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El señor CORNEJO (Presidente).-
En el Orden del Día, corresponde tratar las modificaciones del Senado al proyecto de ley que extiende a los padres trabajadores el derecho a alimentar a sus hijos y perfecciona normas sobre protección de la maternidad.
Antecedentes:
-Modificaciones del Senado, sesión 32ª de la presente legislatura, en 11 de junio de 2014. Documentos de la Cuenta N° 3.
El señor CORNEJO (Presidente).-
En discusión las modificaciones del Senado.
Tiene la palabra la diputada señora Claudia Nogueira.
La señora NOGUEIRA (doña Claudia).-
Señor Presidente , hoy vamos a discutir, en tercer trámite constitucional, el proyecto de ley que extiende a los padres trabajadores el derecho a alimentar a sus hijos y perfecciona normas sobre protección de la maternidad.
El proyecto aborda el derecho del padre a participar activamente en la crianza y a fomentar el apego con sus hijos, al permitirle proveer directamente la alimentación en sus dos primeros años.
El artículo 206 del Código del Trabajo establece: “Las trabajadoras tendrán derecho a disponer, a lo menos, de una hora al día, para dar alimento a sus hijos menores de dos años.”.
El presente proyecto cambia la tutela que de dicho derecho disponía la madre trabajadora, e instaura que tanto el padre como la madre podrán hacer goce de tan importante derecho laboral, que ha sido estipulado en beneficio directo del niño menor de dos años, en vista de su interés superior. Esta futura ley permitirá a los progenitores optar, de común acuerdo -en el caso de que el padre y la madre sean trabajadores-, por que sea el padre quien ejerza el derecho de alimentación.
No puedo dejar de valorar esta iniciativa por el positivo avance que implica en materia de corresponsabilidad parental, pues centra la discusión en el interés superior del niño y en la necesidad de fomentar el apego respecto de ambos padres, no solo de la madre. Asimismo, se hace cargo del efecto discriminador que han tenido hacia las mujeres muchas de las garantías que, en su génesis, precisamente tenían como objeto protegerla dado su rol de madre, pero que, en definitiva, se han convertido en trabas difíciles de soslayar. Por lo mismo, resulta tan importante la modificación que hoy discutimos en el hemiciclo.
Aún queda mucho por avanzar para lograr que exista un mercado laboral más inclusivo hacia las mujeres. También resulta fundamental avanzar en perfeccionar el artículo 203 del Código del Trabajo, que obliga a las empresas que tienen veinte o más trabajadoras a disponer de un establecimiento propio para el cuidado infantil, o a costear uno externo, lo que supone una barrera de entrada al mercado laboral de muchas chilenas, que, con bajos niveles educacionales y de calificación laboral, se ven discriminadas a la hora de buscar trabajo. En la práctica, ningún empleador quiere llegar a ese número de trabajadoras, puesto que ello le hace incurrir en un gasto extra que no está dispuesto a solventar. Ello convierte una protección legal pensada en beneficio de las mujeres en un arma de doble filo, que le hace un flaco favor a la infructuosa lucha que hemos dado para incorporar a algunas, en especial a las de escasos recursos, al mercado laboral.
El efecto práctico del artículo 203 del Código del Trabajo ha sido que las mujeres vean limitadas sus opciones de trabajo. Además, si son contratadas y el número de trabajadoras alcanza a veinte o más en la empresa, sus remuneraciones serán 10 por ciento menores que las de los hombres. Cabe tener en cuenta que de por sí la remuneración femenina es menor que la masculina, a pesar de que realicen las mismas tareas. De esta manera, las trabajadoras terminan por pagar, con esa merma de su salario, la sala cuna que el empresario debería costear. Es tan irrebatible la realidad de esta situación que, según la última encuesta laboral de la Dirección del Trabajo, de 2011, el 88,2 por ciento de las empresas del país tiene menos de veinte trabajadoras.
En este sentido, en agosto de 2013 el gobierno del Presidente Piñera presentó un proyecto que establecía el derecho universal de acceso a sala cuna y nivel medio menor para todas las trabajadoras del país con contrato y de casa particular, independientemente del tipo de labor que realizaran y del número que ellas representaran en una determinada empresa. Dicha iniciativa cubría una mensualidad para sala cuna de hasta 160.000 pesos por niño menor de dos años y de hasta 130.000 pesos por cada niño mayor de dos años y menor de tres años que asistiere al nivel medio menor de jardín infantil, además del pago de la matrícula. Esta medida sería financiada con el 1 por ciento imponible de todos los trabajadores, que provendría de la cotización del 3 por ciento del seguro de cesantía, que para estos efectos habría quedado en 2 por ciento, lo que no habría significado ninguna disminución en las prestaciones. En ese contexto, el proyecto iba precisamente en la dirección de eliminar las trabas para la incorporación de la mujer al mundo del trabajo.
Por eso, resulta absolutamente cuestionable que la actual Administración retirara de la discusión parlamentaria un proyecto como el mencionado, y que en su lugar haya propuesto, con fecha 25 de abril, y solo a través de titulares en los medios de comunicación, otra iniciativa, lo que implica comenzar toda la discusión desde cero. A este respecto, es importante preguntar al Gobierno si la incorporación de la mujer al mundo del trabajo es o no realmente prioritaria. La misma pregunta cabría hacer al Sernam, que pareciera estar más preocupado de los derechos reproductivos de las mujeres, al tratar de que se legalice el aborto, que de propiciar y asegurar las condiciones necesarias para emparejar la cancha en algo tan elemental como el acceso al trabajo, y en algo mucho más difícil aún, como es conciliar la vida familiar con la laboral. Ambos aspectos constituyen una sinergia muy necesaria para la obtención de una vida plena y feliz. En esta materia, el gobierno del Presidente Piñera dejó la vara muy alta, con iniciativas concretas e indicadores que pusieron a Chile a la vanguardia mundial.
No puedo dejar de mencionar que el gobierno anterior tuvo logros inobjetables. Es así como la extensión del posnatal, el Programa “4 a 7: Mujer Trabaja Tranquila”, el subsidio al empleo femenino, el acceso universal y garantizado a la educación preescolar, el establecimiento de la obligatoriedad del kínder, el proyecto de sala cuna universal, que fue retirado por este gobierno, pero que beneficiaba a 1.6 millones de mujeres; el proyecto sobre estatuto laboral agrícola, la norma de igualdad de género y conciliación de la vida laboral, familiar y personal -Sello Iguala Conciliación vida laboral, familiar y personal-; la iniciativa que perfecciona la legislación laboral de las trabajadoras de casas particulares o el bono por formalización laboral, nos hablan de una ruta de cambios y reformas en pro de mejorar la vida laboral y familiar de las mujeres del país. Todos esos cambios fueron un tremendo aporte y un avance en la lucha por la tan postergada igualdad de género, que el actual Gobierno pareciera constreñir solo a materias sexuales.
Creemos que el Sernam, institución creada para velar por los intereses y derechos de las mujeres, en esta materia se ha mantenido al margen, con una pasividad absolutamente preocupante, y ha abocado todos sus esfuerzos a una agenda cuya principal materia son los derechos reproductivos y sexuales y la creación del Ministerio de la Mujer. Sin duda, esto último es muy importante; pero deberíamos ser capaces de construir una agenda ambiciosa, con el fin de promover y otorgar mayores oportunidades a las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.
Por lo tanto, debemos centrarnos decididamente en las preocupaciones de las mujeres más vulnerables del país, que sufren la doble discriminación de no conseguir un empleo tanto por ser mujeres como por sus escasos niveles de calificación. Sobre este punto, la rígida estructura laboral chilena no solo coarta la participación femenina en el mercado del trabajo, sino que también le resta dinamismo y mayores niveles de crecimiento al conjunto de la economía nacional. Ello dificulta aún más la condición laboral de la mujer chilena y precariza su ya malograda situación en comparación con la de los hombres.
Por lo expuesto, celebro la iniciativa modificada por el Senado, que votaremos favorablemente al término de la sesión, pues -reitero- nivelará la cancha entre hombres y mujeres, velará siempre por el interés superior del niño y la corresponsabilidad parental y, en definitiva, permitirá una mayor inclusión de la mujer en el mundo laboral.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Espejo.
El señor ESPEJO.-
Señor Presidente, hay distintas maneras de aproximarse al proyecto. Quiero destacar la perseverancia y el esfuerzo que la entonces diputada y hoy senadora Carolina Goic hizo para que esta iniciativa llegara al punto de tramitación en que hoy se encuentra.
Vivimos en una sociedad en la que todos hablamos de familia cada vez que hay elecciones. Nos hemos acostumbrado a los discursos pro familia y pro derechos de sus integrantes. También estamos en una sociedad en la que el principal foco pareciera ser los derechos de los estudiantes, de los trabajadores, de las mujeres, de la igualdad y de la diversidad sexual. Todo ello forma parte de un país que razonablemente va madurando, para lo cual recoge distintas expresiones, trata de nivelar la cancha y construye una sociedad más inclusiva.
Sin embargo, el proyecto aborda una materia que solemos dejar fuera de nuestras conversaciones, cual es que las familias puedan actuar como tales y que cada uno de sus miembros pueda cumplir un rol en ellas. En ese sentido, la iniciativa habla de una tarea compartida, cual es la paternidad y la maternidad. No solo versa sobre los derechos de las mujeres, quienes, por cierto, han sido seriamente discriminadas en el mercado laboral en función de su maternidad o de la posibilidad de ser madre. Tampoco dice relación solo con los derechos de los niños y su interés superior, lo cual es fundamental. Incluso, hace algunas semanas, la Corporación debatió un informe muy duro en relación con la forma en que los derechos de los niños eran vulnerados en el Servicio Nacional de Menores, discusión en la cual los diputados Rincón y Saffirio tuvieron un rol muy fundamental.
