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El señor MONTES.-
Señora Presidenta , me sumo también a quienes valoran su llegada a la presidencia del Senado y desean que le vaya muy bien. Creo que los actos de ayer y de hoy son bastante potentes para todos, para el espíritu, para las ganas de hacer mejor las cosas.
¡La felicito!
Sobre la iniciativa, esto de las cuentas públicas fue discutido al menos en tres modificaciones a la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades. En esas ocasiones dijimos: una autoridad unipersonal como el alcalde tiene que darle cuenta de su gestión a la comunidad. Incluso una de esas normativas contempla los aspectos que debe contener dicha cuenta, de forma tal que no se eludan los temas fundamentales.
De lo que conozco de las cuentas municipales, su efecto real en cuanto a transparencia, motivación, es muy desigual entre unas comunas y otras y generan cierta frustración en la comunidad, que no puede opinar. O sea, a pesar de tratarse de una cuenta institucional de la gestión municipal, de cómo se mueve el municipio, no existe ninguna posibilidad de diálogo, ni de cuestionamiento. No se puede cuestionar, incluso, aspectos relativos a la convivencia institucional. Si a alguien se le ocurre pedir la palabra en una cuenta pública municipal es duramente criticado. Es como atentar contra el orden.
A mí me parece que en esta materia no basta con las ganas, con el espíritu, con el objetivo, que considero muy importante. Se debe buscar la manera de que la cuenta sea efectiva y constituya un momento de debate, de transparencia, de intercambio. De lo contrario, al final terminará siendo frustrante para los propios ciudadanos que asistan a su entrega. Y si la finalidad es que los ciudadanos sientan más cercana a la autoridad y eso no se da, la situación será bastante complicada. En el ámbito municipal, la cuenta no la conocen antes ni siquiera los concejales. O sea, se trata de una acción que no surte efecto.
El año pasado me tocó ver el caso de un alcalde que no quería dar cuenta de su gestión, pero, como la ley lo obligaba, dio una cuenta de exactamente un minuto y medio de duración.
El señor LAGOS.-
¡Pero fue completa!
El señor DE URRRESTI .-
¿En un municipio chico?
El señor MONTES.-
Yo creo que no cumplió la ley en todo caso, y fue algo irritante para quienes pensaban distinto de él y para los ciudadanos que asistieron al evento.
Estimo que estas cosas hay que pensarlas más; considerar más la experiencia municipal, y tratar de perfeccionarla.
Estoy de acuerdo en lo que he oído acá en cuanto a la importancia que tendría una cuenta de ambas Cámaras, una cuenta institucional, anual o bianual. De hecho, en la Cámara de Diputados se estableció el principio de entregar una cada cuatro años, que es bastante completa. Se publica un libro con todos los detalles. No se discute nunca su contenido, pero existe. En mi opinión, es bastante institucional, y sirve a quienes van a seguir dirigiendo la entidad, por lo menos como una base de antecedentes para lo que se deba hacer.
No sé si el Senado hace lo mismo.
No tengo dudas de que eso es bueno. Y tiene que ver con lo señalado por el Senador Zaldívar en el sentido de que es conveniente estar al mismo nivel de la Presidencia de la república y de las distintas instancias centrales que realizan dicho acto.
Respecto de las cuentas individuales de los parlamentarios, salvo que encontremos un procedimiento adecuado, una forma de llevarla a cabo y un contenido para ellas, pueden constituir más una frustración que un aporte al debate y la transparencia.
A lo mejor debería ser institucional: que la efectuaran los dos parlamentarios de cada distrito, organizados incluso por la propia institución, en presencia de cierta cantidad de invitados, que se dialogara un rato sobre lo expuesto, que se entregara por escrito. En el caso de la cuenta municipal, lo peor es que no ocurre esto último, o a veces el documento se da a conocer tres meses después, con lo cual ya queda extemporáneo.
Yo tendría mucho cuidado de legislar sobre esta materia sin tomar en cuenta la experiencia municipal y sin buscar un dispositivo, una forma de presentación bastante más precisa, más completa, que asegure que daremos un paso adelante y no generaremos frustración.
En un sistema no binominal probablemente la cuenta institucional sería mucho más potente, pues la rendirían los cinco parlamentarios de la zona. Eso podría generar un momento de diálogo político sustantivo, o bien constituir, si no está bien pensado, un gran problema.
No sé si en el caso del Senado se dan cuentas individuales. Me imagino que debería realizarse en todas las comunas, en todos los distritos, o si tal vez tendría que ser una sola, de carácter general.
Desconozco cómo lo hace el Senador Lagos Weber, que da unas cuentas bastante precisas, como él ha dicho.
El señor LAGOS.-
¡En la Isla de Pascua, señor Senador ! ¡Dos veces al año!
El señor MONTES.-
¿Sí?
El señor LAGOS.-
Está en mi circunscripción.
El señor MONTES.-
¡Pero no se lo ha visto por allá!
En fin.
Concluyo, señora Presidenta , manifestando que me parece bien el objetivo general, la intención, la idea. Por ahora, mantendría la cuenta a nivel institucional en ambas ramas del Congreso. Para entrar en una actividad más individual de los parlamentarios habría que perfeccionar la norma y generar un modo de realizarla que permitiera lograr el objetivo, para que no termine siendo contradictoria con este.
Es todo, señora Presidenta.
Gracias.
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