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- rdf:value = " MODIFICACIÓN DE REQUISITOS PARA OBTENER CARTA DE NACIONALIZACIÓN (PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETÍN N° 9455‐06) [CONTINUACIÓN]El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Corresponde continuar la discusión del proyecto de ley, iniciado en moción, que modifica los requisitos para obtener la carta de nacionalización.
Antecedentes:
-La discusión del proyecto se inició en la sesión 100ª de la presente legislatura, en 26 de noviembre de 2014.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Claudio Arriagada.
El señor ARRIAGADA.-
Señor Presidente, este año la Cámara de Diputados aprobó la nacionalización por gracia de un deportista. Su situación refleja la de muchos jóvenes menores de 21 años que, pudiendo ser sujetos del beneficio de nacionalizarse, no pueden acceder a ella porque no cumplen con el requisito de la edad que establece la ley.
Quiero relacionar el proyecto de ley que hoy votaremos a favor, que surge de una moción del diputado Jaime Pilowsky , entre otros, con una situación que afecta a miles de personas en nuestro país: los migrantes que viven de manera ilegal en el país, que sufren la vulneración de muchos de sus derechos.
Los chilenos nos caracterizamos por ser los campeones del abuso. A saber, el abuso laboral, el abuso sexual y el abuso de competencias y derechos de los adultos mayores, de nuestros compatriotas, pero en particular de los extranjeros.
Esta iniciativa, que busca disminuir los años que la ley exige para entregar la nacionalidad chilena, se encuentra ligada a nuestras leyes que regulan la migración, la última de las cuales data de 1975.
Los parlamentarios han presentado en el Congreso Nacional distintas mociones sobre la materia. Hace pocos días, en un esfuerzo parecido, algunos diputados solicitamos una amnistía migratoria para miles de personas mediante la aprobación de un proyecto de resolución. Además, junto con la diputada Cariola y otros parlamentarios impulsamos otro proyecto en ese sentido.
El tema en cuestión requiere ser enfrentado de manera urgente, porque no solo es una situación de derecho el tener una patria, sino que también hay otros derechos que se están vulnerando debido a la realidad que nuestro país enfrenta.
Las leyes que regulan las normas de extranjería, tal como ya señalé, datan de 1975. Desde entonces, se han agregado una serie de modificaciones y dictado decretos que han agravado mucho más la situación. Lo ocurrido -hago un llamado de atención a mis colegasen Antofagasta en un incendio que dejó a más de 200 personas damnificadas, en su gran mayoría migrantes pobres, hizo que la alcaldesa de esa ciudad dijera que no contaba con los instrumentos legales para resolver el problema humanitario. Lamentablemente, eso es así. En Chile han muerto niños bolivianos y peruanos en distintas circunstancias.
Se han producido numerosos incendios en los lugares insalubres donde viven los inmigrantes en Santiago. Se trata de viviendas antiguas en barrios viejos, administradas por verdaderos explotadores. Allí, veinte o treinta familias viven hacinadas en lugares donde se les cobran elevados arriendos.
Quiero aprovechar este gran proyecto que disminuye la edad para obtener la nacionalidad chilena para decir que este es el momento para que el país reaccione frente a esta situación. El proyecto de ley de migración enviado por el Presidente Piñera duerme largo tiempo en el Parlamento. Espero que el actual Gobierno envíe las indicaciones sustitutivas.
En la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios nos informaron que esto ocurriría durante noviembre de 2014. Hoy se anuncia para marzo de 2015.
Esta realidad afecta a muchas personas, varias de las cuales reúnen los requisitos suficientes, además de la dignidad, para nacionalizarse chileno antes de cumplir los 21 años de edad.
He querido aprovechar esta situación para poner en el tapete la urgente necesidad de dar una respuesta integral al tema de la migración a través de una nueva ley de extranjería, que resuelva tanta irregularidad y tanto sufrimiento de muchas personas que han buscado a Chile como un destino para vivir mejor.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra la diputada señorita Karol Cariola .
La señorita CARIOLA (doña Karol) .-
Señor Presidente, este proyecto de ley, sin ninguna duda, constituye un tremendo avance en la materia.
Quiero felicitar a todos los diputados que han impulsado esta iniciativa. Comparto en gran medida los argumentos entregados por el diputado Arriagada, que planteó varios elementos fundamentales en una discusión que, lamentablemente, ha estado desprovista de la seriedad que requeriría nuestro país para darle condiciones mejores, más dignas a aquellos migrantes que deciden venir, por diversas razones, a Chile.
Este es un proyecto que rebaja de 21 a 18 años la edad para optar a la nacionalidad chilena cuando el padre o la madre ya la hubieran obtenido. También, establece la posibilidad de nacionalizar a los menores de 18 años cuando sus padres sean extranjeros con autorización de quien detente su cuidado personal. Por último, permite que los hijos menores de 14 años, de padre o madre refugiados, de acuerdo a la normativa vigente, puedan nacionalizarse desde el momento en que uno de sus padres obtenga su carta de nacionalización.
