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El señor GONZÁLEZ ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra la ministra de Salud , señora Helia Molina .
La señora MOLINA , doña Helia ( ministra de Salud ).- Señor Presidente , agradezco la oportunidad que me ha dado la Cámara de Diputados para dirigirme a ustedes y responder las inquietudes y preguntas que se han planteado.
La verdad es que ha sido no una sorpresa, sino un gran problema satisfacer todas las necesidades de hospital que tiene el país, sin perjuicio de que la propuesta del Gobierno de la Presidenta Bachelet es muy ambiciosa y necesita una inversión muy alta. No obstante, durante la priorización que hicimos de los proyectos, sabíamos que algunas expectativas quedarían frustradas, lo que nos dio mucha pena.
Hemos tratado de usar criterios técnicos para solucionar esos problemas; pero, hay que decirlo, solo contamos con los mismos 4 millones de dólares de presupuesto para incluir en primera prioridad los doce o trece establecimientos que no fueron ejecutados porque quebraron las empresas constructoras a cargo de las obras, como ocurrió con los hospitales de Calama, Pitrufquén, Salamanca ; consultorios grandes, cesfam como los de Dalcahue, Chonchi y una serie de otros más que voy a mostrar en la presentación. No obstante las razones que existían para que eso ocurriera, el Gobierno tuvo que hacerse cargo de algo que no teníamos contemplado, lo que produjo un impacto importante que obligó a bajar una serie de hospitales que nosotros habíamos priorizado en los primeros lugares. No lo digo como una disculpa, porque al final de cuentas los gobiernos tienen que hacerse cargo de todo; pero eso es imposible, porque los recursos son escasos.
En ese contexto, por intermedio del señor Presidente , quiero decir al señor diputado que convocó a esta reunión, que nosotros habríamos priorizado los dos hospitales de Chiloé desde el primer momento; pero tuvimos que elegir la construcción del establecimiento de Quellón porque está más lejos de los centros de poder, porque allí existe una población más vulnerable y porque allí existe un hospital en pésimas condiciones. En consecuencia, después de discutirlo mucho, con dolor priorizamos la construcción de un solo hospital en Chiloé. Además, el hospital de Ancud tampoco es tan grande. Es justo y normal que la gente reclame cuando ha tenido expectativas de larga data, y que nos hagamos cargo de esa frustración y de esa movilización social, porque la gente se moviliza cuando está tocada en lo más profundo.
Como existe un compromiso de Gobierno para construir el hospital de Ancud, estamos en la búsqueda de los recursos para cumplir con la palabra empeñada.
A continuación, haré una pequeña presentación, pero no se justifica que dé detalles. Sin embargo, mi condición de profesora de la Escuela de Medicina me obliga siempre a partir por los fenicios.
Todos sabemos que Chiloé es un archipiélago, lo que no es menor respecto de las características psicosociales de la población; cuenta con cuarenta islas menores además de la Isla Grande de Chiloé -lo que nos permite visualizar inmediatamente la gran cantidad de problemas que existen en su conexión interna-, y consta de diez comunas. Tuve la oportunidad de reunirme con los diez alcaldes de esas comunas, marco en el cual hablamos fundamentalmente de la atención primaria, pero me quedó muy claro que la situación es inequitativa aun dentro de la isla.
El Servicio de Salud Chiloé es nuevo, uno de los últimos conformados. Tiene una deuda bastante grande en proporción a lo que es el Servicio; porque, comparada con la de otros servicios, la deuda es pequeña.
Consta de cinco hospitales, nueve centros de salud familiar, ocho centros comunitarios de salud familiar y 76 postas rurales. O sea, a pesar de ser una isla, Chiloé posee una amplia red de servicios, la que probablemente tiene problemas, pero en este Gobierno queremos aportar para solucionarlos en su mayoría.
El Servicio atiende a una población de alrededor de 160.000 personas, de un total de aproximadamente 200.000 habitantes de la isla.
