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- rdf:value = " MODIFICACIÓN DE LA LEY DE TRÁNSITO PARA ELEVAR PENAS POR DELITO DE MANEJO EN ESTADO DE EBRIEDAD QUE CAUSE LESIONES GRAVÍSIMAS O CON RESULTADO DE MUERTE (Primer trámite constitucional)El señor ELUCHANS (Presidente).-
Corresponde tratar el proyecto de ley, iniciado en moción, en primer trámite constitucional, que modifica el decreto con fuerza de ley N° 1, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la ley N° 18.290, de Tránsito, y sus modificaciones posteriores, en sus artículos 196 y 197, referidos al delito de manejo en estado de ebriedad, causando lesiones gravísimas o con resultado de muerte.
Diputado informante de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones es el señor Gustavo Hasbún .
Antecedentes:
- Moción, boletín N° 8813-15, sesión 134ª de la legislatura 360ª, en 6 de marzo de 2013. Documentos de la Cuenta N°13.
- Informe de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, sesión 8ª de la presente legislatura, en 2 de abril de 2013. Documentos de la Cuenta N° 8.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado informante.
El señor HASBÚN (de pie).-
Señor Presidente, antes de rendir el informe quiero saludar a Carolina Figueroa y a Benjamín Silva , padres de Emilia, quienes nos acompañan en las tribunas.
En representación de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, paso a informar el proyecto de ley, iniciado en una moción de los diputados señores Aguiló , Carmona , Gutiérrez, don Hugo ; Hasbún , Jarpa , Latorre , Schilling , Teillier y de las diputadas señoras Muñoz , doña Adriana , y Sepúlveda , doña Alejandra , que modifica el decreto con fuerza de ley N° 1, que fijó el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley N° 18.290, de Tránsito, y sus modificaciones posteriores, en sus artículos 196 y 197, referidos al delito de manejo en estado de ebriedad, causando lesiones gravísimas o con resultado de muerte, con urgencia calificada de suma.
El domingo 20 de enero pasado ocurrió un dramático y doloroso hecho en la comuna de Vitacura, que nuevamente obliga a reflexionar, debatir y legislar para sancionar, con mayor rigurosidad aún, el delito de conducción en estado de ebriedad cuando a raíz de él se causen lesiones gravísimas o la muerte de una persona.
Aquel fatídico día tuvo lugar la trágica muerte de la pequeña Emilia Silva Figueroa , de tan sólo nueve meses de edad, producto del fuerte impacto recibido en la parte posterior del vehículo en que viajaba junto a sus padres, hecho que además hace recordar que cada año mueren más de cien personas en nuestro país como resultado de accidentes de tránsito cometidos por conductores en evidente estado de ebriedad y otras 650 sufren graves lesiones.
Cabe destacar que, sin perjuicio de haber avanzado en esta materia, al establecer fuertes restricciones para las personas que conducen bajo los efectos del alcohol, redefiniendo los niveles de alcohol en la sangre, que tipifican la conducción bajo la influencia del alcohol y la conducción en estado de ebriedad, y de haber legislado al respecto a través de la denominada ley de tolerancia cero, se ha comprobado que aún son insuficientes las modificaciones introducidas para los cientos de casos que ocurren, como el sucedido a la pequeña Emilia Silva Figueroa .
Hago presente que, actualmente, el artículo 196 de la Ley N° 18.290, de Tránsito, trata de igual forma al manejo en estado de ebriedad, ya sea que con ello se provoquen las lesiones establecidas en el número 1 del artículo 397 del Código Penal (lesiones graves) o resultado de muerte.
Sin embargo, a través de la presente iniciativa se pretende establecer una diferencia para ambos casos y distinguir entre lesiones y resultado de muerte, además de aumentar la multa de un rango que oscila actualmente entre 2 a 8 UTM, a entre 20 y 50 UTM.
Además, se propone que esta conducta no sea castigada como una pena de simple delito, sino de crimen, elevando la pena desde presidio menor en su grado máximo, tal como sucede en la actualidad, a presidio mayor en su grado mínimo, para el caso de provocar lesiones graves. Eso generará un aumento de la reclusión desde entre tres años y un día a cinco años, tal como ocurre hoy, a entre cinco años y un día a diez años.
También se establece que, para los casos con resultado de muerte, se eleve la pena desde presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en sus grados mínimo a medio; o sea, que se aumente de entre tres años y un día a cinco años, como sucede actualmente, a entre diez años y un día a quince años, además de la pena de inhabilidad perpetua para conducir vehículos de tracción mecánica, pérdida de derechos civiles e inhabilidad para el ejercicio profesional.
Además, se introduce en la ley la posibilidad de que el tribunal decrete, como medida cautelar, la incautación inmediata del vehículo, medio de transporte o máquina conducida por el autor del delito, en el caso de ser dueño de él, para asegurar el pago de las indemnizaciones civiles que correspondan.
Por último, cabe destacar que en el seno de la Comisión se aprobó una indicación formulada por los diputados Hasbún , Aguiló , Auth , García , Meza , Pérez, don Leopoldo , y diputadas Pacheco , doña Clemira , y Sepúlveda , doña Alejandra , cuyo objeto consiste en que la persona que sea condenada por algunas de las causales señaladas no podrá optar a ningún tipo de beneficio penitenciario.
La idea matriz del proyecto consiste en modificar la ley N° 18.290, de Tránsito, cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado fue fijado por el decreto con fuerza de ley N° 1, de 2007, del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, para elevar las penas por el delito de conducción de un vehículo en estado de ebriedad cuando se causen lesiones gravísimas o resultado de muerte.
No hay artículos nuevos.
El proyecto no contiene disposiciones que deban ser aprobadas con rango de normas de carácter orgánico-constitucional o de quorum calificado.
Tampoco contiene disposiciones que deban ser conocidas por la Comisión de Hacienda.
Se presentó una indicación.
El proyecto de aprobó en general y en particular por la unanimidad de los diputados presentes, señores Auth , García , Hasbún , Latorre , Meza , Pacheco , doña Clemira ; Pérez, don Leopoldo , y Sepúlveda , doña Alejandra .
Antes de concluir mi intervención me gustaría que la honorable Sala escuchara con atención el testimonio de Carolina Figueroa, madre de Emilia, quien señaló lo siguiente.
Ella nos explicó que el día que viajaba en su vehículo con su hija lactante, con todas las medidas de seguridad adoptadas, un conductor irresponsable, en estado de ebriedad, los colisionó violentamente por la parte trasera, dando muerte a su pequeña hija de tan solo nueve meses, razón por la cual solicitó que la ley debe establecer una señal más potente para endurecer las penas para los conductores que manejen en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol.
Además, solicitó una mayor protección para las víctimas que se ven afectadas por estos delitos, porque, a su juicio y conforme a su experiencia, la ley y el sistema judicial parecen dar mayores garantías a los victimarios que a las víctimas que sufren tales delitos, ya que los imputados prontamente salen en libertad y siguen conduciendo como si nada hubiese pasado.
Por último, exhibió un set de fotografías de personas fallecidas que fueron víctimas de conductores que lo hacían en estado de ebriedad, y todavía no hay sentencia en contra de ellos de parte de los tribunales de justicia, a pesar del tiempo transcurrido; más aún, los victimarios se encuentran en libertad.
Por su parte, el señor Benjamín Silva , padre de la pequeña Emilia , manifestó su reconocimiento y valoró lo acertado de haber legislado para establecer la ley de tolerancia cero. Sin embargo, expuso haber conocido varios casos de conductores que han reincidido por manejo en estado de ebriedad, con resultados ya sea de muerte o de lesiones gravísimas, lo que califica de absurdo, conforme a los resultados conocidos.
Finalmente, tuvimos el testimonio del señor Duilio de Lapeyra , uno de los maratonistas atropellado durante una corrida de la Teletón, en una maratón solidaria que se desarrolló en diciembre del año pasado, en la que fallecieron cuatro personas.
Es cuanto puedo informar.
He dicho.
Aplausos.
El señor BURGOS.-
Señor Presidente, pido la palabra para plantear un tema reglamentario.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra su señoría.
El señor BURGOS.-
Señor Presidente, la importancia del proyecto, desde el punto de vista jurídico, de los efectos que tiene y de la legítima preocupación que despierta, no debiera impedir que una iniciativa de esta naturaleza, que es una modificación al Código Penal, sea considerada por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, por un plazo acotado, como ha sido tradición en esta Cámara.
En consecuencia, le pido que recabe el asentimiento de la Sala en tal sentido, como lo hemos hecho siempre en estas materias.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Señor diputado, en este momento no estamos en condiciones de adoptar ese acuerdo. Pero se puede plantear el tema a la Sala cuando procedamos a votar en general. Como ya iniciamos el debate, le solicito que lo haga presente nuevamente en el momento oportuno.
Tiene la palabra el diputado René Saffirio .
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, hay una gran sensibilidad frente a este proyecto; sin embargo, tenemos que ser muy cuidadosos.
Al menos, quiero plantear mi preocupación respecto de la inhabilidad que, a raíz de esta modificación, se propone, para que los condenados no puedan acceder a beneficios penitenciarios.
¿Es posible que la Mesa disponga la votación separada de esa norma?
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Señor diputado, en el momento oportuno puede solicitarlo.
Tiene la palabra al diputado Pepe Auth.
El señor AUTH.-
Señor Presidente, son miles y miles los fallecidos o lesionados gravemente, como consecuencia de personas que, irresponsablemente, toman la decisión de conducir su vehículo en condiciones completamente deficientes e inadecuadas. Por supuesto, esto no es un problema de hoy, sino que lleva muchísimos años y, en la medida en que se ha desarrollado el parque automotor, ha ido convirtiéndose en un problema nacional. Tanto es así que varios de nosotros, en distintos períodos, presentamos mociones que elevaran el umbral de las penas y sanciones para aquellos que, de manera irresponsable, provocaran muertes o lesiones graves a personas, por conducían en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol. Y esas mociones motivaron al gobierno y al ministerio a presentar un proyecto que fue bautizado como ley de tolerancia cero.
Probablemente, el Gobierno puso el foco en una dimensión muy relevante: la preventiva; es decir, cómo desincentivar a que la gente incurra en esa conducta potencialmente asesina de subirse a un vehículo y, eventualmente, provocar la muerte o grave daño a otras personas. No obstante, el gobierno y el ministerio no se hicieron cargo de la necesidad de complementar la dimensión preventiva con la dimensión sancionatoria, que establezca sanciones, de manera ejemplarizadora, que a ojo de toda la sociedad hagan completamente inaplicable la voluntad de repetir o imitar dichas conductas.
En el debate del proyecto de ley de tolerancia cero, presentamos una indicación que es absolutamente idéntica al proyecto de ley en discusión y que, felizmente, fue aprobado por unanimidad en la comisión.
Durante la tramitación del proyecto de ley de tolerancia cero, esa indicación fue derrotada en la discusión, porque el argumento del gobierno fue que no se podían modificar las sanciones a un tipo delictual sin mirar el conjunto del edificio penal. El gobierno tiene razón, porque se producen disonancias entre conductas que hoy tienen valoraciones sociales muy distintas y penas también desproporcionadas.
Sin embargo, la muerte -que siempre es inexplicable e intolerable- de una pequeña de 9 meses como consecuencia de un choque, y que eso se transformara en un hecho de connotación social, hoy nos permite perfeccionar la legislación tendiente a desincentivar la conducta irresponsable de subirse a un vehículo sin estar en condiciones apropiadas para hacerlo.
