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- rdf:value = " ESTABLECIMIENTO DE PLAZO DE RENUNCIA A PARTIDO POLÍTICO PARA PRESENTACIÓN DE CANDIDATURAS INDEPENDIENTES. Observaciones de su excelencia el Presidente de la República.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Corresponde tratar las observaciones de su excelencia el Presidente de la República al proyecto de ley, iniciado en moción, relativo al plazo de renuncia a un partido político para presentar candidaturas independientes.
Antecedentes:
-Informe de la Comisión de Gobierno Interior y Regionalización, boletín N° 6974-06, sesión 61ª, en 2 de agosto de 2011. Documentos de la Cuenta N° 16.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Diputado informante de la Comisión de Gobierno Interior y Regionalización es el señor Ramón Farías.
El señor FARÍAS (de pie).- Señor Presidente, la Comisión de Gobierno Interior y Regionalización me ha encomendado informar el veto de su excelencia el Presidente de la República, formulado al proyecto individualizado en el epígrafe, de conformidad a lo establecido en el inciso primero del artículo 73 de la Carta Fundamental, y en el Título III de la ley N° 18.918, Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, el cual tuvo su origen en una moción de los Senadores señores Camilo Escalona, José Antonio Gómez, Ricardo Lagos, Pablo Longueira y Andrés Zaldívar.
Habiendo concluido su tramitación legislativa la mencionada iniciativa y puesta en conocimiento de su excelencia el Presidente de la República, éste hizo uso de la facultad que le confiere el artículo 73 de la Constitución Política, formulándole observaciones sustitutivas al texto en referencia, de cuyo contenido y alcances me ocuparé más adelante.
Concurrió, para detallar los fundamentos que inspiran el veto, el subsecretario del Ministerio Secretaría General de la Presidencia, señor Claudio Alvarado, quien señaló que el propósito inicial del proyecto de ley es reforzar el rol de los partidos políticos, facilitando la constitución de pactos y fórmulas de consenso.
Precisó que la Ley de Votaciones Populares y Escrutinios dispone que los candidatos independientes no podrán haber estado afiliados a un partido político hasta dos meses antes del vencimiento del plazo para presentar las declaraciones de candidaturas. Por lo tanto, para concurrir como candidato de un partido político, se requiere haber estado afiliado a dicho partido con, a lo menos, dos meses de anticipación a la declaración de candidaturas.
Por su parte, el proyecto aprobado por el Congreso Nacional modifica el plazo de dos a nueve meses en ambos casos, lo que sin embargo provocaría una compleja situación a los partidos en formación autorizados por ley a participar si es que se constituyen con, al menos, un año de anticipación respecto del acto eleccionario.
El veto, en consecuencia, busca permitir que los independientes que se adscriben a partidos en formación, hasta dos meses antes de la declaración de candidaturas, puedan participar en la respectiva elección; pero, si se trata de personas con militancia previa en otro partido, se les exigirá haberse afiliado al nuevo partido con, al menos, nueve meses de antelación.
Cabe hacer presente que tales observaciones fueron formuladas en mayo del año en curso, las que fueron aprobadas en su primer trámite constitucional por el Senado, sin variaciones en junio de 2011.
El propósito de las observaciones, a decir del preámbulo del documento emitido por el Ejecutivo, es introducir al proyecto despachado por el Congreso Nacional algunas modificaciones destinadas a mejorar su texto, toda vez que, de transformarse en ley de la República, producirían efectos no deseados.
Así, indica que la ley N° 18.603, Orgánica Constitucional de Partidos Políticos fija plazos que posibilitan la conformación de nuevos partidos en el curso del año anterior a una elección. Pero la iniciativa en trámite hace inviable que el nuevo partido postule en la misma lista de candidatos que militen en él, en la medida en que les exige una militancia mínima de un año a la fecha de realización de aquélla.
Por otra parte, señala que durante el año anterior a la elección, aquellos partidos políticos ya existentes se verían imposibilitados de afiliar electores que escapen a las exigencias propuestas en el proyecto, esto es, candidatos de partidos afiliados, a lo menos, con nueve meses de anticipación al vencimiento del plazo para las declaraciones de candidaturas y, tratándose de candidatos de partidos inscritos en el respectivo registro en el año previo a la elección, afiliados igualmente nueve meses antes del vencimiento del plazo, lo que reduce la opción para los partidos de designar aspirantes a los cargos de elección popular.
Las observaciones persiguen evitar tales efectos, toda vez que permiten llevar candidatos afiliados al partido hasta dos meses antes de la declaración de candidaturas y, por otra parte, hace exigible a los candidatos no haber estado afiliados a otro partido dentro de los nueve meses previos a tal declaración.
Finalmente, el Presidente de la República hace presente la necesidad de modificar el artículo 9° de la Ley de Votaciones Populares y Escrutinios, con el propósito de controlar las militancias al revisar las candidaturas y comprobar que ellas cumplan con la normativa en referencia.
