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La señora VIDAL (doña Ximena).-
Señor Presidente, ha sido interesante el debate.
Quiero saludar a todos los artistas nacionales presentes, a los representantes de las radios chilenas, a los representantes de las sociedades de autores, a todas las personas que están acompañándonos en las tribunas esta mañana, pero también a los ausentes, porque muchos de los que no están hoy aquí nos han estado acompañando desde el principio, desde que los autores presentaron la iniciativa y se inició su tramitación.
Como Presidenta de la Comisión de la Cultura y de las Artes, estoy muy contenta por el debate que se ha producido, a pesar de lo corto del tiempo, porque se han expresado muchas diferencias y visiones importantes de discutir.
Por su intermedio, señor Presidente , quiero decir al diputado Rojas que el proyecto es bueno, porque interpreta no sólo los derechos mínimos de expresión musical chilena, que se resguardan, sino que también representa la opinión de la mayoría de las personas, de la mayoría de la ciudadanía, que quiere preservar los valores y el patrimonio nacional, uno de los cuales es, precisamente, la música.
Como Presidenta de la Comisión de la Cultura y de las Artes lo puse en discusión, porque eso significa hacer las tareas legislativas a las que estamos mandatados por la ciudadanía, dentro de nuestras facultades.
Felicito a los autores del proyecto, cuyo propósito es cuidar el patrimonio y velar por la música chilena. Ésa es la intención de la iniciativa.
Hoy hemos sido testigos de la contradicción política que existe en la Alianza. Por una parte, tenemos diputados que son autores del proyecto; y por otra, hay diputados del mismo conglomerado que están en contra de la iniciativa.
Me parece preocupante que esta contradicción vital que observamos en la Sala influya negativamente en un proyecto que tiene que ver con lo más sentido de nuestra identidad, de mucho interés para los artistas y para nuestra ciudadanía.
Espero que la discusión que se ha desarrollado, en que hemos escuchado muchas cosas, haya entregado más luz sobre el proyecto y lo votemos a favor. Ahora, existen diferentes formas de expresar el disenso.
El diputado René Manuel García dijo que nadie puede estar en desacuerdo con el proyecto, pero lo va a votar en contra.
Otra intervención se refirió a que el tema es delicado y complejo. Ésa es otra forma que nos permite saber cuándo nos están mintiendo y cuándo nos están engañando. Dicen que el tema es delicado y complejo, y por eso van a votar en contra.
Otra intervenciones que se han escuchado expresan que éste no es el momento adecuado o que el proyecto es pésimo, y que por esas razones van a votar en contra.
Entonces, nos tenemos que informar para saber quién definitivamente no dice la verdad. Pregunto: ¿están en contra del proyecto porque están defendiendo los intereses de la Archi?
(Aplausos en las tribunas).
En los minutos que me quedan, quiero leer algunas afirmaciones de los detractores del proyecto.
Por ejemplo, dicen: “constituiría un serio problema para la radiodifusión y un gravísimo precedente en materia de libertad de expresión y otros derechos fundamentales”.
El proyecto no persigue eso; eso es hacer una campaña del terror. La iniciativa pretende encontrar un equilibrio entre la defensa de la globalización, que nos obliga a vivir en este mundo maravilloso que significa la internacionalización en todo tipo de cosas, en todo tipo de disciplinas, y no solamente en la economía de libre mercado y en la competencia. Esto nos obliga a preocuparnos, como Estado, de las culturas locales y nacionales, versus la cultura planetaria. Ése es un equilibrio básico, y a eso se refiere el proyecto: a regular, a establecer la transmisión de un 20 por ciento mínimo de música chilena.
También se han referido a la verificación de los porcentajes que se pretende establecer.
Asimismo, dicen que los radiodifusores de Chile tienen un fuerte compromiso con la identidad. Por supuesto; eso no está en cuestión ni nadie lo discute. Conocemos el compromiso de las radios y el trabajo que hacen. Pero justamente por ese compromiso, por ese llamado a preservar nuestra cultura, nos debemos hacer cargo de las necesidades de equilibrio entre el Estado y la competencia; entre las libertades económicas y las libertades de creación y de difusión de un pueblo como el chileno.
Sería una vergüenza no votar a favor de un proyecto de esta naturaleza, en el año del Bicentenario; sería vergonzoso no contar con una norma como ésta.
(Aplausos en las tribunas).
Otros señalan que hay que hacer la tarea con los radiodifusores de los respectivos distritos que representamos sobre los efectos que tendría en cada radio la imposición de una norma como la que consagra el proyecto.
Yo hice mi tarea: hablé con los animadores de las radios de mi distrito, quienes me expresaron que el proyecto es un premio para todas las radios pequeñas y regionales de nuestro país.
He dicho.
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