En el debate señalé que la actitud de quien ha consumido alcohol y se sube a un vehículo es exactamente igual a aquel que dispara una escopeta en medio de la noche sin saber dónde ni a quién le puede llegar una bala. La persona que se sube a un vehículo en estado de intemperancia, para conducirlo, es un potencial asesino y debe ser tratado como tal.
Por eso, es indispensable que elevemos la sanción, para convertirla en ejemplarizadora, y no agravemos el dolor de las víctimas, que ven que los victimarios circulan por la misma plaza por la que circula la familia víctima del asesinato de uno de sus integrantes, probablemente el más querido, aunque la pérdida de cualquier vida es relevante. Hablo por todos los que han muerto como consecuencia de accidentes provocados por irresponsables al volante. Hablo por los miles y miles de personas baldadas o que han sufrido accidentes graves que han modificado de manera irreversible sus vidas.
Por lo tanto, es indispensable elevar las sanciones, de modo que aquel que asesina a una persona, como consecuencia de su irresponsabilidad, debe sufrir pena de cárcel. Eso es exactamente lo que garantiza este proyecto. El hecho de que alguien haya asesinado a otra persona como consecuencia de su conducta irresponsable no puede ser calificado como homicidio casual, porque no es casual que haya muerte o accidente grave cuando alguien se sube a su vehículo en condiciones completamente inapropiadas para manejarlo de manera correcta.
Por eso, anuncio que voy a aprobar este proyecto -así como lo aprobé en la Comisión- con mucho entusiasmo; además, solicito el apoyo unánime de esta Cámara para complementar una ley, que ha tenido mucha acogida y muchos efectos positivos en la sociedad, porque estamos cambiando la cultura del “curado manejo mejor” a la del “Si bebo, no manejo”. Este es un complemento sancionatorio para quienes transgreden esa norma y que, a pesar del contexto social que los condena, se suben a sus vehículos y siguen pensando que ebrios manejan mejor, para que sean sancionados de manera severa, tal como lo propone este proyecto de ley, que invito a aprobar por unanimidad.
Felicito a los autores por haber repuesto esta idea indispensable y agradezco a quienes sufrieron la pérdida de un familiar directo por haber traspasado las barreras del drama personal y convertir esto en una decisión nacional, colectiva, que no les va a devolver a Emilia, pero que, sin embargo, va a cambiar la manera en que los chilenos abordan la relación entre el alcohol, la conducción y los accidentes.
He dicho.
Aplausos en las tribunas.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Hugo Gutiérrez .
El señor GUTIÉRREZ (don Hugo).-
Señor Presidente, quiero decir, con bastante honestidad, que nunca he sido partidario -bien lo saben los colegas- de crear delitos y de aumentar penas, porque siempre he pensado que ese camino no ayuda a que cambiemos nuestra cultura y generemos una sociedad consciente que, de una u otra manera, va aceptando las reglas de convivencia, aunque no de manera violenta, forzada, sino consensual.
Pero he tenido la oportunidad de leer el informe de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito, que señala que en el 2011 ocurrieron 4.206 accidentes de tránsito causados por el estado de manifiesta ebriedad de los conductores, como consecuencia de los cuales murieron 117 personas y otras 651 resultaron con lesiones graves. Las cifras oficiales de esta comisión indican que, entre enero y septiembre de 2012, 116 personas murieron por efecto de conductores ebrios. Estas cifras son alarmantes. Más de 100 personas mueren anualmente en manos de conductores en estado de ebriedad. Como consecuencia, son destruidas familias, que no encuentran explicación cuando un conductor ebrio mata a una o dos personas, como ocurrió con los ciclistas que murieron en Coyhaique o los que participaban en una actividad de la Teletón o como en el caso de Emilia.
No hay nada que justifique la libertad casi inmediata en que quedan los conductores ebrios que matan a varias personas -curiosamente, no matan solo a una, sino a dos o tres- por conducir en estado de ebriedad.
Las cifras son alarmantes, a pesar que hemos aprobado legislaciones para evitar que ello ocurra. Tenemos la ley de tolerancia cero al alcohol; pero aun así hay ciudadanos que se muestran total y absolutamente refractarios a cambiar sus hábitos. No pretendemos -al menos quien habla- que con esta legislación vayan todos presos, que a todos se les condene; sí esperamos que muchos entiendan -ojalá todos los chilenos y chilenas- que no pueden conducir en estado de ebriedad, porque quien lo haga debe saber que se expone a las penas que vamos a imponer con esta nueva legislación.
Buscamos que se imponga la cultura de la vida sobre aquellas personas que se embriagan y deciden voluntariamente conducir un vehículo, con las terribles consecuencias que le ocasionan a cientos de familias.
Las dramáticas cifras de víctimas de conductores ebrios no son tolerables. No podemos conformarnos con que cientos de personas mueran en manos de este tipo de conductores. Aceptarlo significa que, a la postre, nos hacemos cómplices quienes debemos legislar, quienes estamos llamados a elaborar la ley justa, la ley buena, la ley pensada en familias como los Silva Figueroa , cuya experiencia nos dio a conocer el diputado Hasbún .
Con todo, quiero poner el acento en otro punto. Una familia, como los Silva Figueroa , prepara su vehículo para concurrir a una actividad familiar. Antes de salir, sientan a la menor en la silla de seguridad, como corresponde a nuestra legislación; además, el padre y la madre se colocan el cinturón de seguridad y parten. Al llegar a una intersección, se detienen ante la luz roja del semáforo. Es decir, viajan con total respeto por la legislación que nos rige en materia de tránsito; pero de pronto el auto de esta familia es impactado violentamente por la parte posterior por otro vehículo, ocasionándole la muerte a la menor, que iba sentada en su silla de seguridad.
Surge de inmediato la pregunta: ¿qué sentido tiene que la gente ande por la vida y cumpla con la ley, que tome todas las medidas que establece la Ley de Tránsito, que se detenga ante la luz roja de un semáforo, que la bebé vaya asegurada a su silla de seguridad, que conductor y acompañante lleven puestos sus respectivos cinturones de seguridad si el conductor ebrio que ocasiona ese drama, la mayor tragedia que puede experimentar una familia, como es perder un hijo, posteriormente queda en libertad provisional, sin arriesgar penalidad alguna? Sería como sostener que los conductores ebrios que matan o causan lesiones gravísimas tienen chipe libre, lo que es un muy mal mensaje para la sociedad.
No quiero que en virtud de esta legislación vayan todos presos, pero sí quiero que todos entendamos que si alguien va a una fiesta, lo pasa bien, se embriaga y disfruta, entonces no debe conducir. Conducir un vehículo en estado de ebriedad es cargar un arma de fuego y quien lo haga tiene que saber que nosotros queremos hacerle el mayor reproche a su actitud.
Puede que estemos alterando un edificio jurídico, nuestro Código Penal, y causemos algunas distorsiones o incorporemos ciertas incoherencias en la legislación, pero las cifras que nos entrega la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito son muy dolorosas para la sociedad chilena. Cientos de personas mueren por culpa de conductores ebrios, y eso no es tolerable. Tenemos que modificar esa realidad.
Hoy nos convocó una niña, una bebé: Emilia; pero no lo hizo solo ella. También escuché los testimonios de los padres y hermanos de los ciclistas que murieron en Coyhaique y de los que murieron practicando la solidaridad con la Teletón.
Por el impacto que significa perder familiares y por el bien de la sociedad necesitamos aprobar la modificación que se propone que, tal como se señalaba, no es nueva. Ya se planteó cuando discutimos la tolerancia cero al alcohol. Hoy solo estamos reeditando una normativa.
Cuando asumimos esta preocupación con el diputado Aguiló , aquí presente, señalé que no era partidario de aumentar las penas, ni de causar una distorsión en el Código Penal, pero en este caso se justifica a plenitud que se imponga la cultura de la vida, en los términos que estamos proponiendo. De lo contrario, estaremos dando chipe libre para que los conductores ebrios se tomen nuestras calles y avenidas y sigan matando impunemente. Y si algo ha guiado mi vida ha sido luchar contra la impunidad, y aquí estamos ante un caso de flagrante impunidad, que no podemos tolerar. Por eso, es necesario tomar las medidas sancionatorias y punitivas que terminen con esta cultura de la muerte que hoy existe en nuestras calles.
Me sumo al pedido ciudadano. La familia Silva Figueroa , los padres de Emilia, han canalizado una molestia ciudadana, esa incomprensión que sienten millones de chilenos que ven que los que matan por conducir en estado de ebriedad ingresan a los tribunales, pero a las pocas horas quedan en libertad.
La familia de Emilia logró canalizar el dolor de muchos chilenos, y nosotros nos hacemos eco de ese sufrimiento, de ese dolor. Esperamos que esta modificación sea el remedio para construir esa cultura de la vida que todos queremos para nuestro país.
He dicho.
Aplausos en las tribunas.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García .
El señor GARCÍA (don René Manuel).-
Señor Presidente, durante la discusión del proyecto en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones me tocó escuchar el testimonio que daba la familia víctima de un conductor ebrio. La entereza de esa madre fue conmovedora. Al final, el padre y la madre dicen que daban su testimonio, pero no para sensibilizar a quienes estábamos escuchando el testimonio, sino para que los asesinos del volante no conduzcan nunca más. Esa es la lucha que han estado dando, hasta que este proyecto de ley vea la luz cuando sea aprobado en la comisión. Y no me cabe ninguna duda de que hoy también será aprobado por unanimidad en la Sala.
Cuando se analiza este tipo de proyectos de ley, se comprueba que los chilenos y las chilenas necesitan de una ley para hacer bien las cosas. Si uno mira fríamente lo que estamos discutiendo hoy, se da cuenta que es una materia que cae de madura si existiera la ley principal, que no está escrita: la ley de la conciencia. Es indudable que una persona que está bajo los efectos del alcohol no debe manejar por ningún motivo ni bajo ningún pretexto.
Algunos dicen que no les gusta que se envíen personas a la cárcel y sin ningún beneficio a quienes hayan dado muerte a alguien por manejar bajo los efectos del alcohol o en estado de embriaguez, porque todas las personas pagan su pena. Indudablemente que las pagan, pero ¿qué sucede con las personas que matan a alguien por manejar en esas condiciones y que se les condena a estar presos por cinco o diez años, que después salen en libertad y siguen manejando y cometiendo las mismas brutalidades? Como parlamentarios, también debemos pensar en qué pasa con una persona que ha perdido un hijo o un ser querido en esas condiciones, a quien se condena a sufrir un dolor a perpetuidad. Estamos de acuerdo con establecer una pena drástica, porque no queremos que se repita ese sufrimiento.
Si alguien va manejando a la velocidad que ordena la ley, se le revienta un neumático y -¡Dios no lo permita!- mata a tres o cuatro personas o choca un furgón escolar y mata a dos o tres niños, eso se llama accidente; nadie quiere tener un accidente. Pero si alguien va ebrio, no respeta una luz roja y mata a tres o cuatro niños, eso simplemente se llama asesinato. Esa es la gran diferencia entre esas dos situaciones.
Por eso estimo que las penas que establece el proyecto no son drásticas, ya que es la única manera que los chilenos y chilenas entendamos que no debemos manejar por ningún motivo bajo la influencia del alcohol.
