenido ocasión de reiterarlo, junto a nuestro colega Manuel Cantero, en esta Honorable Cámara, en la construcción de abovedamientos de quebradas en Valparaíso, en la construcción de muros de contención para Valparaíso y ya también para Viña del Mar, en la construcción de vías de acceso y en la realización de obras que impidan que se siga deteriorando la geografía, la topografía de Valparaíso.
Por otra parte, en el otro extremo, nos encontramos con que ya resulta una tragedia anual el que, con el primer anuncio del invierno, las poblaciones ribereñas de La Calera, de Quillota, comiencen a sufrir las consecuencias más espantosas, produciéndose cuadros dantescos de tragedia humana, con casas y familias enteras que son arrasadas por las aguas turbulentas del río Aconcagua.
Si esto perjudica y hace lamentable la situación para ese extremo de la provincia de Valparaíso, no lo hace menos tragedias para la provincia de Aconcagua, que, de acuerdo a las informaciones que nos entregaran los parlamentarios de esa zona, está en una situación también realmente grave, causada por la crecida del río Aconcagua en esta época de invierno.
Es decir, el planteamiento que nosotros efectuamos en esta Sala no se relaciona siquiera con la legítima aspiración que debiéramos tener derecho a abrigar en cuanto a realizar obras de progreso futuro, en cuanto a realizar construcciones de edificios públicos o de otro tipo, que son necesarias.
Es cierto que este proyecto habla de obras de urbanización. Pero ponemos el acento, con enorme firmeza, en la construcción de estas obras a que hemos hecho
referencia y que se refieren a la posibilidad de que no se siga hundiendo el futuro de Valparaíso, de que no se sigan derrumbando los cerros, de que no se sigan derrumbando las chozas en que nuestro pueblo vive, colgado en las quebradas, laderas y cerros; de que no se siga hundiendo la ciudad con las lluvias del invierno.
Este es el problema que está planteado. Por eso, frente a este análisis y frente a esta realidad, nosotros tenemos que buscar la manera de sancionar, en los hechos, la dictación de una ley de excepción que permita, realmente, allegar algunos fondos para que estas obras puedan realizarse.
Los Diputados comunistas vemos en este proyecto un comienzo y por eso hemos participado con entusiasmo en su discusión. Y yo debo reconocer aquí que el Diputado señor Giannini y el Diputado señor Cerda, del partido de Gobierno, han estado llanos a que modifiquemos algunos artículos de este proyecto en orden a que se respete el principio del gobierno comunal. Porque, primitivamente, este proyecto de ley autorizaba tan sólo a que el representante del Ejecutivo, vale decir, el Intendente de la provincia, tuviera la tuición sobre toda la posibilidad de obtener empréstitos y la tuición administrativa de estos dineros.
Creemos que es un paso positivo el que sean las Municipalidades de la provincia de Valparaíso, que en un 85% llevarán los ingresos de estos dineros, y las Municipalidades de la provincia de Aconcagua, que recibirán un 15% de estos ingresos, las que determinen, como células básicas, enclavadas en el corazón del pueblo que siente y que clama, las que determinen cuáles son las obras que deben realmente realizarse.
Yo quiero decir que, desde este punto de vista, no puede ser más urgente la dictación de esta ley, considerando que en este instante preciso, apenas iniciándose el octavo mes del año 1966, la Ilustre Municipalidad de Valparaíso no tiene ni un solo centavo para realizar obra alguna en la comuna. No queda, en las arcas municipales, ni un solo dinero para poder realizar estas obras de progreso, ni la más mínima que pudiera imaginarse, ni siquiera una baranda, ni siquiera la construcción de una acera; no hablemos ya de la construcción de abovedamientos de quebradas, que significan no menos de 11 mil millones de pesos hoy en la comuna de Valparaíso.
Por eso, nosotros decimos que no puede ser más importante el que este proyecto de ley haya sido modificado en la Comisión de Hacienda para darles a las Municipalidades la tuición de estos dineros en toda su administración.
Ahora bien, yo quiero decir, además, que este proyecto de ley recoge también una aspiración muy sentida por la población de Valparaíso. Es lo que se refiere a la aplicación de sendos impuestos, tanto a las empresas monopólicas distribuidoras de gas licuado, cuanto a la empresa productora de cemento de nuestra provincia; me refiero al monopolio de Cemento Melón.