Obra en poder de los señores diputados un texto comparado, como un anexo al informe, para una mejor comprensión del alcance de las precitadas observaciones, donde se incluye el articulado de la legislación en vigor que se vería afectada por el proyecto en trámite, el texto aprobado de éste por el Congreso Nacional y, finalmente, las observaciones hechas presente por el Presidente de la República a este último.
La Comisión de Gobierno Interior y Regionalización compartió plenamente los fundamentos que sustentan las observaciones formuladas por el Ejecutivo, otorgándole su aprobación unánime, con los votos de los diputados señores Becker, don Germán (Presidente); Ascencio, don Gabriel; Browne, don Pedro; Campos, don Cristián; Farías, don Ramón; señora Hoffmann, doña María José, y señores Lemus, don Luis; Morales, don Celso; Ojeda, don Sergio; Rosales, don Joel, y Schilling, don Marcelo.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Ofrezco la palabra al diputado señor Marcelo Schilling.
El señor SCHILLING.- Señor Presidente, vamos a aprobar el veto del Presidente Sebastián Piñera, por dos razones fundamentales.
En primer lugar, porque es decisión del Presidente de la República apoyar un aspecto del sistema político que necesita afianzar su legitimidad social para poder desenvolverse plenamente. Este aspecto del sistema político son los partidos. De hecho, lo que busca el veto es reafirmar la inspiración esencial que estuvo detrás de la iniciativa parlamentaria del Senado, cual es poner fin al oportunismo que caracterizaba al proceso de toma de decisiones relacionada con la selección de candidaturas, provocando que aquellas personas que no lograban sortear los sistemas internos de selección de candidatos, al ver frustradas sus aspiraciones en ese partido, renunciaban y se inscribían en otro para poder postular, lo que generaba sospechas sobre la fortaleza de las convicciones políticas e ideológicas de los miembros de determinado partido.
Con este proyecto, ese problema queda relativamente despejado. Sin embargo, no puedo dejar de recordar que para culminar este proceso de fortalecimiento de los partidos políticos, que son parte del sistema democrático, es necesario avanzar prontamente en la institución de las elecciones primarias, como una forma de seleccionar los candidatos a las elecciones generales. Asimismo, es necesario entregar facultades al Servicio Electoral para garantizar la transparencia y la limpieza de los procesos de toma de decisiones internas de los partidos políticos, facilitando, así, el escrutinio público de los mismos.
Finalmente, el veto corrige algo que había quedado mal redactado en el texto aprobado por el Congreso Nacional, al dar facilidades para la constitución de nuevos partidos políticos, algo que siempre será necesario para enriquecer el desarrollo de nuestra vida política.
Por estas razones, voy a aprobar el veto, e invito a los colegas a proceder del mismo modo.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Pepe Auth.
El señor AUTH.- Señor Presidente, la bancada del Partido por la Democracia va a respaldar el veto, porque viene a resolver un efecto no buscado de la ley N° 18.603, orgánica constitucional de Partidos Políticos, y tiende a fortalecer el sistema de partidos políticos, en un momento en que aparece como algo muy necesario porque está cuestionado.
Todos los que compartimos la necesidad de que exista una democracia estable, naturalmente, estamos de acuerdo en fortalecer los vínculos que tienen la personas con las instituciones. Pero, al mismo tiempo, hay que poner énfasis en la necesidad de que las instituciones se democraticen para que mantengan su atractivo y la seguridad de las personas en su ejercicio de solidaridad colectiva.
Sin embargo, la ley N° 18.603 representaba un impedimento para las nuevas fuerzas políticas que se constituyeran como tales, al establecer un plazo muy largo previo a los comicios electorales. Por lo tanto, al eliminarse la posibilidad y la total libertad de los independientes para afiliarse a un partido político, sea nuevo o antiguo, se resuelve ese problema de que el sistema generaba un impedimento adicional a la ya escasa fuerza de constitución y de emergencia de nuevos actores políticos, producto del sistema electoral binominal, que requiere ser cambiado.
Quiero poner el énfasis en que esta iniciativa -espero que sea aprobada en esta sesión- encontrará su correlato democrático en la aprobación de la ley sobre elecciones primarias, que obligará a los partidos a seleccionar sus candidaturas a cargos de elección popular, de cara a la ciudadanía, sin aplicar nunca más la ley de hierro de la oligarquía.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Ofrezco la palabra al diputado señor Miodrag Marinovic.
El señor MARINOVIC.- Señor Presidente, nuestro querido amigo y colega Pepe Auth habló de oligarquía.
Estoy muy feliz, porque hoy estamos tratando un proyecto muy importante y que a los chilenos, desde Arica a Puerto Williams, les importa mucho, porque es relevante para el futuro del país. Se relaciona con cómo hacemos para que un precandidato no se presente cuando al presidente de un partido le cae mal, porque no es de su línea, o porque disiente de la forma en que dirige a su partido político.
