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El señor CORNEJO (Presidente).-
Corresponde tratar las modificaciones del Senado al proyecto de ley, iniciado en mensaje, que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género y que modifica diversos cuerpos legales que indica.
Antecedentes:
-Modificaciones del Senado. Documentos de la Cuenta N° 6 de este boletín de sesiones.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Ojeda .
El señor OJEDA .-
Señor Presidente, las modificaciones introducidas por el Senado son pocas: dos o tres son sustanciales y las otras son meros detalles o cambios de conceptos.
Votaré favor todas las modificaciones, porque este proyecto de ley sigue la tendencia universal de crear instancias que se preocupen de los derechos de las mujeres, no para sobrepasar los derechos de los hombres o para contraponerse a ellos, sino para equiparar sus derechos. Y el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género buscará ser una secretaría de Estado que se encargará de colaborar con el Presidente de la República en el diseño, coordinación y evaluación de las políticas, planes y programas conducentes a que la mujer goce de derechos y de oportunidades similares a los del hombre. Sencillamente, persigue la equidad de género, la igualdad de derechos y la eliminación de toda forma de discriminación en contra de la mujer.
Durante todos los años de vigencia de nuestra normativa civil, no hemos sido capaces de lograr esos objetivos. Debió surgir la idea de este ministerio como fórmula para lograrlo, que ha sido el resultado de una lucha constante de la mujer para obtener igualdad ante la ley, de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en su artículo 1° señala que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Hace cien años, la mujer no tenía derecho a voto; hoy tenemos una mujer como Presidenta de la República. No obstante, los fundamentos que figuran en el mensaje presidencial señalan que “subsisten importantes brechas en el pleno goce de los derechos de las mujeres, que hacen indispensable contar con una institucionalidad idónea para liderar los cambios normativos, políticos, culturales y económicos que demanda la equidad de género.”.
Hemos visto que los parámetros y referentes con que tradicionalmente se ha medido a la mujer no han sido los adecuados, lo que ha colocado a la mujer en una posición desventajosa frente al hombre, lo que les ha impedido avanzar. Las mediciones no deben hacerse por el solo hecho de ser mujer, sino en su calidad de género. No se debe valorar a la mujer solo por su maternidad o por el trabajo doméstico que realiza en la cocina o en su casa. Vale por mucho más, como profesional, trabajadora, empresaria, académica, con un fondo cultural y social más allá de su propia identidad biológica o sexual. El concepto “sexo” es un dato biológico y el género es una construcción social, como lo sostiene la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Las modificaciones del Senado son insustanciales. Por ejemplo, señala que al ministerio le corresponderá promover “la protección de la maternidad, reconociendo la diversidad de las mujeres y sus diferentes opciones de vida.”.
También agregó la siguiente oración final a la letra d) del artículo 3°: “En el marco de la corresponsabilidad, la educación incluirá una comprensión adecuada de la maternidad como una función social.”.
Redactó de la siguiente manera la letra f) del artículo 3°: “Velar por la transformación de estereotipos, prejuicios y prácticas sociales y culturales, entre otros, los basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos y que naturalizan y reproducen la discriminación arbitraria contra las mujeres.”.
Asimismo, redactó de la siguiente manera la nueva letra p) de ese mismo artículo: “Promover la dignificación del trabajo doméstico, en el marco de la corresponsabilidad entre hombres y mujeres.”.
El proyecto nos habla de un ministerio bien estructurado, con características y objetivos precisos, con una subsecretaría, secretarías regionales ministeriales, un comité interministerial para la igualdad de derechos, un Consejo Asesor y un fondo para la equidad de género. Se mantiene el Servicio Nacional de la Mujer, que ha sido muy cuestionado por los diputados.
El proyecto de ley crea un ministerio, una institución que velará por la no discriminación, por la igualdad de derechos y para que la mujer pueda conseguir lo que le corresponde, porque no obstante toda la normativa que ha existido a través de los años y de la lucha de las mujeres, que ha sido muy sacrificada y fatigosa, no ha sido posible obtener una verdadera y efectiva igualdad, por cuanto vemos, por ejemplo, que ella no se refleja en las remuneraciones de hombres y de mujeres, aunque nosotros presentamos un proyecto de ley al Congreso Nacional, que hoy es ley de la república, que establece la igualdad de las remuneraciones por igual función.
De tal forma que, como dije, votaremos favorablemente las modificaciones del Senado, porque están de acuerdo con el espíritu y con la naturaleza de la institución que queremos crear.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Issa Kort .
El señor KORT .-
Señor Presidente, en la legislatura anterior me tocó presidir la Comisión de Familia, en la que analizamos muchos aspectos esenciales para ir avanzando en equidad, en justicia y en igualdad.
En ese aspecto, aprobamos temas muy importantes relacionados con la violencia intrafamiliar, que hoy lamentablemente descansa en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia.
Por intermedio del señor Presidente, solicito a la ministra que nos acompaña que se comprometa, con la misma energía con que ha luchado para tramitar este proyecto de ley, para avanzar en legislaciones trascendentales para afrontar asuntos concretos.
Con los diputados Barros y Bauer , y con las entonces diputadas Adriana Muñoz , María Antonieta Saa, Mónica Zalaquett tuvimos conversaciones muy enriquecedoras respecto de ese tema y sobre cómo debe avanzar el país y la sociedad para dar oportunidades.
Reconocemos que, producto de nuestra historia y de nuestro desenvolvimiento social, no hemos alcanzado la equidad que corresponde. Creemos que con la creación de una institucionalidad como el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género se avanzará en ese sentido. No obstante, el punto que quiero dejar planteado en este debate es que no se avanza necesariamente en esta materia a través de la aprobación de leyes o de la creación de una institucionalidad. El país avanzará realmente cuando cambiemos la cultura y la forma de relacionarnos, cuando exista la voluntad real de respetar integralmente a las mujeres, cuando se penalice efectivamente la violencia intrafamiliar, cuando no tengamos más femicidios que lamentar ni más prácticas de violencia en contra de las mujeres.
Celebro este avance, pero también manifiesto mi preocupación, porque el país debe tener un avance integral para conseguir esos objetivos. Este es solo un paso.
Por eso quiero que la señora ministra directora del Servicio Nacional de la Mujer recoja este planteamiento, porque queremos dar soluciones integrales, las que también pasan por pedir al Parlamento que discutamos, que trabajemos y que aprobemos leyes que vayan en directo beneficio de la familia, del hombre, de la mujer y, finalmente, de lo que consideramos el núcleo de la sociedad.
Con estos argumentos quiero hacer un llamado de atención al gobierno, porque no está todo hecho ni resuelto; por el contrario, queda mucho por hacer.
Hago un llamado para que nos “pongamos las pilas” y trabajemos esta materia con la seriedad que el tema, las chilenas y los chilenos merecen, especialmente la familia chilena.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Denise Pascal .
La señora PASCAL (doña Denise) .-
Señor Presidente, por su intermedio, saludo a la ministra directora y a la subdirectora del Servicio Nacional de la Mujer.
Para las mujeres hoy es un día histórico. Me enorgullece poder hablar en esta Sala sobre la materia que nos convoca y decirles a los chilenos, una vez más, que los compromisos de nuestra Presidenta Michelle Bachelet se cumplen.
En el programa de gobierno de la Presidenta se destacó con fuerza la nueva agenda de género y equidad que Chile necesita. Y qué mejor que iniciar su cumplimiento con un proyecto como este, con la creación de una nueva institucionalidad y el nacimiento de un nuevo ministerio: el de la Mujer y la Equidad de Género.
En este primer año del segundo gobierno de nuestra Presidenta Bachelet , se han producido avances importantes en materia de mujer y equidad de género, partiendo por este proyecto, que continuó con otros tan relevantes como la aprobación del proyecto de reforma al sistema electoral binominal, que contempla el criterio de paridad de género y que permitirá que más mujeres tengan posibilidades de competir en las próximas elecciones y de sentarse en esta Sala en representación del género.
Pero esto no termina aquí. Para los próximos meses nos convoca el desafío del futuro debate en torno a la despenalización de la interrupción del embarazo, las modificaciones a la ley de violencia intrafamiliar y al régimen patrimonial de sociedad conyugal y otros proyectos, los cuales contribuirán a hacer de esta una sociedad más justa, donde hombres y mujeres puedan ejercer sus derechos con igualdad.
¿Por qué queremos un ministerio? ¿Por qué hemos luchado para lograr su concreción hoy? Porque como sociedad necesitamos que el enfoque de género esté presente en todas aquellas áreas relevantes para nuestro desarrollo: sistema electoral, reforma educacional, reforma laboral, política habitacional, política cultural, política de salud y tantas más, donde la mirada desde la perspectiva de género es superimportante para buscar la equidad. Ese desafío solo lo podremos cumplir con una institucionalidad robusta, como el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Han pasado 24 años desde la creación del Servicio Nacional de la Mujer y, pese a reconocer todo el aporte y contribución que este significó para tantas mujeres del país, hoy parece no ser suficiente.
Las diferentes miradas que recibimos durante la tramitación del proyecto concluyeron en la introducción de algunas modificaciones importantes en el Senado:
La maternidad como función social. La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (en inglés, Cedaw), en su artículo 5, letra b), comprende la maternidad como una función social.
Trabajo doméstico. El proyecto promueve dignificar el trabajo doméstico, pero en el marco de la corresponsabilidad.
Reconocimiento y protección de la multiculturalidad e identidades étnicas. Se incorpora como función del ministerio y del servicio el fomentar medidas en favor de las mujeres, que resguarden la multiculturalidad y sus identidades étnicas. Este es un reconocimiento de la relevancia que tiene para las mujeres de nuestro país la visibilización de sus identidades étnicas, y va en la línea de la consagración de una democracia más robusta.
Luego de aprobado el presente proyecto, Chile contará con un ministerio potente, dotado de recursos humanos y financieros, que tendrá por objeto diseñar, coordinar y evaluar todas las políticas, planes y programas destinados a promover la equidad de género y la igualdad de derechos, y procurar eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer.
Quisiera destacar el nombre del ministerio que se crea con este proyecto. No se trata de un Ministerio de la Mujer, sino del Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género, y la equidad de género no es otra cosa que estandarizar las oportunidades existentes para repartirlas de manera justa entre hombres y mujeres.
No pedimos más ni mejor; pedimos igualdad. Y es el Estado quien debe garantizar el desarrollo simétrico de los miembros que componen una sociedad. Es el Estado quien debe procurar que las únicas diferencias que existan entre hombres y mujeres sean aquellas lógicas y evidentes que deriven del respeto por las características particulares de cada género y no aquellas que se perpetúan en una sociedad cuando, por ejemplo, a idénticas obligaciones y responsabilidades en un trabajo, un hombre gana más que una mujer.
Si bien la situación de las mujeres en las últimas décadas ha tenido avances significativos, no solo en Chile, sino también en todo el mundo, lamentablemente tales avances no han alcanzado todas las áreas, no han sido constantes en el tiempo y no han llegado a todas las mujeres por igual.
Tenemos importantes desafíos por delante. Chile, por ejemplo, se encuentra aún por debajo de América Latina en materia de participación laboral femenina y las mujeres siguen siendo las principales responsables de las tareas del hogar. Aún no estamos al nivel que quisiéramos en cuanto al acceso a los cargos relevantes, desde el punto de vista de la toma de decisiones, tanto en el ámbito público como privado, y ello, por supuesto, no tiene que ver con las capacidades de las mujeres, sino con las oportunidades de acceso que el Estado no ha sido capaz de garantizar a cabalidad.
Por eso, hoy me alegro por la aprobación de este proyecto, que es un paso gigante para que nuestro país avance y seamos una mejor sociedad, donde todas las personas, independientemente de nuestro género, podamos gozar del mismo tratamiento, condiciones y oportunidades, requisito indispensable para alcanzar, entre hombres y mujeres, el ejercicio justo, digno e igualitario de nuestros derechos.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Ramón Farías .
El señor FARÍAS .-
Señor Presidente, hace aproximadamente nueve meses ingresó a esta honorable Cámara un proyecto que tenía como objetivo dar respuesta a la imperante necesidad de iniciar una nueva fase en lo que respecta a las políticas de igualdad en nuestro país.
Somos la nación con más desigualdad en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), organismo compuesto por 34 Estados, y una de las principales causas de ello radica en la desigualdad de género.
En Chile, nuestras mujeres viven más años que nosotros, los hombres, y ganan menos; su salud es más cara; son las principales víctimas en cuanto a violencia de género; su participación en el mundo social, económico, laboral, etcétera, es menor a la de los hombres, ya que poseen mayores barreras, entre otras razones.
Hoy contamos únicamente con un servicio que las atienda, y la desventaja de ser solo un servicio y no un ministerio radica en la falta de autonomía, la falta de capacidad de influencia que se necesita para crear políticas públicas efectivas. Así también, deja a la voluntad del gobierno de turno la continuidad de dichas políticas.
Como bien señalé en esta misma Cámara en el primer trámite legislativo de este gran proyecto de ley, como Presidente de la Comisión de Gobierno Interior tuve la posibilidad de trabajar en su estudio y, a través de las exposiciones y testimonios, conocer de cerca la realidad de las mujeres de nuestro país, en que lograr el mismo respeto, reconocimiento y oportunidades es el doble de laborioso para ellas que para nosotros. Ello reforzó aún más mi convicción acerca de la necesidad de que la discriminación de las mujeres debe abordarse como política de Estado.
Asimismo, en mi primera intervención manifesté que, sin duda, nos encontramos frente a un hecho histórico. Es histórico porque con esta creación hablamos de una nueva institucionalidad, más fuerte, potente y transversal, que busca proteger y promover los derechos de las mujeres en base al respeto, la autonomía y la igualdad de los mismos.
Repito, y con más fuerza, que este proyecto tiene un enfoque integral, que no pretende de forma alguna dejar fuera -como se planteó en cierta oportunidad- algún aspecto de la vida de las mujeres, como la maternidad, o negar la existencia de diferencias que pueden tener los hombres y las mujeres.
