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El señor LETELIER (Vicepresidente).- En seguida, corresponde ocuparse del proyecto de ley, en tercer trámite constitucional, sobre violencia escolar, con informe de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología.
--Los antecedentes sobre el proyecto (7123-04) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley: (moción de los Senadores señores Chadwick, Allamand, Cantero, Lagos y Walker, don Ignacio).
En primer trámite, sesión 41ª, en 10 de agosto de 2010.
En tercer trámite constitucional, sesión 18ª, en 17 de mayo de 2011.
Informes de Comisión:
Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, sesión 53ª, en 15 de septiembre de 2010.
Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (segundo), sesión 78ª, en 21 de diciembre de 2010.
Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (tercer trámite): sesión 37ª, en 2 de agosto de 2011.
Discusión:
Sesiones 55ª, en 28 de septiembre de 2010 (se aprueba en general); 79ª, en 22 de diciembre de 2010 (se aprueba en particular).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La Sala debe abocarse a la discusión de las enmiendas introducidas por la Cámara de Diputados a la iniciativa legal en examen, la cual se originó en moción de los Honorables señores Cantero, Lagos y Walker (don Ignacio) y de los entonces Senadores señores Allamand y Chadwick.
Dichas modificaciones, incorporadas en el segundo trámite constitucional, fueron aprobadas por la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Senado, tal como se consigna en el informe que Sus Señorías tienen en sus escritorios, conforme a una decisión adoptada por la unanimidad de sus miembros presentes: Honorables señores Cantero, Larraín (don Hernán), Quintana y Walker (don Ignacio).
Cabe consignar que todas las enmiendas requieren para su aprobación el voto conforme de 22 señores Senadores.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- En discusión las modificaciones.
Tiene la palabra al Honorable señor Ruiz-Esquide.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Señor Presidente, el proyecto en análisis obedece a una antiquísima necesidad, ante lo que se ha ido observando en educación, y tiende a evitar el maltrato y la forma grosera en que, de repente, un alumno es atacado por superiores, incluso por profesores o administrativos, o por niños con mayor fuerza, lo que ha obligado, en algunos casos, hasta al retiro en determinados colegios.
Entiendo que en este debate nos pronunciaremos en general y en particular, y solo deseo formular algunas observaciones sobre la materia.
La primera de ellas apunta a preguntarse, independientemente de que la situación se registre en los colegios, por qué tiene lugar de tal modo y por qué han aumentado tanto la dureza entre los escolares y la forma brutal en que las personas mayores se relacionan en ciertas oportunidades.
Mi sensación -y lo he dicho muchas veces- es que hoy día impera en toda la sociedad una violencia que ha surgido más fuertemente dentro de lo que representa el modelo capitalista, el cual ordena que la regla de oro, en definitiva, es la competitividad. Y esta última se exagera en determinados momentos, al punto de que se transmite con una fuerza increíble, obviamente, a través de los medios de comunicación. Está probado que, en Chile, cualquier niño, hasta los 13 años, ha visto alrededor de 10 mil a 12 mil actos de violencia en programas de televisión.
Ello obliga a pensar en el efecto que se provoca. En España se llegó a algo que parece bastante curioso, dadas las condiciones de plenísima libertad en la televisión que ese país ha exhibido en los últimos años. Se concluyó que era necesario aplicar lo que se llamó, en su tiempo, "autocensura" o una suerte de precaución frente a la programación chatarra.
¿Qué significó lo anterior? Que los canales, el Colegio de Periodistas y las instituciones gubernamentales, tanto nacionales como regionales o provinciales, celebraron un pacto en orden a evitar al máximo la violencia, ya que es una de las consecuencias más graves en la medida en que los niños, al menos hasta los 13 o 14 años, por mucho que cuenten con un discernimiento adecuado, carecen de una noción exacta -y ello se ha probado en estudios bastante exhaustivos- acerca de cuál es la verdad entre lo que ven y la realidad objetiva, o la concordancia de ambas cosas. Y eso ha llevado a que exista una especie de violencia inducida.
Es algo que también se aprecia en la situación que se presenta en nuestra sociedad. Y lo estamos viendo en estos días de una manera bastante clara. La violencia es parte de la comunidad internacional, y en Chile no escapamos al fenómeno.
La cuestión se traduce, entonces, en que es necesario formar de un modo distinto a los jóvenes, quienes pueden llegar, con una orientación adecuada, a una suerte de precaución, de prevención del maltrato.
Hace muchos años -entre 1993 y 2000- presentamos, junto con otros Senadores, un proyecto sobre maltrato infantil. Y una de las cosas que logramos fue que se contemplaran todas las situaciones conocidas en ese momento acerca de la manera de evaluar o estudiar tal conducta.
Sin embargo, no conseguimos que se dispusieran clases sobre derechos humanos, que se determinara una formación sobre el respeto por la gente en los estudiantes y los colegios.
Entiendo que todavía anda circulando otra iniciativa que también ayuda en la materia.
Pero, para acortar el debate, basta señalar que, al parecer, todos votaremos a favor de las enmiendas propuestas.
La iniciativa constituye un avance importante, porque lo que no se hace de niño...
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Concluyó su tiempo, Su Señoría.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Termino en seguida, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene un minuto adicional.
El señor RUIZ-ESQUIDE.- Gracias.
Como digo, lo que no se hace de niño guarda relación con lo que sucede en el período posnatal. La esencia del proyecto sobre tal materia es dar a los menores durante su primer semestre de vida -y ojalá más tiempo, hasta dos o tres años, en otros aspectos- la suficiente capacidad para variar su forma de vida y su correlación endocrinológica, lo que puede cambiar las conductas de los niños.
Por eso, vamos a votar favorablemente.
En todo caso, señor Presidente, si no se hacen sonar los timbres desde ya, no alcanzaremos el quórum requerido.
El señor WALKER (don Patricio).- ¡Que se abra la votación!
El señor WALKER (don Ignacio).- ¡Así es!
El señor RUIZ-ESQUIDE.- ¡Sí, abrámosla!
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Dado que hay dos Comisiones sesionando en paralelo con la Sala, tenemos dos opciones: suspender la votación hasta más tarde -habría que fijar una hora para votar y pasar al próximo proyecto- o abrirla.
El señor WALKER (don Ignacio).- Votemos ahora.
El señor LARRAÍN.- Y que se avise a las Comisiones.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Entonces, abriremos la votación y se pedirá a los miembros de las Comisiones que vengan a emitir su pronunciamiento.
En votación las modificaciones introducidas por la Cámara de Diputados.
--(Durante la votación).
El señor ESPINA.- Señor Presidente, deseo hacer una consulta a la Secretaría.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ESPINA.- ¿Existe un texto comparado de esta iniciativa? Porque lo que tengo en mi escritorio es solo el informe del proyecto, en tercer trámite constitucional, sobre violencia escolar.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Vamos a formular la consulta.
El señor LABBÉ (Secretario General).- La Secretaría solo tiene el informe.
El señor ESPINA.- En ese caso, para una mejor comprensión de los proyectos, sería de mucha utilidad hacia el futuro contar con un texto comparado donde apareciera la legislación vigente, el proyecto despachado por el Senado y las modificaciones introducidas por la Cámara de Diputados.
Esa es la manera más fácil de darse cuenta de los cambios experimentados por la iniciativa.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- La Mesa comparte plenamente su juicio, señor Senador. Por eso estamos solicitando una explicación al Secretario de la Comisión de Educación.
Me acaban de precisar la información: el comparado existe y se encuentra en el sistema electrónico. Ello obedece a una de las medidas que se han tomado para "salvar los árboles"; es decir, para consumir menos papel.
De ser necesario, se puede imprimir. Pero está disponible en el sistema computacional.
Tiene la palabra el Honorable señor Ignacio Walker, para fundar su voto.
El señor WALKER (don Ignacio).- Señor Presidente, solo quiero reiterar la importancia del proyecto que nos ocupa.
Soy coautor de la moción respectiva, la que debe mucho a la labor desarrollada en esta Corporación por el ex Senador señor Allamand.
La tramitación de la iniciativa ha tenido una trayectoria, a mi parecer, bastante virtuosa. Empezamos con una mentalidad, como suele ocurrir en estos casos, sancionatoria (cómo castigar el bullying, el matonaje, el hostigamiento, de ocurrencia diaria en los 11 mil establecimientos educacionales -o en la mayoría de ellos- y que afectan especialmente a los niños), y pasamos a una lógica que, aunque tiene algo de punitivo, aspira a instaurar una nueva cultura al interior de los colegios del país.
Hay mucha conciencia de nuestra cultura y, en materia educacional, de los derechos, pero poca conciencia de los deberes y las obligaciones.
Este proyecto de ley plantea un conjunto de deberes y obligaciones -además de los derechos garantizados a nivel constitucional y legal- a los distintos estamentos que componen la comunidad escolar: a los directores, a los órganos directivos, a los profesores, a los padres y apoderados, y en especial, a los alumnos y las alumnas, quienes suelen ser sujetos tanto activos como pasivos de una ignominia que sufren a diario -en forma anónima, por lo general- miles de niños y niñas en Chile.
Entonces, el primer aporte de la iniciativa es llamar la atención sobre la necesidad de reforzar los deberes y las obligaciones, junto con los derechos, al interior de los 11 mil establecimientos educativos.
En segundo lugar, se dispone que cada uno de ellos cuente con un reglamento que vele por la convivencia escolar y que contenga los derechos y, sobre todo, los deberes y las obligaciones de los distintos actores. Además, se requieren protocolos de actuación: ¿Qué hacer cuando alguien tiene información acerca de un caso de hostigamiento, de matonaje, de bullying? ¿Cuáles derechos y deberes operan en tal situación? ¿Ante quién se debe reportar el hecho?
Esos son algunos de los aspectos que el proyecto propone incluir en los reglamentos.
Y en tercer término, aunque no es lo medular, también se consideran sanciones -especialmente, multas-, para cuando los derechos y las obligaciones consagradas en esta futura ley sean infringidos al interior de un establecimiento educacional.
Por lo tanto, por primera vez en la historia de Chile se legisla en esta materia, más que para sancionar -reitero: la propuesta es un texto bastante preventivo y disuasivo-, para formar una nueva cultura que rija la convivencia escolar en los colegios.
Por ello, celebro que la iniciativa se haya aprobado en el primer trámite constitucional en el Senado.
Insisto: este proyecto se inició en una moción. No todos los d��as aprobamos propuestas legislativas con este origen.
Creo que la Cámara de Diputados, que actuó en este caso como Cámara revisora, hizo aportes muy significativos en el segundo trámite constitucional, especialmente en la dirección, más que de sancionar, de prevenir, introduciendo incentivos que apunten a desarrollar buenas prácticas en los establecimientos educacionales.
En este tercer trámite, estamos concluyendo el debate de una iniciativa muy esperada por la comunidad escolar.
A diario vemos reportajes, sobre todo en televisión, acerca de cómo se pasa a llevar la integridad sicológica de los niños; cómo se les inhibe y humilla a través de diversas formas de matonaje, hostigamiento o bullying al interior de los recintos educacionales.
Por lo tanto, llamo a la Corporación a aprobar el proyecto para que se convierta en ley, normativa que será muy bienvenida por la sociedad, en general, y no solo por la comunidad educativa, y que apunta a sentar las bases y a incentivar el surgimiento de una nueva cultura de sana convivencia escolar tendiente a evitar -erradicar, en lo posible- la violencia escolar.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Espina.
El señor ESPINA.- Señor Presidente, deseo formularles una consulta a los autores de la moción. Entiendo que el único presente en la Sala es el Senador señor Ignacio Walker.
La Cámara de Diputados eliminó varias disposiciones aprobadas por el Senado. Quiero que alguien me explique el fundamento de ello, porque no queda claro en el informe.
Si revisamos el comparado, veremos que la Cámara Baja -salvo que esté leyendo muy mal el texto- rechazó íntegramente los números 1, 2 y 3. Es decir, quedaron fuera las seis primeras páginas de dicho documento.
Y el primer precepto que se modifica es el número 4, letra a): se propone intercalar, en el inciso segundo del artículo 15 de la ley, a continuación de la expresión "proyecto educativo", la oración "promover la buena convivencia escolar y prevenir toda forma de violencia física o psicológica, agresiones u hostigamientos, conforme a lo establecido en el párrafo tercero de este título".
Aprovecho, señor Presidente, de hacer una sugerencia respecto de la elaboración de los comparados.
Pienso que nuestros informes son muy difíciles de entender. De verdad. He tratado, durante todos estos años, sin ningún éxito, de que los comparados en tercer trámite contengan una columna donde aparezca el texto final propuesto.
A cualquier persona que lea la tercera columna del comparado del presente proyecto ("Modificaciones introducidas por la Cámara de Diputados") le costará comprender cómo quedará el articulado en definitiva. Y muchos de estos textos llegan a manos de la prensa, de terceras personas, de estudiantes interesados, en fin.
¡Resulta muy difícil entender las leyes!
Por lo tanto, señor Presidente, como tema aparte, sugiero que en los comparados se agregue una columna que contenga el texto final, incluidas las enmiendas propuestas por la Cámara Baja. Así, cualquier persona (joven, profesor) que analice la iniciativa podrá entender lo que se plantea. Si no, le resultará muy difícil comprenderlo.
Sin perjuicio de ello, solicito que alguien me clarifique las razones que tuvo la Cámara de Diputados para modificar sustancialmente lo aprobado por el Senado y agregar el párrafo 3° "Convivencia Escolar".
De los autores del proyecto, al único que veo en la Sala es al Senador señor Ignacio Walker. No sé si él, o la Secretaría en subsidio, pudiera explicar el punto.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Quintana, Presidente de la Comisión de Educación.
El señor QUINTANA.- Señor Presidente, por supuesto, voy a respaldar el proyecto, que la Comisión de Educación estudió en profundidad.
Son varios los autores de la moción pertinente: Senadores señores Ignacio Walker y Cantero, y el ex Senador señor Allamand, entre otros.
La iniciativa efectivamente experimentó muchas modificaciones, y no solo en la Cámara de Diputados, sino también en el Senado.
El texto original estaba planteado más bien en términos punitivos, lo que es importante por cuanto hay que ver cómo limitar los comportamientos de maltratos producidos entre pares. Y recalco: es entre pares; no se trata de cualquier tipo de violencia, de abuso sistemático, reiterado, psicológico.
En un primer momento -insisto-, sobre la base de la premisa de que había que ponerle atajo a esto de una vez por todas, se pensó en medidas más bien persecutorias.
Sin embargo, como estamos hablando de escolares, el carácter preventivo que se le fue dando a la iniciativa mejoró su texto.
Ahora ingresa a la Sala uno de los autores de la moción, el Senador señor Cantero, quien podrá responder con mayor propiedad las preguntas del Honorable señor Espina.
Señor Presidente, simplemente quiero señalar que el proyecto, tal como quedó redactado, permitirá cautelar el bien protegido que nos interesa: la integridad física y psicológica de los estudiantes.
Además, pienso que es muy importante haber mantenido intactas en la discusión las cuatro áreas a las que se les pueden asignar recursos. Me refiero a las que contempla la iniciativa sobre subvención escolar preferencial, que la Comisión de Educación despachó hace tan solo seis días.
El Gobierno quería modificar precisamente la concerniente a la convivencia escolar y quedarse solo con una de las áreas. Naturalmente todos los municipios, los sostenedores educacionales iban a optar, entre las cuatro categorías, por aquella que les garantizara mayor flexibilidad presupuestaria, que es la de gestión de recursos, pues esta les permitiría contratar profesores, en fin.
Pues bien, junto con el Senador señor Ignacio Walker, insistimos mucho en la necesidad de mantener firme el área de convivencia escolar, lo cual posibilita que el proyecto tenga una expresión en términos de recursos; es decir, habrá fondos para que el Consejo Escolar en cada recinto educacional no sea letra muerta. Me refiero al órgano que estará integrado, entre otros, por el director del establecimiento, por un profesor designado entre sus pares, por el presidente del centro de padres y apoderados y por el presidente del centro de alumnos.
Señor Presidente, la iniciativa que nos ocupa apunta en la dirección de frenar la agresión escolar, conocida como "bullying".
Encuestas recientes de la Organización Mundial de la Salud sitúan a Chile entre los países donde más está creciendo tal fenómeno. Se habla de que el bullying, especialmente hacia los más chicos, bordea el 40 por ciento. Esta cifra es muy alta para una nación como la nuestra.
Esta materia forma parte también de los asuntos que la sociedad chilena está debatiendo como uno de los graves problemas que tenemos en educación. Es probable que la convivencia escolar sea un asunto no medible, distinto de lo que sucede con las asignaturas y las calificaciones, pero igual es relevante para la promoción de valores y para lo que recibe finalmente el estudiante en su proceso formativo.
En consecuencia, que el menor lleve adelante su proceso educacional sin la amenaza de tener en forma permanente un compañero que lo hostigue, golpee o dañe psicológicamente constituye un bien jurídico importante y una garantía que debe otorgar nuestro sistema escolar.
En tal sentido, señor Presidente, el proyecto es tremendamente necesario.
Por eso, con todo gusto, voto a favor las enmiendas propuestas por la Cámara de Diputados.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, también deseo manifestar mi aprobación a la iniciativa y felicitar a los autores de la moción, todos miembros de la Comisión de Educación en su momento.
Además, el proyecto contó con el apoyo del Ministerio de Educación.
Me tocó participar en algunas reuniones donde se discutió el asunto, por lo que puedo decir que se ha hecho un trabajo bastante serio.
El bullying -desgraciadamente, no hemos castellanizado la palabra- es una especie de maltrato particular.
El señor WALKER (don Ignacio).- De matonaje.
El señor LARRAÍN.- Exactamente, constituye una suerte de matonaje, que revela conductas de agresión física o psicológica que se repiten en el tiempo y que, como tales, son un atentado al sentido de la dimensión formativa que tienen los establecimientos educacionales por definición.
Y, por lo tanto, no podemos como sociedad permanecer indiferentes a una situación que se ha ido intensificando y multiplicando.
Al final, no nos es factible dejar de pensar que la convivencia escolar es en sí misma una forma de aprendizaje progresivo y permanente.
En el caso particular que nos ocupa, debemos entender que el bullying constituye una forma de discriminación. Es un grupo el que discrimina en contra de otros por distintas razones: por su aspecto físico, por sus habilidades intelectuales, etcétera, que lamentablemente terminan por implicar una cadena de complicidad, de silencio de los partícipes, sobre hechos que afectan a otros alumnos. Y a veces, incluso, ante la mirada de un profesor que los tolera o no es capaz de tomar medidas al respecto.
Por cierto, al no hacer nada y al callar, se convierten en cómplices.
Debemos asumir esta situación y sancionarla por un camino efectivo.
El proyecto en análisis permite al Ministerio de Educación intervenir y multar a los colegios que no tomen en serio el bullying, pero también deja a estos la capacidad de reglamentar y sancionar de distintas maneras tales conductas.
Resulta interesante constatar que efectivamente el bullying ya no es, por desgracia, un fenómeno episódico, sino que se ha convertido en una conducta mucho más extendida de lo que uno pudiera imaginar.
De acuerdo a una encuesta hecha por el Ministerio de Educación en 2010 -la primera que se aplica para conocer cifras reales de este fenómeno- el 86 por ciento de los alumnos encuestados declararon haber presenciado frecuentemente insultos y burlas; el 71 por ciento ha visto peleas; el 69 por ciento dice que se cometen robos o hurtos en la sala de clases; el 60 por ciento señaló que sus compañeros rompen o dañan infraestructura del colegio en que estudian; el 50 por ciento reconoció haber recibido amenazas y hostigamiento.
Es decir, no hablamos de situaciones menores, sino de hechos bastante más extendidos y generalizados.
Por ese mismo motivo, considero muy necesario y urgente asumir esta realidad y buscar caminos que permitan abordarla. Es parte del proceso educativo.
Ello no se ha hecho, y por eso esta iniciativa y el apoyo que ha recibido del Gobierno nos llevan a pensar que se está trabajando como corresponde: parlamentarios que se hacen responsables de esta situación y una autoridad que apoya y da más fundamentos a un proyecto que estoy seguro contribuirá a reducir este fenómeno que, desgraciadamente, se ha instalado entre los estudiantes chilenos.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Cantero.
El señor CANTERO.- Señor Presidente, es muy grato ver cómo una iniciativa de esta naturaleza llega al término de su tramitación.
Quiero recordar que los principales impulsores de ella fueron dos parlamentarios que hoy se desempeñan como Ministros: los entonces Senadores señores Chadwick y Allamand. Ellos fueron los primeros que levantaron una iniciativa concreta y que buscaron respaldo en esta línea.
Vaya para estos, entonces, el reconocimiento. Porque el proyecto en debate -como digo, llega ya a su fase final de tramitación- constituye un valioso aporte, pues permite entender el enfoque de la violencia escolar dentro de la comunidad educativa; establece responsabilidades; incorpora definiciones que me parecen oportunas y positivas, toda vez que, como se señaló, hay un ambiente de violencia escolar exacerbado, que por lo demás parece ser un fenómeno creciente y al cual de una vez por todas debemos regular y ponerle coto.
Lo que busca esta normativa es que toda acción violenta física o psicológica, agresión u hostigamiento que involucre a un miembro de la comunidad educativa sea sancionado. También establece que revestirá particular gravedad cuando aquella sea realizada por personas que cumplan algún rol de autoridad dentro del establecimiento. Asimismo, dispone que se sancionará al colegio que no tome debida nota ni adopte las medidas pertinentes y correctivas. También se crea un Comité de Buena Convivencia Escolar, el cual debe estar inserto dentro del marco del proyecto educativo y que tiene por objeto promover la buena convivencia escolar y prevenir toda forma de violencia física o psicológica, agresión u hostigamiento.
Me parece que las definiciones sobre convivencia escolar contenidas en el artículo 16 son muy pertinentes; colaboran mucho al entendimiento y la comprensión.
Seguramente, en el ejercicio de estas normas iremos observando alguna necesidad de corrección. Y eso será siempre útil.
Entonces, señor Presidente, quiero expresar mi alegría por observar que en un plazo bastante breve esta iniciativa va a terminar su tramitación.
Con todo -lo deseo manifestar-, como desafío hacia delante hay una cuestión que no está siendo considerada con la atención requerida: la violencia que observamos en los programas de televisión fundamentalmente. Son por lo menos tres las horas en que las pantallas interactúan con nuestros niños.
En esa línea, me parece que tendremos que hacer esfuerzos para volver a cautelar el tiempo que los menores pasan frente a la televisión en el horario familiar, en particular el espacio infantil.
Desde esa perspectiva, quizás el desafío mayor tiene que ver -y esto es simplemente prospectivo, porque no se halla contenido en el proyecto de ley en discusión, pero pienso que constituye una cuestión interesante de considerar- con lo que especialistas en estas materias califican como "el manejo de emociones en el ámbito escolar".
Nuestros niños no son educados respecto a cómo manejar las emociones.
Hemos visto precisamente en estos días incluso a toda la estructura educacional actuando en la calle. Y observamos violencia. Por cierto, acción y reacción, pues aquí tampoco se trata de caricaturizar a ningún sector.
Lo concreto es que hemos observado el enfoque dual: el esfuerzo claramente intencionado de determinados miembros de la comunidad educativa por mantener un espacio de expresión ciudadana en paz, en armonía, con simpatía, con empatía respecto de las ideas que buscan defender; y el accionar de otros, que pueden ser minoritarios, pero causan un efecto tremendamente violento en la comunidad nacional, que expresan sus sentimientos con una virulencia y violencia inusitadas.
Lo que resulta más paradójico es que estos últimos son los que claman al cielo por sus derechos; pero no están dispuestos a respetar los de los demás.
Esa cuestión me parece muy interesante.
Especialistas del ámbito educativo y también del área de salud mental del Ministerio de Salud nos recomendaban considerar hacia el futuro el introducir en el ámbito de la sala de clases lo que se ha denominado como "una instrucción para el manejo de las emociones", que permita mejorar la interacción social entre los miembros de la comunidad educativa.
Voto a favor, señor Presidente.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra para fundamentar el voto el Senador señor Orpis
El señor ORPIS.- Señor Presidente, en mi opinión, este proyecto es tremendamente oportuno. Y al aprobarlo, quiero plantear una reflexión: estamos abordando lo relativo a la violencia a nivel escolar. Pero esto es la expresión de algo mucho más profundo.
La pregunta que uno debería hacerse es: ¿La violencia se está generando solo a nivel escolar?
Yo creo que no.
