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El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Se reanuda la sesión.
En discusión conjunta el proyecto de acuerdo, aprobado por el Senado, en virtud del cual se autoriza a Su Excelencia el Presidente de la República para ausentarse del territorio nacional, desde el 14 hasta el 21 de agosto en curso, con el objeto de concurrir a la reunión de Jefes de Estados que tendrá lugar en la República de Colombia; y la solicitud de permiso constitucional para ausentarse también del país, a contar del 6 del presente, del señor Ministro de Relaciones Exteriores, con el mismo objeto.
En conformidad con los acuerdos de la Sala, tiene la palabra el señor Ministro de Relaciones Exteriores.
El señor VALDES (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Señor Presidente, Su Excelencia el Presidente de la República ha solicitado la autorización constitucional del Honorable Congreso para viajar a Bogotá. El viaje de Su Excelencia obedece a una invitación que le hiciera el Presidente Electo de Colombia, señor Carlos Lleras, durante la visita que éste efectuó a Santiago, a mediados del mes de junio pasado.
Las razones que el Presidentede la República de Chile ha tenido para aceptar la invitación formulada por el Presidente electo, señor Lleras, que asume el mando de esa nación el día 7 de agosto, son básicamente, las que paso a enunciar.
En primer lugar, está el deseo de estrechar relaciones con esa nación hermana del Pacífico, con la cual estamos ligados por muy antiguos y muy sólidos vínculos de amistad. Debo recordar a la Honorable Cámara de Diputados que, en el curso del viaje que el Presidente de la República realizó el año pasado, a diversos países europeos, se detuvo en varias Naciones de Sudamérica, tanto a la ida como al regreso.
En esa oportunidad, no pudo hacerlo en Colombia, a pesar de una invitación que le había formulado el Gobierno de ese país. Y desde entonces, quedó pendiente una invitación, aceptada en principio, para que el Presidentede Chile visitara esa República. Como una manifestación de deferencia muy especial, el Presidente electo de Colombia, señor Carlos Lleras, antes de asumir el mando, llegó hasta Chile y aquí reiteró esa invitación, que fue aceptada, por tanto, con fecha fija, por el PresidenteFrei.
Sólo este antecedente justificaría sobradamente el viaje. Pero, como decía, con Colombia ha habido muy antiguos vínculos de orden político, de orden militar "porque fue una misión chilena la que formó, podría decir, las Fuerzas Armadas de Colombia y de orden cultural, ya que hemos estado unidos, desde el nacimiento de la República, con este país.
Es necesario también considerar la necesidad de incrementar las relaciones económicas con este país, con el cual nuestro intercambio comercial es, hoy día, desgraciadamente, muy escaso; es uno de los más bajos que tiene Chile, a pesar de que Colombia es un país de un desarrollo económico de mucha importancia.
Pero, además, hay otra circunstancia que hacen importante y, me atrevería a decir, de mucha trascendencia esta reunión. Es el hecho de que a ella también va a concurrir el Presidente de Venezuela. Pues bien, estos tres Presidentes han estado, desde hace algún tiempo, particularmente desde la visita del señor Lleras, en íntima contacto, junto también con el Presidente del Perú, para estudiar materias de interés común, que se refieren básicamente al proyecto de integración latinoamericana y, muy en particular, al proceso que ha seguido la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Es así como hay un acuerdo entre estos países para proceder a un estudio sistemático de la integración, en sus distintos aspectos, a fin de convertir este proceso, que fue originado en un Tratado de 1960, en un movimiento más dinámico, más ágil y que cumpla en tiempos más cortos, los objetivos expresados para que América Latina y, particularmente, los países asociados en la ALALC, puedan llegar, rápidamente, a un grado de integración que acelere el desarrollo de cada uno de ellos. Para preparar esta reunión, cada uno de los Presidentes designó a un delegado personal, preferentemente economista, todos los cuales se han reunido en la ciudad de Bogotá han puesto término a sus conferencias el viernes pasado para estudiar el temario y los distintos puntos de vista que cada país tiene respecto al problema de la integración. Es grato dejar constancia de que esta primera reunión de expertos ha mostrado una identidad casi absoluta de estos países respecto de la ALALC. Es cierto que Venezuela aún no es miembro de la ALALC; pero no es menos verdadero que ese país ya tiene la autorización legal correspondiente para ingresar a ella y piensa entregar el documento de ratificación en el presente mes de agosto.
Por lo tanto, se está trabajando ya entre países que tienen, además, en esta materia, un común denominador. Estos países del Pacífico, más Uruguay, son aquéllos que, en la nomenclatura del Tratado de Montevideo, son designados como "mercados insuficientes" o de "mediano desarrollo", con problemas comunes; de modo que dentro de la ALALC se les reconoce una categoría determinada, frente, por un lado, a los de mayor desarrollo relativo, que son tres, y, por otro, a los de mayor desarrollo relativo, que son dos.
Pues bien, estos países, que hoy día son Perú, Colombia, Chile y Uruguay a los cuales podremos agregar ahora, como decía, a Venezuela tienen problemas comunes que abordar, que han hecho presentes en las últimas reuniones de la ALAC, en aspectos del desarrollo que son muy determinantes para poder llegar a una ecuación de integración con los países más grandes, con el objeto de solucionar o de contribuir a solucionar los problemas que plantean los países de menor desarrollo relativo.
Por lo tanto, el segundo objetivo de esta reunión y de este viaje es el de conocer los estudios que se han estado haciendo por cuenta de los Presidentes en materia de integración, para hallar el modo cómo acelerarla, cómo agilizar su mecanismo y cómo crear condiciones más eficaces para lograrla.
Hay, por último, un tercer aspecto que ha de ser considerado en esta reunión. Es la iniciativa, que ya está generalmente aceptada, para la reunión, en fecha y en sede no determinadas aún, de los Presidentes de todos los países americanos, o sea, para una reunión hemisférica.
Es el propósito del Gobierno de Chile, compartido por los Presidente de los países que concurrirán a la reunión de Bogotá, que no llegue aislado cada país latinoamericano, como ha sucedido en el pasado, frustrando las posibilidades de un diálogo constructivo entre los países del hemisferio, que permita levantar una plataforma común de estas naciones, para plantearla a los Estados Unidos.
El Gobierno de Chile considera que 'hay posibilidades, y que deben agotarse todas las que existen, para lograr un entendimiento entre los Estados Latinoamericanos antes de la conferencia. Sería lamentable que una iniciativa de esta naturaleza, que puede tener gran trascendencia, se frustrara por falta de concierto previo entre nuestros países. Hay que terminar con el sistema de que cada nación formule sus demandas individuales en Conferencias de esta naturaleza, porque este procedimiento no tiene nada de prestigioso, como se ha comprobado en reuniones anteriores.