Entonces, nos encontramos con que algunos honorables senadores presentan un proyecto para materializar esta herramienta y, finalmente, concentrar todo el poder en dos o tres personas, que pertenecen a la oligarquía, es decir, los presidentes de los partidos políticos. Y, después, designan candidatos a senadores y hacen lo que quieren. Eso es lo que ocurre, y es lo que estamos reforzando con este proyecto que, probablemente, va a ser aprobado, aunque, por cierto, no con mi voto, ni con el de Alejandra Sepúlveda, ni con el del Primer Vicepresidente, Pedro Araya, ni con el de ninguno de quienes hemos roto el sistema binominal. Por eso, tenemos autoridad plena y moral de hablar en contra de este veto.
Nosotros estamos debatiendo el veto a este proyecto; pero, ¡fíjense las tonteras que piden las personas en la calle! Piden participación, piden elecciones primarias, que los partidos de las regiones elijan a sus candidatos. Fíjense que, en Punta Arenas, el presidente de un partido eligió al candidato. Obtuvo 44 votos; otro, 15 votos. Otros, en mi región, son elegidos con cien votos. Pero, ellos son los que eligen seremis, intendentes, etcétera. Me parece fantástico. Pero la gente pide participación, quiere participar en el problema de la educación, para imponer su voluntad mayoritaria. ¡Qué raro! Pero, esto que estamos haciendo es importante: estudiando la forma de poner cortapisas a los candidatos independientes, concentrando aún más el poder de los partidos políticos y, finalmente, no dejarle nada a la gente.
Los ciudadanos piden descentralización. ¡Qué cosa más rara! Quieren intendentes elegidos, que no sean funcionarios elegidos por el Presidente de la Republica, que los nombra y, luego, los cambia; pero no es alguien que represente a los electores de las regiones. ¿Qué más pide la gente? Pide que los cores también sean elegidos, y no que busquen a un concejal, le paguen tres millones, y tienen un core. ¡Qué “tonta” es la gente! Pero, nosotros estamos preocupados de este gran proyecto.
¿Qué pasó con la iniciativa que sobre esta materia presentaron algunos? Ése era un proyecto bueno: en él se exigía por lo menos dos años de residencia del candidato a diputado en la región que quería representar. Se discutió en la Sala. ¿Qué hicimos? Estábamos tan ocupados estudiando otros proyectos de este tipo, que lo mandamos de vuelta a la Comisión donde, seguramente, va a morir. ¿Por qué? Porque hay algunos señores que viven en Santiago, pero quieren ser diputados por Punta Arenas, Coquimbo, Concepción, Antofagasta, etcétera; pero, les gusta vivir en la zona central. Eso no es aceptable. Eso quiere la gente. ¡Qué “lesa” es la gente!
Por eso, voy a hacer reserva de constitucionalidad respecto de este proyecto, porque es inconstitucional. ¿Saben quién lo dice? El ministro de Justicia, Teodoro Ribera, no lo digo yo.
Veamos lo que dice.
Teodoro Ribera destaca que a lo largo de la vigencia de la Constitución de 1925, lenta, pero inexorablemente, los partidos políticos fueron consolidando en la práctica un monopolio de la representación de voluntad popular, haciéndose, en los hechos, impracticable para los independientes presentar candidaturas.
Eso es lo que está ocurriendo ahora. Entonces, nosotros debemos dedicarnos menos a estos proyectos y más a los que la gente de la calle quiere para tener más participación, porque muchas veces las ideas de la gente son bastante mejores que las que hoy hemos analizado provenientes de los honorables senadores.
Voy a votar en contra del proyecto.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado Alberto Robles.
El señor ROBLES.- Señor Presidente, el veto presidencial está orientado a una discusión que se dio en el Parlamento, y que tiene que ver con una cosa práctica y real, no de utopía política, sino de praxis política.
En el debate del proyecto se trató el problema de lo que ocurre con los partidos en formación, sobre todo dado el sistema de constitución de partidos en Chile.
Mientras discutíamos el proyecto, a los partidos en formación se les preguntó sobre la materia, y plantearon su disconformidad respecto de la iniciativa, porque impedía que otros actores se sumaran al proceso político y electoral con una anticipación razonable que les permitiera incorporar a su gente, sobre todo porque estaban en proceso de formación, y, en esas circunstancias, los tiempos que requiere dicho proceso impiden que un partido se forme con anticipación suficiente a una elección.
Por ello, partidos que están en proceso de formación, como el Partido Verde o el Partido Progresista, que han avanzado en su conformación en los últimos meses, veían dificultada su posibilidad de participar en el evento electoral próximo, sobre todo ahora que está cercana la elección municipal. Antes, no se consideraban los tiempos requeridos para formar un partido, más aún cuando se impedía que el partido en formación pudiera participar legítimamente de una elección, porque la ley, hecha por los representantes de los partidos que están presentes en el Congreso, planteaba una reforma electoral para evitar que militantes de un partido, simplemente porque había acuerdos en sus propios partidos para tomar decisiones electorales, se retiraran de ellos y fueran candidatos por otros partidos, como ocurrió tiempo atrás.