Puede sonar hasta majadero repetirlo, pero en ese ámbito necesitamos políticas de Estado que protejan la maternidad, pero siempre enfocadas a que esta no es solo tarea de las mujeres y que ellas no tienen que ver reducida su identidad al odioso concepto “mujer = hijos = casa”. Necesitamos políticas públicas creadas y pensadas con una visión de responsabilidad compartida.
La mujer también trabaja, también aporta y es parte importantísima, por no decir esencial, de nuestra sociedad. No solo es madre y dueña de casa. A mi entender, a partir de ese reconocimiento comienza la igualdad.
La igualdad a la que me refiero, respecto de la cual también me pronuncié en su momento, no implica señalar que las mujeres son iguales que los hombres, y punto. Tanto la ministra Claudia Pascual como la subdirectora Gloria Maira , además de quien habla y todos los que creemos y trabajamos en este proyecto, estamos conscientes de que existen diferencias biológicas y psicológicas entre hombres y mujeres, de manera que el objetivo que se plantea con la expresión “igualdad” o “equidad de género”, más allá de las diferencias existentes, es dejar establecido que ambos son personas, que hombres y mujeres son sujetos de derechos e igualmente capaces, razón por la cual deben ser respetados y valorados por igual.
Hoy termina un proceso, y comienza una nueva etapa, muy anhelada por las mujeres del país. Hoy se aprobará la creación de una instancia que tendrá por objeto el reconocimiento de sus libertades y derechos políticos, educacionales, sexuales, sociales y culturales, puesto que este ministerio deberá velar por la igualdad que tiene que existir entre mujeres y hombres, por el término de las discriminaciones odiosas, para que de una vez por todas se reconozca con todas sus letras que las mujeres también son sujetas de derechos.
Las enmiendas introducidas por el Senado al proyecto en general me parecen pertinentes, porque refuerzan la idea planteada desde un principio por nuestro gobierno, en particular la ministra directora del Sernam, señora Claudia Pascual , en términos de establecer la maternidad como una función social, lo cual me parece de suyo importante, por cuanto la consagra como una de las funciones que pueden realizar las mujeres, pero no la única ni la prioritaria. Como ello se fija en el marco de la corresponsabilidad, supone llevar a cabo la democratización de los deberes de cuidado, aspecto que es muy importante, porque cuando hablamos de igualdad, estamos hablando de que ella se debe ejercer hacia ambos lados, no solo hacia uno.
Asimismo, en el marco de la corresponsabilidad, el proyecto modificado por el Senado promueve la dignificación del trabajo doméstico, pues plantea que es una tarea que no solo es asignada a las mujeres, sino que debe ser llevada a cabo tanto por hombres como por mujeres.
Por último, quiero señalar que me parece muy importante la aclaración que se desprende a partir de las enmiendas del Senado en materia del reconocimiento y la protección de la multiculturalidad y las identidades étnicas.
En consecuencia, votaré a favor las modificaciones del Senado, por cuanto permiten enriquecer este proyecto, el cual fue aprobado en general por unanimidad tanto por la Cámara de Diputados como por el Senado, aspecto que es importante destacar, por cuanto demuestra la intención del Congreso Nacional de legislar respecto de la creación de un ministerio que permita garantizar la dignidad que merecen las mujeres, derecho por el que se ha peleado durante mucho tiempo.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputados señor David Sandoval .
El señor SANDOVAL .-
Señor Presidente, con la discusión de las modificaciones del Senado estamos en el trámite final de un proyecto relevante y significativo, el cual propone la creación de una institucionalidad que, sin duda, permitirá relevar uno de los grandes desafíos que tenemos como país: la generación de mecanismos, acciones y espacios que permitan terminar con toda forma de arbitrariedad y discriminación en la sociedad entre el hombre y la mujer.
Durante su tramitación legislativa, la iniciativa contó con el respaldado transversal de todos los sectores. En la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización, junto a la ministra directora del Sernam, a quien aprovecho de saludar, llevamos a cabo un amplio y profundo debate respecto del contenido fundamental del proyecto que propone la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
En ese contexto, sin duda que estamos dando un paso muy importante. De hecho, el análisis efectuado permitió asentar las bases para una discusión que ha sido la que generó mayor debate, relacionada con los objetivos establecidos en el artículo 3° de la iniciativa, respecto de cómo en el contexto de las diferentes tareas se construyen ámbitos que chocan con temas ideológicos, como la teoría de género. Sugiero a los diputados escuchar qué piensa el Presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa , respecto de un contexto al que hemos dado tanta importancia y significación, pues creo que tiene mucho sentido social y cultural para la época en que estamos viviendo.
Por ejemplo, en la tramitación de la iniciativa, costó mucho el análisis de un concepto tan esencial como es la maternidad, el cual se consideraba casi como imposible de introducir en el contexto de la discusión, como si la maternidad fuera una carga sicológica y un motivo fundamental que permitía a los hombres ejercer discriminación sobre la mujer, por tener ella el privilegio de ser madre. Lo planteo porque no es bueno que el ministerio que se propone crear se construya sobre la base de esa ideología, ya que todos estamos aquí debido a la maternidad, ese privilegio enorme que tiene la mujer.
En la discusión realizada, ese concepto se veía casi como una carga, como si estuviéramos tratando de establecer una causa esencial para la discriminación entre el hombre y la mujer, en circunstancias de que creemos en la corresponsabilidad en la educación y en el trabajo, en todos los ámbitos de la vida, pero eso no implica negar que la mujer tiene el enorme y esencial privilegio de la maternidad. Por eso, había que incorporar ese concepto. ¡Es imposible que el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género no incorporara un elemento tan esencial, precisamente, con el objeto de proteger la maternidad! Ese fue uno de los aspectos fundamentales de la discusión durante la tramitación de la iniciativa, porque no se quería incluir.
Incluso más, se traspasaba esta función, tal como lo dispone con absoluta claridad la normativa que rige al Servicio Nacional de la Mujer, organismo que se transformará en el servicio operativo del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, de manera que había una correlación lógica y natural, que ya se encuentra contemplada en la propia ley.
Las enmiendas introducidas por el Senado perfeccionan la iniciativa, pues tal como lo planteamos en la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización junto a los diputados señores Celso Morales y Osvaldo Urrutia , existe la necesidad de instalar en nuestra sociedad la cultura de eliminar toda forma de arbitrariedad y discriminación. Los hombres y las mujeres debemos construir la sociedad que todos queremos, y no cabe la menor duda de que en la medida en que las discriminaciones y las arbitrariedades se terminen, podremos construir una sociedad que nos llevará por un camino de construcción absolutamente distinto.
Por las razones señaladas, nuestra bancada votará a favor las enmiendas del Senado.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Yasna Provoste .
La señora PROVOSTE (doña Yasna) .-
Señor Presidente, junto con saludar a la ministra directora del Servicio Nacional de la Mujer, así como a la subdirectora, quiero reconocer el enorme esfuerzo que han hecho para sacar adelante este proyecto, así como para ser la voz y el corazón de tantas mujeres de nuestro país.
La creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género se enmarca dentro de una serie de compromisos que el gobierno de la Presidenta Bachelet adquirió durante su campaña, para colocar a las mujeres como sujetas de derechos. El 50 por ciento de la población debe dejar de ser minoría.
El proyecto que hoy llega a su tercer trámite constitucional aborda la problemática de la discriminación de las mujeres y reconoce que es un fenómeno que requiere de la integración de todos los organismos del Estado, pues los cambios culturales suponen la convergencia del más amplio espectro institucional.
En la discusión en el primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados, algunas parlamentarias plantearon que el proyecto de ley que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género debía ser más explícito en la protección de la maternidad. Personalmente, es un enfoque que no comparto, ya que es reducir la temática solo al espacio de la mujer. La protección de la maternidad tiene que ser una política de Estado que reúna a distintos ministerios, porque implica temas de salud, laborales, legales, patrimoniales, sobre la infancia, etcétera, pero también involucra el papel que deben jugar los padres en el crecimiento y desarrollo de niñas y niños, además de su protección económica.
Es importante avanzar en la corresponsabilidad en el cuidado de hijos e hijas. Para ello se promulgó recientemente la ley que permite a los padres alimentar a hijas e hijos durante su jornada de trabajo. No obstante aquello, la ministra adoptó un compromiso en esta Cámara que hoy ha cumplido en el tercer trámite constitucional del proyecto, dado que la mención a la protección de la maternidad resulta positiva y se establece como un criterio en el inciso tercero de la letra b) del artículo 3°, lo que, además, es absolutamente coherente con la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), que comprende la maternidad como una función social.
De la misma manera, valoro -conversé sobre ello con la diputada Claudia Nogueira - que el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género haya tomado el reconocimiento y protección de la multiculturalidad y las identidades étnicas, al incorporar, como función del ministerio y del servicio, el fomento de medidas en favor de las mujeres, que resguarden la multiculturalidad y sus identidades étnicas. Si bien esa protección estaba consagrada en el inciso segundo de la letra b) del artículo 3° del proyecto, a través de la referencia “pertinencia cultural”, ahora su consagración se hace en forma más explícita. En este sentido, quiero valorar el esfuerzo del ministerio y de la ministra en el Senado.
Además, a quienes ponen un manto de dudas sobre la administración de la autoridad máxima de este nuevo ministerio, quiero señalar que las mujeres no queremos nada menos de lo que hoy existe para otros ministerios en la organización del Estado.
Por ejemplo, el Ministerio de Salud es el encargado de diseñar las políticas públicas y los servicios de salud son los encargados de implementarlas. En este caso, ocurrirá lo mismo con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Nos parece que ello es absolutamente coherente con lo que ha venido haciendo el Estado, cual es dotar, a través de una ley, a un ministerio de un conjunto de funciones y atribuciones y establecer a su alero un servicio que implemente cada una de las medidas adoptadas.
Comparto el objetivo del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, que es avanzar en la igualdad de derechos de las mujeres en los distintos aspectos de su vida social: en el trabajo, en la educación y en la participación política.
No puede haber un Estado neutral. Por el contrario, tiene que generar políticas que se hagan cargo de las asimetrías y dificultades que hoy existen, lo que supone que las fuerzas políticas no solo proclamen la igualdad de género, sino que actúen consecuentemente para materializarla en la ley y en los hechos.
Debemos tener un Estado que sea capaz de permear a toda la sociedad y que se las juegue por las mujeres y por generar esas posibilidades. Por lo tanto, es importante vincular la igualdad de género, la igualdad de oportunidades y la igualdad de derechos con actividades que den mayor participación a las mujeres en las decisiones políticas.
Como muy bien señaló el diputado Sergio Ojeda , Presidente de la Comisión de Familia y Adulto Mayor, al aprobar este proyecto de ley no se está tratando un tema que involucre solo a las mujeres, sino a la sociedad completa. No se trata de un tema de izquierda o derecha, de progresistas o conservadores, sino de un compromiso con la democracia y la modernización del país.
Con la aprobación del proyecto que crea este ministerio, no se quiere favorecer única y exclusivamente a las mujeres, en desmedro de los hombres, sino escuchar la impaciencia de mujeres y hombres que reclaman por una democracia más inclusiva.
Por eso, anuncio mi voto a favor de las modificaciones del Senado para crear, de una vez por todas, el Ministerio de la Mujer en nuestro país.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Roberto Poblete .
El señor POBLETE .-
Señor Presidente, la agenda parlamentaria de enero es, quizás, el corolario perfecto del año legislativo más relevante desde la llegada de la democracia en 1990. Por esta Sala, en casi 11 meses, han pasado los proyectos de ley más transformadores que Chile haya tenido la oportunidad de darse a sí mismo, desde hace mucho tiempo. Eso es motivo de orgullo no solo para los parlamentarios, sino para todos y cada uno de los chilenos.
Nuestra Presidenta señaló en su programa de gobierno que es necesario iniciar una nueva etapa en la política de género de nuestro país, de manera de garantizar e integrar adecuadamente los derechos de las mujeres y avanzar decididamente hacia una mayor equidad entre hombres y mujeres.
Por eso, desde un comienzo, se dijo al país que era necesaria la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, y además una reformulación del Servicio Nacional de la Mujer. Esto no es más que dar cumplimiento, una vez más, a lo que se dijo en campaña, al fragor de la discusión política y el debate.
No es un misterio que la institucionalidad que promueve el desarrollo de políticas públicas a favor de la mujer haya tenido una importancia creciente en todos los gobiernos de la Concertación y, en especial, en el primero de Michelle Bachelet. Ello obedece a un fundamento claro que va más allá de la convicción política. Nosotros, como país, hemos suscrito la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, la cual fue aprobada por la Organización de Naciones Unidas en 1979 y ratificada por nuestro país en 1989. En ese instrumento internacional, los Estados partes se comprometen a tomar todas las medidas para eliminar la discriminación contra las mujeres en el ejercicio de los derechos ciudadanos y políticos, garantizándoles la igualdad de condiciones para participar en las elecciones, en la formulación de políticas públicas y en organizaciones de la vida pública y política del país.
Pues bien, con ello, por cierto, se justifica la creación de un órgano especializado, técnico y, a la vez, político que propenda a la creación de medidas, planes y programas para la mujer, en tanto sujeto de derechos y obligaciones en el medio social, no desconociendo el rol familiar que puede asumir, pero potenciando por sobre todo la igualdad y la equidad de género en todos los pliegues de la vida. Lo anterior no resulta fácil si se piensa que es un hecho cultural que requiere primero un aprendizaje cívico, el cual puede ser lento, pero ineludible.
Hay autores que señalan que el género es una categoría emergente para dar cuenta de la construcción social que ha transformado las diferencias entre los sexos en desigualdades sociales, económicas y políticas. ¡Nada más cierto que eso! El género es la edificación de un discurso que pone un ladrillo más en la ideología de la desigualdad, la cual crea discursos y dispositivos que operan en beneficio de las diferencias que hacen inviables las transformaciones a favor de personas que cumplen iguales funciones o, al menos, equivalentes.
En la organización interna del ministerio que propone el proyecto, además de una subsecretaría, existirán secretarías regionales ministeriales, seremis; un Comité Interministerial para la Igualdad de Oportunidades y un Consejo Asesor.
El proyecto, además, establece el Fondo para la Equidad de Género y fija las normas para su regulación con un reglamento.
