. . . . . . . " El se\u00F1or ARAVENA (don Jorge). \n \nSe\u00F1or Presidente, voy a ocuparme, en esta oportunidad, de un caso social y humano, que a la vez guarda \u00EDntima relaci\u00F3n con un problema de palpitante actualidad, y que aun cuando se refiere a una determinada persona, por lo que corro el riesgo de ser mal interpretado u objeto de suspicacias, no temo hacerlo, por cuanto, en el fondo me gu\u00EDa un inter\u00E9s que est\u00E1 por encima de motivos subalternos o razones de inter\u00E9s personal. Se trata, m\u00E1s que nada, de hacer claridad frente a un hecho, porque a m\u00ED me parece que los fundamentos que ha tenido el Ministerio del Interior para determinar la expulsi\u00F3n de un ciudadano extranjero, dedicado a las labores agr\u00EDcolas, son injustificadas y con ello se establecer\u00EDa un precedente que con mucha raz\u00F3n inquieta a los extranjeros radicados en nuestro pa\u00EDs y que se dedican y entregan sus esfuerzos a las distintas actividades en que se desenvuelve nuestra vida ciudadana. \nPor las informaciones que he podido recoger, la persona en referencia se dedica a la agricultura y posee varias propiedades de cierta importancia, las que no explotar\u00EDa en forma adecuada o simplemente no las trabajar\u00EDa. Adem\u00E1s, es acusado de pagar mal a sus obreros y de no cumplir las leyes sociales, etc\u00E9tera. \n " . .