Es evidente que en Chile necesitamos reformas más estructurales, mucho más profundas en los partidos políticos, que efectivamente permitan que se abran a representar de verdad a la ciudadanía. Nuestra realidad impide muchas veces, dada la formación bastante antigua de relacionarse al interior de los partidos, que personas con ascendencia dentro de las comunidades, sobre todo en comunidades pequeñas, puedan incorporarse y participar en un proceso electoral sin contar con la venia de las respectivas cúpulas políticas.
Por eso, necesitamos un cambio en la estructura de los partidos políticos; que haya partidos mucho más democráticos, mucho más transparentes, con financiamiento, por cierto, porque si no, al final de cuentas, los partidos que reciben financiamiento de los que antaño se denominaban mecenas de la política, terminan por deberles cierta pleitesía, pero, además, necesitan de esos mecenas para de-sarrollar la actividad política, que sin duda implica costos en oficinas, en secretarias, gastos de arrendamiento y otros de distinto tipo.
Me parece absolutamente razonable que de una vez por todas abordemos los temas políticos con una mirada más de Estado, con una mirada de sociedad incluyente de sus ciudadanos en las fórmulas, en las instituciones que permiten el desarrollo de la política.
Es evidente también que si no hay canales, si no hay opciones para que la gente se incorpore a la política en la forma más abierta, más transparente y más democrática posible, seremos desbordados por el populismo, incluso por la fuerza que en el pasado se pudo imponer, como regímenes militares que persiguen imponer sus posiciones por la fuerza.
El veto del Presidente soluciona un tema que no se resolvió en el debate anterior. Hoy, hay acuerdo suficiente para respaldar el aspecto que quedó pendiente.
Es absolutamente necesario que el Ejecutivo y los partidos políticos seamos capaces de elaborar un proyecto de reforma que incluya todos los aspectos que hoy impiden que se desarrollen en la mejor forma posible y encaucen en forma real las aspiraciones ciudadanas.
También, hay que pensar en un debate más profundo y abierto respecto del sistema electoral. Hace poco conversé con el diputado Rojas sobre la posibilidad, por ejemplo, de aumentar el número de diputados. Hay proyectos que han sido presentados y que pueden ver la luz si les damos la importancia suficiente. En ese sentido, el Gobierno tiene un rol fundamental, sobre todo luego de que el Gobierno de la Alianza ha planteado la posibilidad de ampliar los espacios de discusión.
El sistema político en Chile debe ser reformulado y el sistema de partidos políticos debe abrirse a una democracia mucho más participativa. En ese sentido, entendemos que el proyecto constituye un paso adelante y concurriremos con nuestro voto favorable.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado Marcelo Díaz.
El señor DÍAZ.- Señor Presidente, tal como señalé en el debate anterior de la iniciativa, no me gusta este proyecto y creo que es malo, porque trata de hacerse cargo de un fenómeno que debiese estar regulado. Cuando un militante de un partido no es nominado candidato conforme a las reglas de ese partido, no debiera tener la posibilidad de renunciar al partido para presentarse como candidato por otro; pero eso requiere condiciones que hoy no existen; requiere procedimientos democráticos, transparentes, sólidos, de designación de candidatos al interior de los partidos que hagan incuestionable la legitimidad de la decisión que adoptó el partido; que no se genere la sensación de que hubo abuso o arbitrio en la selección del candidato que vulnere los derechos de otros militantes, y que en esas circunstancias lo invita, lo conmina a dejar las filas del partido para buscar otra tienda por la cual presentarse.
Debiera proscribirse el transfuguismo; es decir, a aquel que, sometido a las reglas democráticas de designación de candidatos de un partido, pierde en buena lid, no debiese permitírsele que se cambie de partido y que postule por otro. Eso -repito- es transfuguismo político y debiera estar desterrado y proscrito, como lo está en muchas democracias sólidas y desarrolladas.
Sin embargo, esas condiciones de base no existen, y difícilmente los partidos políticos son capaces de pasar el test de la blancura sobre la transparencia, legitimidad y carácter democrático de designación de sus candidatos. Creo que no hay ninguno que pudiese cumplir un estándar universalmente reconocido como legítimo y democrático de selección de candidatos. Si no fuera así, no estaríamos discutiendo, como la semana pasada, la posibilidad de dictar en Chile una ley de primarias.
Entonces, estamos equivocando el camino y la señal, porque en la línea de lo que expresaba el diputado Pepe Auth, estamos reafirmando, ratificando y refrendando la lógica oligárquica con la que los partidos toman sus decisiones en materias tan relevantes como la selección de los candidatos a los cargos de elección popular. Aquí lo que debiese haber ocurrido -ése es el orden lógico, natural y legítimo- es haber debatido, primero, una ley de primarias. De esa manera, se habría resuelto este problema, porque si cada partido tiene la obligación de designar a sus candidatos a través de un mecanismo de primarias vinculantes, el que perdiese, por el carácter vinculante de la misma y por el mérito de la ley, no habría podido presentarse ni como independiente ni como militante de otro partido. Eso es lo que resuelve el problema, en lugar de entregar a los partidos la posibilidad de postergar hasta el final la designación de candidatos, todo lo cual somete a tensión a aquellos que no saben cómo se va a resolver la designación, pues queda en el aire la decisión de si siguen o no en el partido. Antes ese plazo era de dos meses; ahora se extiende a nueve.