También se establece la forma en que será el continuador legal del Sernam en las materias que pasan a ser competencia del Ministerio. Acá las políticas de Estado son los derroteros por los que atravesarán las probables decisiones y mejoras del futuro, y en tal sentido es imperioso dar hoy estos pasos en favor de las mujeres de nuestro país.
La única manera de resolver los problemas de género, que se esconden no solo en el lenguaje, sino en todo el andamiaje institucional y legal chileno, es con iniciativas mediante las cuales estos discursos, que generan la desigualdad política, económica y social, decaigan en favor de nuevos escenarios y de nuevos progresos para las mujeres de nuestro país, medidas que, sin duda, irán en favor no sólo de ellas, sino de todos y cada uno de los habitantes de nuestro país.
En consecuencia, anuncio mi voto a favor del proyecto de ley.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Bernardo Berger .
El señor BERGER .-
Señor Presidente, por su intermedio, quiero saludar a la ministra del Sernam y a su subdirectora.
Hemos revisado las indicaciones del Senado y nos parecen atendibles. Por lo tanto, hoy estamos en condición de avanzar en la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, con el objeto de eliminar la desigualdad entre mujeres y hombres. Las mujeres en Chile siguen estando en desventaja sistemática en cuanto a la participación política, social, económica y cultural. La iniciativa fortalece el actual Sernam, organismo creado para avanzar en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
También permite dar cumplimiento a los compromisos internacionales en materia de igualdad de género, porque estamos quedando muy atrás respecto de otros países latinoamericanos y de otras regiones. Además, avanza en la consolidación de nuestra democracia.
Considero que la creación de este Ministerio incorporará políticas adecuadas para eliminar la discriminación en contra de las mujeres y reducirá la brecha que existe entre hombres y mujeres, pero también aquellas que existen entre mujeres de campo y de ciudad, indígenas y no indígenas, de sectores populares y de sectores medios y altos, entre jóvenes y adultas mayores y entre quienes presentan o no algún tipo de discapacidad.
Asimismo, contribuye a hacer más igualitarias las relaciones entre los géneros, al empoderamiento de las mujeres como sujetos sociales en tanto protagonistas del desarrollo de las familias, de la comunidad y de la sociedad toda, y al desarrollo de sus potencialidades en el ámbito cultural, artístico, académico, científico y tecnológico.
Señor Presidente, estando de acuerdo con esta iniciativa, que la bancada de Renovación Nacional votará favorablemente, quiero aprovechar la oportunidad de enviar un mensaje al Ejecutivo.
Es urgente y necesario que atienda la demanda que hemos realizado muchos parlamentarios en torno a la creación de un Ministerio del Adulto Mayor. Creemos que hay que avanzar en esa línea, porque el grupo etario de los adultos mayores crece cada día en nuestro país. Es indispensable materializar la iniciativa para llegar a todos en nuestra sociedad.
Por lo expuesto, anuncio que la bancada de Renovación Nacional votará favorablemente el proyecto en debate.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Karla Rubilar .
La señora RUBILAR (doña Karla) .-
Señor Presidente, por su intermedio, quiero saludar a la ministra del Sernam y a la subdirectora de ese organismo.
Ya ha sido dicho todo en este último trámite legislativo. Lo que nos corresponde es aprobar la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Hay que ser justos. Los cambios que habíamos solicitado que se realizaran en esta materia están contemplados en el proyecto. Ha quedado establecido que la discriminación no debe ser arbitraria, como indica la Constitución. Agradecemos la protección a la maternidad, a las mujeres indígenas, al trabajo dentro del hogar, pero siempre haciendo la salvedad de que hay una corresponsabilidad entre hombres y mujeres, y que el trabajo del hogar también puede ser de los hombres, sin discusión alguna.
En Amplitud agradecemos al Ejecutivo por haber acogido las inquietudes que teníamos con la diputada Nogueira y otras parlamentarias. Se ha cumplido el compromiso. Eso se valora, porque permite generar confianzas de trabajo.
Desde una posición constructiva, como la que ocupa Amplitud, estarán nuestros tres votos para apoyar la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Nos alegramos enormemente de ello. Es una buena noticia para el país, pero así como lo indicamos durante el primer trámite, ojalá que dure poco y no sea necesario, porque esperamos que la discriminación de la mujer termine pronto en nuestro país.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada Karol Cariola .
La señorita CARIOLA (doña Karol) .-
Señor Presidente, por su intermedio, quiero saludar a la subdirectora, señora Gloria Maira , y a nuestra ministra, señora Claudia Pascual , a quienes agradezco la paciencia y la fuerza que han tenido para llevar adelante este proyecto.
Sabemos que no ha sido fácil la discusión de esta iniciativa, que en ella se han enfrentado distintas miradas. Tal como lo decía la diputada Rubilar , hemos logrado llegar a puntos de encuentro para construir una institucionalidad distinta que permita garantizar el resguardo de los derechos de las mujeres.
Tengo la seguridad de que este equipo, que ha encabezado el Servicio Nacional de la Mujer, seguirá trabajando con toda la fuerza y la entrega que lo han hecho hasta ahora para dar inicio a este nuevo desafío, que es la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
No ha sido fácil llegar a este día, fase final de la tramitación legislativa de este anhelado proyecto. Fue un compromiso asumido por el gobierno de la Presidenta Bachelet con las mujeres chilenas. Lo quiero decir así de claro. El compromiso de este proyecto político apunta a la necesidad de avanzar decididamente no sólo en los derechos de las mujeres, sino también en la construcción de una verdadera equidad de género. Por eso, el nombre que se ha adoptado -Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género- no solo corresponde a una designación, sino que tiene que ver con un contenido de fondo, con la idea de que de una vez por todas rompamos con la desigualdad de derechos que ha imperado en nuestro país entre hombres y mujeres.
¿Es una deuda pendiente de nuestra sociedad? Por supuesto. Eso hay que decirlo con todas sus letras y hay que empezar a repararlo de una vez por todas.
Nadie puede negar el rol que hemos tenido las mujeres en la lucha por la igualdad, el gran aporte que hemos hecho a la política nacional y, por supuesto, a la historia de la lucha por la equidad de género. Hemos enarbolado, con decisión, la bandera de la igualdad de derechos en todos los ámbitos del desarrollo de nuestro pueblo.
En un día como hoy es imposible no mencionar y homenajear a mujeres como Teresa Flores, Elena Caffarena , Graciela Contreras , Alicia Lira , Ana González , Sola Sierra , Viviana Díaz , Lorena Pizarro , Carmen Hertz , Gladys Marín y Mireya Baltra , entre muchas mujeres valientes que han sido parte de la lucha por los derechos humanos y la igualdad de derechos. Ellas han sido las protagonistas de la conquista de cada uno de estos derechos. Estoy segura de que las que no están presentes aplaudirían la iniciativa. Aquellas que desde sus casas miran esta sesión, sé que están felices porque esta no es una institucionalidad cualquiera, sino un paso más en la conquista y en la gran lucha histórica por los derechos de la mujer.
Además, este paso que damos tiene un mayor valor cuando recordamos que el Presidente Salvador Allende fue el primer mandatario en proponer la creación de un Ministerio de la Mujer, proyecto que quedó presentado en el Congreso Nacional. Lamentablemente la tarea quedó truncada por la intransigencia del golpe militar.
El Partido Comunista y sus militantes nos sentimos parte de la lucha por los derechos de la mujer trabajadora, derechos que han sido conquistados por la lucha permanente y consecuente de quienes creemos en la justicia.
Los derechos de las mujeres deben ser exactamente los mismos que los de los hombres. Nos indigna que, por tantos años, se haya relativizado la idea de que nuestro trabajo tiene la misma calidad, valor y dignidad que el de cualquier trabajador de Chile. Este ministerio tendrá la importantísima responsabilidad de cautelar y fomentar la igualdad. Para ello se lo ha dotado de una institucionalidad acorde con esa necesaria labor.
Apoyar esta institucionalidad es dar un salto cualitativo en las políticas de género, dándoles el tratamiento y la continuidad que se requiere. No podemos permitir que las políticas públicas se hagan sobre la base de una visión discriminadora, sesgada y paternalista.
Creemos fielmente que el paso que hoy damos significa seguir profundizando en la lucha por los derechos a la igualdad de oportunidades y el respeto.
Anuncio el voto favorable de la bancada del Partido Comunista y de la Izquierda Ciudadana a este proyecto, pues creemos que constituye un paso fundamental en el marco del programa de gobierno de la Presidenta Bachelet, el que se debe seguir profundizando con una agenda de género, de derechos sexuales y reproductivos que consolide cada uno de los elementos que hemos planteado.
Agradecemos el esfuerzo que se ha puesto para sacar adelante un proyecto tan importante como este.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Marcela Hernando .
La señora HERNANDO (doña Marcela) .-
Señor Presidente, por su intermedio, saludo a la señora subsecretaria y a la ministra, señora Rincón.
El proyecto en discusión ha sido largamente anhelado por las mujeres del país. A pesar de que nuestra sociedad se jacta de no ser machista, de la misma manera como dice que no es discriminadora, sabemos que en la práctica esto ocurre todos los días. Estoy convencida de que no es suficiente con la meritocracia para conseguir las mismas oportunidades que tiene el género masculino en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad.
Recientemente, con ocasión de la discusión del proyecto de reforma al sistema binominal, se aprobó una ley de cuotas. Esperamos que funcione. Sin embargo, hemos visto cómo en otros países la ley igualmente es burlada. Hay países latinoamericanos en que se han fijado cuotas de género de 50 y 50 por ciento en el caso de las elecciones municipales, pero se las han arreglado para que exista la figura de la vicealcaldesa. Por lo tanto, en la lista siempre va el alcalde -hombre- con una vicealcaldesa.
Como lo han dicho mis colegas, también existe una burla respecto de la idea de que a igual trabajo igual paga.
En materia de salud las mujeres son discriminadas y se postergan en aras de la salud de todo el resto de la familia.
Existen, además, diferencias odiosas en el ámbito académico, que se profundizan a lo largo de los años. Parten con pequeñas diferencias en los resultados Simce. Por ejemplo, en segundo básico la diferencia que separa a niños de niñas son tres o cuatro puntos, pero en octavo básico la diferencia crece a diez o trece puntos. Se trata de una especie de crónica de muerte anunciada, pues son los mismos profesores quienes, a priori, señalan que las niñas son más “malas” para las matemáticas o para la física. Así, la educación comienza a discriminar.
Espero que la creación de este ministerio logre finalmente derribar las barreras que afectan a las mujeres en áreas como el trabajo, la salud y la educación y se preocupe de cautelar la igualdad de oportunidades en esos ámbitos.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Claudia Nogueira .
La señora NOGUEIRA (doña Claudia) .-
Señor Presidente, saludo a la señora subsecretaria y a la señora ministra que nos acompañan.
Hoy es un día para celebrar, estar satisfechos y contentos. Se trata de un proyecto que, sin duda, sufrió grandes y valorables cambios en el Senado, por los que dimos pelea junto a las diputadas de la Alianza, la diputada Karla Rubilar , el diputado David Sandoval y tantos otros.
A nuestro juicio, el proyecto trata cuestiones fundamentales. El Senado ha acogido los cambios y los ha introducido en la iniciativa que hoy vamos a votar. Nos alegramos profundamente de que los haya recogido la ministra e incorporado en este proyecto.
La protección a la maternidad se incorpora dentro de las funciones no solamente del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, sino también en el Servicio Nacional de la Mujer, sin distinción, terminándose con la discriminación que se desprendía del proyecto original en orden a proteger solo la maternidad planificada.
Se reconoce la función social de la maternidad, reconocida por la Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer.
Asimismo, se deja expresa constancia del rol que cumple la maternidad como función social. Esto materia estuvo presente desde la creación del Servicio Nacional de la Mujer. Se había eliminado; prácticamente se había penalizado e invisibilizaba la maternidad. Ahora esta materia ha sido repuesta por el Senado después de una profunda reflexión por parte de las señoras senadoras y de los señores senadores, frente a una petición casi desesperada de las diputadas de la Alianza y de diputadas y diputados al interior de la Comisión de Familia. Gracias a Dios, ella fue escuchada.
También se incorpora la tremenda labor que hacen las dueñas de casa. En el Servicio Nacional de la Mujer se le da protección y se valora la dignidad de estas. Cuando hablamos de la corresponsabilidad parental, debemos darle el debido valor al trabajo que desempeñan las mujeres al interior del hogar. Con ello contribuyen enormemente al desarrollo de la sociedad.
La Comisión de Familia declaró inadmisible una indicación relacionada con la mujer indígena, pero luego el Senado opinó lo contrario. El proyecto enviado al Senado omitía una preocupación especial por la mujer indígena, la que es objeto de lo que se denomina multidiscriminación, pues a su condición natural de mujer se suma el hecho de ser discriminada por ser indígena. Se agradece que el Senado haya repuesto esta materia.
La última encuesta Casen indicó que un millón doscientas mil personas salieron de la pobreza. Al menos 500 mil de estas son mujeres. Me sorprende que el gobierno, con mezquindad, haya negado informar esta gran noticia a todos los chilenos. ¡Qué mayor generación de igualdad y de equidad para una mujer que lograr salir de la pobreza a través del trabajo! Una de las misiones más importantes de un ministerio para generar igualdad y equidad en beneficio de la mujer es empoderarla a través de herramientas que le puedan brindar oportunidades para desarrollarse plenamente.
Sin duda, este es un día para celebrar, pero hay mucho por hacer y debemos hacernos cargo de muchos desafíos. Por ejemplo, se encuentra pendiente el tema de la sala cuna universal. Tenemos que generar nuevas oportunidades de trabajo para las mujeres. Más mujeres con trabajo equivale a menos mujeres pobres. Necesitamos más mujeres empoderadas y con mayores oportunidades.
El tema de las pensiones alimenticias no se ha mejorado ni perfeccionado. En efecto, muchas mujeres sufren el drama de no poder reclamar pensiones alimenticias ni alimentar a sus hijos producto de la irresponsabilidad de los padres.