Si bien este proyecto es un avance importante, no apunta al problema de fondo que sufren los hijos de inmigrantes en nuestro país. Lamentablemente, el verdadero problema que tienen esos niños sin patria, que no tienen nacionalidad, es que no ostentan el derecho a la salud, a la educación y a la protección frente a los abusos. Son cientos de niños inmigrantes en Chile que lamentablemente no pueden acceder, por ejemplo, a la educación.
Uno podría preguntarse qué significa que a niños que viven en un país distinto al que nacieron se les niegue el acceso a la educación por no tener un carné de identidad.
Es ahí donde debemos lograr avances importantes. Lamentablemente, nuestro país ha tratado a los inmigrantes como si fueran verdaderos enemigos; prácticamente, se ha generado una xenofobia precisamente por no tomar las medidas correspondientes, tema bastante lamentable en aquellos sectores donde habitan. Faltan políticas de destinación, de recursos, de determinación y de regulación. Represento a dos comunas en esta Corporación de las cuatro de la Región Metropolitana que concentran la mayor cantidad de inmigrantes en Chile.
Lamentablemente, es una realidad que debemos tomar en cuenta; sin embargo, no existen políticas reales que ayuden a mejorar esas condiciones. Por ejemplo, cuando hablamos de las viviendas que habitan los inmigrantes en nuestro país, lamentablemente, nos damos cuenta que aún existen personas que abusan de esa condición con el solo propósito de generar espacios limitados o verdaderos cités, en donde prácticamente viven hasta nueve o diez familias, sin condiciones sanitarias básicas que afectan tremendamente su calidad de vida, en particular, de los niños.
Por lo tanto, cuando el diputado Arriagada hace referencia a la necesidad de avanzar determinadamente a una nueva ley migratoria para Chile, precisamente, proyectos como estos son los que nos deben incentivar a tener una discusión más profunda respecto de la calidad de vida que están teniendo aquellas personas que por diversas razones llegan a nuestro país.
Ahora, cuando hablamos de los inmigrantes que viven en situaciones complejas, no nos estamos refiriendo precisamente a quienes vienen de Europa o de países más acomodados, sino a nuestros hermanos y hermanas de América Latina que son quienes llegan a Chile y viven en condiciones completamente inhumanas. Sin embargo, nosotros, a pesar de ser testigos de estas situaciones, no hemos adoptado las medidas necesarias para subsanarlas.
Comparto los objetivos de la iniciativa; sin embargo, creo que aún no son suficientes, pero considero que constituyen un gran avance al respecto. Por ello, anuncio mi voto favorable al proyecto.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Sergio Ojeda.
El señor OJEDA.-
Señor Presidente, el tema en discusión trata de un derecho trascendental, esencial en la vida humana: la nacionalidad.
No por nada nuestra Constitución Política del Estado se refiere a la nacionalidad en el mismo capítulo que lo hace de la ciudadanía, precisamente, para dar a entender que la ciudadanía es importante en el derecho interno y la nacionalidad para el aspecto externo.
La nacionalidad es el vínculo jurídico que une a una persona con un Estado determinado y que, desde luego, genera derechos y deberes, sobre todo derechos, como una necesidad de protección y de amparo.
Se funda, además, en la naturaleza o en el derecho positivo. Sabemos que su regulación se entrega a la ley y la otorga el Presidente de la República a través de un decreto refrendado por el Ministerio del Interior. Como sabemos, todos la tienen, menos aquellas personas que por distintos motivos, ya sea por conflictos internos, de guerra o de transformación de fronteras, se trasladan o son desplazadas a otros países y pasan a llamarse injustamente apátridas.
El proyecto al que me ha invitado a participar el diputado Jaime Pilowsky , quien es el autor y redactor de la iniciativa, se refiere a cambio de edades y de exigencias al respecto.
Son diversas las circunstancias que llevan a las personas a dirigirse o a permanecer en un país determinado, el cual debe otorgarles protección y seguridad. Por ejemplo, en nuestro país existe un número importante de extranjeros. El mismo informe habla de 1.743 personas en condiciones de refugiadas. Respecto de la solicitud de nacionalizados, el Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior y Seguridad Pública señala que, desde 2009, la evolución de la nacionalización ha sido importantísima o considerable en los últimos seis años. Por ejemplo, un total de 5.434 extranjeros de 105 países han sido nacionalizados en nuestro país. Perú, 1.219; Cuba , 727; Ecuador , 646; Colombia , 602; Bolivia , 579, etcétera.
Ello indica que hay una demanda importante de solicitudes de extranjeros que quieren obtener la nacionalidad chilena. Sin embargo, muchas veces, existen trabas e inconvenientes para solicitarla, razón por la cual un porcentaje importante de ellos no la ha podido obtener por el requisito de edad.
Por ello, la reforma que el diputado Pilowsky presenta al decreto ley N° 747, de 1925, cuyo texto refundido y fijado por el decreto supremo N° 5142, de 1960, del Ministerio del Interior, pretende actualizar los requisitos para obtener la nacionalización y adaptarlos a las actuales exigencias de nuestro derecho interno. Eso es lo que el proyecto pretende. Nuestra legislación ha tenido cambios internos que no se reflejan en el derecho internacional ni concuerdan con las exigencias de los tratados y convenios internacionales relacionados con esta materia.