Hoy, la señal es pésima. No sólo hay movilizaciones que se hacen cargo de la legítima y necesaria reforma que debe haber en la educación, sino que también hay una manifestación de malestar por los abusos y la inequidad que subyace en la sociedad chilena como mar de fondo. También hay un alegato ciudadano sobre la falta de representatividad y de participación en las instituciones y decisiones políticas. Pese a todo ello, aquí estamos dando una señal que va en la dirección inversa a lo que la gente está demandando, que es más poder, más participación y más decisiones.
En nombre de esta Corporación, y encabezando una delegación plural de diputados, el fin de semana concurrí a conocer y observar el proceso de primarias en Argentina. Votó más del 70 por ciento de los ciudadanos. Es cierto que la votación es obligatoria. Pero, por primera vez en la historia de la República Argentina los partidos políticos y las coaliciones eligieron a sus candidatos, con la concurrencia de los ciudadanos. Como decía el lema de las primarias argentinas, “Más es mejor”. Mientras más participación tenga la gente en la toma de decisiones políticas, mejor es la democracia, porque se robustece más.
Al parecer, no nos hacemos cargo de que todas las encuestas indican que la credibilidad en la democracia chilena ha decaído en los ciudadanos a niveles preocupantes, y que la demanda de más y mejor democracia va a acompañada de la demanda de un país más justo, de más igualdad.
A mi juicio, éste es un pésimo proyecto. Desde ya anuncio mi voto en contra del veto, porque no resuelve el problema. Porque, al final, estamos diciendo a la ciudadanía que nuevamente vamos a legislar para solucionar los problemas de la clase política, y no para hacernos cargo de mejorar y de transparentar a��n más un elemento fundamental, que es cómo se designan los candidatos y candidatas a los distintos cargos de elección popular. Más bien, ésta es una ley trampa, pues viene a aumentar el riesgo para los candidatos y a entregar más control a las directivas partidarias. Digo esto desde mi condición de vicepresidente de un partido político y de haber sido designado dos veces candidato por ese mismo partido. Por tanto, me hago cargo de que es un defecto transversal del sistema político.
Insisto, este proyecto de ley, que tiene un propósito que comparto, cual es evitar el transfuguismo, no es la solución. Es un atajo que nos conduce exactamente al lugar del cual debemos salir: el lugar del desprestigio y de la desconfianza de los ciudadanos respecto de la política.
Mi invitación es que dejemos este proyecto en nada y que nos aboquemos a sacar el proyecto de ley de primarias. Si hacemos una ley de primarias, este proyecto será papel mojado, porque no va a importar, porque la gente no se cambiará de partido debido a que no la dejan ser candidata. Además, porque tendrá el derecho a competir en una elección primaria. Si la gana, el partido tendrá la obligación de presentarla como candidata; si la pierde, no tendrá derecho de presentarse como candidato, ni por ese partido ni por ningún otro.
Los socialistas planteamos que deberían haber primarias para todos los cargos de elección popular. Por cierto, para el de Presidente de la República, de diputados, senadores, alcaldes y concejales. Porque en todo proceso de designación de autoridad, mientras haya más democracia, participación y se consulte a los ciudadanos, más legitimidad, más fortaleza y más solvencia tendrá esa institucionalidad democrática. La demanda actual es por eso.
Por lo tanto, invito a la Cámara a rechazar este veto presidencial y el proyecto, porque, insisto, este último da exactamente la señal inversa de lo que la ciudadanía pide: que le devolvamos el poder para que sea parte de la toma de decisiones y no mero espectadora convocada una vez cada cuatro años a meter un papelito en la urna y, luego, “nos vemos en cuatro años”.
Hoy, las democracias son más activas, con ciudadanos más empoderados, con más información, capacidad de opinar y de procesar decisiones. Ése debería ser el camino a seguir: ampliar los horizontes de participación de los ciudadanos para que sean parte de las decisiones; no meros espectadores.
Este proyecto entrega el poder a unos pocos. Confirma y consolida el poder de unos pocos y excluye a la inmensa mayoría de la toma de decisiones.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Germán Becker.
El señor BECKER.- Señor Presidente, debo reconocer que el proyecto, tal como salió aprobado de la Cámara de Diputados hace algunos meses, presentaba bastantes problemas. Tenía mucha razón el diputado Marinovic en ese entonces cuando dijo que limitaba la posibilidad de los independientes para ser candidatos y restringía la formación de los partidos políticos.