Tampoco ha sido abordado el régimen de sociedad conyugal. Aún está en esta Cámara de Diputados y no se le ha puesto urgencia.
Prontamente este gobierno va a presentar un proyecto sobre el aborto. Al respecto, lo que corresponde es crear medidas para abordar la maternidad vulnerable, redes de apoyo y subsidios para la maternidad vulnerable.
En consecuencia, queda mucho por hacer para prevenir los abusos y la violencia sexual al interior de los hogares, para no remediar estas cuestiones con la muerte. Queremos instaurar la cultura de la vida, no de la muerte. Eso es lo que esperamos de este gobierno; que cree métodos que ayuden a las mujeres, de modo que eviten tomar decisiones tan desesperadas y dolorosas como el aborto. Lo que queremos y esperamos de este gobierno es que adopte medidas para ayudar a las mujeres en situación de vulnerabilidad y desamparo; no esperamos que busque soluciones fáciles, como el aborto, que termina con la vida de un ser humano que no puede defenderse. Esa es una tarea pendiente de este ministerio: ayudar a la mujer a superar situaciones dramáticas y duras, a las cuales se ve enfrentada por falta de ayuda y redes de apoyo.
Sin duda, este nuevo ministerio tiene mucho por hacer. Confío en que aborde tales tareas.
Le deseo mucha suerte. Aquí vamos a estar para apoyar y promover todos los proyectos de ley que vayan en pos de ayudar a las mujeres, como generar mejores condiciones de empleabilidad y adaptabilidad laboral, mejores condiciones para asumir una maternidad vulnerable; para enfrentar su jefatura de hogar, cuando no hay corresponsabilidad parental. Aquí estaremos para que las mujeres puedan hacer frente a la sociedad en su condición de desigualdad.
Tenemos ad portas un nuevo sistema electoral, que considera una ley de cuotas para asignar mayor representación a las mujeres en el Congreso Nacional. Esperamos que lo mismo suceda el día de mañana respecto de las elecciones de alcaldes y gobernadores. ¿Por qué no proyectar esto también al ámbito privado? Más mujeres en todos los rincones de la sociedad genera mayor representatividad y liderazgos empáticos y cercanos. Desde ese punto de vista, este ministerio será un gran aporte. Por lo mismo, esperamos que también lo sea para las mujeres.
Como dije, le deseo mucha suerte a la ministra directora del Servicio Nacional de la Mujer y a la subdirectora en este gran desafío que es la pronta aprobación del proyecto de ley que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Muchas gracias.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señora Jenny Álvarez .
La señora ÁLVAREZ (doña Jenny) .-
Señor Presidente, el 8 de octubre pasado -hace tres meses-, con 103 votos a favor y ninguno en contra, despachamos, en primer trámite constitucional, el proyecto que hoy discutimos, que busca crear el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género. Y aunque esa primera votación pudo hacernos suponer que sería una tramitación fácil, no fue tal: hubo un largo y legítimo debate, como también ocurrió en el Senado, lo que hace aún más relevante su aprobación. Por eso, no creo que alguien pueda echar mano al reiterado argumento de la “retroexcavadora” ni del “abuso de las mayorías” ni de la “falta de acuerdo o de diálogo”, o que lo sometan a análisis desde la óptica de la dualidad gobierno-oposición o derecha-izquierda. Por el contrario, pienso que es una materia que debe ser tratada desde la realidad de un país que se construye a diario y que ha avanzado, desde hace décadas, gracias al aporte insustituible de ese más de 51 por ciento de la población que representamos las mujeres en Chile.
Y aunque ha sido una frase repetida en esta Sala quiero decir nuevamente que este es un momento histórico, un nuevo hito en la larga y difícil lucha de las mujeres por la igualdad, por la justicia y, también, por la democracia, en la casa y en la sociedad, como dijera Julieta Kirkwood .
El 8 de enero pasado recién se cumplieron 66 años desde que se promulgó la ley N° 9.292, que permitió el voto femenino. Surgió de la moción de un grupo transversal de senadores, entre los cuales se contaban Arturo Alessandri , Elías Lafertte , Horacio Walker , Marmaduque Grove y Salvador Allende . Por otra parte, la integración de mujeres a este poder del Estado recién se concretó a partir de las elecciones de 1952, cuando fue elegida la primera diputada: Inés Enríquez Frödden .
Ahora, aunque el proyecto viene con modificaciones desde el Senado, uno no podría estar más de acuerdo, por ejemplo, con el nuevo inciso tercero que se agrega en el artículo 1°, que señala: “La equidad de género comprende el trato idéntico o diferenciado entre hombres y mujeres que resulta en una total ausencia de cualquier forma de discriminación arbitraria contra las mujeres por ser tales, en lo que respecta al goce y ejercicio de todos sus derechos humanos.”.; o con la letra q), nueva, que se contempla en el artículo 3°, que propone, textualmente: “Fomentar medidas en favor de las mujeres que reconozcan y resguarden la multiculturalidad y las identidades étnicas, respetando sus propias visiones, prácticas, necesidades y creencias, en armonía con los derechos humanos.”.
En general, los cambios introducidos en el Senado han venido a fortalecer la propuesta original del Ejecutivo y la que nosotros aprobamos en primer trámite. Y este perfeccionamiento no es atribuible a un solo sector político, porque las indicaciones han surgido desde todas las bancadas, lo que habla muy bien de nuestro trabajo legislativo, más allá de las evidentes discrepancias.
Me alegra que luego de casi diez meses de tramitación legislativa hoy podamos despachar este proyecto, para que prontamente se convierta en ley de la república y permita superar el notable trabajo que, pese a sus limitaciones institucionales, ha realizado hasta hoy el Servicio Nacional de la Mujer.
Al finalizar mi intervención deseo decir, una vez más, que este proyecto no busca hacer entrar en contradicción a hombres y mujeres, ni que solo tenga como objetivo el bienestar femenino. Por el contrario, es un paso más en la dirección de la legítima y necesaria igualdad entre personas de similares capacidades y derechos, o como dijo Sofía Valdivieso , vicedecana de Educación Social y Psicopedagogía de la Universidad de Las Palmas, Gran Canaria, se trata de ir contra la desigualdad, no contra la diferencia.
Doy fe de la alegría de las mujeres del distrito que represento, de las provincias de Chiloé y de Palena, por la creación de este ministerio. Se trata de mujeres de mucho esfuerzo, empuje y sacrificio; mujeres que viven en una zona aislada, muchas de las cuales han sacado adelante a sus hijos sin ayuda de nadie. Por eso, vemos con alegría la creación de este ministerio, que abrirá nuevas oportunidades para las mujeres de Chile.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pepe Auth .
El señor AUTH .-
Señor Presidente, no puedo dejar de observar con alegría la unanimidad que existe a favor de este proyecto. Ella refleja cómo un cambio en la sociedad siempre termina -más temprano que tarde- obligando a la política a tomar una decisión que sintonice con la gente. Esta situación ya nos pasó con la Ley de Divorcio, nos pasó con el acuerdo de vida en pareja y nos pasó con el fin del sistema electoral binominal. Muy pronto -estoy seguro- sucederá lo mismo con el tema del aborto.
Hoy iniciamos una nueva etapa en la causa de la liberación de la mujer y de la igualdad de género con la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Los ministerios, en general, son creados para hacerse cargo de un área específica, por ejemplo, el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Salud o el Ministerio de Economía. Sin embargo, este nuevo ministerio es especial, porque su objetivo explícito es hacerse cargo de una lucha, llenar un vacío, lograr algo que la sociedad no tiene. Se trata de un ministerio de cambio y no de un ministerio de administración. Su objetivo es lograr la igualdad de género, es decir, que hombres y mujeres sean iguales, a pesar de sus diferencias.
En esta oportunidad, quiero reconocer al movimiento social de mujeres que opuso resistencia a la dictadura y logró el fin de ella. Ese movimiento social puso en el centro del movimiento democrático la causa de la igualdad de género, lograr la democracia en el país y en la casa, decían las pancartas que nos acompañaron desde las protestas de 1983 hasta el triunfo del No en 1988. Ya hice mi reconocimiento a Julieta Kirkwood , que estaría hoy contenta con esta noticia.
Al crear el Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género no podemos dejar de destacar el importante rol que jugó en esta lucha el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), creado por ley el 3 de enero de 1991, durante la administración del Presidente Patricio Aylwin .
Si revisamos los debates, a propósito de la creación de ese servicio, veremos cómo ha evolucionado la política en su relación con la causa de la igualdad de género.
Quiero reconocer el rol de sus directoras, señoras Soledad Alvear, Josefina Bilbao , Adriana Delpiano , Cecilia Pérez , Laura Albornoz , Carmen Andrade , Carolina Schmidt , Loreto Seguel y, por supuesto, su actual directora, la señora Claudia Pascual , que ha devuelto al Sernam su dimensión de instrumento de lucha por la equidad de género.
El Senado hizo modificaciones al proyecto. Incorpora una mención a la maternidad, pero lo hace reconociendo la diversidad de mujeres y sus diferentes opciones de vida, sin ceder a la pretensión conservadora de instalarlo como un mandato o como función única o principal de la mujer. También incorpora la necesidad de dignificar el trabajo doméstico, pero lo hace en el marco de la corresponsabilidad y no de la exclusividad femenina del rol doméstico.
Por su parte, es positivo que se haya explicitado la función de fomentar medidas que resguarden la multiculturalidad y las identidades étnicas.
Sin lugar a dudas, apoyaré con entusiasmo la creación del Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género, y lo hago desde mi condición de hombre, porque el logro del objetivo de la igualdad de género, por supuesto, liberará a la mujer de toda discriminación, pero también la igualdad de género permitirá que los hombres sean más felices e integrales. El país entero será mejor si todos -hombres y mujeres- pueden desarrollar todas sus potencialidades. Las mujeres serán más felices cuando no existan las barreras visibles y tampoco las invisibles para ejercer su libertad.
Insisto, los hombres seremos más felices en una sociedad de iguales, donde la diferencia sea una opción y no una obligación; cuando hombres y mujeres compartamos la misma responsabilidad en el trabajo, en la conducción del país y también en la casa.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Sabag .
El señor SABAG .-
Señor Presidente, valoro profundamente este proyecto, porque la situación de la mujer en Chile es tremendamente vulnerable y la creación de este Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género permitirá mayores condiciones para trabajar por la igualdad y por la equidad de la mujer en nuestro país.
Después de recorrer las poblaciones y visitar a las personas en sus casas, debo admitir que me duele cuando Chile abandona a sus mujeres. Se ha dicho que la moral de un pueblo se mide por la manera en que tratamos a las mujeres y a los niños. He visto tanta mujer abandonada tratando de sacar adelante a sus familias, sin recibir pensiones de alimentos ni apoyo de los padres de sus hijos. La situación de inequidad o desigualdad en que se encuentra la mujer en Chile es la labor que este ministerio y todos nosotros debemos luchar por erradicar.
Felicito a la diputada Claudia Nogueira por su esfuerzo por incluir la maternidad dentro de este proyecto de ley, pues no estaba mencionada en ninguna parte. ¿Por qué es tan importante? Porque la maternidad ha sido una de las condiciones de discriminación más importante que ha sufrido la mujer en nuestro país. Felicito también a la Presidenta Bachelet porque eliminó el embarazo como condición de preexistencia para firmar un contrato con un isapre, lo que constituye un paso gigantesco de respeto hacia la dignidad de la mujer y de lo que significa un embarazo. Pero todavía hay mucho más en qué avanzar.
La Presidenta Bachelet valoró el trabajo doméstico de la mujer, que nunca ha sido remunerado, estableciendo una pensión básica solidaria en la reforma previsional, lo que permite que la mujer que realiza la labor más importante de la sociedad: el trabajo doméstico y el cuidado de los niños y de la familia, que nunca había sido valorado, por lo menos tenga un reconocimiento a través de la pensión básica solidaria. Sabemos que es una pensión modesta. De hecho, cada vez que visitamos una población, la gente nos reclama: “¿Cuándo van a subir las pensiones, diputado? ¿Cuándo harán una reforma tributaria para nosotros, los adultos mayores, para que podamos recibir una pensión digna?”
Reconozcamos que antes no había absolutamente nada. Hoy, por lo menos, se ha visibilizado el trabajo doméstico y se lo ha reconocido mediante el otorgamiento de la pensión básica solidaria, que algunos denominan “la pensión de la mujer dueña de casa”.
También me preocupa la situación de las pensiones de alimentos. Hace unos años, en el marco del trabajo de la Comisión de Familia, con las entonces diputadas María Antonieta Saa y María Angélica Cristi organizamos y llevamos a cabo una jornada temática sobre derecho de alimentos. Los jueces de familia que participaron en la jornada entregaron estadísticas realmente increíbles. A saber, el 70 por ciento de las pensiones de alimentos decretadas por los juzgados de familia no se pagan. Eso quiere decir que las mujeres sufren una sobrecarga no solo laboral, sino también sicológica, al tener que ser padres y madres, y trabajar tanto fuera como dentro de la casa. Esta situación constituye un maltrato hacia la mujer, que debemos corregir. No sé cuál es la solución. Hay países que han optado por que el Estado se haga cargo del pago de las pensiones de alimentos, y de exigir de aquellos progenitores, que no cumplen un deber tan fundamental, la obligación de dar alimento a sus hijos. Como esa medida no existe en nuestro país, hoy estamos dejando a nuestras mujeres en una situación de vulnerabilidad y de sobrecarga laboral. Por ello, ministra, espero que el ministerio que se creará sea un formidable instrumento para corregir esa inequidad.
Otra situación que afecta a la mujer dice relación con la existencia de guarderías infantiles en sus lugares de trabajo. Se requiere que haya veinte mujeres trabajando en una empresa para que esta se vea obligada a tener guarderías infantiles; pero las empresas siempre encuentran la manera de burlar la ley. Muchas mujeres no pueden salir a trabajar ni integrarse al mundo laboral precisamente porque no tienen dónde dejar a sus niños.