Este criterio, como decía, es compartido por los Presidentes latinoamericanos que se van a reunir en Bogotá. En esta reunión se pretende lograr un acuerdo respecto a la agenda que debiera tratarse en la conferencia hemisférica. En síntesis, en ella se van a considerar temas específicos, definidos, conocidos y que por lo demás serán difundidos. No hay misterio, secreto, ni ulterior intención en esta conferencia. El primer objetivo de Chile, en esta reunión, es estrechar relaciones con Colombia. En el ámbito latinoamericano, se quiere, primero, estudiar el proceso de integración de América Latina y, en particular, de la ALALC; en segundo lugar, cuáles pueden ser las fórmulas de colaboración de la Alianza para el Progreso y del sistema hemisférico en general y sus distintos mecanismos para acelerar el proceso de integración latinoamericano; en tercer término, analizar los problemas que genera la reforma agraria desde el punto de vista del financiamiento internacional, vale decir, los mecanismos internacionales que podrían movilizarse para facilitar una reforma agraria en América Latina. En la agenda figura un cuarto punto, de naturaleza política, que fue planteado por el PresidenteFrei, y que ha sido aceptado. Es el que se refiere a la limitación de los armamentos en América Latina. Se procurará crear las condiciones para lograr un acuerdo o convenio entre los países latinoamericanos, a fin de limitar el proceso armamentista.
Con motivo de esta conferencia de Bogotá, han surgido algunas suspicacias que, felizmente, ya se han desvanecido. Nacieron de la idea de algunos de que, detrás de esta reunión, habría el propósito de formar grupos o bloques, dividiendo al continente sudamericano en sectores.
Nada hay, ni en el origen, ni en el espíritu, ni en el temario, ni en la intención de los Presidentes que se van a reunir, nada que pueda justificar una aprensión de esta naturaleza. Esto ha quedado perfectamente en claro, tanto en los discursos pronunciados en Santiago por los Presidentes Frei y Lleras, con ocasión de la visita de este último, como en los comunicados posteriores, tanto del Presidente de Colombia, como de las Cancillerías chilena y venezolana, y, por último, en las declaraciones formuladas por el Gobierno del Perú. De modo que son absolutamente infundadas las opiniones y dudas que se manifestaron en el sentido de que esta conferencia podría tener alguna intención política oculta, que desvirtuara su finalidad. Esta se halla claramente expresada en los temas enunciados, que son básicamente los problemas de América Latina.
Es natural que una reunión de esta naturaleza provoque algún tipo de comentarios. Desgraciadamente, una de las razones que explican el atraso en que ha permanecido América Latina, es la inmovilidad de los Jefes de Estado. En cambio, en Europa oriental y occidental, en África, en Asia y en el resto del mundo, es ¡corriente, normal y ordinario que los Jefes de Estado, quienes tienen generalmente prerrogativas constitucionales para dirigir las relaciones internacionales de sus países, viajen para tomar contactos personales, para dialogar. Esta es la única forma de dar movilidad y dinamismo a la acción internacional.
Todos estamos de acuerdo en que el proceso de integración y de conocimiento político, económico y cultural de América Latina es algo esencial Pues bien, esto se puede lograr en forma práctica a través del diálogo directo de los Presidentes de los países que forman este continente. Cuando estos diálogos y encuentros no son exclusivos ni excluyentes, ni se refieren a materias que pueden lesionar los intereses de otros, deben ser bienvenidos, porque contribuyen a crear una atmósfera de unidad. Por ello, al nacer algunas suspicacias sobre el alcance de esta reunión, se hicieron las declaraciones correspondientes. Creo que su objetivo ha quedado suficientemente aclarado.
Seguramente, a esta conferencia seguirán otras de Mandatarios de otros países o de éstos mismos con los de otros. Se trata de estimular el desarrollo político de Latinoamérica. Es preciso que tome conciencia de que, por seguir desunida, está siendo la posibilidad de representar ante el mundo el papel que le corresponde, con seriedad y responsabilidad y de tener algún peso en las decisiones mundiales.
La desunión actual le impide a este continente con 200.000.000 de habitantes con un crecimiento vegetativo extremadamente alto y con inmensas riquezas, representar estos valores como debiera hacerlo. Es por eso que el proceso de unidad, que hasta ahora se plantea en el terreno económico, porque es el más angustioso y el que mejor resuelve el problema del desarrollo, tiene que ir concretándose paulatinamente, en vínculos de orden político. Esto es lo que el Gobierno de Chile, a través del Presidente de la República, ha estado tratando de hacer desde el momento que asumió el mando.
Recuerdo a la Honorable Cámara que el Excelentísimo señor Frei, hace algún tiempo envió una carta a cuatro destacados economistas latinoamericanos, exponiendo sus preocupaciones sobre esta materia. Ellos contestaron al Presidente de la República en un documento de mucha profundidad y alcance. Esa respuesta se dio a conocer a todos los Presidentes latinoamericanos, quienes, a su vez, se pronunciaron unánimemente en favor de esa iniciativa. Per falta de un mecanismo central, este proceso no ha adquirido la envergadura correspondiente; pero ahora algunos Mandatarios han recogido esta misma idea. Se pretende seguir explorando estos vínculos, pues este camino permitirá acelerar el proceso de la integración.
Estas son, en síntesis, las razones que ha tenido el Presidente Frei para aceptar esta invitación del Presidente electo de la República de Colombia. En esta reunión se tratarán materias que ya han sido convenidas, en principio, entre los Gobiernos de Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú y Chile, las cuales, inmediatamente después de la Conferencia, se darán a conocer. Son las que se relacionan con la ALALC, los demás países miembros de este organismo, y las que se refieren al sistema hemisférico, en general.
El señor GODOY URRUTIA.-
Señor Ministro, ¿me permite una pregunta?
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Señor Ministro, el Honorable señor Godoy Urrutia le solicita una interrupción. ¿La concede Su Señoría?
El señor VALDES (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Con todo gusto la concedo.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
En todo caso, debo advertir a la Sala que cada Comité puede disponer de hasta 15 minutos para hacer sus observaciones sobre el particular.
Puede hacer uso de la interrupción Su Señoría.
El señor GODOY URRUTIA.-
Es para formular una pregunta.
Señor Presidente, no me pareció correcto interrumpir al señor Ministro mientras exponía las razones por las cuales se proyecta esta reunión en Bogotá. Pero, no obstante lo expresado por el señor Ministro, se ha comentado internacionalmente que esta conferencia no es tan simple ni sencilla como parece, sino que se propone también analizar problemas inherentes a la actual situación de América Latina. Para que no haya duda al respecto, hoy mismo aparece en el diario "El Mercurio" una noticia procedente de Colombia, que el señor Ministro tiene que haber leído y que dice textualmente: "Colombia abogará por la adopción de un mecanismo conjunto "que facilite el reconocimiento o rechazo de los regímenes de facto que surjan en el continente." Se atribuye esta información a un vocero muy representativo del nuevo Presidente de Colombia, que asumirá el Poder dentro de algunos días.