Hace muchos años, en 1993, se rebajó la mayoría de edad de 21 a 18 años, mediante la ley N° 19.221. En cambio hoy la edad para tener derechos de todo tipo es de 18 años. Asimismo, también se rebajó la edad para la responsabilidad penal de menores, a 14 años. Ello, presumiendo que tienen discernimiento; es decir, que a esa edad saben distinguir entre el bien y el mal. Por lo tanto, nuestro derecho interno ha evolucionado y cambiado, pero repito aún no se ha adaptado a las exigencias de otros estándares como el derecho internacional, por ejemplo. No ha sido funcional en el plano internacional en términos de refugiados extranjeros. Se sigue exigiendo la edad de 21 años para optar a la nacionalidad chilena, cuando debiera ser 18, de acuerdo con nuestra Constitución Política. Como asimismo que a los hijos de los extranjeros se les exija 18 años de edad, cuando debiera ser a los 14.
Por lo tanto, para conseguir la nacionalidad chilena existe una diferencia entre la Constitución Política, la ley y este decreto que queremos reformar. Como dije, es una verdadera incongruencia que no está en relación con la evolución institucional de nuestras leyes; tampoco concuerda con el derecho natural y positivo respecto de la nacionalidad y su obtención para los extranjeros y los hijos de estos.
Ahora, ¿por qué hablar de 21 y 18 años? Esto es impedir, retardar o retrasar la obtención de un derecho. Así se señala además en el Pacto de San José de Costa Rica y en el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que señala que “toda persona tiene derecho a una nacionalidad”, al igual que la ciudadanía dentro de lo que respecta al derecho interno, salvo impedimentos legales como, por ejemplo, tener un vínculo que lo una con el Estado donde reside. Sin embargo, toda persona debe tener un vínculo, toda persona debe tener una nacionalidad, gozar de los derechos y cumplir con las obligaciones que le impone el Estado a sus nacionales, y a nadie se le puede privar arbitrariamente de su nacionalidad, ni del derecho de cambiarla.
De alguna manera, estamos contraviniendo estos preceptos sustanciales, fundamentales y superiores de justicia en materia de nacionalidad, por lo que el Estado chileno está obligado a concederles una nueva nacionalidad, cumpliendo con los requisitos que nuestra ley impone.
Por eso, felicito la sabiduría y la certeza del diputado Pilowsky para reparar este error de nuestro ordenamiento jurídico que, como sabemos, constituye un verdadero pacto que aún en nuestro país no se cumple como debiera. Me refiero a que estos requisitos deben ser los que corresponda por lógica legislativa, de acuerdo a los parámetros y exigencias que sean favorables para ellos.
Los extranjeros vienen a Chile porque les surge un atractivo y les resulta muy placentero para su vida y sus necesidades.
Entonces, no podemos rechazar el proyecto de ley, porque estas exigencias perturban y retrasan a los extranjeros que quieren obtener la nacionalidad chilena.
Señor Presidente, rebajar la edad para la obtención de la nacionalidad no es solo cumplir con una obligación de estado, sino que implica una serie de efectos positivos para el país y el nacionalizado. Es acoger potenciales intelectuales, talentos o capacidades profesionales, como los médicos cubanos y ecuatorianos, o como el joven deportista japonés Yutaka Matsubara . Además, la idea es que la nacionalidad no solo favorezca al titular, sino que a toda su familiar y darles toda la protección a estas personas, como habitación, una vida digna, que no vivan marginalmente, sino que se inserten en nuestro país y considerarlos como nuestros hermanos, como chilenos, porque vinieron para vivir con nosotros, ya que vislumbraron una vida mejor y, por lo tanto, no podemos darles una vida peor, porque respetan a nuestro país y consideran que pueden ser cobijados.
Ahora bien, la iniciativa trata de evitar exigencias en nuestro país a los apátridas, personas sin nacionalidad, que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), a través de los tratados fundamentales, como la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas, tratan de evitar.
Es un muy buen proyecto de ley, que nos va a dejar muy bien a nivel internacional, conforme a los estatutos, los pactos y las convenciones internacionales.
Hay que recibir a los extranjeros que han querido venir a Chile, pero rápidamente debemos rebajar la exigencia de la edad, conforme a nuestro derecho interno. No tenemos por qué discriminarlos y exigirles mayor edad.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Felipe Letelier.
El señor LETELIER.-
Señor Presidente, algunos parlamentarios rasgaron vestiduras para otorgar rápidamente la nacionalidad al cura párroco O’Reilly, que resultó ser un fiasco.
Espero que con la misma fuerza que se entregó la nacionalización a O’Reilly, se otorgue a gente con menos títulos, más modesta, que llega a Chile buscando nuevas oportunidades.
El debate está instalado. Un grupo de parlamentarios asistimos al 50° Aniversario del Parlatino, celebrado en Panamá, donde el tema de la migración no pasó desapercibido en una política de integración y cooperación latinoamericana, no solo desde el punto de vista económico, sino social, cultural y humanamente hablando, pues no hay foros en que lo relacionado con la migración no esté presente.
Quiero felicitar a los autores de esta moción, aprobada en general y en particular por unanimidad en la comisión, lo que significa que hay un interés real en que se legisle sobre la materia.