El ministerio que se crea contribuirá a abordar de manera multisectorial estos aspectos, de modo que podamos entregar a las mujeres un país mucho más digno. Eso es lo que quiero para Chile, no solo porque soy padre de cuatro mujeres -una de ellas está de cumpleaños precisamente hoy; espero llegar en la tarde a compartir con ella, después de esta gran agenda legislativa que hemos tenido esta semana-, sino también porque creo que en la medida en que las respetemos -así también como a los menores-, tendremos un país mucho mejor. Queremos sentirnos orgullosos de construir un país con hombres y mujeres, en el que se respete principalmente a la mujer, porque a través de ella llega la vida, llegan los niños y las futuras generaciones de chilenos.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Leonardo Soto .
El señor SOTO .-
Señor Presidente, el programa de gobierno de nuestra Presidenta Michelle Bachelet definió como uno de los ejes estratégicos de su gestión la sentida demanda de disminuir las brechas de género que aún se mantienen en nuestro país.
En efecto, todavía hay grandes tareas pendientes en favor de la mujer: su pleno acceso a la educación secundaria y terciaria; el aumento de su participación en el empleo formal y que ganen lo mismo que sus pares varones; terminar con el vergonzante porcentaje de ellas que sufre violencia de género en algunas de sus manifestaciones -física, sicológica, sexual o económica-; elevar los índices de su participación en distintas áreas de la vida pública. Todo ello constituye enormes desafíos que nuestro gobierno ha decidido enfrentar de manera concreta y específica.
El objeto de estas medidas no es otro que corregir y terminar con las inequidades existentes entre hombres y mujeres desde hace mucho tiempo en nuestra sociedad, desigualdades aberrantes y patrones culturales obsoletos que resultan absolutamente incompatibles con la meta común de esta patria de alcanzar el desarrollo y asegurar el respeto a la dignidad de todos y todas.
Una tarea de tal magnitud no puede quedar entregada al azar o a la inercia social; necesariamente debe asumirse dotando a todos los actores, al Estado y a los ciudadanos de mayores competencias, herramientas y capacidades para asegurar que avancemos hacia la igualdad de género.
Particular relevancia tiene este gran paso que estamos dando hoy: crear el Ministerio de la Mujer, concebido como un órgano público permanente de la más alta jerarquía, que planificará y ejecutará políticas, planes y programas públicos que tengan como fin último avanzar hacia la igualdad entre hombres y mujeres.
Con la creación del Ministerio de la Mujer generaremos un gran hito en este largo camino iniciado en 1991. Cuando apenas volvimos a la democracia implementamos una institucionalidad de género estable y legitimada, como fue el Servicio Nacional de la Mujer que, ante la sorpresa de todos, visualizó e incluyó en la agenda pública el rol de la mujer, ocultado en los años grises de la dictadura. No obstante los avances logrados durante todos estos años, la labor que encomendamos a este nuevo ente público aún es titánica.
De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano de 2010 aún existen importantes desafíos: Chile se encuentra por debajo de América Latina en materia de oportunidades de trabajo para la mujer. Al mismo tiempo, las mujeres siguen siendo las principales, si no las únicas, responsables de las tareas domésticas. Como sabemos, constituyen más del 50 por ciento de la población, pero no están en los puestos de decisión. Las mujeres solo ocupan el 13 por ciento de los cargos en el Senado, el 15 por ciento de los de la Cámara de Diputados y el 30 por ciento en los ministerios.
Junto con ello, hay situaciones que siguen siendo apremiantes: la violencia contra las mujeres y la existencia de derechos que no están asegurados para ellas, como sus derechos sexuales y reproductivos.
En las comunas que representó, San Bernardo y Calera de Tango , hemos debido enfrentar situaciones de femicidios, de violencia contra la mujer con resultado de muerte, en una tasa muy superior a la que muestran otras localidades o regiones del país.
Frente a esa situación, aprovecho la oportunidad de agradecer a la ministra del Sernam, que nos acompaña, por su compromiso frente a esta tarea. El Servicio Nacional de la Mujer inauguró, hace solo dos semanas, una casa de acogida que brindará amparo y protección a nuestras mujeres y sus hijos, en la que podrán permanecer hasta un año con todas sus necesidades de atención sicológica, jurídica, social, alimentación y de vivienda cubiertas por el Estado.
Medidas como estas y desafíos como los que el Informe de Desarrollo Humano precedentemente citado establece serán, sin duda, los que deberán enfrentar el ministerio que creamos esta mañana.
Por consiguiente, llamo a aprobar las modificaciones efectuadas por el honorable Senado al proyecto, a fin de que hoy podamos concluir el enorme esfuerzo legislativo de este año, que está trasformando para siempre la cara de este país en materia de integración y respeto a toda la sociedad.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada Loreto Carvajal .
La señora CARVAJAL (doña Loreto) .-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero saludar a todas esas mujeres del pasado, como mencionó la diputada Cariola , que han hecho tanto por este presente. Asimismo, a las distintas organizaciones de mujeres que han dado permanente respuesta a muchas de las problemáticas a las que las mujeres nos vemos enfrentadas a diario y de las que históricamente hemos sido testigos, y que han buscado en la palestra más lejana que este y otros temas sean parte de la agenda nacional, como está ocurriendo en este momento histórico.
Quiero saludar a quien fuera una gran diputada, gestora de muchas batallas en materia de derechos de la mujer, que hoy no forma parte de la Cámara de Diputados pero que durante años defendió, tanto en Chile como en el extranjero, los derechos de las mujeres. Me refiero a nuestra querida María Antonieta Saa .
(Aplausos)
Hablar de los derechos de la mujer se nos está haciendo una costumbre que me encanta. Creo que es el momento para ello. Solo se requería voluntad política, la misma de la cual hoy somos parte y que veníamos exigiendo desde hace muchos años.
Un colega mencionó que en la década del 70, el Presidente de la República Salvador Allende presentó un proyecto que creaba precisamente el Ministerio de la Mujer. Hoy, 40 años después, nos damos cuenta de lo mucho que nos hemos demorado en concretar aquello. Salvar esa demora con un proyecto que incorpora a la mujer como elemento central de la sociedad chilena en todo lo que ello conlleva, era una tarea pendiente a la que requeríamos hacerle el ticket de lista azul o prioritaria.
El proyecto viene a garantizar adecuadamente los derechos de la mujer y a avanzar decididamente hacia una mayor equidad entre hombres y mujeres. Por eso se propuso la creación del Ministerio de la Mujer y la reformulación de lo que es hoy el Servicio Nacional de la Mujer.
Sin embargo, en materia de equidad de género, aún subsisten importantes brechas en el pleno goce de los derechos de las mujeres, lo que hace indispensable contar con una verdadera e idónea institucionalidad.
Necesitamos liderar cambios como los que hoy estamos proponiendo, tanto en materias normativas como políticas. Se mencionó que en nuestro Parlamento, de 120 diputados, solo 19 somos mujeres, lo que habla de su escasa representatividad en una de las instituciones esenciales en democracia como es el Poder Legislativo. ¿Por qué no se plasma en estos escaños la voluntad popular de las mujeres que tienen derecho a voto? Las mujeres constituyen el 51 por ciento de la población chilena, pero en el Congreso Nacional no tienen mucha voz.
Llegó el momento de reconocer a los colegas parlamentarios que han intervenido y que están conscientes de la necesidad de hacerse cargo de esta demanda, pero también de esta ausencia que hoy esperamos que comience a cambiar con la creación del nuevo ministerio.
Como sabemos, existen enormes diferencias en materia cultural y económica. Responder a la demanda de la mujer por tener igual cargo o igual salario que el hombre debería ser ya una realidad. Esperamos que el nuevo ministerio que se hará cargo de la mujer en su conjunto sea capaz de dar directrices y establecer normativas, regulaciones y fiscalizaciones que permitan que nosotras efectivamente tengamos igualdad de oportunidades también en esa área.
Existe una inequitativa distribución de los costos del cuidado de los hijos y de las hijas. La historia y nuestras propias realidades han llevado a que las mujeres tengamos ciertos roles que se consideran indiscutibles por la sociedad en su conjunto, como el de hacernos cargo de los hijos. Si hubiera que definir con quién se deben quedar los hijos en caso de que el padre o la madre deban trabajar, nadie lo cuestionaría: se asume que es la madre la que debe hacerse cargo del cuidado de los hijos.
Un punto que me parece importante, en el cual queremos avanzar y que esperamos que, como dijo nuestra Presidenta, sea materia de legislación, dice relación con los derechos reproductivos de la mujer. Necesitamos tener una conversación abierta y sincerarnos en materia de aborto. A la ex ministra de Salud le costó caro decir la verdad; decir que hay cifras ocultas que, al parecer, nadie está disponible para discutir. El hecho de que mujeres deban morir por hacerse cargo de una realidad y de un derecho intrínseco, no nos parece que sea el camino correcto. Por tanto, necesitamos una discusión, sincerarnos como Estado y, por supuesto, asumir que hay un debate pendiente. Espero que en marzo demos inicio a él.
Es necesario acceder a todas las prestaciones y derechos que el Estado garantiza, sobre todo en materia de dignidad. Al respecto, con la diputada Marcela Hernando presentamos un proyecto de ley que busca institucionalizar y penalizar el concepto de violencia gineco-obstetra. Ocurre que muchas mujeres acuden a centros de salud para recibir atención pre o posparto y muchas veces son insultadas por ser menores, o porque tienen dos o tres hijos, o porque, de acuerdo con su realidad, sentimientos o afectos, han decidido tener más hijos sin contar con las condiciones económicas para ello. Es necesario que existan políticas públicas claras que establezcan un mínimo de derechos garantizados hacia la mujer, en cuanto a su condición de tal, a la forma en que debe ser tratada, a su dignidad y a todo lo que el Estado pueda incorporar en cada uno de sus estamentos para ese fin.
Respecto de las cifras en materia de violencia contra la mujer, hay una deuda pendiente: 40 femicidios en 2013, 40 en 2014. En lo que va corrido de 2015 tres mujeres han muerto en manos de sus parejas o ex parejas. Hablo por quienes ya no están y que tuvieron la esperanza de que existiera una protección, una garantía del Estado, del sistema penal, del sistema público, en materia de derechos, que permitiera que esos casos no ocurrieran. Hablo por Ana Luisa García , de 36 años; por Raquel Guiñez Figueroa y por muchas mujeres que hoy esperan una institucionalidad que les permita vivir en un ambiente libre de violencia. No queremos volver a enterarnos de que mujeres mueren por falta de protección, muchas veces confiadas de un sistema que no les brinda garantías suficientes.
Espero que el Ministerio de la Mujer aborde esta y otras temáticas, a fin de que, de una vez por todas, se cumpla con los derechos establecidos en los convenios internacionales que Chile ha suscrito, de los cuales muchas veces nos vanagloriamos, pero que no se asumen en su totalidad.
Reconozco en la ministra directora del Servicio Nacional de la Mujer un espíritu conciliador, con mucha fuerza y decisión para sacar adelante esta iniciativa antes del receso parlamentario, lo que me parece sumamente destacable y meritorio.
Espero que este momento histórico que estamos viviendo sea el camino para que mujeres y hombres entendamos que una sociedad se construye en conjunto, que no hay roles predeterminados, que hay necesidades que debemos cubrir, toda vez que existen diferencias, discriminación y muertes. Hoy las mujeres estamos en un plano de desigualdad.
Queremos igualdad de oportunidades y más incorporación en la toma de decisiones. Necesitamos que haya más mujeres en el Parlamento, pero también en los concejos, en los ministerios, en la Presidencia de la República, en las cortes de apelaciones, en la Corte Suprema y en todas las instancias, a fin de contar con un país más democrático, con irrestricto respeto a los derechos humanos y, por supuesto, a los derechos que las mujeres hemos ganado y que hemos sido capaces de defender.
Estamos disponibles para aprobar la creación de un ministerio que garantice que esta sociedad sea más inclusiva y permita una mejor calidad de vida para los hombres y mujeres de nuestro país.
Por lo expuesto, anuncio mi voto a favor a las modificaciones del Senado. Espero que sean aprobadas por unanimidad. De esa forma nos iremos con la conciencia de que hemos hecho algo más por nuestra democracia, por los derechos humanos y por los derechos de tantas mujeres que esperan que los diputados y diputadas demos el ancho respecto de una legislación que les permita vivir felices e integradas en una sociedad que las respete.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CORNEJO (Presidente).-
¿Habría acuerdo para prorrogar el Orden del Día hasta las 14.00 horas, con el fin de despachar sin discusión, como fue acordado, el proyecto de ley que crea el acuerdo de vida en pareja?
Acordado.
Tiene la palabra el diputado Jaime Pilowsky .
El señor PILOWSKY .-
Señor Presidente, hace un tiempo me reuní con un grupo de mujeres de mi distrito y con la directora regional metropolitana del Servicio Nacional de la Mujer. En esa ocasión, con vecinos y vecinas de nuestras comunas, analizamos la situación de la mujer en el país y revisamos la agenda de género impulsada por el gobierno de la Presidenta Bachelet .
Según las cifras, las mujeres constituyen prácticamente la mitad de nuestra población: el 52,4 por ciento. Según el INE, el 50,5 por ciento.
Dicho porcentaje no se ve reflejado en el Congreso Nacional, pues solo representan el 15 por ciento de los legisladores: seis senadoras de treinta y ocho miembros del Senado, y dieciocho diputadas de ciento veinte miembros de la Cámara de Diputados. Incluso, estamos por detrás de la realidad latinoamericana, cuyo promedio de parlamentarias es de 21 por ciento.
El gobierno tampoco tiene cifras alentadoras, sin perjuicio de que son mejores que las del Parlamento: el 39 por ciento de los ministerios son encabezados por mujeres -nueve ministras en un total de veintitrés ministerios-.
En el mundo privado el porcentaje de mujeres en cargos directivos y gerenciales tampoco muestra mejores estándares.
Por eso, bienvenida la ley de cuotas que acabamos de aprobar en aquel día histórico en que terminamos con el sistema binominal. Los partidos políticos estarán obligados a que del total de sus candidatos, no más del 60 por ciento sean hombres o mujeres.
También hay otras diferencias que es necesario considerar y revertir, si nos proponemos hacer de Chile un país -como todos soñamos- más equitativo e inclusivo.