Yo no sé si por razones explicables, que se entienden no obstante que no se expresen, estas cuestiones figuran también en la agenda que han preparado los delegados de los Presidentes que se habían comprometido a asistir o habían sido invitados a participar en esta reunión. Lo cierto es que da la impresión de que el Presidente del Perú, por razones que él sabrá y que seguramente también conoce Estados Unidos, no concurrirá a la conferencia de Bogotá. Además, por la situación irregular por que atraviesa Ecuador, tampoco se hará presente el actual Mandatario de ese país. Estos hechos inducen a pensar que hace falta una explicación más amplia sobre el temario de esa reunión, ya que parece imposible que, frente a los acontecimientos que se suceden en el continente y a las amenazas que se ciernen sobre él, se excluyan de la agenda que se va a considerar, algunas de las materias a que me he referido al comienzo de mi intervención. Según las informaciones de hoy, ellas aparecerían incorporadas por iniciativa de Colombia. Quería decir sólo esto, porque el Honorable señor Cantero expondrá la opinión de nuestro partido sobre esta conferencia.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
La Mesa quiere advertir que el señor Ministro, en la reunión de Comités, dio explicaciones amplias sobre la conferencia, incluso acerca del punto a que se ha referido Su Señoría. Se acordó que proporcionará a, la Sala informaciones de carácter general. En todo caso, si el señor Ministro estima que las explicaciones que tiene que dar hacen necesario constituir la Sala en sesión secreta, le ruego representarlo a la Mesa.
El señor VALDES (Ministro de Relaciones Exteriores).-
El señor Presidente ha explicado lo que se acordó esta mañana, en la reunión de Comités, respecto al desarrollo de este debate. Sobre la pregunta que me formula el Honorable Diputado, me atengo a lo ya expresado. Los temas que he indicado son los que se van a tratar en la reunión. No se ha convenido abordar otros asuntos de la naturaleza de aquél al que se ha referido el señor Diputado. Hay consenso entre los Presidentes de que sólo se discutan materias que unan a América Latina, y no las que desunan. Por tal motivo la conferencia tiene un carácter eminentemente económico.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Señor Ministro, la Mesa entiende que, según las explicaciones dadas por Su Señoría en la reunión de Comités, la agenda es cerrada, de tal manera que no cabe incluir materias distintas de aquellas que figuran en la convocatoria a esta reunión. Entiendo que es así.
El señor VALDES (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Así es. Pero no quiero dejar la impresión en la Honorable Cámara, de que el Presidente de Chile, a quien por mandato constitucional le competería conducción de las relaciones exteriores, pueda estar impedido de considerar con otros Jefes de Estado, en las reuniones que celebren, cualquier tema que alguno de ellos pueda abordar. En realidad, nadie puede limitar la facultad que tiene el Primer Mandatario para exponer el pensamiento del Gobierno de Chile.
En todo caso, vuelvo a reiterar que la agenda que se ha preparado para esa reunión contempla los temas a los cuales me he referido.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Ofrezco la palabra a los Comités.
El señor CANTERO.-
Pido la palabra.
El señor BALLESTEROS (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría en el tiempo del Comité Comunista.
El señor CANTERO.-
Señor Presidente, hemos escuchado de parte del señor Ministro los motivos del viaje del Presidente de la República a Bogotá y para el cual solicita permiso de la Honorable Cámara conjuntamente con el señor Ministro de Relaciones Exteriores.
Me voy a referir a algunos de los problemas que forman parte de la agenda confeccionada para que sirva como base de discusión entre los tres Presidentes que se reunirán en Bogotá.
El señor Ministro nos ha dicho que en esta agenda figuran los siguientes temas: Asociación de Libre Comercio en América Latina; integración latinoamericana; problemas de financiamiento respecto de las reformas agrarias; y una ponencia del Gobierno de Chile respecto a la limitación de armamentos.
Comentaré, desde el punto de vista del Partido Comunista y de sus parlamentarios, aquello que se refiere a la importancia de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio. Este es un tema que figura en primer lugar en la agenda de los Presidentes.
La Asociación de Libre Comercio, y ésta es una opinión que hemos dado en otras oportunidades, no ha resuelto ni va a resolver los problemas de América Latina, así como no los solucionará la Alianza para el Progreso, ideada por el PresidenteKennedy. Podemos decir que su aplicación en América Latina es un completo fracaso.
Como sabemos, Estados Unidos es el que ha procurado y se empeña aún en formar en este continente mercados comunes regionales dirigidos por el imperialismo estadounidense. De esta manera trata de desvirtuar y utilizar en su favor los sentimientos de solidaridad entre los pueblos latinoamericanos, sentimientos que en verdad existen y sobre los cuales los comunistas nos hemos pronunciado favorablemente en muchas ocasiones. El Mercado Común Centroamericano y la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, que cuenta con la adhesión de los países mencionados por el señor Ministro, se crearon a iniciativa y bajo la dirección de la Organización de Estados Americanos y de la CEPAL.
Al expresar que se crearon a iniciativa de la OEA, podemos afirmar que nacieron bajo la dirección, la orientación y el estímulo del imperialismo norteamericano.
¿Por qué ellos están interesados en la formación de estos mercados en América Latina?
Mediante la formación de estos mercados regionales, los imperialistas norteamericanos pretenden inculcar en nuestros pueblos la idea de que las dificultades económicas por que atraviesan los países latinoamericanos pueden ser superadas sin luchar contra el imperialismo, sin ir a una transformación profunda de las estructuras económicas y, particularmente, sin intentar una lucha a fondo y exitosa en contra de la dominación económica y política de ese imperialismo en nuestros países.
Los imperialistas afirman que los mercados comunes ampliarán las perspectivas para la exportación de cada país latinoamericano y atraerán y ofrecerán zonas más amplias de venta a los inversionistas extranjeros. El propio Presidente Kennedy se pronunció favorablemente respecto de la creación de estos mercados regionales, cuya idea se encuentra materializada en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio.
Los imperialistas realizan enormes esfuerzos para sembrar entre nuestros pueblos la ilusión de que existen soluciones que no consisten en transformaciones radicales de la estructura económica destinadas a limpiar el camino a una fórmula nueva, la del socialismo. Y necesitan hacerlo, entre otras cosas, por el entusiasmo con que las masas trabajadoras y los sectores intelectuales latinoamericanos siguen los éxitos del mundo socialista y particularmente de la Unión Soviética.
Los imperialistas necesitan sembrar ilusiones sobre los mercados regionales dirigidos por ellos, para contrarrestar la exigencia de los pueblos en procura de mayores relaciones económicas y culturales con la Unión Soviética y los otros países socialistas. Esta exigencia de nuestro pueblo cuenta cada vez más con el apoyo de otros sectores nacionales, de los propios sectores de la burguesía y de aquellos perjudicados por la restricción del comercio exterior.
La formación de los mercados regionales está impulsada por el interés de los imperialistas yanquis en mantener y reforzar su dominio sobre los países latinoamericanos en lo económico, en lo político y en lo militar.
Los objetivos políticos y el carácter de la integración latinoamericana se confirmaron con el rechazo de la solicitud de admisión que presentó el gobierno cubano a la Asociación de Libre Comercio para América Latina, el cual se fundamentó en la "incompatibilidad absoluta entre el sistema económico de Cuba y el Tratado". Aquí quedó, pues, de manifiesto, el sentido político de esta asociación, su orientación y su dirección.
Pero, además de razones políticas, existen otras económicas para que los imperialistas apoyen la integración de mercados regionales en los países de América Latina. La caída de los precios de las exportaciones latinoamericanas ha determinado la disminución de su capacidad para importar. Según opinión del ex Ministro de Economía de nuestro país, don Alberto Baltra, expresada en una obra que publicó sobre este problema, América Latina tiene actualmente menos capacidad para importar los productos que necesita que la que tenía en los años 19251929. Los monopolios imperialistas instalan sus propias empresas industriales en países latinoamericanos, así como también industrias mixtas con la participación del capital nacional, tomando la dirección de las mismas. También existen las empresas imperialistas instaladas en años anteriores. Pero los mercados nacionales latinoamericanos resultan restringidos para la producción de esas empresas: por eso, ellos están interesados en la formación de estos mercados regionales, es decir, es un interés directo de las empresas monopólicas norteamericanas.
Mediante la creación de estos mercados regionales, los imperialistas intentan desviar la atención de los pueblos de la necesidad de ampliar la capacidad de cada mercado nacional latinoamericano. Esa ampliación sólo podrá asegurarse mediante transformaciones de fondo que eleven el bienestar del pueblo e impulsen su progreso económico y cultural. En vez de ensanchar la capacidad de cada mercado nacional, organizado sobre la base de la cooperación económica entre los diversos países, los monopolios imperialistas de Estados Unidos procuran por todos los medios realizar la unificación de los mercados, pero manteniendo los factores que restringen, hasta ponerlos en condiciones de crisis, a cada uno de ellos.
Ese es el contenido esencial de la Asociación de Libre Comercio para América Latina. Por eso, esta Asociación no resolverá los problemas y, por el contrario, la llamada integración económica, que ella también patrocina, no prosperará en beneficio de los pueblos mismos, sino que para la dominación del imperialismo norteamericano sobre las economías de los países de América Latina.
Creemos también, que esta situación económica no puede desvincularse de las condiciones políticas que vive, en estos instantes, América Latina. La dominación imperialista va más allá de los factores económicos, y estamos viendo cómo su acción pugna por imponer, cada vez más, su política y defender sus intereses, impulsándolos a constituir gobiernos dictatoriales que arrasan con las instituciones democráticas, como es el caso de la tragedia y el drama que viven las Repúblicas de Argentina y Brasil bajo las dictaduras militares de Onganía y Castello Branco, respectivamente.
Estos mismos intereses son los que han aislado a nuestra hermana República de Cuba del resto del continente; los mismos intereses que han impuesto gobiernos dictatoriales en algunos países de América Latina.
Es necesario, pues, que se aplique una política independiente del imperialismo norteamericano por parte de nuestro Gobierno, y una manifestación de esta actitud sería, en estos instantes, el restablecimiento de relaciones con la República Socialista de Cuba, que fueron rotas...
-Hablan varios señores Diputados a la, vez.
El señor CANTERO.-
… por imposición foránea, en el Gobierno pasado. Estas relaciones serían de gran beneficio en el plano económico, comercial y cultural para nuestro país y la propia República cubana.
Significaría una manifestación de independencia restablecer las relaciones con el único país que se ha liberado realmente de las garras de la opresión del imperialismo norteamericano...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CANTERO.-
Quiero manifestar, también, que Su Excelencia el Presidente de la República...
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Honorable señor Cantero, el Honorable señor Alfredo Lorca le solicita una interrupción. ¿La concede Su Señoría?
El señor CANTERO.-
Todos los Comités tenemos algunos minutos para exponer nuestro pensamiento; luego, el Honorable Diputado podrá hacer sus observaciones en el tiempo del Comité Demócrata Cristiano.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Puede continuar Su Señoría.
El señor CANTERO.-
Debo manifestar que nosotros no somos contrarios al diálogo de los gobernantes. Creemos que es una buena forma de buscar un entendimiento directo entre ellos. Pero no podríamos dejar de expresar, en esta oportunidad, que el Presidente Frei se encontrará con dos gobernantes que, si bien han llegado al Poder a través de elecciones, hay que tomar en cuenta también que las libertades democráticas en ambos países, en Colombia y en Venezuela, han sido seriamente lesionadas.
El señor Lleras Restrepo, Presidente electo de Colombia, llegó al poder únicamente por la voluntad del 40% del total del electorado, y naturalmente, no todos los ciudadanos comprendidos dentro de este porcentaje votaron por él. Allá se da el hecho, conocido por esta Cámara, de que los Partidos Conservador y Liberal se alternan en el Poder, mediante un acuerdo político celebrado en ese sentido por dichas colectividades, para torcer la voluntad del pueblo colombiano, el genuino pueblo colombiano, del cual una parte importante tiene que luchar en estos instantes con las armas en la mano. No hace mucho tiempo, en la Honorable Cámara se rindió homenaje a un sacerdote colombiano que cayó bajo las balas asesinas de la policía de ese país, el cura Camilo Torres.
Otro tanto ocurre con respecto al Presidente de Venezuela. Sabemos que su elección se realizó en medio de un clima antidemocrático; y, en especial, conocemos también que hay importantes sectores de la vida nacional marginados de la política, como ocurre, por ejemplo, con el Partido Comunista y otros. Hay también muchos campos de concentración y detenidos políticos por centenares.
Estos son hechos que los comunistas no podemos dejar de mencionar cuando se va a realizar un encuentro entre estos tres Presidentes de nuestro continente.
Hay un punto que el señor Ministro de Relaciones Exteriores señalaba en la reunión de Comités y que ha confirmado aquí. Me refiero a la iniciativa del Gobierno de Chile para obtener la limitación de armamentos.
