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El señor PROKURICA.-
Señor Presidente , cada vez que se habla del Transantiago, vuelven a la memoria recuerdos difíciles, que el Senador que me precedió en el uso de la palabra ha descrito muy bien.
Por su parte, un Honorable colega de las bancas del frente ha dicho correctamente que esta fue la mayor intervención a la familia chilena desde la Unidad Popular.
Y algunos sostienen que el Transantiago ha sido una verdadera maldición.
En relación con el proyecto en debate, yo podría decir que no hay mal que por bien no venga. Porque dentro de todas las medidas que se consignan en el texto que estamos analizando, se establecen varios asuntos que han terminado por ser positivos para las regiones y para su transporte público, con los denominados "fondos espejo".
Con la crisis del Transantiago, resultó lamentable que las regiones hayamos obtenido recursos para mejorar la calidad de vida de la gente que vive en ellas de acuerdo con lo que se resolvió después de dicha crisis. Es así como la ley N° 20.378 creó el subsidio nacional al transporte público remunerado de pasajeros, que se denomina "fondos espejo".
Este proyecto busca modificar una serie de materias: mejorar la cobertura de la tarifa escolar; perfeccionar diversos aspectos en la gestión; promover el fortalecimiento del transporte público rural; incorporar nuevas facultades al panel de expertos vinculadas a los procesos de determinación de las condiciones de operación, y establecer un sistema de evaluación del Transantiago por cada dos años.
Sin embargo, el objetivo principal consiste en aumentar los fondos destinados al sistema de subsidio a nivel nacional. Así, se busca acrecentar la ayuda permanente al sistema e incrementar los subsidios para las regiones de 127 mil a 180 mil millones de pesos.
En la aplicación práctica de los subsidios regionales se han ido identificando diversas falencias del sistema, las que a mi juicio se corrigen ahora. Se destinan fondos para la conformación de equipos que, desde la realidad local, sirvan para analizar los distintos proyectos.
Señor Presidente , yo he sido insistente en lo que respecta a este proyecto y agradezco al Ministro de Transportes haber escuchado el llamado de la gente de Atacama y de quienes tienen que sufrir en el día a día, ya no solo en Santiago sino además en todas las regiones del país, tacos, problemas, pasar horas arriba de las micros o de los colectivos para ir al trabajo desde sus hogares y viceversa.
Por eso, valoro que se creen equipos destinados a estudiar la realidad de cada una de las localidades y proponer soluciones para las regiones. Porque hoy día no solo hay tacos en Santiago, no solo se viven dificultades en las capitales regionales; este problema se ha masificado y es preciso enfrentarlo. De ahí que me alegra que se contenga un principio de solución para ello en el proyecto.
Muchas veces la mejor medida que se puede adoptar para el transporte local no es la licitación, pues esta tiende a establecer una rigidez que no siempre se aviene con el crecimiento y el desarrollo de ciertas zonas.
Este tema lo planteamos en numerosas ocasiones, pero se nos decía: "Si hay subsidio, tiene que haber licitación". Al fin hemos llegado a una posición más abierta.
Por otra parte, el problema de los ferrocarriles únicamente ha sido abordado en forma marginal, lo que exige contar con nuevas herramientas que permitan ir en apoyo directo de este sistema de transporte.
En algunas regiones del país, y en especial en las capitales, hay alcaldes y concejos que proponen como solución al transporte público echar a andar nuevamente tranvías, trenes -"o troles", como me señala muy bien el Senador Horvath-, y creo que ello también podría ser incorporado dentro de los apoyos que se contemplan en la ley espejo.
Comparto el criterio del Ejecutivo en el sentido de que la distribución del subsidio en regiones, fundamentalmente a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, no ha sido un instrumento adecuado para el uso de los recursos en el transporte público, porque suele ejecutarse de manera muy atomizada y siempre con el límite del plazo hasta el 31 de diciembre de cada año.
Eso conspira contra una deseable planificación y la estabilidad del sistema. Para hacer frente a esta situación, la iniciativa prevé la creación de un Fondo de Apoyo Regional en donde los recursos no se pierden, sino que se pueden utilizar en el tiempo, lo que permitiría llevar a cabo proyectos cuya duración excediera a un año.
Señor Presidente , es importante que aprobemos esta iniciativa de ley, porque los fondos espejo y, además, los recursos que se entregan de manera definitiva al Transantiago -confiamos en la gestión del Ministro - ayudarán a mejorar este sistema de transporte que tantos dolores de cabeza le ha traído a la gente y que tantos recursos del Estado ha llevado a fondo perdido.
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