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- rdf:value = " El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pepe Auth.
El señor AUTH.-
Señor Presidente , espero que aquí termine un proceso larguísimo, que se inició con la tramitación de la ley de tolerancia cero. En ese entonces, muchos de los miembros de la Comisión, de manera transversal, propusimos elevar las penas en el caso de quien comete el delito de manejo en estado de ebriedad, a causa del cual ocasiona lesiones graves o con resultado de muerte. Sin embargo, el Gobierno nos pidió que retiráramos nuestra indicación.
Luego, a propósito de hechos que conmovieron a la opinión pública, esa voluntad se expresó en un proyecto de ley que fue aprobado ampliamente en la Cámara -prácticamente por la unanimidad de sus miembros-; pero el Senado expresó una opinión distinta, porque consideró exageradas las penas. El proyecto fue a trámite de comisión mixta, donde no se produjo una solución legal que garantizara lo que aspirábamos, es decir, que en todos los casos de muerte de una persona como consecuencia de la conducción de un vehículo en estado de ebriedad, el responsable fuera castigado con prisión.
Debo reconocer que eso solucionaba solo en parte el problema, pero no recogía el principio universal de que quien provoca la muerte de otro ser humano como consecuencia de una actitud irresponsable al conducir bajo en estado de ebriedad, debe ir a la cárcel. A estas alturas, nadie piensa que conducir un vehículo en estado de ebriedad no representa un delito grave que podría acarrear potenciales daños o, incluso, la muerte de personas.
Hoy algo ha cambiado. El Gobierno escuchó y nos propone una solución que garantiza los principios que han animado la lucha que hemos dado en la Cámara de Diputados. A partir de ahora, nadie que cometa el delito en comento, bajo ninguna circunstancia, quedará sin cumplir pena de cárcel, pues se eleva el piso, el rango mínimo de la pena, y se extiende el máximo de la sanción penal. Por consiguiente, aquella persona que irresponsablemente conduzca un vehículo luego de consumir alcohol en demasía, a causa de lo cual provoque la muerte de otro, recibirá como mínimo la pena de tres años y un día. Por más atenuantes que tenga, no podrá evitar por lo menos un año de cárcel.
Además, se crea un tipo calificado en relación con la comisión de este delito en los siguientes casos: reincidir en la conducción bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, ser conductor profesional en el transporte de personas y fugarse del sitio del accidente y no prestar ayuda a la víctima. De concurrir alguna de dichas circunstancias, al autor del delito se le impondrá la pena de presidio mayor en su grado mínimo, esto es, cinco años y un día a diez años.
En consecuencia, los conductores de vehículos motorizados deberán estar enterados de que la ley en proyecto se orienta no solo a sancionar, sino a evitar el doble dolor de las víctimas y de sus familiares, quienes, al poco tiempo, ven nuevamente tras un volante a quien provocó la pérdida del hijo, del padre, del abuelo o del hermano.
Para que los potenciales infractores estén al corriente de todo esto, pedimos al Gobierno que haga difusión de la ley, pues una cosa es aplicarla y otra muy distinta, que ayude a modificar conductas. Debemos motivar el cambio de conducta. Para tal efecto, todo Chile debe saber que nadie que cometa el delito de conducir un vehículo en estado de ebriedad, bajo la influencia del alcohol o de sustancias psicotrópicas, se librará de ser sancionado con cárcel. Asimismo, en el caso de quienes deseen reincidir, es bueno que sepan que deberán pasar varios años en la cárcel.
Aquí estamos completando un ciclo. Primero legislamos para castigar con mayor severidad la irresponsabilidad de subirse a un vehículo bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, y bajamos los umbrales en relación con la consideración de cuándo se trata de conducción bajo los efectos del alcohol, y cuándo, en estado de ebriedad. Pero el complemento es la sanción para quienes, a pesar de conocer las consecuencias que puede tener el hecho de conducir en esas condiciones, provocan accidentes con resultado de muerte o de lesiones graves gravísimas.
Aquí se dijo que el número de muertes como resultado de esa conducción irresponsable alcanzaba la cifra de 344 al año. Es decir, durante el 2013 fue asesinada prácticamente una persona cada día por un conductor en estado de ebriedad. Es muy posible que buena parte de ellas no habría fallecido si el Senado hubiera aprobado el anterior proyecto de ley en esta materia tal como salió de la Cámara. Tal vez, algunas de esas personas habrían fallecido de todas maneras, pero no habríamos provocado la profundización del dolor en aquellas familias que han visto en libertad y circulando por las calles de Chile a los asesinos de sus seres queridos. Esa es una de las razones por las cuales debemos aprobar la iniciativa: para terminar con ese dolor.
Por eso, me parece espectacular que el Gobierno haya conseguido el respaldo de los senadores que el año antepasado se opusieron al proyecto de ley aprobado por la Cámara de Diputados, pues podremos aumentar definitivamente las sanciones penales a quienes cometen esta irresponsabilidad gravísima, que equivale a disparar una escopeta en medio de la noche, sin saber cuántas víctimas inocentes van a morir.
Por lo tanto, la bancada del PPD va a aprobar con entusiasmo este proyecto de ley. Esperamos que esta vez el Senado ratifique lo que obre la Cámara de Diputados.
He dicho.
-Aplausos.
"
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