Yo quiero decir que, durante mucho tiempo, hemos hablado y se ha conversado de que es necesario que estas empresas, verdaderos monopolios de privilegio en este país, alguna vez paguen y tributen, y no sólo sigan aprovechando riquezas que son nacionales; en el caso de Cemento Melón, aprovechando una riqueza que está en el corazón de la tierra chilena y que es patrimonio de los chilenos; y en el caso de las empresas distribuidoras de gas licuado, aprovechando un riqueza que es producida por el esfuerzo de todos los chilenos, del Estado chileno, y que, posteriormente, a modo de subproducto del petróleo, se les entrega en bandeja a estos monopolios distribuidores, que ganan ingentes sumas de dinero a costa de los consumidores de este producto.
Desde ahora, y según este proyecto de ley, en la región de Valparaíso el monopolio del cemento "Empresas Industriales El Melón" y las empresas distribuidoras de gas licuado pagarán un tributo para contribuir a este fondo especial destinado a realizar las obras a que nos hemos referido, en las provincias de Valparaíso y Aconcagua.
Hasta el momento, por una u otra razón, no se han aplicado los impuestos correspondientes a estas empresas. No falta aquél que argumenta que estos productos son consumidos por todos ¡os ciudadanos de Chile y que, en consecuencia, es injusto que vaya a beneficiar tan sólo a una región. Pues bien, si existiera una economía planificada en este país, sin duda iríamos a la aplicación de impuestos regionales que deberían pagarse en beneficio de cada región sobre la base de los valores reproductivos existentes en esas zonas. Y yo quiero decir que por esa razón no hemos aceptado, entonces, en la Comisión de Hacienda, que se aplique un impuesto a los monopolios productores de cemento en el país, para que paguen cien pesos por cada bolsa de cemento que produzcan, a fin de formar un fondo común que financie las obras de defensa de los desbordes de los ríos que hay que realizar en todo el país, partiendo por los casos más graves, que serán calificados por el Ministerio de Obras Públicas, y empezando, naturalmente, por las obras de defensa del río Aconcagua.
Pero el Partido Comunista ya había presentado indicaciones y proyectos a este respecto. El Diputado Cantero y el que habla presentamos un proyecto el año 1965, que yace en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara, y nuestra colega Gladys Marín ha presentado un proyecto de ley que también se refiere a los impuestos que, de una vez por todas, deben pagar las empresas productoras de cemento.
Nosotros, de todas maneras, estimamos susceptible de perfeccionamiento la indicación aprobada por la Comisión de Hacienda, con los votos del partido de Gobierno, presentada por los Diputados Giannini, Cerda, Iglesias y el que habla. Creemos que esta disposición permitirá integrar realmente en un cuerpo legal un impuesto que signifique gravar a estas empresas que siempre se llevan la parte del león, un impuesto que sirva como base para reconquistarlas para el patrimonio estatal, para el patrimonio del Estado chileno. Mientras tanto, esas compañías irán tributando y marcando el camino hacia esa finalidad.
Nosotros estimamos que no es buen argumento decir aquí que esto podría producir también un alza del costo de la vida y que podría significar un alza de los productos gravados. Es gracias a estos argumentos que permanentemente se esgrimen en esta Cámara, en supuesta defensa de los bolsillos de los consumidores, que, al fin y al cabo, permanecen incólumes los monopolios a que nos estamos refiriendo, Diputados de bancos que sabemos defienden los monopolios en nuestro país, saltan para decir que hay que proteger al consumidor, que hay que impedir que sean alzados estos productos el día de mañana y que "para eso vamos a estudiar más a fondo una legislación que permita armonizar estos intereses." Pero pasan los años, los quinquenios y los decenios, y no se toca a estos monopolios.
Este proyecto de ley establece en forma taxativa que la aplicación de estos impuestos no podrá significar un alza en el precio del cemento ni de la distribución de gas licuado. Será responsabilidad, pues, del Gobierno, si esta disposición es aprobada por personeros de Gobierno y de Oposición, el que se haga cumplir el espíritu del legislador, tal como ha ocurrido con la ley 14.572, que ya ha gravado, en mínima parte, la distribución de gas licuado, así como impedir que por la aplicación de este impuesto se produzca un alza en el precio del cemento y del gas licuado.
Y yo quiero dar otro argumento, que por los pasillos se comenta un poco, que es el hecho circunstancial y transitorio de que hoy, debido a problemas de la Caja Fiscal, el Ministerio de Obras Públicas ha tenido que iniciar trabajo lento y paralizar diversas obras públicas. Como consecuencia de esto, se ha producido una situación especial en las empresas productoras de cemento del país y se dice, entonces, que no es buen momento para aplicar este impuesto. Ante eso, no tenemos sino que mantener la actitud vigilante, altiva y patriótica de no permitir ningún subterfugio para que con argumentos falaces permanezcan incólumes estos monopolios a que hemos hecho referencia.