El hecho de que un independiente no pudiera inscribirse en un partido político durante el último año antes de la elección redundaba en mucho tiempo. El veto viene a solucionar ese tema, porque mejora el proyecto, permite a los independientes inscribirse en los partidos políticos tal como ahora, hasta dos meses antes de la inscripción de la candidatura, o sea, cinco meses antes de la elección, lo cual me parece muy razonable.
Sin embargo, el veto restringe a las personas que forman parte de un partido político a ser candidato por otro partido político, en el caso de no retirarse antes de un año de la elección. Eso es razonable y es lo que buscamos evitar. Mientras no exista una ley de primarias, el proyecto es razonable y será muy útil, porque a nadie le gusta que existan candidatos tránsfugas, que de alguna manera se someten a un partido político, y cuando no son elegidos candidatos, prefieren irse por fuera a otro partido.
El veto está bien hecho y la bancada de Renovación Nacional votará favorablemente el proyecto.
Por otra parte, deseo referirme a algo que manifestó el diputado Marinovic acerca de un proyecto de reforma constitucional que presentamos hace algún tiempo, mediante el cual exigíamos que los candidatos a diputados debían estar inscritos dos años antes de la elección en los registros electorales.
En verdad, el proyecto llegó a la Sala, se discutió y no se envió a parte alguna. Marinovic expresó que se había enviado a la Comisión, pero no se despachó jamás a la Sala. Es importante que lo tratemos, porque propone que los partidos políticos lleven como candidatos a diputados a las personas que viven en las regiones. Además, hace efectivo el requisito de la residencia fijado actualmente en la Constitución.
Debería volver cuanto antes a la Sala. Pido a la Mesa que se preocupe de este tema, porque nunca había visto que un proyecto se discutiera, se sacara de la tabla y nunca más volviera a la Sala. Ni siquiera lo remitieron a Comisión. Por ello, reitero mi petición acerca de que la Mesa y los Comités se preocupen de que esa iniciativa de reforma constitucional vuelva cuanto antes a la Sala.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Señor diputado, el proyecto mencionado se envió a Comisión para nuevo informe. Estamos haciendo los esfuerzos para que vuelva pronto a la Sala.
Tiene la palabra el diputado señor Lautaro Carmona.
El señor CARMONA.- Señor Presidente, nuevamente lamento que con ocasión de la discusión de un proyecto de ley directamente vinculado a los procesos eleccionarios -porque francamente la iniciativa está vinculada a quienes podrían ser candidatos a representar a partidos políticos y las exigencias que de-bieran cumplir para tener esa condición- se comience por analizar una manifestación de un fenómeno sin ir al fondo del tema. Si estamos tan preocupados de que efectivamente la representación que tenga un candidato vinculado a un partido político para entablar una relación directa con la ciudadanía, en la perspectiva de una elección de representación popular, ¿por qué mejor no vamos al fondo del tema y nos preguntamos cuál es el sistema electoral vigente en Chile que no permite que las distintas corrientes de opinión que tiene nuestra sociedad se representen en forma proporcional dentro de aquella institución del Estado en donde se supone hacen síntesis las corrientes de opinión, los pensamientos y las miradas de la sociedad existentes en el país?
Por eso, me parece absolutamente inoficioso tener un debate que aparenta perfeccionar un sistema de selección de candidatos por los partidos políticos, sin abordar primero el tema de fondo.
Insisto, en esta Cámara de Diputados se debe discutir un proyecto que permita que la composición de esta Corporación y del Congreso Nacional esté dada por la representación proporcional que tiene cada corriente de opinión en nuestro país. Para eso, hay sistemas explicitados, en términos técnicos, que permiten, con fórmulas de corrección, llegar a ser muy precisos en cuanto a la representación.
En segundo lugar, ¿por qué no discutimos lo que está clamando la sociedad, respecto de temas que afectan el curso del país, como es la agenda nacional, que tendrá implicancias más allá del período de una legislatura o de un gobierno, a fin de que la ciudadanía sea consultada directamente? ¿Por qué no discutimos un proyecto que permita que, por la vía de la consulta directa, es decir, de un plebiscito, se sancionen los grandes temas que son de vida integral y estratégica de una sociedad?
Una vez instalados esos dos temas, se hace necesaria una reforma al sistema electoral para que sea plenamente democrático, con el propósito de concretar la idea de una democracia por la vía de no temer a la participación ciudadana, sino más bien de promoverla, de modo de construir un proyecto que permita que los ciudadanos sean consultados.
Lejos está de mi parte un planteamiento que debilite a los partidos políticos, toda vez que con orgullo represento a uno de ellos. Siempre he creído que son, en lo principal, no exclusivamente, representación de las ideas que tiene la sociedad. Por tanto, están llamados a jugar un papel y a asociarse a lo que es el curso democrático de la convivencia de un país. No es casual que la primera definición que hace una dictadura es ilegalizar los partidos políticos, terminar con la vida de éstos. Soy muy claro y categórico en reivindicar la existencia y el respeto que merecen.