Una indicación suprime la mención de la ley N° 20.430, por lo que felicito a los diputados Pilowsky , Becker , Chávez , Farías , Mirosevic y Ojeda, pues estamos ante un proyecto de ley relacionado con la actualidad, dado que hay una migración fuerte hacia Chile de muchos hermanos colombianos, peruanos. La semana pasada recibimos la visita de integrantes del Parlamento Andino y manifesté que cientos de miles de compatriotas migramos a países de los distintos continentes y lo único que puedo decir son palabras de agradecimiento por la solidaridad internacional demostrada hacia chilenas y chilenos que, principalmente por razones político-ideológicas, debimos salir de nuestro país.
Eso nos dejó una escuela, una marca. Es por eso que, al igual que la Comisión, debemos aprobar por unanimidad este proyecto de ley, pues se trata de una situación humana, social, ya que los hermanos colombianos, peruanos, ecuatorianos y de otros países que están en Chile vienen a probar suerte, a rehacer su vida y, obviamente, en base a las condiciones que plantea la iniciativa, debemos respaldarla.
Aun más, esta Corporación debería llevar a cabo una sesión especial para analizar el tema de la migración, que no es algo menor. Está en el tapete, es una realidad instalada en nuestro país y por eso es que con otros parlamentarios daremos forma a la petición formal de sesión especial para tocar in extenso este tema.
Por eso, vamos a aprobar con mucha fuerza esta moción.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Germán Becker.
El señor BECKER.-
Señor Presidente, hace poco aprobamos un proyecto de ley que otorga la nacionalidad chilena al joven tenimesista de origen japonés Yutaka Matsubara.
Se trató de una iniciativa particular: el tenimesista jugaba por Chile, pero no de forma oficial, y, a pesar de haber residido por alrededor de diez años en nuestro país, no podía optar a la nacionalidad chilena por no haber cumplido 21 años.
Este proyecto de ley del diputado Pilowsky, a quien felicito, soluciona este tipo de problemas y mejora el decreto supremo N° 5.142, de 1960, que tiene más de 50 años de vigencia. Ya era hora de hacerle algunas correcciones y creo que esta iniciativa avanza en ese sentido.
En primer lugar, rebaja la edad de 21 a 18 años para que un joven que ha vivido durante cinco años en Chile pueda optar a la nacionalidad. Esto me parece de toda lógica, ya que la mayoría de edad en nuestro país es de 18 años y creo que la exigencia de 21 años para obtener la nacionalidad se mantuvo porque en ese entonces la mayoría de edad era de 21 años.
En segundo lugar, se agrega que los jóvenes mayores de 14 años, con más de cinco años de residencia en nuestro país, podrán optar a la nacionalidad chilena con la autorización de quienes estén a cargo de su cuidado. La verdad es que me parece una buena idea, ya que un joven de 14 años perfectamente puede pedir ser chileno; sin embargo, es bueno que la persona que esté a cargo de su cuidado dé la autorización, porque es un tema bastante importante.
En tercer lugar, se agregó un inciso final mediante el cual se establece que los hijos menores de 18 años, de padre o madre con calidad de refugiados reconocidos por Chile, podrán nacionalizarse chilenos desde el momento en que, al menos, uno de sus padres haya obtenido la carta de nacionalización.
Esto es de una obviedad muy lógica, porque un joven cuyos padres ya obtuvieron la nacionalidad chilena tiene toda la posibilidad de ser chileno, no importando su edad.
Por eso, al igual como ocurrió en la Comisión, la bancada de Renovación Nacional votará favorablemente este proyecto, porque representa un avance importante en temas de nacionalidad, legislación que siempre apoyará.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Pilowsky.
El señor PILOWSKY.-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero decir que estoy muy agradecido de los diputados Arriagada, Chahin, Chávez, Espejo, Farías, Jiménez, Ojeda , Urrutia, don Osvaldo, y Walker con quienes firmé esta moción, y de la Comisión de Gobierno Interior, Nacionalidad, Ciudadanía y Regionalización por la rápida tramitación que le dio.
Este proyecto viene a actualizar una legislación que proviene de los años 60. Pareció bastante absurdo no adecuarla en este sentido, en 1993, cuando se introdujeron las modificaciones respecto de la mayoría de edad.
¿Cuál es la diferencia entre lo que existe y lo que busca esta iniciativa, que espero sea aprobada por este Hemiciclo por unanimidad, al igual como sucedió en la Comisión de Gobierno Interior?
Primero, me gustaría explicar que para nacionalizarse por carta de nacionalización, es decir, por un decreto firmado por la Presidenta de la República y por el ministrodel Interior y Seguridad Pública, hoy se requiere tener 21 años. Esa es la edad que exige nuestra legislación para nacionalizarse chileno. Sin embargo, establece una excepción, cual es que las personas de 18 años podrán optar a la nacionalidad chilena cuando el padre o la madre estuvieren ya nacionalizados. En definitiva, las personas de 18 años que no tengan un padre o madre que se haya nacionalidad, hoy no pueden nacionalizarse. Deben esperar hasta los 21 años.
