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El señor DELMASTRO (Vicepresidente).-
Corresponde tratar el proyecto de ley, iniciado en moción, que establece obligaciones relativas a la propina en restaurantes, bares, pubs, clubes, discotecas y similares.
Diputada informante de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social es la señora Ximena Vidal.
Antecedentes:
-Moción, boletín N° 8932-13, sesión 24ª de la presente legislatura, en 8 de mayo de 2013. Documentos de la Cuenta N° 2.
-Informe de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, sesión 50ª de la presente legislatura, en 30 de julio de 2013. Documentos de la Cuenta N° 12.
El señor DELMASTRO (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada informante.
La señora VIDAL, doña Ximena (de pie).-
Señor Presidente , en nombre de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social paso a informar, en primer trámite constitucional y primero reglamentario, el proyecto de ley que establece obligaciones relativas a la propina en restaurantes, bares, pubs, clubes, discotecas y similares, iniciado en moción de la diputada señora Adriana Muñoz , y de los diputados señores Sergio Aguiló , Osvaldo Andrade , Ramón Barros , Hugo Gutiérrez , Tucapel Jiménez , Manuel Monsalve , René Saffirio y Carlos Vilches (Boletín N° 8932-13-1), sin urgencia.
La idea del proyecto en informe originalmente estaba contenida en una indicación de las señoras Adriana Muñoz , María Antonieta Saa y Ximena Vidal y de los señores Osvaldo Andrade , Tucapel Jiménez y René Saffirio , presentada durante la discusión del proyecto que adapta normas laborales al ámbito del turismo (Boletín N° 8770-23), que fue discutido y despachado por esta Comisión en su sesión de fecha 4 de junio del año en curso. En esa oportunidad, previo acuerdo de sus integrantes, la indicación fue retirada por sus autores, para ser presentada como una iniciativa legal independiente de dicho proyecto.
La propuesta pretende establecer en el Código del Trabajo ciertas obligaciones relativas a la propina en restaurantes, bares, pubs, clubes, discotecas y similares en beneficio de los trabajadores que se desempeñan como garzones en ellos. Este objetivo se encuentra contenido en el artículo único que se propone incorporar como artículo 64 nuevo en el Código del Trabajo.
Los autores de la moción expresan que nuestro ordenamiento jurídico estableció, hasta 1981, el derecho de todo trabajador que se desempeñaba en la atención de público en locales como restaurantes, clubes, bares y similares, a recibir como propina, a lo menos, el 10 por ciento del valor del consumo total por parte del cliente. Añaden que para esos efectos la respectiva cuenta contenía la desagregación del importe de consumo y el monto correspondiente al beneficio.
Añaden que a partir del año mencionado, la propina dejó de ser obligatoria y pasó a ser de carácter eminentemente voluntario para el cliente, manteniéndose, en general, la conciencia de que un buen servicio debía ser retribuido con una cantidad cercana o similar a la que antes se establecía obligatoriamente.
Expresan que una consecuencia lógica del cambio regulatorio ha sido el hecho de que el cliente debe separar su evaluación sobre la calidad de los productos que consume en el local de la calidad del servicio propiamente tal, retribuyéndolo en consecuencia con dicha evaluación. Antes, por el contrario, al ser la propina un beneficio obligatorio, no tenía sentido separar esa evaluación, puesto que para el cliente significaba una carga legal más, independientemente de si era bien o mal atendido.
Señalan que otros cuerpos legales, aún en tramitación legislativa, disponen algunas normas de protección para los trabajadores en materia de recaudación, retribución y pago de las propinas, dado que su carácter voluntario sitúa el beneficio dentro de la entera administración de los trabajadores.
Consecuente con esto último, hacen presente que el objetivo de la moción es mejorar la fluidez del cálculo y recaudación de las propinas para los trabajadores que atienden público, a través de la institucionalización de una práctica que se ha desarrollado en forma cada vez más frecuente, cual es la incorporación del monto correspondiente a una propina equivalente al 10 por ciento del valor del consumo en la cuenta del cliente.
Agregan que esa práctica, denominada “propina sugerida”, por una parte incentiva y facilita al cliente a dejar como propina una cantidad cercana o equivalente al 10 por ciento del valor del consumo, y, por otra, simplifica su cálculo para el pago por medios electrónicos, pues se incorpora en la digitación un monto total y único.
Concluyen señalando que si bien se mantiene el marco jurídico que da carácter voluntario para el cliente el desembolso de la propina, se establece en torno a ello la obligación del empleador de incorporar al monto de la cuenta, en forma desagregada, la cantidad correspondiente al 10 por ciento de la misma como propina voluntaria para el trabajador.
Durante la discusión de la iniciativa, la Comisión contó con la presencia de los señores Fernando de la Fuente Espina, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía; Mauro Magnani Frugone , presidente de la Asociación Gremial de Empresarios Hoteleros de Chile; Frederic le Baux , presidente del Comité Gastronómico ; Francisco Arthur Errázuriz , asesor legal, ambos de la Cámara de Comercio de Santiago, y Francisco del Río Correa , asesor legislativo del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, quienes, en general, manifestaron estar de acuerdo con la iniciativa en informe.
No obstante, el señor Del Río expresó que es importante dejar establecido en la historia de la ley que la intención del legislador es restringir la obligación contenida en este proyecto a los restaurantes, bares, pubs, clubes, discotecas y similares que atienden directamente al público; es decir, se excluye a los autoservicios o lugares a los cuales el cliente concurre a un mesón a comprar un determinado producto como, por ejemplo, el McDonald’s. En otras palabras -agregó- para que opere la obligación de incluir una propina sugerida debe existir un servicio adicional de garzón o atención a la mesa.
Respecto del tema previsional, el señor Del Río argumentó que si bien lo deseable es maximizar los ingresos imponibles, la propina no corresponde a un ingreso, sino a una liberalidad que depende de la calidad de la atención recibida. En este contexto, las cotizaciones previsionales son parte de la remuneración y de responsabilidad del empleador, no del cliente. Por tanto, no corresponde intentar incluir a la propina dentro de los cargos correspondientes a seguridad social.
Por su parte, las señoras y señores diputados expresaron estar de acuerdo con la pertinencia de la iniciativa en informe e hicieron presente que es una práctica común el pago de la propina en dichos establecimientos comerciales, sin perjuicio de que los señores Barros y Saffirio consideraron que el proyecto debe precisar algunas definiciones como, por ejemplo, qué se entiende por “atender directamente al público”. Asimismo, estimaron razonable limitar el concepto de “restaurantes” para evitar que locales del tipo McDonald’s puedan ser considerados como tales y, por lo tanto, sujetos a la misma obligación de establecer una sugerencia de propina en la cuenta.