El proyecto también dice relación con las obligaciones y los derechos de los padres; con la forma en que estos deben asumir no solo el privilegio de la paternidad, sino también los derechos que se derivan de ella; con el hecho de que el cuidado de la familia debe convertirse en una tarea compartida y no solo en una práctica que consista en que uno u otro se haga cargo de las responsabilidades que tiene por delante, y con la necesidad de estimular que las decisiones que se tomen sean el resultado del acuerdo entre ambos padres y no el mero ejercicio de un derecho o el cumplimiento de una obligación por uno de ellos. En efecto, el proyecto establece que la facultad que se entrega a los padres trabajadores para ejercer el derecho de alimentación de los hijos resulte de un acuerdo con las madres trabajadoras. Es decir, la moción protege uno de los ejes fundamentales de la familia, cual es que las responsabilidades sean compartidas, de manera que ambos padres se sientan parte de un proyecto.
En mi distrito, el N° 35, integrado por las provincias de Colchagua y de Cardenal Caro, las madres y los padres temporeros, las madres y los padres que trabajan en el comercio o que desarrollan actividades vinculadas a la agricultura, la pesca, al turismo, etcétera, realizan enormes esfuerzos para cumplir con sus tareas al interior de sus familias. Es muy probable que en el corto plazo pocos de ellos puedan acceder a los derechos que estamos consagrando. Es probable que haya que recorrer un camino mucho más largo.
Con todo, por su intermedio, señor Presidente , y permitiéndome mis colegas la licencia, como padre de Joaquín, de Magdalena , de Catalina, de Antonia y de Rosario, les digo que ser papá es un privilegio y un regalo divino, pero también es una posición que nuestro ordenamiento jurídico debe respetar y proteger. Por eso, celebro este proyecto como un avance, toda vez que permitirá que cada papá de este país sienta como propia la tarea de alimentar a sus hijos pequeños, responsabilidad compartida que será el resultado de un acuerdo con las madres.
Señor Presidente, reitero mi respeto y mi respaldo entusiasta a las modificaciones del Senado a esta moción de la exdiputada y actual senadora Carolina Goic, iniciativa que por primera vez, por lo menos entre las pocas que me ha correspondido conocer, no solo habla de la familia, sino que busca apoyarla y materializar lo que esta significa.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Roberto Poblete.
El señor POBLETE.-
Señor Presidente , los derechos derivados de la maternidad, entendidos universalmente como aquellos que tienen por objeto dar a la madre trabajadora la posibilidad de cumplir su rol en un contexto laboral, son, quizá, el logro de género más importante que ha tenido el derecho laboral en toda su historia. Entender que una madre puede y debe seguir siendo madre, pero a la vez trabajadora, revela que el derecho laboral, como derecho nuevo y protector de los roles modernos que los seres humanos van tomando en su ingreso al mercado del trabajo, se justifica siempre por sí mismo. Sin una protección a la madre trabajadora, no es posible la incorporación de la mujer al trabajo, y sin la mujer en el mundo del trabajo, la fuerza productiva de una nación sufre muy drásticamente. Por eso, es bienvenido todo esfuerzo que se haga en materia laboral para adaptar las normas jurídicas a las realidades cambiantes que el mundo nos depara.
Esta iniciativa, que permite al padre incorporarse a la tarea de alimentar a los hijos pequeños, se orienta en ese sentido.
Estamos avanzando desde un patrón patriarcal del trabajo a un patrón en el que entendemos que no hay solo una madre trabajadora, sino que hay padres con responsabilidades parentales. Por tanto, desde el punto de vista jurídico, la incorporación del padre a la crianza es de trascendencia mayor en el derecho del trabajo chileno del siglo XXI.
Este proyecto de ley, que está en sus etapas finales de tramitación, permitirá que el derecho de alimentar a los hijos menores de dos años sea entregado al padre, previo acuerdo con la madre, decisión que deberá ser comunicada a los respectivos empleadores, con copia a la Inspección del Trabajo.
Sin duda, estamos dando pasos importantes en orden a potenciar el postulado que el Código Civil incorporó a través de la ley N° 19.585 y otras posteriores, cual es el interés superior del niño. Dicho postulado es complementado con las normas existentes sobre los derechos de sala cuna y de alimentar a los hijos menores de dos años, que hoy le asisten a la madre trabajadora.
Por otra parte, la iniciativa posibilita que se haga una adecuada distribución de las responsabilidades familiares, al permitir que el derecho de alimentar a los hijos menores de dos años sea compartido, a elección de la madre, con el padre trabajador, o, en su caso -a falta de ambos-, por quien acredite la tuición o cuidado del niño o de la niña.
Hace exactamente ocho años, en la Cámara se discutió la iniciativa sobre el derecho a alimentar a los hijos menores de dos años por las trabajadoras que se desempeñan en empresas que no están obligadas a tener sala cuna, que en 2007 se convirtió en la ley Nº 20.166. Un avance como ese debe tener un correlato, como es el proyecto que hoy debatimos y apoyaremos. En ese sentido, estamos en condiciones de afirmar que la normativa mencionada precedentemente es susceptible de ser perfeccionada en la línea de garantizar la expresión de voluntad de la trabajadora al momento de determinar la forma en que podrá ejercer el derecho de alimentar a los hijos menores de dos años. Sin duda alguna, ese derecho claramente puede ser ejercido por el padre en su rol de trabajador responsable del cuidado de su hijo o hija.
Estos logros nos hacen bien como país, como sociedad, y nos hacen mejores como legisladores, pues sin una puerta abierta a la realidad de los miles y miles de chilenos, el derecho del trabajo se vuelve anquilosado, viejo y solo sirve a intereses ya ausentes o ya minoritarios.
Votaré favorablemente las modificaciones del Senado al proyecto, pensando en los miles de padres de este país, entre los cuales tengo el honor de contarme.
He dicho.
El señor CORNEJO ( Presidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Ramón Farías.
El señor FARÍAS.-
Señor Presidente , el proyecto en debate, modificado por el Senado, y el que figura en el siguiente lugar de la Tabla, que también dice relación con la protección a la maternidad, a la paternidad y a la vida familiar, son muy importantes. Es sano que el Congreso Nacional esté dando señales claras y precisas en materia de protección de los niños.
No estoy de acuerdo con lo que señaló la diputada Claudia Nogueira , en cuanto a que este Gobierno se preocupa solo de materias sexuales. Estoy en total desacuerdo. Sí puedo decir que el Gobierno también se está preocupando de las reivindicaciones de las nuevas familias y de cómo reconocemos la diversidad en la familia y en la sociedad.
Cabe recordar que quien en verdad se preocupó por los niños y las familias fue la Presidenta Bachelet en su anterior gobierno. Bajo aquel mandato se construyó una gran cantidad de salas cuna para que las madres trabajadoras tuvieran donde dejar a sus hijos e hijas, lo que antes no podían hacer. Se decía que la mujer más humilde no salía a trabajar porque no tenía dónde dejar a sus hijos, y si lo hacía, estaba obligada a dejar a los más pequeños con sus hermanos o hermanas mayores. Es decir, para que la madre jefa de hogar saliera a trabajar y pudiera llevar el pan a su casa, las hijas y los hijos mayores no iban al colegio para cuidar a los más pequeños. Por eso, la Presidenta Bachelet , con mucha visión, dispuso la construcción de salas cuna a fin de entregar a las mujeres la posibilidad de dejar a sus hijos en espacios dignos, donde recibirían cuidados adecuados y estarían bien resguardados.
Pero no solo se les entregó ese apoyo, sino que además se crearon condiciones para que las mujeres pudieran trabajar, sobre todo pensando en que los niños estuvieran protegidos y no como -insisto- ocurría antes, que quedaban con algún vecino o vecina, o, generalmente, con el hijo o la hija mayor, lo que producía un círculo vicioso, ya que ese hijo o hija mayor no seguía estudiando y terminaba trabajando en cualquier cosa, sin poder desarrollarse.
Por eso, hace un par de años también legislamos en orden a que los padres trabajadores tuvieran la posibilidad de llevar a sus hijos a salas cuna. Hasta ese momento, la legislación disponía que solo las mujeres trabajadoras podían llevar a sus hijos a salas cuna, las que se podían crear solo en donde trabajasen veinte o más mujeres. Los hombres -reitero- no podían acceder a ese beneficio, pues se trataba de una legislación pensada solo desde el punto de vista de los padres, pero no desde la perspectiva de la protección del niño. Por eso presenté ese proyecto de ley, que fue apoyado por varios colegas que hoy están presentes y que fue aprobado, lo que ha permitido que los padres trabajadores también tengan derecho a llevar sus hijos o hijas a salas cuna, si es que la madre no los ha llevado. Reitero, el proyecto fue aprobado; por lo tanto, hemos avanzado mucho respecto de la protección de los niños.
Hoy se da un paso más, pues esta iniciativa modificada por el Senado permite que la pareja de padres decida quién de los dos puede alimentar al hijo o hija menor de dos años. Ello significa entregar más derechos a los padres trabajadores, quienes hasta el momento eran solo proveedores, tal como ocurría con los cavernícolas, que debían cazar para sostener a sus familias. Esta legislación permitirá a las parejas decidir la forma en que cuidarán y educarán a sus niños.
Lamento que esta iniciativa se haya demorado tanto tiempo en ser despachada; lo importante es que se está llegando al final de su tramitación.
Las exdiputadas Carolina Goic y Adriana Muñoz , hoy senadoras; las exdiputadas Marta Isasi y Ximena Valcarce , la actual diputada Alejandra Sepúlveda , los diputados Sergio Aguiló , Fernando Meza , Gabriel Silber , el exdiputado y actual senador Patricio Walker y el exdiputado Felipe Salaberry contribuyeron para que este proyecto saliera adelante.
La cita de los nombres de esos exdiputados da cuenta de lo que demoró la tramitación de la iniciativa. Ojalá que el despacho de este tipo de proyectos sea más ágil, porque nuestra sociedad está avanzando muy rápidamente. En el Senado se está analizando el proyecto sobre AVP, problema que necesitamos solucionar para poder definir qué ocurrirá con los hijos de las parejas que conformarán legalmente el acuerdo de vida en pareja.
Necesitamos apurar esa legislación y avanzar en todos los temas que dicen relación con la familia, porque, en definitiva, lo que estamos haciendo es proteger a nuestros hijos, a nuestros niños, a todos los jóvenes. No estamos pensando solo en los padres, sino también en los derechos de los niños para desarrollarse y ser mejores, lo que permitirá tener un país mejor.
Por eso me hace fuerza aprobar las modificaciones del Senado a este proyecto, y la iniciativa que figura a continuación en la Tabla. Ojalá que podamos seguir avanzando. En la Comisión de Familia y Adulto Mayor estamos analizando el proyecto sobre nueva ley de adopción, con el objeto de avanzar en dar protección a todos los niños que están desprotegidos en algún hogar y que necesitan sentirse amparados dentro de una familia.
Anuncio que apoyaremos con mucha fuerza este proyecto, que viene de vuelta a la Cámara de Diputados, a fin de que se convierta pronto en ley de la república, porque los niños no pueden seguir esperando.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Bellolio.
El señor BELLOLIO.-
Señor Presidente, ser padre o ser madre es para siempre, no es algo que se pierda ni siquiera con la muerte del hijo.
Quienes tenemos la suerte de ser padres -lo soy de dos varones y de un tercero que viene en camino-, sabemos que es fundamental el impacto que produce el apego a los hijos en esos primeros momentos.
El proyecto sobre el posnatal de seis meses, que se aprobó en el período legislativo anterior, no es solo una medida promujer o profamilia, que efectivamente lo es; es una propuesta proniño, y también, por cierto, un propuesta prohombre. En la medida en que nuestros hijos están bien, nosotros estamos mejor.
Los aspectos emocionales del apego y de la formación inicial, o estimulación temprana, como dicen los que se dedican a la neurociencia, son fundamentales para el posterior desarrollo psicológico, emocional, intelectual y espiritual.
Por eso, en vez de comprar fierros y ladrillos para la educación o de entregar enseñanza gratuita en aquellos sectores en que podría ser injusto, insistimos una vez más en la importancia de que nos dediquemos a la educación inicial, lo que permitirá que nuestros niños y niñas tengan más oportunidades en el futuro. Es en esa etapa donde se inicia la carrera hacia el futuro; lamentablemente, algunos menores quedan atrás en esa carrera.
Nosotros creemos que los jardines infantiles y las salas cuna son espacios muy importantes. Sin embargo, cabe preguntar por qué en ningún país es obligatorio que los niños asistan a ellos. La razón es que los menores pueden estar mejor cuidados en sus casas con sus padres y con sus madres. A menos que el jardín infantil o la sala cuna cuente con educadoras de párvulos, y no sea solo una guardería. Si se trata solo de una guardería, los menores estarán mejor en otro lugar. Pero -reitero- si en esos establecimientos hay educadoras de párvulos que entreguen educación de calidad, los resultados serán obviamente beneficiosos para el país.
Por eso también hemos insistido en que una buena idea es que los jardines infantiles y las salas cuna no estén ubicados solo en el lugar donde viven el padre o la madre, sino también donde ellos trabajan, para permitir lo que propone el proyecto de ley, es decir, que los padres trabajadores también puedan participar en esa etapa, que es la más crítica y fundamental para el desarrollo posterior de los niños, como es su alimentación en los primeros dos años.
Un exministro de la Concertación -hoy Nueva Mayoría- escribió un libro titulado “Contra la desigualdad el empleo es la clave”. Parece que a algunos colegas no les gusta nombrarlo, pero se trata de Andrés Velasco , exministro de Hacienda , quien señala en su obra que el empleo puede reducir la desigualdad, particularmente en el caso de las mujeres, quienes han aumentado su participación laboral, aunque todavía es baja.
¿Cuáles son los factores esenciales por los que algunas mujeres aún no pueden acceder a empleos de calidad? Ellos tienen que ver precisamente con el cuidado de sus hijos, y con la compatibilización del trabajo con la familia.
Seguir considerando el cuidado de nuestros hijos como una cuestión exclusivamente femenina implicaría que no nos importa compatibilizar el trabajo con la familia, que no nos importa el posnatal o que no nos importa que los padres también podamos alimentar a nuestros hijos recién nacidos.
Pero si estimamos que la crianza es algo compartido, que en ella se necesita obviamente al padre y a la madre, a la familia, debemos elaborar iniciativas de ley que favorezcan esa integración y ese trabajo conjunto.
También debemos hablar de otros aspectos que el proyecto no toca, relativos a la forma de compatibilizar de verdad el trabajo con la familia. Ellos se relacionan con los horarios de trabajo. No sé por qué en Chile creemos que mientras más horas laboremos, mejor será el trabajo. Eso no es así. De hecho, muchas personas dicen: “Los diputados trabajan poco”. Todavía no conozco colegas que trabajen poco. Yo sumo cerca de ochenta horas semanales, lo cual es más que suficiente. Muchas personas en Chile laboran esa misma cantidad de horas.
No creo que eso sea más, sino menos productivo.
Tengo la suerte de vivir en el distrito que represento, por lo que puedo ir con mi familia a los distintos lugares que lo conforman. Hago participar a mis hijos de esa instancia. Pero no todos los padres ni todas las madres tienen la misma suerte de poder compartir con sus hijos sus labores permanentes.
Los horarios son, como es obvio, algo muy relevante.
Sobre el particular, varios de los parlamentarios que nos encontramos aquí presentamos un proyecto de ley para que, ojalá, no se cambie más la hora en Chile. ¿Por qué? Porque ello afecta precisamente a los niños y a los adultos mayores; se altera la disposición de la luz natural. En muchas poblaciones, las personas dicen que salen de sus casas a trabajar cuando está muy oscuro, pero que prefieren no regresar bajo esa misma condición a sus hogares, sino, ojalá, con un poco más de luz natural que posibilite la compatibilización del trabajo con la familia para tener más espacios de recreación y de esparcimiento.
La calidad de vida es una materia que tampoco estamos abordando; es necesario que empecemos a hacernos cargo de ella. Un aspecto en ese sentido se vincula con la relación que tenemos con nuestros hijos.
En mi opinión, el desarrollo es siempre bienvenido. Pero ese desarrollo, que es un bien, debe ser amable, debe atender a la calidad de vida, las familias, las comunidades. En este caso, el presente proyecto de ley así lo hace.
En consecuencia, anuncio que, al igual que el resto de la bancada de la UDI, votaré a favor las modificaciones del Senado, porque creemos en la importancia de los primeros meses de desarrollo de los niños, la importancia de la familia, la importancia de que los hombres también seamos parte de la crianza de nuestros hijos para el futuro de Chile.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Pilowsky.
El señor PILOWSKY .-
Señor Presidente , hace pocos días celebramos el Día del Padre y un año de la entrada en vigencia de la llamada ley “Amor de papá”, que establece ciertas protecciones a los menores ante la circunstancia de que su padre y madre vivan separados.
Nuestro país ha ido avanzando en la protección de los derechos de los padres frente a sus hijos. En esto se enmarcan innumerables modificaciones legales que han ido en tal dirección, pues otorgan al padre o a la madre la posibilidad de estar más cerca de sus hijos, de cuidarlos y de protegerlos.
El fortalecimiento de la familia, cualquiera que sea su composición, debe ser prioridad para nuestra sociedad, y las políticas públicas deben encaminarse en esa línea.
En ese contexto, es absolutamente necesario extender al padre la posibilidad de alimentar a sus hijos menores de dos años, materia que recoge este proyecto, modificado por el Senado, que aprobaremos hoy. Así, la madre y el padre podrán acordar compartir los roles respecto del ejercicio de ese derecho, que se encuentra establecido en nuestra legislación laboral.
Equiparar los roles entre hombres y mujeres no solo tiene que ver con el ámbito público, como podría suceder con una ley de cuotas, sino también con el privado, donde nuestra legislación aún recoge cargas solo para las mujeres trabajadoras.
En este sentido, al establecer tales derechos por ley estaremos contribuyendo en definitiva a disminuir la discriminación que existe contra las mujeres trabajadoras. Hoy en día, muchos empleadores prefieren contratar a hombres en vez de a mujeres con las mismas capacidades solo por el hecho de que a la mujer el embarazo le trae aparejadas ciertas cargas.
Con la aprobación de las enmiendas introducidas a la presente iniciativa, el derecho a alimentar al hijo menor de dos años, disponiendo de una hora en la jornada laboral en la forma que mejor le acomode, podrá ser ejercido tanto por el padre como por la madre.
Por lo expuesto, anuncio que votaremos favorablemente las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Leonardo Soto.
El señor SOTO .-
Señor Presidente , nuestra legislación laboral arrastra lo que los expertos han denominado un “pecado original” en materia de promoción de la familia y la maternidad.
