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El señor ROSSI.- Señor Presidente, el proyecto que nos ocupa es muy importante, aunque, a grandes rasgos, parece ser bastante sencillo, simple, casi obvio y evidente.
Felicito a los autores de la iniciativa. Dos de ellos se encuentran presentes en la Sala, los Diputados señores Víctor Torres y Matías Walker.
Lo ocurrido en la Cuarta Región y que motivó la presentación de la moción es, sin duda alguna, un hecho con pocos precedentes y que constituye un atropello a los derechos laborales de las matronas de Chile.
Aprovecho la oportunidad para saludar a la Presidenta del Colegio de Matronas, señora Ana Román, quien nos acompaña en las tribunas, y al resto de la directiva -que me imagino pronto llegará-. Ellas han contribuido en la Comisión a subsanar y reparar ese enorme agravio sufrido.
Todo el mundo sabe cuál ha sido la colaboración que las matronas han exhibido a lo largo de la historia del país, especialmente a partir de la década de los 60. Desde entonces, gracias a la planificación familiar impulsada por el Gobierno del Presidente Frei Montalva, se logró, entre otras cosas, reducir de manera significativa los índices de mortalidad por aborto y materna en general. Ello debido a las políticas de control de la fertilidad y de la natalidad.
A nadie se le habría ocurrido pensar que una matrona -profesional por excelencia a cargo de la planificación familiar y del control de la natalidad- no pudiese prescribir un anticonceptivo. Sin embargo, en pleno siglo XXI, el Seremi de Salud de la Cuarta Región puso en duda esa facultad, que es parte de las atribuciones obvias de una matrona.
Por eso estamos aquí hoy día: para reparar ese profundo error.
El proyecto tiene por objeto introducir una enmienda al Código Sanitario, a fin de que las matronas -valga la obviedad- puedan prescribir medicamentos relacionados con el control de la fertilidad y, evidentemente, desarrollar procedimientos en la esfera de sus facultades respecto a los derechos sexuales y reproductivos.
Así que, desde esa perspectiva, considero muy importante aprobar la iniciativa, que en la Cámara de Diputados contó con el apoyo -según el listado de que dispongo- de parlamentarios de la Unión Demócrata Independiente (Eluchans, Sandoval, Vilches, Nogueira, Silva, Baltolu, Ulloa, Uriarte, Mónica Zalaquet, Ward, Salaberry y Macaya) y de Renovación Nacional (Cardemil, Rubilar, Morales, Godoy, Sauerbaum, Santana, Edwards y Sabat).
Quiero señalar que estuve bastante preocupado, porque algunos Senadores pretendían pedir votación separada para lograr que las matronas pudiesen prescribir anticonceptivos, pero no anticonceptivos de emergencia. Y considero que es casi un despropósito volver a reponer, en virtud de la tramitación de esta iniciativa, la discusión relativa a la "píldora del día después".
Cabe recordar que, en 2008, el Tribunal Constitucional emitió un fallo respecto de dicha píldora, y no dijo que tuviese algún efecto abortivo, pero sí que el Estado no podía entregarla gratuitamente. Ello, a mi juicio, constituye una tremenda aberración, porque, entonces, solo puede comprarla la gente que tiene plata y no los pobres.
En realidad, ese fue un fallo curioso.
Por último, un punto a favor del Tribunal Constitucional es el hecho de que no señaló en su resolución que esa píldora tuviese algún efecto microabortivo o abortivo.
Recuerdo que el requerimiento a dicho Tribunal fue firmado por más de 30 parlamentarios del oficialismo. Y es interesante traer a la memoria también que allí se hablaba en contra del dispositivo intrauterino. Es decir, se esperaba que, a más de 2 millones de mujeres, el Estado -no sé quién sería, si el Presidente de la República o el Ministro de Salud- retirara ese dispositivo.
Comento lo anterior para que sepamos de qué estamos hablando.
Me acuerdo que, en ese tiempo, el casi Senador Kast -hoy día, Diputado y jefe de bancada-, andaba con un dispositivo intrauterino y en las conferencias de prensa lo mostraba y apuntaba con el dedo a las mujeres que lo usaban para controlar la natalidad, acusándolas de inmorales.
De ese tipo de situaciones estamos hablando.
Yo lamento que el Ministro de Salud me diga, hoy día, que le da lo mismo -¡me hizo, además, una seña en ese sentido!- participar en la discusión del aborto terapéutico que se lleva a cabo en la Comisión de Salud, porque no lo han invitado. Me dijo que cuando yo tenga una opinión formada va a asistir. Y agregó: "Me da lo mismo".
Tengo que aclarar al Secretario de Estado que él debe tomar parte en el debate, pues necesitamos conocer la opinión del Ejecutivo acerca de esa materia. Por lo tanto, no puede decirme que le da lo mismo y hacer un gesto de ese tipo, como el que hizo hoy día en la Comisión de Medio Ambiente, cuando tratábamos el proyecto sobre los polimetales.
Además, ya tengo la opinión formada sobre el particular, porque incluso soy autor de una moción en ese sentido.
Me llama la atención la actitud de la autoridad, porque al frente tenemos un Gobierno que habla de un nuevo trato con la Oposición, de los puentes de entendimiento, del diálogo, de la democracia y todas estas cosas. Y, de pronto, uno recibe ese tratamiento que va un poco en la misma línea de lo que planteaban los Honorables señores Lagos y Quintana, referentes a las desafortunadas declaraciones del Senador señor Carlos Larraín y apoyadas con mucho entusiasmo por el Honorable señor Prokurica. Porque si alguien "mete la pata", uno espera, por último, que le digan: "La embarraste", pero no que lo feliciten y los ensalcen.
Pero, bueno, así son las cosas hoy por hoy.
El señor PROKURICA.- ¡Y usted avala las palabras de Teillier!
El señor ROSSI.- ¡Le encanta interrumpir a Su Señoría!
¡Estaba preocupado porque no lo había hecho!
¡Ahora me siento más tranquilo y puedo continuar en paz!
El señor PROKURICA.- ¡Es que la memoria es un poco frágil!
El señor ROSSI.- En verdad, señor Presidente, espero que aprobemos el proyecto de ley.
Felicito a los Senadores de las bancadas de enfrente que retiraron la solicitud de votación separada. Afortunadamente, han recapacitado y entienden que las mujeres tienen derecho a tomar sus propias decisiones sobre temas tan relevantes como la planificación familiar.
Dejo fuera a la Senadora señora Lily Pérez -para ser justos-, porque Su Señoría ha apoyado esas materias.
Por consiguiente, sugiero que aprobemos la iniciativa, a fin de reivindicar la tan importante labor que realizan nuestras amigas matronas, y que gracias a ellas, desde Arica hasta Magallanes, tenemos índices de mortalidad materna que envidiaría cualquier país desarrollado.
He dicho.
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