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El señor MONCKEBERG, don Nicolás ( Presidente ).- Tiene la palabra el diputado señor José Miguel Ortiz.
El señor ORTIZ.- Señor Presidente , he representado durante 22 años a Concepción, Chiguayante y San Pedro de la Paz. En ese lapso, la reforma tributaria se ha erigido como un tema profundo e importante.
Durante el mandato de Patricio Aylwin , ese gran estadista - Alejandro Foxley era ministro de Hacienda -, el gobierno, con el apoyo de Renovación Nacional y la Concertación, llevó a cabo una gran reforma tributaria. Así lo entendieron quienes consideraron que el país necesitaba más ingresos permanentes, para que de verdad mejorara el nivel y la calidad de vida de las chilenas y de los chilenos. Así ocurrió durante los 20 años de gobiernos de la Concertación.
Pero, ¿qué pasó el año pasado? Se produjo la culminación de un proceso que venía germinando: Chile ingresó a la OCDE. A pesar ello, la cifras no son auspiciosas: el Estado solo tiene capacidad para financiar, por ejemplo, un 15 por ciento en educación superior y un 40 por ciento en salud.
Por ello, el país requiere iniciar un nuevo ciclo de políticas públicas, que apunten a construir un Chile distinto al actual. Eso implica mayor recaudación fiscal, para fomentar nuevas oportunidades de desarrollo.
El Chile de 2012 es muy desigual, porque los ingresos están concentrados en el decil más alto. Según datos de la OCDE, el decil más rico percibe el doble de ingresos que el promedio de los países de esa organización y Estados Unidos.
Además, la clase media, que ocupa los deciles quinto al noveno, con ingresos familiares entre 500 mil pesos y 1.500.000 pesos, debe financiar el acceso a la educación superior y a la salud de sus integrantes. Por eso, en la clase media se ha generado una sensación de abuso y de que existe un funcionamiento social segregador. Resulta obvio decir que el decil más rico accede con facilidad a prestaciones de salud y de educación de calidad, lo que no sucede con el resto de la población.
Las políticas sociales financiadas con tributos no disminuyen las desigualdades en Chile, lo que sí sucede en Alemania, Italia , Finlandia, por nombrar algunos de los países de la OCDE. Chile necesita una reforma tributaria para que ello ocurra. Para eso, entre otras cosas, se requiere aumentar la carga a las grandes empresas y grandes fortunas. La carga en Chile es del orden del 21 por ciento del PIB, lo que está por debajo de la carga promedio de los países de la OCDE, que es del 30 por ciento. Las exenciones tributarias alcanzan, según el informe del Servicio de Impuestos Internos, a casi un 4 por ciento del PIB, lo que equivale a alrededor de 9 mil millones de dólares. Ello solo favorece al 1,5 por ciento de la población que obtiene mayores ingresos.
Hemos sabido, a través del Presidente de la República , del ministro de Hacienda y de parlamentarios de Gobierno, que se llevará a cabo una reforma tributaria, cuyos beneficios serán focalizados en educación. ¿Qué se pretende? Como gran cosa se volverá a gravar con 20 por ciento a las empresas que tributan en primera categoría. Ello resulta insuficiente, pues una reforma educacional de verdad significa destinar a ella un 1,2 por ciento del PIB, vale decir, unos 3 mil millones de dólares. Lo óptimo es destinar un 3 por ciento del PIB. Una minirreforma tributaria significa un mínimo avance.
¿Cómo no va a ser importante, especialmente, para la clase media, es decir, para quienes perciben pensiones superiores a 250 mil pesos, que éstas se reajusten, sobre todo considerando que el promedio de vida ha aumentado una enormidad y que quienes las reciben no tuvieron acceso a los beneficios derivados del Pilar Solidario , establecido con ocasión de la primera reforma previsional? Esperamos una política social nueva para atacar la pobreza, que ponga su acento en mejorar la inserción laboral de las mujeres jefas de hogar y de las familias en condiciones de pobreza.
Por otra parte, es necesario favorecer la inversión en regiones, mejorar la conectividad, estimular el desarrollo de nuevas actividades económicas, atraer mejor capital humano y desincentivar el centralismo.
Por último, quiero señalar al señor ministro , por intermedio del señor Presidente , que la bancada de la Democracia Cristiana está disponible para estudiar con seriedad una reforma tributaria que signifique ingresos permanentes de alrededor de 3 mil millones de dólares al año.
He dicho.
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