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El señor MONTES (Presidente accidental).- Tiene la palabra el diputado señor Javier Macaya.
El señor MACAYA.- Señor Presidente, en primer lugar, quiero saludar al ministro de Hacienda, a la directora de Presupuestos y al director del Servicio de Impuestos Internos.
Examinamos el tema de los impuestos y la reforma tributaria. Es útil preguntarse por qué lo abordamos. Algunos parlamentarios que me antecedieron en el uso de la palabra han tratado de esbozar la razón o fundamento, por lo que quiero hacerme cargo de algunas cuestiones que se han planteado.
Algunos argumentan que tenemos que llevar a cabo una reforma tributaria por la necesidad de proveer más bienes públicos para salud, educación, mejores carreteras, mejor seguridad y, en general, todo lo que se financia con recursos públicos. Ese es el punto de partida de la reforma tributaria. Además, de acuerdo con la información que hemos recibido, uno de los ejes centrales estará puesto en la educación.
Por otra parte, se argumenta que se debe lograr equidad y una mejor redistribución del ingreso. Otros señalan que se debe lograr evitar la concentración económica y, ojalá, la posibilidad de que los grandes grupos económicos, las grandes riquezas de este país, tengan la obligación de entregar mayores recursos para financiar los ejes que he señalado. Lo cierto es que disiento de tales argumentos, y me haré cargo de algunos de ellos.
En cuanto a la concentración económica, tema planteado por un parlamentario que me antecedió en el uso de la palabra, señalamos que los pequeños empresarios que tienen la posibilidad de generar actividad económica, empleo y crecimiento, nunca más enfrentarán las condiciones que llevaron solo a algunos a generar riqueza y a estar hoy en una posición económica importante.
Estoy convencido de que la equidad y la redistribución del ingreso no se logran por la vía de los impuestos. Se imputa que el instituto Libertad y Desarrollo señala que esto es un mito. Sin embargo, un estudio de Eduardo Engel y Alexander Galetovic establece, empíricamente, que no hay una relación directa entre los tributos que se pagan y una mejor redistribución de los ingresos.
Estoy convencido de que, efectivamente, se requiere hacer un mejoramiento en la provisión de ciertos bienes públicos. La educación es algo a lo que nunca mi bancada se va a negar. Incluso, creemos que los 700 millones de dólares que se han señalado acá -mucho se ha mencionado al senador Larraín - van a ser insuficientes. Probablemente, así será. Con todo, creemos que la vía para financiar esos recursos puede provenir de otras fuentes. Nuestro país, en comparación con los que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, está en condiciones de subir un par de escalones para que las futuras generaciones paguen su propio desarrollo y la deuda que se contraiga, fundamentalmente, en educación.
En consideración a que estamos conscientes de que el Ejecutivo ingresará al Parlamento un proyecto de reforma tributaria, pido que se nos explicite, con la mayor profundidad, en qué va a consistir. Queremos que se haga una evaluación del impacto que generará tal medida, tanto en crecimiento económico como en generación de empleo.
Ojalá que esta reforma tributaria no la paguen las personas. Por mucho que uno ponga el eje en que los impuestos los pagarán solo las empresas, cualquier persona que conozca el sistema integrado de tributación, esto es el impuesto a las empresas, el impuesto de primera categoría, el impuesto de segunda categoría y el impuesto global complementario, sabe que son las personas naturales, cuando retiran sus utilidades, las que terminan pagando.
Resulta necesario conocer la manera en que incidirá la reforma tributaria en la economía. Ojalá, se realicen moldeamientos relacionados con el comportamiento de las personas ante el alza de impuesto a las empresas. Soy un convencido de que las empresas no van a perder plata y que la mayor parte del impuesto lo terminará pagando el consumidor, el usuario final.
Por otro lado, soy un convencido de que si el mayor gasto público directo no está bien enfocado, no generará mejoras sustanciales en algunas áreas. De ahí la importancia de enfocar bien el gasto público. En educación tenemos el mejor ejemplo de cómo la mala focalización de los recursos públicos no ha generado mayores resultados. Es necesario recordar que durante los últimos 20 años hemos duplicado el gasto en educación; sin embargo, no hemos sido capaces de mejorar la calidad de la educación. Esa es la raíz de las marchas estudiantiles. Repito, la calidad de la educación no ha mejorado; sí la cobertura, pero ese mayor gasto no ha ido de la mano de una mejor focalización.
Por su intermedio, señor Presidente , pedimos al Presidente de la República y a su ministro de Hacienda que consideren la posibilidad de dar alivio a las personas. Ello pasa -lo señaló nuestra bancada en su oportunidad- por imputar los gastos de educación, salud y vivienda a las tributaciones anuales. No es lo mismo un ingreso de un millón de pesos para una persona que tiene tres hijos en la universidad que para una que es soltera y recibe la misma cantidad. Es importante que nuestro país, de una vez por todas, se haga cargo de esto y que la clase media reciba algún alivio para sus gastos en educación, salud y vivienda.
Es vital que las pymes queden exentas de algunas cargas burocráticas, como costos de contabilidad para los pagos previsionales. En tal sentido, pido al ministro , por su intermedio, señor Presidente , que estudie reenfocar el artículo 14 quáter de la Ley de la Renta, aprobado en 2010 con motivo del financiamiento de la reconstrucción.
Por último, por su intermedio, señor Presidente , solicito al ministro de Hacienda que la reforma ponga su acento en las personas. Se lo pido con mucha responsabilidad. Así como hoy existen demandas en educación, estoy convencido de que mañana ellas se enfocarán en la salud. Nuestro país tiene capacidad para financiar tales demandas por la vía del crecimiento económico. Por otra parte, estamos ciertos de que la calidad de vida de nuestra gente puede mejorar por la vía de generar más y mejores empleos y, en la medida en que eso no sea suficiente, existe la posibilidad de que los requerimientos que sean necesarios se financien vía endeudamiento.
He dicho.
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