¿Qué pretende el proyecto? Que tal como la mayoría de edad se fija a los 18 años, cualquier persona pueda optar a la nacionalidad chilena cuando cumpla esa edad, naturalmente satisfaciendo los demás requisitos legales. Esa será la norma general que existirá, si se aprueba la moción.
Los autores de la iniciativa también pensamos que cuando una persona lleva mucho tiempo viviendo en Chile, es absurdo esperar hasta los 18 años. Imaginemos una familia de migrantes que vive en el país con un niño desde los dos años. Este tendría que esperar 16 años para nacionalizarse chileno.
Por eso, proponemos una norma especial respecto del joven mayor de 14 años cuyo padre o madre sean extranjeros y que sea autorizado al efecto por quienes estén a cargo de su cuidado personal y cumplan con las demás exigencias legales. Es decir, tenemos los 18 años de edad para nacionalizarse. Pero entre los 14 y 18 años también se pueden nacionalizar, si tienen el permiso del padre o de la madre o de quienes tienen el cuidado personal del menor.
Por último, conjuntamente con el diputado Chahin trabajamos una última indicación que viene a dar solución a los hijos de los refugiados en Chile. En ella se consigna que los hijos menores de 14 años, de padre o madre con calidad de refugiados reconocidos por Chile, podrán nacionalizarse chilenos desde el momento en que, al menos, uno de sus padres haya obtenido la carta de nacionalización, sin necesidad de cumplir los demás requisitos exigidos por el presente decreto.
Deseo clarificar que con este proyecto de ley quisimos actualizar los requisitos legales en materia de edad sobre una legislación que no da el ancho de lo que se requiere en este mundo globalizado. Todo esto porque, por un lado, es necesario actualizar la materia, lo que propone la iniciativa, y por el otro, trabajo que debe desarrollar el Gobierno, es cómo damos cuenta de una nueva ley de nacionalización y migración en Chile.
En un mundo globalizado, en el que hay intercambio y traslado no solo de bienes, sino también de personas, las que por distintas razones deciden vivir en un determinado país, es menester la adecuación de la legislación con la entrega de algunos derechos, como el de la nacionalización cuando hay un vínculo que la una a un determinado país.
En este sentido, no solo hemos obtenido la colaboración de la Comisión de Gobierno Interior, que preside el diputado Ramón Farías , sino también el apoyo, no el patrocinio, de parte del Departamento de Extranjería y del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Por otra parte, invitamos al Gobierno a que junto con el envío de este proyecto de ley, que ojalá sea aprobado, ingrese otro con una nueva ley de Extranjería, que dé cuenta de este mundo globalizado, de un país que acoge al extranjero y le otorga los derechos necesarios para su desarrollo.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Tucapel Jiménez.
El señor JIMÉNEZ.-
Señor Presidente, seré breve, porque después de la intervención del diputado Jaime Pilowsky , autor del proyecto, no queda mucho por decir. Solo clarificar muy bien su importancia, porque sabemos que la ley en vigencia sobre esta materia es de 1960. Luego, solo cabe su actualización, tomando en consideración la realidad del país y del mundo en general.
Hoy, la carta de nacionalización se otorga a los 21 años cumplidos, con más de cinco años de residencia continuada. Con la moción, el primer guarismo se baja a los 18 años y se elimina el requisito de que la residencia sea continuada. También podrán solicitar la carta de nacionalización los hijos de extranjeros que hayan cumplido 14 años y cuenten con la autorización de los padres.
Según el colega Becker , esto nace justo cuando se presentó en la oficina del diputado Jaime Pilowsky nuestro amigo japonés Yutaka Matsubara , jugador de tenis de mesa que, con 16 años, caso especial, quería representar a Chile, y no podía hacerlo. No obstante cumplir todas las condiciones requeridas y habiendo llegado de dos meses al país, por lo que se sentía completamente chileno, no podía representarnos, debido a que la ley le impedía obtener la nacionalidad por tener 16 años.
En un proyecto que se aprobó acá por unanimidad, se le dio la nacionalidad por gracia. En ese debate, surgió la discusión de que tal vez haya mucho más jóvenes con talento deportivo o con el anhelo de tener la nacionalidad chilena y no la podían obtener.
En ese contexto nació este proyecto, respecto del cual aplaudo la rapidez con que llegó a la Sala, porque algunos quedan durmiendo en las comisiones. Es bueno que haya llegado en forma expedita. Decidimos que se presentaría en forma paralela al que concedía la nacionalidad por gracia para solucionar el caso especial de nuestro representante de tenis de mesa. Se presentó este otro para casos futuros similares o de otros jóvenes que tuvieran la intención de ser chilenos y no lo podían ser.
Imagino que vamos a aprobar esta iniciativa, ya que, en razón de los discursos que he escuchando de mis colegas, me parece que no habrá oposición. Y espero que el Senado despache rápidamente la iniciativa, porque repito es necesario actualizar nuestra normativa. Pero también creo que aquí se ha escuchado un grito de exigencia en orden a actualizar nuestra legislación de extranjería, sobre migraciones y extranjería, pues cada día llegan más extranjeros a vivir en Chile.