Creo que esta iniciativa cuenta con el respaldo de todos los sectores de nuestro país y ojalá prosperara; pero dudamos mucho de que así sea, justamente por lo que ocurre hoy en América Latina, donde vemos cómo se ha desatado el armamentismo debido a la acción de gobiernos impuestos por el imperialismo norteamericano. Existen dictaduras militares brutales, como en Argentina, donde están siendo conculcados y violentados los derechos de la autonomía universitaria. Por eso, es muy difícil que prospere una iniciativa de este tipo; ni siquiera creemos que va a prosperar entre los Presidentes con quienes se va a encontrar el señor Frei, porque ellos tienen necesidad de mantener una fuerza represiva extraordinariamente bien armada para poder aplastar la luchas liberadoras de sus pueblos.
En consecuencia, reafirmando el hecho de que no somos contrarios al diálogo ni a que Su Excelencia el Presidente de la República, quien, como aquí se ha dicho, dirige las relaciones exteriores, tome contacto con otros gobernantes, como ayer lo hiciera con algunos de Europa y de otros países de América Latina, consideramos que este viaje no es útil para nuestro país, en estos momentos.
Por lo tanto, los Diputados comunistas nos abstendremos de votar los permisos que han solicitado el señor Presidente de la República y el señor Ministro de Relaciones Exteriores.
Nada más, señor Presidente.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Comunista.
Está inscrito a continuación el Honorable Diputado señor Martínez Camps.
Tiene la palabra Su Señoría en el tiempo del Comité Radical.
El señor MARTINEZ CAMPS.-
Señor Presidente, hemos escuchado con interés las expresiones del señor Ministro de Relaciones Exteriores, dándonos las razones que justificarían el viaje de Su Excelencia el Presidente de la República y el de su Canciller a Colombia.
El señor Ministro expresaba que el propósito fundamental de este viaje es estrechar la relaciones con Colombia, cumpliendo también un compromiso pendiente, y señalaba cuatro aspectos de indudable interés para los países de América Latina que se tratarán durante esta reunión presidencial: la integración; el fortalecimiento de la ALALC; la búsqueda de financiamiento para la reforma agraria; y la limitación de armamentos.Agregaba también el señor Valdés un mentís a las suspicacias que se habían estado planteando en relación con la posibilidad de que en esta ocasión se acordara la formación de bloques en América Latina.Quiero expresar que los propósitos enunciados por el señor Ministro de Relaciones Exteriores, coinciden con los propósitos que, reiteradamente, ha tenido el Partido Radical sobre estas materias. Así es como en sus convenciones ha expresado y reconocido que entre los países del continente americano existe, desde los albores de su vida independiente, una vinculación particular que obedeció a poderosas razones de orden geográfico e histórico y que hoy se fundamenta, además, en la conveniencia política y el interés económico de todo el hemisferio yen una concepción común del orden jurídico internacional y de las formas democráticas representativas y republicanas de gobierno. Por consiguiente, el Partido Radical estima que es necesario reforzar y perfeccionar el sistema de seguridad y de cooperación interamericanos, dando a la solidaridad continental una expresión real y efectiva, sobre todo en el orden espiritual, en el campo económico social y en el de los derechos humanos, dentro de un concepto de plena igualdad y de respeto absoluto a las soberanías nacionales.El Partido Radical reconoce, asimismo, que la similitud de sus problemas sociales y económicos y el cada día más hondo abismo entre la prosperidad de los países industriales y la condición de subdesarrollo económico de los países latinoamericanos, así como la tendencia mundial hacia la formación de unidades económico políticas integradas por países continentes o por comunidades de países, obligan a los países latinoamericanos a buscar con urgencia la adopción de fórmulas que faciliten su pronta integración económica con vista a una futura integración política. La unidad de los países latinoamericanos, tan anhelada por sus pueblos, que están vinculados por la comunidad de lengua y de tradiciones históricas y el parecido de sus estructuras étnicas, debe ser impulsada por Chile con la máxima decisión, y su política internacional debe ser orientada con firmeza hacia la obtención de tales objetivos."La declaración agregaba: "En tanto se llega a la deseada integración, es necesario acelerar las gestiones para formar cuanto antes un gran Mercado común latinoamericano o, en su defecto, como etapa preliminar, mercados regionales que comprendan países de una misma zona geográfica. El Partido Radical ve con alarma el virtual estancamiento de la economía latinoamericana, caracterizado por un crecimiento inferior al aumento de la población que crece a un ritmo muy acelerado. A ello se debe, en gran parte, que subsistan condiciones de vida, particularmente en los medios rurales, que no corresponden a las exigencias de un concepto justo de la dignidad humana. Dichos problemas no pueden ser solucionados dentro de las actuales estructuras económicas y comerciales y por ello es necesario efectuar, junto con reformas institucionales muy serias en los planos nacionales, cambios profundos en las estructuras tradicionales del intercambio, creando un vasto mercado consumidor que impulse y estimule el crecimiento industrial y el desarrollo perfeccionado de la producción agropecuaria. Solo así podrán estas naciones débiles militar y económicamente y que no pesan en las decisiones mundiales enfrentar las contingencias del mundo de hoy donde gravitan con gran fuerza los grandes conglomerados humanos que tienen a su disposición abundantes recursos naturales, cuyo poder de consumo hace prosperar industrias económicamente fuertes, equipadas con maquinaria moderna, capaces de satisfacer las necesidades de la población, estimular el comercio internacional y pagar salarios altos a sus obreros".En relación con el armamentismo declaramos : "El Partido Radical insiste en la necesidad de que los países latinoamericanos reduzcan sus gastos de armamentos que, en muchos de ellos, pesan sobre sus economías en forma que no corresponde a la capacidad de las mismas; que resultan injustificados frente a los espectaculares progresos técnicos que han revolucionado los tradicionales conceptos sobre la defensa nacional y frente al perfeccionamiento de los sistemas de seguridad colectiva; y que no corresponden tampoco a los anhelos de paz de los pueblos latinoamericanos ni a sus sentimientos fraternales respecto a sus hermanos del continente. Es indispensable que estos países lleguen rápidamente a acuerdos concretos que les permitan liberar cuantiosos recursos para dedicarlos a satisfacer las apremiantes necesidades de desarrollo económico y social que en forma muy similar tienen las naciones de América Latina".El señor Ministro de Relaciones Exteriores expresó que no estaba en la agenda la preocupación respecto de la necesidad de fortalecer la democracia en nuestros países latinoamericanos. Pero, aun cuando sea un tema fuera de la agenda detesta reunión, quiero expresar que el Partido Radical sostiene que "debemos luchar para que los países americanos, individualmente y por intermedio de los Organismos del sistema, combatan en forma resuelta la existencia de los regímenes totalitarios o de fuerza y estimulen la existencia de regímenes auténticamente democráticos. Para estos efectos, es necesario acelerar la adopción de los Pactos Interamericanos sobre derechos humanos, tal como lo dispuso la Conferencia de Chapultepec en 1945. Pactos que deben consagrar el compromiso de todos los Estados de respetar los derechos y libertades definidos en la Carta de los Derechos Humanos, incluyendo las medidas para vigilar su cumplimiento y sancionar sus violaciones."Como sabe la Honorable Cámara, el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos expresa: "Art. 21.-
1.- Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
"2.- Toda persona tiene derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
"3.- La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto". A estas disposiciones estamos obligados todos los países signatarios.