Cabe señalar que las consultas médicas se han ido incrementando con el tiempo.
Ahora, a nivel comunal, en Chiloé también hay condiciones de mayor y menor vulnerabilidad, lo que se constata al comparar la isla con el resto de la región y la región con el resto del país.
Uno de los indicadores que más frecuentemente expresa la situación de salud es la tasa de mortalidad infantil.
En Chiloé el promedio de mortalidad infantil es muy equivalente al promedio del país, pero el promedio de dicha tasa en comunas como Castro, Quinchao y Dalcahue es mayor que el promedio del país. En Castro, quizá porque ahí se atienden los partos más complejos.
Entre las causas más frecuentes de mortalidad precoz o mortalidad en gente joven y adolescentes figuran las externas: accidentes y agresiones de terceros. Hay comunas dentro de Chiloé que presentan mayor ocurrencia de estos problemas.
En cuanto al nivel de pobreza, la regional exhibe índices un poquito más altos que los existentes a nivel nacional.
Lo mismo se aprecia en términos de las condiciones socioeconómicas. Si bien el país ha ido recuperando y mejorando los niveles de equidad, la Región de Los Lagos está un poquito más arriba todavía en los niveles de desigualdad.
En conclusión, es importante señalarles que me costó mucho encontrar -tengo muy pocos- datos propios de Chiloé. Toda la información existente compara el país con la región completa. Sin embargo, en general, la región presenta mayor pobreza que la existente a nivel nacional.
Asimismo, muestra diferencias socioeconómicas exacerbadas, incluso más que a nivel nacional.
Se trata de una región que tiene más carga de enfermedad y menor esperanza de vida que a nivel nacional.
La población de hombres especialmente afectados tiene una alta tasa de muerte por causas externas.
Por último, Chonchi , Queilen y Puqueldón destacan como las comunas con mayor vulnerabilidad en la provincia de Chiloé.
Dada la hora que es, no me referiré a lo relativo a las razones por las cuales la gente de la provincia consulta de urgencia, porque considero que no son datos tan fundamentales. En todo caso, puedo hacer llegar mi presentación a los señores diputados.
En cuanto a los antecedentes de contexto, la verdad es que quienes me precedieron en el uso de la palabra fueron bastante clarificadores respecto de las movilizaciones que hubo en la isla en los últimos tiempos. En 2013 -se mencionó varias veces- se inició una serie de movilizaciones ciudadanas para denunciar negligencias médicas y exigir una salud más digna. Ello tuvo su origen en algunas muertes ocurridas en la isla.
Asimismo, hubo declaraciones de algunas autoridades de la época, como alcaldes y el propio ministro de Salud, que generaron un nivel alto de expectativas con respecto a la construcción del nuevo hospital de Ancud.
En agosto de 2013, autoridades de la cartera acudieron a la isla, donde se aprobó por unanimidad la respuesta del Minsal al petitorio de salud presentado en Santiago por el Consejo Provincial de Alcaldes de Chiloé. El petitorio ratificado implicó varios aspectos:
La implementación de un corrector que permitiría incrementar el valor de la Asignación de Desempeño Difícil, lo que sería incorporado al presupuesto de 2014. ¿Qué significaba eso? Significaba un aumento en el ingreso y un factor de incentivo para atraer médicos y especialistas a la isla.
Esa promesa no se ha cumplido, porque nos encontramos con todo el presupuesto de 2014 en ejecución, y no existen recursos para ello.
En lo inmediato, el Ministerio de Salud traspasaría recursos como apoyo a la gestión, los que estarían disponibles durante 2013 para los distintos municipios de la provincia. En 2013 se traspasaron 1.200 millones de pesos para tales efectos. Por tanto, esa promesa se cumplió.
Por otra parte, el acuerdo alcanzado permitiría también entregar cupos de capacitación a los médicos que trabajan en la isla y que no han sido validados por el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom).