En efecto, el modelo de protección de la mujer en el ámbito laboral, que se estableció en el inicio de nuestra vida republicana y que la dictadura profundizó, terminó por afianzar un sistema que la marginó del mercado del trabajo y consolidó un arquetipo arcaico de hombre proveedor y mujer cuidadora.
Por un lado, la configuración de las normas de protección a la maternidad contenidas en el Código del Trabajo desconoce la corresponsabilidad de hombres y mujeres frente al empleo y la familia, lo que limita fuertemente la posibilidad de desarrollo laboral de las mujeres al responsabilizarlas exclusivamente del cuidado de los hijos.
Por el otro, se mantiene el esquema tradicional de imposición de obligaciones al empleador en atención a la contratación de mujeres, lo que tiende claramente a desincentivar el empleo femenino.
Dado ese estado de cosas, los proyectos que, confío, se aprobarán esta mañana vienen a cuestionar y replantear el actual modelo de protección de las madres trabajadoras, con el fin de materializar efectivamente la igualdad de trato entre hombres y mujeres con responsabilidades familiares.
En efecto, se trata de verdaderos mecanismos antidiscriminación y de inclusión de la mujer al mundo del trabajo, que nos invitan a redefinir el actual sistema de protección a la maternidad para que deje de transformarse en un privilegio reservado a algunas mujeres trabajadores, y, en concreto, para que deje de ser un obstáculo para el desarrollo laboral equitativo de las mujeres trabajadoras.
Quiero destacar los amplios consensos que se han generado en esta materia, y, sobre todo, relevar el cambio de visión que se ha ido consolidando, en especial en la actual legislatura. Sobre estas bases, invito a mis colegas a avanzar en la construcción de un nuevo paradigma que se sustente en la corresponsabilidad de hombres y mujeres frente al trabajo y al cuidado de la familia, centrado en la protección amplia de todos los trabajadores con responsabilidades familiares, sin referencias de género y reconociendo la titularidad de todos los derechos indistintamente a mujeres y hombres.
Esa tarea -qué duda cabe- pasa indefectiblemente por un proceso de cambio cultural que debe promoverse a través de acciones positivas del Estado que posibiliten un amplio respeto a la diversidad y, sobre todo, el real reconocimiento de la mujer como una ciudadana plena en todos los ámbitos de la vida social.
En palabras del jurista italiano Luigi Ferrajoli : “La igualdad, no sólo entre los sexos, es siempre una utopía jurídica que continuará siendo violada mientras subsistan las razones sociales, económicas y culturales que siempre sustentan el dominio masculino,(…)”.
En tal sentido, las distintas acciones que se han establecido para consagrar garantías explícitas para el pleno desarrollo de las personas desde la cuna hasta la tumba, implementadas por distintos gobiernos -en particular por el de Michelle Bachelet-, como las salas cuna y los jardines infantiles gratuitos con cobertura universal, permiten avanzar con mayor decisión en la materia.
Se suman a ese esfuerzo las modificaciones del Senado al proyecto que extiende a los padres trabajadores el derecho de alimentar a sus hijos y perfecciona normas sobre protección de la maternidad.
Así, se atiende de manera más igualitaria la situación de los trabajadores con responsabilidades familiares posibilitando que sea el padre trabajador quien pueda ejercer el derecho a alimentar a los hijos menores.
Me parecen de la mayor relevancia dos aspectos del proyecto.
Primero, el que se determinen vías formales de comunicación tanto de los empleadores de ambos padres como de las autoridades del Trabajo.
Segundo, el que se establezca de pleno derecho que la garantía en comento corresponde al padre en los casos en que ejerza la tuición o la madre esté imposibilitada o hubiera fallecido.
Anuncio mi voto favorable a las modificaciones del Senado y al proyecto de ley que figura en el segundo lugar de la Tabla de la presente sesión, y dejo abierta la invitación a mis colegas para que sigamos avanzando en la materia a efectos de que muy pronto contemos con un estatuto orgánico que redefina completamente la protección de la maternidad en torno al reconocimiento de la necesaria conciliación de trabajo y familia, la corresponsabilidad de los progenitores en sus deberes como proveedores y cuidadores, la materialización de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, en especial para modificar los patrones socioculturales de conducta basados en la idea de inferioridad o superioridad de cualesquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Daniel Farcas.
El señor FARCAS.-
Señor Presidente , respecto de la iniciativa modificada por el Senado, me parece muy importante que se esté legislando en función de los nuevos tiempos y que la sociedad actual se haga cargo de transformaciones que son relevantes para aportar en materia de familia, a través de reconocer que ella tiene distintas maneras de materializarse y que en una sociedad moderna los hombres y las mujeres comparten roles, con la finalidad de compatibilizar de alguna manera el pasado, el presente y el futuro.
En ese marco, el proyecto, al cual el Senado le ha introducido modificaciones, reafirma una realidad que se constata en nuestra sociedad y que contribuye a que tengamos distintas percepciones sobre cómo esta se materializa y se desarrolla, para lo cual se debe contar con un marco jurídico que establezca la igualdad señalada, a fin de que el desarrollo llegue de manera uniforme a todos los que la integramos.
Por último, lo anterior se debe dar en un marco de discusión de diversas materias. Si bien algunas de ellas son más debatibles que otras, me parece que en cuanto a la extensión del derecho que se establece en el proyecto, existe un consenso fundamental, en el sentido de que aporta a la diversidad, para lo cual se reconoce que los cambios que la sociedad requiere deben plasmarse a través de una nueva legislación y de una nueva forma de entender la relación entre los hombres y las mujeres.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra la diputada señorita Karol Cariola.
La señorita CARIOLA (doña Karol).-
Señor Presidente , estamos discutiendo las enmiendas que el Senado ha introducido a una gran iniciativa, originada en moción, la que no solo reconoce la importancia del rol que tienen los padres en la crianza de sus hijos, sino en especial el derecho de la mujer a desarrollarse en el ámbito laboral, porque dispone que la responsabilidad de la alimentación de los hijos menores de dos años no recaerá solo en sus madres, sino que será compartida. Las enmiendas del Senado disponen que el padre y la madre definirán cuál de ellos ejercerá ese derecho en forma directa.
Las matronas sabemos que esa responsabilidad compartida se genera desde el momento del parto, cuando se inicia el apego de esa tríada. A partir del nacimiento del hijo o de la hija se desarrolla ese vínculo estrecho, el que probablemente crecerá durante toda la vida. Esos primeros treinta minutos pueden llegar a ser los más importantes en la vida de una persona.
Asimismo, no puedo dejar de destacar que la iniciativa también puede llegar a tener efectos positivos en un objetivo urgente que tenemos las trabajadoras chilenas y todos aquellos que creemos en los derechos laborales: terminar de una vez por todas con la discriminación que se produce en la contratación de mujeres en diversos espacios laborales, ya que en la actualidad la responsabilidad de la alimentación de los hijos menores de dos años solo recae en nosotras, situación que muchas veces es mal utilizada por los empleadores para discriminar al momento de definir una contratación.
Además, quiero destacar que el proyecto modificado estipula que las personas que no tengan vínculo sanguíneo con un menor, que no sean sus padres biológicos, pero que tengan a su cargo su tuición o cuidado personal -lo que incluye a una pareja o cónyuge-, también podrán hacer uso del derecho de alimentación.
Estamos ante una iniciativa necesaria, respecto de la cual, afortunadamente, hemos llegado a un consenso mayoritario, a pesar de las diferencias que tenemos sobre otras materias. Es irresponsable que se diga que el debate solo se acota a un aspecto valórico y que haya diputados y diputadas que traten de manifestar que la ministra directora del Servicio Nacional de la Mujer solo se preocupa de los derechos sexuales y reproductivos. Es verdad que esa secretaría de Estado ha tenido especial preocupación por tales derechos; pero me consta, porque la conozco, que le preocupan en forma especial los derechos de las trabajadoras en todo su ��mbito, en especial el de aquellas que quieren ejercer su maternidad con plenitud de derechos.
Por lo tanto, creo que las diputadas que quieren resguardar sus visiones conservadoras deben ser cuidadosas en hacer ese tipo de planteamientos en forma pública, con la finalidad de desacreditar el trabajo que el Gobierno ha llevado adelante. Existe el compromiso tanto de la Presidenta Bachelet como de la ministra directora del Sernam respecto de la materia. Esta última ha señalado con claridad cuál es el objetivo de esa cartera y qué elementos estarán en el centro de la discusión. En todo caso, en la tramitación del proyecto de ley que establece la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género se llevará a cabo, con amplitud, un debate pendiente, el que tiene que ver con nuestros derechos fundamentales, no solo con los sexuales y reproductivos, y con todas aquellas materias debido a las cuales las mujeres hemos sido postergadas durante muchos años.
En consecuencia, por las razones indicadas, votaré a favor las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.-
Señor Presidente, son muchas las iniciativas tendientes a establecer derechos para hacer equivalentes las responsabilidades de ambos padres respecto del cuidado de los hijos.
Indudablemente, el rol de la madre es insustituible durante los primeros días de vida, pues es quien amamanta y entrega los primeros cuidados al recién nacido; pero, transcurridos algunos meses, el rol del padre puede asimilarse. La colaboración entre ambos puede resultar muy provechosa para alternar roles en su cuidado.