De acuerdo con la encuesta Casen, las mujeres son las jefas de hogar en el 38 por ciento de los hogares de Chile. A la vez, son las más pobres, ya que tienen un tercio menos de ingresos que las familias con un hombre a la cabeza del hogar.
Las brechas salariales son otra expresión de esta diferencia de género. En Chile, los hombres ganan, en promedio, más que las mujeres con igual nivel de estudio. Las cifras van desde un 19,9 por ciento más, si ambos no tienen educación formal, hasta un 71,6 por ciento más, si tienen formación universitaria incompleta.
Nuestro país buscará dar efectividad a la igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que presten un mismo trabajo mediante la ley de igualdad de salario que el Congreso Nacional aprobó hace un tiempo. La Presidenta lo dijo gráficamente de muy buena forma: “A igual pega, igual paga.”.
Sin embargo, el aspecto quizá más dramático de esta discriminación es la violencia contra la mujer. Según la última Encuesta Nacional de Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales, una de cada tres mujeres ha vivido violencia física, sexual o sicológica por parte de sus parejas o ex parejas. A menudo, también son objeto de violencia económica.
En la mayor parte de los casos, la última agresión sufrida fue causada por una pareja o ex pareja, y entre sus principales consecuencias se mencionó que hubo moretones o rasguños.
Según cifras del Sernam, en 2013 hubo 40 femicidios consumados, no obstante que al menos en la mitad de los casos existía denuncia previa en contra del victimario por maltratos físicos o sicológicos, y se había decretado la prohibición de acercamiento u otras medidas cautelares.
Para las vecinas de Peñalolén y La Reina, con quienes analizamos esta situación, uno de los aspectos más importantes a considerar es que se necesita un cambio cultural, pues se entiende que no solo los hombres, sino también las mujeres, hemos sido educados bajo algunos supuestos que se transforman en la manera de hacer las cosas y pasan a ser parte de nuestro funcionamiento automático; se vuelven invisibles y no los percibimos.
Por eso, para revertir esas cifras y para hacer el cambio cultural que se demanda, es una gran noticia que contaremos con un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género que trabaje incansablemente para lograr aquellos objetivos que son prioritarios para nuestra sociedad en este ámbito.
Este proyecto, que votaremos favorablemente, tiene un problema de diseño organizacional del cual quiero dejar constancia. La iniciativa crea un ministerio que se encargará del diseño y coordinación de las políticas, planes y programas destinados a promover la equidad de género y la igualdad de derechos, entre otros temas. Para ello se crean los cargos de ministro o ministra, subsecretario o subsecretaria y de secretarios o secretarias regionales ministeriales.
Por otro lado, en el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género, que también se modifica, al menos en su nombre, se crea un director o directora que se nombrará a través del sistema de Alta Dirección Pública. Este organismo se encargará de ejecutar las políticas, planes y programas que le encomiende el Ministerio. Esta institución también contará con direcciones regionales.
Tengo una duda razonable respecto de la existencia de algunos de esos cargos. La coordinación de las organizaciones resulta fundamental para la implementación de políticas públicas eficaces. Mi duda se basa en lo empírico: tres autoridades y un solo servicio que manejará gran parte de los recursos. Por otro lado, seremis y direcciones regionales constituyen un diseño complejo que requerirá análisis e implementación fina. Sin embargo, confío en el trabajo de la señora ministra para reducir las dificultades que planteo.
La nueva institucionalidad tendrá que enfrentar enormes desafíos: mayor y mejor acceso a fuentes laborales para las mujeres, apoyo a las madres jóvenes que estudian o trabajan, mayor representatividad de las mujeres en el Congreso Nacional, el gobierno y la empresa privada; la eliminación de toda clase de violencia que se ejerza en contra de las mujeres, ya sea en su vida familiar o social, y, fundamentalmente, el desarrollo de políticas públicas que promuevan la eliminación de toda forma de discriminación, lo que redundará en una sociedad más inclusiva.
Es bueno recordar que para llegar donde estamos se ha hecho un trabajo importante. Por ello, además de los nombres que mencionó Karol Cariola , quiero citar también al Presidente Aylwin , que al inicio de los años 90 creó el Servicio Nacional de la Mujer, y a la ex senadora Soledad Alvear, que fue la primera ministra directora de dicho servicio.
Pero los tiempos y las prioridades cambian, por lo que resultaba lógico y necesario adecuar nuestra institucionalidad. Hoy estamos cumpliendo, una vez más, como lo hemos hecho durante todo el año, con un compromiso adquirido por la Presidenta Bachelet en su programa de gobierno, en este caso, el de crear un Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Por lo expuesto, anuncio que votaremos a favor las modificaciones del Senado a esta iniciativa.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Raúl Saldívar .
El señor SALDÍVAR .-
Señor Presidente, por su intermedio, saludo a la señora ministra.
Hoy es un día memorable, ya que nos encontramos discutiendo la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, que corresponde a uno de los compromisos de campaña de nuestra Presidenta Michelle Bachelet y que forma parte de los cincuenta proyectos de ley enviados al Congreso Nacional en sus cien primeros días de gobierno. Reconozcamos, en todo caso, que esta iniciativa no es solo fruto del actual gobierno, sino el resultado de años de lucha librada por las mujeres en búsqueda de igualdad.
La creación del Ministerio de la Mujer es el siguiente paso en el camino que tuvo su comienzo en un proceso histórico iniciado en 1969, con el establecimiento de la Oficina Nacional de la Mujer, que luego evolucionó, durante el gobierno del Presidente Salvador Allende, a la Secretaria Nacional de la Mujer, y que posteriormente, a comienzos de la década de los 90, daría paso al actual Servicio Nacional de la Mujer (Sernam).
Dichas instituciones son el reflejo de un proceso continuo de cambios sociales y políticos ocurridos en los últimos cien años, que han llevado a la mujer desde un sometimiento al hombre y a las tradiciones patriarcales, a una sociedad basada en la igualdad de derechos. Ello da cuenta de arduas luchas y de conquistas de las mujeres, como su derecho a voto, su derecho a la educación y su incorporación al mercado del trabajo, lo que ha permitido su anhelada independencia. Esta nueva situación llevó a que la ciudadanía, en el libre ejercicio de su soberanía, haya elegido en dos oportunidades a una mujer como Presidenta de la República, la misma que ha comenzado un proceso de transformaciones profundas en nuestra sociedad.
Pero no obstante todo eso, nuestras mujeres siguen siendo víctimas de discriminación en muchos aspectos, propios de nuestra historia.
En efecto, las mujeres de nuestro país, no obstante representar más de la mitad de la población, y como herencia del patriarcado y el machismo enraizado en nuestra sociedad, se han visto por demasiado tiempo relegadas a labores domésticas y asistenciales, sin recibir el reconocimiento que merecen.
Sin duda, las mujeres han cumplido un rol fundamental en nuestra historia; se han hecho cargo de la familia en muchos casos, es decir, han debido ser padre y madre, lo que en lo absoluto es un fenómeno de las últimas décadas, sino una constante desde los tiempos de la Colonia, en que muchas mujeres sostenían sus familias debido a la frecuente ausencia de los padres. Un fiel ejemplo de esa situación es el caso de la madre de don Bernardo O'Higgins Riquelme , Padre de la Patria.
No obstante su importancia en nuestra sociedad, las mujeres han vivido postergadas. Solo el 47 por ciento de aquellas que están en edad de trabajar forman parte del mercado laboral. Además, se observa una importante brecha salarial, pues ganan en promedio el 30 por ciento de lo que reciben sus pares hombres que realizan el mismo trabajo, lo que significa claramente que son víctimas de una discriminación arbitraria basada en su sexo, condición imposible de cambiar, obviamente y en buena hora.
Esta situación de discriminación ha llevado a muchas mujeres a postergar su maternidad, pues esta suele llevar una carga negativa, dadas las condiciones que esta sociedad impone. Este hecho se ve reflejado en la baja de la tasa de natalidad en nuestro país.
Todas estas razones hacen necesario establecer una institucionalidad de alta jerarquía que vele tanto por los derechos de las mujeres como por la integración laboral y familiar y por la añorada y deseada cohesión de nuestra sociedad. Porque si queremos un Chile en plenitud, no es suficiente velar solo por una igualdad que les imponga a las mujeres perder su femineidad. Por el contrario, se debe velar por su desarrollo integral en tanto género, pues ello repercutirá positivamente en nuestra sociedad.
El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género viene a reemplazar al actual Sernam, organismo que ha sido de gran ayuda, pero que debido a las exigencias que el nuevo siglo nos impone, debe ser mejorado sustantivamente y convertido en ministerio. En este caso, la nueva institucionalidad tendrá las facultades de elaborar políticas públicas que busquen insertar a la mujer en el desarrollo de nuestro país, y programas de inclusión laboral y de igualdad de oportunidades. Sobre el particular, se deben erradicar todas las desigualdades que emanen de nuestro género, lo que se ha hecho precisamente en aspectos como la política, mediante el proyecto que sustituye el sistema binominal, en el que se establece que ninguno de los géneros podrá exceder el 60 por ciento de los candidatos, ni el mínimo de estos podrá ser inferior al 40 por ciento. Ello, sin duda, es un aporte a la equidad de género.
Sin embargo, la nueva institucionalidad debe buscar llevar la igualdad de oportunidades a todos los aspectos de la vida moderna. Situaciones como destinar exclusivamente a la mujer la crianza de los hijos, y la violencia en la pareja deben ser erradicadas, ya que nos han acompañado históricamente. Solo el rol activo del Estado, mediante campañas educativas, nos permitirá lograrlo.
Por su parte, el nuevo ministerio velará por el derecho de las mujeres en torno a la maternidad, el derecho a los hijos, el derecho a una adecuada sexualidad y sus derechos reproductivos, basándose principalmente en los tratados internacionales ratificados por nuestro país, relativos a derechos humanos y derechos de las mujeres.
En este día tan especial quiero recordar a nuestras compañeras militantes socialistas, la ex diputada Carmen Lazo , y a Michelle Peña , quien, al igual que tantas mujeres que lucharon por una sociedad más justa, y a pesar de encontrarse en un avanzado estado de embarazo, fue detenida, torturada y hecha desaparecer por agentes de la dictadura. Sin duda, ambas estarían orgullosas de asistir a un momento como este.
La creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género otorgará al Estado de Chile las herramientas institucionales para luchar contra toda discriminación hacia la mujer en nuestra patria, y para propender a su desarrollo tanto económico como social, proceso enmarcado en el principio de igualdad de oportunidades, que busca eliminar los estereotipos y la división de trabajo definida por sexo. Esto es celebrado por nosotros, los socialistas, que aspiramos a una sociedad avanzada y progresista, basada en los derechos de las ciudadanas y de los ciudadanos.
Por último, deseo decir que es un privilegio asistir a este momento histórico y ser parte de la Nueva Mayoría, coalición política que cumple con las promesas hechas a la ciudadanía. La creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género es un reconocimiento a todas las mujeres que con esfuerzo y coraje le han dado carácter a nuestra sociedad. Por eso, a nuestras compañeras ciudadanas les digo “muchas gracias”. Los socialistas apoyaremos con entusiasmo este proyecto.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Daniel Farcas .
El señor FARCAS .-
Señor Presidente, quiero agregar a lo dicho por los parlamentarios y parlamentarias en elogio a este proyecto de ley, que lo que estamos haciendo hoy es dar otro paso en la construcción de un país más diverso, amplio y plural. Las promesas que hemos hecho a la ciudadanía en período electoral tienen un correlato con la realidad. Por ello hemos ido avanzando progresivamente en la concreción de cada una de ellas. Así, hemos logrado plasmar en proyectos de ley, aunque con matices y diferencias, aspectos que de una u otra forma contribuyen a generar las condiciones para que nuestro país avance.
Mientras que en otras latitudes del planeta las mujeres no tienen siquiera el derecho a caminar por la calle o a manejar vehículos, nosotros avanzamos como sociedad en aspectos sustantivamente importantes como la equidad y la diversidad, valores que nuestra Presidenta de la República ha plasmado en diversos proyectos de ley.
Nos gustaría ver una política más activa de nuestro país en materia internacional, en orden a trabajar por la protección de los derechos de las mujeres en cada uno de aquellos países en donde son segregadas y se les impide ejercerlos.
También deseo rendir un homenaje muy sentido a quien durante veinte años fue la representante del distrito N° 17, que comprende las comunas de Huechuraba, Conchalí y Renca: María Antonieta Saa . Ella es una conocida luchadora por los derechos de la mujer. En la actualidad goza de un reconocimiento amplio, diverso y transversal por haber impulsado diversas materias que en su momento generaron mucha polémica y que no fueron comprendidas ni tenían la adhesión transversal o la aprobación unánime de las que gozan hoy. María Antonieta Saa fue valiente; se atrevió a defender los derechos de la mujer cuando muchos otros no lo hacían en la época de la dictadura.
(Aplausos)
Por ello, deseo expresar mi reconocimiento, y creo que el de los diputados y diputadas de esta Sala, a ella y a las distintas personas que impulsaron el trabajo en esta materia.
Quiero hacer presente que además de los aspectos legislativos, debemos considerar los administrativos. Cabe advertir que se mantendrá la existencia del Servicio Nacional de la Mujer, lo que podría generar una situación que es necesario aclarar para que no se produzcan trabas administrativas ni una doble representación, pues ello podría entorpecer más que ayudar a realizar una buena gestión.
Trabajaremos para generar las condiciones administrativas y burocráticas adecuadas que permitan que el Estado opere, pero también debemos preocuparnos de que esa acción sea ágil, diligente y eficiente. En ese sentido, quedan aspectos por comprender y aprender en el desarrollo en esta área de gestión tan importante como son las materias de género.
Por último, no solo quiero manifestar mi apoyo, mi satisfacción y mi alegría por poder cumplir hoy con esta promesa electoral que hicimos en campaña, sino también expresar que son este tipo de proyectos los que nos vinculan con la ciudadanía y permiten que la Cámara de Diputados, el Congreso Nacional, recuperen el prestigio para legitimar la política como una acción de cambio y una herramienta transversal para generar un mejor país y una mejor sociedad.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Fidel Espinoza .