Al respecto, sus señorías deben saber que para trabajar en el sistema público de salud tanto los médicos chilenos como los extranjeros deben aprobar el referido examen.
Tampoco se cumplió con la promesa de capacitar a esos profesionales. En tal sentido, estamos haciendo convenios con distintos centros formadores y el Colegio Médico para poder llevar a cabo dicha capacitación.
También se había prometido aumentar el sueldo de los médicos de la Atención Primaria de Salud, nivelándolo a lo que corresponde a un médico general de zona. Eso tampoco se cumplió, lo cual ha significado una mayor dificultad para tener médicos en dicho nivel de atención de salud en la isla.
En materia de atención de urgencias, la resolución permitiría además incorporar un presupuesto de expansión para el año 2014, el que no estaba incluido en el presupuesto.
De igual modo, se comprometió la normalización de los hospitales de Ancud, Quellón , Queilen y Achao , materia que hoy está en discusión. Por distintos problemas de proceso, podemos decir que hoy estos establecimientos hospitalarios no se hallan en construcción.
También se había ofrecido la entrada en funcionamiento del Centro de Diálisis de Quellón para abril de 2014. Sin embargo, tampoco está el presupuesto para eso.
Ahora, sobre el anuncio de la construcción del nuevo hospital de Ancud, el 2 de agosto de 2013 el entonces ministro de Salud manifestó: “Este proyecto se encuentra en etapa de término del diseño. Tenemos la tranquilidad que está muy avanzado y que contará, una vez construido, con 109 camas, además de una Unidad de Tratamiento Intensivo, un nuevo centro de diálisis, y contará también con una cámara hiperbárica”.
El referido hospital tendría un costo de 75.000.000 de dólares y beneficiaría a una población cercana a 50.000 habitantes, de los cuales el 95 por ciento son beneficiarios del Fonasa.
Por lo tanto, es absolutamente entendible la frustración de la gente de Ancud, dadas las altas expectativas que tenía. Vimos intensificada esa frustración cuando se dejó el hospital de Ancud para la fase de licitación.
Ahora, en cuanto al estado de la red asistencial en la isla de Chiloé a marzo de 2014, cuando asumimos el Ministerio de Salud, nos encontramos con que los cesfam de Chonchi y de Dalcahue estaban abandonados por quiebra de la empresa. También había otros hospitales y centros de salud en situación parecida: el cesfam de Antofagasta, el hospital de Salamanca, el cesfam de Illapel, el hospital de Calama, el hospital Exequiel González Cortés , el hospital de Pitrufquén, el hospital de Puerto Montt.
Entonces, como expresé, esta rémora significó, sin duda, un reajuste y un acomodamiento de todo lo que teníamos programado durante el tiempo de campaña para poder hacernos cargo de eso y avanzar en el plan de inversiones que la Presidenta Bachelet había establecido para su Gobierno.
En el gráfico que tienen a la vista en estos momentos se observa la situación del cesfam de Dalcahue, en el que aparece la maqueta virtual de ese centro, el cual será muy hermoso.
Las obras de construcción de ese recinto comenzaron en agosto de 2012 y la fecha de entrega estaba programada para 10 de octubre de 2013. A la fecha, su estado de avance físico es de 6 por ciento.
En estos momentos la obra se encuentra paralizada. Como se puso término anticipado al contrato por incumplimiento cuando las obras tenían 6 por ciento de avance físico, estamos obligados a partir prácticamente de cero.
Por otra parte, el cesfam de Chonchi empezó a construirse en diciembre de 2011 y la fecha de entrega se había programado para el 6 de junio de 2013. En estos momentos, la obra se encuentra paralizada, debido a que se puso término anticipado al contrato cuando las obras registraban 32 por ciento de avance físico.
Después de un buen tiempo de abandono, la obra gruesa de ese centro se encuentra construida en parte, pero presenta gran deterioro y se encuentra muy maltratada, de modo que prácticamente deberemos partir de cero.
