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" El se\u00F1or GODOY ( Vicepresidente ).- Para finalizar nuestro sentido homenaje, tiene la palabra el diputado se\u00F1or Giovanni Calder\u00F3n.\n \n \nEl se\u00F1or CALDER\u00D3N (de pie).- Se\u00F1or Presidente , se\u00F1oras y se\u00F1ores diputados; se\u00F1or director, don Fernando P\u00E9rez Barrera ; alumnos y exalumnos del Instituto Nacional, se\u00F1oras y se\u00F1ores.\n \nAquella desconocida estrofa del inspirador himno de nuestro colegio que nos habla del ejemplo inspirador de grandes institutanos para alcanzar cumbres a\u00FAn m\u00E1s altas, resume en pocas palabras lo que el Instituto representa en la historia de Chile. \nSoy institutano, y muchas veces me he preguntado por qu\u00E9 este orgullo de serlo. \u00BFEn qu\u00E9 consiste ese lazo invisible que une a quienes pasamos por sus salas de clases aunque no nos hubi\u00E9ramos visto jam\u00E1s en la \u00E9poca de estudiantes? \u00BFQu\u00E9 es lo que nos hace sentir tan especiales? \nEs cierto que la mitad de nuestros jefes de Estado de todo el espectro pol\u00EDtico, desde don Jorge Alessandri a Salvador Allende, desde Manuel Montt a Ricardo Lagos, han sido institutanos. Asimismo, la literatura, las ciencias y las artes de Chile est\u00E1n plagadas de ilustres alumnos de nuestro colegio. Pero nada de esto hace la esencia de ser institutano. Los logros de estos ilustres alumnos son, sin duda, motivo de orgullo; pero son logros de otros, cuyo \u00E9xito no es nuestro, no nos pertenece, como el patrimonio que se hereda de la familia. \nTambi\u00E9n es cierto que el Instituto entierra sus ra\u00EDces m\u00E1s all\u00E1 incluso de la propia Rep\u00FAblica y que, apenas producida la reconquista espa\u00F1ola, sus aulas fueron cerradas precisamente por representar uno de los mayores s\u00EDmbolos de la soberan\u00EDa de nuestra rep\u00FAblica. \nPero a diferencia de quienes me han precedido en el uso de la palabra, no voy a hablar de la historia del Instituto, porque tengo la convicci\u00F3n de que, incluso esa gloriosa historia, no constituye la amalgama de la identidad institutana. \nA nosotros, los institutanos, jam\u00E1s nadie nos dijo que \u00E9ramos los mejores; nadie nos inculc\u00F3 ese sentido de elite intelectual de Chile que se nos atribuye. Nunca un profesor nos movi\u00F3 a la vanidad ni a la soberbia. Muy por el contrario, la austeridad y el rigor, sobre todo este \u00FAltimo, en la b\u00FAsqueda de la verdad y del conocimiento fueron la \u00FAnica ideolog\u00EDa que inspiraron sus ense\u00F1anzas.\n \nInsisto: nadie jam\u00E1s nos dijo \u201Custedes son los mejores\u201D. Pero nosotros lo sent\u00EDamos. Porque acceder a las aulas del Instituto no era solo una oportunidad dorada de obtener una mejor educaci\u00F3n y lograr lo que con frialdad los economistas llaman \u201Cmovilidad social\u201D. Pertenecer al Instituto era un honor en s\u00ED mismo, un privilegio reservado a los mejores. \nAunque yo soy hijo de un trabajador y una due\u00F1a de casa, puedo decir con orgullo que mis \u00FAnicos pergaminos de nobleza son los que guarda el Archivo del Instituto Nacional. \nY a prop\u00F3sito de nobleza, perm\u00EDtanme referirme al pol\u00E9mico discurso de graduaci\u00F3n de la \u00FAltima generaci\u00F3n de institutanos pronunciado por un exalumno que, sin duda, va a pasar a la historia -todos los institutanos queremos eso- en tono rupturista y desenfadado hablaba del \u201Cchovinismo institutano\u201D. El propio declamante de ese discurso pecaba de soberbia cuando nos contaba que \u201Cdecidi\u00F3 pasar de curso\u201D para no estar en el colegio en la fecha que conmemoramos hoy. \nLa soberbia intelectual suele ser un pecado muy institutano y quiz\u00E1 resistir su tentaci\u00F3n sea uno de los desaf\u00EDos morales que debemos enfrentar a diario. Y qu\u00E9 dif\u00EDcil resulta cuando se ha formado parte de lo m\u00E1s granado