La presente iniciativa, originada en moción, aprobada en su primer trámite constitucional hace algunos años, fue objeto de algunas modificaciones menores por parte del Senado, que no alteran la sustancia del proyecto original. Sin embargo, tengo dudas sobre la enmienda que elimina el plazo de seis meses para que el padre pueda asumir el rol de alimentar a los hijos, ya que se supone que al menos durante los primeros seis meses la madre trabajadora está gozando de su permiso y del subsidio al posnatal. En ese sentido, me gustaría que alguno de los diputados que me antecedió en el uso de la palabra aclarara mis dudas. Todos los que han intervenido han aplaudido el proyecto, porque como padres también podrán gozar del beneficio que se propone establecer, pero a lo mejor no han escuchado, tal como me pareció haberlo hecho, que el beneficio del padre podrá hacerse efectivo a partir del término del beneficio de la madre, en cuyo caso las modificaciones que se proponen podrían resultar innecesarias. Por lo tanto, reitero mi solicitud en cuanto a que esa duda sea explicada por algún integrante de la comisión técnica respectiva.
Pienso que hay una modificación que no surtirá buen efecto, sino que enredará este proyecto, anhelado por tantos y que, indudablemente, todos vamos a aprobar.
A pesar de tener esa duda, creo que es necesario aprobar las modificaciones del Senado a esta iniciativa, que permite mayor igualdad en los roles familiares. Estableceremos un derecho que bien merecido tienen los padres, que también aspiran a ser parte del cuidado y de la protección de sus hijos, especialmente hoy, cuando ambos progenitores trabajan y comparten a la par el rol de sostenedores y cuidadores de los integrantes de la familia.
Reitero mi aprensión respecto de la modificación que elimina el plazo de seis meses para que el padre pueda asumir el rol de alimentar a sus hijos, ya que, al menos durante los primeros seis meses, la madre trabajadora está gozando de su permiso y del subsidio al posnatal. Por ello, creo que el padre debería hacer efectivo su derecho a partir del término de dicho período.
Esa es mi opinión. Puede haber diferentes opiniones, pero sería bueno que los miembros de la comisión técnica aclararan ese punto. De lo contrario, no estaremos legislando bien, como debe ser. No obstante, votaré a favor las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor GONZÁLEZ ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Ramón Barros.
El señor BARROS.-
Señor Presidente, estoy contento por este buen proyecto de ley, que fue objeto de modificaciones menores por parte del Senado.
De alguna manera, quiero reivindicar el trabajo de la Comisión de Familia durante los años 2007 y 2008, período en que nos abocamos a una serie de proyectos que buscaban perfeccionar y facilitar la labor al interior de la familia.
En aquellos años se aprobó el permiso de cinco días, llamado el posnatal de los papás. Todos eran proyectos sin atisbo de ideología. Por medio de ellos se buscaba el fortalecimiento de la familia y la eliminación de obstáculos respecto del apego de ambos padres con sus hijos, por la importancia que este tiene. Llama la atención que en aquel entonces, de alguna manera, estaba presente en la discusión el posnatal de seis meses, que se concretó durante el gobierno recién pasado, además de otros temas.
También es importante destacar el ambiente que se vivió al interior de la Comisión de Familia, que se dedicó a trabajar con tanto acierto en todas estas materias.
Lo que se busca a través de esta iniciativa es otorgar al padre, en caso de que exista acuerdo del padre y de la madre, el beneficio de participar en la crianza de sus hijos. Al respecto, lamento profundamente que nuestro proceso legislativo sea tan lento. La Cámara despachó el proyecto en su primer trámite constitucional, pero este demoró casi siete años en volver desde el Senado con algunas modificaciones que estamos analizando en esta sesión. Espero que prontamente pueda convertirse en ley de la república.
Pese a que, lamentablemente, dejé de ser miembro de la Comisión de Familia, he observado cómo los tiempos han cambiado. Hay una polarización en el país que ha hecho que hoy -lo planteó la ministra del Sernam - algunos estén dedicados a debatir sobre el aborto y otros temas más duros e ideológicos.
Por eso, quiero reivindicar esa etapa de la Comisión de Familia en que hubo grandes avances en el perfeccionamiento de ciertas normativas y la remoción de obstáculos para que ambos padres tengan el derecho a trabajar por sus hijos y que a aquellos se les otorguen las facilidades correspondientes.
Quiero llamar la atención respecto de que este proyecto fue aprobado en esta Cámara en diciembre de 2008. Han pasado seis años y fracción para tratar nuevamente un artículo único, que es una simple modificación en el Código del Trabajo.
No hace bien que proyectos que se caen de maduros demoren tanto tiempo en volver a la Cámara, en tercer trámite constitucional, para que sean aprobados y posteriormente promulgados como ley de la república.
El proyecto no tiene grandes modificaciones respecto de lo que vimos en su primer trámite constitucional. En esa oportunidad fuimos partícipes de una discusión fructífera y tranquila. En un tiempo razonable, despachamos una iniciativa que permite que el padre y la madre, con el acuerdo de ambos, puedan ejercer los derechos que les corresponden en igualdad de condiciones.
Con felicidad y mucha fuerza, voy a votar a favor las modificaciones del Senado a este proyecto para que pronto sea promulgado y publicado, pero nuevamente quiero llamar la atención respecto de cómo han cambiado los tiempos. No estoy haciendo un juicio de valor, sino constatando un hecho, cual es la labor de la Comisión de Familia de ese entonces, que estaba integrada por personas diversas, que pensamos distinto, pero que nos abocamos a una serie de proyectos importantes para el fortalecimiento de la familia.
Hoy las cosas son distintas. No es necesariamente una crítica, sino que no comparto el énfasis que se ha dado a la legislación en torno a la familia. Solo quiero recalcar la importancia de proyectos como este para el fortalecimiento de las familias y el tratamiento igualitario de ambos padres, de manera que la crianza de sus hijos.
Voy a votar a favor las modificaciones del Senado, para que pronto el proyecto sea ley de la república y así los padres puedan hacer buen uso de esta herramienta.
He dicho.
El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra la diputada señora Alejandra Sepúlveda.
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra).-
Señor Presidente , me alegro de que esta mañana tratemos las modificaciones introducidas por el Senado a un proyecto de ley que, como bien dijo el diputado Barros , hacía mucho tiempo que estaba en el Senado, aun cuando nosotros lo despachamos rápidamente. Se trata de una iniciativa importante por las señales que entrega al país.
Quiero agradecer a la entonces diputada Goic -hoy senadora- que nos haya permitido suscribir esta iniciativa junto con varias otras diputadas que hoy no forman parte del Congreso Nacional. En ese tiempo, hicimos el esfuerzo para que fuera despachado lo antes posible de la Cámara de Diputados el proyecto en estudio, que tiene tres objetivos muy importantes para las parlamentarias que lo firmamos.
Primero, hacernos cargo de un proceso distinto que están viviendo las familias y, en especial, los varones, que en ese tiempo denominé la nueva masculinidad, porque es absolutamente distinta de la que probablemente vivieron muchos de los padres que se encuentran en las tribunas. Insisto, es una masculinidad distinta, una forma distinta de criar a los hijos.
Hoy, el hombre no ayuda en la crianza de sus hijos, sino que participa y comparte la crianza de sus hijos. Para el hombre joven de hoy no es una obligación, pues es capaz de demandar su derecho a criar a sus hijos. En mi bancada hay tres diputados jóvenes que en el futuro van a ser padres y, por lo que uno ve, van a participar en la crianza de sus hijos.
En el fondo, la nueva masculinidad se traduce en que las expresiones de cariño y crianza tienen que ver con un proceso cultural que está viviendo el país. Alimentar a sus hijos, cambiar pañales y preparar mamaderas son labores que, en el pasado, a los hombres no les correspondía realizar. Sin embargo, hoy están participando permanentemente en esas tareas.
Por eso, lo primero era hacernos cargo de esta masculinidad nueva, de estos derechos nuevos, de esta capacidad nueva del hombre que participa en la crianza de sus hijos.
Lo segundo es el apego. Qué importante es estimular al menor y orientar todos nuestros actos hacia su bienestar. Por eso, el apego, es decir, la presencia permanente del padre, que este sea capaz de alimentarlo, de proveer sus necesidades, de sentir los afectos desde el mundo de la paternidad, son hechos que permiten el desarrollo armónico del niño.
En tercer lugar, para quienes suscribimos el proyecto de ley, nos interesa disminuir la discriminación contra la mujer en términos laborales.
Cuando pensamos que el posnatal debía favorecer tanto a las mujeres como a los hombres, tuvimos en consideración estas tres cuestiones, dada la nueva forma de pensar del hombre, pero sobre todo evitar la discriminación contra las mujeres en el mundo del trabajo. De ahí también la importancia de la cantidad de trabajadores con hijos en una empresa, en el sentido de que si los trabajadores alcanzaban el número de veinte, indistintamente de que fueran hombres o mujeres, se hiciera exigible la sala cuna. Esta es otra forma de disminuir la discriminación contra las mujeres.
Finalmente, anuncio que la bancada Independiente va a votar a favor las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra la diputada Camila Vallejo.
La señorita VALLEJO (doña Camila).-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero señalar que este proyecto es un paso importante en la promoción y aseguramiento de la corresponsabilidad en la crianza de los hijos e hijas, concepto que en nuestro país aún no se materializa en políticas ni hechos concretos, pues la crianza no se restringe solo al proceso de alimentación de un niño; involucra muchas otras aristas.
Reitero, la iniciativa en estudio es un avance, por cuanto, además, ayuda a superar la concepción conservadora de que solo las mujeres son las responsables de las labores domésticas, particularmente del cuidado de los niños. Como manifestó la diputada Alejandra Sepúlveda , el proyecto en debate ayuda a romper con dicha visión conservadora y responde a un cambio cultural existente en la sociedad, pues los padres están exigiendo mayores espacios para criar a sus hijos y hacerse cargo de todo lo que tal responsabilidad involucra.