El señor ESPINOZA (don Fidel) .-
Señor Presidente, a lo dicho por mis colegas, deseo agregar que, como ha sido la tónica durante estas últimas semanas -el lunes se aprobó y despachó el proyecto de educación, y hace algunos días aprobamos y despachamos el proyecto de la ley que elimina el sistema electoral binominal-, hoy vivimos un día histórico.
La creación del Ministerio de la Mujer es una necesidad que responde a la urgente demanda de las mujeres de nuestro país y de nuestras regiones, en el sentido de que nuestra nación esté dotada de un sistema que perfeccione la institucionalidad de género.
El Servicio Nacional de la Mujer ha jugado un rol destacado e importante en esta tarea, pese a no tener rango ministerial. El hecho de que ahora adquiera ese rango constituye un paso que nuestro país no podía dejar de dar.
Como integrantes de una nación en vías de desarrollo, nuestra agenda política debe incluir los temas de género.
Tal como lo planteó la Presidenta Bachelet en su primer gobierno, tenemos que ser capaces de ir construyendo los lineamentos que nos permitan llegar a tener un ministerio de las características del que hoy se crea, donde la mujer tenga una activa participación como elemento fundamental en la construcción de una sociedad más democrática.
Señor Presidente, por su intermedio quiero decirle a la ministra que estamos contentos de lo que se ha hecho en estos diez meses de gobierno. Ella no solo ha ejercido un gran liderazgo en esta materia, sino que además ha sido capaz de conformar equipos de trabajo en cada una de las regiones, lo que ha permitido a su cartera tener una activa participación en el día a día.
El Sernam, pese a todas las dificultades y limitaciones que le impone su estructura, ha jugado un rol muy importante en mostrar la presencia y la acción del gobierno en terreno, con la gente, con las mujeres, o en la coordinación de las acciones de otros servicios. Al expresar esto, creo representar el sentir de las personas con las cuales trabajamos a diario, en especial de las mujeres campesinas y las ligadas a organizaciones sociales de distinto tipo, quienes son fundamentales en la construcción de una sociedad más democrática.
Tenemos un país que ha avanzado paulatinamente en los temas de la mujer. Nadie puede afirmar que en los últimos veinte años no ha habido avances sustanciales en esta materia. Hoy, la mujer tiene una participación mucho más activa que la que tenía al inicio de los años 90. Ella se ha adaptado de tal forma, que hoy juega un rol fundamental en la sociedad; basta ver cómo están conformadas las organizaciones. Hoy tenemos mujeres líderes no solo en las juntas de vecinos, sino también en los clubes de adultos mayores. Dicho sea de paso, estos han posibilitado a la mujer una activación tremendamente importante.
Disculpe, señora ministra, la crudeza de lo que voy a expresar, pero antes de 1990 la mujer, tras cumplir sesenta años de edad, estaba condenada a enfermarse y a esperar que llegara la muerte, muchas veces, además, en situación de pobreza. Hoy, en cambio, los clubes de adultos mayores han dado una vida distinta a esas mujeres, que se llenan de energía para expresar sus talentos, que siempre han estado vigentes.
Por otro lado, las mujeres también lideran los comités de vivienda. En mi región existen alrededor de cincuenta, y me atrevo a afirmar que el 98 por ciento de ellos son dirigidos por mujeres. En esa materia, ellas son las líderes en todo Chile. Eso no es menor, porque no solo se la juegan para ganar un subsidio, sino también para construir una familia con mejor calidad de vida al optar por la casa propia. Podría entregar muchos otros ejemplos, pero tenemos que avanzar.
Señor Presidente, por su intermedio quiero que la señora ministra se entere de lo que las mujeres nos expresan en nuestras regiones. Como han dicho los colegas que me antecedieron en el uso de la palabra, todavía existe violencia contra la mujer. Incluso más, en algunas regiones las tasas de femicidio en vez de disminuir han ido en aumento. La violencia física, sexual o sicológica contra la mujer aún está presente.
Pero también existe otra forma de violencia contra la mujer: la que tiene lugar en el trabajo. En nuestra región hemos dado importantes luchas en esta materia. Al respecto, me siento orgulloso de que en su momento, cuando la industria salmonera era intocable porque contrataba mucha mano de obra femenina, gracias a lo cual gozaba de 90 por ciento de aprobación ciudadana, fui el primero que en esta Sala -muchas veces, eso me hizo acreedor a la reticencia de mis colegas, incluso de algunos de la entonces Concertación- denunció los abusos que cometía contra las mujeres. ¡En algunas empresas salmoneras, mujeres debían usar pañales, porque si iban muchas veces al baño, al mes siguiente las despedían!
Así como lo denuncié en su momento, hoy tengo el coraje moral de decir que la industria ha mejorado mucho en ese sentido y que en la actualidad no existen esas prácticas.
Durante el primer gobierno de nuestra Presidenta, en esta misma Sala denuncié un hecho que conmocionó al país: la existencia de salas cuna nocturnas. Eso no se había visto antes; no ocurría en ninguna otra parte del país o de mi región. Las mujeres salían a las tres de la mañana del trabajo y, con lluvia, con viento e, incluso, con escarcha, pasaban arropadas a esa hora a buscar a sus hijos. Con eso, se violaban los derechos fundamentales de los niños. Las empresas contrataban a mujeres en ese horario, porque eran más productivas de noche.
Esas prácticas se han erradicado, porque tuvimos la fortaleza de denunciarlas en su momento. La industria salmonera ha mejorado sus prácticas, lo que ha posibilitado, por ejemplo, que no mueran más buzos, lo que ocurría muy a menudo en ese entonces. Si bien aún falta por hacer, las empresas han mejorado mucho desde los puntos de vista medioambiental y laboral.
¿Qué otra cosa nos dicen las mujeres en nuestra zona? Que aún tenemos un grave problema en el acceso a la justicia. Esperamos que la creación de este ministerio signifique un importante aporte en esta materia, y que exista una fuerte coordinación con el Ministerio de Justicia para estudiar la forma de resolver problemas básicos. Por ejemplo, a veces las madres solteras humildes y jóvenes deben mendigar en los tribunales para tratar de obtener una pensión de alimentos. En comunas pequeñas, si el requerido tiene cierta vinculación con alguien del retén de Carabineros respectivo, nunca le llegará la citación, debido a lo cual esa mujer solicitante y sus hijos quedarán desprotegidos.
Ahí tenemos un problema como país, en cuya solución debemos avanzar. Creemos que la creación de este ministerio puede ser un aporte para coordinar acciones que permitan avanzar en esa línea.
Señor Presidente, felicito al gobierno de nuestra Presidenta. Hoy terminamos un año legislativo tremendamente importante. Estamos cumpliendo con la agenda que prometimos a los chilenos, que nos dieron un amplio respaldo en las pasadas elecciones presidenciales y parlamentarias. Estamos cumpliendo -aunque a algunos no les han gustado ciertos proyectos de ley- en educación, en la regulación de la unión civil, en poner término al sistema binominal. Estamos comenzando la discusión de la agenda laboral, sumamente importante para dar más derechos a nuestros trabajadores.
Este día de enero, el último día legislativo de este período, le decimos al país que cumpliremos con cada uno de los compromisos que asumimos durante la campaña. Nos falta dar cumplimiento a algunos, pero tenemos tres años para sacarlos adelante.
Felicito la labor de la ministra y de su equipo, pero, por sobre todas las cosas, felicito al gobierno de nuestra Presidenta, porque el ministerio que se crea será una herramienta fundamental para promover la igualdad de derechos y de oportunidades.
Esperamos que las secretarías regionales ministeriales que tendrán dependencia técnica y administrativa del ministerio, velen para que los programas regionales y locales se desarrollen coordinadamente con la secretaría de Estado que se crea, y que estos apunten en la dimensión que queremos: construir una sociedad más justa, en la cual no tengamos discriminaciones tan odiosas como las que aún existen, por ejemplo, en la diferencia de salarios entre hombres y mujeres pese a cumplir las mismas funciones, en el acceso no igualitario de la mujer a la justicia y en tantas otras materias en las que aún queda camino por recorrer.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Aguiló .
El señor AGUILÓ .-
Señor Presidente, soy uno de los seis diputados que permanecemos en la Cámara desde 1990 -también son de ese entonces los colegas Ulloa , Ortiz , Ojeda y otros que, seguramente, con entusiasmo hoy van a votar a favor de la creación de este ministerio-, quienes, a comienzos de esa década, tuvimos el tremendo honor y privilegio de discutir y votar favorablemente la creación del Servicio Nacional de la Mujer.
En esos tiempos no fue fácil iniciar y desarrollar la discusión sobre los derechos de la mujer y la igualdad de género. A poco andar de la creación del Sernam, junto con la entonces diputada Adriana Muñoz , presentamos un proyecto de ley, el primero que se tramitaba en Chile, sobre violencia intrafamiliar. Recuerdo la discusión que en ese entonces -hace 25 años- tuvo lugar en esta Corporación. Muchos colegas dijeron que se trataba de un tema privado, de las familias, de un problema de la pareja, y se preguntaban por qué el Estado, la política y la legislación iban a regular un aspecto relacionado con la vida privada, aun cuando hubiera violencia, maltrato y pérdida de dignidad en la forma en que se relacionaban parejas, matrimonios o relaciones conyugales.
Finalmente, sacamos adelante la Ley de Violencia Intrafamiliar, que ha tenido varios perfeccionamientos gracias al trabajo del Sernam.
Más adelante, a proposición de dicho Servicio, se presentó una iniciativa legal que modificó radicalmente la histórica legislación que consagraba una diferencia brutal entre hijos legítimos e ilegítimos ¡Qué culpa podía tener un ser humano de nacer dentro o fuera del matrimonio y, dependiendo de esa última circunstancia, quedar con el estigma de ser hijo ilegítimo! Gracias al Sernam hicimos esa discusión, lo que posibilitó que hoy la legislación chilena no haga ninguna distinción en esta materia: todos los hijos son legítimos por el solo hecho de haber venido al mundo, de haber nacido del vientre de su madre.
Luego seguimos avanzando en la legislación y el Sernam nos propuso un proyecto de ley sobre divorcio. Como se recordará, en ese entonces en Chile existía el abuso, la burla, el cinismo de las anulaciones, lo que dejaba a la parte más débil de la relación -por lo general la mujer, dada la existencia de una legislación machista- en una situación de mucha precariedad.
La Ley de Divorcio actual, moderna, como la que tiene buena parte de los países de América Latina y del mundo, protege los derechos de la mujer.
Como recordaba recién mi colega Fidel Espinoza, se han dictado muchas otras leyes para proteger a la mujer en el trabajo, en su entorno poblacional o habitacional, y en otros espacios.
Hoy estamos creando el Ministerio de la Mujer, con un gran equipo a la cabeza, liderado por la ministra Claudia Pascual y la subsecretaria Gloria Maira . El Congreso Nacional, el gobierno y las mujeres de Chile deben sentirse orgullosos de tener ese equipo ministerial de vanguardia.
Por lo tanto, tal como lo recordaba la encargada de nuestra bancada en estas materias, estamos completamente de acuerdo con la iniciativa.
Por último, felicitamos a la Presidenta de la República y al equipo de gobierno por este paso histórico, y les decimos a la ministra Claudia Pascual y a la subsecretaria Gloria Maira que cuenten con nosotros para todas las iniciativas que emprendan en nombre del Ministerio de la Mujer.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada Andrea Molina .
La señora MOLINA (doña Andrea) .-
Señor Presidente, queremos agradecer a la ministra y a la subsecretaria por estar presentes en esta Sala y por haber sacado adelante un trabajo tan relevante.
Por sobre todas las cosas, agradezco al Senado, que incorporó en nuestra legislación materias fundamentales que dicen relación con las dueñas de casa y con la maternidad.
Sin duda alguna, esta nueva institucionalidad es relevante para nosotras. Pero deseo advertir a mis queridas mujeres que no podemos quedarnos solo con esto, porque aún hay muchas mujeres que siguen sufriendo diferentes formas de violencia. Al cobrarnos más caro por nuestro plan salud, seguimos siendo violentadas; el hecho de no tener una salud digna es una manera de violentarnos; el no tener, a igual función, una remuneración igual a la de los hombres, es otra forma de violentarnos; el que solo nosotras nos hagamos responsables de nuestros hijos, cuando sus padres no pagan ni un peso por concepto de pensión alimenticia, es también otra manera de violentarnos. Hemos avanzado, es cierto, pero faltan muchas cosas por hacer.
Por esa razón, ponemos toda la fuerza, la confianza y la fe en que, gracias a la creación de este ministerio, las mujeres vamos a tener una condición distinta y no vamos a continuar siendo discriminadas por el solo hecho de ser mujeres.
Muchas veces nos enfrentamos a la discriminación social, cultural y económica. Por lo tanto, seguiremos luchando para generar políticas de Estado que vayan en la línea de terminar con esas situaciones.
Debemos tomarnos de las manos y darnos cuenta de que las mujeres ocupamos un rol fundamental. El país nos necesita para seguir construyendo una sociedad más equilibrada, para seguir construyendo familia, para seguir contribuyendo con profesionales. Es necesario tener presente que muchas de nosotras hacemos miles de actividades para sacar adelante a nuestros hijos. ¿Cuántas mujeres son jefas de hogar? ¿Cuántas mujeres dependen solo de su sueldo para sacar adelante a sus hijos?
Debemos abordar esos problemas. Además, el ministerio que se crea tiene una tremenda responsabilidad: brindar resguardo y apoyo a muchas mujeres. Hoy algunas piden, por ejemplo, cambiarse de trabajo, porque en el lugar donde se ganan la vida son amenazadas por sus ex cónyuges o ex parejas.
Conocimos el caso de una profesora que vivía en Quillota y trabajaba en Valparaíso. Estuvimos más de dos años luchando por su traslado. En su lugar de trabajo, esa mujer estaba a menos de doscientos metros de la persona que casi le quitó la vida.
Finalmente, nunca logramos su traslado, pese a que debiera ser una preocupación y una obligación del Estado que, en el caso indicado, debió actuar a través de los ministerios de Educación y del Trabajo. Actualmente, esa persona trabaja en otra área para resguardar su vida. En suma, debemos seguir luchando para que este tipo de cosas no ocurran.