Señor Presidente, por las razones expresadas y por existir congruencia entre los propósitos del Partido Radical y los del señor Ministro, votaremos favorablemente el permiso.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Ofrezco la palabra al Comité del Partido Radical.
El señor MORALES (don Carlos).-
Renunciamos.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Está inscrito a continuación el Honorable Diputado señor Silva Ulloa.
Tiene la palabra Su Señoría, en el tiempo del Comité Socialista.
El señor SILVA ULLOA.-
Señor Presidente, en la reunión de Comités celebrada en la mañana de hoy y en esta sesión hemos tenido oportunidad de conocer los fundamentos del viaje que Su Excelencia el Presidente de la República y el Ministro de Relaciones Exteriores emprenderán a Colombia.
Recapitulando, el Ministro ha manifestado que este viaje obedece, en primer término, a un acto de reciprocidad con Colombia, país que no visitó Su Excelencia el Presidente de la República cuando viajó a Europa.
Si éste sólo fuera el objetivo, indudablemente este viaje no tendría más que un alcance de orden social y de buena convivencia. Pero esta Conferencia de Presidentes que se realizará a partir del 14 de agosto en Colombia, de acuerdo con las informaciones de prensa y por lo expresado por el señor Ministro de Relaciones Exteriores esta tarde, comprenda, en un principio, a los Jefes de Estado de cinco países: Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Chile. Ya se ha explicado que los Presidentes de Perú y Ecuador no concurrirán a esta Conferencia y que asistirán exclusivamente representantes personales de los Mandatarios de esos países.Estos representantes personales, según las informaciones de prensa que también hemos tenido oportunidad de conocer, sólo se limitarán a ver las resoluciones que se adopten por los Presidentes de Colombia, Venezuela y Chile. El señor Ministro de Relaciones Exteriores ha asegurado que la agenda de las reuniones que se celebrarán en Colombia es inamovible. A continuación nos referiremos a los puntos de esta agenda. Sin embargo, nosotros deseamos que esta seguridad dada por el señor Ministro se vea confirmada en los hechos y no ocurra en esta oportunidad lo que aconteció en la gira que realizó Su Excelencia el Presidente de la República a algunos países de Europa. Cuando se trató en el Senado el proyecto que autorizó al Primer Mandatario para emprender ese viaje, se dejó claramente establecido que cuando él visitara Alemania Occidental, en ningún caso se prestaría para ir hasta el Muro de Berlín. La verdad es que los Senadores que plantearon ese problema en esa ocasión lo hicieron para evitar que se incluyera al Primer Mandatario de nuestro país en esa comparsa de propaganda internacional, que se explota con los fines que son conocidos.
Desgraciadamente, este compromiso no fue cumplido, y el Presidente de la República en su visita a la República Federal de Alemania estuvo en el Muro de Berlín. La prensa, la radio y la televisión informaron al mundo de este acto de propaganda que nosotros habíamos repudiado oportunamente y respecto del cual teníamos el compromiso que no compartiría el Primer Mandatario.
Por eso, repito, nosotros deseamos que, en esta ocasión, los puntos establecidos en la agenda no se alteren.
Tenemos, indudablemente, reparos que formular por las experiencias que la política de la ALALC y la integración económica de América Latina nos han dejado. No es cosa de que sólo nosotros sostengamos esto, como los Honorables colegas podrán comprobarlo, al examinar documentos de personeros calificados del Gobierno, en que analizan esta política de integración regional latinoamericana, la que, como han señalado, no ha dado sus frutos hasta este instante; en otras palabras, ha sido un verdadero fracaso.
Por otra parte, para llegar a esta misma conclusión bastaría que nos remitiéramos, exclusivamente, a las exposiciones de la Hacienda Pública hechas por el Ministro del ramo, don Sergio Molina, ante la Comisión Mixta de Presupuestos, a fines de 1964 y a fines de 1965.
Respecto a los problemas de la Alianza para el Progreso y del Banco interamericano de Desarrollo reiteradamente hemos expresado en esta tribuna y en otras en que nos ha correspondido actuar y además los hechos, los porfiados hechos, han demostrado que tenemos la razón que ésta es una política de paliativos para las naciones latinoamericanas.
Nosotros sostenemos que, en materia de desarrollo económico, que naturalmente, es el problema más importante de los países latinoamericanos y de todos los del mundo, la cuestión está radicada en el deterioro de los términos del intercambio, porque nuestras naciones productoras exclusivamente de materias primas, con un mercado limitado exclusivamente a Estados Unidos, están perdiendo cada año cantidades siderales de recursos.
Si dispusiéramos en este instante de cifras que representaran este impacto en la vida de los pueblos latinoamericanos, podríamos sostener que, si lográramos recuperar el valor real de nuestra producción de materias primas durante un año, en beneficio de nuestros países, se resolvería el problema habitacional de Latinoamérica, cuyas condiciones son extraordinariamente dramáticas y que, en Chile, tiene caracteres verdaderamente trágicos, como fuera señalado, pocos momentos antes de entrar a este debate, por el Honorable colega señor Giannini, al informar un proyecto relacionado con el financiamiento para determinadas obras proyectadas en la provincia de Valparaíso.
De manera que el problema básico y sustancial, para asegurar el desarrollo económico de nuestros países no está en la agenda de esta reunión de Presidentes, que se efectuará en Colombia. Cuando tengamos la osadía de saber lo que representa, para los países latinoamericanos, nuestra producción fundamental, indudablemente que habremos encontrado el camino para asegurar el desarrollo económico y llevar la felicidad a nuestros pueblos.
Cuando Chile tenga conciencia exacta de lo que significa el cobre en poder de los chilenos; cuando Perú conozca lo que representa el azúcar, el cobre y otras materias primas que ese país produce; cuando el Brasil pueda imponer el justo precio para su café y su cacao; cuando Centroamérica pueda hacer lo mismo con este continente postergado, habrá de encontrar el camino para resolver sus problemas.