La mayoría de esos migrantes, sino la totalidad, vienen a hacer realidad sus sueños y con la perspectiva de aportar al país. Muchos de ellos ya han tenido hijos nacidos en nuestro territorio, no obstante lo cual esos niños y adolescentes ni siquiera cuentan con una cédula de identidad chilena. Por lo tanto -insisto-, urge actualizar nuestra legislación sobre extranjeros en Chile.
Ya lo hemos conversado en la Comisión de Derechos Humanos, y el diputado Claudio Arriagada organizó un seminario con inmigrantes, no solo para tratar los problemas relativos a su nacionalización, sino todo el conjunto de problemas que los afecta.
En consecuencia, el Gobierno debe acoger nuestro llamado, como parlamentarios, para modernizar y actualizar la ley sobre migraciones y extranjería, porque doy por descontado que la iniciativa que hoy estamos debatiendo se va a aprobar.
Muchos chilenos salieron de nuestro país en épocas difíciles y fueron recibidos con los brazos abiertos por otras naciones. Yo mismo estuve fuera. Debemos reciprocidad y, en consecuencia, tenemos que dar todas las facilidades a los extranjeros que vienen a avecindarse en Chile, no solo porque harán un aporte laboral, sino también cultural y, en general, en todos los ámbitos de la vida de nuestra sociedad.
Así es que, dado que esto se va a aprobar, ojalá que -insistoel Gobierno acoja el llamado a mejorar, actualizar y perfeccionar nuestra legislación sobre migraciones, pensando especialmente en los niños y en los jóvenes, que encuentran tantas limitaciones para adaptarse y vivir adecuadamente en nuestro país.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jorge Rathgeb.
El señor RATHGEB.-
Señor Presidente, valoro esta iniciativa, por cuanto viene a adecuar nuestras normas relativa a la obtención de nacionalidad con el resto de la legislación nacional.
En efecto, debemos tener presente que hace ya varios años se rebajó la edad para alcanzar la mayoría de edad, de 21 a 18 años. Por lo tanto, estas disposiciones que vamos a modificar vienen a actualizar una normativa que se había quedado rezagada respecto del resto de nuestra legislación.
Por otro lado, está todo lo que se vincula con las exigencias para que un joven pueda obtener la nacionalidad chilena con autorización de aquella persona que lo tiene bajo su cuidado. Me refiero particularmente a los jóvenes de entre los 14 y 18 años, para lo cual también debemos adecuar la legislación vigente.
En definitiva, respaldamos esta iniciativa y la votaremos a favor, pues pondrá en concordancia esta normativa con el resto de nuestra legislación.
He dicho.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra al diputado René Saffirio.
El señor SAFFIRIO.-
Señor Presidente, junto con hacerme eco de todos los conceptos que se han vertido en relación con este proyecto, quiero agradecer particularmente al diputado Pilowsky , y también a los diputados Arriagada , Chahin , Chávez , Espejo, Farías , Jiménez , Ojeda , Urrutia y Walker , por haber impulsado esta iniciativa, que es de aquellos proyectos que no solo tienen que ver con innovar, en este caso respecto de la forma en que abordamos la problemática de los migrantes en Chile, sino porque tiene una relevancia mucho mayor, ya que se vincula con el concepto de sociedad que queremos construir: una sociedad que sea, por sobre todas las cosas, plural y diversa y en la que la frontera sea concebida como un punto de encuentro entre dos naciones y no como un muro infranqueable.
Discúlpeme que siempre recurra a lo mismo, pero no puedo dejar de aplicar lo que me enseñaron en la universidad. Si uno pone en una balanza distintos valores, que es lo que ocurre cuando legislamos respecto de determinadas materias, como en este caso, en que por un lado tenemos una ley sobre migración y, por otro, la dignidad humana, la libertad, la seguridad, la felicidad de personas que, por circunstancias de la vida, nacieron más allá de nuestras fronteras. Entonces, cuando se pone en esa balanza una norma que restringe, limita los procesos migratorios, en el fondo lo que estamos haciendo es darle el carácter de muro infranqueable a nuestras fronteras y no el de punto de encuentro y de relaciones permanentes entre dos naciones.
Razonablemente, uno podría preguntarse qué importa el lugar de nacimiento de una persona, si a partir de esa circunstancia se puede poner en peligro, en riesgo evidente su dignidad, su seguridad, su vida, su libertad o simplemente la esperanza que todo ser humano tiene de llevar una vida mejor. Nos estamos refiriendo a personas que, además, ya tuvieron que pasar por el proceso de vivir la dolorosa experiencia de resolver abandonar su patria de origen.
Lo que logramos con la legislación vigente en nuestro país en estas materias es generar las condiciones normativas para hacerles más difícil y compleja la vida a esas personas que buscan insertarse en un país distinto a aquel en que nacieron.
¡Por eso les doy las gracias a los diputados que mencioné! Porque en este proyecto se refleja el intento verdadero de construir una sociedad moderna, que interactúa, que se relaciona permanentemente con sus pares, más aún si son nuestros pares latinoamericanos.
Nuestro país pasa por dificultades económicas, es cierto, como muchas naciones en el mundo; sin embargo, ya hace rato que comenzó a ser destino de migrantes.
Fíjense que en la discusión ya se abandonaron los antiguos conceptos de inmigrantes o emigrantes; hoy se habla de migrantes, de personas que se trasladan, que se mueven de un lugar a otro, porque la movilidad es parte de la naturaleza misma del ser humano.
