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- rdf:value = " El señor LETELIER.- Señora Presidenta, valoro tremendamente esta iniciativa, más aún siendo representante de una Región que aporta significativamente a la producción de alimentos en el ámbito agrícola, frutícola y pecuario. Por tanto, doy fe de la gran labor que realizan los funcionarios del SAG, en sus diferentes niveles.
Poner a este órgano al mismo plano que otras instituciones que ya reciben este tipo de bonificación, como el Servicio Nacional de Aduanas, es un tremendo esfuerzo del Estado, que vale la pena reconocer.
Esta es una lucha que han dado las asociaciones de trabajadores del SAG desde hace años. Las felicito por ello.
Pero, sin duda, existen varios temas pendientes.
Primero, quiero valorar la forma como este servicio enfrenta situaciones de coyuntura muy complejas, como sucedió a raíz de la presencia de la lobesia, que amenazó nuestras exportaciones. Se está haciendo un esfuerzo tremendo ahora, porque hubo un descuido o una política errónea en años recientes, cuando se minimizó el accionar del Servicio Agrícola y Ganadero en el control de ciertas plagas.
Debemos asumir que, si el SAG se descuida, podemos perder nuestro patrimonio fitozoosanitario. Estuvimos a punto de eso. El caso de la lobesia, sin duda, es el ejemplo más grave.
Del mismo modo, aplaudo la gran labor que se hizo en el control de la mosca de la fruta, entre otras plagas.
Por otra parte, se ha hablado en general de lo relativo a los 1.700 trabajadores a honorarios.
Quiero poner el dedo en la llaga al referirme a una situación más específica: a las condiciones precarias de los profesionales a honorarios que se desempeñan en los mataderos.
Ahí las empresas ayudan a financiar la función de fiscalización que debe realizar dicho empleado del SAG, a efectos de garantizar la calidad de las carnes para el consumo humano. Esa tarea implica controlar no lo concerniente al consumo, sino el estado de los animales que van a ser faenados.
Pues bien, las condiciones ahí son brutalmente precarias.
En realidad, dentro del mundo de los trabajadores a honorarios se observan situaciones dramáticas.
No hay ninguna razón para no avanzar hacia contratos de trabajo o de Código Laboral, a lo menos en esta etapa, a fin de darles estabilidad y garantías a aquellos; de que estén cubiertos ante accidentes del trabajo, y de que accedan a una serie de derechos que hoy no tienen.
Voto a favor de la iniciativa.
Este aumento de ingresos para trabajadores, que pasará de 120 a 180 mil pesos (incluso más en algunos casos), es un tremendo reconocimiento.
Pero asumamos que, si el SAG, que cumple funciones tan importantes, dependiera del Ministerio de Hacienda -disculpen lo que diré-, probablemente no habría 1.700 funcionarios a honorarios. En el Servicio Nacional de Aduanas no se dan esas proporciones.
Hay que resolver ese asunto en un servicio que es fundamental para el Chile que quiere ser potencia agroalimentaria.
"
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