Por último, deseo expresar que estamos felices y vamos a apoyar la iniciativa para que se generen las políticas de Estado que tanta falta hacen.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada Cristina Girardi .
La señora GIRARDI (doña Cristina) .-
Señor Presidente, este ministerio se viene a instalar en un país en el que todavía se ejerce mucha violencia, no solo física, contra la mujer. Se trata de una violencia que está prácticamente en el ADN. Es lo que Pierre Bourdieu llama la violencia simbólica, que es algo que está presente más allá de la conciencia que tenemos sobre esa violencia.
Si queremos tener una sociedad profundamente democrática, es el momento de empezar a romper con las situaciones de dominación y de violencia que hoy son cotidianas y transversales a todos los grupos sociales. La violencia que se ejerce contra la mujer no es patrimonio de un grupo cultural ni de una clase social: afecta a todas las mujeres de nuestro país y a muchas mujeres del mundo.
El ministerio que se crea viene a combatir eso, a profundizar nuestra democracia y a buscar, de verdad, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Agradezco a la ministra, a todo su equipo y a las mujeres que están en el gobierno, por su esfuerzo para sacar adelante esta iniciativa.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra la diputada Marcela Sabat .
La señorita SABAT (doña Marcela) .-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero saludar a las autoridades que nos acompañan y, de manera especial, a la ministra Ximena Rincón . Nobleza obliga: debo destacar el ahínco que ella ha puesto para sacar adelante este proyecto, porque sabemos que implicó mucho trabajo y muchas conversaciones durante su tramitación.
Lograr la equidad de género es un proceso muy lento, que supone cambios profundos en las costumbres cotidianas que se traspasan de generación en generación.
Lamentablemente, en nuestro país hasta las mujeres hemos sido machistas. Así lo notamos las parlamentarias en el Congreso Nacional, donde solo tenemos el 13 por ciento de representación femenina. También lo notan las profesionales que, a igual función, tienen un ingreso más bajo que profesionales varones. Lo notan las mujeres que no pueden acceder a puestos de mayor jerarquía por el solo hecho de ser mujeres; lo notan las mujeres que son discriminadas porque desean embarazarse o están embarazadas, las que tienen fuero maternal y las que hacen uso de su descanso prenatal y postnatal. En suma, lo notamos todas las mujeres, independientemente de nuestra edad.
Como país, con la aprobación de esta iniciativa encaramos el desafío de reducir esta desigualdad, mediante el empoderamiento de las mujeres para que sean protagonistas de su desarrollo y el de sus comunidades.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en la medida en que hay más mujeres en un congreso, la brecha de desigualdad y la pobreza de ese país disminuyen.
Espero que este ministerio ayude a que las brechas en materia laboral y de representación política -herida abierta que mantiene nuestro país, que paulatinamente vamos sanando, pero en forma muy lenta- se vayan superando, de manera que tengamos más mujeres en el poder. Por ejemplo, que el porcentaje de mujeres en el Congreso Nacional vaya en concordancia con el porcentaje de mujeres que figura en el padrón electoral: 52 por ciento.
Si bien al comienzo de la tramitación de la iniciativa existió preocupación ante un eventual sesgo ideológico en la creación de este ministerio, debo agradecer a la ministra directora del Sernam, futura ministra del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, la inclusión de la maternidad como una protección inherente a la mujer. Se trató de una discusión en la que, finalmente, se llegó a acuerdo, como pocas veces ha ocurrido en esta legislatura. Se trata de una preocupación que, entre las mujeres, fue objeto de una lucha transversal.
Por último, reitero mi gratitud a la ministra Ximena Rincón y a la ministra directora del Sernam, futura ministra del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, por el esfuerzo puesto para que esta iniciativa viera la luz, por escucharnos y por hacernos parte del debate como si estuviéramos en la misma línea política.
He dicho.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra la ministra señora Claudia Pascual .
La señora PASCUAL, doña Claudia (ministra directora del Sernam) [de pie].-
Señor Presidente, como gobierno, quiero agradecer la votación que se llevará a efecto en algunos minutos más respecto del proyecto de ley que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Estamos conscientes de que este fin de año legislativo ha sido de arduo trabajo.
Como se sabe, la iniciativa en discusión ya fue aprobada por una gran mayoría o de manera unánime en varias de las votaciones durante el primer y el segundo trámite constitucional.
Este es un día histórico; muy relevante para las mujeres, organizaciones que las representan, feministas y sociales de nuestro país.
Este día se funda en los sueños de las sufragistas, que durante décadas lucharon para que las mujeres tuviéramos derecho a voto y pudiéramos participar en la vida política.
Estuvo en las demandas de las miles de mujeres que participaron en distintas organizaciones y movimientos durante décadas, demandando que se reconociera el aporte de las mujeres a nuestro país y que terminaran todas las discriminaciones.
También estuvo en los sueños, planteamientos y reivindicaciones de las miles de mujeres que lucharon por los derechos humanos, la supervivencia y la reconstrucción de las organizaciones sociales y políticas durante la dictadura, y que pidieron democracia en el país y en la casa.
(Aplausos)
Este sentimiento y este sueño también estuvieron en este espacio del Congreso Nacional hace 24 años, cuando se aprobó la creación del Servicio Nacional de la Mujer, institución que no solo es el origen, sino la historia y parte central del futuro Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
En este día histórico, muchas mujeres y hombres están presentes, todos comprometidos en un deseo: que las mujeres en nuestro país tengan más derechos, más autonomía y puedan vivir en libertad en un país que respeta sus derechos.
En este día también están presentes las anteriores ministras directoras del Sernam: Soledad Alvear, Josefina Bilbao , Adriana Delpiano , Cecilia Pérez , Laura Albornoz , Carmen Andrade , Carolina Schmidt y Loreto Seguel . Asimismo, las exsubdirectoras: Soledad Larraín, María Teresa Chadwick , Paulina Veloso , Natalia Molina , Karen Herrera , Lissette García , Myriam Verdugo , Carmen Andrade , Andrea Reyes, María Paz Lagos , Cecilia Pérez , Jessica Mualim y Viviana Paredes .
Están presentes las funcionarias y los funcionarios del Servicio Nacional de la Mujer, representados por su Asociación de Funcionarios. En estos 24 años, ellos han entregado todas sus energías y su profesionalismo para trabajar por las mujeres de nuestro país.
Nuestro servicio fue abriendo espacios para mostrar realidades, creando a partir del trabajo en terreno, capacitando y formando a las y los funcionarios de otros servicios públicos. Así fuimos generando un cambio cultural que partió desde el reconocimiento de que las mujeres somos jefas de hogar en un gran porcentaje de nuestra población; de que las mujeres trabajamos. Hoy nuestro país trabaja por que más mujeres se incorporen al mundo laboral remunerado fuera del hogar.
Se han introducido modernizaciones valiosas en el Estado, como los programas de mejoramiento de la gestión -incluso, hay un PMG de género-, que nos han llevado, por ejemplo
-hace una semana-, a la aprobación del criterio de paridad de género al interior de la reforma al sistema electoral para que más mujeres puedan llegar a los espacios de toma de decisión política en nuestro Congreso Nacional.
El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género responde a la necesidad de que al más alto nivel del Estado exista una institucionalidad a cargo de las políticas públicas para las mujeres y sus necesidades.
Como sabemos, las mayores desigualdades económicas, políticas, sociales y culturales en nuestro país también afectan a las mujeres. Las mujeres tienen menos acceso al trabajo, tienen trabajos de menor calidad, muchas veces sin previsión, y sus remuneraciones son inferiores a las de los hombres por igual función o trabajo.
Las mujeres, sin importar su condición social u origen, viven distintas situaciones de discriminación producto de una cultura que las sigue considerando como inferiores a los hombres o en situación de dependencia de ellos. Este orden cultural permite que la violencia contra las mujeres esté naturalizada y se siga tolerando en nuestra sociedad.
También quiero dedicar esta votación a Stephania Morales, la tercera víctima de femicidio durante este año, quien falleció en Copiapó hace algunas semanas.
De esto dan cuenta las cifras que nos muestran que en Chile una de cada tres mujeres ha vivido violencia física, sicológica o sexual -ustedes, como parlamentarios, lo han manifestado en sus discursos-, o los femicidios que, desgraciadamente, se siguen registrando cada semana.
Las mujeres somos diversas, tenemos distintos proyectos de vida, orígenes y desarrollos. Las mujeres trabajan fuera y dentro del hogar; son parte de nuestros pueblos originarios, inmigrantes y afrodescendientes. Muchas profesan religiones; otras, no. Algunas son madres; otras, no. Algunas viven en el campo, y otras, en las grandes ciudades. Algunas pudieron estudiar; otras, no.
Las mujeres también tienen diversas opciones sexuales; participan en política y en organizaciones, en nuestros barrios o en nuestros trabajos.
Por esa diversidad de vidas y realidades debe trabajar el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género.
Quiero recordar que hace diez meses, el 27 de marzo de 2014, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet , a pocos días de haber iniciado su mandato, envió al Congreso Nacional este proyecto de ley para su consideración. Hoy podríamos celebrar su aprobación en el tercer y último trámite constitucional.
Así estamos cumpliendo con el programa de transformaciones que ha presentado el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet , que tiene como primer objetivo avanzar en reducir las desigualdades existentes en nuestro país.
El Congreso Nacional ha sido un actor decisivo en estos avances. Por eso, en este importante momento quiero reconocer el aporte de las diputadas y los diputados, de las senadoras y los senadores, y su esfuerzo transversal por sacar adelante este proyecto de ley. De manera especial, agradezco el aporte de los parlamentarios y las parlamentarias que apoyaron la iniciativa de manera decidida desde los inicios de su tramitación.
Con el aporte de todas y todos, en el Congreso Nacional estamos avanzando para construir un país con menos desigualdad y que reconozca a las mujeres el lugar que les corresponde.
Evidentemente, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género tiene por centro a las mujeres, pero su propósito final es la construcción de una sociedad más democrática, con una cultura de respeto entre mujeres y hombres, sin discriminaciones y con una verdadera igualdad de oportunidades que nos permita crecer como sociedad.
Muchas gracias a todas y todos.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Cerrado el debate.
Corresponde votar las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley, iniciado en mensaje, que crea el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, y modifica diversas normas legales que indica.
En votación
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 94 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 1 abstención.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Aprobadas.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo Sergio ; Álvarez Vera Jenny ; Andrade Lara Osvaldo ; Arriagada Macaya Claudio ; Auth Stewart Pepe ; Barros Montero Ramón ; Becker Alvear Germán ; Bellolio Avaria Jaime ; Berger Fett Bernardo ; Boric Font Gabriel ; Browne Urrejola Pedro ; Cariola Oliva Karol ; Carmona Soto Lautaro ; Carvajal Ambiado Loreto ; Ceroni Fuentes Guillermo ; Chávez Velásquez Marcelo ; Cicardini Milla Daniella ; Cornejo González Aldo ; Edwards Silva José Manuel ; Espejo Yaksic Sergio ; Espinosa Monardes Marcos ; Espinoza Sandoval Fidel ; Farcas Guendelman Daniel ; Farías Ponce Ramón ; Fernández Allende Maya ; Flores García Iván ; Fuentes Castillo Iván ; Fuenzalida Figueroa Gonzalo ; Girardi Lavín Cristina ; Godoy Ibáñez Joaquín ; González Torres Rodrigo ; Gutiérrez Gálvez Hugo ; Hernández Hernández Javier ; Hernando Pérez Marcela ; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge ; Jackson Drago Giorgio ; Jaramillo Becker Enrique ; Jarpa Wevar Carlos Abel ; Jiménez Fuentes Tucapel ; Kast Rist José Antonio ; Kast Sommerhoff Felipe ; Kort Garriga Issa ; Lavín León Joaquín ; Lemus Aracena Luis ; León Ramírez Roberto ; Macaya Danús Javier ; Melero Abaroa Patricio ; Melo Contreras Daniel ; Meza Moncada Fernando ; Molina Oliva Andrea ; Monckeberg Bruner Cristián ; Monckeberg Díaz Nicolás ; Monsalve Benavides Manuel ; Morales Muñoz Celso ; Morano Cornejo Juan Enrique ; Nogueira Fernández Claudia ; Núñez Arancibia Daniel ; Núñez Lozano Marco Antonio ; Núñez Urrutia Paulina ; Ojeda Uribe Sergio ; Ortiz Novoa José Miguel ; Pascal Allende Denise ; Paulsen Kehr Diego ; Pérez Lahsen Leopoldo ; Pilowsky Greene Jaime ; Poblete Zapata Roberto ; Provoste Campillay Yasna ; Rincón González Ricardo ; Rivas Sánchez Gaspar ; Robles Pantoja Alberto ; Rocafull López Luis ; Rubilar Barahona Karla ; Sabag Villalobos Jorge ; Sabat Fernández Marcela ; Saffirio Espinoza René ; Saldívar Auger Raúl ; Santana Tirachini Alejandro ; Schilling Rodríguez Marcelo ; Silber Romo Gabriel ; Silva Méndez Ernesto ; Soto Ferrada Leonardo ; Squella Ovalle Arturo ; Tarud Daccarett Jorge ; Teillier Del Valle Guillermo ; Torres Jeldes Víctor ; Turres Figueroa Marisol ; Ulloa Aguillón Jorge ; Urízar Muñoz Christian ; Urrutia Bonilla Ignacio ; Urrutia Soto Osvaldo ; Vallejo Dowling Camila ; Vallespín López Patricio ; Venegas Cárdenas Mario ; Walker Prieto Matías .
-Se abstuvo el diputado señor Coloma Alamos Juan Antonio .
El señor CORNEJO (Presidente).-
Despachado el proyecto.
-Aplausos.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Juan Antonio Coloma .
El señor COLOMA .-
Señor Presidente, por un error, me abstuve al momento de emitir mi voto.
Por lo tanto, solicito que se deje constancia de que mi intención era votar a favor el proyecto.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Se dejará constancia en el acta, señor diputado.
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