No son solo extranjeros; son personas respecto de las cuales nuestra sociedad debe tener capacidad de acogida, para lo cual se requiere una legislación moderna que reconozca, como ya he dicho -y pido excusas por repetirlo, por reiterarlo que la frontera que divide nuestro territorio con el de otras naciones no debe ser más que un punto de encuentro.
¿Por qué razón es tan fácil transferir bienes materiales desde cualquier punto del planeta hacia nuestro país o desde nuestro país hacia cualquier otro punto del planeta y, por el contrario, por qué una persona que quiere vivir con dignidad, con seguridad, en libertad, que no quiere ser víctima de una guerra, de un grupo terrorista, que no quiere ser víctima de las redes del narcotráfico y busca nuestro país para construir en él sus relaciones de amistad y de familia, deba salvar tantos obstáculos?
Señor Presidente, no debemos actuar como en la Francia de Le Pen. El entonces Presidente galo logró modificar su política migratoria en momentos económica y políticamente complejos, pero en un sentido inverso: transformó los principios de la revolución francesa -libertad, igualdad y fraternidad en un espejismo. Hoy, los conflictos que hay en Francia, debido al retraso en su política migratoria, perfectamente podrían replicarse en nuestro país si no logramos adecuar la legislación a los tiempos modernos.
La vida no se detiene; es una rueda que gira permanentemente. Muchos de los que hoy alzan la voz despreciando la condición de extranjero, no recuerdan que los mismos países de origen de aquellos a quienes estigmatizan acogieron a cientos de miles de chilenos y les salvaron la vida.
Señor Presidente, voto favorablemente el proyecto reiterando mi reconocimiento al diputado Jaime Pilowsky y a los parlamentarios que lo suscribieron, porque nos sitúa a la altura de un país que busca un mejor escenario para quienes viven en su territorio.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado Fuad Chahin.
El señor CHAHIN.-
Señor Presidente, quiero iniciar mi intervención agradeciendo al diputado Jaime Pilowsky , en primer lugar, por la invitación a suscribir el proyecto que, inicialmente, buscaba, como se establece en sus ideas matrices, rebajar la edad para adquirir la nacionalidad chilena, y, en segundo lugar, por permitirme incorporar una norma para resolver la situación en que se encuentran los hijos de los refugiados que nuestro país ha acogido. En aquello quiero detenerme.
“Que o la tumba serás de los libres o el asilo contra la opresión.”, dice el himno nacional, porque desde siempre nuestro país ha sido cobijo de los perseguidos; desde siempre nuestro país ha sido refugio para quienes han debido dejar su patria de origen, no por mera voluntad, sino porque las circunstancias los han obligado.
Persecuciones y conflictos bélicos han provocado que muchas personas deban abandonar sus hogares, sus tierras y sus familias para partir a un lugar que les proporcione refugio.
Me ha tocado conocer, muy de cerca, el caso de 117 refugiados palestinos que nuestro país acogió en 2008. Se trata de familias que pasaron toda su vida en un campo de refugiados en Al Tanfen medio del desierto, entre Irak y Siria-, viviendo un segundo despojo, pues el primero se produjo en 1948, cuando debieron abandonar Palestina para dirigirse a Irak y luego al desierto.
Con generosidad nuestro país acogió a estos 117 refugiados. Sin embargo, solo este año los mayores de edad personas con más de 21 años como lo consagra la ley han podido obtener la nacionalidad.
Para optar a la nacionalidad chilena cuando el padre o la madre ya la hubieren obtenido, la presente iniciativa rebaja la edad a 18 años y, en caso de contar con la autorización de sus padres, a 14 años. Se trata de una muy buena señal, como lo dijo el diputado René Saffirio .
Los hijos de refugiados nacidos en nuestro territorio son chilenos, pero se genera una anomalía: los hijos que llegaron con padres en calidad de refugiados y que aún no cumplen los 21 años de edad son apátridas y no pueden optar a la nacionalidad chilena. Es decir, tienen hermanos, padre, madre y tíos chilenos, pero son apátridas: no tienen nacionalidad.
Por lo tanto, no se está cumpliendo con la Convención sobre los Derechos del Niño, que en su artículo 7° establece el derecho del niño a adquirir una nacionalidad.
Asimismo, se está incumpliendo el artículo 34 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, el cual consagra el deber de facilitar la naturalización, o sea, la obligación de generar las condiciones para que, en el país que los acoja, puedan naturalizarse, realizar su vida, reunir su familia y empezar de nuevo en libertad.
Tampoco estamos cumpliendo con el principio de la reunificación familiar, que es uno de los que inspira la legislación internacional en materia de refugiados.
Por ello, incorporamos una norma que permite a todos los hijos de refugiados acceder a la nacionalidad chilena conjuntamente con sus padres, quienes después de cinco años pueden obtenerla. La idea es que los hijos menores de edad no nacidos en Chile puedan nacionalizarse junto con sus padres y echar raíces definitivamente en nuestro país.
Aquello es “el asilo contra la opresión”; es hacer carne en nuestra legislación la letra de nuestro himno.