En el transcurso de la discusión se recordó que existen aspectos de la remuneración que no son imponibles como, por ejemplo, la locomoción y la colación. Es decir, el hecho de que parte de los ingresos de una persona no sean imponibles no es algo novedoso, y si se considera que los trabajadores debieran tener una pensión superior, la solución sería aumentar sus remuneraciones.
Sometido a votación, en general, el proyecto fue aprobado por 7 votos a favor, 0 en contra y 2 abstenciones. Votaron a favor las diputadas Adriana Muñoz y Ximena Vidal, y los diputados Osvaldo Andrade , Nino Baltolú , Ramón Barros , René Saffirio y Carlos Vilches . Se abstuvieron los señores Mario Bertolino y Felipe Salaberry .
Durante la discusión particular, acaecida el 9 de julio recién pasado, la Comisión aprobó diversas precisiones a su artículo único, que recogen las opiniones expresadas allí y que he compartido con los colegas en esta Sala.
Por último, me permito hacer presente a los señores diputados y señoras diputadas que el texto del proyecto contenido en el informe que tienen en su poder, respecto del cual la Comisión solicita a la Sala que le dé su aprobación, no contiene disposiciones de rango orgánico constitucional ni que requieran quorum especial para ser aprobadas. Tampoco contiene disposiciones que deban ser conocidas por la Comisión de Hacienda, porque no inciden en materias financieras o presupuestarias del Estado.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Para iniciar el debate, tiene la palabra el diputado Sergio Ojeda.
El señor OJEDA.-
Señor Presidente , durante muchos años hemos intentado reponer la propina en beneficio de los garzones de nuestro país.
Recuerdo que durante el primer período legislativo el diputado Rodolfo Seguel -aprovecho de enviarle un saludo porque debe estar viendo esta sesión- hizo algunos intentos, y juntos presentamos dos o tres proyectos de ley sobre la materia, pero ninguno de ellos prosperó. Tal como lo propone el proyecto, la propina no es obligatoria, porque el empleador solo podrá sugerirla en la cuenta del respectivo consumo y corresponderá, a lo menos, al 10 por ciento del valor del mismo.
Se dijo aquí que en 1981 la propina fue suprimida en virtud de una normativa legal. Sin embargo, desde entonces, ha permanecido como una costumbre porque, por lo general, las personas dan una propina equivalente al 10 por ciento del valor del consumo. Somos muchos los que lo hacemos, porque a pesar de no ser obligatoria, se entrega como reconocimiento al trabajo que realizan los garzones. Por eso, actualmente se paga en forma voluntaria.
El proyecto establece que en los restaurantes y otros locales similares en los cuales trabajan garzones, el empleador deberá sugerir el pago de la propina, que será efectuado por el cliente, a menos que manifieste su voluntad en contrario.
El artículo único del proyecto señala lo siguiente: “Artículo único.- Agrégase el siguiente artículo 64 nuevo en el Código el Trabajo, cuyo texto refundido, y sistematizado se encuentra fijado en el DFL 1 de 2002:
“En los establecimientos que atiendan público a través de garzones, como restaurantes, pubs, bares, cafeterías, discotheques, fondas y similares, el empleador deberá sugerir en cada cuenta de consumo, el monto correspondiente a una propina de a lo menos un 10% del mismo, la que deberá pagarse por el cliente, salvo que éste manifieste su voluntad en contrario.”.
Con el colega Leopoldo Pérez nos preguntábamos, ¿qué pasa si el cliente paga menos del 10 por ciento? Es una interrogante que queda lanzada, porque si es voluntaria, el cliente podría pagar menos de este porcentaje. Sin duda, la propina será pagada voluntariamente por el cliente, siempre que esté de acuerdo con ello.
Creemos que este proyecto es un gran avance porque, en cierta forma, restituye un derecho. Cuando el empleador sugiera a los clientes el pago de la propina, será muy difícil que estos se nieguen a hacerlo, toda vez que sienten que tienen la obligación moral de hacerlo. Como lo dijo don Fernando de la Fuente, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía , la propina quedará establecida como un premio y un reconocimiento, no como una obligación, y señaló que no estaba de acuerdo con que sea obligatoria.
El garzón es un trabajador muy especial y muy cercano al cliente, a quien sirve con esmero y buena voluntad. Al final, se convierten en amigos, que suelen encontrarse, en particular en las ciudades pequeñas, cada vez que el cliente concurre a restaurantes y establecimientos similares. Muchas veces, no tiene horario y debe trasladarse desde y hacia lejanos lugares para cumplir con su trabajo.
Con la propina premiamos su buena atención, a la vez que contribuimos a incrementar sus remuneraciones que no siempre son las mejores. La propina que propone el proyecto contribuye a incrementar sus ingresos. Los clientes que concurren a estos locales entregan la propina voluntariamente y de muy buen grado. No tengo duda de que el cliente se siente moralmente obligado a pagar la propina, en retribución a la buena atención de que fue objeto por parte del garzón y al buen momento que pasó en compañía de amigos o familiares o en una reunión-almuerzo formal.
Por eso, voy a votar a favor del proyecto de ley porque hace justicia e impone al empleador la obligación de sugerir el pago de la propina lo que, por cierto, será acogido por quienes han recibido buen servicio por parte del garzón.
A través de este proyecto, las personas que trabajan en restaurantes, bares, pubs, clubes, discotecas y similares deben recuperar lo que en algún momento de la historia tuvieron. Hoy, es de justicia que lo recuperen. Nadie puede votar en contra de ello.
Aprovecho esta oportunidad para saludar a este grupo de trabajadores que diariamente, con su atención y esfuerzo, contribuyen a dar vida a las ciudades y aportan al turismo.
Anuncio mi voto favorable al proyecto.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Joaquín Tuma.
El señor TUMA.-
Señor Presidente , a fines del siglo XIX, se inició la era industrial, y en la primera mitad del siglo XX se destaca la lucha de los trabajadores por lograr el reconocimiento de sus actividades. Es así como destacan los mineros, los panaderos, los trabajadores textiles y, por supuesto, quienes atienden a los clientes en bares y restaurantes.
En 1942, los garzones y las meseras logran, a través de la ley N° 7.388, que se establezca una propina legal, que correspondía a un monto que fluctuaba entre el 10 y el 20 por ciento del consumo. Sin embargo, a partir de 1981, con el nuevo modelo económico que impone el gobierno militar, la ley N° 18.018 derogó ese beneficio y reconocimiento que se había logrado hace tantos años.
Hoy, en la gran mayoría de los establecimientos donde los clientes son atendidos por garzones y meseras, se ha ido imponiendo, en la práctica, el pago de una propina, que no está reglamentado legalmente y, por eso, este proyecto constituye un avance. Sin embargo, la iniciativa no es del todo perfecta, pues vuelve a imponer la voluntariedad en el pago de la propina. Al cliente se le va a sugerir una propina correspondiente al 10 por ciento del valor del consumo, pero puede oponerse y pagar solo lo que ha consumido y consigna la boleta.
