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El señor ROSALES.-
Señor Presidente, el miércoles 26 de mayo último, el pueblo de Rancagua, la ciudadanía de esa comuna y de toda la provincia, vivió una jornada cívica memorable. A las cuatro de la tarde de ese día, las sirenas de todas las Compañías del Cuerpo de Bomberos de la localidad rasgaron el aire, y las campanas de todas las iglesias, incluyendo las de la antigua Iglesia de La Merced, donde O'Higgins vivió su heroica gesta, se echaron al vuelo. Esta fue la señal convenida para que los obreros abandonaran sus faenas, los estudiantes salieran de sus clases, el comercio cerrara sus puertas y toda la actividad de Rancagua se detuviera.
A partir de esa hora, verdaderos ríos humanos desembocaron en la histórica Plaza de los Héroes hasta desbordarla.
En esa plaza se realizó el más imponente Cabildo Abierto que ha presenciado Rancagua a lo largo de toda su historia. Ciento ¡setenta organizaciones respaldaron esa gran asamblea democrática y popular. Adhirieron a ella desde el señor Obispo de la Diócesis hasta el obrero del más pequeño sindicato.
Presidieron el Cabildo las autoridades de la comuna, el Alcalde y los Regidores, los dirigentes del Comité auspiciador, representantes de instituciones, algunos parlamentarios de la provincia, como los Honorables Senadores señores Hermes Ahumada y Armando Jaramillo; mi Honorable colega Héctor Olivares y el Diputado que habla. Contrariamente a lo que nos ha informado el Honorable señor Clavel que ocurrió en Antofagasta, no estuvieron presentes en Rancagua los representantes del Gobierno ni tampoco los parlamentarios del Partido Demócrata Cristiano.
¿Para qué se reunió el pueblo de Rancagua? Para expresar su protesta airada por la burla de que ha sido objeto, desde hace más de siete años. Saben los señores parlamentarios que en Rancagua se construyó un edificio para instalar una industria automotriz. Esto fue hace siete año, y los señores Diputados que viajan por la carretera hacia el sur podrán ver, recortada hacia el poniente, la silueta de un moderno e imponente edificio, construido con todos los adelantos de la técnica y de la ciencia. Allí debió haber funcionado una industria automotriz para el progreso de Rancagua, de la zona y, en cierto modo, de toda la Nación.
Como le consta al señor Presidente, esta situación se ha reclamado en todos los tonos; se efectuaron cientos y miles de gestiones durante el período pasado; fuimos a golpear, no menos de cincuenta veces, las puertas de los distintos Ministerios para entrevistarnos con diversos funcionarios, pero siempre obtuvimos la misma respuesta: la tramitación, el engaño, la mentira. Siempre se nos dijo que todo estaba listo, pero la industria nunca se instaló. Hay allí una inversión del orden de los cinco mil millones de pesos. ¡ Cinco mil millones de pesos invertidos en un edificio que sigue con sus puertas totalmente cerradas y que está ubicado a pocos kilómetros al sur de la ciudad de Graneros! Y en Rancagua, donde no hay industrias, se encuentra una de las mejores y más modernas escuelas industriales del país. ¿Qué destino, qué porvenir espera a la juventud de esta escuela y de los liceos y establecimientos industriales de Rancagua? Absolutamente ninguno.
¿Y por qué no se instala esta industria? Creo que es bueno decirlo de una vez. Se debe a la tenaz oposición de los enemigos de nuestro pueblo y de nuestra patria; de los que se han apoderado de nuestras riquezas básicas como el salitre, el cobre, el hierro, la energía eléctrica y los teléfonos. Ellos son los que han impedido la instalación de esta industria. En lo que a la zona se refiere, la Braden Copper ha sido la más tenaz opositora. ¿Por qué, señor Presidente? Porque no quiere tener competidores en la mano de obra, que es la más barata de Chile, y porque desea seguir ufanándose de que en su oficina de colocaciones hay más de 30 mil solicitudes de obreros que reclaman trabajo.
Sabe también el señor Presidente que en la provincia de O'Higgins existe una pavorosa cesantía. Hay cientos y miles de hombres jóvenes, trabajadores, que no tienen dónde ganarse la vida, a los que se suman los que, día a día, son despedidos de los campos e incluso de las pequeñas industrias de Rengo, que han cerrado sus puertas.
Por todas estas razones, Rancagua viene reclamando y exigiendo la instalación de una fuente permanente de trabajo, porque cuando sólo queden los hoyos que la Braden Copper dejará en la cordillera, después de extraer todo el cobre de sus montañas, no habrá en Rancagua ninguna fuente propia de trabajo. Sólo quedarán, como testigos de esa inhumana explotación, miles y miles de silicosos.
Los importadores también se oponen a que Rancagua tenga una industria automotriz. Hace pocos días, la prensa informaba que el Gobierno ha pedido propuestas para importar mil y tantos chasis para la locomoción colectiva. ¿No sería mucho mejor que éstos se construyeran en nuestro país? Este es un hecho realmente vergonzoso. ¿Quién ha sido el gestor de esta operación? ¿Quién ha maniobrado para esta importación? Nada menos que el representante de los Estados Unidos en nuestro país, el representante del imperialismo norteamericano.
Como la situación para Rancagua no ha cambiado, conviene recordar que Su Excelencia el Presidente de la República empeñó solemnemente su palabra en la Plaza de los Héroes, en el sentido de que, cuando asumiera la Primera Magistratura, Rancagua contaría con una industria automotriz. Además, el pueblo de Rancagua recibió otra promesa: la del señor Raúl Sáez a través de los Diputados del Partido Demócrata Cristiano. Naturalmente, la promesa del señor Sáez no merece confianza ni al pueblo de Rancagua ni a la ciudadanía de la provincia.
El señor MONARES.-
No personifique, Honorable colega.
El señor ROSALES.-
Conocemos muy bien a este funcionario del régimen pasado que, como Vicepresidente de la ENDESA, no fue capaz de defender el interés nacional, y que permitió que las plantas hidroeléctricas, construidas con fondos del Estado, por obreros y técnicos chilenos, fueran entregadas a la empresa norteamericana Compañía "Chilena" de Electricidad. Estas plantas levantadas a lo largo de Chile...
El señor SOTA.-
¿Me permite una interrupción, Honorable colega?
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor ROSALES.-
...y cuyas construcciones fueron iniciadas durante el gobierno del Frente Popular, por la política visionaria de ese gran Presidente que fue don Pedro Aguirre Cerda, hoy surten de energía eléctrica a la compañía imperialista norteamericana...
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