Sin embargo, nos quedó una duda, ya que un diputado -no recuerdo quién- propuso en la comisión que debían incluirse en esas penas a quienes manejasen bajo los efectos de las drogas o sicotrópicos, porque también anulan la capacidad de manejo y de reacción de las personas. Quizás también es el momento de incorporar esas sustancias en el proyecto. Algunos expertos que se consultaron nos dijeron que algunas personas necesitaban ser tratadas con sicofármacos. Pero en ese caso el médico debiera certificar que ese paciente no puede conducir un vehículo. Aquí estamos hablando del manejo en un estado mental alterado y no de las consecuencias de tomar una pastilla para calmar los nervios, etcétera; eso no tiene nada que ver. Hay que poner el cascabel al gato con respecto al manejo de vehículos.
Cuando van a obtener sus licencias, algunas personas debieran ser lo suficientemente honestas y decir que tienen problemas con el alcohol, porque es necesario que se hagan un tratamiento antialcohólico, porque pueden dejar de tomar un par de días para obtener sus documentos, pero seguirán tomando después de obtenerlos. En consecuencia, esa gente enferma debiera hacerse un tratamiento para que no caiga en errores que llevarán tanto dolor a muchas familias.
En resumen, a quienes creen que estas penas y la negación de beneficios carcelarios son demasiado drásticos, quiero decirles que es mucho más dura la “cárcel” de no olvidar a los seres queridos muertos en esos accidentes, porque, repito, es a perpetuidad.
Por lo tanto, con entusiasmo, con mucha fe y para cooperar con un grano de arena al alivio de miles de personas que han perdido a un ser querido por culpa de gente irresponsable que maneja en estado de ebriedad, daré mi voto favorable al proyecto, para poner un freno a esos inconscientes y asesinos del volante.
He dicho.
Aplausos en las tribunas.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Guillermo Ceroni .
El señor CERONI.-
Señor Presidente, no hay duda de que la ley de tolerancia cero que aprobó el Congreso Nacional ha sido un gran aporte para nuestro país y para evitar accidentes provocados por irresponsables que consumieron alcohol.
Nadie está en contra del consumo moderado de alcohol, ya que resulta grato y ayuda a la convivencia. No obstante, debemos tener claro que el consumo excesivo inhibe muchas aptitudes y condiciones para manejar, motivo por el cual considero que la ley de tolerancia cero ha sido un gran acierto para el país, así como también la ley que prohíbe el consumo de tabaco, ya que, aun cuando pueden ser cuestionadas por muchas personas, son buenas para la sociedad, para el país y para la gente. Como lo demuestran las estadísticas, la ley de tolerancia cero nos ha permitido disminuir accidentes cometidos por irresponsables.
Ahora, no hay duda de que una persona que causa la muerte u ocasiona lesiones gravísimas a otra por conducir bajo el efecto del alcohol merece una sanción especial.
Estamos totalmente de acuerdo en que, desde el punto de vista jurídico, se puede discutir si es procedente o lógico sancionar esas responsabilidades como lo estamos haciendo hoy. Puede resultar muy cuestionable equiparar el manejo bajo los efectos del alcohol o en estado de ebriedad y causar la muerte o lesiones gravísimas a una persona con el homicidio simple, que es lo que estamos haciendo; incluso, muchos tratadistas o teóricos del derecho nos podrán criticar, porque estamos estableciendo penas de presidio mayor en su grado mínimo a medio, es decir, de cinco años y un día hasta quince años, a ambas situaciones.
Cabe preguntarse si se puede equiparar el homicidio simple con el manejo en estado de ebriedad y causar la muerte de alguien. Puede haber muchas críticas, pero, en definitiva, lo que debemos tener claro es que nuestra obligación es proteger la vida de las personas. Y en ambos casos el resultado es precisamente el mismo: la eliminación de una vida. Por eso creo que tenemos que endurecer las penas y tenemos que ir más allá de los cuestionamientos teóricos, para hacerlos equivalentes. No se trata de querer llenar las cárceles con estas penas; por el contrario, queremos inhibir una conducta, queremos que se tome clara conciencia de las sanciones que recibirá quien maneje en estado de ebriedad y cause la muerte o lesiones gravísimas a alguien, ya que al evitar esa conducta, se protege la vida de las personas.
Por eso debemos aprobar esta denominada ley Emilia, en homenaje a una menor de ni siquiera nueve meses que falleció en estas circunstancias, pensando más allá de la cosa teórica desde el punto de vista jurídico, ya que con esto inhibiremos conductas indeseadas y protegeremos a futuro la vida de miles y miles de chilenos.
Por eso aprobaré el proyecto de ley.
He dicho.
Aplausos.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Issa Kort .
El señor KORT.-
Señor Presidente, qué duda cabe que plantear en la Sala materias como la que nos ocupa es una responsabilidad histórica y también de futuro, porque el caso de Emilia, nombre con que se denominó esta ley en proyecto, nos tiene que conmover a todos, pues fue una niñita que nos enseñó que cuando la sociedad es irresponsable, la sociedad es la que pierde.
Todavía vemos que hay conductores dispuestos a seguir creyendo que “con trago se maneja mejor”, pero sabemos que lo único que consiguen con ello es perjudicar a la familia y, por tanto, a la sociedad.
Lamentablemente, Emilia simboliza a numerosas personas, que anónimamente perdieron su vida por esa causa a lo largo de nuestro país, muchas veces en forma grupal.
En consecuencia, debemos buscar fórmulas legales para conseguir justamente ese bien común, cual es evitar que se repitan nuevos casos como el de Emilia, el de los ciclistas atropellados que participaban por la Teletón y, en general, tantos otros que han sido de conmoción pública.
Cada vez que nos enfrentamos a situaciones de conmoción pública, la ciudadanía reacciona mirando precisamente hacia el Parlamento muchas veces, con justa razón, apuntándonos con el dedo, cuestionando qué hemos hecho o qué estamos haciendo por cambiar esa realidad. Hoy le estamos dando una respuesta concreta a un hecho determinado: aumentar las penas a quienes manejan en estado de ebriedad. Por lo tanto, esta futura ley le hace bien al país.
Por eso, anuncio mi apoyo a la iniciativa, porque es bueno reflexionar sobre cómo se está desarrollando nuestra evolución social, cómo las personas creen que a pesar de encontrarse en estado de ebriedad pueden seguir conduciendo, en circunstancias de que todos sabemos que ello es imposible.
Las redes sociales nos han servido mucho para comunicarnos de manera inmediata y masiva, pero también son positivas para cumplir los compromisos. Desde un principio, cuando fui Presidente de la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados, a través de las redes sociales se me pidió apoyar este proyecto de ley. Y así lo hice.
Así, una vez más, estamos cumpliendo nuestra palabra y nuestro objetivo en orden a que esta ley sea aprobada, ojalá por unanimidad, porque también busca proteger el núcleo fundamental de nuestra sociedad, que la familia deje de ser un concepto rimbombante a veces en la Constitución y se convierta en un hecho fundamental en la realidad. Con ello protegeremos a las familias de muchas víctimas del delito de manejo en estado de ebriedad que, anónimamente, sufren esa pena.
La presente iniciativa no les devolverá ni la vida ni la salud a quienes han sufrido accidentes producidos por un conductor en estado de ebriedad. Sin embargo, con ella a lo mejor podremos lograr que aquellas personas que muchas veces piensan que en estado de ebriedad pueden manejar mejor finalmente no lo hagan, y, además, entregar esa paz social, esa paz humana que requiere la gente cuando se ve vulnerada en sus derechos. La justicia también debe saber llegar a esas personas.
Por último, termino mi reflexión confirmando mi voto positivo y haciendo un llamado de atención sobre la materia.
A través de este proyecto no se prohíbe beber alcohol, sino manejar en estado de ebriedad. Mucha gente nos dice: “Es que ustedes ahora no nos dejan tomar, ingerir alcohol”. No, mediante este proyecto de ley se prohíbe manejar en estado de ebriedad. O sea, la gente puede seguir con su libertad de poder, si así lo decide, ingerir alcohol, compartir, porque entiendo que se trata de una cuestión social pertenezco a una región viñatera que da trabajo, pues la idea es que eso se siga haciendo, pero con responsabilidad y compromiso social.
Asimismo se disminuyen los riesgos que existen en esta materia, porque como lo manifestó el diputado García , los accidentes son accidentes y a nosotros no nos corresponde disminuirlos. Pero sí debemos reducir los riesgos que producen los accidentes, los riesgos de cuasidelito de homicidio producto del alcohol en el cuerpo al momento de conducir. Debemos disminuir tales riesgos, y esta es una forma de ir avanzando en dicha línea.
Así, hago un llamado a los parlamentarios a aprobarlo, ojalá por la unanimidad de este Parlamento, en particular de la Cámara de Diputados, a fin de hacer justicia en esta materia, pero también para evitar tener que hacer justicia en casos futuros.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra la diputada señora Denise Pascal .
La señora PASCAL (doña Denise).-
Señor Presidente, con alegría vemos esta iniciativa de ley que nació a consecuencia de una trágica situación: la muerte de Emilia Silva Figueroa .
Eso hizo que los diputados recapacitáramos y propusiéramos un proyecto de ley para aumentar las penas que se aplican a este delito que casi cotidianamente vemos en Chile. Ciertos casos son más simbólicos; otros, más anónimos, y algunos no aparecen en la palestra pública. Pero no cabe duda de que el dolor de cada una de las familias que vive esa situación es muy profundo. Olvidar una situación de tales características es difícil.
La semana pasada, en Peñaflor, fue atropellada María Parraguez , una joven de 32 años que iba por la calle con su marido y sus dos hijitas de uno y dos años, respectivamente. Falleció inmediatamente. ¿Quién la atropelló? Un auto manejado por un ebrio.
Meses atrás sacamos una ley que se nos tiró en la cara a muchos parlamentarios en nuestras zonas, manifestándonos que la “tolerancia cero” llevaba a que nadie pudiera salir a disfrutar a algún lugar y devolverse en auto a su casa.
Elaboramos la iniciativa a conciencia para proteger la vida de muchos ciudadanos que salen de sus hogares con alegría junto a su familia y se encuentran con el desastre que se produjo con Emilia y -la semana pasada- con María Parraguez , que dejó viudo a un hombre y a dos menores sin su madre.
Cada año, 100 personas mueren en nuestro país como resultado de accidentes de tránsito cometidos por conductores ebrios; alrededor de 700 personas quedan con lesiones mayores, muchas veces inválidas, sin la posibilidad de llevar el sustento a sus hogares por la misma situación: ser atropellados por conductores ebrios.
No sé si en esta materia debemos seguir creando leyes cada día más fuertes, con penas mayores, o hacer conciencia real en nosotros mismos y en las zonas que representamos para, de esa manera, hacer conciencia en el país.
No podemos seguir aceptando que alcohólicos, personas que toman y jóvenes que se divierten bebiendo alcohol, no asuman las consecuencias que conlleva el conducir sus vehículos en estado de ebriedad de vuelta a sus hogares.
Chile importa diariamente cerca de 500 vehículos, los que posteriormente entran en circulación. La cantidad de vehículos que transita en nuestro país es casi la mitad de su número de habitantes. Y pensamos: ¿esos conductores están siendo realmente educados para conducir sus vehículos en cualquier parte de nuestro territorio?
