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- rdf:value = " El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Patricio Melero.
El señor MELERO.-
Señor Presidente , este es un buen proyecto, que llega a buen término luego de un inicio que no tuvo grandes avances, pero que demuestra y fortalece aquello que tantos hoy en Chile echamos de menos y respecto de lo cual hay que trabajar por profundizar, cual es la política de los acuerdos, que es la capacidad de encontrar frente a materias relevantes un camino determinado para poder llegar a una solución.
Así se construyó Chile desde la vuelta a la democracia. Así fuimos ejemplo de una transición de un gobierno militar a un gobierno civil. Así la Concertación, durante veinte años, llevó adelante un proyecto exitoso, que fue refrendado popularmente; y la Alianza por Chile logró también llegar a ser gobierno en un proceso en que el diálogo, el entendimiento, la conversación y la disposición fueron el camino para alcanzar, al final, una legislación que se haga cargo de problemas que se vienen arrastrando desde hace mucho tiempo.
¡Qué duda hay -varios lo mencionaron, y mi partido, la UDI, también lo piensa de ese modo- de que el mal uso del RUT o el uso de múltiples RUT para eludir la sindicalización o la negociación colectiva -”dividir para reinar” es el dicho que tantas veces hemos escuchado al respecto- llega hoy felizmente a término!
Es cierto que la historia de la presente iniciativa ha sido larga. Sin embargo, en pocos meses se han podido resolver las diferencias sobre su contenido, puesto que el Gobierno actual, con la presentación de indicaciones a los artículos 3° y 507 del Código del Trabajo, fue a lo sustantivo y logró despejar los aspectos que, quizá, tenían más entrampado el proyecto, como el concepto de empresa. Quiero resaltar que el clima que se creó a partir de 2011 y 2012, a raíz de las conversaciones entre la CUT y la Confederación de la Producción y el Comercio, fue de diálogo, lo cual generó este acuerdo.
Me gusta este acuerdo, porque protege en forma adecuada los derechos de los trabajadores sin afectar la facultad de la dirección que le corresponde a todo empleador. Eso es muy importante.
El diputado señor Andrade mencionó la importancia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que tiene algo esencial: la máxima organización para los asuntos laborales del mundo siempre toma todas sus decisiones en forma tripartita: empleadores, trabajadores y gobiernos y parlamentos. Ahí nada se resuelve -ninguno le pone el pie encima al otro- si no concurren las tres partes para ello.
Lo que estamos haciendo en esta oportunidad es eso: nos reunimos en una mesa y compartimos el diagnóstico de que aquí había un abuso impresentable del uso de múltiples RUT para eludir la esencia de lo que nuestro Código del Trabajo debe destacar desde el punto de vista de los derechos de los trabajadores a sindicalizarse, a negociar colectivamente, a llevar adelante la huelga como un camino legal, si el entendimiento no se da.
Se llegó al exceso en algunas empresas del retail, que llegaron a tener más de cien RUT distintos para impedir justamente que se cumpliera esa legislación, que está en la idea fundamental de los legisladores del Código del Trabajo.
Creo que se está dando un paso importantísimo en la materia. Han primado el diálogo y el buen criterio. Por consiguiente, en lo fundamental, tratándose de empresas con múltiples RUT, será un empleador el que finalmente responderá por todas ellas.
Por otro lado, desde la UDI apoyaremos la iniciativa y el acuerdo final logrado, porque las atribuciones que a través de ella se le dan a la Dirección del Trabajo son una primera instancia para resolver los abusos que se generan con el multirrut. De hecho, esa actuación puede que solucione el problema en forma definitiva, salvo que una de las partes no quede contenta con el dictamen de la entidad fiscalizadora, en este caso, la Dirección del Trabajo.
En consecuencia, negar la posibilidad de los tribunales de justicia es cambiar, no el sistema previsto en el Código del Trabajo, sino el ordenamiento jurisdiccional de nuestro país.
En esta materia, tanto las decisiones administrativas como las de los tribunales de justicia se dan en todo nuestro ordenamiento jurídico. Sin ir más lejos, cabe mencionar, por ejemplo, lo que ocurre con la reciente creación del Consejo para la Transparencia, entidad que ha tenido mucha fuerza y que se encuentra dotada de una enorme autonomía. Sin embargo, si alguien queda disconforme con la resolución de dicho Consejo, siempre contará con la posibilidad de recurrir a los tribunales.
Me parece, por tanto, sano el proceder. Desde un punto de vista conceptual, no es razonable que un órgano administrativo tenga la última palabra en ámbitos propios de las decisiones jurisdiccionales. A mi juicio, es casi una anomalía que la tenga. Así pasaba, por ejemplo, con el Servicio de Impuestos Internos, que era juez y parte en los conflictos de su competencia. Gracias a la creación de los Tribunales Tributarios y Aduaneros, tal situación también se pudo superar.
Por lo expuesto, por su intermedio, señor Presidente , le señalo a la señora ministra que la fórmula acordada es la correcta por cuanto permitirá un proceso adecuado en la materia.
He dicho.
"
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