Sin embargo, el proyecto en cuestión, y sobre el cual existe un veto presidencial, habla de un tema referido precisamente a la interna de los partidos políticos y no de los partidos como instituciones, que, insisto, están asociados directamente a la profundidad del ejercicio democrático que tenga una sociedad.
Postulamos la idea de la militancia, según la conciencia que cada uno tenga de qué cosas está abrazando, a propósito de la ideología que representamos, y sobre esa base apelamos a la seriedad y al rigor de cumplir aquellos compromisos. Es cierto, hay experiencias que pueden ser criticadas por algunos, respecto a desentenderse de esa militancia cuando en la perspectiva de una candidatura alguien no coincide con las decisiones de su partido. Francamente, es un tema que tiene que ver con un error de funcionamiento más que del funcionamiento mismo.
Así como explicamos en el debate que reivindicamos a los partidos políticos, insistimos en que no debería haber una ley que ponga trabas al ejercicio que dentro de las militancias deben darse y que cada partido debe normar y reglar. Creemos en todo mecanismo que ayude a que, según la forma en cómo se organice un partido, las decisiones que tome, incluyendo a quienes postulan a cargos de representación popular, sean del sentimiento mayoritario y de la identidad de las políticas que ese partido quiere reivindicar. Tampoco consideramos necesario que haga falta poner por ley un reglamento. El proyecto señala que durante el año anterior a la elección, aquellos partidos políticos ya existentes se verían imposibilitados de afiliar electores que escapen a las exigencias propuestas en el proyecto, esto es, candidatos de partidos afiliados, a lo menos, con nueve meses de anticipación al vencimiento del plazo para las declaraciones de candidaturas. Ese plazo mañana podría ampliarse a diez, once o doce meses. El tema de fondo es otro: la vida que haga un partido se debe regir por sus propias normas, las que debe establecer soberanamente en su interna, y no a través de una ley que contribuya a establecer una obligación que, finalmente, puede terminar siendo un recurso, no sé si abusivo, pero innecesario, si existe un ejercicio claro entre los que han acordado esas normas convencionales.
Termino planteando que este debate podría haber tenido otro peso si se hubiera planteado en el contexto de reformas políticas de fondo y reales, que son las que más falta hacen para dar solidez a la vida política del país y al aporte que los partidos políticos realicen, incluyendo a quienes van a postular como representantes.
En la oportunidad anterior no aprobamos el proyecto. El veto fija en dos meses de anticipación al vencimiento del plazo. Al respecto, uno podría plantearse que si se contemplan dos meses, podría mantenerse lo que había. Lo que sí está claro es que no aprobaremos un proyecto que no corrige el tema de fondo y no genera un debate en temas que debieran ser restrictivos a la realidad interna de cada partido político, convenida con quienes están afiliados o militan en él.
Reivindico nuevamente que se ponga en el centro un sistema electoral proporcional en forma directa y ciento por ciento democrático para la constitución de nuestras instituciones, así como la consulta directa a la ciudadanía a través del plebiscito, a fin de zanjar diferendos que tienen efectos en la vida de la sociedad.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Tiene la palabra la diputada señora Denise Pascal.
La señora PASCAL (doña Denise).- Señor Presidente, probablemente repetiré algunas ideas expresadas por diputados que me antecedieron en el uso de la palabra y que han planteado sus dudas respecto del proyecto.
Lo que debemos preguntarnos es si esto significa una solución real de representación de la ciudadanía en nuestro país. Con este proyecto se está tratando de cerrar un sistema que, por ser binominal y por las características que tiene, realmente hoy no representa a la ciudadanía en su conjunto.
Ahora, no por el hecho de que se van a establecer dos, cinco, ocho, diez o doce meses de anticipación para desafiliarse de un partido e inscribirse en otro para postular como candidato vamos a solucionar el problema de representatividad que tenemos.
Como diputados y como legisladores, debemos preguntarnos qué queremos hacer con respecto a la representación real de la ciudadanía en nuestro país. Tenemos un ejemplo claro con la acción social por el cambio en la educación y con otros movimientos que se están generando respecto al derecho de los ciudadanos de pronunciarse y plantear sus inquietudes.
Por lo tanto, lo primero que debemos hacer es revisar el sistema electoral que nos rige. ¿Queremos seguir con el sistema binominal o queremos tener un sistema representativo real de las comunidades? El plebiscito, como solución real de expresión de la ciudadanía, es un tema específico. ¿Seremos capaces de legislar sobre ello y no actuar como hace años, en 1999, cuando se puso en tabla un proyecto relacionado con el tema, que fue rechazado por una parte importante de los parlamentarios? ¿Estamos dispuestos a reemplazar el sistema electoral por otro proporcional? ¿Vamos a legislar, como dijimos, para que los postulantes a las diferentes elecciones, municipales o parlamentarias, pertenezcan a la misma zona por un período de, a lo menos, dos años?