Creo que ahí hay una debilidad. ¿Cómo les entregamos por primera vez la licencia de conducir a las personas? Debemos reflexionar esa situación y ver qué estamos haciendo con los adultos mayores, las personas de edad intermedia y los jóvenes que recién aprendieron a manejar un vehículo. ¿Qué instrucciones hay al respecto? ¿Cómo, en caso dado, los estamos sancionando?
Aumentar con esta iniciativa la pena del delito de conducción en estado de ebriedad, cuando se causen lesiones gravísimas, a presidio mayor en su grado mínimo, esto es, desde cinco años y un día hasta diez años, y cuando el resultado sea la muerte, a presidio mayor en sus grados mínimo a medio, es decir, de cinco años y un día a quince años, no les quitará el dolor a las familias afectadas. Cuando se pierde a la madre o a un hijo, el dolor de la familia continúa.
Con este proyecto avanzamos en la materia.
A veces dan ganas de decir: “presidio perpetuo”, porque el dolor de perder a la madre, un hijo o a un pariente cercano es imborrable. Más aún, cuando se trata de personas sanas, por ejemplo, como ocurrió en Peñaflor con María Parraguez , quien se dirigía por la calle a divertirse con sus hijos, pero en segundos la situación se revirtió y se produjo el dolor más profundo, al dejar huérfanas de madre a dos niñitas de uno y dos años, respectivamente. El dolor de ese padre no se borrará, así como tampoco el recuerdo del accidente que protagonizaron esas niñas, las que todavía se encuentran con lesiones a raíz del atropello del que fueron víctimas, heridas que, gracias a Dios, no fueron tan graves.
Por eso, es importante que tomemos conciencia de la importancia de aprobar el proyecto que se somete a nuestra consideración, ojalá en forma unánime, con el objeto de que sea despachado al Senado y que este agilice su estudio, porque muchas veces las iniciativas allí demoran meses en ser tramitadas por las comisiones técnicas respectivas.
Queremos poner fin al dolor que ya ha afectado a muchas personas debido al daño que provocan los accidentes causados por quienes conducen en estado de ebriedad. El año pasado, en las comunas que integran el distrito que represento, conductores de distintas edades en ese estado cometieron diez atropellos con resultado de muerte, para cuyas familias el dolor nunca desaparecerá. Asimismo, en la Región Metropolitana, en 2012, hubo 23 mil accidentes provocados por conductores ebrios, muchos de ellos con resultado de muerte o de lesiones gravísimas.
Ojalá contáramos con estadísticas a nivel nacional, pero sobre la base de las cifras de la Región Metropolitana se concluye que los resultados de la aplicación de la denominada ley de tolerancia cero al alcohol en la conducción fueron insuficientes.
A pesar de que para algunos el proyecto en discusión será objeto de muchas críticas, por el aumento de las penas que se proponen para quienes conducen en estado de ebriedad y que causen lesiones gravísimas o la muerte de una persona, es muy necesario.
En consecuencia, hago un llamado a los colegas para que lo aprobemos por unanimidad, a fin de que sea prontamente despachado al Senado.
He dicho.
Aplausos.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor René Saffirio .
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, quiero señalar dos cosas respecto de la modificación legal que estamos discutiendo, pero no sé qué tan valiosos pueden ser los argumentos que voy a plantear cuando en la Sala apenas hay 19 diputados, en circunstancia de que la mayoría de quienes deben resolver no se encuentran presentes en estos momentos. En todo caso, ellos deberán responder por su ausencia.
Respecto de la iniciativa en debate, que propone modificar dos aspectos centrales de la ley que sanciona la conducción en estado de ebriedad con consecuencia de lesiones gravísimas o resultado de muerte, quiero hacer referencia a aspectos esencialmente jurídicos, porque de esa manera tal vez me esté anticipando al planteamiento de reserva de constitucionalidad que a futuro podría afectar la entrada en vigencia de la ley. Es decir, debemos actuar a priori, para evitar que tengamos que resolver, con posterioridad, los errores que se pueden haber cometido en su tramitación. No es suficiente hacer las cosas, también es importante realizarlas bien. Por eso, me atrevo a formular -ante los 19 colegas presentes en la Sala- mis aprensiones.
Tal como señalé, me voy a referir a dos temas. En primer lugar, desde el punto de vista jurídico, se propone equiparar la culpa, que es un acto negligente, irresponsable califíquese como se quiera, con el dolo, cuya definición legal establece que es la intención positiva de causar injuria o daño a la persona o propiedad de otro.
Por eso, desde la perspectiva jurídica, resulta un poco fuerte decir que se plantea equilibrar la pena para el homicidio con el castigo para quien causa la muerte de otra persona al manejar en estado de ebriedad, porque respecto de esa conducta también hay que tener en consideración dos aspectos.
Uno de ellos tiene que ver con la conducción en estado de ebriedad, acto doloso que tiene una sanción per se, en el sentido de que es distinto el efecto que se causa como consecuencia de la conducción en ese estado, el cual no es buscado por el autor. Es decir, en ese caso no hay dolo, no hay intención positiva de causar daño a la persona o a la propiedad de otro.
Es indiscutible que una persona en estado de ebriedad que se sube a un vehículo para conducirlo merece la más alta de las sanciones no hay nada que me produzca más repulsa que eso, pero con las proposiciones que plantea la iniciativa se está incorporando un elemento de distorsión en nuestro Código Penal, porque, en definitiva, lo que se propone es modificar el número 1° del artículo 397 del Código Penal, que establece la naturaleza de las lesiones.
Concedo que puede haber distintas opiniones respecto de que el homicida merece la misma pena del que conduce en estado de ebriedad y que sin la intención positiva de causar la muerte a otro la ocasiona de todas formas. Reitero que la situación es opinable, pero podría haber un acuerdo al respecto, porque, además, no debemos olvidar que nuestro país está en este momento en un proceso de modificación orgánica del Código Penal, en el que se está debatiendo y se están dando los primeros pasos que nos podrían permitir contar con un código sancionatorio mucho más eficaz, eficiente y moderno, en el cual además se incluyan conductas típicas antijurídicas que hoy no están sancionadas como delitos.
No debemos olvidar ese otro aspecto, porque lo tendremos que analizar en conjunto con este proyecto.
Eventualmente, todo eso podría resolverse o se podría mirar hacia un costado, lo que no significa que vayamos a hacer las cosas como corresponde, que las vayamos a hacer bien, porque los principios que informan el derecho penal en gran parte del mundo occidental, por ejemplo, en relación con la disparidad de penas para una conducta dolosa respecto de una conducta culposa, no es una materia que se haya inventado en Chile.
Sin embargo, hay otro factor que quiero hacer presente, referido al cual presenté una indicación, con el objeto preciso de lograr que el despacho del proyecto en debate no quede sujeto a ninguna reserva de constitucionalidad futura.
Lo digo porque en la iniciativa se establece que, en los casos señalados, el condenado no podrá optar a ningún tipo de beneficio penitenciario, aspecto sobre el que sí tenemos un problema de constitucionalidad evidente, el cual tiene que ver con la ruptura del principio de igualdad ante la ley consagrado en el número 2° del artículo 19 de la Constitución Política, el que en su inciso final dispone que “Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;”.
Entonces, por una parte estamos equiparando las conductas dolosas con las culposas y, por otra, estamos permitiendo que quien actúa con dolo sí pueda tener acceso a beneficios penitenciarios, como el homicida que se levanta una mañana con una pistola en la mano y toma la decisión de disparar a su vecino porque, por su causa, se desveló toda la noche, y lo hace.
Sin embargo, a aquel que actúa a partir de una conducta culposa, que en forma irresponsable, negligente y criminal conduce un vehículo motorizado en estado de ebriedad, pero que al momento de asumir la conducción no se representa la intención positiva de causar la muerte, le estamos negando el acceso a los beneficios penitenciarios.
Con ello, se rompe el principio de igualdad ante la ley, con lo cual quedamos expuestos a que se haga presente reserva de constitucionalidad, situación que creo podemos revertir en esta sesión, con el propósito de que el proyecto -tal como lo dijo la diputada que me antecedió en el uso de la palabra- siga su tramitación en el Senado sin mayores obstáculos.
Quería hacer presente estas dos cuestiones, porque me parecen de suma importancia para despachar una iniciativa que amerita una tramitación diligente.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Abel Jarpa .
El señor JARPA.-
Señor Presidente, es muy grato para mí discutir este proyecto de ley en mi condición de médico y de parlamentario. Digo en mi condición de médico, porque durante mi ejercicio profesional acompañé en innumerables oportunidades a familiares que perdieron a seres queridos en lamentables accidentes provocados por conductores ebrios.
Por ello, para crear conciencia de que no se debe conducir después de haber ingerido bebidas alcohólicas, el año pasado aprobamos la ley de tolerancia cero, que ha permitido que la cifra de accidentes provocados por conductores bajo los efectos del alcohol disminuyera de 5.046, en 2011, a 3.677 en 2012; es decir, se redujeron en un 27 por ciento. Sin embargo, esos 3.677 accidentes ocasionaron la muerte de 148 personas, lo que trajo consigo que 148 familias sufrieran la pérdida de un ser querido y lleven ese dolor tan intenso, como el que hemos visto en Carolina y Benjamín, padres de la pequeña Emilia Silva Figueroa .
Agradezco especialmente a mi colega Sergio Aguiló y a los padres de Emilia, quienes me invitaron a participar y ser coautor de esta futura ley, que hemos denominado “Ley Emilia”, porque precisamente busca crear conciencia y cambiar nuestra cultura de modo que quede claramente establecido que las personas que beben alcohol no deben conducir vehículos motorizados.
Algunos colegas que me han antecedido en el uso de la palabra han señalado que ningún conductor ebrio ha querido provocar la muerte de una persona. Sin embargo, la responsabilidad de ese conductor está en haberse permitido manejar en estado de ebriedad, ya que en esa condición se pueden provocar lesiones gravísimas o la muerte de otras personas.
Por esa razón, el proyecto busca aumentar las penas establecidas para el delito de conducir un vehículo en estado de ebriedad, cuando se causen lesiones gravísimas o resultado de muerte, con el fin de que la muerte de un inocente no quede impune. Pero junto con generar una nueva consciencia en nuestra sociedad respecto de la conducción responsable de vehículos motorizados, la iniciativa también busca que, en el caso de que esos accidentes se produzcan, los culpables tengan la sanción que corresponda. Es cierto, como dijo el diputado Hugo Gutiérrez , que no nos gusta aumentar las penas de los delitos ni que haya más gente en las cárceles. Sin embargo, también queremos que los irresponsables tengan las sanciones que correspondan.
No me cabe la menor duda de que el proyecto será aprobado por la unanimidad de mis colegas.
Ojalá que esta futura ley nunca deba aplicarse y que no haya más muertes provocadas por conductores ebrios. Lo que queremos con el proyecto en forma positiva es disminuir y ojalá eliminar dichas muertes. Reitero, ojalá que nunca se aplique, y que se eviten dolores innecesarios a miles de personas por la muerte de un ser querido, como ocurrió lamentablemente en el caso de Emilia.
Felicito a Carolina y a Benjamín, porque su dolor ha permitido crear mayor conciencia. Espero que su dolor traiga consigo algo positivo para nuestra sociedad.
He dicho.