Pero, también, tal como lo señaló el diputado René Saffirio , es entender que hoy estamos en un mundo globalizado donde las fronteras son mucho más relativas, donde las personas se mueven.
Por Dios, que este país sea capaz de tener una legislación que permita acceder a la nacionalidad con mayor facilidad a quienes han llegado, por distintos motivos, a radicarse, no es otra cosa que un acto de justicia y reciprocidad, porque cuántos chilenos en momentos de persecución fueron recibidos y acogidos en otros países y no solo se les acogió con la nacionalidad, sino que se les otorgó un conjunto de derechos sociales y políticos que les permitieron hacer su vida fuera de nuestras fronteras en los tiempos más duros que vivió la patria.
El presente proyecto es un acto de justicia, es una señal de modernidad y de que nuestro país realmente empieza a ser coherente entre lo que declara y lo que hace, a través de su legislación.
Una vez más agradezco al diputado Jaime Pilowsky la invitación a formar parte de la iniciativa y el haber permitido que incluyéramos esta norma especial para los refugiados.
Ojalá, el proyecto se apruebe con una amplia mayoría en la Sala.
He dicho.
-Aplausos.
El señor CARMONA (Vicepresidente).-
Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
-Con posterioridad, la Sala se pronunció sobre este proyecto en los siguientes términos:
El señor CORNEJO (Presidente).-
Corresponde votar en general el proyecto de ley que modifica el texto refundido de las disposiciones sobre nacionalización de extranjeros, en los requisitos para obtener la carta de nacionalización.
Hago presente a la Sala que sus normas son propias de ley simple o común. En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 86 votos; por la negativa, 0 votos. Hubo 4 abstenciones.
El señor CORNEJO (Presidente).-
Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo Sergio ; Álvarez Vera Jenny ; Álvarez-Salamanca Ramírez Pedro Pablo ; Andrade Lara Osvaldo ; Arriagada Macaya Claudio ; Barros Montero Ramón ; Becker Alvear Germán ; Bellolio Avaria Jaime ; Berger Fett Bernardo ; Boric Font Gabriel ; Cariola Oliva Karol ; Carmona Soto Lautaro ; Carvajal Ambiado Loreto ; Castro González Juan Luis ; Ceroni Fuentes Guillermo ; Chahin Valenzuela Fuad ; Chávez Velásquez Marcelo ; Coloma Alamos Juan Antonio ; Cornejo González Aldo ; De Mussy Hiriart Felipe ; Espejo Yaksic Sergio ; Espinoza Sandoval Fidel ; Farcas Guendelman Daniel ; Fernández Allende Maya ; Flores García Iván ; Fuentes Castillo Iván ; Fuenzalida Figueroa Gonzalo ; Gahona Salazar Sergio ; García García René Manuel ; Girardi Lavín Cristina ; Gutiérrez Gálvez Hugo ; Gutiérrez Pino Romilio ; Hoffmann Opazo María José ; Insunza Gregorio De Las Heras Jorge ; Jackson Drago Giorgio ; Jarpa Wevar Carlos Abel ; Jiménez Fuentes Tucapel ; Kast Rist José Antonio ; Kast Sommerhoff Felipe ; Lavín León Joaquín ; Lemus Aracena Luis ; León Ramírez Roberto ; Lorenzini Basso Pablo ; Melero Abaroa Patricio ; Molina Oliva Andrea ; Monckeberg Díaz Nicolás ; Morano Cornejo Juan Enrique ; Nogueira Fernández Claudia ; Norambuena Farías Iván ; Núñez Lozano Marco Antonio ; Ojeda Uribe Sergio ; Ortiz Novoa José Miguel ; Pacheco Rivas Clemira ; Paulsen Kehr Diego ; Pérez Lahsen Leopoldo ; Pilowsky Greene Jaime ; Poblete Zapata Roberto ; Rathgeb Schifferli Jorge ; Rincón González Ricardo ; Rivas Sánchez Gaspar ; Robles Pantoja Alberto ; Rocafull López Luis ; Rubilar Barahona Karla ; Sabat Fernández Marcela ; Saffirio Espinoza René ; Saldívar Auger Raúl ; Sandoval Plaza David ; Santana Tirachini Alejandro ; Sepúlveda Orbenes Alejandra ; Silber Romo Gabriel ; Soto Ferrada Leonardo ; Squella Ovalle Arturo ; Tarud Daccarett Jorge ; Teillier Del Valle Guillermo ; Torres Jeldes Víctor ; Trisotti Martínez Renzo ; Tuma Zedan Joaquín ; Turres Figueroa Marisol ; Urízar Muñoz Christian ; Urrutia Bonilla Ignacio ; Vallejo Dowling Camila ; Vallespín López Patricio ; Van Rysselberghe Herrera Enrique ; Verdugo Soto Germán ; Walker Prieto Matías ; Ward Edwards Felipe .
-Se abstuvieron los diputados señores:
Espinosa Monardes Marcos ; Hasbún Selume Gustavo ; Hernando Pérez Marcela ; Ulloa Aguillón Jorge .
El señor CORNEJO (Presidente).-
Por no haber sido objeto de indicaciones, queda además aprobado en particular.
Despachado el proyecto.
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- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/9455-06