El proyecto corrige en parte una injusticia, pero no impone el pago de la propina, sino que la deja a la voluntariedad del consumidor. Sin embargo, quiero llevar esta discusión a un par de temas que tienen que ver con el Chile de hoy y con el país que soñamos, especialmente, en materia turística.
Chile aspira a recibir a 4 millones de turistas anualmente. En muchos países se pagan propinas y hay mucha gente que está acostumbrada a reconocer el servicio personalizado que realizan los garzones y las meseras a través de una propina. Sin embargo, hay muchos establecimientos que han adoptado el sistema de autoservicio, de manera que no hay atención personalizada.
Espero que en la próxima discusión acerca del proyecto de ley de desarrollo del turismo abordáramos con mayor amplitud este tema, precisamente, porque no está regulado cuando el cliente paga con tarjeta de crédito. En tales casos, muchas veces el dueño del establecimiento descuenta al garzón las comisiones que cobra Transbank u otras generadoras de tarjetas, de manera que no le paga el total de la propina. También es común que no se les paguen los dineros por concepto de propinas en un plazo prudente; a muchos trabajadores les pagan a los 30 días. En ocasiones, se distribuyen las propinas entre todo el personal de servicio del establecimiento, incluidos quienes realizan sus labores en la cocina, que reciben parte de lo que les corresponde a los garzones y a las meseras.
Por otra parte, es muy importante la capacitación de los trabajadores. Desde la perspectiva del desarrollo del turismo, es relevante considerar que, cuando se entrega un servicio en ese tipo de establecimientos, Chile debe entregar una atención acorde al estándar que corresponde como país turístico. Pero siento que en muchos lugares, especialmente en las comunas más pequeñas, nunca se ha entregado la capacitación que requieren las personas que atienden público ni la han recibido los trabajadores que trabajan en restaurantes. He realizado encuestas en comunas pequeñas, y he constatado que jamás una cocinera o un garzón han recibido algún tipo de capacitación.
Hoy tenemos mucha competencia, pues vemos que en Santiago uno de cada tres restaurantes es peruano. Esos establecimientos brindan una buena atención y producen una gastronomía de excelencia, pero nosotros todavía no aplicamos ese estándar y nos estamos quedando atrás. Por lo tanto, debemos abordar ese tema, que es fundamental, como país. Sercotec, Sernatur y todos los actores involucrados debemos trabajar en la misma línea para lograr ser el país que queremos en materia turística.
El reconocimiento de la atención personalizada tiene que involucrar también la calidad del servicio, y para eso estoy disponible. Siempre he dado propina y, por supuesto, daré una que vaya más allá del 10 por ciento del consumo si el garzón me atiende bien y me orienta sobre qué puedo consumir y cómo lo puedo hacer. Hay que diferenciar cuando una persona es atendida de una manera o de otra, lo cual debe reflejarse en el grado de reconocimiento, lo cual se nota especialmente en el caso de los turistas extranjeros.
Votaré a favor de este proyecto, aun cuando quisiera que lo perfeccionáramos. Por eso, en la próxima discusión sobre la ley de desarrollo del turismo, tendremos que perfeccionar estos elementos que contribuirán a tener un país que recibe muy bien a los turistas que vienen a visitarnos.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Cristián Campos.
El señor CAMPOS.-
Señor Presidente, hay algunos proyectos que parecen muy simples, pero que son bastante relevantes, y este es uno de ellos.
La iniciativa que estamos discutiendo trae justicia en relación con un derecho que se perdió en 1981, que ahora se restablece de manera parcial, por el carácter voluntario de la propina.
El proyecto establece que, en los establecimientos que atiendan público a través de garzones, meseros, mozos en los distintos restaurantes, pubs y otros locales similares, el empleador deberá sugerir, en cada cuenta, una propina de, a lo menos, el 10 por ciento del consumo. Esos trabajadores se esfuerzan para prestar un buen servicio a quienes asisten a esos lugares por una reunión, un festejo o celebración. En todo caso, me parece que la voluntariedad es un paso adecuado.
Señor Presidente , por su intermedio, quiero decirle a mi querido colega y amigo Joaquín Tuma que conozco cientos de restaurantes en Talcahuano, Hualpén, Chiguayante y Concepción -que representa mi amigo José Miguel Ortiz - que prestan un servicio de primera calidad y que son atendidos por trabajadores chilenos que siempre buscan capacitarse y prestar una atención que merezca, incluso, más del 10 por ciento del valor del consumo como propina.
Esta noticia también es muy buena para los estudiantes universitarios que trabajan en esos locales. Quienes en algún momento trabajamos en esa condición lo sabemos muy bien. Conozco a muchos jóvenes que trabajan después de sus horas de clases en la universidad o en el instituto profesional y que, muchas veces, tienen la incertidumbre sobre la propina que le dejarán los clientes que han realizado un gran consumo, porque a veces no se sugiere al cliente cuánto puede dejar como propina.
Considero que ahora se va a ir generando más conciencia sobre el tema, de a poco, porque, tal como se señala el artículo único, si bien no es obligatorio para el cliente, si lo será para el dueño del local, quien deberá sugerir la propina al cliente. Eso significará que aquellos estudiantes universitarios y técnicos profesionales que he mencionado podrán tener una proyección mensual de sus ingresos de acuerdo a las ventas de los locales en que trabajan.
Este proyecto de ley viene a hacer justicia, porque entregará un poco más de certeza y motivará a quienes deseen optar por ejercer este trabajo cuando son estudiantes, como lo hicimos muchos -el diputado Rojas me señala que también lo hizo-, tarea que cumplen de manera esforzada, porque muchos son papás jóvenes y deben pagar colegiatura. Creo que generará un componente importante para avanzar más y fortalecer ese derecho.
Otro aspecto en el que se debiera progresar se relaciona con el pago con tarjetas. Muchas veces los pagos de las propinas a los meseros o garzones se producen con 30 o 60 días de desfase, lo cual no debiera ocurrir. Si bien eso no está contemplado en esta iniciativa que, sin duda, aprobaremos de manera transversal, estimo que provocará un pequeño lunar que debe-ríamos mejorar en una próxima legislación.
Felicito a los autores del proyecto y a la Comisión de Trabajo y Seguridad Social por la buena noticia que da esta Cámara a tantos trabajadores y trabajadoras que ejercen ese oficio en distintos lugares a lo largo y ancho del país, especialmente a quienes lo hacen en Talcahuano y Hualpén, en tantos lugares tradicionales de nuestro querido puerto. También es una buena noticia para quienes, por diferentes razones, deben estudiar y trabajar, porque de nuevo se propone al cliente la posibilidad de evaluar el servicio que se le entrega y se le sugiere una propina de a lo menos el 10 por ciento del consumo.