Como expresó la diputada Karol Cariola , por mucho tiempo a la mujer se la obligó o, mejor dicho, se le adjudicó la labor de crianza de los hijos y las domésticas, y, a la vez, se la discriminaba. O sea, por un lado, se vio obligada a asumir dicha responsabilidad como una cuestión individual, y, por otro, fue discriminada en el ámbito laboral, ya que al empleador le resultaba más costoso contratar a una mujer que era o podía llegar a ser madre.
Por consiguiente, esto nivela la cancha y hace que la corresponsabilidad se asiente en nuestra sociedad, esto es, que el padre y la madre asuman el proceso de crianza y de formación de los hijos, que, insisto, no se reduce solo a la alimentación de los menores. Obviamente, tal proceso asegura una relación más directa entre el padre y el hijo. Sin embargo, como dije, la corresponsabilidad en la crianza involucra muchas otras aristas.
Asimismo, quiero rescatar aquel punto del proyecto que señala que podrá ejercer este derecho la trabajadora o el trabajador al que se le haya otorgado judicialmente la tuición o el cuidado personal del menor.
En todo caso, debo hacer hincapié en las condiciones laborales de algunos trabajadores. Ciertamente, todos queremos que esta iniciativa sea aprobada; pero, una vez que se convierta en ley, solo va a beneficiar a un porcentaje mínimo de la población chilena, esto es, a aquella afecta a un contrato. En tal sentido, la situación laboral en nuestro país deja mucho que desear, puesto que hay muchos trabajadores y trabajadoras que no tienen contrato, sino que se desempeñan a honorarios, quienes no serán favorecidos con esta iniciativa.
Por consiguiente, nuevamente nos vemos enfrentados a la necesidad de modificar el Código del Trabajo para que este tipo de trabajadores, que quedan al margen de estos beneficios, tengan un contrato fijo que les asegure todos sus derechos laborales, incluido el de la corresponsabilidad en la crianza de los hijos.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Pepe Auth.
El señor AUTH.-
Señor Presidente , de manera breve, quiero hablar sobre las implicancias filosóficas y sociológicas de esta medida -a algunos les puede parecer pequeña-, que se inserta en un contexto de reformas legales que apuntan a favorecer el cambio cultural, esto es, pasar de una visión donde la responsabilidad plena del cuidado de los hijos ha estado a cargo de la madre, y en la cual el padre, cuando tiene alguna pizca de generosidad -como expresó la diputada señora Alejandra Sepúlveda -, ayuda, a otra donde el cuidado y el desarrollo de los niños es compartido.
Mucho se ha abundado sobre lo positiva que resulta esta transformación. Al respecto, quiero señalar la implicancia que esto podría tener para el término de la desigualdad de género y favorecer la igualdad de participación social y política. Lo planteo porque, probablemente, este es el principal obstáculo para la igualdad de género en la participación social y política. En efecto, cuando nosotros, en la gran mayoría representantes del género masculino, estamos acá, hay alguien cuidándonos el frente interno, preocupada de llevar a los niños al médico, de acompañarlos, de cuidar que hagan las tareas, de ver si es preciso reforzarlos en matemáticas, donde usualmente se acostumbra reforzarlos, en fin. En cambio, cuando es la mujer quien está aquí, en el Congreso Nacional, el hombre no tiende a complementarla y a hacerse cargo de manera completa, como sí lo hace la mujer cuando el hombre está aquí.
Por lo tanto, cualquier medida que tienda a favorecer el cambio cultural y que haga del cuidado y, sobre todo, del desarrollo de los niños una responsabilidad compartida, va a tener un impacto muchísimo más relevante sobre la participación social y política de la mujer que cualquier número de UF que se entregue a los partidos políticos para incentivar su participación; muchísimo más relevante, incluso, que el establecimiento de cuotas. La falta de igualación del hombre y la mujer en su responsabilidad frente a los niños es, hoy, el principal obstáculo y la principal explicación de la desigualdad de representación entre el hombre y la mujer en los organismos sociales y políticos; no hay otra.
Por supuesto, hoy nadie en su sano juicio diría que hay un problema de capacidades. Algunos dirán -todavía lo dicen aquí- que es un problema de intereses, es decir, que a la mujer le interesaría menos la política que a los hombres. Pues bien, desmiento absolutamente esa aseveración, pues lo que hay es un costo alternativo para la mujer, por ejercer la representación política, infinitamente mayor que el costo alternativo que representa para el hombre; el costo alternativo principal es el correlato de descuido del cuidado y desarrollo de los niños.
Quiero citar el caso de Romy Rebolledo , exdiputada del PPD. Cuando era Presidenta de la Comisión de Hacienda , el padre de su hija y los profesores la convocaban a reuniones de apoderados; el marido la llamaba en medio de las sesiones para decirle que tenía que asistir a una reunión de apoderados. Finalmente, cuando llegó el momento de la reelección, el marido le dijo: la diputación o la familia.
Lo terrible de este caso -lo digo aquí y ojalá no me esté escuchando- es que después de haber renunciado a su condición de diputada , regresó a la Región del Maule, de donde era originaria y donde había obtenido una votación gigantesca en el distrito que ahora representa en forma brillante el diputado Pablo Lorenzini . Pero adivinen qué había ocurrido: Que, naturalmente, su marido ya había iniciado una vida con otra persona, por lo que el sacrificio de su representación parlamentaria fue completamente inútil. En realidad, estoy haciendo uso de mi fuero parlamentario y, por lo tanto, no se me podría imputar nada.
(Risas)
Con esto quiero decir que la importancia que reviste la igualdad entre hombres y mujeres en lo que dice relación con el trabajo doméstico y el cuidado de los niños implica un cambio social fundamental. Espero que todos compartamos la idea de que esta igualdad es uno de los componentes más relevantes en una sociedad igualitaria.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra la diputada señora Karla Rubilar.
La señora RUBILAR (doña Karla).-
Señor Presidente, por cierto, los diputados de Amplitud vamos a aprobar las modificaciones del Senado a este proyecto de ley.
Quiero hacer algunas reflexiones. ¿Por qué cada cierto tiempo tenemos que estar aprobando iniciativas de ley que representan pequeños avances en materia de conciliación de la vida laboral con la familiar, en lugar de discutir de una vez por todas sobre la regulación y la legislación que requiere el país en esta materia?
Existe otro proyecto sobre conciliación de la vida laboral con la familiar y el permiso que se concede a los trabajadores cuando contraen matrimonio. Ahora, estamos discutiendo la posibilidad de que ambos padres, no solo la madre, puedan ejercer el derecho a alimentar a sus hijos. Una de las consultas que le formulamos en su momento a la actual ministra del Sernam fue por qué no avanzamos, como ocurre en otros países, en una ley sobre conciliación de la vida laboral con la familiar.
No parece lógico que no tengamos un marco regulatorio que entregue a los padres y a las madres que trabajan más posibilidades de llevar una vida mucho más plena junto a sus hijos; no parece lógico que las personas tengan que elegir entre ser exitosas en su vida laboral o en su vida familiar. Tampoco parece lógico que el estrés que las afecta sea causado por su deseo de éxito, toda vez que el verdadero éxito debiera apuntar a tener una familia bien conformada y feliz, aunque los padres no estén casados. Por último, no parece lógico que nos preocupemos de estándares, de números, de crecimiento, de puestos de trabajo y no de la calidad de vida de las personas.
El mejor ejemplo de esto lo tenemos aquí, en el Congreso Nacional. ¿Cuántas veces hemos visto a secretarias, abogadas, a hombres y mujeres que trabajan en horarios que no concilian la vida laboral con la familiar? ¿Cuántas veces los parlamentarios no pensamos que el hecho de terminar nuestras actividades a las 21 o 21.30 horas implica que muchos funcionarios, como los encargados de los ascensores, los que trabajan en la cocina, los que nos atienden o desarrollan cualquier labor -no me refiero solo a quienes atienden las comisiones- están postergando su vida familiar por su trabajo? ¿Cuándo seremos capaces de tener una discusión seria, más allá de un permiso de cinco días para contraer matrimonio o para que los padres hagan uso del derecho de alimentar a sus hijos?
Creo que estamos frente a una discusión mucho más de fondo -me voy a referir a ello en mi segundo discurso-: dónde debemos poner las prioridades. No puede ser que los padres y las madres que trabajan y que tienen un hijo con cáncer o afectado por una enfermedad grave tengan que mentir -entre comillas, porque muchas veces son afectados por la depresión, debido a la enfermedad de sus hijos- y luchar para que les paguen el sueldo y no tener que renunciar; si deben optar, preferirán renunciar, perder su trabajo para poder cuidar a sus hijos en los momentos más difíciles de su vida, es decir, cuando están enfermos.
No parece lógico que no tengamos claro, ni siquiera desde un punto de vista económico -para los que son de números o de ese tipo de análisis-, que los hombres y las mujeres que trabajan felices producen mucho más; así lo han comprobado muchas empresas que han hecho estudios sobre la materia. Aquí me saco el sombrero ante la revista “Ya”, de “El Mercurio”, que hace muchos años que se dedica a trabajar para que los padres y las madres tengan mejores condiciones laborales. Pero la solución de este problema no puede quedar entregado a la iniciativa privada o a la buena voluntad de algunas personas; debe ser mediante una política de Estado.
