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El señor ELUCHANS (Presidente).- Tiene la palabra el diputado Alberto Cardemil.
El señor CARDEMIL.- Señor Presidente , esta sesión pedida tiene el mérito de dar importancia a la magnitud de una catástrofe desarrollada en el corazón productivo de la agricultura chilena. Los medios urbanos, generalmente, no transmiten esta noticia, o le quitan importancia. Bajo el mito urbano de que los agricultores viven quejándose, llorando, siempre hay noticias que tienen más importancia que las que afectan a la agricultura y a las regiones.
Esta sesión pedida tiene el mérito -ésta es la cámara política- de que los representantes de las regiones, analizando el tema con las autoridades técnicas del Ejecutivo , lleguemos a ciertas conclusiones importantes.
Primero, esta es una gran catástrofe. Hay una zona del país cuyo sistema productivo que gira en torno a la agricultura está seriamente afectado y, en algunos lugares, devastado.
En primer lugar, celebro la prontitud -quiero decirlo con toda claridad- con que las autoridades del Ministerio de Agricultura, especialmente el Indap, han reaccionado ante la catástrofe. Me correspondió ser testigo de la exhaustiva gira que el vicepresidente del Indap y, posteriormente, el ministro de Agricultura, realizaron por la Sexta Región para ver los efectos reales de las heladas. De esa visita a terreno surgieron decisiones extraordinariamente importantes.
En primer lugar, valoro la declaración de emergencia agrícola, porque permitió activar los seguros de inmediato, abrir créditos de semillas y de capital de trabajo y establecer -quiero detenerme especialmente en este punto- el bono de rehabilitación agrícola, que no es mucho, pero son 200 mil pesos por hectárea, con un máximo de dos, que auxilian a quien está sin trabajo.
Además, celebro que el gobierno regional de la Sexta Región haya sido el primero que decretó la emergencia agrícola.
También celebro que el Ministerio del Trabajo haya anunciado ayer, en conjunto con el Ministerio de Agricultura, la apertura de una línea de financiamiento para la contratación de mano de obra. Este es un tema central. El daño que han producido las heladas se va a ver con el tiempo, en lo que resta de 2013 y en todo 2014, porque recién los años agrícolas 2014 y 2015 van a tener visos de normalización.
Tengo mis dudas respecto de las cifras que los técnicos han manejado respecto de la cesantía. Creo que en las regiones Sexta, Séptima Cordillera va a ser mucho mayor que lo que se ha planteado, porque el daño en el émbolo, en el motor agrícola, afecta al empleo en el comercio, en el transporte y en todas las actividades que giran en torno a la agricultura. Por lo tanto, valorando lo que se ha hecho, creo que debe y puede hacerse más.
Como nos gusta hablar con seriedad, hemos planteado, en un proyecto de acuerdo, varias medidas que, a mi juicio, van en la línea de que se haga todo lo que se pueda para auxiliar -nunca se va a solucionar todo- a los trabajadores de la región.
Por lo tanto, planteamos las siguientes medidas para paliar la emergencia.
1. Aumentar de dos a cuatro el máximo de hectáreas por productor susceptibles de recibir el bono de rehabilitación por heladas, de tal manera que el máximo por agricultor, que actualmente es de 400 mil pesos, se incremente a 800 mil pesos.
2. Aumentar al doble la actual línea de financiamiento para la contratación adicional de mano de obra.
El Ministerio del Trabajo ha dicho que va a costar 2 mil millones de pesos, pero creo que se debe aumentar esa cifra al menos a 4 mil millones de pesos, de tal manera que esto realmente proteja el empleo, que es esencial para alivianar la catástrofe.
3. Aumentar al doble los recursos para financiar los subsidios de recuperación de suelos degradados y obras de regadío en las comunas declaradas en emergencia agrícola.
Esto es muy importante. En la actualidad, están funcionando bien estos subsidios de recuperación de suelos degradados y obras de regadío. Aprovechemos la situación para dar una mano a los agricultores, con una inyección de recursos para la región que permita aumentar al doble esos subsidios que están funcionando bien.
4. Establecer un subsidio de fertilización, focalizado en agricultores con explotaciones inferiores a doce hectáreas, con un monto equivalente al destinado a la suma de los subsidios por recuperación de suelos degradados y riego, en las comunas declaradas en emergencia agrícola.
Este es un viejo anhelo de los productores que sustituyen importaciones, especialmente los maiceros. Creo que es el momento de que los agricultores puedan mantener paradas sus estructuras productivas al recibir subsidios que incrementen la productividad, no para ganar plata en balde, sino que para mejorar la potencialidad de la agricultura chilena.
5. Aumentar al doble las líneas de financiamiento para nuevos emprendedores que llevan adelante las agencias de Corfo, con énfasis en los programas de capital abeja y capital semilla en las comunas declaradas en emergencia agrícola.
Estos programas están funcionando extraordinariamente bien. En esa línea, debemos robustecer, respaldar y aumentar su caudal, que va en directo beneficio de la gente.
6. Por último, resolver planes adicionales y especiales de obras públicas en las regiones afectadas y declaradas en emergencia.
En la región hay dos carreteras fundamentales: la de la Fruta y la que va de San Fernando a Pichilemu, que en su primer tramo llega hasta Santa Cruz. Sería el momento de echar a andar esos proyectos, porque van a generar una gran demanda de mano de obra.
El país tiene recursos. Si no los tuviéramos, debemos tener en cuenta que pronto empezaremos a discutir la Ley de Presupuestos de la Nación para 2014, lo que nos permitiría echar mano al 2 por ciento constitucional, a lo que no tengo miedo de dar mi voto favorable, porque es un mecanismo establecido en la Carta Fundamental y que se ha usado por todos los gobiernos en casos de catástrofe. No obstante, la buena administración del Gobierno ha dado plata suficiente para echar a andar esos programas.
Invito a los colegas parlamentarios a que trabajemos con los ministros cuando empiece la discusión del proyecto de Ley de Presupuestos de la Nación para 2014, con el objeto de establecer en las glosas correspondientes los fondos necesarios para paliar los efectos de la catástrofe que se abatió sobre gran parte de la agricultura de la zona central de Chile.
Estas son nuestras propuestas concretas, por lo que pido el apoyo de los parlamentarios al momento de votar el proyecto de acuerdo respectivo.
He dicho.
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