¡Atrás el 1981, cuando se perdió este derecho; bienvenido el 2013, cuando se repone de manera voluntaria, en circunstancias de que debiera ser una obligación!
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Fernando Meza.
El señor MEZA.-
Señor Presidente , este proyecto de ley, iniciado en moción, que establece una obligación relativa a la propina en restaurantes, bares, pubs, clubes, discotecas y similares, viene a saldar una deuda pendiente con los garzones y garzonas que realizan este trabajo de atención directa al público a lo largo y ancho de Chile.
Como se dijo, hasta 1981 existió la obligatoriedad de entregar el 10 por ciento de propina a las personas que desarrollan esta importante labor.
Chile ha crecido en muchos aspectos; por eso, es necesario señalar la trascendencia que tiene para su crecimiento el fomento del trabajo y el prestigio del país contar con buena atención en hotelería y en establecimientos como bares, restaurantes, discotecas, etcétera.
El país aspira a ser pronto un motor de desarrollo turístico, esta industria sin chimenea. Pero no podemos alcanzar esa meta si mantenemos a decenas de miles de garzones y garzonas con sueldos que van, incluso, por debajo del ingreso mínimo de 210.000 pesos que aprobamos hace poco. De manera que la propina pasa a significar un incremento importante en sus remuneraciones.
Es cierto que existe cierta cultura nacional en cuanto a entregar una propina cuando somos atendidos. Pero este proyecto no declara la obligatoriedad de ello. No obstante, se establece la obligatoriedad de que el empleador sugiera una propina de, a lo menos, el 10 por ciento, al margen de la cuenta.
Quiero destacar lo relevante que es este estímulo para los trabajadores. Soy un convencido de que ningún chileno bien atendido, como corresponde, se negará a pagar ese monto mínimo de 10 por ciento de su consumo como propina a esos trabajadores.
Es relevante lo que señaló el diputado Osvaldo Andrade , cuando afirmó que, al no ser objeto de imposiciones lo recaudado por las propinas, podría ocurrir que, en el futuro, la pensión de los trabajadores no sea la que corresponde a la realidad. Tendremos que revisar este tema más adelante. Por de pronto, expreso mi complacencia porque Chile pague una deuda a los miles de trabajadores del mundo de la hotelería y del turismo que atienden directamente al público.
El Código del Trabajo recogerá el artículo 64 nuevo, que expresa textualmente: “En los establecimientos que atiendan público a través de garzones, como restaurantes, pubs, bares, cafetería, discotheques, fondas y similares, el empleador deberá sugerir en cada cuenta de consumo, el monto correspondiente a una propina de a lo menos un 10% del mismo, la que deberá pagarse por el cliente, salvo que este manifieste su voluntad en contrario.”.
Espero que ningún cliente bien atendido manifieste su voluntad en contrario. También espero que los empleadores aumenten más allá de los 210.000 pesos del salario mínimo las remuneraciones de este importante grupo de trabajadores chilenos y chilenas.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Osvaldo Andrade.
El señor ANDRADE.-
Señor Presidente , esta es una iniciativa transversal, que reúne la voluntad y convicción de diputados de distintas bancadas e intenta regularizar una situación que, en los hechos, se produce en forma cotidiana: que la propina que hoy se sugiere verbalmente vaya incorporada en la cuenta y, en consecuencia, quede sujeta a la voluntad del cliente si la acepta o no. Si el cliente nada expresa, por el solo hecho de su silencio se entiende incorporada; por lo tanto, se transforma en parte del precio del servicio. Es tan simple como eso.
A propósito de un par de intervenciones, deseo aclarar que no es que la propina se transforme en obligatoria. Si ese fuese el sentido de la norma, no tendríamos facultades para hacerlo, porque implica un aumento de remuneración y los parlamentarios no tenemos iniciativa para proponer aquello. Lo que hace es sugerir, en cada cuenta de consumo, el monto de la propina, y como la propina nunca podrá ser considerada como parte de la remuneración, se transforma en una liberalidad por la calidad de un servicio. En consecuencia, no es obligatorio ni es parte de la remuneración.
Quiero agregar que no es una novedad que una asignación de esta naturaleza no sea parte de la remuneración. Lo mismo sucede con los bonos de locomoción y de colación, que no son parte de la remuneración y, sin embargo, se pagan mensualmente.
En segundo lugar, quiero precisar ciertos alcances de una intervención -me limitaré a eso porque, en general, existe bastante acuerdo en respaldar la iniciativa- respecto de las formas de pago y las preocupaciones que se han generado, tema que ya fue resuelto hace un par de meses con el pronunciamiento de la Sala de esta Cámara respecto del proyecto que modificó las normas acerca de los trabajadores del sector turismo.
En esa ocasión, el señor ministro de Economía , Fomento y Turismo nos hizo presente un mensaje en el que logramos construir una propuesta de cierta adaptabilidad pactada de la jornada de los trabajadores del turismo. En esas normas se establecieron los formatos para garantizar el pago de las propinas, en el caso de los trabajadores del turismo, cuando tales pagos se hacen a través de tarjetas de crédito, etcétera. La experiencia demostraba que, en algunos casos, a los trabajadores se les cobraba, incluso, la comisión que cobran los bancos por el uso de las tarjetas. Para evitar aquello, se reguló esa materia, y se hizo bastante bien.
Por eso, aclaro que las inquietudes que podrían haber surgido a propósito de esta discusión ya fueron resueltas con ocasión del debate del proyecto que se presentó desde el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo al que me acabo de referir.
Por último, quiero hacer presente que esta iniciativa recoge una vieja aspiración del mundo del trabajo del ámbito de los garzones. Se trata de un derecho que tuvieron hace muchos años, que quedó sin efecto y que, desde que lo perdieron, ha formado parte de sus reivindicaciones.
Como expresé, no tenemos la facultad de plantearlo como una obligación, pero sí en la forma como lo presentamos en el proyecto: como una liberalidad del cliente sujeta a la calidad de la atención, que en ningún caso constituye un obstáculo para que, incluso, pueda darse una propina mayor. Lo que se hace es plantear una sugerencia que se incorporará separadamente en la cuenta.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Gustavo Hasbún.
El señor HASBÚN.-
Señor Presidente , considero de justicia resolver este problema que afecta a quienes desarrollan esta actividad de servicio, especialmente porque la forma en que se plantea no constituye una imposición, sino una sugerencia para el cliente. De allí que no solo me parezca respetable apoyar esta iniciativa, sino que una obligación moral.