Aplausos.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Quedan nueve diputados inscritos para hacer uso de la palabra. ¿Habría acuerdo para acotar los discursos a cinco minutos?
Acordado.
Tiene la palabra el diputado señor Orlando Vargas .
El señor VARGAS.-
Señor Presidente, este proyecto nace debido a que las normas vigentes sobre la materia no se respetan como corresponde.
El costo social relacionado a los accidentes de tránsito en el país representa el 1,5 por ciento del producto interno bruto. Muchas son las casusas que llevan a los conductores a producir accidentes de tránsito: estado de las calles, exceso de velocidad, imprudencia. Pero lo que más produce muerte es el alcohol y las drogas. Por eso es importante este proyecto, que ha concitado el apoyo de muchos colegas, como se desprende de sus discursos.
En los últimos diez años se ha logrado una tendencia a disminuir los accidentes en el país, pero eso no basta. En 2010 murieron 1.595 personas, hubo 54.746 accidentes y 52.964 personas lesionadas. Según las estadísticas de Carabineros de Chile, cada 11 minutos hay un accidente; cada 77 minutos, un lesionado grave, pero -esto es lo más grave- cada cinco horas un fallecido.
Lo peor de todo es que quienes producen accidentes por conducir en estado de ebriedad vuelven a repetir la acción una, dos, tres veces. En ocasiones se les caduca la licencia por uno o dos años; sin embargo, vuelven a manejar y nuevamente matan personas.
Por eso, elevar la pena del delito de conducción en estado de ebriedad, cuando se causen lesiones gravísimas, de cinco años y un día a diez años, y, cuando se provoque resultado de muerte, a presidio mayor, creo que es lo que corresponde hoy. Además, se agrega la inhabilitación perpetua para conducir y la incautación del vehículo, cuando el autor sea el dueño. Esta normativa puede ayudar a disminuir la cantidad de muertes causadas por conductores en estado de ebriedad.
Son miles las personas que, después de haber cometido accidentes con resultado de muerte, están conduciendo en forma normal. Por eso debemos aprobar el proyecto. No es posible que esos conductores sigan matando gente. Es una falta de respeto a las familias. En mi región hemos visto cómo familias se desmoronan porque un conductor ebrio dio muerte al jefe de familia, a la esposa o a los hijos.
La trágica muerte de Emilia el 20 de enero nos tiene a todos sensibilizados en esta Cámara. Por eso, se presentó este proyecto que modifica la ley N° 18.290.
Anuncio que apoyaré esta iniciativa, porque no quiero más muertes en mi región, ni quiero más muertes en mi país.
Por último, saludo a la familia y a los padres de Emilia. Es cierto que esta iniciativa no le devolverá la vida a la pequeña, pero sí es parte de la lucha que ellos han dado para que no tengamos más muertes por accidentes de tránsito provocados por conductores en estado de ebriedad.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado don Cristián Letelier.
El señor LETELIER.-
Señor Presidente, comparto gran parte de los planteamientos expuestos por el diputado René Saffirio sobre el proyecto. Creo que aquí hay una contraposición a los principios de derecho penal, principalmente, en lo que se refiere a los delitos calificados por el resultado, en virtud de lo cual uno responde de lo que se deriva y no de lo que quería. En consecuencia, no cabe duda de que la doctrina penal y en general los penalistas no van a estar muy de acuerdo con ello. Sin embargo, atendido el sistema procesal penal que existe en el país, cuando una persona pierde una hija o un hijo ve que al poco tiempo o al poco ratoese sujeto está en libertad y no como ocurría en el sistema penal antiguo, cuando al menos estaban seis meses en prisión preventiva y se le quitaba la licencia. Hoy, eso no ocurre.
Por razones prácticas y como una forma de defensa de la ciudadanía, creo que quienes sufren situaciones tan lamentables como ésta, ven con mucha indignación cómo estos sujetos son puestos rápidamente en libertad. Ejemplo de ello es la familia que impulsó este proyecto de ley, que ha sido patrocinado por el diputado Gustavo Hasbún , entre otros; además, está el caso de lo que ocurrió hace dos semanas, en la avenida Vicuña Mackenna de la comuna de Peñaflor. Una madre, que tenía dos pequeñas hijas, una de dos años y otra de tres meses, falleció atropellada por un sujeto que manejaba bajo los efectos del alcohol. Hoy, Trinidad Quezada , de tres meses, se encuentra en el hospital Félix Bulnes , donde a Dios gracias está un poco mejor, pero el sujeto está en libertad.
Entonces, a pesar de la doctrina penal y de lo que dice el diputado René Saffirio con lo cual, en estricta doctrina, no puedo estar más de acuerdo, la realidad del derecho penal parece decir otra cosa. Eso significa que debemos legislar en esta materia, incluso contra la Constitución, porque no se ha impuesto un sistema procesal penal como el que la ciudadanía quiere y nosotros estamos aquí para defender a la ciudadanía y no los principios de derecho penal. Al menos, mientras yo sea diputado, lo voy a hacer así.
Por eso, siendo muy improcedente este proyecto de ley desde un punto de vista jurídico, lo voy a votar a favor, porque creo que viene a hacer una defensa en favor de todos aquellos ciudadanos que han visto perder a sus seres queridos en situaciones tan trágicas, como es ser atropellados por sujetos irresponsables que manejan en estado de ebriedad y conducen sin ningún respeto por la ley y la familia que han dañado para siempre.
Reitero, como un homenaje para todos aquellos que han muerto en estos trágicos accidentes, voy a votarlo a favor, a pesar de que creo que con él realmente se vulneran los principios penales.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado don Marcelo Schilling.
El señor SCHILLING.-
Señor Presidente, esta reforma, que se ha denominado “Ley Emilia”, tiene su origen en el desgraciado accidente que terminó con la vida de Emilia Silva Figueroa , que conmovió al conjunto de la sociedad chilena y que activó a su familia y a gente sensible a promover esta modificación a la ley para endurecer las penas para quien maneje en estado de ebriedad y provoque lesiones graves o la muerte de una o más personas.
Voy a apoyar este proyecto y espero que conserve la denominación “Ley Emilia”, porque hace que el dolor provocado por este tipo de situaciones se derive en algo concreto y no de cuestiones abstractas, como son las cifras y estadísticas que en muchas ocasiones se citan para argumentar en favor de tal o cual cosa. Aquí está el dolor de una familia, pero también el de la sociedad que queda expuesta a este tipo de hechos provocados por gente irresponsable, sin conciencia, sin sentido de pertenencia a la comunidad y a la sociedad y que un poco le da lo mismo lo que ocurre con esas familias si él o ella salen bien librados.
Cada vez que somos convocados a legislar por situaciones que conmueven la conciencia del país, se dice que debiéramos ir al fondo del asunto; no obstante, respecto de la llamada “Ley de Tolerancia Cero” pido a los colegas que tomemos nota de cómo actuamos, a propósito del prestigio de esta institución y de cada uno de nosotros, porque en cuanto la aprobamos, ocurrió un incidente con un conocido personaje de la farándula o como se llame, quien fue sorprendido conduciendo con menos de 0,3 grados de alcohol en la sangre, tras lo cual hubo algunos diputados que dijeron que teníamos que regular esto y dejarlo como una simple falta, porque no era el delito que tipificaba la ley que castigaba la conducción, que partía de 0,3 grados de alcohol en la sangre hacia arriba. Ahora, muere Emilia y todos corremos a sancionar este hecho doloroso y escandaloso. Por eso, quiero aprovechar el momento para decir que siempre debiéramos tener la misma línea de conducta y no nos acomodemos cada vez al vaivén de la opinión pública, porque eso habla muy mal o peor del Congreso Nacional.
Dije que iba a aprobar el proyecto, pero esto no obsta a examinar ciertas cosas a raíz del mismo.
En la doctrina jurídica se considera que la ebriedad es un estado de inimputabilidad; es decir, quien comete un delito en estado de ebriedad es inimputable, igual que si fuera un menor de edad. Si ese es el sentimiento y el entender predominante en la justicia, en los tribunales, en los jueces y en las leyes, pues bien, hay que cambiar la doctrina o hay que ir más lejos, a propósito de que alguien dijo: no está prohibido beber, lo que está prohibido es manejar en estado de ebriedad. De pronto, deberíamos pensar en que hay que prohibir el beber alcohol, porque así como se dice que hay otras sustancias que provocan daño personal y social, el alcohol ¿no lo provoca? Sé que esta cuestión no la vamos a zanjar ahora, pero hay que dejarlo pendiente.
La otra cosa que deseo expresar -por eso, adhiero a la propuesta que hizo el diputado Burgos de examinar el proyecto por segunda vez en la Comisión de Constitución- es que el Código Penal ya parece cualquier cosa, menos un código armónico y articulado entre sus diversas disposiciones, pues confunde penas con delitos de distinta entidad. Sé que no vamos a resolver eso ahora, pero debemos estar atentos para ver cómo lo solucionamos en el futuro.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Alejandra Sepúlveda.
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra).-
Señor Presidente, como miembro de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, solo quiero recordar que cuando analizamos el proyecto de Ley sobre Tolerancia Cero, tratamos de incorporar lo que tenía que ver con estas observaciones que planteamos permanentemente en la Comisión, cuando revisamos lo relacionado con ese tema. En ese momento, no tuvimos la recepción de ahora, dadas las lamentables circunstancias que todos conocemos. Sin embargo, el esfuerzo realizado por muchas personas, avalado por diversas organizaciones y por las firmas reunidas a lo largo del país, ahora nos permiten plantear que estamos ante una imperiosa necesidad que debemos apoyar.
La Ley de Tolerancia Cero nos ha ayudado mucho. Por ejemplo, en la Región del Libertador Bernardo O’Higgins los accidentes y las muertes ocasionadas por conducir en estado de ebriedad han disminuido 40 por ciento. Por eso, llevamos a cabo una discusión, que era una especie de segunda etapa de la Ley de Tolerancia Cero, en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, donde hicimos diversas reflexiones, atendidos todos los acontecimientos ocurridos y los argumentos entregados por la ciudadanía, orientados a que votáramos favorablemente esta moción que presentamos diversos diputados.
El establecimiento de mayores penas, la eliminación de las circunstancias atenuantes y la prohibición de otorgar beneficios penitenciarios a las personas que conduzcan en estado de ebriedad y que atropellen y causen lesiones graves o la muerte a otras personas, son situaciones que ya planteamos cuando discutimos la Ley de Tolerancia Cero.
Por lo tanto, voy a votar favorablemente el proyecto, y espero que en ello me acompañe el mayor número posible de diputados. Lo hago, además, porque tengo una deuda pendiente, porque en mi distrito ocurrieron dos sucesos. El primero sucedió en la comuna de San Fernando. En una oportunidad, hice uso de la palabra en Incidentes, con el fin de agilizar la labor de la Fiscalía y de corregir la injusticia que se cometió con la familia Parada , que debió lamentar la muerte de dos mujeres que pertenecían a ella, una de las cuales era muy joven. Lamentablemente, el conductor que las atropelló ni siquiera fue sancionado con prisión preventiva y, a pesar de que era la segunda oportunidad que atropellaba a una persona en estado de ebriedad, no ocurrió absolutamente nada. Incluso, se dio a la fuga después de atropellar a las dos jóvenes.