Pero, en fin, ésta no es materia de la agenda, y a nosotros nos preocupa el problema de la reforma agraria. Sabe la Honorable Cámara cómo hemos apoyado el despacho de este proyecto, que el Ejecutivo envió, en primer trámite constitucional, a esta rama del Congreso.
Pues bien, ahora, en esta reunión de Presidentes, se estudiará el problema relacionado con los créditos para llevar adelante esta reforma agraria. Nuestro Honorable colega señor José Andrés Aravena, en un discurso medular, se refirió a esta materia, y dijo dónde se encontraban los recursos necesarios para realizarla. Nosotros sabemos que la situación de Colombia y Venezuela, Perú y Ecuador, países estos dos últimos, cuyos Mandatarios estarán representados indirectamente en la conferencia, no es la de naciones que vayan a otorgar créditos a otros Estados. Ellos también tienen una política económica parecida a la nuestra y son usuarios de los préstamos internacionales.
Este punto de la agenda nos causa mucha preocupación, porque, si se pretende buscar créditos para financiar la reforma agraria, en una reunión en la cual participan países que no tienen la calidad de prestatarios, ella podría transformarse en una cita donde se consideren materias o sistemas que sólo limiten las perspectivas de la reforma agraria, que nosotros y la mayoría de los chilenos deseamos realizar.
Otro punto de la agenda es el relacionado con la limitación de los armamentos en América Latina. Nosotros somos partidarios ardorosos de la paz. Por eso, queremos que nuestros Estados comprendan que los recursos que derrochan anualmente en armamentos y en mantener ejércitos, aviación y marina, a causa del avance de la ciencia y de la técnica han quedado obsoletos. Estos recursos debieran destinarlos por lo tanto, a resolver los problemas de las mayorías nacionales, con lo que también se estaría dando un fuerte impulso al desarrollo económico y social de los países latinoamericanos.
Nosotros no somos renuentes a iniciar una discusión en estos términos; pero también tenemos algunos temores, y muy fundados.
Yo creo que muchos colegas recuerdan que, cuando el anterior Primer Mandatario señor Jorge Alessandri inició su Administración, también se declaró partidario del desarme de América Latina y, al hacerlo, invitó a los Gobiernos latinoamericanos a adoptar acuerdos en este sentido. ¿Y qué ocurrió? Sucedió que inmediatamente...
El señor ISLA (Vicepresidente).-
¿Me permite Honorable Diputado?
El señor SILVA ULLOA.-
En un momento más voy a terminar, señor Presidente.
Ocurrió que, cuando esta iniciativa formaba cuerpo, en América Latina, Estados Unidos entregaba mayor cantidad de armamento a Argentina. De tal manera que la política armamentista de América Latina depende en todo de lo que determine el coloso del norte.
Por esta razón, nosotros tenemos algunos reparos que formular al viaje del Presidente de la República y de su Ministro de Relaciones Exteriores, a Colombia. Pero comprendemos que el precepto constitucional da al Jefe del Estado facultades exclusivas para dirigir las relaciones internacionales; y nosotros, respetuosos de este precepto, queremos deslindar responsabilidades y que él sepa lo que va a hacer. Por lo tanto, los Diputados socialistas nos abstendremos de votar, tanto el proyecto de acuerdo como el permiso al señor Ministro de Relaciones Exteriores.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Socialista.
Tiene la palabra el Honorable señor Parra.
El señor PARRA.-
Señor Presidente, al analizar la reunión que nos preocupa, resalta de inmediato lo que deberíamos llamar la existencia de un marco de referencia político que infunde carácter a esta conferencia. A mi juicio, son dos los rubros fundamentales en este aspecto: en primer lugar, como el señor Ministro y distintas otras personalidades ya lo han dejado en claro, no se busca, con esta conferencia, la estructuración de ningún bloque de países latinoamericanos que pudiera despertar en el resto de ellos ni preocupación ni deseos de réplica algunos; en segundo lugar, me parece de extraordinario interés el hecho de que según la declaración de nuestra Cancillería, en que se refería a los planteamientos de Itamaraty, se haya expresado que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile reitera su confianza en las Naciones Unidas, como la única organización internacional con facultad para mantener la paz e impedir la agresión o los atentados de una nación en contra de otra.
No escapará al criterio de los señores Diputados que esta sólida posición de Derecho Internacional, reiterada ahora por nuestra Cancillería, elimina y hace imposible todo temor que pudiera presentarse a la opinión progresistas de Latinoamérica, en torno del evento de que en esta conferencia pudiera deslizarse paso alguno en favor de proposiciones que en anteriores circunstancias han sido rechazadas por la Cancillería chilena.
Así planteado lo que llamaba "un marco objetivo de referencia", es útil destacar que las características del temario nos indican que hay aquí una preocupación por problemas objetivos. Se ha recalcado, y no me parece ocioso que así se haya hecho, que esta reunión de Presidentes destierra lo puramente formal, decorativo y protocolar, para referirse a la manera concreta de hacer crecer las economías de los países latinoamericanos.
Es significativo que la lucha social más importante que preocupa a las masas latinoamericanas sea un tema que traten los Presidentes de las Repúblicas, en Bogotá. Se tratará la reforma agraria, y no aventuremos aquí pronósticos pesimistas; no será para restringir la reforma agraria, sino para hacerla realidad, eventualmente para financiarla, con cauces y metodología novedosa. Es para llevar las preocupaciones concretas de la gente, de los trabajadores latinoamericanos, a la Mesa de reuniones de los más altos representantes de los pueblos; para tratar ahí la reforma agraria; para que los recursos fiscales, de todo orden de nuestro país, puedan dedicarse al esfuerzo más reproductivo; para, que se discuta la posibilidad de limitar la absurda carrera armamentista que en algunos momentos parece desarrollarse en nuestros países. Son preocupaciones destinadas a abrirle canales más expeditos al trabajo de promoción social de los países latinoamericanos. Y también figura ahí el interés por transformar los tratados y realidades de comercio internacional, que nadie duda están funcionando no a capacidad plena, sino de manera disminuida y tímida. Se trata, digo, de que estos instrumentos se agilicen y produzcan mejores resultados de los que ahora nosotros conocemos. A ese respecto, dichas ya tantas cosas, a mí me interesa solamente recoger una. Desde el punto de vista concreto de la política real, nosotros, democratacristianos, sabemos muy bien que la ALALC no es paliativo, ni reemplazo, ni pretexto de postergación de ninguna medida de modernización de las economías internas de cada país. No vemos en la ALALC la oportunidad para demorar las transformaciones internas del país; todo lo contrario, la vemos como un eventual apoyo a las transformaciones que aquí ligamos. No buscamos la ALALC para demorar la reforma agraria. No buscamos la ALALC para demorar las demostraciones sociales que aquí estamos realizando. Vemos en ella una palanca de estímulo; pero sabemos que lo que tenemos que conquistar es soberanía económica, y ello implica, fundamentalmente, reforma agraria, mercados nacionales internos amplios, a los que puedan vaciarse de manera preferente para de ahí obtener impulso y saltar muy fuerte hacia adelante las industrias nacionales de cada país. No nos interesa en manera alguna la ALALC como subterfugio; pero tampoco queremos que los países latinoamericanos se priven de los instrumentos concretos, por reducidos que sean, para promover su propia integración y su unidad. Con eso trabajamos : con los hechos, con la realidad que nos dan para ampliar esos instrumentes y para hacerlos más activos.