Los garzones y las garzonas no solo prestan un servicio para el restaurante en el que trabajan, sino también a todas las personas que, de una u otra forma, nos vemos beneficiadas con la labor que realizan.
En países como el nuestro, donde quizá no está tan desarrollada la cultura de la propina o donde no valoramos lo que significa un buen servicio, parece razonable incluir en las cuentas, como una sugerencia, la cantidad que se debiera dar por concepto de propina.
Debemos entender que estas sugerencias no son una imposición o una exigencia para el cliente y que no buscan ponerlo en aprietos. Lo que pretenden es dar una señal positiva y de justicia para quienes ejercen la actividad de mesero en los distintos rubros.
En ese contexto, siento que tenemos la obligación, como Parlamento, de aprobar esta iniciativa que busca dar una señal positiva en favor de personas que se sacrifican bastante y que, en muchos casos, han transformado esta actividad comercial en parte importante de su desarrollo personal.
Espero que, una vez que aprobemos el proyecto, no pase al olvido, por lo que debemos insistir para que el Senado lo despache rápidamente; de lo contrario, dormirá por muchos años en la Cámara Alta.
Por lo tanto, llamo no solo a aprobar la iniciativa, sino también a insistir para que el Senado lo despache lo antes posible, ojalá en forma inmediata, porque con ello estaremos dando una señal positiva y potente en favor de quienes ejercen esta actividad.
Finalmente, felicito a los autores del proyecto, porque, además de lo ya expresado, nos permite saldar una deuda con quienes ejercen esta actividad comercial y nos brindan un buen servicio, que muchas veces nos alegra la vida.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado José Miguel Ortiz.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente , hace poco más de 23 años recuperamos la democracia y se restablecieron los poderes del Estado. Seguramente muchas de las personas que están escuchando este debate deben estar pensado que recién ahora nos acordamos del personal que labora en restaurantes, pubs, bares u otros establecimientos de expendio de comidas o de bebidas, pero no es así.
En 1990, cuando se recuperó la democracia, dos grandes parlamentarios, que eran grandes líderes sociales antes de llegar a la Cámara de Diputados: Rodolfo Seguel y el “Negro” Olivares, socialista, que en paz descanse, junto con quien les habla, José Miguel Ortiz, presentamos un proyecto de ley que restituía la obligatoriedad del 10 por ciento de propina por cualquier consumo.
Hubo un amplio debate de la iniciativa, con ocasión del cual recordamos que esta había sido una gran conquista conseguida por ese gremio, que tenía mucha fuerza y contaba con sedes sociales a las que tenía acceso toda la comunidad. Se trataba de gente muy responsable y seria.
Pero resulta que en 1981, cuando los poderes Legislativo y Ejecutivo no se constituían a través del voto, se dejó sin efecto ese beneficio, por la presión -hay que decir las cosas con claridad- de la gente que agrupaba a estos locales comerciales, quienes consideraban que con ese 10 por ciento obligatorio se aumentaban los precios.
Con esa decisión se pasó a llevar a un gremio digno, a personas que nos brindan grandes servicios y que nos dan la posibilidad de convivir con gente que muchas veces tiene opciones y visiones políticas diferentes.
El proyecto que restituía el derecho de todos los garzones y garzonas a recibir obligatoriamente el 10 por ciento de propina lo discutimos en la Comisión de Trabajo, que durante varios años fue presidida por los colegas parlamentarios que mencioné, y en la Comisión de Hacienda, de la que yo formo parte desde hace muchos años, hasta que, finalmente, fue aprobado en ambas comisiones, aunque con votación dividida.
¿Qué pasó en la Sala? Es bueno recordar lo que denomino la historia fidedigna de la ley. En una sesión en que las tribunas estaban abarrotadas por la gente que tenía que ver con el proyecto, que les haría justicia al restablecerles ese derecho que tuvieron durante muchos años y que se los habían quitado injustamente, discutimos latamente sus implicancias. Está el texto -la historia fidedigna- de lo que se dijo. Los que lo apoyamos con fuerza, los que planteamos argumentos, los que dimos a conocer que en ese tiempo, 1981, prácticamente no había salario mínimo -el colega René Alinco me recuerda que había puro empleo mínimo-, porque no había obligatoriedad de un mínimo de sueldo -en el fondo, esos trabajadores vivían exclusivamente de las propinas-, perdimos la votación por tres votos. Eso está en la historia del proyecto. Los autores del proyecto, que opinamos y nos jugamos por su aprobación, al final perdimos.
¿Qué implicó ese resultado? Que por aplicación de un precepto de nuestra Constitución Política, no se puede renovar un proyecto en los mismos términos hasta después de un año. Pero hubo mucha presión de los dueños de restaurantes y de los representantes de la cámara de turismo. Por ejemplo, un día, en un foro, me enfrentaron los dueños de grandes negocios por mi posición, pero yo me mantuve hasta el final. Incluso, recuerdo que me dijeron que si se aprobaba algo así, algunos negocios podían quebrar. ¡Qué falacia más grande! Es decir, una vez más los grandes se olvidaron del concepto de igualdad ciudadana.
Me parece muy buena la idea de los autores del proyecto que estamos debatiendo, porque al menos se plantea la voluntariedad. Aquí debe surgir un gran compromiso, y estoy disponible y dispuesto para que solicitemos al próximo gobierno, que espero sea encabezado por Michelle Bachelet, el patrocinio del Ejecutivo para que ese 10 por ciento pase a tener el carácter de obligatorio.
Este proyecto de ley es muy positivo y representa un paso adelante. Debemos reconocer al diputado Osvaldo Andrade, exministro del Trabajo y Previsión Social, uno de los autores de la iniciativa, quien ha sido consecuente como abogado especialista en derecho laboral y que ha tenido vínculos con los gremios. Me consta que ha presentado muchos proyectos de ley que beneficiaban a los trabajadores.
Muchos jóvenes financian sus estudios gracias al trabajo como garzonas o garzones. En el caso de mi distrito, que comprende las comunas de Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz, me llaman mucho la atención esos jóvenes que ejercen ese trabajo dignamente para financiar sus estudios de educación superior.
Finalmente, anuncio que vamos a votar favorablemente el proyecto en general y en particular. Como dijo uno de mis colegas que me antecedió en el uso de la palabra, es necesario hacerle un seguimiento, porque en el Senado los parlamentarios son 38, y en la Cámara de Diputados somos 120, y ellos siempre tienen como justificación que tienen una carga legislativa muy grande y que son pocos. Espero que eso no entrabe el despacho, y que en los próximos meses la iniciativa se convierta en ley de la república y que, después, en marzo del próximo año, un grupo de parlamentarios promovamos otra iniciativa con el objeto de que sea obligación otorgar el justo beneficio del 10 por ciento de propina para las garzonas y garzones de nuestro país.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor René Alinco.
