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El señor ARAYA (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor Juan Luis Castro.
El señor CASTRO.- Señor Presidente , éste es un proyecto de ley muy importante que busca regular definitivamente los fraudes y los abusos que han hecho, no la mayoría de los médicos, pero sí un porcentaje ínfimo de ellos, lo que ha enlodado al conjunto de la profesión.
En ese plano, debo recordar que la Sala de la Cámara aprobó en su momento una serie de enmiendas al proyecto original, que apuntaban a que cada vez que un profesional médico emita una licencia lo haga con fundamento, es decir, que haya responsabilidad en acreditar que un diagnóstico se correlaciona con un tiempo de reposo determinado y no exagerado. Recordemos que gran parte de las licencias médicas que se entregan en nuestro país obedecen a problemas de salud mental, principalmente depresiones; patologías osteoesqueléticas y musculares del tipo lumbago y enfermedades psicosomáticas. Es decir, existen tres grupos de enfermedades que, muchas veces, no tienen exámenes clínicos que logren objetivar el tiempo necesario de reposo para cada caso.
En ese sentido, durante largos años, ha habido sistemáticas denuncias respecto del uso y abuso de las licencias médicas en un sistema que ha estado muchas veces plagado de sospechas porque el empleador que no forma parte ni concurre a pagar nada de la licencia médica está exento de responsabilidad y, muchas veces, las isapres hacen pagar a justos por pecadores porque recortan estas licencias sin un control médico suficiente a las personas que están convalecientes, fracturadas u operadas. Por otro lado, hay usuarios que, como en muchos reportajes de televisión se ha demostrado, han simulado síntomas y enfermedades con el objeto de tener un criterio ganancial para obtener dinero y reposo para conseguir otro trabajo o para realizar otro tipo de actividades.
De más está decir que, en el pasado, hubo autoridades en el país que para restarse de las actividades públicas se tomaban una licencia médica. Llegó a quedar en el imaginario colectivo que tomarse una licencia era un acto unilateral que no requería más que la anuencia del médico porque se entendía que cada cual, cuando estimaba, podía hacer uso indiscriminado de este instrumento que es de seguridad social y que va asociado al pago de un subsidio de incapacidad laboral.
Hemos planteado en forma sistemática que, junto con fiscalizar, debe haber un criterio que permita terminar con los tres días de carencia en el pago de las licencias abreviadas de menos de once días. No es posible que hoy a un trabajador con un estado gripal, una gastroenteritis, o un problema de salud que requiera más de once días de reposo, sólo se le pague la licencia médica desde el cuarto día. Tampoco es aceptable que, por haber una baja tasa de sindicalización en nuestro país, no más de un 10 por ciento de los trabajadores logre cubrir esos tres días producto de negociaciones colectivas o por ser trabajadores fiscales.
Eso sigue pendiente. Durante su tramitación en el Senado, el ministro de Salud se comprometió a mandar una indicación que permita terminar con estos tres días de carencia, cosa que hasta la fecha no ha ocurrido y que significa persistir en un grave y sistemático problema en cuanto a la duración de las licencias médicas.
Por otro lado, quiero destacar un avance sustantivo del articulado en cuanto a que, por primera vez y producto de las indicaciones que se introdujeron en la Comisión de Salud -que dirigió adecuadamente mi colega Javier Macaya para llegar a acuerdos necesarios en esta materia-, se estableció que sean las isapres o el Fonasa, o sea, los seguros de salud, los organismos que deban considerar los criterios para rechazar o reducir una licencia médica; es decir, que sean estas instituciones y no el afiliado -como ocurre hoy- las que tengan que recurrir a la instancia de apelación. Es más, muchos parlamentarios hemos recibido a cientos de personas que nos han señalado que tienen que peregrinar para apelar entre el Fonasa, la Superintendencia de Seguridad Social y la Compin producto de las licencias que los médicos les entregan y ellas tienen que hacer valer la verdad respecto del reposo que aparece en la licencia por su enfermedad. No obstante, cuando este proyecto sea ley de la República, el peso de la prueba va a recaer en los seguros de salud, los cuales van a tener que demostrar por qué desean reducir o rechazar esa licencia médica.
A mí me parece que ese es un gran triunfo para las personas, ya que no se van a ver sometidas a la arbitrariedad de que la isapre sea juez y parte en una condición tan dramática, como es el pago de subsidio cuando la persona está enferma.
Por último, quiero destacar que en el debate habido en la Comisión de Salud y también en la Sala, motivó mucha controversia respecto de ciertas facultades que, a nuestro juicio, excedían las facultades administrativas que tienen los órganos jurisdiccionales, llámese Superintendencia de Seguridad Social o las Compin, en cuanto a la aplicación de sanciones, ya que cuando hay claridad sobre la evidencia de que hubo fraude, a mi juicio, esos casos son más bien de carácter judicial y penal y deben ser llevados a la justicia ordinaria. No hay razón para que un órgano administrativo aplique sanciones, como la suspensión del ejercicio de la emisión de licencias médicas, ya que, cuando se demuestra que hubo un fraude, corresponde a los tribunales de justicia aplicar la sanción que corresponda.
Por todo esto, nuestro criterio es respaldar este proyecto de ley en la inmensa mayoría de su articulado, sobre todo, porque es un instrumento que va a dar eficacia al control y al abuso en materia de licencias médicas; asimismo, queremos dejar claro que hemos pedido votación separada respecto del artículo 5° del proyecto -se pidió en la Comisión Mixta y viene así en la propuesta a la Sala-, que establece sanciones y castigos para quienes cometan ciertos abusos, claramente inadecuados y que exceden el ámbito administrativo. Por eso, tienen que ser pasados derechamente al tribunal correspondiente.
Por lo tanto, vamos a votar en contra, pero vamos a respaldar el resto del articulado para que cuando este proyecto se transforme en ley, junto al compromiso que ha hecho el ministro de Salud -que esperamos lo cumpla en esta oportunidad-, se termine con los tres días de carencia. Toda licencia médica debe ser pagada desde el primer día, puesto que si vivir sano es caro, vivir enfermo es mucho más caro.
He dicho.
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