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El señor MONCKEBERG, don Nicolás (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Fidel Espinoza.
El señor ESPINOZA, don Fidel (de pie).- Señor Presidente, estimados colegas y familiares de nuestro gran amigo Juan Lobos:
Hace un año, en un lluvioso día, característico del sur de nuestro país, muy temprano, como a las 6.50 horas, cuando me dirigía desde mi hogar hacia una de las comunas de mi distrito, me informé por la radio Bio-Bío de este trágico accidente que enlutó no solo a la clase política, sino a todos quienes conocieron a Juan Lobos durante su vida, como niño, joven, estudiante universitario, profesional y, finalmente, como político.
A esa hora, en el kilómetro 20 de la Ruta Q-50, que une Cabrero con Concepción, cuando se dirigía muy temprano al aeropuerto junto a su hija, Juan sufrió ese lamentable accidente.
En sus 50 años de vida, Juan dejó un legado que mis colegas han exteriorizado en cada una de sus palabras: un legado de trabajo, de compromiso, de honestidad y, por qué no decirlo, de una persona absolutamente transversal en su pensamiento, vida y quehacer.
En las elecciones de 2009, fue reelegido para representar a su distrito, el N° 47, con la primera mayoría.
Al momento de fallecer, Juan era miembro de la Comisión de Vivienda y Desarrollo Urbano y presidía la Comisión de Salud.
Sin lugar a dudas, Juan Lobos destacó por muchas cosas. También destacó entre sus pares y se ganó el respeto de sus adversarios políticos cuando, por ejemplo, en su condición de Presidente de la Comisión de Salud de esta Cámara, participó activamente en la discusión por la distribución de la píldora del día después en los consultorios del país y, en 2009, votó a favor de asegurar la distribución gratuita del medicamento.
Esa medida importante para el país, probablemente, no era compartida por todos sus colegas, pero él demostró la fortaleza de los principios que le caracterizaban para sacar adelante y llevar a la práctica su pensamiento y su forma de ver la vida.
Insisto en que, quizás, esa posición discordante con la opinión de sus colegas le acarreó problemas internos, pero él, fiel a sus convicciones, demostró, con ese hecho y con tantos otros más, las características principales que lo guiaban por la vida en su quehacer cotidiano.
En 2008, junto a otros parlamentarios, Juan Lobos presentó una moción para establecer una ley marco sobre salud y derechos sexuales reproductivos, reconociendo el derecho de todas las personas a acceder a todos los métodos anticonceptivos seguros y eficaces de regulación de la fertilidad aceptados por las normas sanitarias internacionales.
Durante el gobierno pasado fue un firme impulsor del diálogo entre todos los sectores políticos y gremiales, para superar la crisis en el sistema de salud. Su objetivo era recuperar la confianza en el sistema público de salud.
En el homenaje que recientemente le rindió el Senado, el senador Gonzalo Uriarte recordó la faceta más humana de Juan. Señaló que era amigo de todos y recordó que siempre le llamó la atención su personal simpatía y capacidad para contar chistes, lo que lo convertía en un hombre excepcional.
Compartí muchos años con él aquí en la Sala, pero no tuve la posibilidad de compartir el trabajo legislativo en ninguna comisión. Sí tuve el privilegio de conocerlo en otra faceta: la deportiva. Participando en el Club Deportivo de la Cámara de Diputados, cada martes, lográbamos reunirnos en torno a un balón de fútbol, con Juan y otros colegas como Tucapel Jiménez , Felipe Salaberry , Alfonso de Urresti , Ramón Barros, Manuel Rojas , entre tantos otros, quienes veíamos en el deporte una posibilidad de distender los ambientes después de jornadas un tanto complejas en este Hemiciclo.
En ese espacio aprendimos a conocerlo mucho más. Sería difícil poder describir en estos pocos minutos lo que significó para nosotros conocer a Juan Lobos en la faceta deportiva, en la que también exteriorizaba la alegría que llevaba en la vida.
Se echa de menos la presencia de personas y de diputados que, como Juan Lobos, entiendan, desde el respeto por la diferencia, el concepto de amistad cívica y que el debate de las ideas nunca puede ser malo ni dañino para la sociedad. Por el contrario, ello nos hace entender las distintas miradas que tenemos respecto de la sociedad, las que siempre deberían confluir en la búsqueda del bien común.
También lo recordarán siempre los habitantes de las comunas de Alto Biobío, Antuco , Laja , Los Ángeles, Mulchén , Nacimiento, Negrete, Quilaco, Quilleco , San Rosendo , Santa Bárbara y Tucapel , que lo eligieron como su representante en este Hemiciclo, para que fuera la voz de sus necesidades y sueños.
Todos, en esta Sala y en esa tierra que él tanto quiso y por la que tanto trabajó, al menos, tendremos el consuelo de que, como dijo José Martí , la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
He dicho.
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