El programa sectorial de inversiones del Gobierno de la Presidenta Bachelet , el cual ustedes conocen, contempla la intervención de sesenta establecimientos hospitalarios de distintos tamaños: pequeños, medianos y grandes, en los cuales consideramos que veinte hospitales quedarán terminados; que otros veinte, cuyas obras comenzarán en los próximos meses, por su tamaño y envergadura no podrán ser terminados durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet , y que los restantes veinte recintos hospitalarios quedarán en la etapa de licitación de las obras civiles, es decir, con todos los estudios hechos, tanto arquitectónicos como de ingeniería, pero en fase de licitación de la empresa constructora.
En cuanto a la cartera de concesiones, durante su campaña la Presidenta Bachelet fue muy enfática en señalar que se debería evaluar el funcionamiento de las concesiones, con el objeto de demostrar si eran mejores, más baratas y funcionaban mejor que aquellas obras construidas por el sector salud.
Rescatamos varios hospitales cuyas obras habían sido concesionadas, algunas de los cuales no habían entrado al trámite de toma de razón en la Contraloría General de la República, y otras estaban en el órgano contralor, pero respecto de las cuales no se había llevado a cabo la toma de razón. Otras se encontraban con toma de razón, como el caso de las de los hospitales del Salvador y Félix Bulnes , los que se construirían con la concesión respectiva, como corresponde proceder a un gobierno que respeta los contratos y los compromisos adquiridos con empresas nacionales y extranjeras.
En el siguiente cuadro se puede observar la lista completa, en orden alfabético, de los sesenta hospitales priorizados, el primero de los cuales es el de Alto Hospicio, recinto cuya construcción esperamos que quede terminada durante este Gobierno, lo que constituye una prioridad después de que gran parte del hospital de Iquique sufriera graves daños como consecuencia de los terremotos pasados, lo que obligó a reemplazarlo por un hospital de campaña. Aún estamos al debe, aunque ya se han recuperado tres pabellones de ese establecimiento hospitalario. De hecho, basta concurrir a Alto Hospicio para saber que allí prácticamente se ha conformado otra ciudad, la que requiere de la infraestructura necesaria.
No voy a leer el listado del resto de los hospitales priorizados, porque me interesa enfocarme en el caso de los de Ancud y Quellón, que era el motivo por el cual fui convocada a esta sesión especial pedida, pero es importante señalar y que se tenga en cuenta que fue imposible satisfacer todas las necesidades.
Los hospitales son muy añorados por las personas, puesto que entregan una sensación de seguridad. En ese sentido, en mi condición de salubrista, me da un poco de pena constatar que las personas en lugar de desear una óptima atención ambulatoria están mucho más expectantes por contar con un hospital. Lo señalo porque como salubristas quisiéramos que cada vez se requirieran menos hospitales y que se hiciera atención primaria de mayor calidad, con el objeto de resolver los problemas más cerca de la gente, para que, en lo posible, menor número de personas tuviera que llegar al hospital. Ese es el sueño de un salubrista, pero esa situación no es compatible con las necesidades de las personas.
Además, hay que señalar que las expectativas de vida de los chilenos es de ochenta años de edad, en promedio, lo que significa que hay gente que vive más de noventa años de edad, situación que, sin duda, tensiona a cualquier sistema de salud del mundo. En efecto, por muy bien organizado que esté y por muy buena gestión que tenga un sistema de salud, se verá altamente tensionado y exigido, de modo que probablemente no lo hará muy bien debido a que en el perfil de la población inciden las enfermedades crónicas de larga data, las que por lo general acompañan a las personas toda la vida y producen estragos en la medida en que no se da buena atención a la gente. Por eso, estamos tensionados en atención primaria, secundaria y terciaria.