El señor ALINCO.-
Señor Presidente , no puedo comenzar mis palabras sin rendir previamente un homenaje al nuevo mártir del pueblo mapuche Rodrigo Melinao , quien hace algunos días fue acribillado a quemarropa, según se informó. Espero que ese crimen no signifique una escalada de venganzas de parte de quienes dicen que sus intereses están siendo atropellados.
Por eso, hoy, humildemente y con mucho respeto, quiero rendir un homenaje a ese nuevo mártir y al pueblo mapuche. Honor y gloria para ellos.
Respecto del proyecto de ley en discusión, creo que es muy bienvenido, por los garzones. Creo que ellos se merecen este proyecto y muchos más.
Pero debo decir que también me asaltan algunas contradicciones, probablemente por mi cultura o, quizás, porque son contradicciones ideológicas de clase. Recuerdo que mi padre, un viejo comunista, me dijo que consideraba la propina casi como una humillación para el trabajador. Parece contradictorio, pero lo decía porque consideraba que los garzones, al igual que todos los trabajadores, tienen el legítimo derecho a gozar de salarios dignos. Si los salarios fueran dignos -decía mi padre-, un trabajador no necesitaría de propinas, ni de bonos ni de nada por el estilo para vivir dignamente con su salario.
Por otra parte, también me decía que el Estado tiene la obligación de velar por que los salarios de los trabajadores -de los garzones, en este caso- sean dignos. Obviamente, hablaba de un Estado con sentido social; no de un Estado que entrega los salarios a la regulación del mercado.
También tengo otro tipo de contradicciones, como las que vivimos a diario en el Congreso Nacional.
Si me permite el señor Presidente , quiero mencionar al señor Secretario un punto importante.
Señor y amigo Landeros , también tengo contradicciones al interior de este edificio, donde estamos tres semanas al mes, donde somos atendidos por nuestros amigos garzones. Aquí también vemos las contradicciones: hay garzones que tienen un buen salario, que gozan de un trabajo permanente y de planta, lo cual es muy bienvenido, pero aquí, donde elaboramos las leyes, en el corazón de la democracia, donde debe aplicarse la justicia social, también hay otro tipo de garzones, que trabajan en forma temporal, por días. Como decimos en la construcción, se trata de -lo digo con mucho respeto- changarines.
Entonces -repito-, aquí también se producen contradicciones: pregonamos leyes que obligan a todos los chilenos, a todos los empresarios, pero en esta “empresa” llamada Cámara de Diputados las leyes no se respetan y las contradicciones se agudizan. Creo que eso no puede ser. Y digo esto porque, hace años, aprobamos un proyecto de ley contra la subcontratación, para que en Chile no se permita el subcontrato. ¡Pero en este edificio -los señores de la UDI se ríen porque saben que lo que digo es verdad- se practica la subcontratación! Le cambian el nombre; ahora la llaman “prestación de servicios”, pero es un subcontrato.
Señor Presidente y estimados diputados de la UDI, seamos consecuentes con lo que hacemos aquí: las leyes. Reconozco que también tengo mi cuota de responsabilidad. Hay que practicar: “teoría y práctica”, dijo por ahí un viejito muy grande en el mundo. Y aquí debemos dar el ejemplo.
Felicito a los garzones que van a recibir este beneficio. Pero, como dijo un diputado anteriormente, eso debería ser una obligación, y no lo es.
Hay contradicciones también en la letra chica del proyecto de ley. En mi zona hay grandes empresarios del turismo. Muchos de ellos hablan de “proteger la Patagonia”, de “Patagonia sin represas”, de “conservar el medio ambiente”, etcétera, pero a los trabajadores no les entregan las propinas cuando los clientes pagan con tarjeta.
El reglamento de este proyecto debe ser claro, preciso y concreto porque, de lo contrario -también lo dijo hoy un gran diputado -, será letra muerta.
Por lo tanto, apoyaré el proyecto, que espero que se aplique en terreno, aunque creo que le falta un afinamiento, al igual que a muchos proyectos que hemos estudiado en el Congreso Nacional. Siempre les falta algo y, al final, en la práctica, se transforman en letra muerta.
Apoyo el proyecto, pero espero que aquí, en este edificio, en este conjunto de personas honorables, también practiquemos lo que pregonamos, y no miremos para el lado cuando abordemos proyectos que llevan mucho tiempo. Por lo tanto, hay que ser consecuentes y dar un buen ejemplo al resto de los empresarios en Chile: igualemos también las condiciones de los garzones que trabajan en el Congreso Nacional.
He dicho.
El señor ELUCHANS ( Presidente ).-
Aprovecho de informar a los señores diputados que espero que en el próximo proyecto de Ley de Presupuestos se contemple una petición formulada por la Cámara de Diputados, a través de la Secretaría, con el objeto de que se nos dote de los recursos necesarios para solucionar el problema a que ha hecho mención, es decir, a ese doble régimen.
Tiene la palabra el diputado señor Nicolás Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Nicolás).-
Señor Presidente , me gusta la iniciativa que hoy estamos analizando, aunque no tanto el proyecto en sí -que obliga al empleador a hacer una sugerencia-, sino porque va a ser un primer impulso para corregir una serie de anomalías e injusticias que hoy se cometen y que se han cometido por años en contra de los garzones, de las personas que atienden en restaurantes, pubs, discotecas, cafeterías, etcétera, de las que nadie se ha hecho cargo.
Efectivamente, en muchos restaurantes de Chile, hoy, los propios garzones, tímidamente, son los encargados de decir a sus clientes que por favor la propina se las paguen en efectivo. ¿Cuál es la razón? Muy simple: porque cuando se incluye en el pago con tarjeta de crédito, no faltan los inescrupulosos que descuentan de la propina la comisión que, a su vez, la tarjeta de crédito le cobra al establecimiento comercial por la transacción.
En segundo lugar, cuando los clientes pagan con tarjeta de crédito y se incluye la propina, los empleadores dilatan la entrega de esa propina al trabajador en 30, 60 e, incluso, hasta en 90 días.
No son pocos los casos en que la propina que recibe un trabajador que atiende una mesa, motivado a realizar un buen servicio para obtener una buena propina, no se la entregan directamente a él, sino que con ella, o parte de ella, se cubre también el sueldo de trabajadores que laboran en otras partes del establecimiento y que no atienden público.
No tengo ningún problema con que la propina se reparta solidariamente entre todos los garzones. Mi reparo es a la práctica de que se pague el mínimo a un trabajador -por ejemplo, de aseo- y se le complemente el sueldo con la propina de los garzones. Eso me parece abusivo. Lo que debería ocurrir es que se pague un sueldo digno al resto de los trabajadores y no se perjudique a los garzones con su propia propina.
