
-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636145/seccion/akn636145-ds24-ds27
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636145/seccion/akn636145-ds24-ds5
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636145
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3192
- rdf:value = "
El señor ELUCHANS (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Mario Venegas.
El señor VENEGAS (de pie).- Señor Presidente, integrantes de la Mesa de esta Corporación; estimados colegas y estimadas colegas; distinguidas visitas de la comunidad institutana:
“El trabajo todo lo vence”. Con este lema, Labor omnia vincit, en 1813, fue fundado por José Miguel Carrera , en compañía de Camilo Henríquez y de Manuel de Salas, el Instituto Nacional, literario, económico, civil y eclesiástico, del Estado. Su objetivo, como diría fray Camilo Henríquez , era “dar a la Patria ciudadanos que la defiendan, la dirijan y la hagan florecer y le den honor”. La Patria Vieja vio nacer, entonces, a su establecimiento de educación más prestigioso que nos acompaña hasta nuestros días en la construcción de la república.
El Instituto Nacional nace incluso antes que nuestra declaración de independencia, tal vez, presagiando su vocación precursora y acompañando siempre los cambios necesarios en el desarrollo de la sociedad chilena.
Tal vez, precisamente, el nacer en el tiempo en que nuestros próceres lanzaban los primeros gritos de libertad y aspiraban a un Chile independiente, sea lo que haya permeado la vocación por la búsqueda del saber, en un ambiente de pluralidad, característica distintiva de todo institutano.
Muchas generaciones de institutanos han cumplido la misión que le asignaran sus fundadores. Han pasado por sus aulas presidentes de la república, legisladores, artistas, deportistas destacados, científicos y miles de egresados que han realizado significativos aportes a la construcción de la Nación.
Así como la sociedad chilena se ha construido sobre la base de la aceptación de la diversidad, el Instituto Nacional ha sido fiel testigo y actor de este proceso, desde siempre y hasta hoy.
También, ahora, cuando la sociedad vive un período de convulsión, es la comunidad del Instituto Nacional, particularmente sus jóvenes, los que quieren cumplir con su tradición: Hoy, defienden la educación pública y de calidad, como ayer, como cuando sus fundadores visualizaron la necesidad de entregar a la Patria un lugar donde la excelencia académica se mezclara con la preocupación por la mantención de la cultura, el desarrollo de las artes y la participación social, como imperativo de la construcción de una sociedad plural, en todas sus manifestaciones.
Así, el Instituto Nacional se entronca en lo más puro de la tradición de la república: la enseñanza laica, la pluralidad de pensamiento y la búsqueda de la verdad, como imperativo de su tarea académica.
Por este Congreso Nacional, por esta Corporación y por la presidencia de la República , han pasado insignes estudiantes formados en las aulas del Instituto, desde Manuel Bulnes a Ricardo Lagos ; o premios nacionales de literatura, como Mariano Latorre , Benjamín Subercaseaux o Miguel Arteche ; o grandes diputados, como Valentín Letelier o Miguel Luis Amunátegui .
El Bicentenario del Instituto Nacional es una gran ocasión para reflexionar acerca de la necesidad de renovar los esfuerzos de todos y todas por contar con una educación inclusiva, que acoja en su seno la diversidad de una sociedad plural, forjada en sus doscientos años de historia, de esta Patria nuestra y, por cierto, del Instituto. Así lo pensaron sus fundadores y así nos lo recuerdan ahora los jóvenes que se movilizan.
Una vez más, el Instituto quiere ser el faro que alumbre el camino del progreso de la Patria. Hoy como ayer, el país espera su aporte.
La bancada de diputados de la Democracia Cristiana, que me honro en representar, viene en rendir homenaje al Instituto Nacional, en su bicentenario, seguros de que seguirán aportando al desarrollo del país, y con la esperanza de que las nuevas generaciones puedan recibir, al igual que la nuestra y las que nos antecedieron, el aporte de todo un grupo humano de excelencia, por el bien común de todos los chilenos.
Cantemos entonces, junto a su himno:
Que vibre compañeros el himno institutano
el canto del más grande colegio nacional,
y surja el buen pasado
con ritmo soberano
en sus robustas notas de música triunfal.
Larga vida al Instituto Nacional.
Muchas gracias.
-Aplausos.
"
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Homenaje
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso