-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636510/seccion/akn636510-po1-ds6-ds23
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/1381
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:value = "
El señor CORNEJO (Presidente).-
¿Habría acuerdo para prorrogar el Orden del Día hasta las 14.00 horas, con el fin de despachar sin discusión, como fue acordado, el proyecto de ley que crea el acuerdo de vida en pareja?
Acordado.
Tiene la palabra el diputado Jaime Pilowsky .
El señor PILOWSKY .-
Señor Presidente, hace un tiempo me reuní con un grupo de mujeres de mi distrito y con la directora regional metropolitana del Servicio Nacional de la Mujer. En esa ocasión, con vecinos y vecinas de nuestras comunas, analizamos la situación de la mujer en el país y revisamos la agenda de género impulsada por el gobierno de la Presidenta Bachelet .
Según las cifras, las mujeres constituyen prácticamente la mitad de nuestra población: el 52,4 por ciento. Según el INE, el 50,5 por ciento.
Dicho porcentaje no se ve reflejado en el Congreso Nacional, pues solo representan el 15 por ciento de los legisladores: seis senadoras de treinta y ocho miembros del Senado, y dieciocho diputadas de ciento veinte miembros de la Cámara de Diputados. Incluso, estamos por detrás de la realidad latinoamericana, cuyo promedio de parlamentarias es de 21 por ciento.
El gobierno tampoco tiene cifras alentadoras, sin perjuicio de que son mejores que las del Parlamento: el 39 por ciento de los ministerios son encabezados por mujeres -nueve ministras en un total de veintitrés ministerios-.
En el mundo privado el porcentaje de mujeres en cargos directivos y gerenciales tampoco muestra mejores estándares.
Por eso, bienvenida la ley de cuotas que acabamos de aprobar en aquel día histórico en que terminamos con el sistema binominal. Los partidos políticos estarán obligados a que del total de sus candidatos, no más del 60 por ciento sean hombres o mujeres.
También hay otras diferencias que es necesario considerar y revertir, si nos proponemos hacer de Chile un país -como todos soñamos- más equitativo e inclusivo.
De acuerdo con la encuesta Casen, las mujeres son las jefas de hogar en el 38 por ciento de los hogares de Chile. A la vez, son las más pobres, ya que tienen un tercio menos de ingresos que las familias con un hombre a la cabeza del hogar.
Las brechas salariales son otra expresión de esta diferencia de género. En Chile, los hombres ganan, en promedio, más que las mujeres con igual nivel de estudio. Las cifras van desde un 19,9 por ciento más, si ambos no tienen educación formal, hasta un 71,6 por ciento más, si tienen formación universitaria incompleta.
Nuestro país buscará dar efectividad a la igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que presten un mismo trabajo mediante la ley de igualdad de salario que el Congreso Nacional aprobó hace un tiempo. La Presidenta lo dijo gráficamente de muy buena forma: “A igual pega, igual paga.”.
Sin embargo, el aspecto quizá más dramático de esta discriminación es la violencia contra la mujer. Según la última Encuesta Nacional de Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, una de cada tres mujeres ha vivido violencia física, sexual o sicológica por parte de sus parejas o ex parejas. A menudo, también son objeto de violencia económica.
En la mayor parte de los casos, la última agresión sufrida fue causada por una pareja o ex pareja, y entre sus principales consecuencias se mencionó que hubo moretones o rasguños.
Según cifras del Sernam, en 2013 hubo 40 femicidios consumados, no obstante que al menos en la mitad de los casos existía denuncia previa en contra del victimario por maltratos físicos o sicológicos, y se había decretado la prohibición de acercamiento u otras medidas cautelares.
Para las vecinas de Peñalolén y La Reina, con quienes analizamos esta situación, uno de los aspectos más importantes a considerar es que se necesita un cambio cultural, pues se entiende que no solo los hombres, sino también las mujeres, hemos sido educados bajo algunos supuestos que se transforman en la manera de hacer las cosas y pasan a ser parte de nuestro funcionamiento automático; se vuelven invisibles y no los percibimos.
Por eso, para revertir esas cifras y para hacer el cambio cultural que se demanda, es una gran noticia que contaremos con un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género que trabaje incansablemente para lograr aquellos objetivos que son prioritarios para nuestra sociedad en este ámbito.
Este proyecto, que votaremos favorablemente, tiene un problema de diseño organizacional del cual quiero dejar constancia. La iniciativa crea un ministerio que se encargará del diseño y coordinación de las políticas, planes y programas destinados a promover la equidad de género y la igualdad de derechos, entre otros temas. Para ello se crean los cargos de ministro o ministra, subsecretario o subsecretaria y de secretarios o secretarias regionales ministeriales.
Por otro lado, en el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, que también se modifica, al menos en su nombre, se crea un director o directora que se nombrará a través del sistema de Alta Dirección Pública. Este organismo se encargará de ejecutar las políticas, planes y programas que le encomiende el Ministerio. Esta institución también contará con direcciones regionales.
Tengo una duda razonable respecto de la existencia de algunos de esos cargos. La coordinación de las organizaciones resulta fundamental para la implementación de políticas públicas eficaces. Mi duda se basa en lo empírico: tres autoridades y un solo servicio que manejará gran parte de los recursos. Por otro lado, seremis y direcciones regionales constituyen un diseño complejo que requerirá análisis e implementación fina. Sin embargo, confío en el trabajo de la señora ministra para reducir las dificultades que planteo.
La nueva institucionalidad tendrá que enfrentar enormes desafíos: mayor y mejor acceso a fuentes laborales para las mujeres, apoyo a las madres jóvenes que estudian o trabajan, mayor representatividad de las mujeres en el Congreso Nacional, el gobierno y la empresa privada; la eliminación de toda clase de violencia que se ejerza en contra de las mujeres, ya sea en su vida familiar o social, y, fundamentalmente, el desarrollo de políticas públicas que promuevan la eliminación de toda forma de discriminación, lo que redundará en una sociedad más inclusiva.
Es bueno recordar que para llegar donde estamos se ha hecho un trabajo importante. Por ello, además de los nombres que mencionó Karol Cariola , quiero citar también al Presidente Aylwin , que al inicio de los años 90 creó el Servicio Nacional de la Mujer, y a la ex senadora Soledad Alvear, que fue la primera ministra directora de dicho servicio.
Pero los tiempos y las prioridades cambian, por lo que resultaba lógico y necesario adecuar nuestra institucionalidad. Hoy estamos cumpliendo, una vez más, como lo hemos hecho durante todo el año, con un compromiso adquirido por la Presidenta Bachelet en su programa de gobierno, en este caso, el de crear un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Por lo expuesto, anuncio que votaremos a favor las modificaciones del Senado a esta iniciativa.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636510
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/636510/seccion/akn636510-po1-ds6