Y por eso nosotros decimos que esta situación es circunstancial y transitoria, y en todo caso, hay que recordar que estas empresas se han quejado de tener problemas, incluso, cuando han trabajado sobre la base de toda su capacidad industrial instalada, en circunstancia que ellas como ha ocurrido en los últimos años han llegado a ganar 12 mil millones de pesos en el último ejercicio de 1965.
Es decir, aquí se trata de tener en cuenta, antes que nada teniendo presente la posibilidad de perfeccionamiento de estas disposiciones en los ulteriores trámites legislativos a esos pobladores de La Calera y Quillota, provincia de Valparaíso, que en estos momentos ven sus viviendas arrasadas por el río, el cual, durante el invierno, se lanza contra ellos, y que en el invierno del próximo año, cual espada de Damocles, les corta la perspectiva de vivir con tranquilidad. Ya que muchos no tienen oportunidad de educar a sus hijos, de mantener a sus familias, que por lo menos tengan la seguridad de que los terrenos donde viven, donde están ubicadas sus chozas, no serán inundados, ni sus casas arrasadas por las aguas.
Por eso digo que, frente a esta legislación, hay que tener presente, en especial, a los pobladores de los cerros y de las quebradas de Valparaíso y Viña del Mar. Yo creo que no hay punto de comparación; que una mínima escala axiológica obliga, antes que nada, a defender a estos pobladores.
Junto con otros parlamentarios, deseamos que esta legislación sea aprobada en esta Cámara en este primer tr��mite. Este proyecto de ley, en una u otra forma, está dando la posibilidad de satisfacer el interés popular. Y por eso nosotros, los Diputados comunistas, aunque buscamos otro tipo de metas respecto de la materia a que se refiere este proyecto, estimamos que significa un paso adelante, por cuanto vacia a las provincias de Valparaíso y Aconcagua una cantidad de dinero que en estos instantes está reclamándose de manera imperiosa y dramática. Por eso, propongo que, escuchados los informes de la Comisión de Hacienda y de Gobierno Interior, procedamos a votar, ya que hemos conversado con los parlamentarios de los diferentes partidos de las dos provincias y estamos plenamente de acuerdo en que obtengamos por lo menos este cuerpo legal en beneficio de esas provincias.
Nada más.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Clavel; y, a continuación, los señores Palestro, De la Fuente y Lorca, don Gustavo.
El señor FUENTES (don Samuel).-
¿Y yo, señor Presidente?
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
A continuación Su Señoría.
El señor CLAVEL.-
Señor Presidente, ningún parlamentario, ni de la provincia que yo represento ni de las demás provincias de Chile, creo que estará en desacuerdo con este proyecto. Cada uno de nosotros sabe las angustias que sufren las provincias en cuanto a construcción de obras públicas se refiere, desde hace 18 meses. Pero no puedo dejar de hacer mis observaciones respecto al financiamiento de este proyecto.
Yo no sé quién está loco en este país; si son los que han presentado el proyecto, las empresas o es el mismo Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, que fija los precios.
En el artículo 7º del proyecto en estudio se establece un impuesto de Eº 0,05 al kilogramo de gas licuado. Todos los señores parlamentarios y el país entero saben que en estos instantes las compañías distribuidoras de gas licuado y yo no estoy en defensa ni en contra de ellas, sino que digo lo que está ocurriendo en estos momentos han solicitado del Ministerio de
Economía, Fomento y Reconstrucción, un aumento del 45'/ en el precio de venta de este producto esencial para el pueblo.
En cambio, el artículo 7º grava a las compañías distribuidoras en cinco centésimos de escudo; y el artículo 8º establece un impuesto de diez centésimos de escudo por cada bolsa de cemento.
Señor Presidente, en la prensa de hoy día ha aparecido una inserción de las Compañías "Cementos BíoBío Sociedad Anónima", "Cemento Cerro Blanco de Polpaieo Sociedad Anónima" y "Empresas Industriales El Melón Sociedad Anónima", en la que, en la parte pertinente, manifiestan con respecto al proyecto en discusión. "Resulta además inconveniente la iniciativa legal que se comenta, dado que la industria del cemento atraviesa sus momentos más difíciles, ya que por falta de consumo está abocada a la paralización de una parte de sus instalaciones con el despido consiguiente de su personal."
"La disminución del consumo durante los últimos dos meses se ve..."
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
¿Me permite, Honorable Diputado? Ha terminado el tiempo destinado a la Tabla de Fácil Despacho.
Queda pendiente la discusión del proyecto.
"
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