Me explico: cuando uno ve a través de distintas imágenes a niños resolver los conflictos por la vía de la violencia, debe comprender que ello ocurre porque al final estamos viviendo en una sociedad profundamente violenta, que ha llegado incluso al nivel escolar.
Yo, simplemente, quiero llamar la atención sobre el particular.
Hoy día, si uno observa lo que ocurre en ciertos barrios a lo largo del país, se da cuenta de que los problemas allí se resuelven y se imponen territorios a través de la violencia. El código es la amenaza, el chantaje.
Esa es la conducta normal que se expresa en las relaciones personales. Y cuando la violencia pasa a ser el método habitual para solucionar las diferencias de la vida en comunidad, tiene distintas expresiones en los diversos ámbitos, siendo uno de ellos el escolar.
A mi juicio, el asunto va mucho más allá de la esfera educacional, porque se ha instalado en amplios sectores de la comunidad, que definitivamente han decido desarrollar su vida en común utilizando la violencia. Y lo que vemos en el nivel escolar no es nada más que el efecto de ello. Ahora, si esa violencia se expresa en tal plano, es porque normalmente también la hay en la casa, en la familia, en el barrio.
Por lo tanto, esta reflexión deberíamos extenderla mucho más allá de abordar el bullying en este proyecto. Resulta evidente la importancia de analizar tal problema a nivel escolar, porque allí es precisamente donde se forman las personas. Y, en consecuencia, al colocarlo en el terreno legislativo, se le está dando una prioridad significativa.
Sin embargo, se deben abrir los ojos, porque la violencia trasciende el ámbito estudiantil, como expresión de algo mucho más profundo que se está viviendo en la comunidad y en la sociedad toda.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Carlos Larraín.
El señor LARRAÍN (don Carlos).- Señor Presidente, quiero fundamentar mi voto favorable a las enmiendas introducidas al proyecto con algunas reflexiones, que se añaden a las ya realizadas.
Lo de la violencia escolar, efectivamente, viene a ser como un espejo de ciertos patrones culturales que se están desarrollando en la vida social.
Yo durante muchos años hice clases, alrededor de 18 o 19 años. Y la verdad es que el ambiente en las escuelas, cuando decidí no continuar, se veía muy deteriorado comparado con el de hace 16 o 18 años, cuando empecé a notar un cambio en el modelo de conducta que había hasta ese momento.
Por eso, a mi juicio, el énfasis debe estar hoy día puesto en lo que ocurre en la sala de clases.
No cabe duda de que el rol de la escuela contemporánea se ha visto acrecentado por la ocurrencia -así lo hemos presenciado- de un fenómeno muy doloroso: la virtual desaparición de la estructura familiar. Entonces, en la medida en que ella disminuía, o -mejor dicho- se filtraba, el papel de la escuela se agrandaba.
En consecuencia, todo lo que pueda conducir a una mejor convivencia en los establecimientos educacionales se debe tratar de apuntalar.
Por eso también duele que, a veces, el propio gremio de los profesores no entienda que debe sustentar y acentuar el valor de la ley. La conducta individual, por supuesto, puede asociarse al recto uso de la razón, pudiendo esta ir sola, acompañada de la religión o combinada con otros factores como familia-escuela-profesor. Pero el rol del educador es determinante.
De ahí, entonces, que los profesores deben respetar y proteger la legislación vigente, lo que resulta muy importante.
Hemos visto estos días algunos episodios que nos hacen dudar acerca de la convicción del propio profesorado acerca de lo necesario que es contar con un marco legal dentro del cual desarrollar su tarea.
Solo me resta agregar que votaré a favor de las enmiendas, con mucho gusto. Y confío en que ellas conduzcan a un mejor desarrollo de la labor de los profesores en el aula.
El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Terminada la votación.
--Se aprueban las modificaciones de la Cámara de Diputados (31 votos afirmativos), dejándose constancia de que se reunió el quórum constitucional requerido, y el proyecto queda despachado en este trámite.
Votaron las señoras Allende, Alvear, Pérez (doña Lily), Rincón y Von Baer y los señores Cantero, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, Frei (don Eduardo), García, García-Huidobro, Gómez, Horvath, Lagos, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Letelier, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Ruiz-Esquide, Tuma, Uriarte, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
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- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/7123-04