Es esta reunión otro paso más de la política internacional chilena, que es una política digna y altiva, que trata de hacer lo que a los chilenos les conviene. Y lo afirmo con énfasis en los momentos en que, injustificada y groseramente, ha sido agredida la política internacional del país.
Se ha dicho aquí, en tono que hay que reconocer que ha sido elevado y serio, especialmente por el representante del Partido Comunista, que es importante, que es actual y esto lo quiero remachar la necesidad de entablar relaciones con la República de Cuba. Es ésta una materia de política internacional, de competencia del Presidente de la República. Como simple observador, sin embargo, yo digo: ¿es posible plantear esto como una exigencia inmediata en el preciso momento en que el gobernante máximo de la República de Cuba agrede, verbalmente, con la exageración que le conocemos, al representante del Gobierno de Chile? Y esto no sería nada. ¿Podemos pregunto, y no estoy aconsejando nada, porque realmente quiero hacer un examen sincero de la situación transformar la reanudación de relaciones con Cuba en una bandera inmediata en el preciso momento en que Cuba interfiere pública, sostenida y violentamente en las relaciones internacionales que nuestro país mantiene en el campo socialista con la Unión Soviética y con el resto de los países socialistas, con los que tenemos relaciones diplomáticas y comerciales y con los que queremos plantear tratados comerciales? Porque así entiendo que se sirve a nuestro país y porque así también entiendo que nuestra posición puede ser de interés para esos países.
Señor Presidente, planteo solamente la pregunta. Y yo creo que ello basta para entregarle nuevas perspectivas a esta situación. Porque el propósito de esto, excúseme la Honorable Cámara, es considerar que la opinión del Frente de Acción Popular se ha traducido en reacciones que yo, desde el punto de vista personal, clasifico en dos grupos: uno, las actividades ya conocidas del Frente de Acción Popular, y el otro, los problemas insuficientemente dilucidados.
¿Qué llamo yo "actitudes conocidas"? Las que el Comandante Fidel Castro manifiesta, en los términos que la opinión pública conoce en contra del Presidente de la República, de nuestro camarada Eduardo Frei y de nuestra revolución. El FRAP dice: "Señores, nosotros compartimos la opinión del Comandante Fidel Castro, porque siempre hemos dicho que el Gobierno de Chile es reaccionario y que la Democracia Cristiana no es revolucionaria". Muy bien, si es lo sabemos, y ese derecho, señores Diputados, se lo reconocemos a todos los ciudadanos de Chile; no se lo reconocemos, sí, a los ciudadanos extranjeros.
El Secretario General del Partido Socialista, dice, por ejemplo: "Nosotros solidarizamos con el Comandante Fidel Castro"; y tiene derecho, como político chileno, a decir que nuestro Gobierno no es revolucionario y lo que quiera. No nos asusta, no nos da ni frío ni calor su afirmación. ¿Qué nos van a negar la sal y el agua ? ¡Que nos nieguen lo que quieran! Nosotros nos defenderemos solos. Nos sentimos poderosos, porque sabemos que estamos cumpliendo una misión. Pero no viene al cuento.
Lo que el FRAP tiene que dilucidar ante el pueblo de Chile es lo siguiente: no importa que este Gobierno sea "reaccionario", no importa que este Gobierno sea "derechista"; lo que sucede es que este Gobierno está llevando adelante conversaciones diplomáticas y comerciales para obtener ayuda socialista, y lo que el Comandante Castro ha dicho es que ese hecho Cuba lo considera un gesto inamistoso de los socialistas, de la Unión Soviética y del resto de los países hacia su propio Gobierno. Entonces, lo que hay que aclarar es qué piensa el FRAP. ¿Piensa el FRAP que un Gobierno, de la catadura que supone es el nuestro, debe tener conversaciones sobre materias económicas, comerciales, realistas y convenientes con esos Gobiernos? ¿Supone que no debemos tener tratados comerciales que son de interés para el país?
Este es un punto de vista insuficientemente aclarado.
El señor PALESTRO.-
No dijo eso, colega. Lea todo el discurso.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
¡Honorable señor Palestro!
El señor PALESTRO.-
¡No hay que leer "La Nación", solamente!
El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).-
¡La Habana lo dijo!
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Honorable señor Valenzuela, don Héctor, ruego escuchar con atención las palabras del Honorable señor Parra.
El señor PARRA.-
Voy a terminar, señor Presidente.
Nosotros votaremos a favor del permiso constitucional que se nos solicita, porque es útil para el país, porque nos interesa promover relaciones internacionales altivas e independientes y porque tenemos confianza en el Presidente de la República y en el Canciller chileno.
He dicho.
El señor FERNANDEZ.-
¿Cuántos minutos nos quedan?
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Restan tres minutos, Honorable señor Fernández.
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En conformidad con lo resuelto por la Sala, procede votar, a continuación, el proyecto de acuerdo, aprobado por el Honorable Senado, que autoriza al Presidente de la República para ausentarse del territorio nacional desde el 14 hasta el 21 de agosto del año en curso, ambas fechas inclusive, a fin de concurrir a la reunión de Jefes de Estado, que tendrá lugar en la República de Colombia.
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 65 votos.
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Aprobado el proyecto de acuerdo.
Corresponde votar en seguida el permiso constitucional solicitado por el señor Ministro de Relaciones Exteriores.
Si le parece a la Honorable Cámara, se aprobará el permiso con la misma votación anterior.
Acordado.
El señor VALDES (Ministro de Relaciones Exteriores).-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor ISLA (Vicepresidente).-
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para conceder la palabra al señor Ministro de Relaciones Exteriores.
Acordado.
Puede hacer uso de la palabra el señor Ministro.
El señor VALDES (Ministro de Relaciones Exteriores).-
Sólo deseo agradecer la autorización que la Cámara de Diputados ha tenido a bien conceder a Su Excelencia el Presidente de la República y al Ministro de Relaciones Exteriores para ausentarse del país, y, al mismo tiempo, manifestar que para el Ministro que habla ha sido extremadamente interesante y útil el debate que aquí se ha suscitado.
Nada más, señor Presidente.
"