También se ha transformado en una costumbre el hecho de que la propina que ganan los trabajadores sirva para reembolsar al establecimiento los platos que se rompen o la vajilla que se estropea, como ocurre en muchas partes.
Señor Presidente, podría seguir enumerando una serie de abusos, que ocurren en esta área del comercio, algunos de los cuales se transforman en ilegalidades. Tenemos que poner punto final a esto.
Aunque parezca increíble muchas veces, los propios garzones no son partidarios de que se establezca en forma legal y obligatoria una propina del 10 por ciento de lo que se paga por consumo. Hace algunas semanas me reuní con el presidente del sindicato de garzones , quien me demostró con cifras en mano que en los restaurantes más pequeños o en los bares en comunas de clase media o, incluso, vulnerables, el porcentaje que se paga por la propina es mayor que el que se paga en los restaurantes más caros de nuestro país. Eso habla también de la desproporción con que muchas veces se tratan estos temas.
En definitiva, esta discusión, y eventualmente la aprobación de este proyecto, nos debe servir para darnos cuenta del trato injusto y discriminatorio que hoy están recibiendo muchos garzones en nuestro país.
Hay muchas normas que tenemos que corregir. No es posible que se les descuente parte de la propina para pagar sueldos, para reponer los platos que se rompieron ni mucho menos para pagar la comisión de la tarjeta de crédito. No podemos hacernos los lesos con ese tipo de actitudes.
Finalmente, celebro y felicito a los autores de este proyecto, el cual voy a apoyar con mucho entusiasmo, porque tiene el mérito de ser el bastión para dar impulso a otras iniciativas que tenemos que convertir en ley cuanto antes.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Ramón Barros.
El señor BARROS.-
Señor Presidente , durante la tramitación del estatuto especial para los trabajadores del sector de turismo, la Comisión de Trabajo hizo una exhaustiva discusión respecto del tema de las propinas.
Si bien es cierto, en ese proyecto que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados y esperamos que el Senado lo ratifique en todos sus términos, se reguló absolutamente lo que dice relación con el pago que deben hacer los empresarios, sean grandes, medianos o pequeños, de la propina y sus fórmulas; también se reguló el abuso que ahí existía como decía el diputado Nicolás Monckeberg , en cuanto a la dilación de los pagos en lo que respecta a las tarjetas de crédito, a los casinos de juego, etcétera. Creemos que eso quedó debidamente garantizado para los trabajadores en dicho estatuto especial, que ya fue aprobado por esta Corporación.
Por lo tanto, todo lo que va en esa línea ha sido legislado y esperamos que el Senado lo ratifique en los términos en que el proyecto salió de esta Cámara.
Sin embargo, junto a los diputados Andrade y Vilches , patrocinamos un proyecto referido a la propina y su forma de pago por parte de los empresarios.
Luego de haber escuchado la opinión de los garzones en la Comisión, decidió en forma unánime aprobar el proyecto en orden a establecer en forma desagregada una propina sugerida para efectos de que los garzones reciban en función de la calidad del servicio que prestan, una cantidad sugerida del 10 por ciento, la que puede ser aumentada en función de cada particular a quien se le ha prestado un servicio. Por lo tanto, se mantiene el marco jurídico de que esto es de carácter voluntario.
Además, en algunos casos, a los propios garzones les complicaba el tema por cuanto podrían quedar sujetos a que les incorporarán las propinas a los sueldos y tuviesen que pagar por ello impuesto a la renta, imposiciones, etcétera. Esa fue la razón por la cual se pensó en la voluntariedad, por un lado, a partir de la calidad de un servicio, pero que fuese desagregado como una propina sugerida. Nos parece que eso ha quedado bien plasmado en este proyecto.
Entonces, haciendo la salvedad de que todos los abusos o irregularidades que se cometían producto del pago con tarjetas de crédito, etcétera, quedó debidamente resguardado en el proyecto de estatuto especial del trabajador de turismo, nos parece que este proyecto, presentado en forma separada, el cual hemos firmado y por tanto vamos a apoyar con entusiasmo, de alguna manera determina esta propina sugerida que nos parece un buen avance, una clarificación de lo que ocurre en los centros de atención de público por parte de los garzones.
Por lo expuesto, vamos a concurrir a su aprobación.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Alfonso de Urresti.
El señor DE URRESTI.-
Señor Presidente, este es un proyecto anhelado y esperado por muchos garzones a lo largo de Chile.
Ha habido una serie de iniciativas que se han presentado en esta Cámara en distintas oportunidades.
Hoy se apunta hacia una ley que permite avanzar; al mismo tiempo, debemos reconocer el aporte que han realizado los garzones en esta sugerencia del 10 por ciento que se va a tener que consignar en la cuenta.
Este proyecto se ha desagregado de uno mayor que se había discutido a propósito de la modernización de la legislación en materia de turismo, pero va en la línea de hacer justicia.
Por eso, hay que reconocer y felicitar a sus autores, y esperamos que hoy en esta Cámara tenga una contundente mayoría para que se convierta en ley.
En diversas oportunidades nos hemos reunido con garzones y representantes de sus sindicatos y con agrupaciones, en las cuales se ha dado a conocer la enorme disparidad de situaciones que se da: lugares donde derechamente no se paga la propina, en los que los empleadores cobran un porcentaje de esa propina o al hacerlo a través de un medio electrónico o tarjeta de crédito, terminan descontándola. Son situaciones que, claramente, no van en directo beneficio de los garzones.
Este proyecto de ley, con la modificación al artículo 64 del Código del Trabajo, permite establecer una herramienta para que los garzones puedan tener defensa cuando no reciben lo que corresponde por concepto de propina.
Esto tiene que llevarnos también a reflexionar sobre el hecho de que no se puede establecer la estructura de sueldos de un garzón única y exclusivamente con un sueldo fijo y con una variable a través de las propinas. Muchas veces, los garzones nos han planteado que sus ingresos son mayores a los que aparecen en sus liquidaciones de sueldo y con eso no pueden optar a distintas opciones de crédito. Hay una disparidad entre lo que perciben directamente y lo que consigna su liquidación.
Conversando con varios de los autores del proyecto, esta situación va a quedar regulada en la ley de mejoramiento laboral del sector de turismo y es importante consignarlo, porque no sacamos nada con que ese trabajador o trabajadora, o garzón, tenga mayores ingresos si no puede justificarlos a la hora de tener una capacidad de crédito o transparentar cuáles son sus ingresos, con lo cual va a quedar considerablemente desmejorado.