El segundo caso, conocido por todos los colegas, es el de un camionero que cometió un atropello múltiple en la comuna de Las Cabras. Tampoco ocurrió nada, a pesar de que también era la segunda vez que conducía en estado de ebriedad. En esa oportunidad, mató a cinco personas en la Carretera de la Fruta.
Por eso, voy a votar favorablemente el proyecto.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra al diputado señor Joaquín Tuma.
El señor TUMA.-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero señalar que legislar es, por definición, una de las actividades más sensibles y delicadas de la función pública.
La ley, sobre todo, la ley penal, supone el ejercicio del poder punitivo del Estado, el poder de penar, el poder de sancionar a quien, con dolo o culpa, ha violentado bienes jurídicos que la sociedad, en su conjunto, estima que merecen ser protegidos. Crear delitos y aumentar penas supone valorar circunstancias; la pena injusta y desproporcionada, como decía Thomas Jefferson , lo único que hace es desligitimar socialmente la ley e impulsar a los jueces a no aplicarla.
Esta iniciativa surgió a propósito de la muerte de una pequeña lactante que era transportada en su silla de protección reglamentaria, a pesar de lo cual falleció a causa del impacto que sufrió el vehículo de sus padres por parte del autor del accidente: un conductor en estado de ebriedad.
Se nos propone aumentar la pena del delito de conducción en estado de ebriedad causando lesiones graves o muerte para igualarla con la pena asignada a los delitos madres, es decir, lesiones y homicidios, respectivamente. De esta manera, un cuasi delito agravado por las circunstancias terminará siendo sancionado con la pena para el delito doloso.
Este proyecto fue aprobado por amplia mayoría en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones; sin embargo, también debió haber sido conocido por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, en la medida en que modifica una ley penal especial.
Estimados colegas, creo que en cuestiones tan delicadas como esta necesitamos contar con la opinión de abogados penalistas, de expertos en política criminal y de fiscales y defensores, cuando no de la propia judicatura. Aunque nos duela en el alma lo que sucedió con esta bebe y la tragedia de su familia, no podemos actuar reactiva y apresuradamente, usando el poder punitivo del Estado: el derecho penal, esta última ratio del derecho, como paliativo del dolor de una familia. La mínima seriedad que debe existir en el ejercicio de la función parlamentaria nos obliga a abordar los temas complejos, lo que supone análisis meditados en el tiempo.
Por lo tanto, solicito a los colegas que acordemos enviar esta iniciativa a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, con la finalidad de que la misma ilustre a la Sala en derecho sobre los alcances e impactos del ordenamiento jurídico penal chileno que, en este caso, se nos propone.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Manuel Rojas.
El señor ROJAS.-
Señor Presidente, ante todo, quiero saludar, valorar y admirar a los familiares de Emilia por el dolor que han sufrido, caso que se suma a otros que hemos vivido en Antofagasta, como el de Camila Verdejo y otros que, finalmente, se han transformado en una enseñanza para nuestra comunidad. Al asumir que Emilia ya no los acompañará más, sus familiares están demostrando una grandeza que nos entrega una enseñanza y que nos ayuda a reflexionar y a pensar en una mejor sociedad. Vaya para ellos mi cariño y mi admiración.
Como bien se ha dicho aquí, este proyecto es, tal vez, un poco reactivo, pero necesario para que la sociedad cambie. Tenemos que preguntarnos por qué nacen las leyes. Precisamente, porque queremos cambios en la sociedad; pero, lamentablemente, hoy no los tenemos. La irresponsabilidad de algunas personas que no asumen como corresponde su vida en sociedad, nos lleva a tener que reaccionar para poder entregar normativas legales, de manera que nuestra sociedad pueda caminar en la mejor forma posible.
Uno entiende que el diputado Schilling haya dicho que corremos en una dirección y, después, en otra, porque ésa es la realidad de nuestra sociedad. De modo que tenemos que buscar algún mecanismo que nos permita, de una vez por todas, lograr que cambien estas conductas y que nuestros conciudadanos asuman su responsabilidad. Si correr para un lado o correr para otro permite tal cambio, tenemos que hacerlo. Entiendo el espíritu del mensaje del diputado; pero, tenemos que enfrentar el problema relacionado con nuestra responsabilidad en materia legislativa, con lo que estamos dispuestos a hacer para cambiar la conducta de los chilenos. Ése es nuestro desafío y, por lo mismo, estamos discutiendo y vamos a aprobar este proyecto de ley.
Debo reconocer también que una de las causas que nos movió a modificar la Ley de Tolerancia Cero, en el sentido de aumentar las sanciones para quienes conduzcan en estado de ebriedad, fue la desgracia de Camila Verdejo ocurrida en Antofagasta. Actualmente, existe una agrupación que congrega a todas las personas que, de una u otra forma, queremos que nuestros niños vuelvan sanos y salvos a sus hogares después de ir de paseo o a una discoteca. Hay una campaña impulsada por diversas empresas denominada “Aún te espero”, en virtud de la cual se han llevado a cabo muchas acciones para corregir esta situación. Efectivamente, más allá de respetar las libertades de los ciudadanos, no pretendemos establecer prohibiciones. Lo que queremos es que quienes beban asuman que no pueden conducir, y si insisten en hacerlo, que permitan que alguien conduzca en su lugar. De esa forma se evitaría que el conductor no pueda ser imputado porque estaba ebrio.
De manera que estamos frente a grandes desafíos, pero conscientes de que algo debemos hacer para que similares conductas cambien en nuestra sociedad. ¡No podemos seguir teniendo más Emilias!
Se nos cuestionó mucho por la aprobación de la Ley de Tolerancia Cero y se cuestionó también a Carabineros por los resultados que arrojaba el alcotest, pero de lo que se trataba era de persuadir a no ingerir alcohol a quienes luego iban a conducir un vehículo. Esa acción persuasiva tenía por objeto aminorar los efectos de las acciones de quienes irresponsablemente consumen alcohol.
Por lo tanto, junto con reiterar mi admiración a la familia de Emilia, así como también a todas las personas que en Antofagasta han sufrido por la pérdida de un hijo que salió de su casa y nunca más regresó, lo único que nos queda es aceptar que estos cambios son necesarios. Comparto las aprensiones que han surgido en el debate, desde el punto de vista legislativo, jurídico, específicamente, las que señalaban los diputados Saffirio y Letelier , quienes son abogados -yo soy profesor- pues tienen razón respecto de la igualdad ante la ley.
Ojalá que este proyecto de ley se pueda perfeccionar en el Senado, pero no quiero detenerlo más en nuestra Corporación, remitiéndolo a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados. Mi deseo es que sea ley lo más pronto posible, porque de esa manera podemos evitar que haya más casos como el de Emilia.
Por lo tanto, concurro con mi voto favorable a su aprobación.
He dicho.
Aplausos.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Aguiló.
El señor AGUILÓ.-
Señor Presidente, no voy a repetir todos los argumentos que han entregado tan exhaustivamente mis colegas para fundamentar las razones por las cuales debemos aprobar, ojalá unánimemente, este proyecto. En particular, me refiero a la gran presentación hecha por el diputado informante, así como también la de mi colega Hugo Gutiérrez .
Quiero, sin embargo, hacerme cargo de algunas críticas hechas con la mejor de las intenciones en este Hemiciclo, particularmente por el colega Marcelo Schilling . Él tiene razón cuando señala que estamos equiparando penas a otros delitos que, tradicionalmente, en nuestro Código Penal aparecen como delitos graves y merecen las penas que hoy tienen.
En general, se entiende que una persona que maneja bajo los efectos del alcohol o en manifiesto estado de ebriedad, como señala la ley, es una persona que comete una falta seria, pero que no tiene intencionalidad de causar daño a terceros, es decir, no la inspira el dolo. Ese principio ha ilustrado tradicionalmente esta discusión, pero a estas alturas ya no tiene asidero en la doctrina internacional sobre esta materia. Desde luego, en la mayoría de los países europeos y en varios de América Latina -luego daré algunos ejemplos- esta nueva doctrina ha inspirado a los Parlamentos a elevar las penas y a colocarlas -con algún retraso- a la altura que propone el proyecto.
¿Qué señala la nueva doctrina sobre este punto? Que es evidente que el alcohol y la ebriedad limitan grave y seriamente las posibilidades de conducir en condiciones razonables, por lo que una persona que maneja en esas condiciones no puede sino saber, previamente, que lo más probable es que cometa un accidente y cause graves daños o la muerte a terceros. Es decir, la doctrina entiende que una persona al ingerir alcohol y luego conducir está cometiendo dolo, porque a sabiendas de que va a infringir un grave daño a un tercero de igual modo decide conducir, y lo más probable es que al hacerlo mate a otra persona o la deje gravemente lesionada. Ese es el tenor de la nueva doctrina, en palabras muy simples y sencillas de alguien que no es abogado, como es mi caso.
Repito, en ese caso sí hay dolo, porque hay suficientes antecedentes en las estadísticas médicas y en la opinión pública de que si una persona está bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad y maneja un vehículo, provocará un accidente que va a causar un grave daño o la muerte de un tercero. Si insiste pertinazmente en esa actitud, está cometiendo dolo, o sea, está realizando una actividad que, con alta probabilidad, no puede sino provocar daños graves a terceros.
Habiendo dolo, naturalmente, las penas deben tener una consecuencia con ello, porque, de lo contrario, pasará lo que ha ocurrido hasta ahora. Al respecto, el diputado Hugo Gutiérrez mencionó las estadísticas que indican que más de mil personas inocentes murieron sólo el año pasado, porque personas irresponsables -finalmente criminales- condujeron bajo los efectos del alcohol o en estado de ebriedad. Al dejar la ley tal como está y asumido el criterio de que no hay dolo porque el conductor que condujo un vehículo bajo los efectos del alcohol o en estado de ebriedad no salió deliberadamente a matar a fulano o a zutano, con nombre y apellido, este es castigado con pena de cárcel, pero debido a los beneficios que hoy recibe no permanece ni siquiera un solo día en prisión. ¡Ni un solo día en prisión! ¡Ése es el punto! ¡Los conductores que provocaron la muerte de más de mil personas el año pasado debido a este acto criminal, finalmente no estuvieron ni un solo día en prisión!
Queremos terminar con aquello. Vamos a elevar las penas para que, al menos, haya pena efectiva de cárcel y así, con estas disposiciones, ponernos a la altura de todos los países de Europa y de varios de América Latina, entre ellos Argentina , que ya tiene una legislación moderna donde éste es un delito castigado duramente.
He dicho.
Aplausos.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Burgos.
El señor BURGOS.-
Señor Presidente, intervengo con el mayor respeto, particularmente hacia las personas que han sufrido el drama profundo y atroz de perder a un ser querido en un accidente de tránsito cuya causa ha sido el manejo en estado de ebriedad o bajo la influencia del alcohol.
Todos tenemos casos cercanos que nos conmueven. Partiendo del supuesto de que los autores de esta moción han actuado legítima y razonablemente conmovidos por determinados hechos, quiero insistir, aunque entiendo que no se ha preguntado todavía, en la necesidad de que este proyecto sea revisado por un tiempo breve por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, que es la instancia técnica encargada de estudiar las modificaciones al Código Penal. De no ser así es como pretender que un proyecto relativo a transportes o telecomunicaciones fuera examinado por otra instancia técnica y no por la comisión que lleva ese nombre. Me parece que tenemos que respetar esa formalidad, pues contiene un aspecto de fondo. ¿Por qué lo digo?