El gran déficit de especialistas -faltan 4.000 de ellos- se debe a que en su mayoría se trasladan al sector privado; pero el problema también tiene que ver con que las necesidades han cambiado. En la actualidad, las necesidades de especialistas son muy grandes. Por ejemplo, casi no tenemos geriatras, en circunstancias de que el 15 por ciento de la población está integrada por adultos mayores. En tal sentido, hemos sido muy lentos en desarrollarnos en materia de recursos humanos y de infraestructura.
Respecto de los diagnósticos de desarrollo de los hospitales de Ancud y Quellón , en estos momentos se están analizando y revisando los anteproyectos y los proyectos que estaban desarrollados. En todo caso, no tenemos interés alguno en reducir el tamaño de los hospitales ni el número de camas, ni en cambiar el origen del proyecto. Estamos haciendo un análisis, porque es lógico que así se haga; pero no está contemplado, desde el punto de vista nuestro ni del equipo de inversión -con el que hemos discutido la situación hasta el infinito- llevar a cabo modificaciones.
Sin embargo, como los proyectos de arquitectura y de ingeniería fueron hechos por distintas compañías o empresas, hay aspectos que son discordantes y que se deben uniformar. Eso explica que en el proyecto del hospital de Ancud aparezcan muchos espacios libres, en los cuales no están ubicadas las camas ni los pabellones, situación que no parece tener mucha racionalidad.
Al respecto, de aquí a fin de año se llevará a cabo un análisis completo de los proyectos existentes. En el primer semestre del próximo año se llevará a cabo la licitación respectiva, y se empezará a construir a mediados del mismo.
En el gráfico que ahora tienen a la vista se observa la carta Gantt de las construcciones, en términos de la corrección del desarrollo del proyecto, que, tal como señalé, es lo que ocurrirá este año. Se licitarán las obras en el primer semestre del próximo año y se comenzará con la ejecución de las obras civiles. En el caso del hospital de Ancud, las obras civiles demorarán 36 meses, y en el de Quellón, tardarán 24 meses. Además, se procederá al diseño de las obras restantes.
El siguiente cuadro muestra los costos estimados por concepto de la reposición de los hospitales de Ancud, Quellón, Achao y Queilen.
También se está llevando a cabo una inversión muy fuerte en materia de atención primaria, puesto que se construirá el cesfam de Dalcahue y se repondrá el cesfam de Chonchi, cada uno de los cuales atiende a 20.000 personas. Su costo de inversión por concepto de reconstrucción y reposición es de 2.662.051.000 pesos cada uno, Además, se construirá el cesfam de Caracoles, el cual contempla la atención de 10.000 personas, y la reposición de los cesfam de Pudeto y Puqueldón.
Ese es el programa de atención primaria contemplado, además de Ancud y Quellón.
En cuanto a qué se ha hecho en este período, debo señalar que después de haberme reunido con los alcaldes respectivos y de haber sostenido algunas reuniones con el equipo de la región, el seremi de Salud y la directora del Servicio de Salud, hemos enviado el monto que fue solicitado para las diálisis. Ese dinero fue transferido para no tener problemas con las hemodiálisis, porque si a esos pacientes los dejan de dializar, se mueren. O sea, es un tema de vida o muerte.
Se está instalando un proceso de apoyo para la teleasistencia, que es una necesidad por la distancia.
Se enviaron 511.000.000 de pesos para apoyar la gestión en atención rural, con la contratación de un segundo técnico paramédico, lo que incluye casa o pensión para dicho técnico; se van a contratar equipos de profesionales para las rondas médicas y se entregó un vehículo a cada uno de los diez municipios. No son ambulancias, sino vehículos para trasladar pacientes.
El 10 y 11 de julio se comenzará a trabajar en una mesa, integrada por autoridades del Servicio de Salud, de la atención primaria, incluido el Ministerio de Salud, y por distintos actores, para trabajar en forma integral en un programa de salud que contemple la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, su curación y rehabilitación, con los recursos existentes, dimensionando cómo se deberá seguir adelante después de la inversión calculada para estos cuatro años.
Es todo cuanto puedo informar.
Muchas gracias.
He dicho.
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