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- rdf:value = " La señora SAA (doña María Antonieta).- Señor Presidente , lamento la ausencia de muchos de mis colegas en este debate, porque he notado cierta incomprensión respecto del proyecto.
El Congreso Nacional ha ido conociendo, a lo largo de los años, el fenómeno de la violencia contra la mujer, un fenómeno general que se ha dado en el desarrollo de la humanidad y que solo a fines del siglo XX y principios del siglo XXI ha salido a la luz y ha pasado a la agenda política, tras lo cual se han dictado leyes y elaborado políticas públicas sobre el particular.
La violencia contra la mujer está inscrita dentro de la historia cultural de la humanidad en el contexto del sometimiento de las mujeres al dominio de los varones. El pater romano tenía la facultad de matar a su mujer si esta no cumplía con ciertos deberes. Es decir, la violencia contra la mujer es una “tradición cultural” de un sistema dominado por lo masculino, por el patriarcado, que continúa hasta nuestros días y que ha ido tomando distintas formas de expresión. Lo cierto es que el femicidio, la muerte de mujeres por sus parejas, por el hecho de ser mujeres, es un fenómeno que ha existido, que sigue existiendo y que es muy lamentable. Se trata de un verdadero genocidio de mujeres. Si lleváramos la cuenta de cuántas mujeres han sido asesinadas por sus parejas solo a lo largo de la historia de Chile, llegaríamos a una cifra escalofriante: más de un millón de mujeres.
Por lo tanto, estamos ante un tema cultural muy profundo, que debe ser expuesto y abordado. Es cierto que nuestras leyes van en la línea de tipificar como delito o falta y de castigar la violencia contra la mujer de una manera especial. Ello demuestra que el Congreso Nacional ha intuido y ha comprendido este fenómeno específico que se da en las relaciones entre hombre y mujer y que se expresa en todos los ámbitos de la sociedad. Pero, en verdad, lo que deberíamos tener, como tienen otros países, es una ley sobre violencia de género, que no permita, entre otras cosas, la publicidad que considera a las mujeres como objeto. Por ejemplo, la publicidad de una marca de cerveza decía: “Te hincha menos que tu mina”. ¡Qué manera más despreciativa de tratar a las mujeres! Otra publicidad mostraba a una mujer en cuyo cuerpo se habían marcado -como se hace con el dibujo de una vaca en las carnicerías- los distintos tipos de carne.
En nuestra sociedad existe una discriminación producto de la relación de poder entre hombres y mujeres, que incluso puede llevar hasta el asesinato de las mujeres por el hecho de ser mujeres. Esta situación ocurre no solo dentro del ámbito familiar.
Por ello, es importante comprender este fenómeno y tener presente que quienes llegan a juicio por este tipo de violencia lo hacen en una relación de poder absolutamente distinta.
Esta iniciativa es un avance, porque aborda la violencia en las relaciones de pareja que existen fuera del ámbito familiar. Sin perjuicio de ello, siento que nos falta una legislación que se haga cargo de la violencia de género, que castigue el acoso sexual laboral y todas las formas de violencia que sufren las mujeres en la sociedad.
Por supuesto que las leyes deben ir acompañadas de políticas públicas, sobre todo educacionales, que logren que las personas entiendan, desde muy pequeñas, que en la relación hombre-mujer debe existir igualdad de derechos y de respeto, lo que en la actualidad no ocurre. Es muy importante que ello se considere en las políticas educacionales.
En el caso del proyecto que nos ocupa, nos referimos básicamente a las conductas de jóvenes, lo cual es un problema de la sociedad chilena. Estudios han demostrado que la violencia es grande. En ese sentido, pensamos que esta iniciativa está bien concebida. No obstante, me sumo a la petición -ya lo planteé a la Mesa- de las diputadas Carolina Goic y Adriana Muñoz, en términos de que se repongan los artículos 8º y 9º del primer informe.
En relación con el artículo 9º, no puede haber un acto reparatorio si hubo una conducta que merece sanción y que según todos los estudios va a seguir, porque la dinámica de la violencia continúa y puede llevar, como hemos visto, hasta la muerte, hasta el asesinato. Por eso, es muy importante corregir esa situación de una manera drástica. No puede haber un acuerdo reparatorio. ¿Qué reparación habrá frente a un golpe a una mujer? ¿Acaso se le dirá al victimario: “Pórtese bien; invítela a comer”? ¿Qué es la reparación? ¿Es una reparación pecuniaria? ¿Qué tipo de reparación habrá?
En relación con el artículo 8º, pedimos que la víctima sea escuchada cuando un juez decida hacer la suspensión condicional del procedimiento.
Llamo a los colegas a votar afirmativamente el proyecto y a reponer los dos artículos señalados del proyecto inicial. De esa forma, contribuiremos realmente, junto con otras medidas educacionales de tipo comunicativo y cultural, a abordar un tema tan grave como es la violencia específica contra la mujer por el hecho de ser mujer.
He dicho.
"
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