-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635943/seccion/akn635943-po1-ds5-ds25
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/637
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/637
- rdf:value = "
El señor ORPIS.-
Señora Presidenta , cuando se firmó el Protocolo me acerqué al Senador Lagos y le agradecí en privado -ahora quiero hacerlo públicamente-, porque considero que, más que reivindicar el acuerdo, la Comisión de Hacienda de esta Alta Corporación ha reivindicado la política.
Y señalo aquello porque el Senado no renunció a sus prerrogativas, sino que fue capaz de abordar en profundidad un cambio estructural de esta envergadura, que es lo que uno espera que ocurra ante hechos tan relevantes.
La Comisión de Hacienda pudo no haber llegado a un acuerdo. Pero el solo ejercicio de discutir la reforma en los términos en que se hizo, a mi juicio, termina reivindicando la política. Y en este caso, afortunadamente, se arribó a un acuerdo.
Creo que Chile tenía que dar el paso para enfrentar el problema de la desigualdad de oportunidades.
Señora Presidenta , quiero referirme a una materia que el Senador Lagos abordó durante la primera intervención, cuando entregó su informe a la Sala.
Su Señoría señaló que en la medida en que los países se desarrollan es necesario aumentar la carga tributaria, para ofrecerle mejores servicios a la población.
Efectivamente, es así.
Pero, aprovechando que se discute la idea de legislar, quiero plantear otra cuestión, que se ha estudiado muy a fondo: la trampa de los países de ingresos medios, problema que han abordado durante muchos años distinguidos economistas en el mundo.
Básicamente, esa teoría consiste en que hay muchas naciones que en el camino del crecimiento se quedan en la etapa del subdesarrollo, sin alcanzar el desarrollo, porque no pueden competir con los países más pobres, pero tampoco con los más desarrollados y con mayores niveles tecnológicos.
El ingreso de las naciones en comento se sitúa entre los 11 mil y los 16 mil dólares.
Chile alcanzó esa etapa en 2003. Diez años antes crecía al 4,6 por ciento, y diez años después, al 4,7 por ciento.
Es decir, nuestro país, hasta el día de hoy, no ha caído en esa trampa. Al revés, el Fondo Monetario Internacional prevé que, con tasas de crecimiento razonables, llegaremos a ser una nación desarrollada aproximadamente en 2018.
Ese es el gran desafío. Esa era nuestra gran preocupación. Porque, sin perjuicio de todo el esfuerzo que había que hacer, resulta evidente -y en eso coinciden todos los analistas- que la inversión y el ahorro son los que generan más empleo y mayores incrementos en las remuneraciones.
¿Qué ocurría con el proyecto original? Castigaba muy fuerte al ahorro y la inversión. Y, desde el punto de vista tributario, se entregó una señal en el sentido de que era indiferente consumir o ahorrar.
Creo que aquello constituye un grave error.
Por eso, se introdujo al respecto un cambio importante en la Comisión de Hacienda.
Ello no fue por azar, señora Presidenta , sino porque a medida que transcurría la discusión en dicho órgano recibíamos muy malas señales, particularmente en materia económica.
Solo quiero referirme a tres de ellas, que en mi concepto terminaron volcando parte importante del debate.
El crecimiento de la formación de capital bruto, que es fundamental en materia de inversión, había aumentado en el primer trimestre de 2013 en 8,2 por ciento; en cambio, durante el primer trimestre de 2014 cayó a menos 5 por ciento.
Las importaciones de bienes de capital del segundo trimestre (1° de abril a 23 de mayo) decrecieron 30,7 por ciento.
En materia de empleo, durante el trimestre móvil febrero-abril de 2014 ya se habían perdido más de 18 mil trabajos asalariados.
La inversión extranjera directa en nuestro país (acumulada en los últimos doce meses) cayó desde 31 mil 840 millones de dólares en marzo de 2013 a 17 mil 422 millones en marzo de 2014; es decir, en 45 por ciento.
Esos datos no son menores: a mi juicio, son decisivos.
Señora Presidenta, quiero plantear lo siguiente, porque es evidente que el aumento en la carga tributaria, independiente del esfuerzo que haya que hacer para que no impacte de aquella manera, incidirá en el crecimiento.
Nuestro país deberá enfrentar mayores costos en términos de competitividad.
A ello quiero sumar el segundo cuello de botella que existe en Chile respecto de los mayores costos en los sectores productivos y en la población: la energía.
Por eso, me parece importante que en el proyecto de reforma tributaria los impuestos verdes tengan un muy buen diseño, pues de lo contrario terminarán por ahondar la crisis energética, ya que Chile exhibe en este ámbito los costos más altos del mundo.
Lamentablemente -quiero señalarlo en esta Sala-, si no hay un cambio regulatorio profundo en el área energética no tendrá lugar esa segunda variable (la energía), que puede disminuir los costos tanto en los sectores productivos cuanto en la población.
Debemos, pues, enfrentar los cambios regulatorios en el sector energético.
Por último, señora Presidenta , debo puntualizar que nuestro país tendrá que hacer un tremendo esfuerzo -y hemos concurrido a él- para recaudar los 8 mil 200 millones de dólares previstos.
Me parece que un cambio estructural de esta envergadura ha de producir sus efectos. Por tanto, debemos tener garantías de que esos recursos se destinarán efectivamente al propósito que anima a esta iniciativa.
Por ello, considero indispensable que el Senado constituya una Comisión especial para hacer un seguimiento a la forma como se van a invertir los recursos de la reforma tributaria.
A mi juicio, es el mínimo acto de responsabilidad de esta Corporación para velar por que los recursos se inviertan como corresponde. Porque ello trascenderá a este Gobierno: la reforma va a estar en régimen en tres o cuatro años y se extenderá por mucho tiempo.
Por lo tanto, estimo que una comisión especial debería hacer un seguimiento a ese respecto, para que tengamos la garantía de que se dará un paso cualitativo en materia de equidad tributaria. Pero ello solo se va a lograr si los dineros se invierten en lo que señala el proyecto. Y, desgraciadamente, eso no se incorporó en el Protocolo de Acuerdo.
En mi concepto, debió ser un punto indispensable la determinación de cómo garantizar la inversión de los recursos.
Por tales razones, voto que sí. Pero, con la misma claridad, debo decir que, si bien el desarrollo de la reforma tributaria tendrá un impacto muy fuerte sobre los niveles de inversión, de ahorro y de crecimiento, deberían existir la misma apertura e igual flexibilidad para revisar y modificar el proyecto en los aspectos pertinentes.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635943
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/635943/seccion/akn635943-po1-ds5