de la intelectualidad chilena. \nAunque hoy alberga a miles de alumnos en sus estrechos pupitres, los institutanos sabemos lo que significa formar parte de una elite. Lo vivimos desde nuestro primer d\u00EDa de clases, y eso es precisamente lo que nos hace comprender la igual dignidad del rico y del pobre, del sabio y del necio, de todos quienes compartimos la misma naturaleza humana. Es esa conciencia de elite, esa experiencia de haber conocido la realidad del m\u00E1s humilde y la del privilegiado lo que nos impulsa a luchar por un trato digno e igualitario hacia todas las personas. Es, en una palabra, queridos amigos, humanismo, laico o cristiano, seg\u00FAn la fe que se profese, pero humanismo en el m\u00E1s puro sentido de la palabra. \nEse es el legado que hemos recibido y que debemos celebrar, no el del cuantioso patrimonio construido por nuestros ancestros y que nos pone desde la cuna en diferentes puntos de partida en la carrera de la vida. \nNosotros no lleg\u00E1bamos al colegio en auto, no goz\u00E1bamos de las comodidades de otros que hacen m\u00E1s grato, pero por qu\u00E9 no decirlo, menos valioso el proceso formativo. Somos hijos del rigor y del esfuerzo, tal como Paul Chamorro , un joven porte\u00F1o, compa\u00F1ero de mi sobrino, Santiago Quevedo , quien todos los d\u00EDas del a\u00F1o escolar viaja dos horas desde su casa, en Valpara\u00EDso, para recibir su formaci\u00F3n institutana.\n \nEn tiempos de cambio, en tiempos convulsionados por la demanda de respeto a lo individual, en tiempos revolucionarios, como les gusta decir a algunos, quiero hablarles a ustedes, estudiantes, actuales alumnos del Instituto Nacional.\n \nEn sus manos est\u00E1 el futuro de nuestro pa\u00EDs. De ustedes depende que Chile sea una patria m\u00E1s igualitaria, m\u00E1s digna, m\u00E1s orgullosa, como nosotros lo estamos de nuestro colegio. De ustedes depende que la conciencia de clase sea reemplazada por la tolerancia y que los chilenos lleguemos a ser m\u00E1s universales, menos insulares, m\u00E1s rigurosos, m\u00E1s disciplinados, m\u00E1s trabajadores.\n \nLabor omnia vincit reza el lema de nuestro escudo. \u201CEl trabajo todo lo vence\u201D. Qu\u00E9 verdad m\u00E1s simple y m\u00E1s profunda. Si alguien como yo, un simple hijo de un taxista y una due\u00F1a de casa, puede alcanzar esta magistratura; si humildes hijos de trabajadores, incluso analfabetos, se han encumbrado en las cimas del conocimiento y del servicio p\u00FAblico, les aseguro que todos ustedes pueden llegar mucho m\u00E1s lejos. \nNunca cesen en este af\u00E1n, el af\u00E1n de lograr la excelencia con trabajo duro y honestidad, con rigor y autocr\u00EDtica, con la fuerza que da la certeza de hacer las cosas por una raz\u00F3n superior. \nM\u00E1s all\u00E1 de las derechas y las izquierdas, los institutanos nos entregamos al desaf\u00EDo de construir una sociedad mejor. \nQueridos institutanos, ustedes deben ser continuadores de ese sue\u00F1o de libertad, igualdad y solidaridad que inspir\u00F3 a los fundadores de la Patria, los mismos que fundaron nuestro colegio para darle hombres que la sirvan por sobre cualquier inter\u00E9s particular. \nPor eso a ustedes, alumnos presentes, sin disimulada modestia, sino con leg\u00EDtimo y profundo orgullo, los invito a ponerse de pie y entonar desde las galer\u00EDas el himno del Instituto Nacional. \n \n-Los representantes del Instituto Nacional presentes en las tribunas cantan el himno del establecimiento.\n \n \n-Aplausos en la Sala y en las tribunas.\n \n \nEl se\u00F1or GODOY ( Vicepresidente ).- De esta forma, la C\u00E1mara de Diputados ha rendido homenaje al Instituto Nacional Jos\u00E9 Miguel Carrera, con motivo del bicentenario de su fundaci\u00F3n.\n \nAgradecemos la presencia en la tribuna de honor de nuestra Corporaci\u00F3n del rector, profesores, alumnos y exalumnos de ese prestigioso establecimiento. \n \n-Aplausos. \n " . . . . .