Quiero decir con mucha pena que si bien logramos avanzar en el posnatal, convirtiéndolo en un beneficio de nivel mundial, nos faltó, por ejemplo, haber establecido un período obligatorio para que los padres puedan estar con sus hijos durante el período más temprano de sus vidas, porque es precisamente cuando existe mayor apego. Les decimos a las mamás que pueden optar, que pueden traspasar hasta seis semanas del posnatal al padre, lo que, por cierto, es un tremendo avance; pero los invito a que averigüen cuántos padres hacen uso de este beneficio: prácticamente ninguno, porque si pueden hacerlo indistintamente el papá o la mamá, naturalmente lo hará la madre. Es lo que ocurre en casi todos los casos.
¿Qué pasa con los padres? ¿Acaso ellos no tienen derecho a estar con sus hijos recién nacidos? Me refiero a gemelos, trillizos, cuatrillizos, etcétera, que muchas veces deben quedar en la UCI, en cuidado perinatal intensivo. El padre no puede estar con ellos porque debe trabajar. Espero que llevemos a cabo una discusión sobre esta materia.
Por eso, vamos a aprobar felices las modificaciones del Senado a este proyecto de ley, así como aprobamos la posibilidad de que los padres estén con sus hijos cuando están enfermos o cuando son discapacitados. Pero, como digo, falta una política de Estado pensada -no un proyecto de buena voluntad por aquí y otro por allá-, que incentive a las empresas a establecer mejores condiciones laborales, a que los padres tengan un posnatal obligatorio y a que hagan uso de este permiso. El cambio cultural que requiere nuestro país para llegar a ser realmente desarrollado no se logrará otorgando uno o dos días más de permiso, sino cuando entendamos que los seres humanos necesitamos a nuestras familias y ser felices, lo que es tan importante como tener éxito material o desempeñar determinados cargos.
He dicho.
El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra el diputado Marcelo Schilling.
El señor SCHILLING .-
Señor Presidente , esta iniciativa, originada en moción, es el típico proyecto cuyas bondades son tan evidentes que se justifica por sí solo. De manera que no es necesario recurrir a grandes argumentaciones para invitar a los diputados a votar a favor las modificaciones del Senado.
Simplemente, se trata de dar a ambos padres el derecho a alimentar a su hijo menor de dos años, por mutuo acuerdo y cumpliendo ciertas formalidades de comunicación a sus empleadores, a la Inspección del Trabajo, y, en situaciones especiales, como la tuición del menor o si se hubiese otorgado judicialmente la tuición o el cuidado personal de los niños, de conformidad con la ley N° 19.620.
Señor Presidente , a pesar de que algunos parlamentarios que me antecedieron en el uso de la palabra dicen que esto es poca cosa, creo que la iniciativa pone en evidencia cierto cambio cultural y de civilización que está ocurriendo en la sociedad, que no es nada de fácil y tiene resistencias soterradas y evidentes.
Al respecto, creo que la mayor parte de los diputados han tenido oportunidad de ver en televisión la publicidad de Old Spice, donde se presenta que la fragancia la usan los hombres bien hombres. Me parece que eso habla de la resistencia de una cierta manera de ver la sociedad ante los cambios evidentes y necesarios.
En mi opinión, los hombres que necesitan hacer tal reivindicación de su masculinidad, con tanta virulencia y fuerza, es porque la tienen en duda; pero es parte de las interpretaciones psicológicas respecto de ese tipo de caballeros y de las agencias de publicidad que están detrás, cuyos propietarios o creativos son, probablemente, los que tienen esas dificultades psicológicas. El hecho es que la marcha de la sociedad va en otro sentido.
Ahora bien, el diputado Barros destacó lo que ocurrió en la Comisión de Familia en el período legislativo pasado, que es donde se originó esta moción. Con cierta añoranza, él sostuvo que en dicha Comisión había existido un ánimo positivo, espíritu de cooperación, fraternidad, amistad, respeto, reflexión para llevar adelante la iniciativa. Por su intermedio, señor Presidente , quiero decir al diputado Barros que esa actitud fue posible porque quienes entonces éramos Oposición tuvimos una actitud de cooperación y colaboración con la mayo-ría de la época, que era de su sector político. Ese mismo espíritu que hubo en la Comisión de Familia y en otras en el período pasado es lo que extrañamos mucho de la UDI, que se ha convertido en el partido obstruccionista por excelencia.
Estamos discutiendo un proyecto de cuyas bondades nadie reniega, el cual todos apoyan. Pero como se trata de echarle pelos a la sopa -como se dice vulgarmente-, desde la bancada obstruccionista se saca a colación que la ministra del Sernam y su cartera, en vez de estar preocupados de esta materia, se han encargado de impulsar proyectos abortistas.
Creo que el esfuerzo por distorsionar las cosas es tan exagerado como la publicidad de Old Spice, lo que revela la inseguridad de la Oposición.
Por otra parte, en su intervención la diputada Karla Rubilar reclamó sobre la necesidad de establecer políticas más integrales en cuanto a la defensa, proyección y protección de la familia. No puedo estar más de acuerdo con ella. Este Gobierno intenta cumplir ese objetivo al proponer hacer gratuita la educación y evitar el desembolso familiar que significa que las chilenas y los chilenos paguen 600 millones de dólares para, según la prueba Pisa, obtener la peor educación particular, educación particular subvencionada y educación pública del mundo. Liberar a las familias de esa carga, sin duda, implicará fortalecerlas. Lo mismo ocurrirá cuando la calidad de la salud pública y las pensiones mejoren.
Espero que pronto ingrese a tramitación la reforma laboral, que será el necesario complemento de la iniciativa que abordaremos, seguramente con discusión inmediata, que reajusta el monto del ingreso mínimo.
Señor Presidente, los socialistas vamos a apoyar con entusiasmo las modificaciones del Senado a este pequeño proyecto de ley, que establece un nuevo rol de la masculinidad en la sociedad chilena.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Fernando Meza.
El señor MEZA.-
Señor Presidente, más que debatir, estamos resaltando los aspectos positivos de estas modificaciones del Senado al proyecto que extiende a los padres trabajadores el derecho de alimentar a sus hijos.
En primer lugar, como lo hizo la diputada Alejandra Sepúlveda , quiero agradecer a la hoy senadora Carolina Goic que me haya permitido participar como suscriptor de esta iniciativa.
Para los radicales y para el resto de los colegas el hecho de aceptar que el hombre puede asumir algunos roles que en el pasado solo eran propios de la mujer es un momento de madurez. Esta búsqueda de la igualdad de género debe hacerse extensiva a todos los ámbitos. Es cierto que a los mayores nos ha costado un poco más dejar de lado el machismo arcaico, aún no superado totalmente. Proyectos de ley como este nos llevan por el camino correcto en la búsqueda del respeto hacia el género femenino, a la mujer, que por siglos ha acumulado en sus espaldas las responsabilidades que hoy en día deben ser compartidas con sus parejas masculinas.
Entonces, ¿cómo no vamos a estar de acuerdo con que el afecto paterno también esté presente en la crianza de los niños, sobre todo hasta los dos años de edad? La personalidad está formada por el carácter, que se dice que es genético, y por la conducta, que es adquirida. En esta conducta tenemos que participar no solo los padres y las madres, sino toda la sociedad. Es importante que esa criatura tenga cerca de su conciencia, de su cuerpo, la presencia del padre. De esa forma, poco a poco se eliminará la discriminación negativa de la que hoy es objeto la mujer, dado que es la encargada de hacer prácticamente todo lo que tiene que ver con la crianza de los hijos. ¡Cuidado, porque todavía hay muchos padres que ni siquiera van a las reuniones de padres y apoderados, y dejan esa responsabilidad en manos de la madre!
Además, esta iniciativa también elimina la discriminación a la contratación de las mujeres, porque en el caso de una familia en que el padre y la madre son trabajadores, el costo laboral mayor que puede tener el permitir la alimentación de parte del padre a los menores de dos años es asumido por ambos empleadores. De manera que no hay un recargo sobre la empresa que tiene contratada a la madre.
Este apego tan necesario entre padre e hijo va a redundar en que en el futuro tengamos hombres y mujeres más responsables, con mejores valores, con mayor personalidad y con mejor preparación para afrontar los desafíos que la vida actual nos impone. La ausencia de uno de los padres siempre es negativa. Por eso, el proyecto busca fortalecer la familia.
Tal como decía la diputada Camila Vallejo , el proyecto también aborda la ausencia eventual del padre y de la madre, por lo que la responsabilidad de la alimentación del menor también puede recaer en la persona que esté a cargo de su cuidado, es decir, de quien tenga su tuición. De esta manera, en todos los aspectos se encuentra cubierta la posibilidad de que el menor esté siempre con alguien que se dedique a su cuidado y le entregue su cariño.
La bancada del Partido Radical votará a favor de las modificaciones del Senado a esta iniciativa, a fin de que la igualdad de género se concrete también en este aspecto.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , valoro este proyecto porque aborda un tema cultural muy sensible, cual es el cuidado de los hijos. En este caso, se trata de posibilitar que el padre ejerza, en reemplazo de la madre, el derecho de alimentar a los hijos menores de dos años. Para ello no solo debe haber acuerdo de ambos padres, sino, además, una oportuna comunicación por escrito a los respectivos empleadores, con copia de la resolución a la Dirección del Trabajo.
El Senado introdujo varias modificaciones -algunas de relevancia- al texto aprobado por la Cámara de Diputados, como la supresión de la frase “a partir de los seis meses de vida del hijo,”, que limitaba el punto de partida del ejercicio de transferencia del derecho de alimentación, así como la exclusión de la referencia al período de fuero de la madre para ejercer el derecho, reemplazada por una definición basada en el vencimiento del derecho de alimentación de los hijos.