Podríamos preguntarnos cómo vamos a reformar una parte importante del sistema electoral consagrado en la Constitución Política, para facilitar el camino a la participación ciudadana.
Este proyecto sólo agrega un barniz o una pincelada para intentar que no se vayan a otro partido los candidatos que no fueron seleccionados para un cupo.
En el Congreso del Partido socialista hemos planteado la necesidad de efectuar primarias cuando haya más de un candidato a diputado o a alcalde, de manera que todos nos pongamos detrás del aspirante que sea electo. Todos tienen derecho a representar a su partido, pero no a través de un sistema que obligue o restrinja su participación. De esa manera, no vamos a solucionar el problema.
El veto presidencial no soluciona el problema de la representación de la ciudadanía. No estoy de acuerdo con dicho veto. Debemos efectuar una reforma más profunda del sistema. A lo mejor debiéramos realizar -¿por qué no decirlo?- una profunda reforma constitucional, porque nos encontramos encerrados en una democracia débil y coja, que sólo tiene tres patas, pero a la cual le falta la cuarta, la participación ciudadana real y en todos los sentidos: en los plebiscitos y en las elecciones populares. De esa manera, vamos a sentir, con orgullo, que tenemos una democracia que hemos construido entre todos y que no fue heredada de una dictadura.
He dicho.
El señor ARAYA (Vicepresidente).- Ofrezco la palabra.
Ofrezca la palabra.
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre las observaciones del Presidente de la República en los siguientes términos:
El señor MELERO (Presidente).- Corresponde votar las observaciones de su excelencia el Presidente de la República al artículo 2° del proyecto de ley, iniciado en moción, relativo al plazo de renuncia a un partido político para presentar candidaturas independientes.
La comisión técnica recomienda aprobar dichas observaciones.
Hago presente que ambas observaciones tienen el carácter de orgánicas constitucionales, por incidir en la ley orgánica constitucional de Votaciones Populares y Escrutinios, por lo que su aprobación requiere el voto afirmativo de 68 señoras diputadas y señores diputados en ejercicio.
Además, debo consignar que el honorable Senado ha dado su aprobación a las observaciones.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 71 votos; por la negativa, 15 votos. No hubo abstenciones.
El señor MELERO (Presidente).- Aprobadas.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique; Álvarez-Salamanca Ramírez Pedro Pablo; Arenas Hödar Gonzalo; Baltolu Rasera Nino; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Becker Alvear Germán; Bertolino Rendic Mario; Browne Urrejola Pedro; Burgos Varela Jorge; Calderón Bassi Giovanni; Cardemil Herrera Alberto; Cerda García Eduardo; Ceroni Fuentes Guillermo; Cornejo González Aldo; Cristi Marfil María Angélica; Chahín Valenzuela Fuad; Edwards Silva José Manuel; Eluchans Urenda Edmundo; Farías Ponce Ramón; García García René Manuel; Kort Garriga Issa; Godoy Ibáñez Joaquín; Goic Boroevic Carolina; Gutiérrez Pino Romilio; Hales Dib Patricio; Harboe Bascuñán Felipe; Hasbún Selume Gustavo; Hoffmann Opazo María José; Jiménez Fuentes Tucapel; Kast Rist José Antonio; Latorre Carmona Juan Carlos; León Ramírez Roberto; Rosales Guzmán Joel; Macaya Danús Javier; Martínez Labbé Rosauro; Melero Abaroa Patricio; Molina Oliva Andrea; Monckeberg Bruner Cristián; Montes Cisternas Carlos; Morales Muñoz Celso; Moreira Barros Iván; Nogueira Fernández Claudia; Ortiz Novoa José Miguel; Pérez Lahsen Leopoldo; Robles Pantoja Alberto; Rojas Molina Manuel; Rubilar Barahona Karla; Saa Díaz María Antonieta; Sabag Villalobos Jorge; Salaberry Soto Felipe; Sandoval Plaza David; Santana Tirachini Alejandro; Sauerbaum Muñoz Frank; Schilling Rodríguez Marcelo; Silber Romo Gabriel; Silva Méndez Ernesto; Squella Ovalle Arturo; Tarud Daccarett Jorge; Torres Jeldes Víctor; Turres Figueroa Marisol; Ulloa Aguillón Jorge; Letelier Aguilar Cristian; Urrutia Bonilla Ignacio; Vargas Pizarro Orlando; Venegas Cárdenas Mario; Verdugo Soto Germán; Vidal Lázaro Ximena; Walker Prieto Matías; Ward Edwards Felipe; Zalaquett Said Mónica.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo Sergio; Campos Jara Cristián; Carmona Soto Lautaro; Díaz Díaz Marcelo; Girardi Lavín Cristina; González Torres Rodrigo; Gutiérrez Gálvez Hugo; Lemus Aracena Luis; Marinovic Solo De Zaldívar Miodrag; Monsalve Benavides Manuel; Pascal Allende Denise; Saffirio Espinoza René; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Teillier Del Valle Guillermo; Velásquez Seguel Pedro.
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