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- rdf:value = " El señor LARRAÍN.-
Señora Presidenta , estamos tratando una materia muy importante, considerando que el desarrollo económico que ha experimentado Chile en las últimas décadas ha sido muy significativo; más aún, cuando se ha seguido el camino del comercio exterior.
En la actualidad, más del 70 por ciento del producto interno bruto se logra gracias a dicho comercio. Lo que no se advierte, probablemente -no se registra en las cifras sobre exportaciones del ámbito minero, de productos agrícolas, de salmones, de vinos, etcétera-, es que dicha actividad se desarrolla, principalmente, a través de nuestros puertos.
Se ha modernizado la infraestructura portuaria en nuestro país, y en muchos sentidos. Sin embargo, el conflicto que se inició en enero de este año dejó en evidencia que tal modernización no se ha producido en el régimen laboral de los trabajadores portuarios. Al contrario, este aún seguía en realidades arcaicas, antiguas y, en lo fundamental, muy injustas. Todo eso estalló de una manera que uno no quiere, porque, en general, uno prefiere que los acuerdos se logren mediante el diálogo.
En todo caso, esas movilizaciones generaron compromisos para corregir deficiencias.
El acuerdo al que llegó el Gobierno anterior, que no se tradujo en una solución legislativa en ese entonces y que es abordada ahora por la actual Administración -y aprovecho de sumarme a las felicitaciones a la Ministra del Trabajo y a su equipo, y al Gobierno, en general, por la presentación de esta iniciativa-, está encontrando una luz de salida, que viene a resolver en lo inmediato el problema central referido a la no disponibilidad horaria para realizar el descanso de media hora que requiere la colación de los trabajadores.
Si bien la discusión sobre este asunto dio luces respecto de muchos otros problemas, cabe consignar que el conflicto inicial quedó resuelto.
Ello sucedió -hay que decirlo- gracias a la buena disposición y flexibilidad que tuvieron los propios trabajadores. Los representantes de las uniones portuarias de Chile jugaron un rol muy importante en esta materia. También participaron y se mostraron a favor de esta disposición los dirigentes de la Confederación de Trabajadores Portuarios de Chile; el Gobierno, que se abrió a una solución, y las empresas, que finalmente accedieron al planteamiento.
En virtud del diálogo que se produjo entre las distintas partes en el seno de nuestra Comisión, se logró aterrizar en una fórmula satisfactoria, de cierta flexibilidad, pero que, al mismo tiempo, concede el espacio necesario para materializar el descanso de los trabajadores portuarios.
Nos alegramos de que eso haya ocurrido.
Por deformación profesional, no me alegro tanto del fondo de modernización que se ha creado, porque su duración es temporal. Yo planteé en un minuto: "Si vamos a hacer un fondo, ¿por qué no le damos carácter indefinido?". El problema es que se amarró al pago retroactivo de lo que se debe.
El Fondo de Modernización Portuaria se financiará, en parte, con aportes que realizarán las empresas importadoras y exportadoras. Pues bien, eso que se llama "aporte", tiene perfume tributario. Y los impuestos no pueden ser sujetos a afectación, lo que genera una duda constitucional. En todo caso, gracias a la redacción de la última indicación que presentó el Ejecutivo en la Comisión de Hacienda, dicha inquietud se ha disimulado inteligentemente.
Con todo, esta es una mala solución, señora Presidenta. Y es honesto que lo digamos.
Estamos resolviendo un problema entre particulares con intervención del Estado. Los Gobiernos -el anterior tomó el compromiso y el actual lo está ejecutando- al final terminan poniendo recursos para que esos conflictos entre privados se solucionen. Algo similar ocurrió con relación a la basura: los problemas de los municipios en este ámbito fueron resueltos finalmente con recursos del erario nacional.
Ese no es un buen camino. Tales dificultades deben encontrar salida internamente. Esperamos que así suceda hacia delante.
Apoyo la fórmula propuesta. No vamos a hacer cuestionamientos constitucionales, pero queda la duda de cómo se soluciona esto hacia el futuro.
Valoro que para discutir la "Ley larga de Puertos" se haya instalado una mesa que resuelva ese tipo de dificultades y genere un régimen de trabajo justo, adecuado, pero también moderno, que permita la operación portuaria como corresponde.
En consecuencia, felicitando a quienes han participado en la iniciativa, voto a favor con mucho entusiasmo.
--(Aplausos en tribunas).
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