Reconozco que buena parte de la legislación y buena parte de la doctrina ha empezado, desde hace mucho, a vincular los delitos con resultado de muerte o lesiones gravísimas a la existencia de un verdadero dolo; ya no de una culpa cuasidelito, sino producto de una acción dolosa por la ausencia de previsión del autor, en este caso, a la hora de conducir en estado de ebriedad. No es unánime la doctrina, pero es cierto lo que decía el diputado Aguiló en cuanto a que en derecho comparado las cosas avanzan en esa lógica, es decir, en no distinguir más entre conducta cuasidelictual y conducta delictual, entendiendo que en una concurre la culpa y en otra el dolo, porque el dolo, la acción premeditada, se encuentra radicada, más que en el accidente mismo, en la decisión de manejar bajo la influencia del alcohol.
Así todo, lo penalidad propuesta en el proyecto tiene otro inconveniente: establece, aun bajo el supuesto de la acción dolosa, una penalidad que, al equipararse con el homicidio simple, va a terminar siendo la propia de un homicidio calificado, es decir, de un asesinato, de un hecho en el que concurre la alevosía. Eso requiere de una mirada jurídica.
Manifestaciones en las tribunas.
Esto lo he dicho con respeto. Las pifias tienen más bien una connotación sentimental y las acepto; sin embargo, estoy aquí para decir las cosas tal como las creo.
Repito, el proyecto presenta un inconveniente jurídico de asimetría. Por lo tanto, a mi juicio, una iniciativa de esta naturaleza debe pasar por la Comisión técnica.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.-
Señor Presidente, creo que en una sociedad como la que vivimos nunca estará todo dicho en cuanto a los proyectos de educación.
¿Quién no tiene algo que decir sobre situaciones trágicas que provocan dolor, daño o tristeza por el resto de la vida? ¿Quién no ha sido cercano a una víctima de un ser irresponsable que manejó bajo la influencia del alcohol?
Hoy, hemos recordado la trágica muerte de una pequeña regalona, Emilia , hecho que sirve de base para llevar a cabo una discusión en beneficio de la sociedad.
Fui testigo de un caso similar al de Emilia. Ocurrió en la salida sur de Panguipulli, donde una familia sufrió el atropello ocasionado por un chofer en estado de ebriedad con resultado de muerte del padre, de la madre y de una pequeña de nueve años. La visión de una tragedia como esa nunca se olvida.
Como dije que sería breve, quiero terminar por agregar que me habría gustado ser patrocinante de la moción. Como no lo fui, me permito felicitar a sus autores.
Sin duda, al igual que todos los presentes, apoyaré con mucho énfasis la que desde hoy llamaremos “Ley Emilia”.
He dicho.
Aplausos.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Gustavo Hasbún .
El señor HASBÚN.-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero saludar a Carola, Benjamín y Duilio , a quien vi que se encontraban en las tribunas.
El fondo de la iniciativa consiste en dar una señal, como Cámara de Diputados, por cuanto hoy existe una tremenda sensación de impunidad, de temor, porque mucha gente ve cómo los asesinos del volante quedan en libertad y se burlan de las personas y de la ley sin que nadie haga nada.
Por lo tanto, debemos producir un cambio normativo y dar una señal clara y potente para decir basta a la impunidad; basta de generar una sensación de culpabilidad en los familiares que sienten que la sociedad falla en su conjunto, puesto que hemos sido incapaces de influir en las autoridades para cambiar el marco regulatorio, pues queda en entredicho cómo se imparte justicia. Con esto, me refiero principalmente, a casos emblemáticos, como el de Emilia. Además, tenemos el caso de Duilio y de los ciclistas que fueron atropellados por un conductor en estado de ebriedad, quien había cometido el mismo delito y había causado otra muerte con antelación. O el caso de Verónica Selman , a quien hace dos años un conductor en estado de ebriedad causó la muerte de su esposo y de su hija de cuatro años. Por lo tanto, debemos asumir un compromiso como sociedad y nuestra responsabilidad como autoridad.
Existen muchos argumentos jurídicos, objetivos y subjetivos, sobre cómo se debe interpretar, o sobre cómo tenemos que diseñar el marco regulatorio. Lo que sí está claro es que la ley tiene que proteger a las víctimas; lo que sí está claro es que debemos dar una señal potente para que nunca más se produzcan casos como el de Emilia.
Señor Presidente, apelo a la racionalidad y a los sentimientos de los parlamentarios, a fin de aprobar el proyecto, porque está cargado de emocionalidad y de sentimientos encontrados, ello, porque vemos una sociedad que no ha hecho nada por cambiar las cosas.
Reitero, apelo a los sentimientos de cada uno de los parlamentarios para ser solidarios. El día de mañana nos puede tocar a nosotros. También somos padres. Tenemos esposas, hijos, sobrinos, etcétera, que pueden ser víctimas de inescrupulosos o de asesinos al volante. Apelo a la solidaridad, a la buena voluntad y a la emocionalidad. Demos una señal potente para que el proyecto se apruebe en forma unánime.
He dicho.
Aplausos.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Fidel Espinoza .
El señor ESPINOZA (don Fidel).-
Señor Presidente, desde hace varios años, con mucha fuerza -consta en las Comisiones- he estado luchando para que el manejo en estado de ebriedad reciba las sanciones más severas contempladas por la legislación.
Casos ocurridos en la Región de Los Lagos, que represento, me han impulsado a trabajar en esta materia. Quiero relatar brevemente uno de ellos: el ocurrido en 2004, en Puerto Montt, donde una pareja de jóvenes fue atropellada por un empresario puertovarino que se dio a la fuga. Pese a que las víctimas estuvieron agonizando por cuatro horas en una cuneta fallecieron en ese lugar. Sólo se logró descubrir al autor porque acudimos a la justicia. Teníamos sospechas. Pedimos peritajes del vehículo en una diligencia judicial que prosperó: se determinó que al interior del vehículo, en el radiador, quedaron restos de los jóvenes atropellados. Ese hecho permitió llegar a la verdad.
El caso provocó mucha conmoción en Puerto Montt y desde allí comencé una larga lucha. Se los quiero contar en esta Sala se encuentran sus familiares, porque la sanción que recibió ese empresario fue de 541 días de pena remitida, o sea, solo tuvo atenuantes. Como él tenía irreprochable conducta anterior, porque supuestamente “colaboró” con las familias durante los meses que duraba el juicio, eso fue determinante para que tuviera una condena que fue calificada como absolutamente irrisoria.
Como diputado, desde ese día, inicié una cruzada con muchas más familias para organizar en Puerto Montt una agrupación de familiares víctimas de esos hechos. Es lamentable que en este país tengamos una legislación que establece que la persona que provocó un accidente esté tomando café en su casa el mismo día en que se está sepultando a la víctima, porque aquella ni siquiera está un par de horas en la cárcel. Esa fue la génesis por la cual elaboramos el proyecto sobre tolerancia cero alcohol que aprobamos el año pasado, al cual se fueron incorporando, transversalmente, otros parlamentarios.
En definitiva, ellos se dieron cuenta de que había que legislar para hacer más duras las sanciones por la comisión de esos hechos, que provocan un dolor irreparable, que no se olvida, que llevan por toda la vida las familias afectadas y que se transforma en un dolor doble, como me dijo una madre cuando vio que quien provocó la muerte de su hijo todavía andaba manejando por las calles de la ciudad.
Por eso, hemos logrado establecer la suspensión de por vida de la licencia de conducir como un primer paso, puesto que debíamos tener leyes mucho más fuertes y sancionatorias en ese aspecto. Ayer, por ejemplo, los canales de televisión que transmiten programas de farándula y noticias policiales dieron a conocer el caso del futbolista Manuel Neira . Claramente, él no ha matado a nadie, pero en tres oportunidades ha sido sorprendido con elevado grado alcohólico en su organismo, lo que determinó que, finalmente, la jueza resolviera suspenderle la licencia de conducir de por vida.
Las únicas aprensiones que hubo en la Comisión lo digo con el mayor respeto a las familias que han promovido el endurecimiento de las penas, -a las cuales felicito- fue que algunos queríamos ser más drásticos al momento de discutir la Ley de Tolerancia Cero Alcohol. De hecho, en la Comisión de Transportes sostuvimos fuertes discusiones precisamente en esa materia. Incluso, hace poco rato manifesté al diputado Hugo Gutiérrez que ojalá esos delitos no tuvieran atenuantes.
Mencionaré otro caso. En Puerto Octay, comuna de Osorno, una persona que tenía más de 2 miligramos de alcohol en la sangre provocó un accidente en el que murieron atropellados siete jóvenes. Sin embargo, el juez también consideró como atenuante el hecho de que esa persona hubiera aportado 100 mil pesos mensuales a las familias mientras se desarrollaba el juicio. Eso nos parece realmente insuficiente.
Vamos aprobar el proyecto. Pero, sin duda, debe haber una discusión más profunda, porque tenemos algunas dudas respecto de asimilar este delito al homicidio. A lo mejor, hubiera sido más adecuado establecer 3 años y un día como pena máxima, pero sin derecho a libertad.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Giovanni Calderón.
El señor CALDERÓN.-
Señor Presidente, reconociendo la sensibilidad que implica legislar sobre una materia que ha tenido su origen en un caso -valga la redundancia- altamente sensible para la sociedad y la comunidad en general, también es necesario poner en la balanza la cuestionada seriedad con que la Cámara está realizando sus labores legislativa y fiscalizadora.
Aquí se ha sostenido que la igualación del dolo y la culpa o, en términos simples, igualar el asesinato de una persona con el hecho de dar muerte a otra durante la conducción bajo estado de ebriedad, sería algo opinable y que habría distintas posiciones en cuanto a la doctrina. Me parece curioso haber escuchado esa teoría por parte del diputado Aguiló , porque los penalistas que la sostienen están de acuerdo con la llamada imputación objetiva; es decir, son los sostenedores de una serie de teorías bastante contrarias a las que él defiende en términos ideológicos. Como indica el diputado Burgos , es el denominado “derecho penal del enemigo”.
Además, el proyecto adolece de algunos defectos técnicos. Por ejemplo, se refiere genéricamente a la eliminación de beneficios penitenciarios. Podríamos entender que se está refiriendo a los beneficios intrapenitenciarios. Me imagino que los autores del proyecto han intentado impedir el acceso a las medidas alternativas al cumplimiento de las penas privativas y restrictivas de libertad, es decir, a la libertad vigilada, la reclusión nocturna y la remisión condicional de la pena, y no a los beneficios intrapenitenciarios, que tienen que ver, por ejemplo, con la salida dominical o la salida esporádica.
Cabe agregar, también, que la iniciativa tiene aspectos positivos, entre los cuales está la distinción que hace entre la pena por el delito que genera lesiones y la que se aplica al delito que causa la muerte. Me parece razonable esa distinción, pues no está contemplada en la ley. A pesar de que la intencionalidad, en este caso la culpa, es la misma, se producen resultados diferentes y con una entidad que amerita una penalidad distinta. Desde ese punto de vista, el proyecto me parece un avance.
Sin embargo, quiero hacer notar que aumentar penas o eliminar beneficios penitenciarios no parece ser de la competencia específica de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, sin perjuicio de la facultad que tienen todos los parlamentarios de introducir indicaciones a los proyectos de ley, razón por la cual me parece que esta iniciativa debe pasar, necesariamente, por la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, según la estricta aplicación del Reglamento de la Cámara. No me parece que si así ocurre signifique un retardo en su tramitación.
Por último, si eso es efectivo, me gustaría que su señoría recabara el acuerdo de la Sala al momento de la votación, en orden a enviar el proyecto a la Comisión de Constitución. Si ello ocurre, estoy dispuesto a votarlo a favor; en caso contrario, y atendido los diversos defectos que han denunciado varios señores diputados, desgraciadamente me veré en la obligación de votarlo en contra.
He dicho.
Manifestaciones en las tribunas.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Ulloa.
El señor ULLOA.-
Señor Presidente, como han manifestado muchos de nuestros colegas, la norma propuesta busca desincentivar de manera fuerte la conducción en estado de ebriedad. Todos sabemos y hemos sido testigos de las conductas irresponsables de algunas personas que conducen en esas condiciones. Por lo tanto, no hay duda de que ello requiere una sanción no por ellas, sino que por la consecuencia que potencialmente puede significar y que, en los hechos, ha generado en distintas situaciones.
Hace algunos días, vimos que una cruzada de padres dio un nuevo impulso a una idea en la que se venía trabajando. Siento que con esto estamos respondiendo a muchas familias, tal vez demasiadas o más de las que quisiéramos, que han sufrido la pérdida de la vida de algún ser querido o han tenido que lamentar accidentes que dejan gravísimas secuelas en ciertas oportunidades. No puedo sino recordar que una de nuestras funcionarias de Senda de la región que represento, quien trabaja en el Programa Control Cero Alcohol, me decía que era bonito hacer su trabajo, y que lo hacía con más fuerza porque su padre perdió la vida en manos de un conductor ebrio.
Por esa razón, es justo para Chile que despachemos rápidamente este proyecto y se convierta en ley de la república.
Anuncio que votaré favorablemente el proyecto.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Están inscritos para hacer uso de la palabra la diputada señora María Angélica Cristi y los diputados señores Fuad Chahín y Enrique Accorsi , quienes están autorizados para insertar sus discursos en el Acta.
Antes de proceder a la votación general del proyecto, quiero someter a consideración de la Sala la petición formulada por el diputado señor Jorge Burgos , a la cual han adherido varios otros diputados en el debate, en orden a que este proyecto pase a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
Quiero hacer presente que el proyecto tiene suma urgencia, la que vence el 19 de abril, es decir, la próxima semana. En consecuencia, habría espacio para que por una semana sea enviado a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, a fin de que se pronuncie acerca de la proporcionalidad y armonía que establece la modificación legal consignada en el proyecto con el resto de las penas contempladas en nuestro ordenamiento jurídico.
Solicito la unanimidad de la Sala para que el proyecto vaya a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
No hay unanimidad.
Corresponde votar en general el proyecto de ley que modifica el decreto con fuerza de ley N° 1, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley N° 18.290, de Tránsito, y sus modificaciones posteriores, en sus artículos 196 y 197, referidos al delito de manejo en estado de ebriedad, causando lesiones gravísimas o con resultado de muerte.
Hago presente que la totalidad de sus normas son propias de ley simple o común y que la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones lo aprobó en general por la unanimidad de sus miembros presentes.
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 89 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 7 abstenciones.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Aprobado.
Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique ; Aguiló Melo Sergio ; Alinco Bustos René ; Álvarez-Salamanca Ramírez Pedro Pablo ; Araya Guerrero Pedro ; Ascencio Mansilla Gabriel ; Auth Stewart Pepe ; Baltolu Rasera Nino ; Barros Montero Ramón ; Bauer Jouanne Eugenio ; Bertolino Rendic Mario ; Bobadilla Muñoz Sergio ; Browne Urrejola Pedro ; Cardemil Herrera Alberto ; Carmona Soto Lautaro ; Castro González Juan Luis ; Ceroni Fuentes Guillermo ; Cornejo González Aldo ; Chahín Valenzuela Fuad ; De Urresti Longton Alfonso ; Díaz Díaz Marcelo ; Edwards Silva José Manuel ; Eluchans Urenda Edmundo ; Espinoza Sandoval Fidel ; Estay Peñaloza Enrique ; García García René Manuel ; Kort Garriga Issa ; Girardi Lavín Cristina ; Godoy Ibáñez Joaquín ; Gutiérrez Gálvez Hugo ; Gutiérrez Pino Romilio ; Hales Dib Patricio ; Harboe Bascuñán Felipe ; Hasbún Selume Gustavo ; Hernández Hernández Javier ; Hoffmann Opazo María José ; Isasi Barbieri Marta ; Jaramillo Becker Enrique ; Jarpa Wevar Carlos Abel ; Jiménez Fuentes Tucapel ; Lemus Aracena Luis ; Rosales Guzmán Joel ; Macaya Danús Javier ; Martínez Labbé Rosauro ; Molina Oliva Andrea ; Monckeberg Bruner Cristián ; Monsalve Benavides Manuel ; Montes Cisternas Carlos ; Morales Muñoz Celso ; Moreira Barros Iván ; Muñoz D’Albora Adriana ; Nogueira Fernández Claudia ; Núñez Lozano Marco Antonio ; Ojeda Uribe Sergio ; Ortiz Novoa José Miguel ; Pascal Allende Denise ; Pérez Arriagada José ; Pérez Lahsen Leopoldo ; Recondo Lavanderos Carlos ; Rivas Sánchez Gaspar ; Rojas Molina Manuel ; Rubilar Barahona Karla ; Saa Díaz María Antonieta ; Sabag Villalobos Jorge ; Sabat Fernández Marcela ; Saffirio Espinoza René ; Salaberry Soto Felipe ; Sandoval Plaza David ; Santana Tirachini Alejandro ; Sauerbaum Muñoz Frank ; Schilling Rodríguez Marcelo ; Sepúlveda Orbenes Alejandra ; Silber Romo Gabriel ; Tarud Daccarett Jorge ; Teillier Del Valle Guillermo ; Torres Jeldes Víctor ; Turres Figueroa Marisol ; Ulloa Aguillón Jorge ; Letelier Aguilar Cristian ; Urrutia Bonilla Ignacio ; Vallespín López Patricio ; Van Rysselberghe Herrera Enrique ; Vargas Pizarro Orlando ; Velásquez Seguel Pedro ; Venegas Cárdenas Mario ; Verdugo Soto Germán ; Von Mühlenbrock Zamora Gastón ; Ward Edwards Felipe ; Zalaquett Said Mónica .
Se abstuvieron los diputados señores:
Arenas Hödar Gonzalo ; Burgos Varela Jorge ; Calderón Bassi Giovanni ; Squella Ovalle Arturo ; Tuma Zedan Joaquín ; Vidal Lázaro Ximena ; Walker Prieto Matías .
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Se da por aprobado en particular el artículo único del proyecto, con la salvedad del literal b) del numeral 1) por haber sido objeto de indicación para votarlo separadamente.
Corresponde votar el literal b) del numeral 1) del artículo único, que ha sido objeto de una indicación del diputado señor René Saffirio , para eliminarlo.
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, quiero aclarar que lo que estamos votando es el artículo, no la indicación.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Voy a aclarar el alcance de la votación, aunque parezca obvio.
Quienes votan a favor, apoyan el texto propuesto por la comisión técnica; quienes votan en contra, acogen la indicación del diputado señor Saffirio para eliminar esa disposición.
En votación.
Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 54 votos; por la negativa, 37 votos. Hubo 9 abstenciones.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Aprobado.
Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Álvarez-Salamanca Ramírez Pedro Pablo ; Baltolu Rasera Nino ; Barros Montero Ramón ; Bauer Jouanne Eugenio ; Bertolino Rendic Mario ; Bobadilla Muñoz Sergio ; Browne Urrejola Pedro ; Cardemil Herrera Alberto ; Cornejo González Aldo ; Cristi Marfil María Angélica ; Edwards Silva José Manuel ; Eluchans Urenda Edmundo ; García García René Manuel ; Kort Garriga Issa ; Godoy Ibáñez Joaquín ; Gutiérrez Pino Romilio ; Hasbún Selume Gustavo ; Hernández Hernández Javier ; Hoffmann Opazo María José ; Jaramillo Becker Enrique ; Jarpa Wevar Carlos Abel ; Kast Rist José Antonio ; Rosales Guzmán Joel ; Macaya Danús Javier ; Molina Oliva Andrea ; Monckeberg Bruner Cristián ; Morales Muñoz Celso ; Moreira Barros Iván ; Nogueira Fernández Claudia ; Norambuena Farías Iván ; Ortiz Novoa José Miguel ; Pérez Lahsen Leopoldo ; Recondo Lavanderos Carlos ; Rivas Sánchez Gaspar ; Rojas Molina Manuel ; Rubilar Barahona Karla ; Sabag Villalobos Jorge ; Sabat Fernández Marcela ; Salaberry Soto Felipe ; Sandoval Plaza David ; Santana Tirachini Alejandro ; Sauerbaum Muñoz Frank ; Sepúlveda Orbenes Alejandra ; Silber Romo Gabriel ; Turres Figueroa Marisol ; Ulloa Aguillón Jorge ; Letelier Aguilar Cristian ; Urrutia Bonilla Ignacio ; Vallespín López Patricio ; Van Rysselberghe Herrera Enrique ; Velásquez Seguel Pedro ; Von Mühlenbrock Zamora Gastón ; Ward Edwards Felipe ; Zalaquett Said Mónica .
Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Accorsi Opazo Enrique ; Aguiló Melo Sergio ; Alinco Bustos René ; Andrade Lara Osvaldo ; Ascencio Mansilla Gabriel ; Burgos Varela Jorge ; Calderón Bassi Giovanni ; Carmona Soto Lautaro ; Castro González Juan Luis ; Ceroni Fuentes Guillermo ; De Urresti Longton Alfonso ; Díaz Díaz Marcelo ; Espinoza Sandoval Fidel ; Girardi Lavín Cristina ; González Torres Rodrigo ; Gutiérrez Gálvez Hugo ; Hales Dib Patricio ; Harboe Bascuñán Felipe ; Jiménez Fuentes Tucapel ; Lemus Aracena Luis ; Martínez Labbé Rosauro ; Monsalve Benavides Manuel ; Montes Cisternas Carlos ; Núñez Lozano Marco Antonio ; Ojeda Uribe Sergio ; Pascal Allende Denise ; Pérez Arriagada José ; Saa Díaz María Antonieta ; Schilling Rodríguez Marcelo ; Tarud Daccarett Jorge ; Teillier Del Valle Guillermo ; Torres Jeldes Víctor ; Tuma Zedan Joaquín ; Vargas Pizarro Orlando ; Venegas Cárdenas Mario ; Verdugo Soto Germán ; Vidal Lázaro Ximena .
Se abstuvieron los diputados señores:
Araya Guerrero Pedro ; Arenas Hödar Gonzalo ; Auth Stewart Pepe ; Chahín Valenzuela Fuad ; Isasi Barbieri Marta ; Muñoz D’Albora Adriana ; Silva Méndez Ernesto ; Squella Ovalle Arturo ; Walker Prieto Matías .
Aplausos.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Despachado el proyecto al Senado.
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, quiero hacer expresa reserva de constitucionalidad respecto de la letra b) del numeral 1) del artículo único del proyecto.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Muy bien, señor diputado.
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