En el primer caso la cuestión en debate se basa en si es mejor asegurar al padre el derecho de alimentar a su hijo menor de seis meses o si se debe privilegiar el vínculo de la madre con su hijo. Ambas posiciones tienen argumentos a favor y en contra, por lo que posiblemente lo mejor sería dejar el asunto sujeto a la decisión de los padres.
En cuanto a la segunda modificación, ella implica, en la práctica, una extensión del tiempo durante el cual se puede ejercer el derecho, ya que se agregan sesenta días a los dos años de edad de los hijos, que es el momento en el que cesa el derecho del trabajador de alimentar a su hijo dentro de la jornada laboral, en lugar del fuero, que se extiende hasta un año después de expirado el descanso de posnatal, que actualmente es de seis meses.
Con todo, este proyecto tiene muchas virtudes, entre ellas, disminuir potencialmente la discriminación laboral en contra de las mujeres, toda vez que el mayor costo laboral que podría asociarse al ejercicio de este derecho podría corresponder, sin que pueda saberse anticipadamente, tanto a la madre trabajadora como al padre trabajador. Este es un tema en el que se avanza lentamente en nuestro país, y el proyecto es un paso más en ese sentido.
Los padres no siempre se hacen corresponsables de sacar adelante a sus hijos. Soy padre de cuatro hijas y sé lo difícil que es cumplir con los deberes de padre. En la práctica, tal como señaló el diputado Auth , el cuidado de los hijos queda entregado a las manos de la madre, pero no por mala voluntad, sino por un tema cultural, como ocurre en mi caso.
Este tipo de iniciativas nos inducen a una nueva cultura de corresponsabilidad de los padres, porque, tal como he sostenido en otras oportunidades, la ausencia del padre en la familia es una de las causas principales de los muchos males que vive nuestra sociedad. Todo lo que vaya en la dirección de hacer más partícipe al padre en la educación de sus hijos va en la dirección correcta y contribuye a fortalecer la familia.
He dicho.
El señor ORTIZ ( Presidente accidental ).-
Tiene la palabra el diputado señor Nicolás Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Nicolás).-
Señor Presidente , la bancada de Renovación Nacional respaldará el proyecto. Estamos convencidos de que en nuestro país tenemos un talón de Aquiles que condiciona no solo el desarrollo económico, sino el desarrollo espiritual de muchas familias. Este se relaciona con el hecho de que cada vez debemos hacer más compatible la vida laboral con el rol de padres y de madres, es decir, el ser madre con ser trabajadora y el ser trabajador con ser padre de familia.
Muchos de nosotros nos educamos en una época en que el hombre era el proveedor de la familia y la mujer permanecía en casa al cuidado de los hijos. Eso hoy ya no ocurre; enhorabuena que haya cambiado. Por lo tanto, la ley debe adecuarse a esta nueva realidad para permitir que los roles sean compatibles.
Por otra parte, a propósito del derecho al cuidado de los hijos, el Código del Trabajo reconoce que además del tiempo destinado a la alimentación de los hijos menores de dos años se debe agregar el tiempo de traslado que requiere la madre para ejercer ese derecho. En ese sentido, se le permite a la trabajadora acordar con su empleador el mejor y el más óptimo cumplimiento de ese derecho. Esto es muy importante, porque muchas veces el Congreso Nacional ha desconfiado de la forma como el trabajador acuerda libremente el ejercicio de sus derechos laborales. Hemos entrado en una psicosis de regular todo, hasta el más mínimo detalle, a tal punto que hemos logrado que un derecho laboral termine siendo impracticable, porque no le permitimos la más mínima flexibilidad a la trabajadora o al trabajador para que pacten con el empleador o con el sindicato la forma de ejercerlo.
El proyecto que debatimos es un buen ejemplo de cuando le damos la posibilidad a la trabajadora de pactar la forma como ejercer un derecho, que en este caso se resuelve de dos maneras. Ojalá que esta fórmula también se aplique a otros derechos laborales, que, lamentablemente, debido a su rigidez, no se ejercen o lo hacen en perjuicio de la empresa o en perjuicio del trabajador.
El otro aspecto que quiero mencionar es que me parece bien la señal de endosar al padre no solo la responsabilidad, sino el derecho del cuidado de los hijos durante el tiempo que dure la alimentación. Hay que hacer un llamado de atención. Este es un derecho irrenunciable; pero es tremendamente importante que no solo sea irrenunciable en el papel, sino que se fiscalice que sea efectivamente irrenunciable en la práctica. En ninguna circunstancia formal ni mucho menos informal el no ejercicio de este derecho puede ser compensable en dinero. Eso debe quedar absolutamente claro. No se trata de un derecho para que el padre pueda pactar una mejor remuneración, un bono o un ingreso ocasional a cambio de no ejercer el derecho del cuidado de los hijos. Reitero, es un derecho irrenunciable. Por eso pedimos expresamente una fiscalización acuciosa de la Dirección del Trabajo, a fin de que nadie sienta el más mínimo derecho a compensar el no uso de este derecho a cuidar de los hijos a cambio de una mejor remuneración o un mejor salario.
He dicho.
El señor ORTIZ (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Felipe Letelier.
El señor LETELIER .-
Señor Presidente , sin duda, el desarrollo de las fuerzas productivas durante las últimas tres décadas ha sido dinámico, concreto, pero desigual. Por eso, emparejar la cancha en lo social y económico es el gran desafío de la sociedad, sobre todo del Congreso Nacional.
Tengo absoluta confianza en la voluntad política de la Presidenta Michelle Bachelet , quien conduce los destinos del país, para enfrentar ese reto. Sin embargo, también tenemos una deuda en materia de género.
Cabe preguntarse si hemos avanzado en perfeccionar la ley N° 20.166, que extiende el derecho de las madres trabajadoras a amamantar a sus hijos aun cuando no exista sala cuna. La respuesta es positiva, no obstante que algunos sostienen que solo son pichintunes. En verdad, vamos avanzando; pero queda mucho por realizar, sobre todo en materia laboral.
En esta Sala y en comisiones se ha planteado que este país tiene muchas deudas pendientes en esta materia, sobre todo cuando se menciona que el Estado no es el mejor patrón, porque tiene muchos trabajadores a contrata y a honorarios, por lo que no pueden ejercer sus derechos como corresponde. Sin embargo, no se puede desconocer que la mujer ha ido ganando espacios, y ha habido colegas parlamentarias que han dado una gran batalla para que ello sea así.
La bancada del Partido por la Democracia valora y respalda esta iniciativa, y espero que sea aprobada por unanimidad.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Cerrado el debate.
Corresponde votar las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley, iniciado en moción, que extiende a los padres trabajadores el derecho de alimentar a sus hijos y perfecciona normas sobre protección de la maternidad.
Hago presente a la Sala que se trata de normas propias de ley simple o común.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 78 votos. No hubo votos por la negativa ni abstenciones.
El señor CORNEJO ( Presidente ).-
Aprobadas.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
AguilóMelo Sergio; Álvarez-Salamanca Ramírez Pedro Pablo; Arriagada Macaya Claudio; Auth Stewart Pepe; Becker Alvear Germán; Bellolio Avaria Jaime; Berger Fett Bernardo; Boric Font Gabriel; Browne Urrejola Pedro; Carvajal Ambiado Loreto; Ceroni Fuentes Guillermo; Chahin Valenzuela Fuad; Chávez Velásquez Marcelo; Cicardini Milla Daniella; Coloma Alamos Juan Antonio; Cornejo González Aldo; Espejo Yaksic Sergio; Espinosa Monardes Marcos; Espinoza Sandoval Fidel; Farías Ponce Ramón; Fernández Allende Maya; Flores García Iván; Fuentes Castillo Iván; Fuenzalida Figueroa Gonzalo; García García René Manuel; Girardi Lavín Cristina; Gutiérrez Gálvez Hugo; Hernando Pérez Marcela; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge; Jackson Drago Giorgio; Jaramillo Becker Enrique; Jarpa Wevar Carlos Abel; Jiménez Fuentes Tucapel; Kast Sommerhoff Felipe; Lavín León Joaquín; Lemus Aracena Luis; Letelier Norambuena Felipe; Lorenzini Basso Pablo; Macaya Danús Javier; Melo Contreras Daniel; Meza Moncada Fernando; Mirosevic Verdugo Vlado; Monckeberg Díaz Nicolás; Monsalve Benavides Manuel; Morano Cornejo Juan Enrique; Nogueira Fernández Claudia; Núñez Arancibia Daniel; Núñez Lozano Marco Antonio; Ojeda Uribe Sergio; Ortiz Novoa José Miguel; Pacheco Rivas Clemira; Pascal Allende Denise; Paulsen Kehr Diego; Pérez Arriagada José; Pilowsky Greene Jaime; Provoste Campillay Yasna; Rincón González Ricardo; Rocafull López Luis; Rubilar Barahona Karla; Saffirio Espinoza René; Saldívar Auger Raúl; Sandoval Plaza David; Santana Tirachini Alejandro; Schilling Rodríguez Marcelo; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Silber Romo Gabriel; Soto Ferrada Leonardo; Squella Ovalle Arturo; Tarud Daccarett Jorge; Teillier Del Valle Guillermo; Trisotti Martínez Renzo; Tuma Zedan Joaquín; Ulloa Aguillón Jorge; Urízar Muñoz Christian; Vallejo Dowling Camila; Van Rysselberghe Herrera Enrique; Verdugo Soto Germán; Ward Edwards Felipe.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Despachado el proyecto.
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