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El señor RECONDO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado Manuel Rojas.
El señor ROJAS .-
Señor Presidente , quienes me han antecedido en el uso de la palabra han planteado una discusión localizada, parcial, cuando lo que corresponde es que también nos aboquemos a mirar el desarrollo del país en su conjunto.
Este llamado de atención lo hago -por su intermedio, señor Presidente - especialmente al diputado Saffirio , que vela por su región y por los pueblos indígenas, lo cual me parece legítimo. Aunque comparto esa preocupación, le quiero decir que en el norte tenemos termoeléctricas, que generan contaminación y, como consecuencia de ella, gente con cáncer. Se vive una situación anómala respecto de la cual ningún ecologista ha expresado alarma, gritado ni levantado voces para defender el sustento económico del país, del que depende nuestra gente: el cobre.
En el norte, nadie dice nada respecto de estos problemas. Entonces, cuando escucho que un diputado grita “Aysén sin represas”, me pregunto: ¿por qué mi gente tiene que aceptar termoeléctricas a diestro y siniestro para mantener el sustento del cobre para todo el país? ¿No somos un país unitario? ¿Acaso no queremos y necesitamos desarrollo para todos, en igualdad de condiciones? ¿O tengo que seguir amparando el hecho de que los más altos índices de cáncer a los pulmones, a la vejiga y a la piel se presenten en nuestra Región de Antofagasta? Entonces, me preocupa cuando vociferan “Aysén sin represas”, porque el agua allá se pierde.
La gente que nos observa desde las tribunas quiere energía limpia, pero también barata y continua, como corresponde. ¿Por qué? Porque en su territorio hay mucha contaminación, debido al humo que genera la quema de leña. No pueden utilizar estufas eléctricas, porque son muy caras. Muchos de ustedes no han entendido el problema social de la energía en nuestro país, y así solo seguiremos permitiendo que esa gente se siga contaminando.
El tema energético es complejo. El desarrollo energético no ha estado amparado por políticas públicas, sino que ha recibido la intervención inmediata del mundo privado. Por ejemplo, los proyectos eléctricos se han dado de acuerdo con las necesidades y la rentabilidad de los mismos.
Firmé un acuerdo con senadores y diputados para buscar un camino que permita que nuestro país tenga independencia energética. Lamentablemente, fuimos desnudados y mostrados ante el mundo entero por la incapacidad de nuestra matriz energética para defendernos cuando Argentina nos cortó el gas. Ese hecho, lamentablemente, puso al desnudo la debilidad de nuestra matriz energética, porque no teníamos capacidad para enfrentar el tema del desarrollo energético minero y, en general, de otro tipo de proyectos a lo largo del país. Por lo tanto, tenemos que pensar en el bien común del país.
Decimos que queremos energías renovables. Pero, ¿de dónde viene la energía geotérmica? De la cordillera. ¿Cómo transporto esa energía, que es barata, a los centros de consumo? Necesitamos líneas de transmisión, pero si esas líneas se encuentran con las dificultades que ustedes están planteando al desarrollo del país, obviamente que no vamos a surgir y no vamos a tener lo que todos queremos.
Me alegra que el Gobierno, al menos, haya presentado proyectos que permitan la agilización de soluciones eléctricas, como este, que aborda el tema del procedimiento para otorgar concesiones eléctricas. ¿Saben cuánto demora dar un permiso para una concesión eléctrica? ¡800 días! Así es inviable cualquier proyecto.
En la zona sur hay proyectos, pero no se puede trasladar esa energía, porque no tienen conectividad. Entonces, lo que tenemos que pensar cuál es el bien común que se busca y cuál es el objetivo mayor. Doy el crédito de que hay que velar por las zonas silvestres protegidas, por la gente de La Araucanía y por todo lo que quieran. Pero me pregunto: ¿cómo les llevamos energía eléctrica a ellos mismos? Nuestro país es largo, y no ha desarrollado los smart grids, los centros de redes inmediatas; pero tenemos que avanzar en esa dirección. ¿Qué hacemos al respecto? ¿Cómo diversificamos la matriz energética? Es más, debemos trabajar con nuestra comunidad. Cuando se produjo la crisis del gas, cuando Argentina cerró el suministro a dos gasoductos en Antofagasta y no nos entregó más gas, se instruyó y se indujo a la gente a que tomara conciencia sobre el tema, a través de programas de televisión y diversa información, lo que lamentablemente después no continuó. Pero logramos que el consumo de energía eléctrica bajara entre 5 y 7 por ciento, porque hubo conciencia en nuestra comunidad. Pero también debemos entender que, hoy, el consumo eléctrico de nuestros padres no es el mismo que el de nuestros hijos. Ahora tienen computador, cargadores para el teléfono celular, etcétera, un sinnúmero de requerimientos energéticos. ¿Qué necesitamos, entonces? Desarrollo como corresponde. La energía es un tema de política pública, es un problema de Estado, y para eso tenemos que converger y unirnos, entendiendo la situación de las áreas silvestres y con protección a la gente, en este caso de las comunidades indígenas. Pero eso no debiera ser un obstáculo para que busquemos el camino correcto para que desarrollemos como corresponde la energía en el país, no sólo para la actividad minera, como se ha dicho -la gente ni siquiera sabe que, si se llevara a cabo el proyecto HidroAysén, no llegaría al norte del país, porque hay dos sistemas de conexión separados, el SING y el SIC, y, por lo tanto, tenemos separación de generación de energía.
En el norte, hay mucha producción y puede darse la eventualidad de que se pueda enviar energía al sur, pero no existe interconexión entre Taltal y Antofagasta. Esa conexión cuesta más de mil millones de dólares. Pero quizás debamos hacerla el día de mañana, con una mirada de país, y en ese contexto sí le encuentro razón a alguien que me antecedió en el uso de la palabra respecto de la planificación territorial.
Se pidió al Ministerio de Bienes Nacionales, al ministro actual y también a los anteriores, que Chile debe planificarse territorialmente a fin de desarrollar la energía. No podemos andar a tontas y a locas. No podemos dejar que una empresa elabore un proyecto y después, por una u otra medida, se aborte ese proyecto. Debemos planificar. Nadie quiere tener una termoeléctrica cerca de su casa o de su población, pero todos queremos contar con energía en nuestras casas.
Entonces, debemos buscar los caminos, de manera consensuada y con visión de futuro y de país, a fin de que nuestra gente tenga esa posibilidad.
Por lo tanto, los acuerdos que hemos logrado con el Senado -me vanaglorio de haber sido partícipe- buscan que los proyectos avancen. El proyecto 20/25 también avanza. Pero tenemos que ser mucho más proactivos, y ese es el objetivo que este Gobierno está cumpliendo; además, está dejando para el próximo gobierno el desafío de disponer de más energía, como corresponde, para el desarrollo de nuestro país. Es más, la energía que tenemos que desarrollar debe estar pensada en función de la seguridad del país. Nosotros no podemos depender de terceros; debemos fortalecer nuestra matriz, con todas las variables de generación posibles.
Insisto en que el problema energético no es de un señor apitutado o de un lobista, sino del país, y en ese contexto debemos discutir estos proyectos.
En consecuencia, voy a contribuir con mi voto favorable, para que nuestro país y su gente cuente con suficiente energía y que esta sea barata, como corresponde.
He dicho.
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