Este proyecto permite regular y establecer mejores condiciones. Pero hay que seguir avanzando en una legislación laboral que dé autonomía y fuerza, especialmente, a los sindicatos para poder negociar sus condiciones no sólo de propina, sino también laborales. Son muchos los lugares en que la propina de los garzones prácticamente significa buena parte de sus ingresos y eso es importante desde el punto de vista del incremento que reciben pero no es una seguridad. Muchas veces, hay establecimientos que tienen gran afluencia de público en el verano o sólo los fines de semana y la estructura remuneracional de ese garzón está simplemente dada por esa situación.
Aquí también hay una situación de trato respecto de quienes atienden directamente público y aquellos trabajadores que están detrás del público. Para que un garzón atienda bien tiene que haber una cadena productiva, tiene que estar la persona que trabaja en la cocina, en la preparación de los platos, del café, o de la comida que se sirve.
Señor Presidente , la bancada del Partido Socialista va a votar a favor, del proyecto, porque significa un avance fundamental, pero aquí también tiene que haber una cultura de premiar, de reconocer el aporte que hacen los garzones a la hora de servir y atender al público en un establecimiento. Esto significa reponer un beneficio que históricamente existió hasta 1981 para estos trabajadores respectos de los cuales hoy comienza a hacerse justicia.
Por eso, vamos a votar a favor de este proyecto para seguir avanzando por la dignidad de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país.
He dicho.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Mario Venegas.
El señor VENEGAS.-
Presidente, ya se han dado muchas y buenas razones para apoyar con entusiasmo este proyecto de ley.
Nobleza obliga: quiero felicitar a los autores, a quienes pensaron en esta idea, entre ellos, a mi distinguido amigo y colega don René Saffirio , a don Osvaldo Andrade .
Pero me quedo con un gustito amargo, una insatisfacción, porque hubiera preferido que el proyecto fuera taxativo en términos de establecer la obligatoriedad de la propina, que sería lo deseable. Creo que no hay una sola opinión en contrario, en cuanto a que el 10 por ciento debiera ser obligatorio. Por lo demás, corresponde, como el mismo proyecto señala, volver a una costumbre histórica. Hasta 1981 había sido un derecho alcanzado por este gremio el hecho de que la propina fuera obligatoria y estuviera incluida. En 1981, por causas que no vale la pena analizar, se derogó ese derecho y, hoy, lo que este proyecto de ley consagra, como muchos de nosotros habrá podido darse cuenta, es que está plenamente vigente. Muchas veces, en los restaurantes me entregan la boleta que dice: propina sugerida de 10 por ciento. No todos, estoy de acuerdo; pero en muchos de ellos sí es una práctica habitual.
Por otro lado, en mi primer acercamiento al proyecto estaba con esa insatisfacción de por qué no se estableció ese 10 por ciento de propina como una obligación. Luego de la intervención del diputado señor Osvaldo Andrade entendí que la razón tiene que ver con un tema legal, cual es que la propina no puede constituir renta para ningún efecto y, al hacerla obligatoria, cambiaba la calidad y ya no se tenía iniciativa legal para hacerlo a través de una moción.
El trabajo de garzón es duro, especialmente para aquellos que trabajan en restaurantes, discotecas y pubs. Son jornadas muy extensas y en horarios en que normalmente el resto de los mortales estamos descansando o divirtiéndonos. Ellos están trabajando hasta altas horas de la noche, los fines de semana, en fin, en condiciones muy duras, y en jornadas extenuantes.
En consecuencia, es absolutamente legítimo incluir esto. Aunque no es del todo satisfactorio, creo que hay que aprobarlo unánimemente como una expresión de solidaridad con ese esforzado rubro de trabajadores.
Además, otro aspecto importante del proyecto es que distingue bien todas aquellas áreas donde efectivamente se brinda atención directa a la mesa, para excluir a otros lugares.
Voy apoyar con entusiasmo este proyecto y reitero mis felicitaciones a quienes lo han presentado. Ojalá, en el futuro, con el patrocinio del gobierno, esto se transforme en una obligatoriedad.
He dicho.
El señor ELUCHANS ( Presidente ).-
Ha concluido el tiempo del Orden del Día y todavía quedan inscritos para hacer uso de la palabra los diputados Recondo, Vilches; la diputada señora Andrea Molina, y el diputado Jaramillo.
En consecuencia, el tratamiento de este proyecto queda pendiente para una próxima sesión.
Varios señores DIPUTADOS.-
¡No!
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Salvo que haya acuerdo unánime de la Sala para proceder a su votación.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Entonces, damos por cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre este proyecto en los siguientes términos:
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Corresponde votar, en general, el proyecto de ley, originado en moción, que establece obligaciones relativas a la propina en restaurantes, bares, pubs, clubes, discotecas y similares.
Hago presente a la Sala que el artículo único del proyecto trata materias propias de ley simple o común.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 51 votos; por la negativa, 0 votos. Hubo 2 abstenciones.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
AccorsiOpazo Enrique; Alinco Bustos René; Andrade Lara Osvaldo; Arenas Hödar Gonzalo; Auth Stewart Pepe; Baltolú Rasera Nino; Barros Montero Ramón; Calderón Bassi Giovanni; Campos Jara Cristián; Castro González Juan Luis; Cerda García Eduardo; Cornejo González Aldo; De Urresti Longton Alfonso; Delmastro Naso Roberto; Díaz Díaz Marcelo; Eluchans Urenda Edmundo; Farías Ponce Ramón; Kort Garriga Issa; Goic Boroevic Carolina; González Torres Rodrigo; Hernández Hernández Javier; Jaramillo Becker Enrique; Jiménez Fuentes Tucapel; Lemus Aracena Luis; Martínez Labbé Rosauro; Meza Moncada Fernando; Molina Oliva Andrea; Monckeberg Bruner Cristián; Monckeberg Díaz Nicolás; Montes Cisternas Carlos; Ojeda Uribe Sergio; Ortiz Novoa José Miguel; Pérez Lahsen Leopoldo; Rivas Sánchez Gaspar; Rojas Molina Manuel; Saa Díaz María Antonieta; Saffirio Espinoza René; Sandoval Plaza David; Schilling Rodríguez Marcelo; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Teillier Del Valle Guillermo; Torres Jeldes Víctor; Tuma Zedan Joaquín; Ulloa Aguillón Jorge; Van Rysselberghe Herrera Enrique; Velásquez Seguel Pedro; Venegas Cárdenas Mario; Verdugo Soto Germán; Vidal Lázaro Ximena; Von Mühlenbrock Zamora Gastón; Ward Edwards Felipe.
-Se abstuvieron los diputados señores:
RecondoLavanderos Carlos; Squella Ovalle Arturo.
El señor ELUCHANS (Presidente).-
Por no haber sido objeto de indicaciones, queda también aprobado en particular.
Despachado el proyecto.
"
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/8932-13