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La señora ALLENDE.-
Señor Presidente, me alegro de que la Sala haya aceptado la sugerencia de tratar los dos proyectos en conjunto, para poder votarlos -lo que yo, créanme, voy a hacer con mucho gusto- a favor.
También quiero partir por felicitar a los dirigentes: por su esfuerzo, por su perseverancia, por su compromiso; pero igualmente a las trabajadoras y trabajadores, porque todos quienes hemos estado muchas veces comprando en cualquiera de estas tiendas conocemos sus larguísimas jornadas laborales, así como las condiciones en que las desempeñan.
Yo no puedo olvidar los informes que se hicieron, varios años atrás, en la otra rama del Parlamento, encabezados por el en ese entonces Diputado Montes , sobre las condiciones laborales de los trabajadores de la industria del retail. Y fue dolorosísimo, insólito, saber cómo se les birlaba hasta el derecho de ir al baño en determinadas horas. Eran, realmente, unas condiciones de no creer.
Yo espero que Chile, que está muy en deuda en esta materia, alguna vez tenga un sentido, una mirada de sociedad, de país, donde los trabajadores sean tratados con dignidad; donde se les respete el fuero sindical; donde sean considerados indispensables, de modo que, cuando haya un diálogo necesario, se sienten de igual a igual -como ocurre en la mayoría de los países desarrollados, donde sindicatos y empresarios conversan en un plano de igualdad- a negociar, concordar y finalmente buscar acuerdos. Eso es lo propio de un país desarrollado.
Lo que nos falta a nosotros, como sociedad, es entender que, mientras mejor sea esa convivencia, las relaciones humanas al interior de la empresa serán más positivas, y la motivación en el trabajo, más alta. Desgraciadamente, en nuestro país llevamos muchos años en que el abuso parece ser lo predominante. Cuesta creer que ahora tengamos que perfeccionar algo que nos había dado una tremenda satisfacción.
Yo estaba en la Cámara de Diputados cuando logramos aprobar, no los feriados legales, sino los irrenunciables. ¡Irrenunciables! Y vaya que sufrimos una serie de argumentos en contra: que aquello atentaba contra el comercio; que el 18 y el 19 de septiembre el país iba a desaparecer porque la gente no iba a tener dónde comprar; que era una tragedia; que no iba a haber cómo hacer el asado. ¡Lo oímos todo!
Bueno, al final logramos como irrenunciables el 1° de mayo, el 18 y el 19 de septiembre, el 25 de diciembre y el 1° de enero. ¿Se dan cuenta? ¿Y qué pasó? Lo que sabemos que ha pasado: que se han aprovechado de la situación y esos feriados los hacen empalmar con los días de descanso de los trabajadores. Francamente, cuesta creer que tengamos que legislar para aclarar que no se puede seguir abusando.
El otro proyecto, como bien dijo el Senador Letelier, efectivamente es producto de un compromiso a raíz de una moción que despertó gran inquietud. Yo me acuerdo haber oído a los gremios afirmar que la economía de Chile se iba a hundir, porque cada cierto tiempo estamos sometidos a una suerte de campañas y pronósticos tremendistas que realmente a uno la sorprenden.
En definitiva, se logró un buen acuerdo, fruto de las negociaciones. Y aquí nuevamente hago un reconocimiento al trabajo de los dirigentes.
Se agregan siete días. ¡Menos mal! ¿Se dan cuenta de lo que significa para un trabajador disponer solo de dos domingos? Aquí se dice valorar mucho a la familia, pero, cuando llega la hora de dar las herramientas para que la familia disfrute, descanse, conviva, tenga tiempo libre, ese concepto se evapora. Como quiera que sea, predomina el capital por sobre el trabajador a como dé lugar.
Yo espero que con las reformas laborales francamente avancemos en lograr mayor dignidad y una relación más equitativa, porque lo que hoy tenemos no es una relación de ese tipo. En la actualidad no se garantizan los derechos, no se respeta la dignidad de los trabajadores, y es por eso que estamos legislando.
En mi caso, voy a votar a favor, porque dentro de los siete días que se agregan al menos tres -confío en que habrá acuerdo en ese sentido- serán un sábado y un domingo para que, como corresponde a cualquier ser humano, los trabajadores pasen un fin de semana disfrutando de su tiempo y de su familia.
He dicho.
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